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Un científico descubre que algunas de las primeras secuencias del coronavirus en China fueron borradas
El bioquímico Jesse Bloom, investigando en solitario, recupera los archivos eliminados y asegura que reafirman que el virus ya circulaba en Wuhan antes del brote de diciembre de 2019
Por Manuel Ansede
El País, 24-06-2021
Una pesquisa en solitario de un prestigioso científico estadounidense ha provocado un pequeño terremoto en la investigación del origen de la pandemia. El bioquímico Jesse Bloom —del Centro de Investigación Fred Hutchinson, en Seattle— se percató de que algunas secuencias genómicas de los primeros casos de covid en la ciudad china de Wuhan habían desaparecido de una base de datos internacional. En un trabajo detectivesco, deduciendo el nombre de los archivos, Bloom logró recuperar la información borrada, gracias a que también se había subido a la plataforma Google Cloud, un espacio virtual de almacenamiento. “Parece probable que las secuencias se eliminaran para ocultar su existencia”, afirma el investigador en un borrador de sus conclusiones publicado este martes.
Bloom sostiene que las 13 secuencias parciales que ha conseguido reconstruir presentan mutaciones que sugieren que el virus ya circulaba en Wuhan antes del brote de diciembre de 2019 en el mercado de Huanan. Su investigación, controvertida y pendiente de revisión por otros científicos, destaca tres mutaciones presentes en los coronavirus del mercado, pero ausentes en las secuencias rescatadas ahora y en los virus de murciélago emparentados con el SARS-CoV-2. Algunos especialistas creen que esta nueva información es clave. El genetista Rasmus Nielsen, de la Universidad de California en Berkeley (EE UU), ha afirmado en sus redes sociales que “estos son los datos más importantes sobre el origen de la covid en más de un año”.
¿Podemos saber cuándo surgió el primer caso de covid-19?
Varios modelos señalan que el virus empezó a extenderse en noviembre de 2019. Si están en lo cierto, cuando la OMS reaccionó a finales de enero de 2020, la infección se encontraba ya en medio mundo.
Por Matilde Cañelles López, María Mercedes Jiménez Sarmiento y Nuria Eugenia Campillo
Encontrar al paciente “cero”, el primer caso de covid-19, es crucial para averiguar el origen de la pandemia. Saber dónde y por qué pudo contraer la enfermedad nos dará las pistas necesarias para evitar los riesgos de futuros focos, reemergencias y nuevas pandemias. Por supuesto, preservando su identidad, imprescindible para evitar culpabilizar y estigmatizar.
Tabla de contenidos
Cómo se traza el origen de una epidemia
Cualquier investigación de hechos consumados, cual detectives policiales, nos lleva a mirar hacia atrás para atar cabos. Disponemos de la declaración de 27 casos de neumonía de causa desconocida por los servicios sanitarios de Wuhan el 31 de diciembre de 2019, con aparición de síntomas el 7 de ese mismo mes. Ahora sabemos que el periodo de latencia presintomática de la covid-19 es de unas dos semanas, por lo que nos podemos aventurar a situarlo en noviembre de 2019.
Probablemente no aparecieron de golpe y en todos los enfermos a la vez, sino que se debería pensar en días atrás. Ya en marzo de 2020 se aventuraba que el primer caso podía haber surgido en la provincia de Hubei el día 17 de noviembre de 2019.
Después de la expansión en China, en enero comenzaron a aparecer casos en hospitales en Europa, Estados Unidos, Corea… Otro dato a tener en cuenta es el reconocimiento en abril del pasado año por el CCAES de que, cuando se detectaron los primeros casos en España, el SARS-CoV-2 ya estaba entre nosotros. Dato comprobado posteriormente mediante estudios de secuenciación del material genético del virus y de su seguimiento.
