EL ECLIPSE DEL PADRE (2025), por Gabriel Albiac: Crítica a la razón Woke: «La desaparición de la figura ‘padre’ o ‘madre’ produce individuos mentalmente castrados»
Lamento ser yo quien os lo diga, pero vais a morir. Todos. A lo largo de vuestras vidas, habéis visto pasar un pequeño número de generaciones. Entre 3 y 5, más concretamente (según los momentos y circunstancias, cada generación se desarrolla en un tiempo -que también es espacio- de entre 15 y 25 años).
Cada una de estas generaciones, contemporáneas y pretéritas, ha vivido en su propia sociedad. Se desarrollaron en su seno, en una sociedad legada por las innumerables generaciones anteriores. Anteriores incluso a la prehistoria, que nos conformaron con el paso de los milenios como miembros de “algo”, como copartícipes de un proyecto común, la Humanidad.
Ahora un nuevo Adán (una versión vulgarizada del Adam Kadmon metafísico), ha irrumpido en nuestras vidas, arrumbando nuestra Historia, destruyéndolo todo, para no construir nada. Es el signo de los tiempos. Denunciar lo malo, sin proponer nada que lo sustituya.
Es el regreso a la selva. Esta vez de asfalto, y tecnológicamente monitorizada. La Ley ya no es de todos. Es solo la voluntad del más fuerte (quienes cada vez son menos, hasta que solo sea uno). Que, como siempre, se impone por medio de la violencia y la coacción.
Pensamos en la violencia como “algo que se dirige contra algo”. Sabemos lo que se denuncia, la violencia, alguna violencia, alguna intimidación, algún engaño (el último “algo”), pero nada sabemos (o nada queremos saber) acerca de ese otro “algo” hacia el que, tan resueltamente, nos encaminamos. Es un algo que aparenta ser nada. Pero es algo. Algo que nos asusta, algo que no queremos saber, que no queremos mirar.
Lo desconocido, que produce temor, alcanza un nuevo y despiadado rango. No queremos saber; porque sabemos; sabemos que, sin nuestra cobardía, no hubiese existido eso que, ahora, nos negamos, incluso violentamente, a ver.
Los cobardes prefieren el refugio que proporciona la Estupidez; una Estupidez inducida por la Desinformación (Estupidez de segundo grado), que no es sino trasunto de su débil voluntad, a la que se agarran para seguir siendo ciegos a la realidad.
Pero vayamos al tema del título (y de la entrada), que pese a lo que pueda parecer a un lector poco atento, tiene mucho que ver con lo que se ha expuesto. Hablamos de los Derechos Humanos, y entre ellos, de los DERECHOS DE LA PERSONALIDAD.
Se trata de derechos especiales, cuyo objeto es algún atributo o bien físico o espiritual de la propia persona, tales como el Derecho a la vida, a la integridad corporal, identidad personal, honor, intimidad, propia imagen, control sobre los datos de carácter personal.
Hablamos, en definitiva, de la protección de los valores o bienes de la persona de carácter más inmediato y esencial. Son Derechos Necesarios, innatos. Absolutos. Inherentes a la persona. Consecuentemente, tienen carácter extrapatrimonial.
Este punto hay que concretarlo y matizarlo: Intransmisibles e indisponibles. La indisponibilidad se refiere al derecho como tal, y no impide que pueda disponerse de alguna manifestación o proyección concreta de alguno de éstos derechos, incluso a cambio de un precio.
La disponibilidad de estos Derechos personalísimos se encuentra hoy, sorprendentemente, admitida por la actual doctrina jurídica (más bien, por la fraudulenta doctrina oficial, pues nos es impuesta por la vía de los hechos ejecutados ilícitamente desde los poderes públicos, desde los muy corruptos poderes públicos, que ya no son públicos, no están al servicio del interés general, sino que son realmente privados, instrumentalizados para eternizar el dominio de la minoría, psicopática y corrupta, y la sumisión de la mayoría, estupidizada o cobarde, a sus intereses privados, hechos pasar por públicos), de manera que esa disponibilidad de los antaño indisponibles Derechos Humanos, es mayor para la imagen, está limitada en cuanto a la intimidad, y no existe para el honor.
