LA DEMOCRACIA NO PUEDE SUBSISTIR SIN «PODERES INTERMEDIOS»
Todo parece estar donde no está. Todo parece ser lo que no es: Las Organizaciones PRO Gubernamentales
Por Jesús Díaz Formoso
AUSAJ
Todo parece estar donde no está. Todo parece ser lo que no es.
¿Cuáles son nuestras ideas políticas?
Imagina que a unos futbolistas muy hábiles se les presenta como miembros de una orquesta, y a su juego, se le llama sinfonía. Más tarde a los buenos futbolistas se le empieza a llamar músicos. Poco a poco se generaliza el llamarlos así. Años después le preguntas a un músico por su profesión. ¿Qué va a contestarte? Si te dice que es músico, creerás que es futbolista. Su profesión se ha quedado sin nombre.
Eso es lo que está ocurriendo con todo lo que nos importa. Vaciados los conceptos, desgajados de su significado, se crea la percepción de lo inexistente, que intenta sustituir a lo real.
El Asociacionismo.
La Humanidad se constituye como sujeto histórico en el momento en que la asociación entre personas llega a establecer una sociedad. La Sociedad del Neolítico.
Esta asociación se expande cuando florece el comercio. El “Mercado”, que centra el interés de Adam Smith o de Jean Baptiste Say, no es sino la histórica asociación de ofertantes y demandantes.
De la misma manera, la necesidad de regular las transacciones, el “Mercado”, empuja una nueva forma de Asociación: La Asociación Política.
Caminando a hombros de Spinoza y Locke, Montesquieu estudiará y proclamará el “principio de distribución social del poder”, si bien lo inserta -únicamente- dentro de su teoría general de la separación de los poderes del Estado.
La distribución social del poder, cristaliza en normas jurídicas; y esa distribución jurídica del Poder depende de la distribución social para evitar el abuso del poder y salvaguardar la libertad de los ciudadanos.
Tocqueville describe así la natural espontaneidad del fenómeno asociativo: “Surge un obstáculo en la vía pública, el paso se interrumpe, la circulación se para; inmediatamente los vecinos se constituyen en cuerpo deliberante; de esta improvisada asamblea saldrá un poder ejecutivo que aliviará el mal antes de que a ninguno de los interesados se le pase por la imaginación la idea de una autoridad preexistente”.
Y sobre esa dimensión social del Poder, Tocqueville edificará su Teoría Política. Y, en especial, su concepto del “Hombre Democrático” (antecedente del “Hombre Masa” de Ortega y Gasset).
En palabras de Juan Cavas Miralles, «Tanto el hombre-masa de Ortega como el individuo democrático de Tocqueville son reflejo de una democracia degradada producto de ese individuo acomodaticio y devaluado que al no ser capaz de esforzarse para tratar de ir más allá de sí mismo se deja llevar por la opinión de los demás y se refugia en los bienes materiales. Lo que yo he observado es que tanto el individuo democrático de Tocqueville como el hombre-masa de Ortega responden a un tipo de persona que se ha quedado rezagada en la sociedad debido a que no ha sido capaz de realizar el esfuerzo necesario para conseguir estar a la altura de los mejores. Como este individuo se encuentra tan lejos de aquellos que le han superado y tampoco está dispuesto a realizar el esfuerzo necesario para poderlos alcanzar, la salida que ve más fácil para soportar su existencia la encuentra al amparo de los bienes materiales y en tratar de anular a todo el que le sobresale apoyando la tiranía de la mayoría o la rebelión de las masas«.
Continúa Cavas Miralles señalando:
«Tocqueville y Ortega defienden por encima de todo al individuo y sus libertades, tanto frente al poder del Estado como el de la sociedad. El liberalismo tal y como ambos lo entendieron implica la igualdad de derechos y la igualdad de oportunidades para que todos desarrollen sus capacidades. Por tanto, su apuesta no es por el liberalismo económico tradicional, sino por un liberalismo cuyo objetivo primordial era la defensa de la libertad de los individuos tanto frente al poder del Estado como frente al poder de la mayoría. Los dos fueron más allá del liberalismo clásico y pusieron en cuestión las supuestas bondades del capitalismo y de la regulación automática a través de las leyes del mercado defendidas por Adam Smith, ya que ambos entienden que la regulación o intervención del Estado es necesaria para contrarrestar los excesos del capitalismo y asegurar una mayor justicia social mediante una redistribución de los beneficios lo más justa posible entre el capital y los trabajadores«.
