Tabla de contenidos
- 0.1 Estoicos
- 0.2 Estoicos:
- 0.3 Estoicos:
- 0.4 Estoicos:
- 0.5
- 0.6 ***
- 0.7 Qué es Estoicismo
- 0.8 Ética estoica
- 0.9 Estoicismo, epicureísmo y escepticismo
- 1
- 2 ***
- 3 Versión Completa. Estoicismo: una filosofía de vida. Massimo Pigliucci, doctor en Filosofía
- 4 Estoicismo: una filosofía de vida. Massimo Pigliucci
- 5 *****
- 6
- 7 Qué es el estoicismo, la filosofía de 2.000 años de antigüedad que se usa para sobrevivir al caos
- 7.1 Estoicismo: la calma en medio del caos
- 7.2 Tres perlas de sabiduría de Epitecto (elegidas e interpretadas por filósofos entrevistados por la BBC)
- 7.3 ¿Cómo blindarnos contra el infortunio?
- 7.4 ¿Cómo lidiar con nuestras emociones?
- 7.5 Establecer prioridades y entender lo que está bajo nuestro control
- 7.6 Ejercicios de estoicismo para practicar
- 7.7 Fríos y conformistas: ¿qué dicen los críticos del estoicismo?
- 8 *****
- 9 Guía rápida para entender a los estoicos
Estoicos
ESTOICISMO: DEFINICIONES
Estoicos:
(Del griego: “stóa”, pórtico.) Los estoicos fueron los representantes de una tendencia filosófica surgida en la Grecia Antigua alrededor del siglo III antes de nuestra era y que siguió existiendo durante muchos siglos. La denominación procede del “stóa” griego, el pórtico donde enseñaba el fundador del estoicismo, Zenón de Citio (alrededor de los años 336-264 antes de nuestra era). La historia del estoicismo se divide en tres períodos: el “stóa” antiguo (su más célebre pensador era Crisipo, años 281-207 antes de nuestra era), el “stóa” medio y el nuevo. En la época del Imperio Romano, el “stóa” (nuevo), con su preferencia por la ética y los problemas morales, que le caracteriza, está representado por Séneca (alrededor de los años 2-65), Epicteto (alrededor de los años 50-138) y Marco Aurelio (121-180). Los estoicos dividían la filosofía en lógica, física y ética. En su lógica desenvolvieron la teoría sensualista (ver: Sensualismo) del conocimiento. Todos los conocimientos, según esta teoría, son suministrados por las percepciones sensoriales. El alma, antes de la experiencia, es una tabla rasa. Las ideas son impresiones de los objetos en el alma. Las representaciones sensibles son sometidas después a una reelaboración por la inteligencia: así se forman los conceptos y los juicios generales. El depositario de todos los procesos del conocimiento, según la doctrina de los estoicos, es el alma, que representa un cuerpo de una clase especial, el pneuma (unión de aire con fuego). En el terreno de la física, los estoicos se evidencian como materialistas; desenvuelven la teoría de Heráclito (ver) sobre el fuego. Consideran la Naturaleza como un todo íntegro material, y al mismo tiempo, racional y vivo, cuyas partes todas se hallan en movimiento. “El sabio estoico no tiene en cuenta, ni mucho menos, ‘una vida sin desarrollo vital’, sino una vida absolutamente móvil, como ya se deriva de su concepción sobre la Naturaleza, concepción heracliteana, dinámica, en desarrollo y viva” (Marx). El fuego es al mismo tiempo la razón (el logos), la divinidad. Todo en el mundo está sujeto a la severa necesidad. La noción de los antiguos sobre el destino adquiere en los estoicos el carácter de una conexión causal de las cosas. De la filosofía naturalista de los estoicos se deriva la regla fundamental del “hombre prudente”: “vivir en conformidad con la Naturaleza”, es decir, en conformidad con la razón mundial e individual. El hombre, al someterse a la razón, se desembaraza de las pasiones y del yugo de las cosas exteriores, alcanza la impasibilidad (la “apatía”). El hombre libre es feliz y sólo está sujeto a su propia voluntad. Su felicidad es condicionada, no por los placeres sensuales, sino por la conciencia de la virtud. Así como todos los objetos proceden de la sustancia única (el fuego), así también las inteligencias de los hombres son partículas de la razón universal. El hombre es ciudadano del universo. El esclavo y el amo, el noble y el plebeyo, en principio, son iguales. Esta proclamación de igualdad y la tendencia cosmopolita de los estoicos fueron la expresión ideológica del comienzo de la desintegración de la sociedad esclavista.