Como Derechos Humanos que son, estos derechos como tales no son susceptibles de valoración económica, pero en caso de lesión, el Juez puede valorar el daño e imponer una indemnización. Son, como tales derechos, irrenunciables, inembargables, inexpropiables e imprescriptibles.
Pero hemos consentido la renuncia, la privación sin causa ni justicia, su expropiación y finalmente -estamos en ello- su destrucción final. Es importante tener presente que todo ello surge como consecuencia de la GUERRA HÍBRIDA que las Agencias de inteligencia, fundamentalmente estadounidenses, británicas e israelitas libran contra la humanidad, contra la Libertad.
Es éste un esquema que nos presenta, como sociedad, tal que portadores de una especie de «Máscara de la Cobardía«, con la que el cobarde busca amparo moral parapetándose en la voluntaria Desinformación, en su cualidad de desquiciado «Consumidor de Posnoticias«.
Y, en todo esto, el papel fundamental correspondió a las redes sociales -ahora a las IAs- , inicialmente un genuino producto militar, luego desarrollado por las agencias de inteligencia, combatientes de la perversa Guerra Híbrida que mantienen contra el mundo (que,hoy, ya han colonizado la mente colectiva;sustituyeron las escuchas más o menos artesanales, como la RED ECHELON, la antigua red de espionaje global, desaparecida al implantarse el uso -y abuso- de las redes Sociales, aparentemente propiedad de agentes secretos, al servicio de la Agencias de espionaje; súbitos milmillonarios que no son dueños de sus imperios, por lo que no pueden ser heredados más que en ínfimos porcentajes).
Han sido las Redes Sociales las que destruyeron el affectio societatis, destruyendo con ello sociedades enteras. ¿Cómo? En primerísimo lugar, convirtiendo la intimidad en mercancía. Primero fueron los niños, por definición, sin formación ni experiencia. Luego siguieron las mayorías ya desinformadas, llevadas a galope por los psicópatas corruptos y sus secuaces narcisistas.
Sobre la affectio societatis en el Derecho «Civil»: «Manet autem societas eo usque, donec in eodem consensu perseverant; at cum aliquis renuntiaverit societati, societas solvitur» (Pero la sociedad se mantiene mientras ambos perseveren en el mismo acuerdo; pero cuando uno de ellos renuncia a la sociedad, esta se disuelve), Gayo 3.151
Nos roban hasta el dolor. Crecen usando nuestra desgracia. No denuncian; utilizan. No no sirven, se sirven de nosotros. Denunciar el sufrimiento, siempre ajeno al denunciante psicopático, les da los votos que necesitan para prosperar (siempre a tu costa).
Pero regresemos al asunto que nos ocupa: LA DESTRUCCIÓN DEL DERECHO FUNDAMENTAL A LA INTIMIDAD, PERSONAL Y FAMILIAR. Y entre ambas, nos centraremos en la expresión «FAMILIAR». En la progenie.
Muchos son los males derivados de haber separado a los padres de sus hijos, pero nos centraremos solo en uno: La sustitución de la razón como rectora de la vida del niño en su evolución a la madurez, por la pasión.
Los menores carecen de formación, pero, sobre todo, carecen de la experiencia necesaria para encarar la vida adulta. Por eso no salen del infantilismo. Y desde la ignorancia y la inexperiencia, son llevados a dar lecciones desde los púlpitos mediáticos, todos ellos dedicados a la adoración del dios dinero mediante el sacrificio de la verdad, primero, y de la convivencia después.
