ELECCIONES GENERALES DEL 23-J: LA BURGUESÍA VOTA A SUMAR.

LA BURGUESÍA VOTA A SUMAR

 

NO HA SIDO UNA CAMPAÑA ELECTORAL, HA SIDO UNA CAMPAÑA DE DESMEMORIA: DE LA PANDEMIA NADIE HABLÓ

Primero los «Confinaron». Después, nos obligaron a dejarlos morir solos. Muchos murieron de sed. Luego, hicieron como si no hubiese pasado: El Homicidio de Cien Mil ancianos que hemos cancelado

COVID-19: «LA SOCIEDAD CAUTIVA», por Consuelo Madrigal

 

A una sociedad que consiente ser gobernada por partidos como estos, lo único que se le puede dar es la espalda

 

LA COACCIÓN Y LA INCITACIÓN AL ODIO A LOS NO VACUNADOS, PUEDEN SER CONSTITUTIVAS DE DELITO. «Los no vacunados», por Hugues

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LOS RESULTADOS PROVISIONALES DE LAS ELECCIONES GENERALES DEL 23-J

(sin computar el voto CERA o voto exterior, que implica a más de dos millones de electores y se contabiliza a los cinco días del escrutinio)

RESULTADOS DE LAS ELECCIONES GENERALES DEL 23 J

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«SUMAR» FUE LA OPCIÓN MENOS VOTADA POR LOS TRABAJADORES MÁS POBRES

La marca de Yolanda Díaz superó a VOX en los grupos de votantes con más ingresos. Los de Abascal ganaron a Sumar entre los de menor renta

El análisis de los votos emitidos en las elecciones generales de este 23J, desglosado por el nivel de renta de los votantes, arroja un significativo resultado. La amalgama de partidos aglutinados en torno a la marca «Sumar» de Yolanda Díaz fue, entre las cuatro principales candidaturas, la que obtuvo un menor apoyo de los sectores de las clases trabajadoras con menos ingresos (…).

Por Eugenio Fernández

CANARIAS-SEMANAL, 25 JULIO 2023

LA BURGUESÍA VOTA A SUMAR

 

El análisis de los votos emitidos en las elecciones generales de este 23J, desglosado por el nivel de renta de los votantes, arroja un significativo resultado.

La amalgama de partidos aglutinados en torno a la marca «Sumar» de Yolanda Díaz, en la que se integran, entre otros, Izquierda Unida y el PCE, fue, entre las cuatro principales candidaturas, la que obtuvo un menor apoyo de los sectores de las clases trabajadoras con menos ingresos.

Así lo indica un estudio publicado este mismo lunes por   elDiario.es, que cruza los resultados del voto en 8.131 municipios, agrupados según distintos indicadores de renta, estudios, lugar de nacimiento o tamaño de municipio.

En lo que respecta a la variable del nivel de renta, el análisis divide a los votantes en diez subgrupos, clasificados desde el 10% más pobre al 10% más rico.

En el grupo del «10% más pobre», el 36,9% votó al PSOE, el 36,6% al Partido Popular, el 14,2% a Vox sólo un 9,2% a Sumar.

En el segundo grupo, que incluye al «10-20% más pobre», el 32,6% de los votos fueron también para el PSOE, el 37,5% para el PP, el 15,1% para los de Santiago Abascal y el 10,3% para la coalición de Yolanda Díaz.

En el grupo de «20-30% más pobre», el PSOE obtuvo el 33,7% de los sufragios, el PP el 35,1%VOX el 13,3% y Sumar el 11,9%.

El grupo inmediatamente superior, formado por los votantes 30-40% más pobres, se dividió entre el 34% que apoyó al Partido Popular, el 32,8% que se decantó por el PSOE, el 13,4% que prefirió votar a VOX y el 12,8% que votó a Sumar.

Ello significa que en todos los grupos de trabajadores con menores ingresos, la extrema derecha representada por VOX obtuvo más votos que la «izquierda» postmoderna representada por Sumar.

