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«…Resurge la imagen lastimosa de las ciudades sitiadas y medio destruídas; la censura; los partes oficiales; el ejército salvador; el glorioso general; los rebeldes y los leales; las penas de muerte; los indultos y los fusilamientos; la estela de odio y de dolor; el chirlo que la navaja rasga profundamente en el rostro de España; el foso de sangre que durante años separará a sus hijos en dos bandos irreconciliables. Y nosotros, aquellos pocos que habíamos soñado en 1931 con una España al fin redimida, que se iba a poner en serio a constituirse primero y trabajar después; los que vimos encenderse en las democracias extranjeras luces de esperanza ante el resurgimiento español, que había de infundir nuevos bríos a la democracia, tan perseguida, y a la libertad, tan insultada; los que contemplábamos con tan honda alegría cómo la España de la República conquistaba en pocos meses una hermosa situación internacional y se abría un porvenir todavía más alto de gran potencia moral, que sólo de ella dependía el realizar; los que sabíamos que su suelo rico y generoso y su pueblo ingenioso y hábil le daban admirable materia prima para resolver sin grandes obstáculos los problemas sociales y económicos que hacen gemir a otras naciones, nosotros hemos visto cómo la ambición de unos cuantos, el descuido de todos, la división de los del centro y la intransigencia de los extremos han asestado a España un golpe terrible en su economía, en su moral y en su prestigio exterior y acabarán por llevarla a la ruina si cuanto antes no se apodera del alma de los españoles una pasión generosa que nos eleve por encima de nuestros prejuicios, ambiciones, impaciencias y malas prácticas, hasta el sentido de nuestra responsabilidad histórica...». Anarquía o Jerarquía, Salvador de Madariaga, 1935
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[1] «Las leyes que se dictan acerca de las opiniones, no se dirigen contra los malvados sino contra los honrados, y que no se dictan para reprimir a los malintencionados, sino más bien para irritar a los hombres de bien, y que no pueden ser defendidas sin gran peligro para el Estado».
«Añádase a ello que tales leyes son inútiles del todo. Quienes creen, en efecto, que las opiniones condenadas por las leyes son sanas, no podrán obedecer a las leyes; y, al revés, quienes las rechazan como falsas reciben como privilegios las leyes que las condenan».
«Leyes semejantes, con las que se impone qué debe creer cada uno y se prohibe decir o escribir algo contra tal o cual opinión, han sido con frecuencia dictadas para condescender o más bien ceder ante la ira de aquellos que no pueden soportar a los caracteres libres, y que, por una especie de torva autoridad, pueden cambiar fácilmente la devoción de la masa sediciosa en rabia e instigarla contra quienes ellos quisieran».
«Porque ¿puede concebirse mal mayor para el Estado que enviar como réprobos al exilio a varones honestos, porque tienen otras ideas y no saben disimularlas?».
«¿Qué puede haber, insisto, más pernicioso que tener por enemigos y llevar a la muerte a hombres que no han cometido ningún crimen ni fechoría, simplemente porque son de talante liberal; y que el cadalso, horror para los malos, se convierta en el teatro más hermoso, donde se expone, ante el oprobio más bochornoso de la majestad, el mejor ejemplo de tolerancia y de virtud?».
«Pues quienes tienen conciencia de su honradez no temen a la muerte, como los malvados, ni suplican el indulto del suplicio; lejos de estar angustiados por el remordimiento de una mala obra, consideran honroso, que no un suplicio, morir por una buena causa y glorioso morir por la libertad».
«¿Qué se busca, entonces, al decretar la muerte de tales hombres, si las personas indolentes y pusilánimes ignoran el motivo, las sediciosas lo odian y las honradas lo aman?».
«Quien pretende determinarlo todo con leyes, provocará más bien los vicios, que los corregirá. Lo que no puede ser prohibido, es necesario permitirlo, aunque muchas veces se siga de ahí algún daño. ¿Cuántos males, en efecto, no provienen del lujo, la envidia, la avaricia, la embriaguez y actos similares? Y se los soporta, sin embargo, porque no pueden ser evitados por la prohibición de las leyes, aunque sean realmente vicios».
«Es necesario, pues, conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz. No cabe duda de que esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menos inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».
«Efectivamente, en el Estado democrático (el que más se aproxima al estado natural), todos han hecho el pacto de actuar de común acuerdo, pero no de juzgar y razonar. Es decir, como todos los hombres no pueden pensar exactamente igual, han convenido en que tuviera fuerza de decreto aquello que recibiera más votos, reservándose siempre la autoridad de abrogarlos, tan pronto descubrieran algo mejor».
«De ahí que cuanto menos libertad se concede a los hombres, más se aleja uno del estado más natural y con más violencia, por tanto, se gobierna”.
BARUCH DE SPINOZA, Tratado teológico-político, cap. XX (2ª parte). https://puntocritico.com/ausajpuntocritico/2019/12/06/la-libertad-de-pensamiento-y-de-expresion-por-baruch-de-spinoza-2/
Tabla de contenidos
- 1 [2] El Gobierno plantea cambios legales para frenar bulos y utilización «criminal» de redes
- 2 [3] Policía y Guardia Civil perseguirán las ‘fake news’ sobre el coronavirus
- 3 ♦♦♦♦♦
- 4
- 5 [4] Covid-19: Sesgos y falacias para una crisis
- 6 [5] Unidas Podemos pide a la Fiscalía investigar a una “organización criminal” que difunde ciberbulos contra el Gobierno
- 7 ♦♦♦♦♦
- 8 [6] Para derrotar al virus autoritario
- 9
- 10 ♦♦♦♦♦
- 11
- 12 [8] La violación de derechos humanos no es la forma adecuada de enfrentar al coronavirus
- 13 [9] CORONAVIRUS«The New York Times» critica al Gobierno de Sánchez por ignorar los indicios de la llegada de la epidemia
- 14
- 15 ♦♦♦♦♦
- 16 [11] La primera diputada que preguntó al Gobierno por el “virus de Wuhan”
- 17 [12] Iglesias opina que Marlaska no limpió «las cloacas»: «¿Por qué ha dimitido su número dos de Comunicación?»
- 18 [14] El juez rechaza el recurso de Fiscalía General del Estado contra la orden que obliga a proteger frente al Covid-19
- 19 [15] ¿Quién es Miguel Lacambra y por qué se ha hecho viral en las redes?
- 20 [16] Desestimados los recursos de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía contra el auto de medidas cautelares de protección a fiscales
- 21 Más de 50 organizaciones de todo el mundo piden proteger a quienes alerten de irregularidades durante la crisis del coronavirus
- 22 [17] ¿Cuántas personas han muerto realmente por coronavirus?
- 23 Atención al baile de cifras en CLM y en España
- 24 [18] La postura sobre el uso de mascarillas en la población general cambia a medida que sabemos más del coronavirus
- 25 Estados Unidos pone a Sánchez como ejemplo de lo que no hay que hacer
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[1] Selección párrafos de Baruch Spinoza sobre el sentido de la libertad individual.
[2] El Gobierno plantea cambios legales para frenar bulos y utilización «criminal» de redes, por Ivan Gil.
[3] Policía y Guardia Civil perseguirán las ‘fake news’ sobre el coronavirus, Telecinco.
[4] Covid-19: Sesgos y falacias para una crisis, por David Mejía
[5] Unidas Podemos pide a la Fiscalía investigar a una “organización criminal” que difunde ciberbulos contra el Gobierno, por Oscar López Fonseca
[6] Para derrotar al virus autoritario, por Kevin Casas Z.
[7] PACTO O ESCLAVITUD, por Dr. Josep Mª Fericgla
[8] La violación de derechos humanos no es la forma adecuada de enfrentar al coronavirus, por James G. Hodge Jr. y Leila Barraza
[9] CORONAVIRUS«The New York Times» critica al Gobierno de Sánchez por ignorar los indicios de la llegada de la epidemia, por ABC
[10] Coronavirus: el riesgo de colapsar el sistema sanitario por culpa del miedo, por Samuel A. Pilar
[11] La primera diputada que preguntó al Gobierno por el “virus de Wuhan”, por Antonio Rodriguez
[12] Iglesias opina que Marlaska no limpió «las cloacas»: «¿Por qué ha dimitido su número dos de Comunicación?», RTVE.
[13] EL GOBIERNO ALERTÓ A SU PERSONAL DEL RIESGO DEL VIRUS UNA SEMANA ANTES DE AVISAR A TODA LA POBLACIÓN, por Clara Pina
[14] El juez rechaza el recurso de Fiscalía General del Estado contra la orden que obliga a proteger frente al Covid-19, por Isabel Vega
[15] ¿Quién es Miguel Lacambra y por qué se ha hecho viral en las redes? por Bea Tellez Meneses
[16] Desestimados los recursos de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía contra el auto de medidas cautelares de protección a fiscales, por Rosalina Moreno
[17] ¿Cuántas personas han muerto realmente por coronavirus?, EDCM/EFE
[18] La postura sobre el uso de mascarillas en la población general cambia a medida que sabemos más del coronavirus, por Esther Samper
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[2] El Gobierno plantea cambios legales para frenar bulos y utilización «criminal» de redes
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, apuesta por revisar los instrumentos legales necesarios «para impedir que no se vayan de rositas aquellos que contaminan la opinión pública»
El incremento en la difusión de bulos a través de las redes sociales desde que se decretó el estado alarma ha puesto en alerta al Gobierno y las fuerzas de seguridad están monitorizando esta actividad con el objetivo de poner en el conocimiento de la Justicia aquellos mensajes que puedan tener un contenido delictivo. De hecho, según ha asegurado esta tarde en rueda de prensa el ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se han detectado casos «de utilización criminal» de las redes sociales durante estos días.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, que acompañaba a Marlaska en dicha rueda de prensa, ha ido más allá planteando la necesidad de revisar los instrumentos legales necesarios «para impedir que no se vayan de rositas aquellos que contaminan la opinión pública». En esta línea, ha explicado que se están estudiando mecanismos para garantizar el derecho constitucional a recibir información veraz en un contexto de emergencia como el actual, también a través de las redes sociales, aunque sin avanzar cuáles. Su encaje sería complejo para no limitar otro derecho constitucional, el referente a la libertad de expresión.
