Comparecencia de D. Joan-Ramon Laporte Roselló
Tabla de contenidos
- 1 Comparecencia de D. Joan-Ramon Laporte Roselló
- 1.1 «La vacunación masiva supuso un experimento global», Joan Laporte especialista en farmacología clínica, ante el Congreso
- 1.2 (VIDEO) Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España
- 1.3 Curriculum de Joan-Ramón Laporte Roselló:
- 1.4 LA NOTICIA EN «EL MUNDO» EL PERIODICO DE LA BOLA Y EL BULO
- 1.5 El profesor del Congreso no es negacionista: una cacería más
- 1.6 Transcripción completa de la intervención de Joan-Ramón Laporte Roselló en el Congreso de los Diputados
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«La vacunación masiva supuso un experimento global», Joan Laporte especialista en farmacología clínica, ante el Congreso
El profesor honorario de la Universitat Autónoma de Barcelona, doctor en medicina y especialista en farmacología clínica, Joan Ramon Laporte, se pronunció así en la Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en EspañaPor Irene CasanuevaJoan Ramón Laporte Roselló, profesor honorario de la Universitat Autónoma de Barcelona, doctor en medicina, especialista en farmacología clínica y una autoridad reconocida en su campo, sorprendió a propios y extraños con sus palabras, durante su intervención en el Congreso de los Diputados el martes pasado: «La vacunación masiva supuso un experimento global sin precedentes en la historia de la humanidad».
Palabras muy contundentes que fueron contra la corriente general y que pusieron los puntos sobre las íes sobre esta pandemia.
Fue en el marco de la Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España. A requerimiento –y por invitación– del Grupo Parlamentario Socialista y del de Unidas Podemos. Para hacer un análisis de la situación, como experto.
Sus palabras, sin embargo, supusieron un bombazo. Porque criticó frontalmente los resultados obtenidos durante los ensayos clínicos de las vacunas Pfizer y Moderna contra el Covid-19. Lo que seguramente no esperaban sus señorías.
«Los resultados de los primeros ensayos clínicos sobre las vacunas de Pfizer y Moderna publicados en diciembre de 2020 mostraron valores de eficacia preventiva de cerca del 90% o más. Parecían convincentes. Y el mundo parecía respirar con la perspectiva de las vacunas, pero debíamos ser conscientes de que entrabamos en un experimento preventivo vacunal global por su extensión y por la nueva tecnología que entrañaba».
Pese a ello, agregó, «la vacunación en España comenzó en los mayores de 80 y la primera persona vacuna cuando recibió la primera dosis tenía 96 años, una persona no representada en los ensayos clínicos de las vacunas».«Los ensayos clínicos de medicamentos y vacunas son diseñados, realizados e interpretados por la compañía promotora, el control de calidad de los datos recogidos también corre a cuenta del promotor y el control de la gestión de datos por las administraciones públicas se basa en inspecciones que son solamente muy ocasionales«, subrayó.
«Los ensayos clínicos no han demostrado que las vacunas salven vidas, quizá se haya visto en otros estudios una tendencia a disminuir las hospitalizaciones»
Recientemente, «el British Medical Journal describió irregularidades en el ensayo de Pfizer conocidas como Pfizer Gate, el fraude es habitual, a menudo en la catalogación y archivo de los efectos adversos».
«En las publicaciones de los ensayos clínicos, entre ellos los de las vacunas de RNA, se ofrecen solo datos muy generales y de forma agrupada. Además del fraude, también es habitual la presentación tendenciosa de los resultados, por ejemplo tendenciosidad que consiste en explicar la eficacia en términos relativos y no absolutos», destacó Laporte.
Así, apuntó como ejemplo, que «en los ensayos clínicos de la vacuna de Pfizer se registraron 14 muertos en el grupo placebo y 15 en el grupo vacunado» y, por su parte, «en el ensayo de Moderna 14 en cada grupo».
«Las vacunas no evitan la transmisión de la enfermedad, de modo que el pasaporte o certificado COVID carecía de base científica»
«Los ensayos clínicos no han demostrado que las vacunas salven vidas, quizá se haya visto en otros estudios una tendencia a disminuir las hospitalizaciones, pero no hay una evidencia en términos oficiales, en esta medicina mercantil en la que vivimos, de que las vacunas salven vidas».
También, apuntó que a pesar de los resultados «aparentemente optimistas» de las vacunas, ya en enero de 2021 había cinco áreas bien identificadas de incertidumbre.
