¿ESTÁ ACASO ROTO EL MOLDE DE LA VIRTUD?, por Voltaire. DIÁLOGOS SOBRE VOLTAIRE (Agosto de 2009)

¿ESTÁ ACASO ROTO EL MOLDE DE LA VIRTUD?, por Voltaire

 

¿ESTÁ ACASO ROTO EL MOLDE DE LA VIRTUD?

“¿Está acaso roto el molde que formó a los hombres que amaron la virtud por sí misma, que ya no vemos aparecer en el mundo ni a un Confucio, ni a un Pitágoras, ni a un Tales, ni a un Sócrates? En los tiempos de estos había multitud de devotos a las pagodas y a sus divinidades, multitud de espíritus que temían al Cerbero y a las Furias, que asistían a las iniciaciones, a las peregrinaciones y a los misterios, y que se arruinaban presentando ofrendas de ovejas negras. Las maceraciones estaban entonces en uso; los sacerdotes de Cibeles se dejaban castrar para guardar continencia. ¿En qué consiste que entre todos esos mártires de la superstición, no cuenta la Antigüedad ni un solo gran hombre ni un sabio? Consiste en que del temor no nace nunca la virtud. Los grandes hombres fueron siempre entusiastas del bien moral: la sabiduría era su pasión dominante; eran sabios como Alejandro era guerrero, como Homero era poeta, como Apeles era pintor, por una fuerza y una naturaleza superior; y he aquí quizá cómo nos podemos explicar el demonio de Sócrates

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¿ESTÁ ACASO ROTO EL MOLDE DE LA VIRTUD?

Por Voltaire

 

¿Está acaso roto el molde que formó a los hombres que amaron la virtud por sí misma, que ya no vemos aparecer en el mundo ni a un Confucio, ni a un Pitágoras, ni a un Tales, ni a un Sócrates? En los tiempos de estos había multitud de devotos a sus pagodas y a sus divinidades, multitud de espíritus que temían al Cerbero y a las Furias, que asistían a las iniciaciones, a las peregrinaciones y a los misterios, y que se arruinaban presentando ofrendas de ovejas negras. Las maceraciones estaban entonces en uso; los sacerdotes de Cibeles se dejaban castrar para guardar continencia.

¿En qué consiste que entre todos esos mártires de la superstición, no cuenta la Antigüedad ni un solo gran hombre ni un sabio? Consiste en que del temor no nace nunca la virtud. Los grandes hombres fueron siempre entusiastas del bien moral: la sabiduría era su pasión dominante; eran sabios como Alejandro era guerrero, como Homero era poeta, como Apeles era pintor, por una fuerza y una naturaleza superior; y he aquí quizá cómo nos podemos explicar el demonio de Sócrates.

Un día dos ciudadanos de Atenas, al regresar de la capilla de Mercurio, se apercibieron de que Sócrates estaba en la plaza pública. Uno de los ciudadanos dijo al otro: “¿Es ese el malvado que dice que podemos ser virtuosos sin ofrecer todos los días corderos y ocas?” “ -contestó el otro-; es un sabio que no tiene religión; es el ateo que dice que dice que no hay más que un solo Dios.”

Sócrates se acercó a ellos con sus aspecto sencillo, con su demonio y con su ironía, que Mm. Dacier tanto exalta, y les dijo: “Amigos míos, os suplico que me oigáis dos palabras. ¿Cómo clasificaréis al hombre que ruega a la Divinidad, que la adora, que trata de semejarse a ella hasta donde le permite su debilidad humana, y que hace todo el bien que puede?” “De alma muy religiosa”, le contestaron los ciudadanos. “Muy bien; luego ¿puede adorarse al Ser Supremo y tener religión?” “Estamos de acuerdo”, respondieron los dos atenienses.

Pero creéis -prosiguió diciendo Sócrates que cuando el divino arquitecto del mundo organizó todos los globos que giran sobre nuestras cabezas, cuando dio movimiento y vida a tantos seres diferentes, utilizó para eso el brazo de Hércules, la lira de Apolo o la flauta de Pan?” “No es probable.”

Pues si no es verosímil que empleara la ayuda de otros para construir el mundo, tampoco es creíble que le ayuden otros a conservarlo. Si Neptuno fuera el dueño absoluto del mar, Juno del aire, Eolo de los vientos, Ceres de las cosechas, y uno de esos dioses quisiera el tiempo sereno cuando otro quisiera vientos y lluvia, podéis comprender muy bien que no subsistiría el orden que subsiste en la naturaleza; y tendréis que confesarme que es necesario que todo dependa del que la creó. Entregáis cuatro caballos blancos al sol y dos caballos negros a la luna; ¿pero no es preferible a esto que el día y la noche sean el resultado del movimiento que imprimió a los astros su creador, en vez de que produzcan el día y la noche seis caballos?

Los dos ciudadanos se miraron el uno al otro y nada contestaron. Sócrates acabó por probarles que podían recoger cosechas sin dar dinero a los sacerdotes de Ceres, ir a cazar sin ofrecer pequeñas estatuas de plata a la capilla de Diana, que Pomona no concedía frutas, que Neptuno no daba caballos y que debíamos dar gracias al soberano que lo creó todo.

¿ESTÁ ACASO ROTO EL MOLDE DE LA VIRTUD?Sus ideas eran completamente lógicas; su discípulo Jenofonte, tirando de Sócrates por el brazo, le dijo:

Vuestro discurso es admirable; hablasteis mejor que un oráculo, pero os habéis perdido. Uno de los ciudadanos que os oían es el carnicero que vende los corderos y las ocas para los sacrificios, y el otro se dedica a la orfebrería, y saca grandes ganancias fabricando pequeños dioses de oro y de plata para las mujeres; os acusarán de que sois un impío que queréis impedirles que hagan negocio; declararán contra vos ante Abelito y Anito, que son vuestros enemigos y que han jurado perderos. Temed la cicuta: vuestro demonio familiar debió haberos aconsejado que no dijerais a un carnicero ni a un platero lo que sólo debías decir a Platón y a Jenofonte.