La compañía Twitter ha asegurado haber detectado más de un millón y medio de cuentas sospechosas de manipular información sobre el coronavirus y en las últimas dos semanas ha procedido a borrar 1.100 mensaje con información considerada engañosa. Sin embargo, son los programas de mensajería instantánea, principalmente WhatsApp, donde más se están difundiendo este tipo de contenidos.
Desde el grupo parlamentario de Unidas Podemos se ha abierto ya un frente judicial para denunciar la difusión de bulos en las redes mediante lo que consideran una «organización criminal». Esta misma mañana, desde el grupo confederal han presentado ante la Fiscalía su segunda denuncia que se centra en la difusión de un vídeo con bolsas de cadáveres y una foto con ataúdes que falsamente se identifican con España pero que corresponden respectivamente a un centro hospitalario de Guayaquil (Ecuador) y un naufragio en Italia en 2003.
Se suma así a una anterior denuncia por la difusión de un falso vídeo en el que se acusaba al Gobierno de rechazar material sanitario. En concreto, la grabación mostraba una serie de palés y sostiene falsamente que se trata de un cargamento de equipos de protección para sanitarios que va a ser enviado de España a Francia porque el Ejecutivo “no paga”, aunque lo cierto es que se trata de un cargamento de folios de papel almacenado en una fábrica de Italia, tal y como ha confirmado la propia empresa».
En el texto de la denuncia presentada este lunes, y que firman los diputados de Unidas Podemos Enrique Santiago y Martina Velarde, se advierte sobre la supuesta existencia de una “organización criminal” que de forma dolosa acusaría directamente al Gobierno de “ocultar información a la población, de ser incapaz de gestionar la crisis sanitaria, de desatender a enfermos, a fallecidos y de ocultar información a los familiares de estos últimos, acusando a las instituciones oficiales de estar ocultando el número de fallecidos”.
La denuncia sostiene también que la difusión de dichos bulos supone un supuesto delito de “simulación de peligro, calumnias e injurias a altas instituciones del Estado y organización criminal”, así como “por cualquier otro que se apreciara de oficio por esta Fiscalía General a la vista de los hechos denunciados”. Por otra parte se añade que “estamos sin duda ante una estructura organizada con el fin exclusivo de difundir graves infundios y falsedades a sabiendas, mentiras que buscan causar alarma social, desestabilizar la situación política y debilitar la actuación de las instituciones del Estado, es decir, que buscan dañar a la sociedad española, a las instituciones y a todas las personas que viven en nuestro país”.
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Las FSE velarán por la informacion veraz
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Interior asume el mando de policías autonómicas y locales
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Por David Mejía
7/04/2020
Desde hace días circula un artículo de Politico.eu al que voces afines al Gobierno han atribuido una asombrosa capacidad exculpatoria. El artículo compara por países los distintos timings en la aplicación de medidas para paliar la extensión del COVID-19. Lo que hay entre el estudio y lo que infieren los afines se llama sesgo de confirmación.
La pregunta que vertebra el estudio es la siguiente: ¿cuántos días transcurrieron entre el primer fallecido nacional por COVID-19 y la implementación de las distintas restricciones? Por ejemplo, España decretó el cierre de colegios el doce de marzo, once días después del primer fallecido oficial, mientras que el Reino Unido esperó dieciocho, y Francia treinta y uno. Otros países fueron más precoces que España: Austria y República Checa decretaron su cierre sin fallecidos confirmados, y Bélgica y Polonia lo decretaron cuatro días después del primero. Aunque el estudio ignora que el primer fallecimiento en España por COVID-19 ocurrió el 13 de febrero en el hospital Arnau de Vilanova de Valencia, podemos pasar por alto este (importante) dato, pues pretendo detenerme en la paz mental que ha generado el estudio en algunos sectores de la opinión pública.
Quienes interpretan este estudio como la confirmación de que la reacción del gobierno español fue rápida y adecuada deben revisar los datos con algo más de frialdad para así evitar el razonamiento defectuoso en el que incurren: sostienen que puesto que España actuó antes que otros países una vez se conoció el primer fallecido, actuó a tiempo, mejor que otros. Este argumento no se sostiene salvo que hagamos emerger sus premisas implícitas (los entimemas, que decían los clásicos), como que actuar “a tiempo” equivale a actuar tan pronto se conoce el primer fallecimiento, lo cual dista mucho de ser evidente. Y aún menos que esa mera reacción suponga actuar “bien” o de la manera más aconsejable a la luz de la evidencia entonces ya disponible. Huelga decir que ninguno ha aguado su alegría con la pregunta inevitable: ¿por qué, si reaccionamos con tanta prontitud, tenemos cifras de contagiados y fallecidos exponencialmente superiores a nuestros vecinos europeos?
Es evidente que juzgar la agilidad de la reacción en base al número de fallecidos nacionales es arbitrario. España decretó la prohibición de todo movimiento no esencial el dieciséis de marzo, con 340 fallecidos y 9.000 infectados. Pero no se puede obviar que, en ese momento, Italia había alcanzado los 30.000 infectados y los 2.200 fallecidos. En otras palabras, el estudio se ha interpretado como si los gobiernos tomaran decisiones en un vacío informativo, ajenos a lo que sucede en otras latitudes. En parte ha sido así, pero ahí está el error político. Hoy sabemos que quienes mejor han contenido la expansión de la pandemia han sido quienes han sabido anticiparse en vista de lo que sucedía en otros lugares.
Además, para adecuarse a los parámetros de la discusión pública española, el estudio debería incluir otro bloque: ¿cuántos gobiernos llamaron a una manifestación masiva habiendo más de 600 positivos confirmados y casi veinte fallecidos? Por contextualizar: el ocho de marzo Italia confirmó 1.500 nuevos contagios, alcanzando los 7.400 contagiados; ese día fallecieron 133 personas y el total de muertes ascendió a 366.
En resumen, no se puede concluir que la reacción del Gobierno fuera adecuada en base al artículo de Politico.eu. El parámetro empleado (tiempo transcurrido entre el primer fallecido nacional y el decreto de medidas excepcionales) es arbitrario y no tiene en cuenta elementos vitales como la evolución del virus en otros países, las advertencias de la OMS y del Centro Europeo para el Control y Prevención de Enfermedades, o la lentitud para provisionarse de material sanitario.
Pedro Sánchez afirmó hace dos semanas que quienes le reprochan al Gobierno haber reaccionado tarde ante la pandemia eran víctimas del “sesgo de retrospección”. Entiendo que hablaba del determinismo retrospectivo, que consiste en interpretar, con la lucidez que da la distancia, una cadena de hechos como previsibles y evidentes. En parte, el presidente tiene razón: el sesgo brilla en ciertos políticos de la oposición que hoy consideran una temeridad no haber desconvocado la manifestación pero entonces no lanzaron mensaje alguno de alarma. El sesgo se daría, claro está, si presuponemos una simetría en la información.
Ahora bien, lo que merece atención no es la detección del sesgo, sino el argumento falaz que enlaza: “Puesto que la oposición tampoco percibió la gravedad de los hechos, la gravedad era imposible de predecir”. Sabemos que existían indicios de sobra y que el Gobierno –rodeado de expertos y con acceso a información más detallada– los ignoró, que una parte de la oposición tampoco los atendiera no exime de responsabilidad al Ejecutivo. Quizá nuestro presidente deba familiarizarse con otro sesgo común, el llamado sesgo del optimismo: lo sufren aquellas personas que confían, sin fundamento alguno, en que nunca pasará nada malo. En todo caso, no está de más airear la discusión pública poniendo ejemplos de algunas de las falacias en curso. Con un poco de suerte, saldremos de esta crisis siendo algo más respetuosos con una disciplina tan noble como la lógica de enunciados.
Como hemos visto, muchos de los razonamientos que circulan son emitemáticos, es decir, omiten una premisa necesaria para validar la conclusión; si la premisa no es evidente, el argumento es falaz.
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“España decretó el Estado de alarma con 120 muertos y Francia con 148, luego España reaccionó antes y mejor que Francia.” Premisa implícita: actuar tan pronto se conoce el primer fallecimiento equivale a actuar “a tiempo”.
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“En la región x se redujo la inversión en sanidad por ciudadano, luego la atención sanitaria hoy es peor”. Premisa implícita: Menor inversión por ciudadano equivale a peor atención.
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“Cuando una donación se hace pública deja de ser una donación.” Premisa implícita: solo una donación anónima es una donación.
Circulan también algunas falacias formales: aquellas basadas solamente en su forma lógica. Todas son una variante del célebre Non Sequitur (no se sigue). Aquí algunos ejemplos:
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“El pico de contagios sucedió antes de la manifestación del 8M, luego mantener la convocatoria no fue un acto irresponsable.”
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“En el mismo fin de semana del 8M se celebraron en España misas, partidos y espectáculos, por lo tanto, el contagio no es culpa de la manifestación feminista.”
Y luego tenemos a las sospechosas (falacias) habituales:
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Post hoc ergo propter hoc (después de esto, entonces, a causa de esto, eso): “Los contagios aumentaron exponencialmente después de la manifestación del 8M, luego ésta es la causa de los contagios”.