Hasta ahora han aparecido varios modelos de predicción para dar con el paciente cero y situar y precisar el origen del primer contagio. Uno de los más novedosos ha sido publicado muy recientemente en la revista PLOS Pathogens en una colaboración a tres bandas entre la Universidad de Kent (Reino Unido), Chicago (EE. UU.) y el Centro de Biología de la República Checa.
¿Son fiables los modelos matemáticos para describir la evolución de una epidemia?
Para poder comprender esta novedosa investigación, primero debemos familiarizarnos con los métodos más utilizados. Los modelos matemáticos juegan un papel importante en el diseño de posibles estrategias de control de enfermedades al centrarse en los aspectos clave de estas, determinar el umbral para la supervivencia de la enfermedad y evaluar el efecto de las estrategias diseñadas, entre otros aspectos.
La simulación básica es el modelo SIR, desarrollado por Sir Ronald Ross y Anderson Gray McKendrick. Este tipo de modelos se basan en que la población se puede clasificar en tres grupos compartimentados independientes: individuo susceptible (S), individuo infectado (I) e individuo recuperado (R). A partir de este modelo, tanto el número como el tipo de grupos se pueden modificar para reflejar el comportamiento de cada enfermedad, como se muestra en la Figura 1.
Por ejemplo, el modelo SEIR incluye un estado intermedio, individuo expuesto (E) con el que se trata de simular el periodo de incubación. O el modelo SITR, donde algunas personas o individuos son tratadas (T), entendiéndose por “tratadas” aisladas o vacunadas, evitando así que se generen posibles infecciones desde ellas. O los modelos SIRS, que son los modelos endémicos que se utilizan para enfermedades como la gripe estacional, donde las personas recuperadas pueden perder la inmunidad y ser susceptibles de volver a enfermar.
El desarrollo de los modelos tiene dos fases, la primera de ajuste o entrenamiento y la segunda de predicción. En la primera se determina la función o modelo matemático y los valores de los parámetros que son compatibles con los datos que se observan con la evolución de la epidemia (enfoque bayesiano).
Una vez que se tiene el modelo que mejor se ajusta a los datos se pasa a la segunda fase, la de predicción. El problema, en algunas ocasiones, como en esta pandemia, ha sido la falta de datos. En los primeros meses de la pandemia se desconocía el número real de infectados, por lo que la incertidumbre era muy alta. Sin embargo, a medida que se han ido obteniendo datos, los modelos matemáticos nos han ayudado a entender cómo se está desarrollando esta epidemia y a diseñar estrategias para controlarla de una forma eficaz.
Saber cómo desaparece para averiguar cómo apareció
Los modelos que hemos descrito en el apartado anterior pueden ser útiles para predecir la evolución de la enfermedad, pero no para trazar hacia atrás la aparición del primer caso. Para alcanzar este objetivo, los investigadores de nuestro artículo de interés han utilizado de forma innovadora un modelo matemático desarrollado para la extinción de especies.
Originalmente, el modelo ayuda a predecir cuándo desaparecerá una especie en base al número de organismos detectados. Pero en este caso se ha utilizado un inteligente enfoque. El modelo se ha invertido de manera que funciona en la dirección contraria para llegar al primer caso, teniendo en cuenta los que se detectaron tiempo más tarde e incluso aquellos que pasaron desapercibidos en un inicio.
Las conclusiones de este artículo coinciden con las de otros estudios publicados previamente: los autores vuelven a indicar la fecha del 17 de noviembre de 2019 a la que aludíamos anteriormente.
Si están en lo cierto, cuando la OMS reaccionó a finales de enero de 2020, la infección se encontraba ya en medio mundo. La Figura 2 muestra una aproximación temporal de cómo la pandemia se fue extendiendo por el mundo. La epidemia surgió antes de lo estimado y también se transmitió más velozmente.
Existen dos factores que pudieron influir: (1) se desconocía la transmisión entre individuos asintomáticos y (2) se ignoraba la transmisión por aerosoles. Como hemos comentado, faltaban datos.