Diccionario filosófico marxista · 1946:106-107
Estoicos:
Adeptos de una corriente filosófica que floreció en la Grecia antigua (entre el siglo III a.n.e. y el II de n.e.). Su nombre proviene del griego, Στοά, pórtico, lugar donde enseñaba el fundador del estoicismo, Zenón de Citio (aproximadamente 336-264 a.n.e.). La doctrina de los estoicos es dispar y contradictoria. A pesar de ciertos elementos positivos, refleja en su conjunto, el período de disgregación de la sociedad esclavista, la decadencia de la filosofía griega. Se distinguen tres períodos en la historia del estoicismo: el antiguo estoicismo, cuyo pensador más eminente fue Crisipo (alrededor de 280 a 205 a.n.e.), el medio y el nuevo estoicismo. En la época del Imperio Romano, Séneca (3 a 65), Epicteto (50 a 138) y Marco Aurelio (121-180) ilustran el nuevo estoicismo que se distingue por su interés por los problemas morales. Los estoicos dividían la filosofía en lógica, física y ética. En lógica profesaban el sensualismo, y afirmaban que las sensaciones constituyen la fuente de todos los conocimientos. Antes de producirse ninguna experiencia, el alma es sólo una tabla rasa. Las representaciones son imágenes de las cosas que se reflejan en el alma. Los datos de los sentidos sufren de inmediato la acción del pensamiento; es así como se forman las ideas generales, los juicios. Según los estoicos, todos los procesos del conocimiento se producen en el alma, que es una substancia de tipo especial, el “pneuma”, combinación del aire y del fuego. Los estoicos fundan su física, en lo esencial, en principios materialistas, y desarrollan la doctrina de Heráclito (ver). Para ellos, la naturaleza es un todo material, vivo y racional, cuyas partes están en movimiento. “El sabio estoico”, escribe Marx, “no se representa ‘una vida sin evolución’, sino una absolutamente cambiante, lo que surge de su concepción de la naturaleza, que es la de Heráclito, dinámica, evolutiva, viva” (Marx/Engels, Obras, Ed. alem.). Sin embargo, para los estoicos la materia era un principio pasivo y Dios, un principio activo. Todo estaba sometido a una rigurosa necesidad (“destino”) que interpretaban de una manera fatalista. Sobre esa base construían la ética. En su lucha contra Epicuro (ver) consideraban que lo esencial es la virtud y no el goce, y preconizaban la sumisión al destino, la apatía, el renunciamiento a las alegrías de la vida. Oponían al mundo cambiante de las cosas, la “estabilidad” de la razón. Propagaban ideas cosmopolitas. Su ética se prestaba al juego de la ideología de las clases explotadoras. No es casual que en la época imperialista, los reaccionarios recurran a la contribución de la moral estoica. El cristianismo naciente, con su culto de sumisión del hombre a su “destino”, de su sumisión pasiva a los opresores, &c., debe mucho a esta doctrina. Marx y Engels hicieron notar que los estoicos aceptaban las “visiones” y que por esta razón, Epicuro los trataba de “viejas comadres”, y que los adeptos del neo-platonismo, idealistas reaccionarios de la sociedad esclavista decadente, habían tomado de ellos sus “charlatanerías sobre los espíritus”.