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Sesgo retrospectivo 1: “Cuando se convocó la manifestación, era evidente que el contagio masivo iba a suceder”.
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Sesgo retrospectivo 2: “Era previsible que, de haber una epidemia, sufriríamos por los recortes”.
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Circulus in probando (razonamiento circular): “Es momento de apoyar al Gobierno de España, por eso tienen que apoyar al gobierno de España”.
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Falsa dicotomía: “¿Tendrán sentido de Estado o criticarán al Gobierno?”.
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Hombre de paja: “Quienes critican la manifestación del 8M en realidad atacan la causa feminista y los derechos de las mujeres”.
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Falacia del arenque rojo o la pista falsa: “Lo importante es poner todas las energías en resolver la cuestión, no en regocijarnos en los errores».
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Falacia genética: “Puesto que el PP es de derechas, su gestión de la sanidad pública es pésima”.
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Pendiente resbaladiza o efecto dominó: “Si aceptamos las donaciones de Amancio Ortega terminaremos dinamitando la sanidad pública”.
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Falacia ad populum: “El PP hizo recortes en Sanidad, lo sabe todo el mundo”.
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Equivalencia moral: “El Covid-19 ha matado en un mes más gente que la violencia de género en diez años”.
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Falacia naturalista: “Siempre ha habido pandemias, así que debemos aceptar sus efectos”.
En fin, así están las cosas. Antes de despedirme, invito a todos aquellos interesados en acercar nuestra esfera pública a la verdad a que revisen un sesgo cognitivo que se menciona poco estos días, cuando es más pertinente que nunca: el efecto Dunning-Kruger.
Cuídense.
D.
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[5] Unidas Podemos pide a la Fiscalía investigar a una “organización criminal” que difunde ciberbulos contra el Gobierno
El grupo parlamentario de Unidas Podemos ha registrado este lunes en la Fiscalía General del Estado una denuncia para que se investigue la existencia de una supuesta “organización criminal” que en los últimos días está elaborando y difundiendo a través de las redes sociales y de aplicaciones de mensajería instantánea diversos ciberbulos sobre la pandemia del coronavirus. El escrito cita dos casos concretos en los que aparecen diversas imágenes con ataúdes y cadáveres en bolsas que se sitúan falsamente en España, ya que en realidad fueron tomadas en Italia y Ecuador. La coalición pide actuar contra los responsables de ambos mensajes por la supuesta comisión de los delitos de simulación de peligro, calumnias e injurias a altas instituciones del Estado y organización criminal. El pasado jueves, el grupo parlamentario ya formalizó una denuncia por un hecho similar, en este caso contra un policía en activo y un empleado municipal de un ayuntamiento onubense que difundieron un falso vídeo sobre material sanitario.
La denuncia admite que se desconoce quiénes son los autores del montaje, pero sí señalan a un usuario de Twitter que se define en su cuenta como “razonable y español… O sea, de Vox” y que adjuntó la imagen en su contestación a un tuit de Pablo Echenique, portavoz en el Congreso de Unidas Podemos, junto al mensaje: “¿Esperabais aplausos para el Gobierno? No lo tendréis #GobiernoDimisión”. La coalición considera que esta afirmación y el uso del hashtag ponen de manifiesto la supuesta participación del este usuario «en la puesta en práctica de la campaña de difusión de este bulo o fake news”.
El segundo ciberbulo denunciado es un vídeo en el que aparecen decenas de bolsas que contienen cadáveres hacinados supuestamente en el hospital madrileño Ramón y Cajal. Las imágenes fueron enviadas de manera masiva a través de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp junto al texto: “Quieres ver la realidad que te oculta el Gobierno? Pues es esta. Grabado hoy con cámara en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid. NO SON 1000 MUERTOS DIARIOS. SON MUCHOS MÁS. Tirados por el suelo, en bolsas, como perros”.
El centro sanitario desmintió poco después que las imágenes correspondieran a sus instalaciones, pese a lo cual el ciberbulo siguió difundiéndose, a veces localizando el lugar donde habían sido tomadas las imágenes en otros centros, entre ellos el Hospital Parc Tauli, de Sabadell (Barcelona); el Hospital del Mar, de Barcelona, y el Hospital Severo Ochoa, de Leganés (Madrid). En realidad, el vídeo fue grabado en un hospital de Guayaquil (Ecuador). En su denuncia, Unidas Podemos destaca que todos los hospitales españoles que fueron señalados por el ciberbulo se vieron obligados a “realizar una investigación y desmentir que se tratase de sus instalaciones”, lo que la coalición considera que supuso un perjuicio para las actividades de los centros médicos en plena crisis sanitaria por la Covid-19 al tener que desviar recursos para esto.
Por todo ello, la coalición considera que detrás de estas fake news hay una “estructura integrada por distintas personas concertadas, con distintas tareas repartidas, con el único fin de difundir masivamente falsas noticias, cambiando algún contenido de la información difundida tan pronto uno de estos contenidos ha sido desmentido eficaz y públicamente”. Los diputados de Unidas Podemos detallan que el objetivo de esta supuesta organización criminal no es otro que “causar una injustificada alarma social, acusando directamente al Gobierno de ocultar información a la población, de ser incapaz de gestionar la crisis sanitaria, de desatender a enfermos, a fallecidos y de ocultar información a los familiares de estos últimos”.
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El coronavirus traerá profundas consecuencias políticas de las que debemos estar atentos. Sería una tragedia si la víctima más importante de esta crisis fueran los sistemas democráticos.
Por Kevin Casas Z.
6/04/2020
ESTOCOLMO — La pandemia de la COVID-19 traerá profundas consecuencias políticas. Para quienes nos preocupamos por la democracia, el desafío es perentorio. Sería una tragedia si la víctima más importante del virus fueran los sistemas democráticos.
Para evitarlo debemos estar conscientes de los riesgos que enfrenta la democracia como resultado de esta crisis y de la importancia de fortalecer las capacidades del Estado como una forma de proteger su futuro. En este trance oscuro, debemos combatir el virus como si la democracia no importara y proteger la democracia como si el virus no importara. No hay garantía de éxito. Pero tenemos la obligación de intentarlo.
Los riesgos empiezan con la geopolítica. La desastrosa respuesta del gobierno norteamericano a la emergencia ha desnudado a Estados Unidos. Si bien la trayectoria del apoyo de ese país a la democracia no siempre fue rectilínea, es claro que el avance global de la causa democrática durante los últimos 70 años estuvo relacionado con el predominio global de Estados Unidos, un país con una notoria inclinación a imponer sus convicciones e instituciones políticas a otros. Cuando el polvo de este episodio se asiente, amaneceremos en un mundo en que, muy probablemente, el actor dominante no será ya una democracia. Con China al mando, promover el credo democrático será una tarea más ardua.
El asedio a la democracia ya empezó. En las últimas semanas hemos visto a Viktor Orbán en Hungría extender sin fecha de caducidad el estado de emergencia para enfrentar el virus. El Departamento de Justicia del gobierno de Donald Trump ha solicitado al Congreso de Estados Unidos poderes para pedir a los jueces detener indefinidamente a las personas durante una emergencia. En El Salvador, Nayib Bukele logró la aprobación de una legislación para suspender temporalmente la protección constitucional de algunos derechos fundamentales. La lista sigue y es larga.
Sería necio negar a los gobiernos la potestad de limitar las libertades —en forma temporal y bajo estricta supervisión de legisladores y jueces— durante una emergencia. Mi preocupación es que esto se convierta en la norma en regímenes democráticos, no solo porque los líderes autoritarios lo exijan sino porque una ciudadanía atemorizada lo consienta.
En tiempos de gran incertidumbre, la atracción por el abrazo “paternal” (y es paternal, porque siempre son hombres) de un líder autoritario puede ser poderosa. No es casual que la expansión global de la democracia haya coincidido con el éxito de nuestra especie para controlar algunas de las ansiedades más profundas de los seres humanos: la enfermedad, la pobreza y la violencia. Las probabilidades de supervivencia para la democracia son mejores cuando logra disminuir la incertidumbre social a niveles manejables. Por ello, tener instituciones de bienestar robustas, un Estado de derecho digno de ese nombre y prácticas sostenidas de prudencia fiscal resulta decisivo.
Bien sabemos que quien sacrifica la libertad en el altar de la seguridad termina perdiendo ambas, como lo advirtió Benjamin Franklin. Esto no es simplemente una profesión de fe, sino un juicio práctico. Qué explica que las hambrunas nunca ocurran en una democracia, preguntó el economista Amartya Sen. La respuesta es que la libertad de expresión y la acción colectiva son poderosas salvaguardas en casos de emergencia. Son estas prácticas democráticas las que hacen más probable que circule información vital y que las políticas erróneas puedan ser enmendadas. El actual ejemplo de Estados Unidos sugiere que estas protecciones no son a prueba de todo. Empero, aceptar el control autoritario del espacio cívico sin duda nos hará más vulnerables ante el siguiente desastre.
Como lo muestra el Informe global sobre el estado de la democracia 2019 de IDEA Internacional, la libertad de expresión y la capacidad de actuar de la sociedad civil enfrentan múltiples amenazas en todo el mundo. Si nos preocupa nuestra seguridad, he aquí otra pandemia que es preciso vencer.
La respuesta a esta crisis no debe ser vista como una competencia entre democracias y sistemas autoritarios. Algunos gobiernos —particularmente el de China— desean que se perciba así. En realidad, la pregunta relevante está anclada en la distinción que el politólogo Samuel Huntington postuló hace tiempo: en esta situación, cuál tipo de gobierno tiene un país importa menos que cuánto gobierno tenga, entendiendo por ello la capacidad de sus instituciones para actuar eficazmente.