Mi padre, que falleció cuando yo tenía 10 años de edad, me enseñó mucho más de lo que ahora puedo recordar. Me enseñó, desde su experiencia, a ser persona. Cuando me enseñaba sobre la madera, no solo aprendía a lijar y barnizar; aprendía a ser persona e hijo, preparándome para ser adulto, para vivir la vida (en la que nunca tuve que lijar o barnizar; lo que aprendí fue otra cosa; aprendí a ser persona; a ser y a amar).
Al expropiar (asesinar) la figura paterna, desactivan la genética como conformadora del mundo, para sustituirla por la aberración social en la que, en contra de nuestra dignidad, que nos recuerda el artículo 10 de la pobrecita Constitución, se rige el destino común, representado muy adecuadamente por la sarta de cínicos a los que llamamos políticos, por el gremio de malditos destructores de la verdad, desinformadores a los que bendecimos llamándoles periodistas; o por la psicopatía propia de los infantes (infantiles), de la que no logramos salir en nuestra vida adulta, convertidos en siervos del malvado poder que nos esclaviza y nos aparta de la razón para ponernos al servicio de las pasiones de las que los malvados extraen su poder.
De todo ello se trata en la siguiente entrevista con el profesor Albiac, con cuya lectura os dejamos.
La desaparición de la figura que represente la autoridad, el borrado de la figura del padre en la sociedad, es uno de los objetivos de la llamada «razón woke» para imponer sus dogmas a una sociedad donde la escala de valores se ha destruido.
La desaparición de la figura que represente la autoridad, el borrado de la figura del padre en la sociedad, es uno de los objetivos de la llamada «razón woke» para imponer sus dogmas a una sociedad donde la escala de valores se ha destruido.
El filósofo y escritor Gabriel Albiac traza en su último ensayo, El eclipse del padre(La Esfera de los Libros), un diagnóstico de la reconfiguración de identidades, jerarquías y discursos al amparo de una reconfiguración de la autoridad por parte del wokismo donde la disolución de la familia es la columna vertebral.
— Este libro lo dedica a la desaparición de la figura paterna en la sociedad de hoy arrastrada por la ideología woke… ¿puede explicar brevemente la tesis?
Para entender lo que se intenta hacer hay que entender que el humano es un animal simbólico. Es decir, un animal cuya identidad no nace con el nacimiento, sino que se configura inmediatamente con las estructuras del lenguaje. Y esa identidad está básicamente tejida en una trabazón de arquetipos míticos.
Esos arquetipos míticos no son voluntarios. Son las estructuras que te vienen dadas con la lengua y que, por lo tanto, construyen un yo de una manera o de otra. La estructura básica con la que la subjetividad humana se configura es la de una ley que aparece articulada entre los dos polos simbólicos, de ‘padre’ y ‘madre’, que construyen inmediatamente, en la propia identidad, los modelos masculino y femenino.
Es decir, construyen al animal humano como un animal sexuado, y hay que utilizar el término sexuado en el sentido fuerte del término. Sexuado no es únicamente diferenciado genitalmente. Sexuado es configurado subjetivamente en función de determinadas orientaciones representativas.
Lo primero que hay que decir, y yo creo que eso desde Freud lo deberíamos tener todos perfectamente claro, es que, uno, la subjetividad y, en particular, el inconsciente, no son colonizables. Dos, la estructura de la subjetividad y, en ella, ese factor configurante que es la estructura de la sexualidad, no es elegible. Es algo que viene dado con la propia estructuración del individuo en tanto que tal individuo.
La subjetividad y el inconsciente, no son colonizables.
La estructura de la subjetividad y, en ella, ese factor configurante que es la estructura de la sexualidad, no es elegible; viene dada con la propia estructuración del individuo.
—Eso lo trata de romper la ideología woke…
Cuál es, en mi opinión, el disparate básico de esa ideología que se designa como woke, y que en última instancia ha terminado por convertirse prácticamente en una secta, y que ha acabado por extenderse a una especie de lugar común?
