JUECES Y PSICÓPATAS: Prostitución de menores y esclavitud de mujeres vulnerables: Prohibido investigar.

Prostitución de menores

 

La Comunidad de Madrid presentó 84 denuncias a la Fiscalía para alertar sobre la red que prostituía menores

El primer caso lo denunció una madre a finales de 2019, pero el juzgado lo archivó en enero de 2020 como desaparición voluntaria y la niña siguió esclavizada.

¿Cuánto cobró ese Juez en concepto de «productividad»?

El Imparcial, 21 ENE  2022

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (Foto: Comunidad de Madrid)
 

Los centros de tutela de menores de la Comunidad de Madrid emitieron hasta 5.000 denuncias el pasado año. De estas, 84 denuncias tienen que ver directamente con las desapariciones de niñas en centros de menores de la región en lo que se ha conocido como ‘Operación Sana’.

Se trata de un caso en manos de un juzgado de Madrid, que investiga una red de prostitución infantil que operaba, sobre todo, en el distrito madrileño de Villaverde y en el que al menos diez menores habrían sufrido abusos sexuales.

Algunas de esas menores se encontraban tuteladas por la Comunidad de Madrid en centros de régimen abierto, por lo que el caso ha tomado tintes políticos, en la medida en que desde determinados sectores de la izquierda se ha tratado de equiparar este caso con el de las menores tuteladas en la Comunidad Valenciana o Baleares.

Sin embargo, según ha podido saber El Imparcial, la Comunidad de Madrid ha emitido hasta 84 denuncias en el caso de las menores relacionadas con la red que se investiga en la ‘Operación Sana’, sin obtener respuesta de la Fiscalía.

Además, el Ejecutivo que lidera Isabel Díaz Ayuso llegó a pedir al juez de forma expresa en octubre de 2021 la privación del permiso de salida del centro de una de estas menores sin que el juez haya emitido respuesta alguna por el momento.

El pasado 10 de enero, la Comunidad de Madrid trató de formalizar su personación como acusación particular en el caso, pero diez días después, el juzgado no ha permitido realizar este trámite.

El pasado 3 de enero, Agentes de la Policía Nacional detuvieron a 37 personas que formaban un grupo criminal dedicado, presuntamente, a la explotación sexual de menores de edad en lo que se ha conocido como ‘Operación Sana’.

En los registros que se realizaron, los agentes localizaron un zulo donde los arrestados explotaban sexualmente a las menores y se intervinieron varios efectos como droga, material informático, armas y dinero.

La investigación comenzó en abril cuando los agentes tuvieron noticias de que una menor de edad se fugaba con asiduidad de su lugar de residencia y que durante sus ausencias mantenía relaciones sexuales con personas mayores de edad a cambio de dinero o de sustancias estupefacientes.

Los investigadores descubrieron que otras menores, con las que compartía lugar de residencia, se encontraban en la misma situación. Contactaban con ellas a través de redes sociales ganándose su confianza y posteriormente las utilizaban para ofrecer servicios sexuales a clientes a los que suministraban sustancias estupefacientes.

 

Prostitución de menores

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Así captaban a las niñas prostituidas: «Dormí en la casa okupa de una pareja. Me daban droga por cuidarles a los hijos»

Una víctima, de 14 años y toxicómana, intentó quitarse la vida estando ingresada por los Servicios Sociales

Menas del centro de Hortaleza iniciaron en el consumo de estupefacientes a niñas tuteladas en el mismo edificio

Por Carlos Hidalgo

ABC, 22 ENE 2022

La Policía interviene en una zona de Villaverde Alto con frecuente presencia de toxicómanos y problemas de prostitución – GUILLERMO NAVARRO

 

El primer caso que se conoció data de finales de 2019. Una madre se dirigió a la comisaría de Arganzuela para denunciar las continuas fugas de casa de su hija, menor de edad, para acudir a «zonas de venta de droga en San Cristóbal y Villaverde»: «Mi niña ya es adicta. Sé que allí abusan de mi hija y de otros menores y mayores de edad. A cambio de sexo, las mantienen dentro de los pisos durante días. Abusando de ella como les place. Me he llegado a encontrar allí a mi hija casi inconsciente. La última vez que se ha escapado [el 29 de diciembre de 2019] fue con Ismael Rafael D. M., un dominicano que pertenece a bandas latinas.