En palabras de Alfonso Osorio, «Uno de los grandes enemigos de la libertad es el individualismo. Éste aísla a los hombres, los encierra en sus asuntos particulares y les hace desentenderse de lo público. Así es fácil que sobrevenga el despotismo, que no encuentra ciudadanos que se le opongan. Para evitar estos dos males, Alexis de Tocqueville retoma los viejos remedios de Montesquieu: los poderes intermedios, adaptándolos a las sociedades democráticas«.
El “Post-Totalitarismo Global», Populista y Tecnológico, al que parecemos dirigirnos, trata de convertir a la entera sociedad en Estado; sometida a su dominio.
Desaparecida la distinción entre Institución y Asociación Pro-gubernamental, la Libertad de toda la sociedad desaparece, se desvanece frente al Poder estatal, del que todos somos –con gusto o con disgusto- rehenes. Vigilados por sus cuerpos Policiales, que actúan desde el privilegio y la presunción de utilización legítima de la violencia estatal.
Si todo es Estado, no existe Pueblo.
Como escribió Nietzsche:
“Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos. El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta mentira: “Yo, el Estado, soy el pueblo”.
¡Qué gran mentira! Creadores fueron quienes crearon los pueblos, por la fe y el amor: así sirvieron a la vida. Aniquiladores son quienes ponen trampas a la multitud, y denominan Estado a tal obra: suspenden sobre los hombros una espada, y cien apetitos.
Donde todavía existe pueblo, éste no entiende al Estado, y le odia, considerándole como un mal de ojo, como un crimen contra las costumbres y los derechos”.
El Régimen del 78.
La Nueva Política en el Mundo se percibe en el reflejo de EE.UU, donde el nuevo antagonismo ya ha sido bautizado: Globalistas contra Patriotas.
En España la contraposición, más o menos encubierta, es la de Nacional-Católicos contra Globalistas.
En España, la “Nueva Política”, posee su propias características. Porque se ha de instalar sobre el “Régimen del 78”.
He visto muchas aproximaciones al significado de “Régimen del 78”. Sin embargo considero al “Régimen del 78” como el reparto de España entre los Tecnócratas y los Falangistas, con su evolución de casi medio siglo.
La Transición consistió, fundamentalmente, en tener contento al “Amigo Americano”, y dedicarse a robar.
Comenzó pronto el PSOE de los maletines llenos de dinero que traía de Alemania “ni Flick ni Flock”. Pero cuando tomaron el poder, entonces empezaron a lo grande; se robaron la mayor empresa de España, RUMASA. Así, una de las joyas del Grupo, Galerías Preciados, fue vendida por menos dinero del que tenía en caja.
Luego vendría la debacle. La llamaron “Reconversión Industrial” y consistió en eliminar la capacidad productiva del país, convirtiéndonos en compradores de los países de la U.E., en la que entramos como mercado, no como democracia.
Ahora, nuestra presunta “Democracia” ya no descansa en la Libertad de los Ciudadanos, sino en su Manipulación. Quizás siempre ha sido así, pero hoy el Control Social intenta abarcarlo todo, bienes y conciencias.
Pero, ¿dónde están los Socialistas?
Fuimos cancelados; hace décadas.
Sustituidos por aquéllos a quienes nos oponíamos: Los Globalistas, ahora enmascarados como «progresistas».
Nadie parece echarnos de menos. Pero, cada vez, nuestro silencio es más atronador, y nuestra ausencia empobrece nuestra convivencia. Nos desarma frente a los nuevos poderes supraestatales, no democráticos.
Una construcción Político-Social que nos es ajena; que se nos pretende imponer «desde arriba» a los «de abajo», sin nuestro consentimiento, contra nuestra voluntad. Nada que ver con el Socialismo. Porque el Socialismo se edifica desde abajo; sólo puede ser construido por nosotros, el Pueblo. Y ha de ser construido mediante la Democracia, con el concurso de nuestra voluntad. El Socialismo no se puede edificar mediante la coacción ejercida desde el Poder. Como la Historia nos ha demostrado una y otra vez.