En mi opinión, lo que caracteriza a lo woke es un voluntarismo prácticamente delirante, un voluntarismo en el límite del delirio. Un voluntarismo que parte de la idea de que la subjetividad puede ser construida a la medida, en función de lo que el sujeto puede hacer con ella.
Cualquiera que conozca un poco la filosofía clásica, no digo ya el mundo que parte de Freud, sino, la filosofía clásica, sabe perfectamente que es al revés. Que no es la voluntad la que configura la subjetividad, sino que es el sistema de deseos que han configurado la representación del mundo de un sujeto el que desencadena su voluntad en uno u otro sentido.
En primer lugar, es una perfecta necedad decir que la identidad de un sujeto puede ser reconfigurada a voluntad. ¿Pero qué demonios nos creemos que somos? ¿Dioses legendarios, dioses míticos?
Los individuos no tienen género. Los individuos tienen sexo
No, mire usted, somos curiosos sujetos hablantes que están determinados brutalmente por el conjunto de causas, de realidades, de historias de determinaciones a los que han sido sometidos.
En segundo lugar, ¿de qué demonios me está usted hablando cuando me dice que podemos elegir género a voluntad?
Los individuos no tienen género. Los individuos tienen sexo. Género es una palabra que en las lenguas latinas define la caracterización de las palabras. Y, naturalmente, cuando decimos que las palabras tienen género, no estamos diciendo que tengan sexo.
Género es una palabra que en las lenguas latinas define la caracterización de las palabras.
Y, naturalmente, cuando decimos que las palabras tienen género, no estamos diciendo que tengan sexo.
A nadie se le ocurriría decir que ‘la catedral’ tiene sexo femenino. O que ‘la casa’ tiene sexo femenino. Tienen género femenino. Los humanos tienen sexo.
Y se olvida un tercer factor determinante, porque es corpóreamente determinante. Los mamíferos, y específicamente, los mamíferos hablantes, que somos nosotros, están genitalizados. Tienen características genitales diferenciadas. Y eso no se puede abandonar nunca. En la perspectiva de Freud, en su momento, dice una sensatez básica: la anatomía es un destino inalterable.
Cuando usted habla de ese cambio de genitalidad, de lo que está hablando es de una amputación, y de una amputación mayor, no una amputación menor. Una amputación mayor con consecuencias atroces.
Si lo que usted está diciendo, donde dice que cambia de género, es que usted va a pasar de tener una libido masculina a una libido femenina, que eso es la sexualidad, no otra cosa, usted está loco.
Cuando usted habla de ese cambio de genitalidad, de lo que está hablando es de una amputación, y de una amputación mayor, no una amputación menor.
Una amputación mayor con consecuencias atroces.
Lacan y Freud
—En el libro reflexiona sobre el mito griego de Edipo, que mata a su padre y mantiene relaciones con su madre. ¿Por qué recurre a esa imagen para explicar lo que está sucediendo hoy?
— No solo el mito de Edipo. He intentado jugar con el conjunto de la mitología griega, porque para los hombres de nuestra tradición, es decir, para los hombres europeos, hay tres tradiciones que se cruzan. Es el famoso eje Jerusalén, Atenas, Roma. Nosotros somos hijos de la tradición bíblica, somos hijos de la filosofía griega, y somos hijos de la tradición cristiana y, en nuestro caso, más específicamente católica.
Yo he partido de la tradición griega porque es la primera en teorizar explícitamente la relevancia del mundo de los mitos.
Los que nos hemos dedicado a la historia de la filosofía, yo que he sido Catedrático de Filosofía durante muchos años, durante muchos años he dado clases de filosofía griega, sabemos que los griegos tienen una inmensa ventaja, que es la distancia que mantienen con sus mitos.