Solo llegando al 5º grupo, calificado en el estudio como «Mediana (+pobre)», Sumar, con un 12,8 de los votos, logra superar por unas escasas 6 décimas los apoyos de Vox, que se queda en un 12,2%. En este grupo el PP obtiene el 33,9% de los votos, superando también al PSOE, que se queda en un 32,9%.

 

En los cinco grupos de votantes con más ingresos «SUMAR» consiguió más apoyos que VOX

DISIDENCIA CONTROLADA: SUMAR NO ES EL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES; "SUMAR" ES EL PARTIDO DE LOS BURGUESES.https://www.eldiario.es/politica/demografia-votos-elecciones-generales-23j_1_10377815.html

El voto por renta: Porcentaje de voto a cada partido entre los municipios (y distritos de grandes ciudades) agrupados según la renta media de sus residentes

 

Las tornas en la competencia entre Sumar y VOX – que pugnaban por convertirse en la tercera fuerza política del Estado – cambian, sin embargo, al considerar los votos de ambas formaciones en los cinco últimos grupos de votantes, de mayores ingresos.

En el grupo clasificado como «Mediana (+rico)», Sumar alcanzó un 12,4% de los votos, frente al 11,3 de VOX. Este segmento fue hegemonizado por el PSOE, con el 32,3% de los apoyos, seguido de cerca por el PP, que obtuvo un 31,6%.

El grupo «30-40 más rico» es uno de los más disputados, aunque Sumar, con 12,2% de los apoyos, supera por una décima al 12,1% de VOX, y el PP, con 32,8%, supera por 6 décimas al 32,2% del PSOE.

Finalmente, es en los tres grupos de mayores ingresos donde la ventaja de Sumar sobre VOX más se acrecienta.

Significativamente, la formación de Yolanda Díaz, que pretende defender los intereses de «los de abajo», obtiene su máximo número de apoyos en el grupo de «20-30% más rico», donde alcanza el 14,6% de los votos, frente al 10,1% de VOX, el 26,0% del PP y el 32,1% del PSOE.

Un apoyo similar obtiene la marca de Díaz en el grupo de «10-20% más rico», con un 14,5% de los votos. Casi un 4% más de apoyos que VOX, que en esta franja de votantes se queda en el 10,5%. Del mismo modo, el PSOE concita más apoyos y confianza de estos sectores adinerados, con 29,4%, que el Partido Popular, que se queda en un 26%.

Por último, Sumar alcanza también más apoyos que VOX en el grupo que incluye al 10% de votantes más rico, entre los que consiguió un nada despreciable 12,5% de votos, frente al 11,6% de VOX, el 37,4% del PP y el 22.8% del PSOE.

 

¿Un problema del «Relato» y el efecto de los grandes medios de comunicación?

Esta constatación de que, en efecto, el grueso de las clases trabajadoras no se ve representada por la llamada «izquierda» institucional del Estado español es susceptible, obviamente, de diversas interpretaciones.

La interpretación que, también a modo de justificación, se realiza desde estos mismos sectores políticos, y sus medios e intelectuales afines, apunta habitualmente a una presunta incapacidad para  «exponer a la población» los supuestos «éxitos» obtenidos por el Gobierno de coalición progresista y a otra incapacidad para vencer a «la derecha» a la hora de «establecer los marcos del debate» o el llamado «relato». En la misma línea, estos sectores se excusan, de forma recurrente, en el papel que desempeñan, en su contra, los grandes medios de comunicación, obviando que dicho papel es un factor constante en la lucha política, que debe darse por descontado, y también los apoyos que esa misma «izquierda» ha obtenido, en el pasado y también hoy en el caso de Yolanda Díaz, de algunos de los más poderosos mass media.   

Resulta igualmente habitual que, evitando cualquier tipo de autocrítica honesta, estos sectores culpabilicen a la propia «clase obrera» e incluso denosten sin rubor a aquellos trabajadores que «no votan como debieran», como ha hecho en reiteradas ocasiones el cofundador de Podemos Juan Carlos Monedero.