Algún tiempo después los enemigos de Sócrates consiguieron que le sentenciara el consejo de los quinientos, entre los que tuvo doscientos veinte votos a favor; esto hace presumir que había doscientos veinte filósofos en aquel tribunal, pero también prueba que en todas las grandes reuniones se encuentran en minoría los filósofos.

Sócrates bebió, pues, la cicuta por haber defendido la unidad de Dios, y luego los atenienses consagraron una capilla a Sócrates, que había hecho la guerra a las capillas que se dedicaban a los seres inferiores (1).

 

 

VOLTAIRE, Diccionario filosófico: Sócrates

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NOTAS.- (1) Voltaire tenía simpatía por Sócrates, por su carácter crítico y desmitificador, y lo consideraba un precursor del deísmo. En cambio, no le gusta nada Platón, cuyos vuelos metafísicos considera una desviación del buen camino. Para Voltaire la filosofía no consiste tanto en dar respuestas como en hacer preguntas, en sembrar la inquietud intelectual, en desenmascarar los prejuicios y hacer tambalearse las convicciones. Es una visión de la filosofía que nunca perderá su utilidad y que ahora resulta aún más necesaria que entonces.

 

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DIÁLOGOS SORE VOLTAIRE (Agosto de 2009)

Para Voltaire la filosofía no consiste tanto en dar respuestas como en hacer preguntas, en sembrar la inquietud intelectual, en desenmascarar los prejuicios y hacer tambalearse las convicciones

(Jesús Nava).

Filosofía Digital

Psicopatía es la ausencia de empatía.

 

D.: Ojala que esta afirmación sobre Voltaire se aplicara también en todas nuestra escuelas e institutos públicos como parte de los Objetivos de la Educación Básica. De esta forma se educarían generaciones de mente crítica y por lo tanto no se dejarían embaucar, como ocurre en la actualidad, por vendedores de humo con corbata. Pero claro está que quizá sea eso lo que no conviene al poder establecido. Y es por esto que nuestros jóvenes se conforman con una realidad triste y plana, ahogando todas sus aspiraciones e inquietudes (si es que las tienen) en un botellón tras otro, en vez de plantar cara a los que les están robando el futuro con mentiras como puños. Un cordial saludo.

T: Dice usted verdad cuando afirma que el poder actual no quiere espíritus críticos y por ello cercena la educación. Yo me pregunto: ¿por qué? ¿hay algún beneficio en ello? ¿acaso es solo maldad? ¿será ignorancia? ¿será por resentimiento? ¿cabe predicar estos afectos de todo un estamento? ¿y qué hay de los que se dejan embaucar? ¿no son responsables? ¿no es esa la consecuencia de su pasividad? ¿hay alguien inocente esta reingeniería social? Un saludo.

M.D.: Estimado Teilhard: Si usted desde pequeño está educado para aceptar todo lo que se le dice sin más, si no se alimenta desde la más tierna infancia el espíritu crítico, de discernimiento , de debate, de responsabilidad, de búsqueda de soluciones alternativas, de amor por la verdad y lo justo, de amor por el trabajo bien hecho (que no en la competitividad), de amor por la lectura , posiblemente (a no ser que en su familia si lo hagan), crecerá como un ser que acepta todo lo que se le cuenta sin más. Crecerá como un ser pasivo y dormido. Actualmente la educación es una simple transmisión de lo que hay en un libro escrito al alumno, que lo recibe y graba (memoriza) como un papagayo. La mayoría de las veces sin entender ni de que se trata. La memoria es una parte importante en la educación pero no lo es todo. Le pondré un ejemplo, en las escuelas públicas, las ciencias y experimentos científicos son explicados a los alumnos a través del libro, sin hacer experimentos prácticos de ellos. Los debates de temas más o menos profundos brillan por su ausencia. Los textos que se leen son de forma mecánica, sin el menor atisbo de lectura comprensiva y crítica por parte del alumno. Al final estos alumnos no leerán un libro ni en sueños, no hablarán de nada que profundice en temas importantes, ni analizará lo que recibe de forma crítica, sencillamente porque no se le ha iniciado en ello. (Efectivamente tal y como está pensando están las excepciones que confirman la regla). Me pregunta si hay algún beneficio en ello, yo personalmente me he estado preguntando desde que era joven eso mismo, y el tiempo me ha dado la respuesta. Estoy viendo como generación tras generación los jóvenes cada vez se preocupan menos por busca r el sentido profundo de la vida (que no confundamos con estudiar religión como papagayos y sin enterrarse de nada). Estoy viendo cómo nuestros jóvenes se desentienden por los asuntos públicos de tal manera que hay unos “amos avariciosos” (políticos) que hacen y deshacen a su antojo todo lo público en nombre de cualquier sigla política y aquí no pasa nada. Los jóvenes están adormecidos. ¿Ve usted la cantidad de paro que hay, los trabajos en precario, la corrupción política , sindical, judicial? Con jóvenes despiertos y críticos esto no pasaría porque pedirían explicaciones y querrían ellos mismos cambiar las cosas y tomar la riendas. Una sociedad así de despierta no se dejaría embaucar ni guiar y eso creo que es lo que pretenden evitar a toda costa los codiciosos que aman el poder por encima de todo. Claro que todos somos responsables de esto en mayor o menor medida una vez que siendo adultos no somos ejemplo vivo de todo. Cada vez que vemos una injusticia y callamos. Cada vez que por miedo o interés personal dejamos que la verdad no brille. Los adultos somos el ejemplo vivo de nuestros jóvenes. Cada uno en su nivel, trabajo, familia etc, es responsable de sus actos y las consecuencias de estos ya sean positivas o negativas. Pero los mayores y verdaderos responsables son los que tienen las riendas y el poder de naciones, “esos que venden su alma al diablo día si y día también por un puñado de oro y poder”. “Esos” que pudiendo hacer no hacen, “esos corruptos” son la lacra y mayor estorbo para la evolución. Creo que me he extendido demasiado, reciba un afectuoso saludo. Mª Dolores.