Así, citó como incertidumbres la duración de la eficacia preventiva de la vacuna, la eficacia sobre las nuevas variantes del virus, su eficacia para evitar la transmisión del virus, los efectos adversos y el acceso a escala global.
«La realidad es que necesitamos mejores vacunas en términos de eficacia protectora, como ha dicho el secretario general de la OMS», afirmó, ya que «las vacunas no evitan la transmisión de la enfermedad, de modo que el pasaporte o certificado COVID carecía de base científica, y además puede haber contribuido a aumentar el número de casos, puesto que daba una falsa sensación de seguridad a quienes lo obtenían».
«No soy un antivacunas, simplemente pretendo poner de manifiesto que estamos ante un experimento que atañe prácticamente a la totalidad de la ciudadanía»
Por otro lado, recordó que la pandemia «incidió especialmente en residencias de personas mayores, sobre todo al principio. La mortalidad fue 57 veces más alta en las residencias. Una mortalidad del 10% en las residencias, comparada con una mortalidad general de la población de menos del 0,11%».
A su juicio, «presumimos de sistema sanitario, pero dejamos a los más vulnerables en manos de la iniciativa privada que es la que llevan las residencias. ¿Cuáles son los factores de riesgo de morir en una residencia? Sin duda la edad y la pluripatología, pero también la mala atención derivada de malos contratos laborales y de una falta de regulación del mundo de las residencias y la polimedicación innecesaria, un reflejo de la mala atención médica».
«La tasa semanal de hospitalizados, de fallecidos, de ocupación UCI…, es mayor entre las personas no vacunadas que entre las vacunadas de todos los grupos de edad», afirmó Ana Prieto
Tras su intervención la diputada socialista Ana Prieto defendió que «la apuesta por la vacunación ha sido una decisión que se ha mostrado acertada en la lucha contra la pandemia en nuestro país y va restableciendo poco a poco el normal funcionamiento de nuestra sociedad».
«La vacunación salva vidas porque ayuda a prevenir la enfermedad, reduce la gravedad y la letalidad, y además disminuye el impacto de la pandemia sobre el sistema asistencial y sobre la economía, protegiendo además especialmente a los grupos con mayor vulnerabilidad y lo reflejan los datos», destacó.
«La tasa semanal de hospitalizados, de fallecidos, de ocupación UCI… es mayor entre las personas no vacunadas que entre las vacunadas de todos los grupos de edad. Por eso, es importante continuar inmunizando a la población incorporando todos estos grupos de vacunación. El principal objetivo de la estrategia de vacunación es proteger a las personas más vulnerables frente al virus y además resulta de un modelo de entre el Gobierno de España y las comunidades autónomas».
«Sabemos que las vacunas salvan vidas, son seguras, son eficaces y son la garantía de no volver atrás», concluyó.
VACUNACIÓN DE LA POBLACIÓN VULNERABLE
El profesor Laporte Roselló, tras la intervención de Prieto, aclaró: «No soy un antivacunas, ni un antivacunas Covid, simplemente pretendo poner de manifiesto que estamos ante un experimento que atañe prácticamente a la totalidad de la ciudadanía, no solo en España, sino en todo el mundo y que este experimento se realiza con unos productos que son tecnologías nuevas que implican la administración de ácidos nucléicos, y que no son, según la definición de la RAE, vacunas, son fármacos».
«No pongo en duda la necesidad, como dice la OMS, de poner, por lo menos, una dosis a todos los seres humanos del planeta y si puede ser dos», añadió. «Ahora bien, la historia de las terceras y cuartas dosis en general y sin especificar que grupos de enfermos graves necesitan estas dosis me parece realmente tecnoidolatría ignorante de lo que está ocurriendo».
Y es que, según él, «lo que está ocurriendo es que la eficacia de las vacunas es buena para prevenir la enfermedad grave en términos relativos, que dada la magnitud de la epidemia en las fases de la onda Delta sirvió para evitar muertes, que desgraciadamente no tenemos ningún dato de que las vacunas hayan evitado la mortalidad por Omicrón y de las incertidumbres que teníamos hace un año, que no sabíamos cómo actuarían ante las nuevas variantes, pues ahora sabemos que no muy bien».
«Es muy importante vacunar con más de una dosis y quizá con más de dos a las personas con problemas de inmunodepresión, pero a otros como niños y adolescentes no está tan claro», destacó.