La relación de los griegos con sus dioses es muy especial. Es eso lo que ha podido producir la filosofía, porque es lo suficientemente distante como para que los griegos puedan hablar a sus dioses de tú a tú, y puedan, por lo tanto, analizar esos arquetipos simbólicos que la relación con la trascendencia genérica, poder analizarnos en modo muy objetivable, muy directo.
El Dios de la tradición monoteísta, ya sea en la tradición judaica, ya sea en la tradición cristiana, es sustancialmente distinto a los humanos y, por lo tanto, no se puede proyectar sobre Él un teatro, una escena, de nuestros propios comportamientos para analizarlos. Se puede solamente plantear las categorías más de carácter absoluto.
Lo que se forja en el mundo griego es el sistema de obsesiones, el sistema de fascinaciones, el sistema de horrores
Pero el griego tiene la inmensa ventaja de que puede poner en escena a sus dioses, recordemos a Homero. Homero te presenta continuamente a los dioses luchando en el campo de batalla con los hombres, pero lo que es todavía más significativo: muestra a los dioses en el Olimpo reproduciendo a los bandos que se están enfrentando en el campo de batalla, como si fuera una doble partida de ajedrez que se juega permanentemente en dos territorios.
La maravilla, ya desde Homero, pero sobre todo en el siglo V ateniense es la capacidad que tienen, Homero primero, pero después Sófocles, Eurípides, Esquilo…, en tomar esas paradojas, esos conflictos que todo hombre analiza en su cabeza y tener la capacidad de proyectarlos en escena sobre grandes arquetipos en los que se refleja la relación con la trascendencia y la inmanencia.
Y eso es lo que a mí me fascina en el mundo griego. Lo que se forja en el mundo griego es el sistema de obsesiones, el sistema de fascinaciones, el sistema de horrores. El sistema, al fin y al cabo, de mitos (mito no significa más que relato), el sistema de relatos en el cual nosotros nos vemos presos continuamente.
Todos los grandes mitos, todos los grandes arquetipos que atormentan al sujeto humano, ese sujeto precario que tiene, encima, la condición de poder hablar, es decir, que sabe que es precario, son esos poquitos que la tragedia griega ha codificado.
Todos los grandes mitos, todos los grandes arquetipos que atormentan al sujeto humano, ese sujeto precario que tiene, encima, la condición de poder hablar, es decir, que sabe que es precario, son esos poquitos que la tragedia griega ha codificado.
—Ahí recurre a Sófocles, Eurípides, Esquilo…
— Yo retorno a Sófocles, a Eurípides, a Esquilo entre otras cosas para tratar de solventar algunas falsificaciones estruendosas: la idea de que la mujer ha carecido de papel social hasta a partir de la segunda mitad del siglo XX. Eso es un perfecto dislate.
En la nominación de ‘mujer’ está continuamente latiendo en el inconsciente humano el significante ‘madre’
Estamos hablado de mujeres y pensamos que estamos hablando de una cosa empírica… En la nominación de ‘mujer’ está continuamente latiendo en el inconsciente humano el significante ‘madre’, de la misma manera que en la nominación ‘hombre’ está latiendo el significante ‘padre’.
El significante ‘madre’ y el significante ‘padre’ son esenciales porque han sido los elementos que han configurado el lenguaje en sus distintas esferas. De algún modo decir ‘padre’ es decir ‘ley’, es decir ‘sintaxis’. De modo que decir ‘madre’ es decir el conjunto de elementos que afectivan la ley y afectivan la sintaxis.
El significante ‘madre’ y el significante ‘padre’ son esenciales porque han sido los elementos que han configurado el lenguaje en sus distintas esferas.
De algún modo decir ‘padre’ es decir ‘ley’, es decir ‘sintaxis’. De modo que decir ‘madre’ es decir el conjunto de elementos que afectivan la ley y afectivan la sintaxis.
A partir de ahí es fascinante, entendiendo eso, analizar tanto el texto homérico como la tragedia griega. Porque de repente te llevas sorpresas, para el que parta de la idea de que las mujeres no pintaban nada en la sociedad griega.