¿Social-Comunistas? No: Globalistas. ¿Feministas? No: Globalistas.
¿Dónde está el Socialismo? ¿Dónde ha quedado el amor por nuestros Derechos y Libertades?
El Socialismo, como el Feminismo, ha desaparecido, engullido por el Globalismo y sus Organizaciones Pro Gubernamentales, generosamente financiadas y publicitadas por los Poderes financieros. Perdidas sus esencias sociales, se han convertido en Instrumentos de opresión, en Organizaciones Globalistas, Pro New World Order, en realidad.
En esta entrada, veremos el caso del Partido Feminista Español, sujeto histórico del Feminismo en España, que ha sido sustituido, desde el silencio de la sombra del Poder, por un Antifeminismo flagrante, destructor del mismo concepto de «mujer».
Sustituido por la Ideología de Género, emblema del New World Order, que define como Igualdad la negación de toda diferencia; que persigue igualar todo lo que es diferente. Pretendiendo imponerse sobre la realidad; sobre la Ciencia. Financiando generosamente a cuantos colaboran en la destrucción de nuestro Mundo. Y agrediendo obscenamente a quienes se oponen a él. En especial, desde el Socialismo y el Feminismo.
Así, Lidia Falcón, Socialista y líder histórica del Feminismo español, ha tenido que ser entrevistada por un Medio de Comunicación de Derechas; se le niega el pan y la sal por los medios que se dicen «de izquierdas»; globalistas del NWO, en realidad.
Estamos dando voces a Leviatán. Y se está despertando.
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“El despotismo de la fuerza es una injusticia, pero el despotismo de la impotencia es casi un absurdo. La democracia en saldo es la heredera legítima de la monarquía y la aristocracia. Pero su mal latente y su vicio congénito es el abandono del deber, que va siendo reemplazado por la envidia, el orgullo y la independencia; en una palabra, es la desaparición de la obediencia producida por una falsa noción de la igualdad. Si la democracia no es más que el rebajamiento sistemático de las superioridades legítimas y adquiridas y que la decapitación envidiosa de los verdaderos méritos, se identifica entonces con la demagogia. Protección a todos los seres débiles, mantenimiento de todos los derechos, honor a todos los méritos y empleo de todas las capacidades: esas máximas del Estado justo respetan a la vez la igualdad de derecho y la desigualdad de hecho. Mejorad al hombre, hacedle más justo, más humilde, más puro, esa es la única reforma que no ofrece inconveniente alguno. Las instituciones no valen sino lo que vale el hombre que las aplica. El nombre, el partido, la opinión, el sistema son cosas casi insignificantes y frívolas al lado del valor intrínseco de los individuos”.
Henri-Frederic Amiel
LA DEMOCRACIA EN SALDO, heredera legítima de la monarquía y la aristocracia
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“No hay nada que la voluntad humana desespere de lograr por medio de la libre acción del poder colectivo de los individuos. Una asociación consiste únicamente en la adhesión pública de un cierto número de individuos a tales o cuales doctrinas, y en el compromiso que contraen de contribuir en determinada forma a hacerlas prevalecer. Así, el derecho de asociación casi se confunde con la libertad de prensa; pero ya la asociación posee un poder mayor que la prensa. Cuando a una asociación política se le deja situar focos de acción en puntos importantes del país, su actividad y su influencia se amplifican y extienden. Allí los hombres se ven, se maquinan medios de ejecución, las opiniones se despliegan con esa fuerza y ese calor que jamás puede alcanzar el pensamiento escrito. Los partidarios de una misma opinión pueden reunirse en colegios electorales y nombrar mandatarios que les representen en una asamblea central. Constituye, hablando con propiedad, el sistema representativo aplicado a un partido. Cierto que no tienen el derecho de hacer la ley; pero tienen el poder de atacar la que existe y de formular de antemano la que debe existir. En los países donde no existen tales asociaciones, si los particulares no pueden crear algo semejante no veo ningún otro dique que oponer a la tiranía, y un gran pueblo puede ser oprimido impunemente por un puñado de facciones o por un hombre”.