Preguntado por la diputada de Unidas Podemos Rosa Medel sobre si las vacunas salvan o no vidas, Laporte afirmó que «los ensayos clínicos dicen que no, pero los datos epidemiológicos nos indican que nos salvan de muchas hospitalizaciones y nos salvan de mucho sufrimiento humano, pero no nos salvan de la transmisión. Estar o no vacunado no debería contar para tener un certificado Covid».
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(VIDEO) Comisión de Investigación relativa a la gestión de las vacunas y el Plan de Vacunación en España
CONGRESO DE LOS DIPUTADOS. COMPARECENCIA DEL PROFESOR JOAN LAPORTE, ESPECIALISTA EN FARMACOLOGÍA CLÍNICA
Curriculum de Joan-Ramón Laporte Roselló:
Inició la farmacovigilancia en España en los años 80, y fue director del Centro Coordinador del Sistema Español de Farmacovigilancia, así como miembro de la Comisión Nacional, hasta la creación de la Agencia Española del Medicamento, en 1999.
Desde el 99 es experto externo en la AEM y colabora como asesor de Agencias del Medicamento de diferentes Estados; fue Presidente del Comité de Medicamentos Esenciales de la OMS (2004), y Director del Centro Colaborador de la OMS en Farmacovigilancia y Epidemiología hasta 2017.
Ha publicado más de 250 trabajos en revistas con revisión por pares.
Catedrático y Profesor Emérito de Universidad de Barcelona y Jefe de Servicio del Hospital Vall d’Hebrón.
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LA NOTICIA EN «EL MUNDO» EL PERIODICO DE LA BOLA Y EL BULO
«Un profesor hace un alegato negacionista en el Congreso«
Es la PANDEMIA DE DESINFORMACIÓN, que abordamos recientemente en la Entrada «VACUNAS COVID: SIN INFORMACIÓN VERAZ. The British Medical Journal (BMJ) denuncia la censura de Facebook. “Están tratando de controlar cómo piensa la gente con el pretexto de verificar los hechos”, a cuya lectura os invitamos.
***«El MUNDO», el Diario de la Bola y el Bulo, es un actor habitual en el mundo de las fake news. Como os informamos en esta entrada «TEMPORERAS CONTRA LA ESCLAVITUD: LA TRAMA MEDIÁTICA DE LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL DE TRATANTES DE SERES HUMANOS (1): El Mundo, el Diario de la BOLA y el BULO«, publicó tres veces la misma NOTICIA FALSA, por lo que le tuvimos que demandar TRES VECES. Y, evidentemente, nuestras tres Demandas resultaron sucesivamente Estimadas. En esta entrada repasamos, uno por uno, los tres procedimientos judiciales y las tres Sentencias correspondientes. De allí extraemos la siguiente cita:
Veremos en esta serie de Entradas sobre la Trama Mediática de la Trata de Esclavos en Huelva, que se extiende por toda España, como se crea, con mentiras difundidas desde todo el espectro de colorines de los medios de Información mayoritarios, con sus correspondencias partidistas, una Opinión Pública capaz de los más sanguinarios comportamientos para con las víctimas de gravísimos delitos, a las que los medios les han llevado a considerar verdugos.
Primero los medios preparan a la opinión pública. Luego, las Autoridades Administrativas o Judiciales corruptas, dan credibilidad a las mentiras de los Medios (a la vez que se aprovechan de la credibilidad de las mentiras emitidas por dichos medios como Información veraz; y que en realidad es Información Falsa y nunca contrastada).
Esta fue la dinámica seguida desde junio de 2018, en el caso conocido como el de las “TEMPORERAS CONTRA LA ESCLAVITUD”. Veamos los casos documentados en esta serie de entradas, la primera de las cuales es la que está leyendo ahora, para -al final de la serie-, extraer las conclusiones pertinentes, teniendo en cuenta todo cuanto hemos podido conocer, y probar, lo largo de estos casi 4 años ya.
En el caso que nos ocupa, el diario “El Mundo”, publicando la misma noticia falsa al menos por tres veces (las tres veces que, al conocerlas, lo demandamos y vimos estimadas nuestras demandas, como a continuación se expone), intentaba que la Opinión Pública creyese que la Junta de Andalucía había Denunciado judicialmente el caso de las “TEMPORERAS CONTRA LA ESCLAVITUD”, cuando tal NOTICIA ES FALSA, porque la Junta de Andalucía no denunció nada, sino que intentó ocultarlo.