Cumplía condena por tráfico de drogas, pero está de permiso penitenciario». Entonces, hace dos años, el juzgado archivó la causa. Ahora, tras destaparse la trama de prostitución de niñas de la operación Sana, esa víctima es una de las diez ahora liberadas. Sí, dos años después. Lo que se ha tardado en volver a incluir a esta niña en un caso, al menos este, que pudo haberse atajado mucho antes. Se archivó por ser una desaparición voluntaria.

Uno de los capítulos más graves lo protagoniza una menor de edad de 14 años. Tiene tras de sí una vida durísima, con un padre toxicómano y continuas fugas, primero de su casa y luego del centro donde estaba. Fue hallada por la Policía en una casa okupa llena de drogadictos: «Duermo en casa de una pareja adulta [se cree que amigos de su progenitor], que venden droga y, a cambio, de cuidar de sus hijos, me la ofrecen a mí». Se da la circunstancia de que es la misma que, dentro del centro de acogida, se cortó las venas, sin llegar, por suerte, a morir.

 

Randy, uno de los encartados, en el pub El Patio, donde presuntamente se violaba a las niñas – ABC

El sumario judicial recoge múltiples ejemplos, como este, de cómo los 37 detenidos el 30 de noviembre (solo hay ocho de ellos en prisión, por lo que las diez menores que se conocen como víctimas están muy asustadas y tienen condición de testigos protegidas) se las arreglaban para embaucarlas. Para enamorarlas, también. Para engancharlas a la droga, tenerlas a su merced y prostituirlas y violarlas continuadamente para sacar dinero de ellas. Y para, incluso, utilizarlas de ‘mulas’ para distribuir estupefacientes como cocaína, crack, heroína, marihuana y hachís. Una rueda infinita e invisible, un infierno a pie de calle en pleno Madrid y con varias de estas chicas estando tuteladas por la Comunidad en centros especializados.

 

Croquis dibujado por una víctima del piso donde fue violada durante días – ABC

«Cadenas invisibles»

Hay testimonios, uno de los más duros, que relatan precisamente cómo en uno de esos recursos públicos, de Aranjuez, se inició en las drogas: «Empecé a consumir cannabis que le compraba a un marroquí del centro», afirma en una carta manuscrita en propiedad del juzgado número 8 de Madrid. Tenía 14 años. Había pasado por el centro de primera acogida de Hortaleza. También contactó con el primo de uno de esos magrebíes (menores extranjeros no acompañados, menas) con los que alternaba en el centro: «Él me desvirgó», añadió.

El Grupo XXII de la Unidad de Familia y Atención a la Mujer de la Brigada de Policía Judicial de Madrid (Ufam) ha redactado informes incorporados a la causa en los que se detallan esas labores de captación para la trata de estas crías. «Las menores tienen una evidente falta de madurez, provenientes de entornos desfavorecidos, con fracaso escolar y habitualmente tuteladas en centro», indican; y haciendo hincapié en el hecho de que, al fugarse continuamente («muchas no tienen dinero para comer ni dormir»), se encuentran en «una situación de extrema vulnerabilidad». «Esto las hace unirse al primer foco de cariño o bienestar afectivo que les surge», sentencian. Y así es como ya está abonado el caldo de cultivo.

Algunas se infectaron de sarna, clamídia y gonorrea, al obligarlas los proxenetas a prostituirse sin condón con muchos toxicómanos

La Policía señala que la mafia buscaba a este tipo de perfil. Las atraían y captaban «a través de redes sociales y de manera indiscriminada [hay constatados diez casos] como YouTube, Facebook e Instagram». El ejemplo más nítido es el del rapero Saymol Fyly, «un cantante de reconocido prestigio», continúa la Ufam: «Del contenido de sus vídeos musicales destacan afirmaciones como el hecho de vender drogas, la ostentación de grandes cantidades económicas, consumo de sustancias estupefacientes, la visualización de armas y los locales donde graban. Extremos que despiertan curiosidad y atraen a las menores de edad».

Por ejemplo, en una de las canchas que aparecen en unas grabaciones, en San Cristóbal de los Ángeles, el rapero aparece con otro investigado. Y ahí fue donde precisamente contactaron con la testigo protegida número 7. La menor número 1 también refiere un local «donde Saymol y Kalifa», dos de los principales captadores, «llevaban a menores de edad»: «Es un punto de venta de droga donde paran los dominicanos», añade la chiquilla.