Diccionario filosófico abreviado · 1959:174-175
Estoicos:
Representantes de una escuela filosófica surgida a fines del siglo IV a. n. e. sobre la base de la cultura helenística, al difundirse ideas cosmopolitas e individualistas y al desarrollarse la técnica sustentada en los conocimientos matemáticos. Los pensadores más notables de la escuela estoica de los siglos IV y III fueron Zenón y Crisipo. Los estoicos definían con la siguiente comparación el lugar y el papel de las ciencias por ellos cultivadas: la lógica es la cerca; la física, la tierra fértil; la ética, los frutos que esta tierra da. La tarea principal de la filosofía radica en la ética; el conocimiento no es más que un medio para adquirir la sabiduría, el arte de saber vivir. Es necesario vivir conforme a la naturaleza. Tal es el ideal del auténtico sabio. La felicidad radica en librarse de las pasiones, en el sosiego del alma, en la indiferencia. En la vida, todo se halla predeterminado por el destino. A quien así lo quiere, le lleva el destino tras sí; a quienes se resisten, los arrastra a la fuerza. Los estoicos eran materialistas en lo tocante a la concepción de la naturaleza. En el mundo no hay más que cuerpos de densidad diferente. Es necesario distinguir lo verdadero y la verdad. En verdad existen sólo cuerpos. Lo verdadero, en cambio, es incorpóreo y no existe. Lo verdadero es sólo enunciación. En el estoicismo, el materialismo se combina con el nominalismo. Los sentidos perciben la realidad como algo singular. La ciencia tiende a conocer lo general, pero en el mundo lo general como tal no existe. Los estoicos admitían cuatro categorías 1) substrato (lo que existe); 2) cualidad; 3) estado (por ejemplo, “encontrarse”); 4) estado relativo (“encontrarse a la derecha de alguna cosa”). En contraposición a la lógica de los predicados (Aristóteles), los estoicos crearon la lógica de las proposiciones, que tiene en su base los juicios condicionales y no los categóricos; los estoicos establecieron los tipos del nexo de juicios que la lógica moderna denomina implicación material. Los estoicos más relevantes de las épocas subsiguientes fueron los discípulos de Crisipo, Zenón de Tarso y Diógenes de Seleucia; Boezo de Sidón (murió en 119) y Panecio de Rodas (siglo II a. n. e.). En los primeros siglos de nuestra era, empezó a desarrollarse el estoicismo en territorio romano, con la particularidad de que se elaboraban en lo fundamental las ideas morales y religiosas de la doctrina estoica; entre los estoicos de esta época hay que incluir a Lucio Anneo Séneca, Musonio Rufo, Epicteto y el emperador Marco Aurelio.
Diccionario filosófico · 1965:158
Estoicos:
Representantes de una doctrina filosófica que surgió a fines del siglo 4 a.n.e. sobre la base de la cultura helenística, en virtud de la propagación de las ideas cosmopolitas e individualistas y el desarrollo de la técnica fundado en los conocimientos matemáticos. Las figuras principales de la escuela estoica de los siglos 4-3 a.n.e. fueron Zenón y Crisipo. Estos últimos determinaban el lugar y papel de las ciencias de las que se ocupaban los estoicos valiéndose de la siguiente comparación: la lógica es la cerca; la física, el suelo fértil, y la ética, sus frutos. La principal tarea de la filosofía se contiene en la ética; el conocimiento no es sino un medio necesario para hacerse sabio y saber vivir. Hay que vivir en consonancia con la naturaleza. Este es el ideal del verdadero sabio. La felicidad consiste en librarse de las pasiones, en la tranquilidad de espíritu y la indiferencia. El destino lo predetermina todo en la vida. Al que lo quiere, el destino lo lleva consigo, y al que se opone, lo lleva violentamente. En la comprensión de la naturaleza, los estoicos eran materialistas, pero su materialismo se engranaba con el nominalismo. A diferencia de la lógica de los predicados (Aristóteles), los estoicos crearon la lógica de los enunciados como doctrina de la formación de los enunciados complejos a partir de los simples y desarrollaron sobre esta base la teoría proposicional de la conclusión. Los estoicos establecieron los tipos de conexión de los juicios, que la lógica moderna llama conjunción, disyunción e implicación material. En los primeros siglos de nuestra era, el estoicismo empezó a desarrollarse sobre terreno romano, estudiándose principalmente las ideas morales y religiosas de la doctrina ética (Séneca, Epicteto, Marco Aurelio).