La Junta de Andalucía es, precisamente, la Administración competente para el otorgamiento de la Autorización inicial de Residencia y Trabajo a mis mandantes. Y resulta obligada a verificar el cumplimiento de los requisitos para su obtención, así como para comprobar si las condiciones en que se desarrolla la relación laboral son conformes con su régimen legal y reglamentariamente establecido.
Por ello, la apariencia falsamente creada por la información publicada, a cuya rectificación ha sido condenada la contraparte, siendo la Junta de Andalucía quien ha de otorgar la autorización inicial de residencia y trabajo de Temporada, y dado que se ha de garantizar el trabajo continuado durante el tiempo de su vigencia (no así sus prórrogas, que otorga no la CCAA, sino la Administración Estatal), resulta evidente que la Junta CONOCE EL CONTRATO FIRMADO EN ORIGEN Y ESTÁ OBLIGADA A VERIFICAR Y COMPROBAR SU CORRECCIÓN.
Y, PESE A ELLO, NO DENUNCIÓ, dando cobertura a la situación de hecho subyacente; la explotación de las aquí apeladas. Esta habría debido ser la noticia.
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«El oscuro negocio de la desinformación por encargo», por Max Fisher (THE INTERPRETER). «Hay que luchar por la Información como se lucha por la Libertad: Son lo mismo»
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El profesor del Congreso no es negacionista: una cacería más
«Lo que diferencia a la ciencia de los chamanes es que su capacidad para reconocer sus errores y realizar una aproximación diferente a la cuestión que intenta resolver. ¿Se está haciendo eso?»
Por Rubén Arranz
Yuval Noah Harari lo explica muy bien en 21 lecciones para el siglo XXI. El homo sapiens comenzó a confiar en la ciencia porque vio que funcionaba. Los sacerdotes y chamanes bailaban la danza de la lluvia, pero en realidad su especialidad no era atraer la precipitación, sino inventar motivos para justificar que finalmente no cayera. La ciencia no resolvió la vida de los hombres, pero al menos logró desinfectar el agua e incluso se las ingenió para generar energía cuando la embalsaba.
Las creencias más arraigadas no proceden de las fantasías inmateriales, sino que entroncan con un hecho que resulta inexplicable. Para que alguien atribuyera las tormentas a la ira de los dioses, fue necesario que tronara. La ciencia aspira a dar respuestas exactas a diferentes fenómenos. Sin superchería. Como escribe el citado autor, “los científicos también saben tomar atajos y distorsionar la evidencia”, pero les diferencia de los sacerdotes algo fundamental, y es la disposición a “admitir el fracaso e intentar una aproximación diferente”.
Compareció a principios de esta semana un experto en vacunas en el Congreso de los Diputados y pronunció algunas frases que chocan con el discurso oficial sobre algunas de las vacunas contra la covid-19. El hombre se llama Joan-Ramón Laporte y es profesor emérito de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Afirmó: “Las de Pfizer y Moderna no son verdaderas vacunas. Son fármacos con una tecnología nunca usada hasta ahora, y menos en campañas masivas (…). “Sus ensayos clínicos no demuestran que reduzcan la mortalidad”. También sugirió que Pfizer y Astrazeneca han ocultado los “efectos graves e incapacitantes” que sufrieron tres de las personas que participaron en su fase de desarrollo.
A los pocos días de que pronunciara estas palabras, YouTube retiró el vídeo de varios canales de su plataforma –según publicó El Mundo– porque incumplía sus términos y condiciones. Y a la vista de las suspicacias que se despertaron sobre su persona, el propio Laporte tuvo que aclarar que ni hizo una proclama antivacunas ni está en contra de estos tratamientos profilácticos, pero así se señala en los titulares de varios medios de comunicación. La Sexta le acusó de lanzar “argumentos negacionistas” en el Congreso.
Ciencia también es negar
¿Tiene razón el profesor? Las respuestas deberían proporcionarse desde la ciencia y la estadística. Los datos demuestran que la mortalidad relacionada con la covid-19 ha descendido desde la primera hasta la sexta ola. Ahora bien, ¿se debe al éxito de la campaña de vacunación exclusivamente o también a la menor virulencia de las nuevas variantes? ¿O a una mezcla entre ambos factores? Serán los especialistas quienes deban dirimir esa cuestión, pero, a poder ser, en un debate libre. Sin apriorismos ni cacerías contra los discrepantes.