Violación en una fiesta

El atestado policial detalla que en ese bar aparecen cortando droga con un cuchillo y se aprecian en el vídeo también un soplete de gas (para cocinar la base de cocaína) y una pistola. La madre de la testigo 2 también hace referencia a que su hija estuvo con el rapero cuando tenía 13 años.

El primer caso lo denunció una madre en 2019, pero el juzgado lo archivó como desaparición voluntaria y la niña siguió esclavizada

Sobre el Metralla, otro de los primeros sospechosos, se relata que, junto a otro «cantante dominicano», fue investigado por la presunta agresión sexual a una menor en una fiesta en enero de 2021. En el perfil de Facebook del Metralla «se observa una evidente ostentación de barcos, coches de lujo, relojes, gafas y fiestas con bebidas costosas, coincidente también con el testimonio de la testigo protegida 1». De hecho, en su declaración, la niña hacía referencia a ello. Otro investigado, Chuky, también presume «de posesión de joyas, de oro, cadenas y dinero», añaden los investigadores.

Luego, está la técnica del ‘lover boy’, una figura muy común en la trata de mujeres rumanas pero que se da también en este entorno latinoamericano. «La organización utiliza a los mayores de edad de los peldaños inferiores de la organización, aprovechando sus ‘encantos’ para tratar de enamorar a las menores», con «falso cariño y agasajándolas con numerosos detalles».

Aprovechando ese apego afectivo, las introducen en las narcochabolas de San Cristóbal de los Ángeles, Marconi, Vallecas y Villaverde, hasta crearles dependencia y prostituirlas. Lo que se conoce en el argot como «cadenas invisibles». Dos de las testigos hablan del Kalifa y de Chuky como de sus «novios» y las hacían acostarse con otros.

Las amenazaron «con golpearlas con un cenicero», al grito de «¡Voy a acabar contigo!». Las palizas eran tremendas y se contagiaron de sarna, clamídia y gonorrea.

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«En líneas generales los principales partidos políticos democráticos han tenido una concepción sobre la justicia cercana a la del franquismo, en la que la judicatura no era un poder del Estado propiamente dicho, sino que estaba al servicio del Poder Ejecutivo. Tras la Transición, en algunos partidos se mantuvo esa idea de que no era bueno que hubiera un sistema sólido de contrapesos y controles. Esa es la realidad que tenemos ahora y estas batallas políticas por el control de la cúpula judicial explican todas las situaciones de bloqueo y conflictos relativas al Consejo General del Poder Judicial».

Joaquim Bosch, Juez

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Las niñas prostituidas en narcopisos: «Me tenían como un perro, drogada. Si se enteran de que hablo, la banda latina me mata»

ABC accede a los testimonios de las menores testigos protegidas, drogadas y vendidas a pandilleros en narcopisos

Relatan a la Policía cómo la violaban y las enganchaban al crack, la heroína y la coca. Las golpeaban desde los 13 años

Por Carlos Hidalgo

ABC, 21 ENE 2022

Saymol Fyly, el rapero investigado como uno de los líderes de la trama – ABC

 

El sumario de la operación Sana, la mayor investigación contra la trata de niñas para la prostitución y venta de droga en Madrid, revela que los principales explotadores eran jóvenes de la banda latina Dominican Don’t Play (DDP) y que algunas de ellas, también las que se escapaban de centros de la Comunidad donde estaban tuteladas, llevaban hasta dos años siento vendidas en narcopisos y chabolas.

Testigo protegida 1: «Me golpeaban y me tiraban de los pelos. Me daba igual morirme»

La primera exploración a esta menor, que cayó en las zarpas de la red con 13 o 14 años, se produce el mismo día en que se la localiza en una narcochabola de Villaverde, el 23 de junio pasado. La Unidad de Familia y Atención a la Mujer (Ufam) de Madrid recaba un testimonio en la que la víctima asegura que se prostituye porque quiere: «A cambio de droga, ropa…

Yo sé qué quiero algo y me lo compro; quiero maquillaje, ropa, desayuno… Lo hago cuando lo necesito». Señala un chalé en Fuentidueña de Tajo donde se ha acostado «varias veces» con un individuo. «Me daba 50 euros, a veces 40, 30. Cuando fui al centro [de menores] de Aranjuez, yo ya me acostaba con él», relata, y añade más datos de otros hombres («Un rumano que roba botellas de whisky, de unos 55 años, y me daba asco»); también de otras relaciones sexuales «a cambio de un gramo de base [de cocaína]» o «de perico». En una segunda exploración, a primeros de octubre, menciona a uno de los proxenetas, el Kalifa, que la obligaba a acostarse con otros Dominican Don’t Play.