Existen sistemas autoritarios donde el Estado tiene alta capacidad (China, Singapur) y otros con calamitosos niveles de eficacia (Venezuela), así como existen democracias con alta capacidad estatal (Corea del Sur, Alemania) y otras donde esta última es baja (casi toda América Latina). Esta es una de las razones por las cuales los países del norte de Europa muy probablemente enfrenten esta crisis mejor que los países del sur de Europa, y por qué Uruguay, Chile y Costa Rica lo pueden hacer mejor que sus vecinos latinoamericanos.
Lejos de optar por el sofocante abrazo autoritario, lo que urge es adoptar medidas, compatibles con la democracia, que doten a los sistemas políticos y las instituciones de mayor efectividad para proveer bienes y servicios públicos, administrar la incertidumbre y enfrentar las crisis.
No se trata de renunciar a las libertades fundamentales, sino de preparar a las democracias para responder a las demandas de la ciudadanía.
El futuro de la democracia, particularmente en América Latina, depende de emprender reformas para facilitar la toma y ejecución de decisiones, la coordinación entre instituciones y el fortalecimiento de la gerencia pública. Depende, también, de acometer la perenne asignatura pendiente de la región: la creación de sistemas tributarios robustos y progresivos, combinados con reglas para preservar los balances fiscales. Y requiere, sobre todo, de detener la marea de corrupción que ahoga a nuestras instituciones políticas. Sin ello, no hay forma de generar la confianza ciudadana que define a los Estados eficaces y resulta indispensable en una crisis, como la que enfrentamos ahora. Esta agenda es la mejor vacuna contra el virus autoritario que hoy acecha al mundo.
Kevin Casas es secretario general del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional), con sede en Estocolmo.
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[7] PACTO O ESCLAVITUD
—I—
La mitad de la humanidad está hoy confinada en casa, prohibido salir. Es algo que todos sabemos. Tremenda e insólita situación impuesta y controlada por numerosos gobiernos del mundo. Sí, el motivo parece sanitaria y científicamente justificado, no voy a discutirlo ni intentar evaluar si es la mejor medida o si se está aplicando bien o mal. No obstante, no escapa a ninguna mirada perspicaz la abrumadora maniobra internacional que subyace en el confinamiento, los miles de millones de euros que está ganando la industria farmacéutica y las leyes que se están aprobando para reducir a un mínimo insospechable la libertad de la sociedad.
El hecho observable es que, a día de hoy, en más de la mitad de los 194 países reconocidos que hay en el mundo, más de 3.000 millones de personas permanecen encerradas en su hogar a causa de la presunta pandemia. Como es natural, no se mantiene el confinamiento con igual severidad en todas partes. En Latinoamérica, hay países (Argentina, Ecuador, Colombia…) que han decretado la reclusión total de la población, mientras que otros (Honduras, Perú, Guatemala…) han decretado un cierto toque de queda prolongado. En los países musulmanes, más radicales en su práctica religiosa que la cristiandad, el confinamiento es difícil ya que resulta complicado impedir que los fieles se reúnan en las mezquitas y que, con ello, probablemente se expanda la infección vírica. Estos días se escuchan o leen en la prensa frases tipo: «No creemos en el coronavirus, creemos en Alá. Pase lo que pase, viene de Alá», a la vez que se ven imágenes de multitudes congregadas para el rezo semanal —por ejemplo, en Islamabad, capital del Pakistán—, que contrastan con el perfil del papa Francisco, el viernes pasado, rezando en solitario frente a la gigantesca plaza de San Pedro del Vaticano completamente desierta. Por su lado y tras la visita de Trump, la India ha decretado el confinamiento de sus 1.300 millones de habitantes durante 21 días, medida imposible de aplicar en este gigantesco subcontinente.
La humanidad está —estamos— atravesando un momento único, no en cuanto a la pandemia que no es ni la primera ni la segunda que puede diezmar el número de seres humanos, sino por la globalidad, por la unidad de acción de la mayoría de gobiernos, por el estricto control de los Estados sobre las personas. La Unión Europea, sin la menor consulta, ha dado luz verde a algo contra lo que nos oponemos con fuerza y desde hace tiempo los defensores de la libertad individual: que los gobiernos controlen el movimiento de cada persona a través de su teléfono móvil. La única manera de no poder ser hoy ubicado es extrayendo la batería del terminal ya que, aunque se apague, desde “la central” es posible activar los terminales y localizarnos territorialmente. Esto implica que los gobiernos pueden saber en todo momento dónde y en compañía de quién está cada habitante del país. Si a eso añadimos la información que emiten los casi siempre absurdos dispositivos de control corporal, los weareables,que tantos millones de personas se colocan voluntariamente sobre su cuerpo —para saber el ritmo cardíaco, presión arterial, estado de ánimo, la calidad de su sueño, sudoración, las calorías que ingiere, los pasos que ha dado a lo largo del día… como si no fuera suficiente y más sano aprender a escuchar el propio cuerpo—, y además añadimos las cámaras de reconocimiento facial —en China hay millones distribuidas por las calles identificando a cada persona, grabando qué hace y cómo se comporta, y luego el gobierno gratifica o sanciona al sujeto según su interés político del momento; y en Occidente la gente se somete voluntariamente a tal control al comprar teléfonos móviles con el dispositivo de reconocimiento facial, resulta que con todo ello tenemos el círculo cerrado. El control casi absoluto de nuestra vida externa e interna. Por medio del teléfono el Estado puede saber dónde y con quién estamos, y por medio de las pulseras y otros dispositivos de control corporal puede saber casi, casi, cómo se siente y qué pasa por el mundo interior de cada persona. Por ejemplo, es fácil imaginar que tras un discurso del Rey de España retransmitido por las redes se registre la tensión arterial de cada persona. Se sabe que cuando estamos iracundos o simplemente disconformes con algo, sube la tensión corporal. Así de simple sería identificar aquellos ciudadanos contrarios al mensaje del Jefe de Estado, localizar su ubicación inmediata y todo lo que uno pueda imaginar a continuación.
Tales medidas de control extremo se van imponiendo sin la menor discusión ni consulta democrática, y ya no solo en China o Israel. Siempre, eso sí, con la excusa de frenar la pandemia. Bueno, digamos que hasta podríamos aceptar temporalmente tales medidas, aunque cada día se están levantando más opiniones críticas por parte de especialistas. El tema es que tales medidas impuestas y aceptadas en aras de una excepcional situación de emergencia, hay que decirlo claro, suelen tener la mala costumbre de quedarse instauradas una vez diluida la situación que ha justificado su imposición. Es el patético miedo a la libertad que analizó y explicó E. Fromm.
En la época de declive de la República en la Roma clásica, entre el año 509 a.C. y el 27 a.C., cuando Julio César se autoproclamó dictador vitalicio anulando el poder del Senado, el ideario del estado para someter a la población era ofrecer seguridad a cambio de libertad: obedece a Roma y Roma te proteje. Cuando Bruto y el resto de conspiradores, tras asesinar a Julio César para devolver el poder al Senado, representante de la sociedad, salieron a la calle enarbolando una capucha sobre una lanza, símbolo de la libertad restaurada, no encontraron los vítores del pueblo que esperaban sino una mezcla de caos y miedo. Quizás fue entonces cuando Bruto comprendió que la libertad que él ansiaba no puede existir sin la seguridad que garantizaba una figura como el dictador César.
Veintiún siglos más tarde, el principio sigue vigente y muy agravado. Personalmente y desde hace ya bastantes años, estoy más que saturado (por usar una expresión educada) del mensaje que suena en altavoces y en carteles por todas partes: «Por su seguridad, haga esto o no haga lo otro, pensamos en su seguridad», «Por su seguridad cuide sus pertenencias», es el mensaje que suena cada pocos minutos en la megafonía de numerosos aeropuertos. Inevitablemente me despierta el mismo pensamiento: “A los idiotas y a los dormidos les van a robar de todas maneras o van a olvidar su maleta en cualquier rincón, al resto les van inundando sutilmente de miedo”. Un individuo y una sociedad asustados son mucho más fáciles de controlar que una sociedad de personas libres, responsables de sí mismas y, en consecuencia, valientes.
Benjamín Franklin, destacadísimo científico, político y filósofo norteamericano del siglo XVIII, propuso este magnífico lema para el sello de los EEUU: «La rebelión ante los tiranos es obediencia a Dios», y dejó dicho algo de total aplicación actual: aquellos que renuncian a la libertad esencial para comprar un poco de seguridad, no merecen ni la libertad ni la seguridad. Y me acude a la cabeza otro aviso actualísimo de Franklin que venía a decir que no hemos que vender jamás nuestra libertad a quien no nos cuenta sus secretos. ¿Me cuenta sus secretos el gobierno español (o el que sea)? No, todo lo contrario.
—II—
La situación que estamos viviendo tiene dos asas: puede entenderse como el principio de un pacto mundial hacia una situación mejor y más solidaria —la cara positiva de la mundialización— o como un boquete hacia la oscura y terrible esclavitud que está acechando. Que acabe como un nuevo pacto de toda la humanidad para mejorar la vida o como un oscuro agujero por el que caigamos dependerá exclusivamente de cada uno de nosotros y de que exista una masa crítica suficiente que se decante hacia una salida o acepte sumisa la otra.
Si no hay una cantidad mínima de personas que tomen verdadera consciencia de los factores que han conducido la humanidad hasta aquí, que decidan apostar por la libertad en lugar de cederla a cambio de un miserable espejismo de seguridad; si no hay una masa crítica que calculo del 3% de la población occidental que renuncie realmente al consumo compulsivo, a almacenar más fortunas explotando a los demás y a la Naturaleza, más dinero del que podrían gastar en cinco generaciones, si no hay un porcentaje mínimo de la humanidad que deje de desentenderse de su mundo interno y aprenda a escucharse y respetarse, que recupere la dimensión espiritual, si no se genera este cambio, el camino actual nos conducirá hacia el boquete por el que nos hundiremos hacia una nueva forma de esclavitud post-industrial que puede durar entre tres y siete siglos. Los Estados y las corporaciones multinacionales nos acabarán de robar el alma.