Lo preocupante es que la duda reciba la censura de YouTube. Es decir, de la filial de Alphabet (Google). Porque la afirmación no la ha lanzado alguien ajeno al campo de la investigación, sino un científico que ha dedicado varias décadas a la farmacología. Lo lógico sería que se combatieran sus argumentos con hechos que los desmonten. Pero la censura nunca es gratuita; siempre tiene un fin y eso es lo que lleva a sospechar. Porque quien la ha ejercido en este caso debería ser consciente -y estoy seguro de que lo es- de que su acción ha servido para equiparar a Laporte con los más dementes antivacunas y los conspiranoicos, a los que también se veta.
Llegados a este punto, conviene volver a citar la frase anterior: lo que diferencia a la ciencia de los chamanes es que es capaz de reconocer sus errores y realizar una aproximación diferente a la cuestión que intenta resolver.
La ciencia ofrece soluciones y los hechos son los que confirman si lo que propone funciona o no. ¿Ha dicho la verdad Pfizer desde el primer momento sobre la efectividad de su vacuna o ha trampeado con los datos para vender más unidades? ¿Han hecho la vista gorda los estados a este respecto, y han aceptado terceras y hasta cuartas dosis para que mejorara la relación con estas farmacéuticas y pudieran firmar contratos más ventajosos?
Son cuestiones que van más allá del ámbito sanitario. Es más, podrían equipararse con la relación de confianza o desconfianza que se establece entre el vendedor y el cliente. ¿Puede estar un comprador satisfecho y no dudar de las intenciones del comerciante cuando rectifica sobre la efectividad del producto que le vende? ¿Es negacionista quien reclama o simplemente quien señala esa evidencia?
Resulta digna de elogio la capacidad de investigación y la rapidez para desarrollar tratamientos por parte de las farmacéuticas, pero tener fe ciega en el vendedor suele resultar contraproducente. Básicamente, porque todo el que comercializa un bien o un servicio persigue fines muy diferentes al bien común.
¿Dónde está la posverdad?
Por eso resulta bastante peligroso encuadrar la duda razonable dentro del terreno de la posverdad. Es decir, de ese concepto que popularizó una parte del establishment para tratar de dar una explicación sencilla y corta -y bastante inexacta- a la victoria de Donald Trump. Pero esto es lo que ha ocurrido desde el inicio de la pandemia y no es precisamente sano. Quien se oponía al discurso oficial era tachado de negacionista. Y ese discurso lo trazaban los Pedro Sánchez, Fernando Simón, Trilla y compañía, que no han hecho más que equivocarse. Y que mentir.
Porque en enero de 2020 a los ciudadanos se les decía que las vacunas iban a solucionar la crisis sanitaria y esa afirmación no era exacta, pues una mutación del virus -como ocurre con la gripe- puede restar efectividad a los tratamientos y alargar el problema. A quien dudaba, se le llamaba antivacunas. Y a quien matiza la versión oficial y señala los intentos de las farmacéuticas de esconder bajo la alfombra los aspectos incómodos, se le acusa de dar “argumentos negacionistas”. La Sexta lo hizo.
No deja de ser curioso que incluso antes del 9 de noviembre de 2020, cuando Pfizer anunció la primera vacuna, hubiera veterinarios que advirtieran de que ningún inyectable de este tipo iba a ser 100% eficaz. Así lo había demostrado la investigación con animales -sostenían- y, de momento, el primate humano sigue perteneciendo a ese reino. Pero los gobiernos vendieron el mensaje contrario y configuraron un mito. El que aseguraba que las vacunas eran la solución. Y, ciertamente, son una herramienta muy importante contra la infección, pero tienen defectos que son precisamente los que señalaba Laporte. Y los cuales las farmacéuticas siempre tendrán a aminorar. Lo más grave es que los estados hayan hecho lo mismo.
Que las verdades y las mentiras caigan sobre su propio peso. Así ha ocurrido siempre. El conocimiento ha permitido que las vacunas se impongan a los hierbajos -por fortuna-. También ha hecho que la ciencia haya sido capaz de ridiculizar muchos mitos. Si la principal compañía de internet, la que maneja infinidad de datos de cada ciudadano, censura a quienes dudan y lo hace sin explicaciones ni contra-argumentos, se puede decir que hemos entrado en un terreno peligroso. En una edad que puede llegar a ser muy oscura.
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Transcripción completa de la intervención de Joan-Ramón Laporte Roselló en el Congreso de los Diputados
Intervención íntegra del investigador en la comisión de investigación sobre la gestión de las vacunas COVID y el plan de vacunación en España.
Publicado por LA IBERIA
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