Diccionario de filosofía · 1984:151-152
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Qué es EstoicismoComo estoicismo se denomina la doctrina filosófica que practicaba el dominio de las pasiones que perturban la vida valiéndose de la virtud y la razón. Como tal, su objeto era alcanzar la felicidad y la sabiduría prescindiendo de las comodidades, los bienes materiales y la fortuna. De allí que también designe cierta actitud moral, relacionada con la fortaleza y la ecuanimidad en el carácter. El ideal de los estoicos era lograr la imperturbabilidad y cierto grado de independencia ante el mundo externo. Aunque era una doctrina fundamentalmente ética, también tenía sus propias concepciones lógicas y físicas. Fue influida por los cínicos y por Heráclito. La escuela estoica fue fundada por Zenón de Citio hacia el año 301 a. de C. en Atenas. Acostumbraban reunirse en un pórtico de la ciudad, de lo cual derivó su nombre, que proviene del griego Στωϊκός (Stoikós), derivado de στοά (stoá), que significa ‘pórtico’. Fue una de las escuelas filosóficas helénicas de mayor influencia. Su periodo de auge se registra entre el siglo III a. de C. y el II d. de C. Su debilitamiento coincidió con el auge del cristianismo. En la doctrina estoica se reconocen tres fases: una primera, encabezada por Zenón y Crisipo, denominada estoicismo antiguo; la segunda, caracterizada por las contribuciones de Panecio y Posidonio, se conoce como estoicismo medio, y finalmente, se encuentra el estoicismo nuevo, representado por figuras de la talla de Séneca, Epícteto y Marco Aurelio. Ética estoicaLa ética estoica es la faceta más conocida de esta escuela. Como tal, propone que la felicidad implica vivir conforme a nuestra naturaleza racional; que el único bien es la virtud y el único mal es el vicio y la conducta pasional e irracional; que las pasiones que perturban la razón son contrarias al ideal estoico; que los bienes materiales o aspectos de la vida humana, como la salud o la enfermedad, el dolor o el placer, son indiferentes para el estoico y de allí proviene su fortaleza. Todo esto tiene como objeto alcanzar la apatía, que es aceptación de los ideales ascéticos. En este sentido, es un sistema que se opone al hedonismo de Epicuro y al eudemonismo de Aristóteles. Estoicismo, epicureísmo y escepticismoEl estoicismo, el epicureísmo y el escepticismo son tres corrientes de pensamiento filosófico surgidos en la Antigua Grecia. Mientras que tanto el estoicismo como del epicureísmo son doctrinas que se proponen alcanzar la felicidad —el primero a través del dominio de las pasiones que perturban la vida, y el segundo mediante el equilibrio de los placeres en función del bienestar del cuerpo y de la mente—, el escepticismo, más que una doctrina, es una actitud o una corriente de pensamiento basada en la desconfianza o la duda hecha extensiva a todas las cosas, incluido el propio juicio del escéptico. https://www.significados.com/estoicismo/ |
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Versión Completa. Estoicismo: una filosofía de vida. Massimo Pigliucci, doctor en Filosofía
Estoicismo: una filosofía de vida. Massimo Pigliucci
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Qué es el estoicismo, la filosofía de 2.000 años de antigüedad que se usa para sobrevivir al caos
En 1965, durante la guerra entre Estados Unidos y Vietnam, el piloto de la Armada estadounidense James Stockdale recibió un disparo mientras volaba sobre el país enemigo.
El joven no sabía que pasaría siete años como prisionero de guerra de los vietnamitas. Y que un filósofo que había vivido en Grecia en el siglo I d.C. se convertiría en su gran maestro y amigo, ayudándole a soportar sufrimientos inimaginables.
El filósofo se llamaba Epicteto y su filosofía, el estoicismo.
En el libro «Stockdale habla del estoicismo», el piloto cuenta cómo las enseñanzas de esta escuela filosófica lo reconfortaron durante sus largos años de cautiverio.
«Todo lo que sé sobre Epicteto lo he practicado a lo largo de los años«, escribió Stockdale.
«Él me enseñó que lo necesario es mantener el control de mi propósito moral. De hecho, (él me enseñó) que soy mi propósito moral«.