Os invito a dejar de estar todo el día viendo las noticias que emiten los medios de comunicación. Son mensajes que sumergen a la audiencia en un estado emocional negativo, nervioso y desasosegado, sin energía vital y con la mente llena de pensamientos pesimistas. Es una buena vía para caer por el agujero hacia la destrucción.
En sentido contrario, si aprovechamos esta oportunidad para dirigir la mirada a nuestro interior, para educar las emociones, para aceptar la vida y la muerte que nos han sido otorgadas, para comprender «qué espera la vida de cada uno de nosotros, qué espera la vida de mí» —no «qué espero yo de la vida», pensamiento inmaduro y egocéntrico—, si aprovechamos la forzada cuarentena para cuidarnos a nosotros mismos en lugar de esperar que otros se encarguen de nosotros, si cultivamos esta oportunidad inesperada que es la confinación, la humanidad caminará hacia un nuevo pacto de solidaridad y respeto, no hacia el boquete.
Cuidemos nuestro cuerpo como merece y como necesita, no con cuidados de adolescentes narcisistas. Atendamos nuestro hogar con cariño y respeto ya que es la proyección psíquica inmediata de la persona que lo habita —cada vez que soñamos con un espacio doméstico, imagen que surge del inconsciente con frecuencia, la oscuridad de la mente está indicando algo del propio soñante; “en sueños, la casa soy yo”, me dijo en cierta ocasión un indígena shuar—. En definitiva, los occidentales debemos conectar urgentemente con nuestra espiritualidad real, tanto para curar los tumores cancerígenos que tanto proliferan, como para acercarnos de nuevo con humildad a la Naturaleza de la que provenimos y a la que pertenecemos. Si cada uno se ocupa honesta y comprometidamente de sí mismo o de sí misma, el mundo mejorará.
Hay un refrán oriental que dice: «Si todo el mundo mantuviera limpio el trozo de acera que hay frente a la puerta de su casa, toda la calle estaría limpia» porque cuando nos ocupamos de nosotros mismos, también nos estamos ocupando de los demás y del universo. Y esto conlleva ocuparnos de la dimensión espiritual. No la perdamos de vista en la crisis que estamos atravesando, ya que tanto si lo invocamos como si no, la divinidad está presente.
—III—
Naturalmente, en nuestra actual situación hay un dimensión social y política, y hay otra dimensión psicológica y espiritual. Es imprescindible equilibrarlas. Sin atender el terreno social, se cae en el fanatismo religioso. Sin atender el terreno espiritual, se cae en la depresión y en la falta de sentido de la existencia.
Desde hace días me surge una duda que llena mi mente: ¿Estamos preparados para aprovechar esta crisis? Es la pregunta que no me deja descansar bien por las noches. Creo que algunos lo estamos —sin pensar en la masa— y tenemos el deber de coger nuestra caja de herramientas y usarlas para la reconstrucción. ¿Cómo hacerlo? ¿A quién dirigir la mirada para inspirarnos? ¿De dónde sacar un modelo real de espiritualidad práctica y de resistencia?
Los occidentales tenemos mucho que aprender de los pueblos indígenas americanos y africanos. Desde hace siglos están siendo objeto de una constante aculturación con la intención de occidentalizarlos a cualquier precio, eso cuando no son directamente exterminados, y aun así no han dejado de cantar, de encender el fuego de sus ancestros, de divertirse y de resistir la mortal uniformización que conlleva la mundialización. Nuestro patrón cultural, debido a la cosmovisión judeo-cristiana que lo impregna, tiñe de culpabilidad o de perversión todo aquello que sea divertido y alegre, pero estos pueblos indígenas consiguen aceptarlo, vivir solidarios y reír hasta la saciedad sin sentirse culpables por ser felices ni antes ni en este difícil momento histórico. Personalmente, cuando me siento saturado por las noticias negativas y por el recuento de muertes por coronavirus, trato de llamar a alguno de mis amigos indígenas amazónicos y reímos un rato, me contagian su capacidad instintiva de divertirse que el occidental medio ha perdido, desgraciadamente para su salud mental. Me ayudan a recordar que estar triste, vivir pre-ocupado y sin vitalidad no sirve de nada. A través de la alegría y del buen humor es como resistimos los pesares, como derrotamos el dolor y como aceptamos las cosas buenas que nos regala el Universo.
Por otro lado, cuando pase la tormenta, se abra la puerta principal de nuestras casas y podamos salir de nuevo al mundo, cada uno de nosotros será una pieza muy importante para la reconstrucción de este nuevo orden. Necesitamos estar bien, estar fuertes, centrados y tener objetivos claros, condiciones para mantener un estado de ánimo alto, una presencia hermosa, alegre y luminosa. Espero que me entendáis bien, lo que propongo no tiene nada que ver con la alienación ni con el autoengaño a través de fantasías de disneylandia. Es una estrategia de resistencia psicológica y anímica.
En las tradiciones chamánicas tanto sur como norteamericanas, siberianas y asiáticas, existe un rito iniciático que tiene muchas formas culturales pero cuyo fondo es el mismo. Podemos generalizar llamándolo «la búsqueda de la visión», vision questen inglés. El neófito que busca la visión transformadora pasa días o semanas deambulando solo por los grandes bosques, sin comida, sin protección, sin más recursos que las revelaciones de su dimensión inconsciente y espiritual; a veces tomando ayahuasca o peyote, a veces sin más inspiración que el silencio y la soledad. Si, tras tales sacrificios, consigue atravesar un portal en su mundo interno, si es capaz de romper las resistencias del pequeño ego y aceptar la grandiosidad de la vida infinita que hay tras el portal, al chamán se le desvela una nueva visión de su mundo y del mundo. Se ha enfrentado a sus miedos, a las dificultades de la soledad y ha vencido. Los griegos buscaban la misma transformación por medio de los ritos mistéricos que celebraron durante 2.500 años en los templos de Delfos, Apolo, Lesbos, Samotracia… La experiencia era conocida por el nombre deEpopteia, que viene a significar «la visión transformadora», y los adultos que habían pasado por tales ritos iniciáticos eran conocidos y respetados como epoptes, «el que ha tenido la visión transformadora».
Os invito aprovechar el tiempo de confinación forzada para mantenernos en la búsqueda «de la visión transformadora». Cuando se abra la puerta principal, ¿qué mundo queremos construir para nosotros y para nuestros hijos? ¿Qué valores debemos alimentar ahora mismo que nos conduzcan hacia este mundo deseable? De momento, no podemos hacer más que mantener la serenidad en plena tormenta, no hay más. Calmémonos, meditemos cada día y establezcamos una rutina diaria que nos facilite encontrarnos cada día con lo sagrado.
Las cosas buenas emanan, y cuando uno las necesita no debe salir de casa «a buscar», eso es contrario a la naturaleza. Uno sale de casa «a encontrar» lo que se le ofrezca, no a buscar. Uno sale a encontrar. Buscar es lo que llevamos haciendo durante diecisiete siglos y hasta aquí hemos llegado. Lo que ahora mismo emana de nosotros es lo importante y, al margen de demenciales y cuestionables decisiones políticas, observo que está brotando una tierna solidaridad, calma, nuevas relaciones interpersonales de más calidad que hasta hace un mes (sí, solo un mes). Observo que, a una velocidad sorprendente, la Naturaleza está recuperando el terreno perdido. Se están viendo animales silvestres caminando por las calles silenciosas y desiertas de las ciudades, se escucha cantar a los pájaros en lugares donde antes de la confinación era algo desconocido.
Si existe una salida para cruzar el portal y crear un nuevo pacto más fraterno en lugar de caer en el boquete oscuro de la esclavitud, ésta consiste en conectar con nuestra parte natural, respetarla y vivirla, en cantar y reír, en tener esperanza y amor, en mantener la confianza en uno mismo y en lo Inefable, al que algunos pueblos indígenas de Norteamérica llaman el Gran Todo. Resistamos con temple las emociones negativas que surgen del estado actual —en especial el miedo, la irritación y el desasosiego—. Cada uno de nosotros debe tener el brío necesario para no dejar que la negatividad ocupe todo el espacio mental y conductual, y para poner el foco en cómo quiero que sea el mundo al salir del confinamiento. Si somos suficientes, solo el 3% de la sociedad, atravesaremos el portal y pactaremos una nueva visión de la humanidad, una visión mejor para todos, en lugar de caer en el agujero oscuro de la nueva forma de control y esclavitud. Creedme, no es ninguna broma ni exageración.
Campus Can Benet Vives, 30-III-2020
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Desde su aparición en Wuhan, China, el 31 de diciembre de 2019, el nuevo coronavirus, 2019-nCoV, se ha propagado rápidamente, suscitando preocupación a nivel internacional y llamados a declaratorias de emergencia.
A estas alturas, uno podría pensar que el mundo está preparado para una amenaza de este tipo, dado el éxito en el control del brote anterior de coronavirus que como el SARS (síndrome respiratorio agudo grave) y el MERS (síndrome respiratorio de Oriente Medio) desde 2002. Sin embargo, como señalan Catharine I. Paules, Hilary D. Marsto y Anthony S. Fauci en el Journal of the American Medical Association, “la aparición de otro nuevo brote de enfermedad en humanos ocasionada por un [coronavirus] … destaca el desafío permanente que representan las nuevas enfermedades infecciosas y la importancia de una preparación continua”.