J.N.: Estimados amigos: Me alegra comprobar de nuevo que estáis entre todas esas personas que, como Sinuhé en la novela de Mika Waltari, se hacen la eterna pregunta: “¿Por qué?” Tratar de hallar las causas de los fenómenos naturales, incluidos los humanos, es abordar la realidad con espíritu filosófico, como deben ser abordados. Opinar, censurar, denigrar, acusar, satirizar, echar la culpa a los demás lo puede hacer cualquier mindundi cuando se hace el indignado. ¡Qué asco de país!, es su única conclusión. Pero, en efecto, vosotros lo enfocáis bien al preguntaros por la “responsabilidad” de cada cual en el tipo de sociedad que tenemos, puesto que la sociedad somos nosotros mismos relacionados entre sí. Por eso, en cierto sentido, todos somos responsables, cada cual a su manera, unos por acción, otros por omisión; y todos somos nuestros propios verdugos. Y, sin embargo, también es verdad, como diría Tolstoi, que no hay culpables en el mundo. Porque, estrictamente hablando, en la naturaleza no hay culpables ni inocentes, sino causas y efectos. Por eso, afirmaba Spinoza que si en un país había más delitos, más corrupción, más violencia, más sediciones, más ignorancia, etc. que en otros, haríamos bien en preguntarnos por qué. Y opinaba que la culpa no podía ser de los ciudadanos, cuya naturaleza es la misma en todos los sitios, sino del sistema; pues si la sociedad tiene el mérito de civilizar a los hombres, también tiene el raro privilegio de corromperlos. O sea, que “el desprecio e infracción de las leyes no deben ser imputados tanto a la malicia de los súbditos como a la mala constitución del Estado”. Si tenemos en cuenta, además, que “sólo de las leyes y las costumbres puede derivarse que cada nación tenga un talante especial, una situación particular y, en fin, unos prejuicios propios”, y si aceptamos que las costumbres de un pueblo dependen más que nada de su educación, ya tenemos si no todas las causas, al menos las principales, que explican el “talante” especial, los “prejuicios” particulares y la “conducta” peculiar de los españoles. Un cordial saludo.

T.: Estimada María Dolores, Estoy de acuerdo con usted que el gobierno de nuestra clase política produce el efecto de generar en la juventud una abulia intelectual, un pasotismo político y una irresponsabilidad social. Pero mi pregunta sigue siendo ¿son estos efectos queridos y buscados en sí mismos por nuestra clase dirigente, o son simplemente consentidos por cuanto les reporta réditos políticos? En otras palabras, los políticos que nos dirigen y que vemos tan frecuentemente en las noticias, ¿realmente tienen cada uno de ellos la siniestra intención de producir ciudadanos abúlicos, o simplemente piensan que aprobando a todos sin esfuerzo obtendrán votos aceptando como mal menor que ello producirá en un primer momento ciudadanos ineptos? Un paso más ¿podría haber detrás del actual proyecto educativo del gobierno, una base científica, aunque estuviera mal aplicada y mal explicada? Pongo en el buscador Google “educación sin exámenes” y extraigo el siguiente párrafo, al parecer de un profesor de la facultad de biología de Málaga: “Por tanto, en educación, la única evaluación deseable debería ser el estar o no contento. Si alguien en un momento dado, en la clase, no está contento (sin consenso), tendría derecho a decirlo y a cambiar libremente de actividad. Porque sin disfrute no hay aprendizaje del bueno. Sin disfrute el aprendizaje disminuye en relación proporcional al grado de disminución del disfrute.” Ciertamente no es toda la verdad, pero si puede que sea parte de la verdad. Junto a la disciplina el esfuerzo y la responsabilidad; la creatividad, el contento y la libertad. ¿no era Spinoza quien defendía una estrecha relación entre los afectos y la razón? ¿no son, según Spinoza, los afectos positivos, la alegría, los que producen el crecimiento de la potencia del ser humano y de la razón?.¿no podría compararse de algún modo la “alegría” Spinozista, con el “contento” de este profesor que pretende suprimir los exámenes? ¿no sería lo más útil tender puentes entre estas dos concepciones y evitar la polarización? ¿no es acaso el líder de la oposición fruto de una educación tradicional basada en el esfuerzo la disciplina y la responsabilidad y sobretodo del método del examen a ultranza como buen opositor a Registros? ¿no es menos cierto que a este personaje le faltan registros para liderar esa oposición que quizás si hubiera obtenido con una educación digamos más creativa y apasionada? El mal que nos degrada lo ha recogido muy agudamente hoy el catedrático Sagardoy, -del foro de la sociedad civil- y uno de los mayores expertos en derecho laboral, al traer a colación una cita de Alain Touraine: “la idea según la cual podría pasarse del gobierno de los hombres a la administración de las cosas, no se ha realizado ya que el tránsito se ha producido del gobierno de los hombres a la administración de los hombres y por consiguiente, el papel económico, social y cultural del estado es cada vez más central”. Es sorprendente la concomitancia Spinozista de dicho párrafo. Las cosas tienen una necesidad en sí que descubriríamos si tuviéramos ideas claras y distintas y si conociéramos las causas de las cosas. De ahí la bondad de una “administración de las cosas” como una administración de y por la razón, frente a una administración de los hombres, es decir por las pasiones. En este contexto desgraciado de la “administración de los hombres” ¿no hubiera sido mejor un líder de la oposición que tuviera las aptitudes para tal contexto por muy deseable que sea una “administración de las cosas” para la que si ha demostrado capacidad, pero que fatalmente no es nuestro entorno actual? Un no menos afectuoso saludo. Teilhard.