«Que soy completamente responsable de todo lo que hago y digo. Y que yo decido y controlo mi propia destrucción y mi propia liberación«.
En el siguiente artículo, tres especialistas en esta corriente filosófica que hablaron en el programa Forum del Servicio Mundial de la BBC presentan -en un lenguaje sencillo- algunas de las ideas centrales del pensamiento estoico.
También nos proporcionan una guía práctica para mantener la calma en medio del caos.
Estoicismo: la calma en medio del caos
¿Cómo vivir una buena vida en un mundo impredecible? ¿Cómo hacer lo mejor dentro de nuestras posibilidades mientras aceptamos lo que está fuera de nuestro control?
Estas son las cuestiones centrales del estoicismo, una filosofía creada hace más de 2.000 años en la que cada vez más personas buscan antídotos contra las dificultades de la vida contemporánea.
El estoicismo predicó el valor de la razón, al proponer que las emociones destructivas son el resultado de errores en nuestra manera de ver el mundo y ofreció una guía práctica para permanecer resueltos, fuertes y en control de la situación.
La escuela estoica tuvo una profunda influencia en la civilización grecorromana y, en consecuencia, en el pensamiento occidental en general. Y fue más allá.
Está presente en el cristianismo, el budismo y el pensamiento de varios filósofos modernos, como el alemán Immanuel Kant, además de haber influido en la técnica contemporánea de la psicoterapia llamada terapia cognitivo-conductual.
Tres perlas de sabiduría de Epitecto (elegidas e interpretadas por filósofos entrevistados por la BBC)
1. «Si voy a morir, moriré cuando llegue el momento. Como me parece que aún no es la hora, comeré porque tengo hambre«.«Lo que Epitecto está queriendo decir aquí es que lo que tenga que ser será. Pero si no tengo que lidiar con eso ahora, voy a hacer otra cosa«, explica Massimo Pigliucci, filósofo italiano y practicante del estoicismo hoy.
2. «No eres lo que pretendes ser, así que reflexiona y decide: ¿esto es para ti? Si no es así, prepárate para decir: para mí eso no tiene importancia«.«Deje atrás las cosas que no están bajo su control e intente trabajar duro en lo que usted puede controlar«, interpreta Nancy Sherman, filósofa estadounidense que estudia la influencia del pensamiento estoico en la ética militar.
3. «No esperes que el mundo sea como deseas, sino como es realmente. De esa manera tendrás una vida pacífica«.«Para quien ve conformismo en estas palabras, un punto importante: no propone que usted sea pasivo en relación a la vida, sino que acepte las cosas que están más allá de su control y que ya sucedieron«, dice el filósofo y psicoterapeuta escocés Donald Robertson.
¿Cómo blindarnos contra el infortunio?
El estoicismo fue fundado en el siglo III a.C. por Zeno, un rico comerciante de la ciudad de Citius, en Chipre.
Después de sobrevivir a un naufragio en el que perdió todo lo que tenía, Zeno fue a Atenas. Allí conoció las filosofías de Sócrates, Platón, Aristóteles y sus seguidores.
Los primeros estoicos crearon una filosofía que ofrecía una visión unificada del mundo y el lugar que el hombre ocupaba en él. El pensamiento estaba compuesto por tres partes: ética, lógica y física.
Para los estoicos, el universo estaba gobernado por la razón o logos, un principio divino que dominaba todo. Por lo tanto, estar en armonía con el universo significaba vivir en armonía con Dios.
La filosofía estoica también proponía que los hombres vivieran con virtud, un concepto que para ellos estaba íntimamente asociado con la razón, como explica el filósofo Donald Robertson.
«Si podemos vivir sabiamente, guiados por la razón, floreceremos y desarrollaremos nuestro potencial como seres humanos. Dios nos ha dado esta capacidad, depende de nosotros usarla adecuadamente«, parafrasea.
El estoicismo floreció durante dos siglos en la antigua Grecia, y alrededor del 100 a.C. llegó su popularidad a Roma.
Uno de los pensadores más conocidos de la época es Séneca, consejero del infame emperador romano Nerón.