Lees, por ejemplo, los versos de la llegada del cadáver de Héctor a Ilión, donde están esperándole para rendirle los honores guerreros que le corresponden.
Previamente, el padre de Héctor, rey de Troya, ha estado en el campo de los aqueos, reunión entre hombres, en donde se deciden cuáles son las condiciones del cadáver de un guerrero.
Pero, a continuación, cuando el cadáver entra en Troya, después de las negociaciones entre Aquiles y el padre de Héctor, la función de los hombres pasa a ser completamente secundaria. Y entonces es la primacía de la simbólica femenina la que se apodera del cadáver de Héctor y completa la liturgia del héroe.
El relato trágico es una continuación del relato homérico. Es el momento de las desdichas, de las catástrofes que acontecen a los héroes aqueos cuando retornan de Troya a sus respectivos hogares, y son destruidos todos de un modo que aterra al espectador de la obra, porque el modo en que son destruidos los héroes que han vencido en Troya es mucho más terrible que el modo en que han sido destruidos los héroes de Troya.
Los héroes de Troya han sido destruidos en combate, cosa que para los griegos es el honor más alto. Mientras que el retorno de los héroes se va a producir en la aniquilación en familia. Y en esa aniquilación en familia el papel de las mujeres es absolutamente preponderante.
Es lo que se trata de analizar en todo un capítulo dedicado a las mujeres griegas en el que se va siguiendo cómo el destino, la Moira, el destino de destrucción de los héroes, se ejerce a través de esa presencia descomunalmente potente e las mujeres griegas.
La Moira, el destino de destrucción de los héroes, se ejerce a través de esa presencia descomunalmente potente e las mujeres griegas.
—Cita también el legendario tema de The End de The Doors, o al replicante Roy Battey de la novela de Philip K. Dick Sueñan los androides con ovejas eléctricas. ¿Se puede decir que ese ataque de lo woke al padre y a la familia ya se había intuido como distopía?
— El combate contra el padre es una continuidad, una vez más, atemporal. Un hijo varón no puede construir su identidad más que con la confrontación con el espejo que tiene delante: el padre es el espejo. Cuando tú lees la Carta al padre de Franz Kafka, lo ves perfectamente claro.
Un hijo varón no puede construir su identidad más que con la confrontación con el espejo que tiene delante: el padre es el espejo
Si en esa confrontación con el padre no se logra una resolución exitosa, es decir, una resolución en la cual se llega a la edad adulta construyéndose como padre del padre, si no se llega a esa solución se llega a problemas extremadamente trágicos.
El conflicto con el padre, el choque con el padre, no tiene nada de patológico, al contrario. Es la condición de configurar una identidad.
El conflicto con el padre, el choque con el padre, no tiene nada de patológico, al contrario. Es la condición de configurar una identidad. Por eso el libro no se llama La confrontación con el padre, ni La destrucción del padre. Se llama El eclipse del padre. Es decir, el desdibujamiento, la desaparición del arquetipo simbólico y las condiciones que eso tiene.
Si tú eliminas, en un eje de coordenadas, uno de los dos vectores, lo que te queda es un espacio donde no queda el menor sentido. Si tú suprimes el elemento que ha operado como eje del sistema de coordenadas, lo que se produce es una descompensación absoluta y un desquicie completo.
Allá donde desaparece una de las figuras simbólicas, sea la figura ‘padre’, sea la figura ‘madre’, la formación, la estructuración de la mente del sujeto queda fuertemente conmocionada.
Todos los psiquiatras lo saben perfectamente. Allá donde desaparece una de las figuras simbólicas, sea la figura ‘padre’, sea la figura ‘madre’, la formación, la estructuración de la mente del sujeto queda fuertemente conmocionada. La desaparición de una de esa figura produce individuos mentalmente castrados y esa castración mental tiene consecuencias muy fuertes.
