ESTADO ES EL NOMBRE QUE SE DA AL MÁS FRÍO DE TODOS LOS MONSTRUOS FRÍOS
NUESTROS DERECHOS SON DE PAPEL
AUSAJ, 2017
“La Constitución garantiza el principio de legalidad, la jerarquía normativa, la publicidad de las normas, la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables o restrictivas de derechos individuales, la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos” – Constitución Española, Artículo 9, 3º.
“La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social» – Constitución Española, Artículo 10, 1º.
“Una reacción penal excesiva frente (al ejercicio ilícito de los Derechos Fundamentales) puede producir efectos disuasorios o de desaliento sobre el ejercicio legítimo de los referidos derechos, ya que sus titulares, sobre todo si los límites penales están imprecisamente establecidos, pueden no ejercerlos libremente ante el temor de que cualquier extralimitación sea severamente sancionada” (Sentencia del Tribunal Constitucional nº 136/1999).
A este “EFECTO DESALIENTO”, como vulnerador de los derechos reconocidos por El Convenio de Roma, de 1950, también se ha referido el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (así, la STEDH de 25 de noviembre de 1997, ap. 49 y 50, caso Zana).
Como sabemos bien, el Estado Español no garantiza el ejercicio de los Derechos Fundamentales (Derechos Humanos). En cuanto a los de carácter prestacional, cuya efectividad exige el establecimiento, por parte del Estado, de los Servicios Públicos, sabemos que la finalidad del Estado Español no es la prestación de los Servicios Públicos, sino la apropiación de los Ingresos Públicos (fundamentalmente los tributos con que contribuimos los ciudadanos) destinados a sufragar el coste de tales Servicios Públicos; apropiación que tiene lugar, fundamentalmente, por parte del Poder financiero, que a la vez ejerce el Poder Informativo; y por mediación de éste, el Poder Político; como titular de un Poder Privado exorbitante, que alcanza a desafiar al Estado.
Poder Informativo que, pese a constituir un Servicio Público, es prestado sin atención a Finalidad de Interés General alguna, al contrario, se nos desinforma, en lugar de informar; causando la total vulneración de nuestro Derecho a recibir Información Veraz.
Cualquiera que sea el concreto Derecho Fundamental al que se atienda, se aprecia la ausencia de efectividad, tanto del Derecho, como de sus Garantías. Pensemos en el Derecho de Reunión y Manifestación, cuyo ejercicio pacífico es reprimido violentamente por la coacción estatal (a los documentos que enlazamos para su descarga al final del Post, nos remitimos). Merece la pena recordar que incluso su vulneración delictiva es objeto de la formación de los mandos policiales, como pueden comprobar aquí
EL SÍNDROME DE SHERWOOD: El final de un Modelo de Estado. Hacia el Estado de Excepción Permanente.
O pensemos en el derecho a la Tutela Judicial Efectiva, o derecho al Juicio Justo; hemos visto expulsar con violencia o intimidación a medio millón de familias de sus hogares; ahora sabemos que ILEGALMENTE; y sin embargo, ninguna tutela se produce respecto de esta aberrante actuación judicial, dejando absolutamente indefensos a los millones de víctimas. ¿Intimidad? ¿Salud? ¿No ser torturados? ¿Libertad de Expresión? ¿Datos personales?
Mención específica precisa la destrucción del PRINCIPIO DE LEGALIDAD, base sobre la que se asienta el ESTADO DE DERECHO, cuestión sobre la que hemos escrito y publicado en diferentes ocasiones en Punto Crítico.
No hay efectividad, ni del Derecho, ni de sus Garantías. Todo lo más, una expectativa de disfrute; ello es contrario a la Dignidad Humana –que, como absoluto, carece de graduación; ha de ser la misma para todos-, Dignidad consistente en la Igualdad de todos los ciudadanos en el ejercicio de los Derechos Fundamentales.
Las Garantías de los Derechos Fundamentales, sin embargo, si son efectivas –y son aplicadas muy favorablemente- para las élites que controlan el Estado, tanto desde la esfera Pública como desde la Privada.
Quebrada la primera regla, la Igualdad, el resultado es que ya no tenemos todos la misma Dignidad; se establece una pirámide por categorías, que separa a las élites de los ciudadanos, que por ello, dejan de serlo, al ser Inferiores en Dignidad.
En definitiva, desaparece la justificación que nos llevó, como Poder Constituyente, a darnos como Ley Fundamental, la Constitución de 1.978; se frustra la finalidad declarada en el mismo Preámbulo del Texto Constitucional:
La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de:
Garantizar la convivencia democrática dentro de la Constitución y de las leyes conforme a un orden económico y social justo.
Consolidar un Estado de Derecho que asegure el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular.
Proteger a todos los españoles y pueblos de España en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones.
Promover el progreso de la cultura y de la economía para asegurar a todos una digna calidad de vida.
Establecer una sociedad democrática avanzada, y
Colaborar en el fortalecimiento de unas relaciones pacíficas y de eficaz cooperación entre todos los pueblos de la Tierra.
“Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos”.
Hoy por hoy, ya no es el Estado el más frío de todos. Es la Corporación Globalizada. Es una “persona” ficticia, pero le otorgamos todos los Derechos de la Personalidad. Como a las Personas Humanas. Pero sin sus responsabilidades.
Son las Corporaciones las que dirigen el mundo; crean la realidad en que nos desenvolvemos; crean la Información y controlan la Expresión de la Opinión; es decir, crean la Opinión Pública. Ellas deciden como será la sociedad en el futuro. No los Seres Humanos. Nosotros morimos. Nosotros tenemos sentimientos. Ellas no.