En una carta a su amigo Lucílio, el filósofo habla de uno de los componentes centrales de la virtud: la capacidad de armarnos contra la desgracia.
«La mayoría de los hombres son débiles y fluyen en la miseria entre el miedo a la muerte y las dificultades de la vida, no están dispuestos a vivir y, sin embargo, no saben cómo morir«.
«Por esa razón, haz que la vida en general sea placentera para ti, eliminando todas las preocupaciones al respecto«.
La idea central de esta carta es que no debemos solo prepararnos para hacer frente a las necesidades de la vida, sino también preparamos para lo peor, explica el italiano Massimo Pigliucci, filósofo contemporáneo y estoico.
¿Cómo lidiar con nuestras emociones?
Los estoicos también tenían una visión particular de las emociones, llamadas pasiones, que se dividían en tres categorías: emociones buenas, malas e indiferentes.
Propusieron que deberíamos centrarnos en las emociones malas o poco saludables, aprendiendo a lidiar con ellas.
Admirado por los filósofos a lo largo de los siglos, el famoso ensayo de Séneca «Sobre la ira» propone maneras de lidiar con este sentimiento.
«Séneca sugiere lo siguiente: tú tienes una visión sobre algo malo que sucedió, pero puedes cambiar de opinión al respecto. (Puedes decirte a ti mismo que) no fue tan malo, fue un accidente, no tuvo esa intención o que no es importante para ti«, explica Nancy Sherman.
En el siguiente extracto de su manual, Epitecto reflexiona sobre el mismo tema: las pasiones y cómo tratarlas:
«Los hombres no son perturbados por las cosas, sino por sus opiniones sobre ellas«.
Por lo tanto, cuando estamos avergonzados o perturbados, no lo atribuyamos a otro sino a nosotros mismos. Es decir, según nuestras propias opiniones.
Estas palabras han sido una revelación para muchas personas a lo largo de los siglos y hasta el día de hoy, dice Robertson.
«Está diciendo que son nuestras opiniones sobre las cosas las que determinarán si nos van a molestar o no«.
«Pero en lugar de tratar de suprimir (las emociones), debemos confrontar las creencias que nos llevarán a convertirlas en emociones saludables«, explica.
Sobre la tercera categoría, la de las emociones indiferentes, la idea es simplemente ignorarlas.
Establecer prioridades y entender lo que está bajo nuestro control
La búsqueda del autocontrol es fundamental para la filosofía estoica. Pero para esto es importante poder distinguir lo que está bajo nuestro control.
En respuesta a esta pregunta, Epitecto creó dos listas.
«Las cosas que están bajo nuestro control son nuestros juicios, opiniones y valores que decidimos adoptar, y lo que no está bajo nuestro control es todo lo demás, además de todo lo que es externo«, explica el filósofo italiano Massimo Pigliucci.
«Puedes influir en tu cuerpo, mantener una dieta saludable, hacer ejercicios, pero al final, tu cuerpo no está bajo tu control, porque puedes contraer un virus o sufrir un accidente y romperte una pierna«.
Según Pigliucci, esta distinción permite darse cuenta de que si las únicas cosas que están bajo nuestro control son los juicios, opiniones y valores, es en ellos en los que debemos mantener nuestro enfoque.
Ejercicios de estoicismo para practicarEscribe tu propio diario filosófico (como enseñaron Séneca y Epíteto). Antes de ir a la cama, reflexiona sobre las cosas más importantes que te sucedieron ese día, cosas que son importantes en términos de tu ética personal: ¿qué hice mal? ¿Qué hice bien? ¿Y qué me queda por hacer? Ejercicios de autoconservación. Toma un baño de agua fría, aunque no todos los días. Los estoicos hacían algunos ejercicios de autoprivación, como tomar baños con agua fría, salir a la calle sin abrigo o ayunar. Según este planteamiento, si te privas temporalmente de esas cosas, las apreciarás mejor. Además, sentirás empatía hacia las personas que no tienen acceso a ellas y recordarás que puedes sobrevivir a esta situación. Fuente: Massimo Pigliucci, autor del libro «Cómo ser un estoico: usando la filosofía antigua para vivir una vida moderna» |
Fríos y conformistas: ¿qué dicen los críticos del estoicismo?