Un análisis de la práctica y las propuestas de los grupos hoy aglutinados en Sumar, que no dejan de perder apoyos electorales, permite constatar, sin embargo, que estos no responden, de ningún modo, a las necesidades materiales de unas clases trabajadoras que, con el autoproclamado «Gobierno más progresista de la Historia», ha sufrido un continuado empobrecimiento; mientras la «izquierda» liderada por Yolanda Díaz acordaba una reforma laboral aplaudida por la patronal, apoyaba la participación española en la guerra de Ucrania -que también tiene repercusiones catastróficas en la economía española y de toda la Unión Europea- o dedicaba sus esfuerzos a promover polémicas y contestadas políticas identitarias que sólo parecen interesar a sectores de urbanitas más o menos acomodados.

Así las cosas, no debería sorprender que la coalición Sumar, pese a los numerosos apoyos mediáticos que tampoco le han faltado, continúe sufriendo una sangría de votos y haya perdido 700.000 votos y siete diputados con respecto a los que alcanzaron Unidas Podemos, Más País y Compromís -incluidos todos ellos en la coalición rosa – en las elecciones de noviembre de 2019.

Como tampoco debería resultarnos tan extraño que, mientras los trabajadores más humildes no encuentran razones para apoyar a esta descafeinada marca electoral, importantes sectores de entre los votantes más adinerados entiendan que Sumar puede ser para ellos una opción incluso más beneficiosa que el partido de Santiago Abascal.  Al fin y al cabo, ya han dado sobradas muestras de su fiabilidad como muleta necesaria del PSOE. 

 

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PABLO IGLESIAS AL PP:  NO VOLVERÁN A GOBERNAR

COPE, 26 SEPT 2020

 

Pablo Iglesias lleva varias semanas ejerciendo como azote de la oposición en las sesiones de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. El vicepresidente del Gobierno tiene una especial rivalidad con el número dos del PP, Teodoro García Egea, y ha asumido el rol de enemigo del Partido Popular en los plenos en el Parlamento. En esta intervención, Iglesias acaba su discurso asegurando que el PP «no volverá a ocupar el Consejo de Ministros«.

 

FABRICANDO DISIDENCIA: GLOBALISTAS Y ÉLITES CONTROLAN MOVIMIENTOS POPULARES, por Michel Chossudovsky

 

 


4 Comments

  1. INDICIOS DE FRAUDE ELECTORAL

    Comentario de «1solo» (Vozpopuli, 27/07/2023):

    «Lo de las sumas y las restas tiene cosas curiosas que, si me equivoco ruego me corrija:

    SENADO.
    PP: 143 (Mayoría absoluta)
    PSOE: 72 (la mitad)

    CONGRESO.
    PP:136
    PSOE: 122

    ¿Desde cuando, y de acuerdo en nuestra historia electoral el mismo votante vota distinto partido para el Senado que en el Congreso?

    ¿No le choca que el PP haya tenido un crecimiento de más del 50% en votos sobre su resultado en las anteriores elecciones, pero en el Congreso solo haya conseguido un 10% más?

    Estamos hablando de una diferencia entre el nº de papeletas de el 40%. Aunque en cada provincia se elijan cuatro senadores en listas abiertas; excepto en Tenerife, Mallorca y Gran Canarias, un senador y a otro por cada millón de habitantes.

    Algo ha debido suceder con cuatro millones de papeletas al Congreso que en buena lógica afectan al PP . ¿A ningún periodista, normalmente todos interesados por cualquier detalle sobre el color del vestido de fulanita en Génova o el sexo de los ángeles o cualquier bulo sin fundamento real alguno, le ha llamado la atención estos «pequeños detalles?.

    Y más raro aún, creo que en el PP también saben sumar, sin embargo tampoco parecen sorprendidos ni tienen la malsana curiosidad de comprobar los registros de las mesas electorales aunque las papeletas ya no existan físicamente.

    Hay otro detalle que, como perjudica tanto a VOX como al PP no quiero entrar en él para no liar más la elucubración

    Venga sagaces defensores del bien mandao gallego, a ver si son capaces de cuadrar esas cifras en una explicación coherente».