Se trata de un desafío contemporáneo aparentemente perdido para la Organización Mundial de la Salud, las instituciones del gobierno chino y otras autoridades nacionales. El jueves pasado, después de evaluar las evidencias disponibles en ese momento, el Comité de Emergencias de la OMS votó en contra de la declaratoria de una situación de posible emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII). La declaratoria de emergencia es más que una postura política. La PHEIC activa la aplicación del Reglamento Sanitario Internacional modernizado en 2007, específicamente como respuesta a las lecciones que dejó el SARS.
El Comité de Emergencias de la OMS tomó esta determinación pese a “que se espera que en cualquier país surjan casos de contagio”. Si bien está sujeta a una posterior reconsideración, su conclusión parece desafortunada ante la rápida propagación de la enfermedad que se transmite entre humanos sin que hasta el momento se haya descubierto una cura, tratamiento vacuna para la misma, y cuyo índice de mortalidad casi llega al cuatro por ciento. (Nota del editor: El 31 de enero, la OMS reconsideró su decisión anterior y declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII) ante el brote de 2019-nCoV.)
Tal vez con la intención de evitar otra debacle global ocasionada como la que sufrieron por su mal manejo y flagrante tergiversación de la epidemia de SARS en 2002, las autoridades chinas han intensificado significativamente sus medidas. No obstante, muchas de las acciones emprendidas a la fecha han sido agresivas, infringen los derechos humanos y han resultado insuficientes para controlar esta nueva epidemia.
Los funcionarios chinos han creado un “cordón sanitario” alrededor de Wuhan y otras ciudades que se han identificado como focos de incubación y contagio del 2019-nCoV. Básicamente han bloqueado la salida de más de 35 millones de personas de sus límites jurisdiccionales. Al cancelar miles de vuelos, también evitan la entrada de extranjeros.
Además, a las personas atrapadas en Wuhan se les ha restringido el movimiento dentro de sus comunidades. Aquellos que muestran síntomas de infección inundan los hospitales locales, donde son procesados y permanecen bajo supervisión. Cientos de personas infectadas se han visto sometidas a un aislamiento forzado. Más de una docena de trabajadores de la salud se han infectado al intentar dar tratamiento a los casos confirmados.
Lo peor es que los medios y otras fuentes chinas están minimizando la amenaza para la salud pública. Recientes transmisiones chinas han evitado presentar al 2019-nCoV como un riesgo inminente para la población. Las plataformas de redes sociales están ayudando a exponer la información que el gobierno pretende ocultar, pero también están difundiendo rumores falsos acerca del virus y temores de represalias para quienes no informen de la presencia de síntomas. Algunos funcionarios chinos han adoptado una postura severa para asegurar el cumplimiento de las medidas de salud pública. Una publicación temporal en una red social de un comité del Partido Comunista anunció que cualquier persona que deliberadamente oculte el contagio de la enfermedad, “permanecerá clavado para siempre en la columna de la ignominia”.
Otros países están imponiendo restricciones de viaje a los ciudadanos chinos. Corea del Norte ya cerró sus fronteras a turistas extranjeros, a pesar de las jugosas ganancias que dejan a su débil economía. Basándose en lo acontecido anteriormente, algunos países no tardarán en considerar la posibilidad de restringir los vuelos de llegada y salida de China a pesar de la determinación de la OMS. (Nota del editor: Al menos 15 países han impuesto esta clase de restricciones desde la publicación original de este texto.)
Es comprensible que las nuevas enfermedades infecciosas, como el 2019-nCoV, contribuyan a los temores públicos, que luego se ven exacerbados por este tipo de respuestas gubernamentales agresivas. Lo ideal sería que las disposiciones sobre salud pública se anunciaran con fundamento en hallazgos epidemiológicos específicos e intervenciones ya probadas, directamente vinculadas con los riesgos reales sustentados en datos epidemiológicos. Evidentemente, resulta difícil aplicar medidas para la salud pública cuando los datos disponibles son imprecisos o poco confiables.
Por consiguiente, las instituciones internacionales de salud y los gobiernos nacionales o regionales tienden a: 1) Recurrir a decisiones “seguras” para evitar controversias políticas (como es el caso de la determinación de la OMS de no declarar una PHEIC), o 2) aplicar medidas altamente restrictivas para limitar las repercusiones en la salud pública (por ejemplo, la cuarentena/restricciones de viaje en las ciudades chinas). Lo cierto es que ninguno de estos dos enfoques funciona.
Lo que sí funciona son las intervenciones legales, éticas y con respeto a los derechos humanos que implican el uso de ciertos poderes públicos a la medida de los riesgos comprobados, y que promueven el cumplimiento voluntario, siempre que es posible, con el fin de lograr los objetivos legítimos y comunes.
Tomemos como ejemplo las intervenciones de salud pública para garantizar viajes aéreos seguros. Sin duda alguna, los vuelos mundiales presentan riesgos de contagio de enfermedades. Múltiples países, entre ellos Estados Unidos, ya tienen casos de 2019-nCoV confirmados de personas que han atravesado sus fronteras en viajes aéreos. Con toda seguridad surgirán más casos. Sin embargo, cancelar los viajes por vía aérea no es una opción desde la perspectiva económica ni tampoco rinde beneficios para la salud pública. La mayoría de los pasajeros y tripulaciones no presentan riesgos de contagio del 2019-nCoV.
En lugar de restringir o prohibir los vuelos desde China, como lo han hecho algunos países en epidemias anteriores (incluso China), las autoridades sanitarias de Estados Unidos han establecido medidas de monitoreo no invasivas para ciertos vuelos, con el fin de evaluar el riesgo entre los pasajeros y las tripulaciones.
El 17 de enero, los Centros Federales para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos comenzaron a intensificar la detección de 2019-nCoV, primero en tres aeropuertos de Estados Unidos (JFK, LAX, SFO). Muy pronto extendieron la medida a otros dos aeropuertos (ORD, ATL). Los métodos de monitoreo intensificado se basan en el rastreo de casos posibles en los aeropuertos que reciben a la gran mayoría de los pasajeros provenientes de los países afectados. Estos pasajeros primero deben responder un cuestionario y pasar revisiones de temperatura no invasivas en puntos de llegada y salida.
Después de la revisión en el aeropuerto, en raras ocasiones se necesita aplicar medidas más invasivas, como la cuarentena. Son muy pocos los pasajeros a los que se les diagnostica la infección mediante estas medidas de monitoreo. El 8 de agosto de 2014, cuando la OMS declaró una PHEIC debido al brote de ébola en África Occidental, los países con transmisión activa de la enfermedad efectuaron monitoreos en las salidas de sus aeropuertos internacionales. En el Aeropuerto Internacional de Freetown, en Sierra Leona, 166,242 pasajeros fueron sometidos a revisiones en vuelos de salida entre septiembre de 2014 y febrero de 2016. Diez pasajeros se identificaron con posibles síntomas, a cinco se les negó el viaje debido a que estaban contagiados de malaria y tifoidea (dos casos), pero ninguno de ébola. Con las técnicas de monitoreo empleadas en varios aeropuertos de Estados Unidos durante la misma epidemia no se detectó ningún caso confirmado durante un periodo de 30 días en 2014.
Pese a que la eficacia del monitoreo limitado y no invasivo en aeropuertos para enfermedades como el ébola y el 2019-nCoV puede ser cuestionada, su legalidad y utilidad no lo son. La OMS y los CDC consideran que este tipo de monitoreo es un componente esencial de las medidas de respuesta globales para fomentar la conciencia en el mundo, detener viajeros que posiblemente estén enfermos, rastrear y monitorear casos posibles y promover la confianza entre todos los pasajeros acerca de la seguridad continua en los viajes aéreos.
Entonces, ¿cuál es la lección más importante que se debe aprovechar de estas aproximaciones al control de los brotes? Que se necesitan respuestas en tiempo real, pero no si infringen los derechos humanos sin justificación alguna. Como en brotes anteriores, la mejor forma de proteger a la población es reunir datos precisos con ciencia sólida y respeto por los derechos humanos.
Publicado originalmente el 24 de enero de 2020.
Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.
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[9] CORONAVIRUS«The New York Times» critica al Gobierno de Sánchez por ignorar los indicios de la llegada de la epidemia
El medio señala que el problema se agudizó por el modelo de 17 gobiernos autonómicos y por la frágil coalición que sustenta a Sánchez
7/04/2020
«The New York Times», a través de su corresponsal en España y Portugal, Raphael Minder, dedica parte de su portada digital a un reportaje sobre la gestión del Gobierno de Sánchez ante la pandemia de coronavirus, titulando que, la crisis, en territorio español, «se aceleró por la falta de atención a las advertencias».
En el texto, el periódico progresista estadounidense critica que la epidemia española «se ha convertido en un doloroso ejemplo de la tendencia de un gobierno tras otro a ignorar las experiencias de los países donde el virus ya ha atacado».
Minder recuerda el caso, a finales de enero, del turista alemán que se convirtió en el primer paciente con Covid-19 en España y que, «incluso cuando surgieron más casos, las autoridades españolas continuaron insistiendo en que el coronavirus estaba siendo importado».
«Como la mayoría de las naciones, las autoridades españolas inicialmente trataron el virus como una amenaza externa, en lugar de considerar que su país podría ser el próximo en caer».
El análisis del medio estadounidense también se hace eco de las críticas a Pedro Sánchez y su Gobierno por no prohibir a tiempo las reuniones masivas, como fue el caso del 8-M y por no haber almacenado equipo médico en previsión del aumento de casos de coronavirus, especialmente en un país cercano como Italia.