La importancia que los estoicos le dan al uso de la racionalidad en la vida diaria terminó creando una imagen del estoico como una persona fría, desconectada de sus sentimientos.
Para Robertson, esta es una interpretación superficial de este pensamiento.
«En el inglés moderno, el estoico al final se convirtió en sinónimo de una persona reprimida y sin emociones. Pero el estoicismo, la escuela filosófica de la antigüedad, es mucho más sofisticada y tiene una teoría psicológica mucho más compleja«.
Lo que se busca, explica el filósofo, no es la ausencia de emociones, sino el control de las mismas.
Los críticos dicen que, al proponer que dejemos de lado y aceptemos todo lo que es externo, que está fuera de nuestro control, esta filosofía genera personas políticamente apáticas y conformistas.
En una columna de la revista británica The New Statesman, el filósofo Jules Evans refuta esta idea.
«El estoicismo crea individuos que no pueden ser intimidados por los poderosos porque no temen abandonar todo o morir«, afirma Evans
«De hecho, su filosofía los adiestra para abandonar la vida sin temor ni pesar, para defender sus principios racionales por encima de cualquier amenaza o soborno«.
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Guía rápida para entender a los estoicos
El estoicismo ha sido una de las doctrinas más influyentes de la historia. Cuando oímos que alguien se toma las cosas «con filosofía» suele ser porque afronta la vida bajo las enseñanzas de los estoicos, y es que este movimiento filosófico tiene varias herramientas para, aunque no solucionarla, sí hacernos la vida más fácil. He aquí un resumen rápido para aquellos que quieran aproximarse a ella.
Una filosofía, dos nombres propios
Sin embargo, quien convirtió al estoicismo en una doctrina de relevancia fue Crisipo de Solos, quien dirigió la Stoa (la escuela estoica, ubicada en el pórtico pintado de Atenas) desde el 232 a. C. al 204 a. C. Gracias a su enorme talento dialéctico y a su gigantesca producción -nada menos que unas 700 obras, de las que tristemente solo nos han llegado fragmentos-, Crisipo consiguió no solo que el estoicismo fuera una filosofía de gran relevancia, sino que la Stoa llegase a superar a la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles.Como hemos dicho, el fundador del estoicismo fue Zenón de Citio, un discípulo de Crates de Tebas que desarrolló su pensamiento a partir de las tesis cínicas de su maestro (de ahí la clara sintonía entre ambas filosofías en varios aspectos).
El fundador del estoicismo fue Zenón, pero la figura que propulsó su auge fue Crisipo
Si bien hubo otros filósofos de renombre en esta escuela -como Cleantes, Panecio, Posidonio y su más famoso discípulo, Cicerón- tendríamos que esperar al Imperio Romano para que llegara la nueva remesa de filósofos de enorme fama, con Séneca, Epicteto y el emperador filósofo Marco Aurelio.
El centro del estudio de los estoicos es muy claro: el ser humano. Toda su filosofía está destinada al hombre, y más concretamente, a su moral. Lógica, física y ética se presentan al servicio de la persona con un objetivo que nunca parece perder el rumbo: enseñarnos a vivir de acuerdo a nuestra naturaleza.
Los estoicos admiten dos principios: la materia y la razón. Pero esta última, en realidad, no es algo separado, sino que podemos encontrarla en todas partes. Razón y Dios se identifican, según los estoicos, porque Dios es el rector del mundo y, al mismo tiempo, su sustancia. Es por este motivo que podemos decir que la naturaleza del mundo es racional.
Todo está ligado por una ley natural, una razón universal, por decirlo de alguna manera. Una unión que integra también al ser humano, conectándolo con el mundo, puesto que él es también un ser racional. Todo este entramado forma una cadena inexorable de relaciones, causas y efectos ya establecidos, que es lo que entendemos como destino. Los estoicos son, por tanto, deterministas. Creen que los sucesos del mundo está preestablecidos y nosotros poco podemos hacer para cambiarlos.