El relato evoluciona, aparecen más nombres de la red, como Chuky, Ñaño, Tabárez, Randy y Metralla. De este último, afirma: «Me obligó a mantener relaciones sexuales con tres o cuatro amigos suyos. Yo me quería ir, pero no me dejaba. Yo estaba en el piso de abajo y me grababan con una cámara que tenía en su casa. Me traía a gente desconocida para que me acostara con ellos, a cambio de dinero, y él se quedaba la mitad. Me encerraban, no me dejaban salir y me grababan. Yo no era así. Cuando conocí al Kalifa, me cambió la vida; él me enganchó a la droga, yo no quería». Conforme avanza la declaración, va reconociendo que era una esclava y da detalles demasiado explícitos y duros como para ser reproducidos aquí.

Luego habla a los agentes de algunos lugares donde las prostituían: «Quiero que cerréis [el piso de] Felisa Méndez, es un sitio de putas en el que me hicieron el anuncio», refiere sobre las fotografías en mallas que le hicieron para traficar con ellas.

Una semana después, en una tercera declaración, dice a los agentes que «lo voluntario y lo no voluntario» lo tiene «escrito todo en Instagram». Habla de lugares como viviendas en la calle del Monte Igueldo, 62, y de otros apelativos como el Cuba, el Grande («Me dijo que me daría dinero y droga a cambio de relaciones sexuales, y no me dio nada»), un marroquí que abusó de ella en un piso tutelado para mayores de edad… E identifica a la mayoría en reconocimientos fotográficos e incluso aporta nombres y sus cuentas en Instagram. «Llevaba un año enganchada a la droga», insiste, tras detallar más nombres de «gente que se dedica al tráfico de drogas y que sabía la edad que tenía» cuando abusaban de ella: «Todos, empezando por el Kalifa, pertenecen a bandas latinas, son amigos y se dedican a vender droga en Usera y Villaverde. Uno de los jefes es M. T, una persona muy peligrosa y poderosa, que además tiene armas». Y concluye a los agentes: «Si se enteran de que estoy contando todo, me van a matar, van a ir a por mí».

El testimonio de esta testigo es de los más espeluznantes, pues explica cómo la golpeaban, le tiraban de los pelos, le dejaban moratones…

«Empecé a adelgazar, me daba igual todo, incluso de morirme; vi lo que nunca he visto en mi vida. Me tenían como a un perro. Finalmente, la Policía la rescató de una vivienda okupa, fue llevada a un centro de menores, del que escapó durante dos meses. Luego, se supo que estaba con su padre, que, presuntamente, la obligaba a prostituirse para ‘financiarse’ la droga que él consumía («a cambio de una bolsa de cocaína» o «por 20 euros y medio gramo de cocaína»). La chica, ya tutelada, llegó a cortarse las venas. Una amiga relató que incluso el padre habría mantenido relaciones con la testigo 1.

 

El encartado conocido como el Metralla – ABC

 

Testigo protegida 2: «Me han violado durante dos días y medio hasta que hui»

La segunda víctima es la que permaneció encerrada tres días en un piso de Usera y logró escapar. El 31 de agosto, acudió a un estanquero de la calle de Amparo Usera llamó a la Policía. «Necesito un médico, he sido violada. Hace dos días y medio, me fui de casa», dijo la menor a los agentes, según consta en las actuaciones. «Iba por la calle y pedía cobijo a la gente, hasta que una mujer me llevó a su casa. Solo recuerdo que, estando tumbada en la cama del dormitorio, un hombre me forzó a tener sexo durante dos días y medio, hasta que logré huir», testificó. Sangraba, se había hecho sus necesidades encima y, en los análisis posteriores en el hospital, se desveló que había consumido hachís, cocaína y otras sustancias. Era amiga de la testigo protegida número 1 y la novia del Kalifa, que la llevaba a prostituirla al polígono Marconi y a las narcochabolas de San Cristóbal de los Ángeles, denominada El Fumadero. Lo hizo durante más de un año. Y vuelven a aparecer Ñaño, Chuky, una mayor de edad que las obligaba a trasladar droga en sus genitales (a la que llama la Rubia)… Y el rapero conocido como Saymol Fyly, uno de los presuntos vértices de la trama.