M.D.: Estimado Teilhard: La intención de todos los títeres políticos y sindicalistas que existen actualmente es mantenerse en el poder a toda costa y utilizarán todo lo que sea necesario para ello, de esto no me cabe la menor duda. Evidentemente, cuanto más ignorante sea la población, más fácilmente podrá ser manipulada. Si lo hacen o no con la intención expresa de hacer daño, no lo sé, pero la realidad nos demuestra que el daño está hecho. En cuanto a la LOE (ley educación2/2006), es el último proyecto educativo aprobado por el gobierno a nivel nacional, dice textualmente en su preámbulo: “La educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y sus ciudadanos”. ¿Qué maravilla no? Sobre todo teniendo en cuenta que somos el país de Europa donde más fracaso escolar hay y donde el nivel educativo es el más bajo. Concretamente en el último informe PISA de 26 países evaluados España quedó en el puesto 23. Habla también de democracia, cuando todos sabemos que en España lo que hay es una oligocracia de partidos. ¿Mienten hasta en el BOE? Habla de conseguir ciudadanía libre y crítica, cuando por poner un ejemplo cualquier periodista crítico con el gobierno no aparece en el principal medio de comunicación de masas como es la TV ni por casualidad. De nuevo volvemos al papel mojado… ¿Qué es lo que está pasando? Pues lo mismo que en los programas electorales. Que todo es burocracia y papel mojado. Me pregunta si hay detrás del proyecto educativo el gobierno una base científica. Pues hasta donde yo sé (Primaria) si que la hay. Siguiendo la corriente constructivista, cuyos principales representantes son Jean Piaget y Lev Vygotsky, se pretende conseguir que el alumnado sea el protagonista de su aprendizaje, que descubra el mundo a través de la actuación directa sobre él, siendo el maestro un “guía” o “mediador” para que adquieran una serie de aprendizajes funcionales y significativos, a la vez lúdicos, para que desarrollen el pensamiento creativo y crítico. Por otro lado se pretende preparar al alumnado para el mundo laboral a través del desarrollo de las llamadas “Competencias Básicas”. Las competencias básicas son ocho: Competencia en Comunicación Lingüística. Competencia Matemática. Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico. Tratamiento de la información y competencia digital. Competencia social y ciudadana. Competencia cultural y artística. Competencia para aprender a aprender. Autonomía e iniciativa personal. Éstas no son otra cosa que los aprendizajes mínimos que deben desarrollar los alumnos para incorporarse con éxito al mundo laboral una vez acabada la enseñanza obligatoria, que es hasta los 16 años. En cuanto a la evaluación, se trata de evaluar el trabajo diario, el esfuerzo, el interés, la iniciativa, etc; y también se hacen pruebas, pero la nota final es el resultado de la suma de todo ello a lo largo de todo un curso. La evaluación ha de ser continua, se trata de evaluar no solo los objetivos mínimos de la educación sino también de evaluar si se han conseguido las Competencias Básicas. Así que como ves no se suprime la evaluación, simplemente se tienen en cuenta más parámetros para evaluar que la simple prueba escrita. Es una educación “activa” en la que se pretende que el alumnado disfrute con la enseñanza a la vez que experimenta el mundo real y no veo porque tiene que estar reñida con el esfuerzo y la responsabilidad. Desde luego exige del profesorado un esfuerzo casi titánico y no todos estarán por la labor. Es otra forma de enfocar la educación, pero no han formado al profesorado actual para llevarla a cabo, con lo cual ahora mismo el resultado es un caos y los principales damnificados son los alumnos. Por ello a mi me da que pensar que lo único que pretenden mejorar es su imagen pública diciendo: Mira ahí está la ley es maravillosa… ¡bah!, al final papel, papel mojado y nada más… perjudicados los alumnos… El tiempo dará la respuesta. En cuanto a lo que me pregunta del líder de la oposición, que si no hubiera sido mejor un líder de la oposición que tuviera las aptitudes para tal contexto con una educación distinta? Por supuesto, el líder de la oposición y hasta el presidente del gobierno, je, je… Yo personalmente creo que lo que no hay son dirigentes que se tomen en serio su trabajo y el significado de la palabra responsabilidad y amor por la humanidad y todos los seres de la creación , porque con un poquito de conciencia de lo que se traen entre manos, sin la avaricia y codicia que les caracteriza, todos los errores y ensayos serían llevados a cabo con la intención no de perpetuarse en el poder y enriquecerse a costa del pueblo, sino para tener la satisfacción de haber el hecho bien mientras pudieron. Y luego dejar un mundo mejor en manos de los siguientes… Reciba un cordial saludo.