Autarquía: autosuficiencia para ser feliz
Como los cínicos, los estoicos consideran que el ideal del sabio es conseguir no necesitar nada ni a nadie para alcanzar la felicidad en la vida. ¿Y cómo se alcanza esa felicidad? Viviendo conforme a nuestra naturaleza racional, es decir, viviendo virtuosamente.
Epicteto ofreció una regla para enfocar la vida: «Soporta y renuncia»
Puesto que el sabio vive en comunión con el universo y este está perfectamente determinado, el ideal estoico es el que nos transmitió Epicteto: soporta y renuncia. Soporta, porque tu destino va a ser el mismo te guste o no. Es un plan establecido por la divinidad del que no puedes escapar, así que no tenemos más elección que seguirlo dócilmente o dejar que nos arrastre. Y renuncia, porque siempre nos será más fácil alcanzar la paz, y con ella la ansiada felicidad, si no estamos dominados por nuestros deseos y apetitos. Si tenemos pocas necesidades y sabemos controlar nuestras emociones, vivir felizmente será muy sencillo, de ahí la importancia de seguir ambas reglas.
Todo interior, nada exterior
El punto de partida de la ética estoica es que la verdadera felicidad depende únicamente de nosotros mismos. Estas ideas son las que convierten al estoico en un personaje inexpugnable. Nada de lo que hay en el exterior le importa, puesto que todo su esfuerzo está en alcanzar la virtud, en lo que de él depende, en lo que nadie puede arrebatarle… en su interior. Esa es la clave de su fortaleza.Por mal que le vayan las cosas, el estoico nada teme, pues ha alcanzado la ataraxia, la imperturbabilidad de ánimo. Este concepto es su objetivo final, de la misma manera que el budista persigue alcanzar la iluminación. De este modo el estoico logra vivir en completa paz conforme a su naturaleza. Ante un hombre que acepta su destino y solo se preocupa por vivir de manera virtuosa, ni las emociones, ni el placer, ni el dolor o las riquezas tienen poder. Centrándose en su vida interior, el estoico se posiciona por encima de las cosas materiales y se hace completamente independiente.
Una teoría sensualista
La teoría del conocimiento de los estoicos parte, como la de Aristóteles, los empiristas o los positivistas, de la experiencia sensible. Es decir, de los sentidos.Para los estoicos se trata de un proceso que pasa por diferentes etapas. En primer lugar, lo que nos llega por los sentidos deja una representación (una impresión, dice Zenón) en nuestra razón, que, como ya hemos dicho, es la parte de «divinidad» que poseemos y que nos conecta con la racionalidad de la naturaleza. Sin embargo, esas representaciones no son aún conocimiento. Si aceptáramos sin más eso como una muestra de la realidad, no estaríamos ante un conocimiento, sino ante una opinión. Para que se convierta en conocimiento, esa representación debe poseer una evidencia que invite a la inteligencia a aceptarla. Ese consentimiento debe darlo el hegemonikon, el Yo. El conocimiento llega cuando los datos que nos ofrecen los sentidos pasan por el tamiz de la racionalidad.
Cosmopolitas
Los estoicos, a diferencia de los cínicos, no despreciaban a sus semejantes ni a la sociedad. Para el cínico, todos aquellos que vivían erróneamente no eran más que unos mentecatos, que merecían ser insultados y ridiculizados por su estupidez. Un artífice de ello fue Diógenes, célebre por sus rifirrafes con sujetos de todo pelaje. Sin embargo, la crítica ácida del cínico no trataba de corregir o servir de ejemplo a sus semejantes, sino que se contentaba con menospreciarlos.Los estoicos, por su parte, tienen esa visión crítica, pero no comparten la forma. De hecho, para ellos la idea de comunidad es sumamente importante. Ahora bien, fieles a su pensamiento y su idea de que el mundo está unido por el fino hilo de la racionalidad, se consideraban ciudadanos del mundo. No creían en ser de aquí o allá por motivos de nacimiento o cultura. Ellos eran de la razón y la virtud, dondequiera que estas reinaran.
Para que las representaciones se conviertan en conocimiento, debemos poseer una evidencia que invite a la inteligencia a aceptarla
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