La chica se había escapado de un centro de menores y Kalifa la ‘acogió: «Me daba golpes por todos lados, me zarandeaba, me izaba agarrándome por los hombros y me agarró por el cuello. Porque me negué a salir a robar para llevarle dinero».

Testigo protegida 3: «La violaban incluso inconsciente y cuando no podía ni moverse»

Se trata de una menor con continuas escapadas de centros de menores a sus espaldas. Como el resto de víctimas, es una niña extremadamente vulnerable, con un entorno social y familiar desestructurado.

Ya en julio de 2020, 16 meses antes de la explotación de la operaciónSana, la metieron en la trama. En noviembre de 2020, tras un ir y venir a causa de sus fugas, declara que el rapero Saymol les «suministraba drogas a las menores y se aprovechaba de ellas». Tanto él como una mujer dominicana, L. D. O. V., «las embaucaban para que fuesen al poblado chabolista de San Cristóbal, les ofrecían alojamiento y las introducían en el mundo de las drogas, desarrollando una fuerte adicción». Habla de un tal Miguel, «que había violado a muchas».

La chica se refiere también a la testigo protegida número 5: «Acudía al poblado en muy mal estado por el consumo de drogas. Los hombres llegaban a mantener sexo con ella incluso cuando no podía andar ni moverse, hasta inconsciente».

 

Narcopisos de la calle de San Dalmacio – GUILLERMO NAVARRO

 

Testigos protegidas 4 y 5: «Me van a matar o a echarme ácido en la cara, como a otras»

El atestado policial destaca que los testimonios de esta madre (4) e hija (5) «contribuyen a conocer el ambiente en que consumen y se prostituyen las menores; confieren aún mayor credibilidad a lo manifestado por las testigos 1 y 2, observándose un total paralelismo en la descripción que realizan los familiares del deterioro físico y mental que presentan las menores». El 3 de septiembre de 2019, la Policía interviene en su domicilio por una riña familiar: la madre no está de acuerdo con las compañías y sitios que frecuenta la niña. Ese 30 de diciembre, la mujer manifiesta que teme que su hija esté «en un punto de encuentro de toxicómanos, dado que es adicta a la heroína y otras sustancias». Empezó con 17 años: «Conoció a una mujer en Legazpi, que le facilitó el ejercicio de la prostitución en el paseo de las Delicias, 127, en pisos regentados por dominicanos. Incluso hacían tríos junto a clientes de discotecas en reservados». Desapareció entonces cinco días, en los que estuvo en los narcopisos de San Dalmacio, donde Chuky la inició en la drogadicción: «Tenía enamorada a mi hija. Cuando estaba enganchada, le tenía a él cariño y admiración; cuando estaba bien, decía que era un hijo de p…». Siendo aún menor, «la tuvo encerrada cuatro días en un chabolo, hasta que otro toxicómano y varias prostitutas, al verla desangrarse por sus genitales, la sacaron de allí».

Una vez en que la madre acudió a rescatarla del poblado, otra menor que estaba allí le dijo: «A tu hija te la han metido primero a despachar droga y ahora, como consumía mucho, la tienen ahí abajo, donde la mandan a prostituirse para sacar dinero». Tras ello, la menor sigue yendo y viniendo de su casa, se escapa, va a drogarse durante días, está en tratamiento psiquiátrico… Y le ha dicho a su madre: «Mamá, ten cuidado con a quién denuncias, porque nos hacen un ‘mandado’», en referencia a que enviarían a un toxicómano a matarlas. Teme que le «echen ácido en la cara como a otras niñas y a mujeres a las que se lo han hecho», refiere la menor a su progenitora.