Alexis de Tocqueville
La democracia en América I, segunda parte, capítulo IV.
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Entrevista a Lidia Falcón, presidenta del Partido Feminista de España: «Uno no cambia de sexo nunca, nunca»
La presidenta del Partido Feminista se enfrenta a una pena de entre 1 y 6 años por una denuncia de un grupo Trans y de la Generalidad catalana.
Lidia Falcón (Madrid, 1935) es la Presidenta del Partido Feminista y lleva más de un año de lucha contra la nueva llamada ley Trans del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero. El enfrentamiento entre las feministas clásicas y las capitaneadas por Podemos llevó, por ejemplo, a la histórica organización de Falcón a negarse a participar en la Manifestación del 8 de marzo de 2020. Cruce de comunicados, declaraciones o peticiones de dimisión de la Ministra de Igualdad, que acabaron con la expulsión del Partido de Falcón de la coalición IU y con una denuncia contra ella de la Federación Plataforma Trans y la Generalidad de Cataluña ante la Fiscalía de Odio.
Lidia Falcón ha pasado por los micrófonos de es.Radio por el programa de La noche de Dieter el mismo día en que se filtraba el primer borrador de la futura ley Trans.
«Me han abierto un expediente y tuve que ir a declarar el 14 de diciembre pasado porque consideran que odio a estos personajes, que ya no sé cómo llamarles. Mutantes. Les voy a llamar mutantes. Y tengo el expediente abierto con alguna denucia más de una asociación homosexual«, comentaba.
Falcón no se cree a sus 85 años lo que está viviendo, «ciertamente el largo recorrido de mi vida nunca me hubiera imaginado que pasara. Así nos encontramos, que están dispuestos a llevar adelante esta distopía«.
De la ley Trans le preocupa «todo«. «La ley Trans es un constructo completamente fantasioso que si nos lo imponen como ley tiene unas consecuencias sociales y personales muy graves. Empezamos por el término género que no significa nada«. Esta es la cuestión fundamental y clave de las dos posturas enfrentadas, desaparece la mujer como grupo social. «El problema es que permiten el cambio de sexo. A los personajes que se les ocurra decir que ahora en su deseo, en sus pensamientos y en su afición está el cambiar de sexo tienen que ser considerados como del sexo opuesto«. Falcón contaba una anécdota que ya le ha pasado, «Un señor con barbas aparece en algún debate y dice: no, yo me llamo Rosa García y tú me tienes que hablar en femenino. Esto está pasando continuamente«.
Otro ejemplo es el de «un vídeo que se ha difundido por redes sociales en el que aparecía un enorme señor orinando en un váter de señoras, con las mujeres pasmadas mirándole con ojos redondos; y muy agresivo además decía: pues sí, porque yo soy trasngénero, ¿comprendes?«.
Estas situaciones se viven, por ejemplo, en las competiciones deportivas, explicaba la feminista, «que un personaje con la musculatura, la estatura y la fuerza masculina, se presenta a alterofilia femenina y gana el primer premio o a salto con pértiga«.
Y «el colmo de los colmos«, contaba, «el Partido Verde de Alemania ha presentado como dirección bicéfala, porque tenían que ser paritarias las direcciones, a un hombre y a un tipo que se llama trans«. En esto lleva la delantera el Grupo Prisa, recordaba Falcón, «los premios Ondas de hace unos meses en el sector femenino se lo han dado a dos trans. Estamos en un mundo de fantasía, esto sólo la literatura lo puede aceptar«.
Pero es muy real y no solo se intentará imponerlo en nuestra sociedad sino que, además, a las personas que han expresado su oposición se les ha abierto una causa y pueden ser condenadas.