«Frágil coalición» y «sanitarios kamikazes»
Antes de la valoración de expertos sobre la situación, el texto hace énfasis en que, de cara a la correcta gestión de la pandemia, «tampoco ayudó el hecho de que la emergencia se impusiera a un nuevo y frágil gobierno de coalición».
«Los socios de la coalición discutieron sobre la cantidad de apoyo financiero que España podría permitirse dar a los que se quedaban ociosos si se les ordenaba quedarse en casa. Cuando Sánchez declaró el cierre nacional, varios políticos regionales ya habían anunciado sus propias medidas represivas».
No es la primera crítica que el medio estadounidense dedica a España por la crisis del coronavirus. Hace unos días fue tendencia en Twitter un artículo dedicado a los sanitarios españoles que combaten día a día el coronavirus, a los que calificaba de «kamikazes» por seguir trabajando pese a la falta de equipos de protección.
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[10] Coronavirus: el riesgo de colapsar el sistema sanitario por culpa del miedo
- Las autoridades intentan evitar que el Covid-19 dispare el pánico y pueda colapsar un sistema sanitario ya de por sí saturado
- Las llamadas a la calma son constantes, porque los datos recopilados hasta ahora indican que la alarma debe ser contenida
Por Samuel. A. Pilar
28/02/2020
En la lucha contra la epidemia de Covid-19, el miedo puede ser un factor de desestabilización tan importante como la propia enfermedad. Si bien los datos arrojados por la evolución del coronavirus durante sus primeros meses no son especialmente preocupantes en términos de agresividad, este tipo de epidemias (por primera vez retransmitida casi en tiempo real) son capaces de provocar en las personas una reacción desproporcionada en relación con su verdadero impacto. Por eso, en un escenario como el actual, la mayor pesadilla es que se dispare el pánico y esta situación pueda colapsar un sistema sanitario ya de por sí bastante saturado.
«¿Si estaría preparado el Sistema Nacional de Salud español? Dependería de la magnitud de la epidemia», afirma a RTVE.es Juan José Badiola, director del Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles Emergentes de Zaragoza, y uno de los grandes referentes internacionales en crisis sanitarias. «Si es un caso como el de Italia, sí que estaría preparado, pero si hubiera un número muy elevado de personas afectadas no iba a ser fácil, porque el sistema español tiene también que atender a los enfermos ordinarios. Una epidemia de gran magnitud sería un desafío muy difícil de afrontar».
“Una epidemia de gran magnitud sería un desafío sanitario muy difícil de afrontar«.
Juan José Badiola
Ante la misma pregunta, Rafael Bengoa, uno de los expertos en gestión sanitaria más reconocidos a nivel mundial, responde que el sistema sanitario español «está preparado en términos de infraestructura, epidemiólogos, clínicos y personal competente, cosa que no existe en muchos otros países», aunque matiza que «donde no estamos listos es en el efecto sorpresa. Básicamente, nos sigue sorprendiendo algo que no debería sorprendernos, que son estas epidemias-pandemias que subestimamos, aunque la amenaza es permanente».
Bengoa confía en la fortaleza del sistema español, aunque insiste en la importancia de trabajar más entre epidemia y epidemia, dado que cree que tarde o temprano aparecerá un virus verdaderamente letal, algo que de momento no ha sucedido. «O aportamos más alertas, más transparencia, más laboratorios, más vigilancia y más recursos humanos en salud pública, o es muy difícil que cuando llegue la siguiente estemos preparados a nivel mundial», opina.
Riesgo moderado
El Ministerio de Sanidad ha fijado en España un riesgo moderado de transmisión por coronavirus SARS-CoV-2 (su nombre oficial). Lo ha hecho para garantizar la detección precoz de los casos, aunque considera que en general va a ser bajo o muy bajo, salvo en algunos puntos concretos donde puede llegar a ser alto.
Las medidas sanitarias a nivel mundial, que incluyen espectaculares cuarentenas masivas, están siendo tan fuertes no por la especial virulencia del nuevo agente infeccioso, sino porque las autoridades están intentando por todos los medios contener y eliminar el virus, como ya se consiguió con el SARS de 2002-2003.
Intentan evitar que se convierta en endémico y pueda estacionalizarse, circulando entre seres humanos. Ahora mismo, ese es el peor escenario que manejan las autoridades sanitarias: que no sean capaces de contener el patógeno y este se añada a la lista de enfermedades humanas recurrentes.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lleva semanas advirtiendo de que su principal preocupación no son los países desarrollados, sino los países en vías de desarrollo donde los sistemas sanitarios son más débiles y las condiciones de contagio se multiplican. Si el SARS-CoV-2 consigue hacerse fuerte en estas zonas del planeta, va a resultar extremadamente difícil erradicarlo.
Guerra al bulo
La desinformación es otro de los grandes frentes que se abren en cualquier batalla sanitaria a gran escala. Aquí la mentira puede incluso matar, y por eso las autoridades no se cansan de pedir que se evite por todos los medios difundir los bulos que corren por las redes sociales sobre la enfermedad.
«El sistema sanitario en España no se va a ver desbordado porque, como está diciendo el ministro Salvador Illa y el doctor Fernando Simón, hay que seguir insistiendo a la población que se apoye en la información científica, no en los bulos que hay en la red», opina el experto sanitario Rafael Bengoa. «Tienen que basarse en una o dos fuentes de información. Y eso se está haciendo muy bien».
“El sistema sanitario en España no se va a ver desbordado«.
Rafael Bengoa
Las llamadas a la calma por parte de las autoridades sanitarias son constantes, y en principio no les falta razón. Al menos, hasta que la ciencia demuestre lo contrario, si es que ocurre. Según datos epidemiológicos y clínicos, este virus ocasiona un cuadro leve en el 80% de las personas, parecido a un catarro común. A los menores de edad parece no afectarles o hacerlo de manera extraordinariamente leve. El grupo de riesgo se sitúa sobre todo en mayores de 70 años, y casi siempre con alguna dolencia asociada.
Así, la expansión del SARS-CoV-2 ha sido significativamente más rápida que la de otros coronavirus. Pero si su índice de contagio es relativamente alto, su letalidad es más baja. El porcentaje de fallecimientos entre los contagiados oscila entre un 2% y un 4% en China y en alrededor de un 0,7% fuera del país asiático, según la OMS. El mayor porcentaje de fallecimientos, con gran diferencia, se sitúa en las franjas de edad más altas.
Relación mortalidad – atención sanitaria
Por supuesto, gran parte de los esfuerzos sanitarios se centran en estos grupos de riesgo, para intentar reducir la mortalidad en todo lo posible. Aunque en este sentido es importante recalcar que los datos parecen indicar que la tasa de letalidad del nuevo coronavirus está muy relacionada con el sistema sanitario y su capacidad hospitalaria. Si se colapsan los hospitales, algo que sucedió en Wuhan, la tasa se dispara entre los casos más graves. Es la conclusión de un artículo recién publicado en la revista especializada The Lancet. De ahí la importancia de aligerar en la medida de lo posible la carga hospitalaria de esta enfermedad.
“Si se colapsan los hospitales, algo que sucedió en Wuhan, la tasa de mortalidad se dispara entre los casos más graves.»
«Seguramente las autoridades sanitarias lo tengan ya previsto, y están pensando que en ese caso la gente se quedara en su casa, siempre y cuando los síntomas fuesen leves, porque no se puede mandar a casa a un paciente con un cuadro respiratorio grave», manifiesta Juan José Badiola, «pero personas que aunque estén infectadas presenten una sintomatología leve, se les puede mandar a casa bajo supervisión médica».
El objetivo es evitar una tormenta perfecta que podría desbordar aún más al personal sanitario, otro de los grandes nubarrones que se ciernen sobre el horizonte. Con el agravante de que la sintomatología del coronavirus y la de la gripe estacional son muy parecidas, por lo que para ellos sería más difícil discriminar. «Las urgencias de los hospitales muchas veces ya están colapsadas, así que con una situación excepcional de este tipo, se produciría un sobrecolapso», comenta Badiola. «Yo soy partidario de que se utilice la atención domiciliaria. Y creo que es lo que van a recomendar las autoridades sanitarias si llega el caso, porque es la única manera de evitar la entrada masiva de gente en los centros sanitarios».
Si se produjese esa situación excepcional, el experto en alertas sanitarias también aboga por una medida casi desconocida en España: constituir unidades médicas de emergencia. «Si existe ese problema, vamos a reclutar a una serie de médicos especialmente preparados para afrontar esa situación con instrucciones claras y con alternativas…» -manifiesta- «ante una situación de emergencia hay que responder con medidas de emergencia. Es una perogrullada, pero es una realidad. Nosotros en el mundo animal lo hacemos, y los humanos y los animales enferman igual».
Confianza en que los contagios disminuyan
Una mutación significativa del coronavirus que lo convierta en más peligroso es una posibilidad que existe pero, de momento, parece improbable a los ojos de los expertos. Además, según las expectativas que manejan, lo normal sería que con el paso del tiempo tienda a perder virulencia. «De momento, la mortalidad es baja. Y salvo que el virus mute, va a seguir así. A los virus que tienen ARN, como es el caso, lo que les interesa es infectar pero no matar, porque así aumentan el rango de su capacidad de supervivencia», explica en este sentido Juan José Badiola, «cuando colonizan una nueva especie, tienen el campo abierto, muchos individuos a los que infectar. Pero no matar, porque eso también los mata a ellos».
“Cuando colonizan una nueva especie, los virus tienen muchos individuos a los que infectar. Pero no matar, porque eso también los mata a ellos».
«Los virus tienden a mutar cuando encuentran que se está luchando contra ellos; que se está tratando de contrarrestar su actuación. Por ejemplo, porque se está usando una vacuna, o antivirales…», prosigue, «pero si no encuentran dificultad, lo normal es que sigan su camino. ¿Para qué van a mutar si les va bien?».