Todo converge en noviembre de 2019
El hecho de que tanto las investigaciones sobre casos concretos como un modelo matemático indiquen una fecha determinada para la aparición del primer caso de covid-19 es muy alentador y nos indica que se va por el buen camino en esta detectivesca investigación.
Una posible debilidad del modelo podría ser la existencia de algún tipo de sesgo a la hora de detectar los casos al inicio de la pandemia, especialmente al tratarse de un solo país. Quizá en el futuro se pueda obtener más información, o crear un modelo que tenga en cuenta este aspecto. O quizá realmente ya hemos dado con el caso original.
En cualquier caso, después del revuelo creado por la crisis sanitaria, ahora ya vislumbramos la etapa en la que miraremos atrás con más tranquilidad y podremos escribir la historia de la pandemia.
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Cláusula de Divulgación
Las autoras participan en el proyecto BIFISO, PIE CSIC-COVID-19-027, financiado por el CSIC, para la lucha contra la COVID-19 en el marco de la PTI Salud Global.
María Mercedes Jiménez Sarmiento y Nuria Eugenia Campillo no reciben salarios, ni ejercen labores de consultoría, ni poseen acciones, ni reciben financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y han declarado carecer de vínculos relevantes más allá del puesto académico citado.
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Origen del coronavirus: el científico que asegura que China «encubrió» los primeros casos de covid-19 (y cómo eso empeoró la pandemia)
BBC News Brasil, 29 julio 2020
Al menos una semana antes de que lo anunciaran por primera vez en enero, asegura el investigador Yuen Kwok-yung, el gobierno de China sabía que el nuevo coronavirus podía propagarse entre humanos.
Esa es la conclusión de este investigador de la Universidad de Hong Kong, quien hizo la denuncia en el programa Panorama de la BBC.
El experto asegura haber alertado al gobierno el 12 de enero de la sospecha de la transmisión humana del SARS-CoV-2, causante del covid-19, pero sus advertencias no se dieron a conocer hasta el 19 de enero.
Yuen, quien ayudó a identificar un brote de síndrome respiratorio agudo grave (SRAS, en inglés) en 2002, diagnosticó a una familia de siete integrantes que tenía el nuevo coronavirus en Shenzhen, a 1.100 kilómetros de Wuhan, considerado el primer epicentro del pandemia.
Solo unos pocos miembros de la familia estuvieron en Wuhan, lo que provocó la advertencia sobre la naturaleza infecciosa del virus. Yuen dijo que inmediatamente informó a las autoridades en Pekín.
El señalamiento contradice la versión oficial del gobierno de China.
Los funcionarios de salud en ese país siempre han afirmado tener un alto respeto por la transparencia y que hicieron un anuncio público tan pronto como tuvieron evidencia clara sobre la transmisión del coronavirus entre humanos.
China ha sido criticada por su respuesta inicial al brote y por tomar medidas en contra de un médico, Li Wenliang, que intentó alertar a sus colegas sobre el virus a fines de diciembre. Murió después de tratar a pacientes con covid-19.
El anuncio de que se estaba transmitiendo un misterioso virus similar al SARS entre humanos fue hecho el 19 de enero, en medio de uno de los períodos de viaje más concurridos del año, cuando millones de pasajeros abordan trenes y aviones para la celebración del Año Nuevo Lunar.
Destrucción de evidencia
Según el profesor Yuen, la evidencia física fue destruida y fue lenta la respuesta del gobierno chino a los hallazgos clínicos.
Además de ocultar el hecho de que la enfermedad podía transmitirse entre los humanos, científicos y médicos habrían sido instruidos por Pekín a guardar silencio sobre la situación.
Aun así, ellos trataron de advertirse mutuamente sobre la gravedad del nuevo coronavirus. Sin embargo, se les ordenó detenerse.
Li Lanjuan, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zhejiang, en China, estuvo entre los primeros expertos convocados por el gobierno chino después del brote inicial de coronavirus.