Desde 2007 el cambio de sexo está regulado en la legislación española, pero para la feminista ese hombre nunca no será una mujer. «No. Uno no cambia de sexo nunca, nunca. Desde que te fecundan en la primera inseminación del óvulo ya tienes el sexo determinado y lo tienes hasta que te mueres. Y al cabo de siglos te desentierran los restos y el ADN de tus huesos es masculino o femenino, y eso es así«. Ponía un ejemplo por comparación para explicar su postura, «oiga, es que ahora me gustaría a mi abolir la Ley de la Gravitación Universal, me encantaría, porque a mi cuando se me caen las cosas me da mucha rabia y en consecuencia, yo decido que no es vigente«.
El último borrador del Ministerio de Igualdad ha modificado algún punto para contentar al sector feminista clásico y salvar unos pocos muebles de la vigente Ley de Violencia de Género. Por ejemplo, un maltratador para librarse de la condena sólo debía decir que ya no era hombre, que también era mujer. En el borrador se dice que no afectará a las causas ya abiertas. Dice Falcón, «este matiz es un disparate. Unas veces puedes ser considerado mujer y otras no. Es lo que en ese delirio que tienen califican como de género fluido. El género no existe, es algo que está por ahí y que utilizan como les da la gana. Un día eres mujer otro hombre y otro pez…«. Recordaba «ese personaje que se ha implantado dos branquias en la cabeza porque dice que es un delfín y que él quiere vivir bajo el agua. Bueno, las tonterías, las performance, el arte, las obras de teatro, lo permiten todo«. Pero la vida es otra cosa. «Lo que es inaceptable es que desde este disparate se promulguen leyes y se obligue a la sociedad a admitirlas«.
De la ley Trans la parte más cruel y de consecuencias más graves e irreversibles son las que afectan a los menores de edad. «Hacen una sociedad demente. Ahora se puede llevar a un niño de ocho años al Parlamento de Extremadura, lo visten de niña y le dan un discurso, que era imposible que lo hubiera escrito él, diciendo que quiere ser niña y que le comprendan y que su futuro y que su felicidad… Y al año le han dado un DNI como niña«.
En Reino Unido «donde ya tenemos una cierta experiencia, ha habido una epidemia de contagios de críos diciendo que quieren cambiar de sexo que ha causado verdaderas desgracias«. Hay casos que han llegado a los tribunales «porque una muchachita que empezó a los 12 años a decir esto, le dieron hormonas y a los 16 dijo que le hicieran una mastectomía doble. Y los médicos fueron tan criminales que lo hicieron. Ha habido ya una sentencia diciendo que naturalmente a esa edad y para una transformación semejante no tenía capacidad ni madurez suficiente para dar el consentimiento informado«. Niños y adolescentes sanos que entran en quirófanos para ser operados de por vida.
«Los médicos están haciendo experimentos. Les entregan en la mesa del quirófano el cuerpo de un niño o de un adolescente y se ponen a cortarlo a trozos«, denuncia la política. Además, la ley Montero prevé la figura de «un defensor judicial» para amparar al menor en caso de discrepancia con los padres que «pueden perder la custodia de niños«.
¿Se ha sentido sola este tiempo? Le ha preguntado Dieter Brandau, «Sí, me pareció que tardaron en reaccionar los grupos feministas y las compañeras del feminismo de tantos años«.
Varias diputadas y militantes socialistas apoyan la postura de Falcón, se han llegado a manifestar en la puerta del Congreso de los Diputados, pero su partido da prácticamente la callada por respuesta. La vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha dicho «que no es urgente» y que «no convirtamos una ventana de avance de derechos en una especie de quimera». Responde la feminista, «bueno, a mí me gustaría que fuera más claro, más rotundo, más decidido en esto. Llevamos en esta polémica desde hace un año y pico, yo tengo el proceso que tengo y no se han pronunciado. Y ahora a ver si es verdad que podemos llegar a alguna conversación para saber qué van a decidir. El PSOE debe mostrarse rotundamente en contra«.
Lidia Falcón acababa la entrevista denunciado otro Proyecto de ley similar al de Podemos pero que ha presentado el grupo Ciudadanos tanto en el Congreso como en el Senado y que está admitido a discusión también por el PSOE y PP. «Lo que elimina es la autodeterminación de género que no sabe nadie lo que es eso. Pero éste, si se aprueba, lleva lo mismo: la hormonación de menores y aceptar que por tu propia decisión te conviertes en hombre o en mujer. Y estamos en ese peligro ahora”.