Testigos protegidas 6, 7 y 8: «Le reclamaban 580 euros porque le habían robado la droga»

La primera es madre de la segunda. Dice que su hija se fugó en marzo de 2020, cuando empezó el confinamiento. La niña, de 15 años, a raíz de su amistad con la número 8 (una camarera de discoteca que no cesaba de escapar de un centro tutelado), se iba de casa. Permanecía con dominicanos y «volvía con un olor muy fuerte, como de donde se hacen fuegos, se duchaba y se iba». «Una vez me dijo que necesitaba 580 euros para devolver, ya que le habían robado la droga y que la tenían amenazada. Había vendido el patinete para tener algo de dinero y darlo», dijo la número 6. Su hija manifestó: «Hay otras menores que venden droga y no va a pasar nada, porque van a seguir vendiendo y la Policía no puede hacer nada», consta en el atestado policial. «Mi hija ya no es la persona que era antes. Ahora está callada, como triste. Alguien la está apretando», dice, y clama ayuda a la Policía.

 

«En 2021 pusimos 84 denuncias sobre estas menores»

La Comunidad de Madrid pidió a la Fiscalía, en octubre de 2021, la privación de salida del centro de una de las menores víctima de la trama, detallan fuentes de Sol.

En enero de 2022, insisten, «los centros directivos de la Comunidad de Madrid no tienen respuesta del juez».

Además, aseguran que de las 5.000 denuncias del Gobierno regional en 2021, 84 son de las mismas menores de la operación Sana. Añaden en Sol que, a 20 de enero’22, el juzgado no ha permitido personarse en la causa a la Comunidad de Madrid.

 

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Un juez archivó hace dos años la primera denuncia contra la red de prostitución infantil

El magistrado consideró, tras el testimonio de la madre de la víctima, que la adolescente había abandonado el hogar de manera voluntaria

ABC, 21 ENE 2022

Peluquería en la que supuestamente estaba el zulo donde prostituían a las menores – José Ramón Ladra

El Juzgado de Instrucción número 23 de Madrid archivó la primera denuncia interpuesta en diciembre de 2019 por la madre de una de las menores víctimas de la mayor red de prostitución infantil destapada en la Comunidad de Madrid al acreditarse que se trataba de un abandono voluntario.

Se trata de la primera denuncia que consta en la causa, la primera de muchas otras que han acabado en la denominada operación Sana, con la detención de 37 personas acusadas de una ristra de delitos sexuales cometidos a al menos diez menores de entre 13 y 15 años.

En este caso se incoaron unas Diligencias Previas a raíz de una denuncia en la que la madre puso a finales de 2019 en conocimiento de agentes de la comisaría de Arganzuela la desaparición de su hija de 17 años.
 
La testigo manifestó entonces que su hija había abandonado voluntariamente el domicilio familiar al ser adicta a las drogas para consumir hachís y otras sustancias estupefacientes.

Según el atestado, la madre sospechaba que su hija iba a zonas donde se vende droga y se aprovechaban su adicción a las drogas para abusar de ella. En esta causa hubo solo un sospechoso y se archivó al confirmar el juez que era un abandono voluntario, sin investigar más allá de esta circunstancias.

Nuevas diligencias

Dos años más tarde, la jueza de Instrucción número 8 de Madrid abrió unas diligencias a raíz de una denuncia de la Unidades de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) por un delito de organización criminal, contra la salud pública, prostitución de menores y detención ilegal.

La primera denuncia por la desaparición de la menor referida se unió a estas actuaciones penales al tratarse de delitos conexos que debían seguirse en el mismo procedimiento penal si bien más tarde se concluyó que los delitos seguidos contra la red era más graves.

La investigación penal se dirige ahora en el Juzgado de Instrucción número 8 de Madrid, cuya jueza ha tomado por ahora declaración a los investigados y tienen que señalarse las comparecencias de las menores para que sus manifestaciones queden recogidas como prueba preconstituida.

Entre los 37 detenidos figura el rapero Saymol Fyly, un conocido ‘youtuber’ que presuntamente captaba a las menores utilizando su música y, junto con otros miembros de la trama sexual, las enganchaban al consumo de cocaína base para «venderlas a toxicómanos» en narcopisos de Villaverde Alto.

De los 37 detenidos, solo ocho han ingresado en prisión provisional y sin fianza. Según los investigadores, al menos diez menores habrían sufrido los abusos sexuales de esta red de prostitución infantil que operaba en Madrid, principalmente en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, en Villaverde.