  2. Réquiem por Feijóo ‘El Antifa’
    Público, 27 JULIO 2023
    Por ANÍBAL MALVAR

    Las débiles democracias españolas y europeas le deben un agradecido tributo a Alberto Núñez-Feijóo. El gallego, aun sin querer, ha sido el primero de los líderes conservadores, diría que mundiales, capaz de frenar electoralmente al fascismo en su país. Para que luego digáis que es un sinsustancia.

    Vamos a resumir la Estrategia Antifascista Núñez-Feijóo en pocas e inteligibles palabras para que las comprendan los demás líderes mundiales, pues es exportable: bastó con dejarlos gobernar un mes a su antojo y aplaudirles las gracias.

    España, durante ese breve mes desde la conformación de gobiernos salidos del 28 de mayo hasta este 23 de julio, empezó a vivir una catarata de episodios macabros y pesadillescos: censura de clásicos teatrales del Siglo de Oro y de películas de Disney, policías irrumpiendo en el escenario de un concierto porque a una cantante se le han visto las tetas, risas embruteciendo el silencio por una mujer asesinada, persecución sistemática del arcoíris, y muchas más garruladas de alcaldes y concejales del PP y Vox que parecían sacadas de Cabaret o de Holocausto. Les faltó quemar libros, pero no creo que sospechen que los libros existen.

    Bastó un mes para que ese votante que escuchaba indiferente los gritos de que viene el lobo, se diera cuenta de que el lobo ya había entrado en la majada. Gracias a nuestro héroe Feijóo, que los trajo de su mano cual flautista de Hamelin, España vivió un curso acelerado de fascismo y reaccionó apestada en las urnas. Había que esculpirle a Feijóo una estatua cabalgando el Falcon junto a la de los héroes españoles de la Résistance francesa.
    Feijóo El Antifa ganó al Fakejóo Facha capturando los 1,6 millones de votos del llorado (de risa) Ciudadanos, otros 600.000 directamente de Vox, y 600.000 más de padre y madre desconocidos (los tres seises de esta aritmética no creo que sean casualidad: solo con mefistofélicos poderes se puede trasladar Cáceres a Andalucía y Huelva al Mediterráneo, como hace con pasmosa naturalidad el mago Alberto).

    Pero el 666 no fue suficiente y los números no salieron. Si hubieran salido, Feijóo nunca habría podido aspirar al olimpo de los héroes antifas, y sería un presidente facha más, que ya nos vamos acostumbrando.

    Feijóo fue un candidato impuesto a dedo por sí mismo, sin primarias ni bruxerías democráticas de esas, tras la decapitación ayusiana de Pablo Casado. O sea, no tenía equipo, aparato en Génova, fieles camisas viejas, confidentes, cómplices, intrigantes, pelotas ni can que le ladrara. Su maleta de emigrante gallego solo estaba llena de aura, la de buen gestor y moderado. Llegó con lo puesto (más un patrimonio de dudosa procedencia, mérito que se valora muy entusiastamente en el PP).

    Los periodistas de ciénaga política nos dimos cuenta enseguida de lo solo que estaba, de lo poco que lo conocíamos más allá de su equívoca biografía, y de lo poco que lo conocían también los genoveses de postín que habían acatado dócilmente los resultados de sus primarias a dedo.

    Para paliar su soledad, Feijóo se dejó rodear de unos casuales asesores provenientes de los equipos de Soraya Sáenz de Santamaría, que es como si Putin invitara a dormir a James Bond en el Kremlin. Alguien que ha sido jefa de los espías del CNI ya nunca pierde ciertas querencias. La soroyización del equipo de Feijóo nos extrañó a los que siempre sospechamos que, al menos por omisión, La Pequeñita, como la llama admirativamente Villarejo, algo había tenido que ver en la difusión de las fotos del narco Marcial Dorado con nuestro paladín.

    Ahora este pobre caballero sin espada se ha vuelto a quedar tan solo como llegó, incluso ya sin su maleta llena de aura (¿a quién se le ocurre meter una maleta en la sede del PP y pensar que va a salir con ella intacta?).