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El engrudo ideológico del género
Cuando HazteOir.org puso en marcha el autobús no entendí qué pretendía denunciar, por lo obvio, ni cuál era el conflicto. ¿Es que resulta tan insensato que las mujeres sean mujeres y los hombres hombres? Ni en el País de las Maravillas hubiera imaginado que pudiera darse semejante discusión.
Por Lidia Falcón
El Partido Socialista Obrero Español se ha descolgado con un argumentario elaborado contra las tesis de los “transgénero”. Ciertamente ya era hora, después de que durante varios años consintiera la aprobación de leyes Trans en diez comunidades autónomas, en las que también sorprendentemente colaboraron el PP y el PNV. Y, que además, las mujeres que forman el núcleo duro del feminismo del PSOE, dirigentes incluidas con las que me relaciono desde hace décadas, asistieran impávidas al conflicto que se desencadenó entre el Partido Feminista de España y yo misma e Izquierda Unida, que desembocó en la expulsión del PFE de la coalición de izquierda el 22 de febrero de 2020, sin enviar ni un mensaje de apoyo, como hicieron muchas de las asociaciones y militantes de izquierda.
Ciertamente alguna de las afiliadas de ese partido, con las que he trabajado durante muchos años por hacer avanzar el feminismo, se solidarizó conmigo, pero privadamente. Públicamente ninguna de las dirigentes del PSOE, cuya vicepresidenta primera Carmen Calvo hace treinta años me reconocía mi magisterio en feminismo, tuvo la generosidad de criticar la injusta conducta de IU y apoyar nuestra oposición al proyecto de ley Trans que presentaba Podemos.
Hoy, seis meses más tarde del comunicado del Partido Feminista manifestándonos frontalmente en contra de ese proyecto de ley Trans, y tres años más tarde de que la asociación HazteOir.org pusiera en marcha su autobús con el lema ‘Los niños tienen pene, las niñas tienen vulva’ se emite un documento con el logo del PSOE que denominan argumentario donde se dice lo mismo que nosotras, como si ese partido hubiera sido el primero en desvelar un misterio semejante.
He de confesar que cuando HazteOir.org puso en marcha el autobús no entendí qué pretendía denunciar, por lo obvio, ni cuál era el conflicto. En aquel momento no tenía suficiente información sobre el proyecto de ley Trans, que cuando la leí me pareció surrealista, pero tampoco conocía las leyes autonómicas que reconocen ese despropósito de la “autodeterminación de género”.
¿Es que hay que descubrir ahora el mundo material en el que está inserta la especie humana?
En definitiva, para mí fue una revelación oír a Sofía Castañón, de Podemos, declarar en la televisión que a partir de ahora- el proyecto de ley se presentó en el Parlamento en la primavera de 2018 pero ella hablaba en diciembre de 2019 porque pretendían volver a presentarlo- ya no se mencionarían en los textos legales las categorías de mujer ni hombre ni padre ni madre. Ahora serían “progenitores gestantes” y “progenitores no gestantes”. De lo que se decidió en el Partido Feminista, a raíz de conocer semejante despropósito dimos buena cuenta enseguida, ya que publicamos nuestro primer comunicado el 3 de diciembre de 2019, y a continuación los que siguieron –los pueden encontrar fácilmente en nuestro Twitter y Google da completa información-, que desembocaron en un conflicto, cuyo final legal se ve lejos, con la coalición Izquierda Unida en la que somos uno de los partidos que la constituyen. IU ha hecho de la defensa de la ley Trans que impone la “autodeterminación de género” uno de sus objetivos prioritarios.
Pero, sin que este disparate a que ha llevado la difusión de ese engrudo ideológico de la teoría del género tenga un próximo final, lo que me tiene asombrada es que todos los partidos –el primero que ha hecho una declaración pública mostrándose frontalmente en contra de la ley Trans ha sido el Partido Feminista de España– hayan aceptado los disparates que han introducido y difundido el lobby Trans tanto en el seno del Movimiento Feminista, como –y es lo peor- en la legislación autonómica que se ha ido aprobando por mayorías absolutas e incluso consenso entre todas las formaciones políticas. Mediante las cuales el sexo biológico no existe y es la decisión de la persona la que determina ser mujer u hombre, y permite cambiar legalmente la partida de nacimiento y el documento de identidad para atribuirle un nuevo sexo, y por tanto un papel diferente en nuestra sociedad.