J.D.: Tenemos MIEDO. Pero no de fantasmas o sombras, sino de “los otros”. Tenemos miedo hasta de nuestros vecinos. En un recorrido milenario, el Ser Humano se ha separado de su parte espiritual. Utilicemos o no la idea del culto al Dinero, no solo la razón, sino la mera observación, me lleva a concluir a favor de la “teoría conspirativa”, con matices. Porque no es que exista una “conspiración”, es que existe, al menos, una en cada café. Pero entre todas ellas, destaca la posibilidad de una milenaria conspiración, que algunos han llamado (de nuevo) “judeo-masónica”. La existencia o no de tal conspiración, sin embargo, no posee -en mi opinión- más que una relativa importancia. En efecto, como bien se apunta más arriba, la situación social, es Responsabilidad de todos y cada uno de nosotros, pero de cada uno en su propia medida. Porque ha sido nuestro MIEDO el que ha causado nuestro padecimiento. Tenemos miedo a lo material, o a la falta de bienes materiales. Sin embargo, la presencia de nuestro Ser Espiritual en cada uno (y en la totalidad) de nosotros es independiente de nuestra percepción. Sabemos lo que es Justo. Y lo que es Injusto. Pero nuestro Miedo, nos lleva a querer ignorarlo. La fórmula que ha conciliado la tendencia material a anticipar la defensa, a sobreprotegernos, y la conciencia de su injusticia, ha sido la de derivar nuestra responsabilidad a un grupo de ciudadanos (Rey, Señor Feudal, Parlamento, Gobierno, Ejército, Tribunales,…). Es más que a un Gobierno, a quien encargamos la toma de decisiones, y su ejecución, con el fin de que esos poderes, garanticen nuestra Seguridad. Es a un conglomerado de poderes, del que, en el grado que sea, todos somos responsables. Gobierno (no solo político) del que somos absolutamente responsables, bien por haberlo elegido, bien por consentirlo. Sin embargo, todo lo anterior, no permite olvidar esa Graduación de Responsabilidades que, en mayor o menor medida, corresponden a todos y cada uno de nosotros. Y, entre ellas, destaca, por su extraordinario y superior alcance -tanto cualitativa como cuantitativamente – la Responsabilidad de nuestros dirigentes (políticos, económicos, religiosos, mediáticos, …), la Responsabilidad de las Élites. No es el momento para profundizar sobre ello, pero en mi opinión, esas Élites bien podrían estar constituidas por un grupo (con renovación generacional) de Psicópatas Primarios de tipo Genético. Así, se comprende que estas personas sí estén dispuestas a llevar a cabo los actos que los “gobernados” exigimos, pero que no estamos dispuestos a ejecutar. Saludos. P.D. Y son esos Poderes (electos o consentidos) quienes, de entre todos, tienen (y, dados su actos, han de tener) más MIEDO. Y el miedo, no lo olvidemos, es una actitud individual. Parafraseando a E. Fromm, ¿tenemos Miedo a la Libertad? “El hombre común ama, por encima de la libertad, la seguridad. Y sólo conozco dos maneras de que una persona cambie el objeto de su amor preferente: una, cuando descubre que lo que antes amaba está lleno de defectos y le causa una gran frustración (el sistema le defrauda muy seriamente); dos, cuando descubre que hay algo mucho mejor que lo que tiene (las numerosas ventajas de la democracia auténtica). Si estamos convencidos de tener algo mejor como recambio de lo que hay, sólo veo un método viable en un país como el nuestro: señalar al sistema actual como causa de nuestros males y demostrárselo, más allá de toda duda, a los más sensatos. Y persuadir a estos mismos, más conscientes, de que la democracia, que no tenemos, es una alternativa formidable para toda la sociedad, y nos otorgará a todos mucha más seguridad. Para lograr esto último tendremos que vencer muchos recelos y no lo conseguiremos si nos mostramos prepotentes con la gente humilde, la inmensa mayoría, de la que depende, al fin y al cabo, la aprobación y defensa de la nueva fórmula política” (Jesús Nava).

J.N.: Gracias, Jesús Díaz, por citar ese párrafo mío que, como tantos otros, ya tenía olvidado. Me ha hecho sonreír que clasificaras a nuestras élites entre los “psicópatas primarios de tipo genético”. Espero que no sea tan grave, pero algunos psicólogos compartirían un diagnóstico parecido. Y estoy de acuerdo contigo en que, como ya hemos tratado en otro lugar, la gente tiene miedo a muchas cosas, incluyendo a la libertad. No a esa concepción alpargatera de la libertad con que replicaron unos jóvenes a cierto actor de teatro, cuando al censurarles que no pararan de interrumpir la representación, le espetaron: “Estamos en una democracia, y tenemos libertad de expresión para hablar cuando nos de la gana”, sino a la libertad que consiste en asumir la responsabilidad sobre nuestra vida, nuestros asuntos y nuestros actos. Los españoles, infantilizados política y moralmente, y disfrutando, en su gran mayoría, de un nivel de vida de los más altos del mundo -que los ha aburguesado hasta convertirlos en ciudadanos de corral, como diría Amiel-, reaccionan, si se les habla de la libertad, como esos chicos, ya entraditos en años, cuando sus padres les sugieren que se animen a independizarse; sólo ponen objeciones: la carestía de la vida y de la vivienda, lo poco que ganan, etc., cosas todas ellas que pueden ser más o menos ciertas, pero que ocultan, generalmente, el miedo a perder las comodidades domésticas y a afrontar la responsabilidad de vivir como adultos autónomos. La culpa, por supuesto, es de los padres que se lo consienten y fomentan; y la pasividad de los ciudadanos, respecto a los asuntos públicos y su autogobierno, lo es de la sociedad, que hace lo mismo que las familias. Pues ¿qué derecho tenemos a exigir a nuestros hijos el valor y la honestidad que los adultos hemos perdido antes y que no hemos sabido transmitirles? Un pueblo sólo se pierde cuando los hombres hechos se corrompen, afirmaba Montesquieu. Estoy igualmente de acuerdo con Mª Dolores: todo lo que dice la Constitución española es papel mojado, y las Leyes Orgánicas que la desarrollan, necesariamente también. Aunque sean malas -o manifiestamente mejorables, como dicen los cursis-, no se aplican ni en lo que tienen de bueno; pero sería para echarse a temblar si se aplicara todo lo que tiene de malo: el papel del Ejército (ahora, además, formado por mercenarios) en la defensa nacional y de la Constitución; los privilegios de la Iglesia Católica y la confesionalidad descarada del Estado; el mandato imperativo de sus jefes sobre los diputados; la burla que supone afirmar que los partidos, los sindicatos y hasta las asociaciones empresariales “deberán ser democráticos en su estructura y funcionamiento interno”; la práctica imposibilidad de reformar la Constitución, si no es mediante una sublevación popular; el desprecio absoluto hacia los electores y sus iniciativas; la ausencia total de referendos; la irresponsabilidad penal del Rey; etc. Así que cuanto diga la LOE me importa un bledo; porque será precioso, no lo dudo, pero, como dice MD, seguirá siendo papel mojado, es decir: no sirve para nada. A nuestro amigo Teilhard, cuando se pregunta si los gobernantes, sean conservadores o progresistas, tienen las intenciones siniestras de hacer ciudadanos abúlicos, le diría si también los padres tienen la intención de convertir a sus hijos en unos inútiles. Estoy seguro de que los padres no quieren eso; se equivocan, quieren mal a sus hijos, pero los quieren. En el caso de los políticos, hablar de afecto hacia los ciudadanos, sería un chiste; pero prefiero no juzgar sus intenciones y atenerme a sus hechos (por sus frutos se conoce el árbol), porque como decía Jesús de Nazaret de los fariseos, dicen y no hacen. Y como les conviene mucho, para poder hacer y deshacer a su antojo, la abulia de los ciudadanos -a los que únicamente animan a participar en la vida política votando o inscribiéndose en sus partidos-, no puedo pensar de ellos, en cuando forman parte de la casta política, otro cosa que lo peor; es decir, que sí, que quieren tener ciudadanos sumisos que deleguen todas sus libertades políticas en ellos y se conviertan en ganado pastoreado por sus gobernantes. Respecto a que, como dice el profesor citado, “en educación, la única evaluación deseable debería ser el estar o no contento”, me parece que tiene tanta validez como juzgar la eficacia y virtudes de la medicina por lo contento que se siente el paciente durante el proceso del tratamiento. Porque bien podría ocurrir que los médicos y educadores más inútiles se dedicaran a complacer a sus pacientes y pupilos, dejándolos en el mismo estado lamentable, o en otro aún peor, de enfermedad o ignorancia en que llegaron a sus manos. En cuanto al deseo marxista, formulado por Engels, de que algún día el gobierno de las personas sea reemplazado por la administración de las cosas, prefiero no comentarlo ahora. Esperaré a que consigamos alcanzar una sociedad de ángeles, donde los ciudadanos ya no sean burgueses egoístas y, por lo tanto, ya no necesiten gobierno alguno, para apoyar la anarquía, y la administración del Estado por un buen equipo de contables. Pero, mientras los hombres sean hombres, siempre sostendré, con Spinoza, que hace falta algún tipo de autoridad y gobierno -democráticos, naturalmente- que, mediante la coacción y la fuerza, induzca a los hombres a hacer libremente lo que es más razonable. Un cordial saludo para todos.