    El karma es tan cruel que la supervivencia de nuestro héroe antifa depende del capricho de Carles Puigdemont, que forzando una repetición electoral es el único ser en este mundo que podría salvarle de madame Ayuso Guillotina. Sea como fuere, el Che Feijóo ya se ha ganado un puesto de privilegio en nuestro santoral antifascista. Gracias, paisano.

    https://blogs.publico.es/rosa-espinas/2023/07/27/requiem-por-feijoo-el-antifa/#md=modulo-portada-fila-de-modulos:4×15-t1;mm=mobile-medium

  3. Derecho a disentir y delito de odio: expectativas
    Aparte de las cautelas necesarias, los políticos de la derecha deberían tomar medidas para clarificar si ha habido o no «pucherazo», comprobar actas y demás, desde la moderación necesaria, pero con la legitimidad innegable de sus votos reconocidos
    ED, 30/07/2023

    Las libertades fundamentales de pensamiento y de expresión no pueden ser objeto de ningún tipo delictivo, como, sin embargo, sucede actualmente con el famoso delito de odio, que ha redescubierto el sanchismo perruno. Los penalistas enseñan que, «inteligentia delinquere non potest» (la inteligencia no puede delinquir). Un Estado de Derecho no se puede permitir los «delitos ideológicos» y, sin embargo, el nuestro criminaliza y sanciona a quienes se oponen, por ejemplo, a la nueva ingeniería social de la Ley Trans. Luego, con toda lógica, cabe deducir que España empieza a no ser ya un Estado de Derecho. Tales libertades son inequívocamente constitucionales y, por tanto, también constitucionalistas.

    Nos aproximamos, a pasos agigantados, a un sistema totalitario, inquisitorial, sobre la base de una supuesta fe laica, que dice creer en la ciencia, contra toda razón, porque la ciencia se debate racionalmente, se comprueba, se depura y avanza o, incluso, también retrocede, y no puede ser objeto de creencia religiosa, porque no es inamovible, sino experimentalmente cambiante. La ciencia está para ser cuestionada siempre, si no, no se avanzaría nunca en nada y seguiríamos aplicando sanguijuelas a los pacientes. Encima, la imprescindible experiencia siempre es parcial y, por muy protocolizada que esté, carece esencialmente del canon de la totalidad.

    Pero hoy quien osa cuestionar esa inexistente ciencia inamovible es anatematizado, tachado de negacionista, con ese ya genérico despectivo, anti-vacunas. Enseguida, los mismos que son tachados por no plegarse oficialmente al pensamiento único suelen ser también descalificados, como partidarios de la conspiración, con ese desdén displicente de quienes se creen en posesión de la verdad, como los únicos supuestamente cuerdos, los «enteraos». Frente a los anteriores, los llamados injustamente «conspirativos» sugieren preguntas que nadie responde de forma verosímil, con dudas que pocos se plantean. Porque casi nadie piensa ya por sí mismo, por miedo al qué dirán los demás que, a su vez, viven cautivos de una coacción política permanente, orquestada por los medios de comunicación, en particular, los subvencionados por los que mandan.

    Cabe preguntarse ahora por las «expectativas» de los españoles, tras unas elecciones generales fallidas, con un tufillo sospechoso a puchero, después de la desmesurada, zalamera e insistente performance electoral de la televisión pública (TVE1). Aparte de las cautelas necesarias, los políticos de la derecha deberían tomar medidas para clarificar si ha habido o no «pucherazo», comprobar actas y demás, desde la moderación necesaria, pero con la legitimidad innegable de sus votos reconocidos. Sin complejos, ante una manipulación evidente de la opinión pública, es el momento de hacer esas comprobaciones electorales debidamente, para defender lo que de verdad importa. Porque la verdad está en juego y los políticos de bien deben tratar a la gente como se merece, sin patrañas, con razones y levantando la voz, si es necesario.

    Isabel María de los Mozos y Touya es profesora titular de Derecho Administrativo de la Universidad de Valladolid

    https://www.eldebate.com/opinion/tribuna/20230730/derecho-disentir-delito-odio-expectativas_130886.html

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