Me quedé pasmada cuando vi en la televisión a un niño, con un vestidito y un peinado de niña, que con 8 años se presentaba en el Parlamento extremeño y ante todos los diputados leía un discurso elaborado sobre su deseo de ser niña y de la necesidad de que así se le reconociera social y legalmente, mientras todos los representantes de todos los partidos lo miraban embobados y enternecidos, algunos incluso con lágrimas en los ojos. Y todavía me sigue asombrando que nadie le haya hecho reproche alguno a los padres por haber permitido –o inducido- a semejante confusión mental a un menor. Y que ningún defensor del menor haya intervenido en estos años para denunciar la manipulación de las fantasías de los niños y niñas, que va a permitir que legalmente se les hormone desde los 9 años, según manifiesten su deseo.
Ciertamente me pregunto, ¿este tema es realmente divisorio de la derecha y de la izquierda, o nos situamos en un mundo surrealista donde la materialidad de los cuerpos humanos no existe? ¿Es preciso que se difunda el mensaje de que las niñas tienen vulva y los niños tienen pene? ¿Es que nadie conoce las diferencias corporales entre las hembras y los machos en las especies mamíferas? ¿Se trata de abolir el Patriarcado o de abolir la realidad?
Bueno es que el PSOE se descuelgue ahora con un argumentario contra el llamado “transgenerismo”, aunque siga utilizando tontamente el término género para describir una situación social que pertenece al patriarcado, pero más bueno sería que todos los partidos, independientemente de su adscripción ideológica se pronunciaran en el mismo sentido. Porque vamos, ¿es que hay que descubrir ahora el mundo material en el que está inserta la especie humana? ¿Dónde queda el sentido común, ese que tantas veces se invoca por la izquierda, por la derecha, por el centro y por el centro derecha, y por todas las combinaciones espaciales, al que apelan continuamente los representantes de los partidos acreditados en el Parlamento?
¿Es que resulta tan insensato que las mujeres sean mujeres y los hombres hombres?
Ni en el País de las Maravillas hubiera imaginado que pudiera darse semejante discusión. Que esta no nos lleve no al País de las Maravillas sino al de una distopía.
.* Lidia Falcón es presidenta del Partido Feminista de España.
Lo obvio, pues, es que el Estado ni sepa ni tenga por qué saber, la raza, la estatura, el sexo, o el ADN de los ciudadanos. Todo eso es privado.
Parecería en estos tiempos que uno tuviera que pedirle permiso al estado para todo. O que el estado tuviera que encargarse de resolver los problemas personales de la gente. Y esto es lo que pasa.
Creo que el problema surge de una expresión carente de sentido, probablemente por ello, elevada a los altares de la nueva Política. «Lo personal es político».
Pero lo personal no es político, sino privado, dominio del Derecho a la Intimidad, del que todo extraneus es excluido. Derecho Fundamental, constitucionalmente protegido; con Protección Reforzada mediante el Recurso de Amparo Constitucional.
Desde esta Inconstitucionalidad, desde la Vulneración de los Derechos Humanos, aparece como correcto someter a debate público la vida sexual ajena. Es terreno abonado para el narcisismo, esa enfermedad social que está siendo utilizada para destruir nuestra convivencia, mediante nuestros propios actos.
Lo Personal es Intimidad.
Y la Intimidad es un Derecho fundamental. Uno de esos Derechos Humanos, garantes de el orden Político y la Paz Social que año tras año, destruye la Jurisprudencia de ese órgano que ha de proteger la efectividad de nuestros DD.HH., y sin embargo se dedica a destrozarlos: El Tribunal Constitucional. Impunemente. Destruyendo así el Orden político y la Paz social (Art 10, 1º Constitución), y negando así la DIGNIDAD (que se cifra en el Goce efectivo de los DD.HH.) de todos.
Gracias por comentar, Álvaro.
Saludos