T.: Estimado Sr Nava y demás contertulios, En esta ocasión, el texto de Voltaire traído a colación por usted en su blog, ha suscitado hasta ahora la participación de 4 comentaristas y más de 10 intervenciones, lo que no es habitual. ¿Será el periodo estival? o ¿será que la tensión empieza a estar a flor de piel lo que a su vez explicaría el carácter altisonante de algunas de esas manifestaciones. A decir de muchos, este otoño nuestra sociedad, que desarbolada navega a la deriva por aguas turbulentas y cielo amenazador, se adentrará sin remedio en el temporal de fuertes vientos y olas destructoras, y ello pese a que ya se veía venir hace tiempo. El paro imparable e insoportable, impacta contra ciudadanos desprovistos moral e intelectualmente, apenas asidos a unas instituciones desmanteladas. La implosión deflacionaria dará paso a la explosión inflacionista arrasando el tejido industrial y las maltrechas economías aun subsistentes de las clases medias. En tal trance, ¿seremos capaces como colectivo de mantenernos a flote? Peor aún ¿nos sabemos un colectivo frente a la amenaza? Se ha dicho en una intervención MIEDO. “Tristeza inconstante surgida de una cosa dudosa…si de estos afectos se suprime la duda…del miedo resulta la desesperación.” (Spinoza, Ética proposición XVIII escolio II). Quizás, sí, miedo a la libertad, pero desesperación ante nuestro destino cierto. El tiempo apremia. Diría yo el temporal y mientras… ¿Qué valor tienen las palabras? Suficientes todavía para no saber. No saber lo que dicen. No saber qué es lo que las palabras que dice dicen. ¿Dice? Segrega. Di mejor por segrega. ¿Qué es lo que las palabras que segrega dicen? Qué susodicho vacío. Susodicha tenuidad. Susodichas sombras. Susodichos seda y germen de todo. Suficientes para saber que no se sabe. No se sabe que es lo que las palabras que segregan dicen. No se dice. No se dice que es todo lo que de algún modo dicen. (Samuel Becket). Y uno de los nuestros: Diferenciar el hombre de palabras del de obras. Es única precisión, así como la del amigo, de la persona, o del empleo, que son muy diferentes. Malo es, no teniendo palabra buena, no tener obra mala; peor, no teniendo palabra mala, no tener obra buena. Ya no se come de palabras, que son viento, ni se vive de cortesías, que es un cortés engaño. Cazar las aves con luz es el verdadero encandilar. Los desvanecidos se pagan del viento; las palabras han de ser prendas de las obras, y así han de tener el valor. Los árboles que no dan fruto, sino hojas, no suelen tener corazón. Conviene conocerlos, unos para provecho, otros para sombra. Un cordial saludo. Teilhard.

M.D.: Estimados caminantes: Si debates como éste se propiciaran en institutos públicos y universidades, ¿acaso, Teilhard, la abulia intelectual de nuestros jóvenes se eliminaría? Yo creo que sí. ¿Acaso no empezaríamos a estimular el espíritu crítico, de investigación y búsqueda de soluciones en nuestros jóvenes? Yo creo que sí. Actualmente, Jesús Nava, con la Ley de Calidad de Educación en Andalucía (donde se le paga un plus al profesorado que se comprometa a que su alumnado va a subir el nivel de notas) se está consiguiendo eso, que haya más aprobados para justificar estadísticas y justificar sueldos, el enfermo y su familia se van contentos pero le aseguro que el paciente sigue estando muy malito, je, je. El miedo, el miedo es un tema que merece desde mi punto de vista ser tratado en profundidad. El miedo nos paraliza, nos hace perder la esperanza. Pero miedo, Jesús Díaz Formoso, ¿a qué? ¿Miedo a la vida, miedo a la muerte, miedo a nosotros mismos, miedo a los demás, miedo a las instituciones monstruosas, miedo a perder el trabajo, al ridículo, a perder el control, a ser un nadie, una nada? ¿Miedo a esos Psicópatas Primarios de tipo Genético, ja, ja, jaaaaaaaa? En serio… ¿Es realmente necesario el miedo? ¿Acaso no se trata de una simple falta de autoestima que tendría que ser tratada por un profesional de la psicología? ¿Es una alarma real en nuestros días, una educación errónea, un arma de control de masas? Ya no tenemos que huir de inmensas fieras que nos coman en sentido literal, ahora quien nos “come” son esas instituciones que no podemos ver pero están ahí, esas que nos hacen sentir pequeños números anónimos, que nos pueden despedir o contratar, que deciden sobre nuestro futuro, pero no tienen nombre ni rostro, no sabemos dónde están, pero amenazantes existen y deciden sobre nuestro destino y el de nuestros hijos? Son los Estados monstruosos, los lobbies poderosos, las grandes multinacionales? ¿Cómo se lucha contra esos monstruos incorpóreos, con qué armas? Gracias a todos. Un cordial saludo.