 

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Liberadas 10 menores a las que explotaban sexualmente y usaban para vender droga en Madrid

La Policía detiene a 37 adultos que captaban a las chicas por redes y luego las ofrecían a clientes en zulos y el polígono Marconi

La Policía Nacional detiene a una banda que extorsionaba a menores tuteladas en Madrid

Por Patricia Peiró

El País, 3 ENE 2022

La peluquería de Vallecas en la que estaba el zulo. Peluquería Canty, en la calle Monte Igueldo 40 Vallecas, Madrid. foto: Santi Burgos
 
Una chica entra en un estanco del barrio madrileño de Usera. Está en condiciones de higiene pésimas, le cuesta expresarse, pero logra contar a la persona detrás del mostrador que lleva tres días encerrada en una habitación. Allí ha sido retenida y violada. Este fue uno de los testimonios clave que permitió la semana pasada la detención de 37 personas que habían montado una red de explotación sexual y de tráfico de drogas para la que utilizaban a otras nueve menores, según los resultados de la investigación.
 
Una de las menores explotada por esta red fue derivada en abril por la Policía a los centros de protección de la Comunidad “debido a su situación extremadamente vulnerable”, explica un portavoz de la Consejería de Familia. Una vez se encontraba en el centro de Picón, en la localidad de Paracuellos de Jarama, la menor comenzó a explicar a los profesionales la situación en la que se encontraba y a detallar cómo había recibido dinero y droga a cambio de mantener relaciones sexuales con diferentes adultos. La directora del centro relató los hechos a la Policía e impulsó la investigación. Estas pesquisas permitieron comprobar que al menos otras tres menores que llegaron a centros de protección de la Comunidad por otros motivos también habían sido explotadas por este grupo. Ahora una de ellas continúa bajo la tutela de los servicios públicos y otra de ellas ya es mayor de edad.
 
 
Estas violaciones sucedían en zulos, en el polígono Marconi, conocido por ser una zona habitual de prostitución, y en narcopisos. La chica del estanco pasó tres días sin poder salir de una de estas viviendas en Usera y su testimonio fue “fundamental” para apuntalar las investigaciones de la Policía. La adolescente incluso facilitó un croquis del lugar de su cautiverio. Otras fueron forzadas a mantener relaciones en un sótano sin ventilación de una peluquería de la calle del Monte Igueldo, en Puente de Vallecas. Allí, los agentes encontraron dos de los sillones típicos de las peluquerías de color ocre cubiertos por sábanas moradas y una cámara fotográfica que ahora investigan por si pudiera contener material pornográfico de las víctimas.

Un preso y un rapero

Uno de los implicados en la red se encuentra en prisión desde septiembre por un homicidio ocurrido en esa misma calle. Se trata de un ciudadano marroquí de 52 años que acabó presuntamente con la vida de un español de origen ecuatoriano de 65. Otro es Saymol Fyly, un rapero con 154.000 suscriptores en su canal de YouTube. Para detener a los 37 implicados se desplegó hace unas semanas un operativo de más de 150 agentes. En los registros se encontró también una pistola y un machete.

Uno de los detenidos acumulaba más de 40 detenciones, cuatro de ellas por delitos sexuales, y algunos de ellos estaban en posesión de cocaína cuando se les arrestó. Ocho de ellos han pasado a disposición judicial. De los 37 implicados, tres son mujeres, una de ellas es la que mantenía retenida a la chica secuestrada en Usera que logró escapar para pedir ayuda. La mayoría son de origen dominicano y las menores son españolas, a excepción de una rumana y otra dominicana, informan fuentes policiales.

Los investigadores pudieron constatar que los cabecillas de la red agredieron sexualmente a las niñas. Uno de ellos llegó a pedir personalmente un coche con conductor para trasladar a una de ellas de uno de los narcopisos al lugar en el que se encontraba él, y allí la violó junto con otros adultos. “Los detenidos hacían a las chicas consumir droga para poder someterlas más fácilmente”, detallan fuentes policiales. Ahora, los detenidos deberán enfrentarse a las acusaciones de agresión sexual, prostitución de menores, tenencia de pornografía infantil, detención ilegal y delito contra salud pública.

 

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