Chus
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ESTADO ES EL NOMBRE QUE SE DA AL MÁS FRÍO DE TODOS LOS MONSTRUOS FRÍOS
por Friedrich Nietzsche
En algún lugar quedan todavía pueblos y rebaños, no entre nosotros, hermanos míos: aquí hay Estados.
¿Estados? ¿Qué es eso? ¡Pues bien, abrid los oídos! ¡Voy a deciros mi palabra sobre la muerte de los pueblos!
Estado es el nombre que se da al más frío de todos los monstruos fríos. El Estado miente con toda frialdad y de su boca sale esta mentira: “Yo, el Estado, soy el pueblo”.
¡Qué gran mentira! Creadores fueron quienes crearon los pueblos, por la fe y el amor: así sirvieron a la vida. Aniquiladores son quienes ponen trampas a la multitud, y denominan Estado a tal obra: suspenden sobre los hombros una espada, y cien apetitos.
Donde todavía existe pueblo, éste no entiende al Estado, y le odia, considerándole como un mal de ojo, como un crimen contra las costumbres y los derechos.
Yo os hago esta advertencia: cada pueblo habla su propia lengua del bien y del mal; su vecino no la entiende. Cada pueblo se ha inventado su lenguaje en costumbres y derechos.
Mas el Estado miente en todas las lenguas del bien y del mal. Cuanto dice es mentira, y cuanto tiene es porque lo ha robado.
Todo en él es falso; con dientes robados muerde, ese mordedor. Hasta sus entrañas son falsas.
Confusión de lenguas del bien y del mal: esa señal os doy como señal del Estado. ¡Y, en verdad, esa señal indica voluntad de muerte! En verdad, hace señas a los predicadores de la muerte.
¡Vienen al mundo demasiados hombres! Para los superfluos fue inventado el Estado. ¡Ved cómo convoca a los superfluos, cómo los devora, y los tritura, y los rumia!
“Sobre la tierra, nada existe más grande que yo: yo soy el dedo ordenador de Dios”. Así ruge el monstruo. ¡Y no son sólo los de orejas largas y vista corta los que se postran de rodillas!
¡Ay, también en vosotros, de alma grande, el monstruo desliza sus sombrías mentiras! ¡Ay, él adivina cuáles son los corazones generosos y ansiosos de prodigarse!
¡Sí, también os adivina a vosotros, los vencedores del viejo Dios! ¡Salisteis del combate fatigados, y vuestra fatiga redunda ahora en provecho del nuevo ídolo!
El nuevo ídolo quiere rodearse de héroes y hombres de honor. ¡Ese frío monstruo se complace en calentarse al sol de las buenas conciencias!
Si vosotros le adoráis, el nuevo ídolo os lo concederá todo a vosotros: por ello compra el brillo de vuestra virtud y la mirada de vuestros ojos orgullosos.
¡Quiere que le sirváis de cebo para atraer a los superfluos! ¡Sí, una infernal artimaña ha sido aquí inventada, un corcel de muerte enjaezado con el tintineante adorno de honores divinos!
Aquí ha sido inventada, para muchos, una muerte que se precia de ser vida: en realidad, un servicio íntimo para todos los predicadores de la muerte, una servidumbre a la medida del deseo de todos los predicadores de la muerte.
Estado llamo yo al lugar donde todos, buenos y malos, son bebedores de venenos; Estado, al lugar, donde todos, buenos y malos, aseguran su perdición. Estado, al lugar donde se llama “la vida” al lento suicidarse de todos.
¡Contemplad a esos superfluos! Siempre están enfermos, dan salida libre a su bilis, y la llaman periódico. ¡Unos a otros se devoran, y ni siquiera pueden digerirse!
¡Contemplad a esos superfluos! Adquieren riquezas, y con ello resultan más pobres. Quieren poder, y, en primer lugar, la palanqueta del poder, el oro -¡esos insolventes!
¡Contemplad cómo trepan esos ágiles simios! Trepan unos por encima de otros, arrastrándose así al cieno y a la profundidad.
¡Todos quieren llegar al trono! Su locura consiste en creer que la felicidad radica en el trono. -Y, con frecuencia, el fango se asienta en el trono, y también el trono se asienta en el fango.
Dementes son para mí todos ellos, y atolondrados simios trepadores. Su ídolo, ese monstruo helado, me huele mal: todos me huelen mal, esos servidores del ídolo.
Hermanos míos, ¿es que queréis ahogaros con el aliento de sus hocicos y sus concupiscencias? ¡Mejor haríais rompiendo las ventanas y saltando al aire libre!
¡Huid del mal olor! ¡Alejaos del humo de esos sacrificios humanos!
Aún está la tierra a disposición de las almas grandes. Todavía quedan muchos puestos vacantes para eremitas solitarios o en pareja, puestos saturados del perfume de mares silenciosos.
Todavía queda abierta, ante las almas grandes, la posibilidad de una vida libre. En verdad, quien menos posee, tanto menos es poseído. ¡Alabada sea la pequeña pobreza!
Donde el Estado acaba, allí comienza el hombre que no es superfluo: allí comienza la canción de quienes son necesarios, la melodía única e insustituíble.
Allí donde el Estado acaba. -¡Vedlo, hermanos míos! ¿No veis el arco iris, y los puentes hacia el superhombre?
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FRIEDRICH NIETZSCHE, Así habló Zarathustra, Orbis, 1982. Traducción de J. C. García Borrón. Filosofía Digital, 2006.
PORTADA: «Study of a Winged Monster»- Miguel Ángel Buonarroti (1475 – 1564).
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