La desaparición de una de esa figura produce individuos mentalmente castrados y esa castración mental tiene consecuencias muy fuertes.
William Blake
—Se ha desprovisto de autoridad a los profesores, ahora también a los padres. ¿Cuál es el objetivo de esta ofensiva?
— La figura del ‘profesor’ es una de las investiduras de la figura ‘padre’. Cuando hablo de ‘padre’ no estoy hablando de un individuo físico con gafas y barba. Estoy hablando de una función que genera el sistema de autoridad y de sentido.
Porque, naturalmente, tú puedes decir que hablar conforme a lo que la sintaxis ordena es una esclavitud, agrede mi libertad. No: hablar conforme a lo que una sintaxis establece es el único modo de que usted no se vuelva loco. Es el único modo de que usted no acabe en un manicomio, sencillamente.
Porque, si no hay sintaxis, no hay posibilidad ninguna de construir el mundo. Usted no construye el mundo con los ojos, lo constituye con la lengua.
Hablar conforme a lo que una sintaxis establece es el único modo de que usted no se vuelva loco.
Porque, si no hay sintaxis, no hay posibilidad ninguna de construir el mundo.
Usted no construye el mundo con los ojos, lo constituye con la lengua.
En ese momento tú tienes ese espejo proliferante que es toda la realidad de ese sistema de relación autoridad-orden cuyo primer arquetipo es la relación infantil con la presencia de ese padre enorme que presenta Kafka en su carta, pero, a continuación, se va estructurando el mundo en función de los criterios de orden que eso establece.
Borrados los criterios de orden, todo el mundo sabe perfectamente en qué se ha convertido la función del profesor, en general, en las sociedades modernas, pero de un modo atroz en España. En un infierno.
Me dirás que es un pobre profesor de primaria o de enseñanza media al que se priva, ya no solo de la autoridad administrativa, que se le ha privado, sino de la autoridad simbólica.
Ya me dirás qué es un pobre profesor de primaria o de enseñanza media al que se priva, ya no solo de la autoridad administrativa, que se le ha privado, sino de la autoridad simbólica. Y que, por lo tanto, no solo tiene que hacer frente a la criatura, sino que a continuación tiene que soportar que los padres de la criatura vengan a decirle que cómo se atreve a tratar de imponer un criterio de autoridad a su criatura. Que su criatura está ahí para ser feliz, no para aprender.
Mire usted, pues si lo que pretende es que su criatura acuda al sistema de enseñanza para ser feliz, llévela directamente al manicomio, porque le está conduciendo usted, necesariamente, al manicomio. La vida no es una secuencia de felicidades. La vida es una secuencia de conflictos en los que la relación entre el querer y el poder es inmensamente compleja. Por lo tanto, el primer aprendizaje es que no puedes tener todo lo que quieres.
La vida no es una secuencia de felicidades.
La vida es una secuencia de conflictos en los que la relación entre el querer y el poder es inmensamente compleja.
Por lo tanto, el primer aprendizaje es que no puedes tener todo lo que quieres.
“Los clásicos no son ni antiguos ni modernos, sino eternos. Porque, si alcanzaron alguna verdad, su validez es permanente. La verdad no es de ayer, ni de hoy ni de mañana, sino de siempre; porque […]
Tabla de contenidos1 LA IZQUIERDA HA MUERTO2 HACER BUENOS A LOS HOMBRES, RIDÍCULA OCUPACIÓN3 REFORMISTA4 Carta de un viejo catedrático al último socialdemócrata… Si es que aún vive4.1 Hacia su propio abismo4.2 «Hipercorrupto»4.3 «Borrada del […]
La resurrección A principio del nuevo siglo, Franco estaba muerto.Lo han resucitado. ¿Valía, de verdad, la pena? Por Gabriel Albiac ABC Yo quisiera olvidar al ominoso Franco. No me faltan motivos. Nací por uno […]
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