J.D.: Querido maestro, la actividad parlamentaria es aún peor: Cuando se regula un Derecho Fundamental, siempre es para recortar su ámbito. La Constitución, al parecer, lo aguanta todo. Resulta ejemplar que, en sus 30 años de vigencia, nunca (al menos hasta donde yo conozco; y conozco bastante) un solo Juez español se ha negado a aplicar las Normas Procesales que rigen los Procedimientos Ejecutivos, y que impiden una mínima actividad defensiva del “ejecutado”, por ser contraria a la prohibición de Indefensión del art. 24, 1º del referido Texto Constitucional. Es más, incluso el Tribunal Constitucional (STC 14/1992) ha declarado que tales Derechos Fundamentales son relativos (dependen de la situación “económico-Mercantil): luego, no son Fundamentales. Efectivamente, el derecho está torcido, queridos y virtuales contertulios. Y espero poder aportar algún esfuerzo para lograr enderezarlo. En eso ando. Hemos de recuperar nuestra Espiritualidad. Esa es la estrategia, el Medio y, a la vez, el Fin. No puedo sino aceptar que a cualquier Ser Humano le sea factible percibir la existencia de su Ser Espiritual. Una vez atisbada, es precisa una decisión. Un impulso valiente y constante en la búsqueda de nosotros mismos, en nuestra “Búsqueda interior”, más allá de nuestras limitadas percepciones sensoriales; más allá de nuestros pensamientos. Pero esa “exigida” decisión ha de ser tomada incursos en los acontecimientos que afectan a nuestro Ser Material, que irremediablemente, habrán de quedar desplazados. Por eso, la indecisión que, producto de la inseguridad y el temor -del Miedo-, nos lleva a esperar a que el curso de ese “río” de acontecimientos materiales se serene y cese; Pero así, nunca podremos cruzar ese “río”, cuyo fluir nunca se detiene. De nuevo en el mismo lugar: Hemos de erradicar y vencer al Miedo; primero en nosotros mismos; después demostrando a los indecisos la vacuidad infantil de sus temores, con nuestro ejemplo. Lo que exige Rectitud y Honestidad en nuestras vidas, y en cada uno de nuestros actos. Por otra parte, hoy por hoy, no resulta difícil representarse la introducción de una nueva fórmula de manipulación social en este “mundo global”. En efecto, ante la evidencia de la situación que ya padecemos, y a la vista de aquélla a la que de inmediato nos vemos avocados, el Miedo habrá de ser referido –antes o después- a la continuidad del actual sistema de Gobierno, que se evidencia como el mayor de los riesgos a que nos enfrentamos (“la madre de todos los peligros”). Me refiero a la posibilidad (creo que nada remota) de que ESE “Nuevo Temor” constituya el Fundamento de una nueva forma de corrupción sistémica -esta vez global y uniforme). Pero tampoco tal posibilidad alcanzaría entidad si, en lugar de buscar respuestas fuera de nosotros (en ideas y percepciones ajenas, acerca de cuya realidad -incluso honestidad- hemos de dudar -más aún, cuya consideración debemos de erradicar), recuperásemos nuestro Ser Espiritual. Recuperar nuestro Ser Espiritual; excitar la búsqueda de conocimiento en nuestro interior; desprenderse de ataduras ajenas a nuestra naturaleza. Y, desde luego, SIN INTERMEDIARIOS. Esta es, en mi opinión, la más efectiva, lógica y simple estrategia para sacudirnos el Dominio del grupo de Psicópatas que rige nuestros destinos. Por eso, tengo la plena convicción de que, recuperando la Espiritualidad, desaparecerá el apego por lo material, y con él, el Miedo, haciendo que nuestra seguridad, primero, deje de tener un sentido egoísta, y segundo, nos sea proporcionada por la Justicia y la Solidaridad de las propias relaciones humanas. En efecto, la relación del Hombre con “lo trascendente” HA DE SER SIN INTERMEDIARIOS. Añadiría que, quienes precisan de intermediarios (no quienes están “más cómodos” delegando su espiritualidad en intermediarios, pero que son, de algún modo, conscientes de su capacidad de asumir la plena responsabilidad de su búsqueda espiritual), son las Élites. Y las élites precisan de Intermediarios, precisamente, por causa de su trastorno genético PSICOPÁTICO, que les impide percibir la dimensión espiritual (que transforman en una falacia sin sentido último, que les ciega en lo material). Ello, como no podría ser de otra forma, condiciona el desarrollo emocional de las Élites, y en consecuencia, su milenaria -o no- concepción Metafísica -si es que merece ese nombre tal artificiosa construcción de tríadas, Árboles de la Vida, Senderos o símbolos. No digo que “esa Metafísica” no sea sugerente. Incluso tiene un punto de partida que puedo compartir. Pero se trata de una mera fábula, vacía de contenido, pero llena de artificiosas dificultades, e infames “recompensas” -siempre materiales o falsas- en la que se enredan todos los “grados” y adeptos; y de tales conflictos, los Psicópatas sacan provecho; esos adeptos y grados, son las primeras víctimas: no lancemos nuestras iras contra ellos: recuperémosles. Estimada MD; Miedo a la vida. Miedo a no poder recuperarte de un mal trance. Miedo a la injusticia. Miedo a la Libertad. Miedo ante las terribles penalidades que, de momento -solo de momento- vemos padecer a otros. Miedo a la soledad. Miedo a no encontrar solidaridad, necesitando de ella. Miedo ante la difuminación de la familia extensa: Miedo al futuro incierto, que nos parece ajeno a nosotros mismos. Miedo ante la visión minúscula que, de nosotros mismos tenemos. Miedo a quedarte sin tu casa. Miedo a que te quiten tu familia. Miedo a perder el trabajo, los ahorros. Miedo a la enfermedad. Pero esas élites psicopáticas actúan por medio de personas. Personas que han vendido su alma a cambio de una falsa seguridad; transacción tras la cual, sin embargo, han conservado el miedo. Sin miedo, no hay esclavitud. La Esclavitud: a lo largo de la Historia, el esclavista debía proporcionar alimento, vestido y resguardo al esclavo. La esclavitud, hoy en día, lejos de desaparecer, se ha expandido, con ropajes “democráticos”; pero es una institución aún de mayor vileza: Hoy, el esclavista no tiene obligación alguna para con sus esclavos. Y, en efecto, el tiempo de las palabras pronunciadas debe llegar a su fin; es hora de las palabras escuchadas. Y esas palabras escuchadas no son nada sin el reflejo de los actos de su emisor. Si las palabras no coinciden con los actos, no hay más mensaje que el propio de la mentira. P.D.: Uno no es Libre porque hace lo que quiere. Es Libre porque acepta plenamente la Responsabilidad -aún inicialmente incierta- de sus actos. Sabe lo que DEBE hacer, y lo hace. Precisamente, cuando uno hace lo que desea, (más aún cuando, como las Élites y sus Lacayos, lo puede hacer sin responsabilizarse de sus consecuencias), se convierte en Esclavo de sus Deseos. Y ningún esclavo puede ser libre. ESA ES LA TRAMPA.