«Anunciar que el coronavirus podría transmitirse entre humanos antes de confirmarse habría causado pánico en la población. Solo después de haber verificado los hechos podíamos revelar la información al público», le explicó a la BBC.
El embajador de China en el Reino Unido, Liu Xiaoming, también defendió las acciones de su gobierno en los primeros días de la pandemia.
«Cuando se trata de algo peligroso, siempre existe el riesgo de pánico: debemos asegurarnos de que no haya pánico», añadió.
«Encubrimiento»
El diagnóstico de casos de coronavirus por contagio entre humanos ocurrió el 12 de enero en Shenzhen, a más de 1.000 kilómetros de Wuhan.
Fue en este punto que el profesor hongkonés fue llamado para ayudar. «Sabía que el virus se estaba propagando de manera muy efectiva. Si no corres contra el tiempo, estás en un gran problema», dijo Yuen.
Ya en Wuhan, Yuen visitó el mercado donde se cree que se dieron las primeras infecciones de covid-19 entre humanos. Le preocupó lo que vio.
«Me dijeron que el lugar estaba muy sucio, con orines y heces de animales, y ratas correteando».
Pero el mercado había estado cerrado tres semanas y fue completamente desinfectado. Como resultado, no todas las muestras de animales vendidos allí fueron recolectadas.
«Cuando fuimos al mercado, no había nada que ver porque estaba limpio, la ‘escena del crimen’ ya estaba alterada, por lo que no pudimos identificar ningún huésped que tuviera el potencial de transmitir el virus a los humanos», explica.
También asegura que las autoridades se negaron a dar una explicación sobre el número de personas infectadas y si el personal médico tuvo contacto con el virus.
«Sospecho que estaban haciendo algún tipo de encubrimiento local en Wuhan. Se suponía que las autoridades locales debían transmitir información, pero no lo hicieron tan rápido como deberían. Si lo hubieran hecho más rápido, este desastre sería 100 veces menor«, agregó.
Yuen dice que alertó al gobierno chino el 14 de enero sobre la posible transmisión del virus entre humanos, pero las autoridades no prestaron la debida atención.
Eran mediados de enero, cuando millones de chinos se preparan para viajar durante el feriado nacional más grande del país, el Año Nuevo chino.
Tan solo en Wuhan, cinco millones de personas salieron de la ciudad para visitar a familiares y amigos, pero el gobierno no hizo nada para detenerlos.
Matthew Henderson, director del Centro de Estudios Asiáticos de la Sociedad Henry Jackson, que tiene sede en Reino Unido, dijo a la BBC que las autoridades «deberían haber alertado a la población de Wuhan, pero no lo hicieron».
«Permitieron que las personas viajaran desde el lugar que sabían era el epicentro de la epidemia «, señala.
Andrew Tatem, profesor de la británica Universidad de Southampton y quien estudió los datos celulares en Wuhan, agregó: «Esto es equivalente a nuestra Navidad y es el mayor movimiento de seres humanos en el planeta».
Y los que salieron de Wuhan no solo viajaban por China, sino que también viajaban por el mundo.
El 18 de enero, China afirmó tener solo 45 casos confirmados del nuevo coronavirus, aunque los expertos británicos estiman ese número era más de 4.000.
La profesora Li recomendó el confinamiento y sostiene que el gobierno chino actuó en el momento adecuado: «Fue cuando la epidemia en Wuhan amenazó a todo el país, por lo que el momento era el correcto«.
Sin embargo, el profesor Tatem cree que si China hubiera actuado antes, el mundo podría haber visto un resultado muy diferente.
«Si las mismas intervenciones implementadas el 23 de enero se implementaban el 2 de enero, podríamos haber visto una reducción del 95% en el número de casos».
China dice que menos de 5.000 personas en su territorio han muerto por covid-19, pero los expertos creen que ese número podría ser mayor.
En todo el mundo, hasta este martes, se habían confirmado más de 16,6 millones de infectados por el nuevo coronavirus y 650.000 muertos.
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