J.N.: Estimado Jesús Díaz: Comparto tu comentario al cien por cien. Iba a contestarle a Mª Dolores en la misma línea, cuando se preguntaba: “¿Cómo se lucha contra esos monstruos incorpóreos, con qué armas?” Y yo respondo, a coro contigo: con alma, mucha alma. O como decía Amiel: “Metamorfosis ascendente de la vida, espiritualización progresiva; he ahí nuestro deber. Ayudar al hombre a ser cada vez más divino; en su inteligencia, en su sentimiento, en su acción; éste es el fin”. Y si alguien se pregunta qué tiene que ver la espiritualidad con la política, le respondería con una sentencia impresionante de Spinoza: “El alma del Estado son los derechos”. Para la vida de un pueblo, congregado en un Estado social, ¿qué puede haber más importante que sus derechos? ¿Qué otros deberes nos incumben, en cuanto ciudadanos, que el respeto a los derechos comunes de todos? Pero para que esos derechos sean comunes, y constituyan el alma de la nación, debe ser el pueblo quien legisle, y quien delibere antes de legislar. Pues no importa que los ciudadanos “pierdan el tiempo en discusiones. Pues, si mientras los romanos deliberan, se pierde Sagunto, al revés, mientras unos pocos lo deciden todo según su propio gusto, perece la libertad y el bien común” (Spinoza, Tratado político). También me ha emocionado, amigo, cuando has dicho, hablando de las élites y sus secuaces: “Esos adeptos y grados, son las primeras víctimas: no lancemos nuestras iras contra ellos: recuperémosles.” Aquí has hablado como un verdadero Mahatma, alma grande. Recibe un fraternal abrazo.

J.D.: Y, estimada md, las armas para esa lucha, no pueden -en mi opinión- ser muy distintas a las que, como se ha publicado en estas consoladoras páginas, señaló DEEPAK CHOPRA: “La verdadera seguridad viene de un ampliado sentido de uno mismo en el que la codicia es reemplazada por el deseo de compartir, la arrogancia por la humildad, la agresión por la generosidad, las exigencias por la conciliación”. Un fuerte abrazo. Querido Jesús Nava, te agradezco los elogios, pero son inmerecidos: es a ti a quien corresponde recibirlos. Mis palabras provienen, en gran medida, de tus lecciones. Recibe mi más cálido agradecimiento.

J.N.: Estimado Jesús Díaz: Iba a pedirte -lo hago ahora- que nos expliques mejor tu referencia a la indefensión. ¿Querías decir que por una aplicación estricta del artículo 24, 1º de la Constitución, que prohíbe la indefensión, en la práctica se deja a las personas indefensas? Que el Derecho está “torcido” no tengo la menor duda. Pero, ¿podrías ilustrarnos al respecto, amigo mío, con tus conocimientos y experiencias en ese campo? Creo firmemente que la libertad real de los ciudadanos depende más, como ya decía Montesquieu, del Código Penal, o sea, de la Justicia, que de ninguna otra cosa, incluyendo el sufragio universal. Un cordial saludo. P.D. Para quien no tenga un ejemplar de la Constitución española, de 27 de diciembre de 1978, transcribo aquí el párrafo aludido, Artículo 24, 1º: “Todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión”. Para facilitar el acceso a los comentarios, surgidos del interesante y cordial debate a que ha dado lugar este artículo de Voltaire, vuelvo a ponerlo como segundo en portada. Gracias a todos por vuestras aportaciones.

J.D.: Estimado Jesús Nava, te envío enlace al Preámbulo de los Estatutos de la Asociación de Usuarios de la Administración de Justicia Española, “La Justicia emana del Pueblo” (AUSAJ),que tengo el honor de presidir.

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«LA CORPORACIÓN: CORPORACIONES ¿INSTITUCIONES O PSICÓPATAS?», Documental, 2003. («The Corporation»)