«Creo que con el paso del tiempo incluso los contagios disminuirán. Ahora vamos hacia el buen tiempo, y el buen tiempo ayudará a reducir los contagios. Suele pasar. Como ocurre con la gripe, porque en definitiva esto es como una gripe peculiar, y eso es un elemento favorable», concluye el catedrático de Patología Animal.
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[11] La primera diputada que preguntó al Gobierno por el “virus de Wuhan”
Marta Martín (Ciudadanos) registró el 22 de enero la primera pregunta escrita al Ejecutivo sobre el coronavirus, preocupada por si había medidas de “vigilancia y prevención” ante posibles brotes de la “neumonía asiática”. La respuesta gubernamental llegó… un mes después llena de vaguedades
Por Antonio Rodriguez
7/04/2020
Durante las vacaciones de Navidad empezaron a llegar noticias de una neumonía desconocida que había aparecido en una remota ciudad del centro de China. Los pocos datos que salieron del gigante asiático fueron suficientes para que la diputada Marta Martín (Ciudadanos) lo comentase con su marido Paco, intensivista en un hospital de Alicante, y con Jorge Soler, portavoz de su partido en la Comisión de Sanidad del Parlament de Cataluña, a quien le pidió que contactase con epidemiólogos de referencia.
“Me muevo entre sanitarios. Mis padres son médicos. Mi hermana, enfermera. He trabajado en un departamento de Salud Pública, he hecho comunicación sanitaria antes de entrar en política y me llamó mucho la atención por lo que había pasado con la gripe A. Las primeras imágenes eran muy impactantes”, recuerda Martín en una conversación telefónica con Vozpópuli.
La diputada naranja era a principios de año la portavoz accidental de Ciudadanos en temas de Sanidad y poco después cedió el testigo a su compañero Pablo Cambronero ya que no daba abasto con los temas de Educación y Exteriores que también le habían caído. En aquel momento, la actualidad informativa estaba volcada en el ‘Delcygate’ que había desvelado este periódico.
Martín, sin embargo, tuvo tiempo para registrar la primera pregunta por escrito al Gobierno de Pedro Sánchez sobre el coronavirus ante las alarmantes noticias que le llegaban de su entorno familiar. “Lo comenté con mi marido porque ellos hacen revisiones, tienen protocolos y estudian casos en otros países. Y me dijo que daban unas neumonías muy fuertes”, rememora.
Cuando fue al registro del Congreso de los Diputados para entregar su pregunta, el “virus de Wuhan” o “neumonía asiática” –como Martín lo denominaba- ya había salido de China y había provocado “cientos de infecciones y 17 fallecimientos” en países de sus entorno como Tailandia, Japón, Corea del Sur y Taiwan.
Pregunta de Marta Martín (Cs) el 22 de enero al Gobierno:
Eran unas cifras insignificantes si se comparan con ahora y el riesgo de que llegase a España era “bajo”, pero el hecho de que los síntomas de aquel coronavirus “se cursen como una neumonía, pudiendo dificultar con ello su pronta detección, y de que apenas existe información sobre la naturaleza del virus, hace necesario que se extremen todas las medidas de vigilancia y prevención frente a posibles indicios de brotes”, alertaba la diputada de Cs en su escrito.
En aquel momento, la comunidad sanitaria estaba pendiente de una nueva reunión del Comité de Emergencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para saber si se emitirían nuevas recomendaciones o, incluso, si se declaraba una emergencia sanitaria internacional, una decisión que se adoptó unos días después.
Aquel 22 de enero, Martín inquirió en segundo lugar al Gobierno sobre la información que disponía del “virus de Wuhan” y la coordinación que estaba teniendo con autoridades sanitarias de otros países o con organismos sanitarios internacionales.
La tercera pregunta era, sin embargo, la más comprometedora para el Gobierno pues la diputada naranja preguntó si el Ejecutivo había puesto en marcha “alguna medida de vigilancia y prevención ante posibles indicios de brotes de este nuevo coronavirus en nuestro país”.
Generalidades ya conocidas
La respuesta gubernamental llegó el 26 de febrero. Es decir, un mes y cuatro días después de su registro en la Cámara baja. Y se redactó con generalidades ya conocidas. Por ejemplo, que el 31 de enero se confirmó en La Gomera un caso de Covid-19 en un ciudadano alemán, “contacto estrecho” de otro caso confirmado en Alemania. O que el 9 de febrero se confirmó el segundo caso en un residente de Mallorca, fruto de un contagio con otro caso detectado en el Reino Unido.
“España está realizando actuaciones en la línea propuesta por la OMS desde el día 7 de diciembre de 2019. El Ministerio de Sanidad se encuentra en permanente contacto con los organismos internacionales: OMS y Centro de Control de Enfermedades Europeo y Comisión Europea (ECDC), para evaluar los riesgos de la situación y coordinar las medidas de respuesta”, dejaba claro el Ejecutivo.
También se recordaba que el Ministerio de Sanidad había establecido un Comité de Seguimiento de la situación que se reúne “diariamente” para valorar “la evolución del riesgo, las acciones que realizan las diferentes unidades del Departamento implicadas, las propuestas de actuaciones de coordinación con las Comunidades Autónomas y las actividades de comunicación técnica, institucional y a la población y medios”.
«Le dije, oye María Luisa Carcedo, esto pinta mal, ¿no? Y ella me dijo que tampoco había que asustarse porque la tasa de mortalidad es muy parecida a la de la gripe”
Sanidad convocó, además, el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud el 4 de febrero y creó un Comité de Coordinación Interministerial, un “grupo de trabajo que hará un seguimiento y evaluación de la situación y coordinará la respuesta transversal del Ejecutivo ante cualquier eventualidad”, se decía en la respuesta.
Otro organismo encargado de “revisar la situación y las medidas de salud pública” fue la Comisión de Salud Pública, mientras que el Centro Nacional de Microbiología y el Centro Nacional de Epidemiología, en coordinación con el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, ofrecían “apoyo” a los centros del Sistema Nacional de Salud.
«No es momento de reproches»
“Ahora, mirando para atrás y con todas las preguntas que se hizo, pues da mucha pena con esa respuesta tan vaga un mes después”, confiesa Martín, quien recuerda cómo hasta la exministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, le minimizó en enero el potencial de este coronavirus cuando se cruzó con ella en un pasillo del Congreso: “Le dije, oye María Luisa, esto pinta mal, ¿no? Y ella me dijo que tampoco había que asustarse porque la tasa de mortalidad era muy parecida a la de la gripe”.
En todo caso, la diputada naranja cree que ahora “no es momento de reproches para nada”, sino de sacar un aprendizaje: “Aunque seamos oposición, el Gobierno debe atender a las propuestas de todos y buscar a los mejores con independencia de la ideología. Ahora, lo importante es que salgamos de esto y bien”, concluye.
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[12] Iglesias opina que Marlaska no limpió «las cloacas»: «¿Por qué ha dimitido su número dos de Comunicación?»
- Pablo Iglesias responsabiliza a los dueños de los medios de comunicación de transmitir «mentiras»
- Afirma que la crisis en Cataluña no se resuelve con jueces y que no quiere «vivir en un país con presos políticos»
6/04/2019
RTVE / Agencias
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, ha advertido en un mitin este sábado de que «las cloacas eran una máquina de mentir» y que aún queda mucho por explicar y por limpiar. Afirma que el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, «dijo que no había cloacas, que lo habían limpiado todo» pero entonces, «¿por qué ha dimitido su número dos de Comunicación de La Moncloa (en referencia a Alberto Pozas) si todo estaba limpio?», se ha preguntado Iglesias en el acto de su partido en La Farga de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona).
Iglesias ha añadido que en estas elecciones se está hablando de las «cloacas» porque había «policías corruptos» para crear noticias falsas que servían «servían» para el PP, Ciudadanos y PSOE.
El candidato de Unidas Podemos a la Presidencia del Gobierno ha responsabilizado a los dueños de los medios de comunicación de las fake news «porque el poder no funciona sin un dispositivo que se llama mentira».
Asimismo sostiene que está levantando ampollas que su partido diga que «los propietarios de multinacionales, medios de comunicación y fondos buitre tienen más poder que los diputados».
Lo grave de las cloacas es su pata mediática porque es una máquina de mentir», ha subrayado. Añade que «cuando se fabrican noticias falsas se ponen en cuestión los principios de la democracia».
No queremos vivir con «presos políticos»
También ha explicado que en estas elecciones hay dos crisis que afrontar: la justicia social y la plurinacionalidad del Estado, tras lo que ha apuntado que el problema en Catalunya no se resuelve «por la fuerza ni con jueces, sino dialogando, dialogando y dialogando».
Al respecto ha dicho que no quiere «vivir en un país con presos políticos» y ha garantizado que «mienten, insultan y manipulan» quienes aseguran que el 1-O fue peor que el 23F.
«No queremos vivir en un país con presos políticos y no queremos que se conozca la democracia española porque haya presos políticos, nos parece un escándalo», ha sostenido Iglesias.
El líder de la formación morada ha participado en su primer acto preelectoral junto a la alcaldesa de Barcelona y coordinadora de Catalunya en Comú, Ada Colau, y el número uno de los comunes por Barcelona para el 28A, Jaume Asens.
En un discurso que ha seguido al de Ada Colau, Iglesias ha señalado la necesidad de «poner límites a los fondos buitres» y «limitar el precio del alquiler de la vivienda». «Gobernar es defender los derechos de la gente humilde», ha señalado.
Pablo Iglesias ha terminado su intervención refiriéndose a los resultados de las encuestas que les sitúa en peor lugar que las elecciones anteriores. «Ninguna encuesta va a decir lo que va a hacer la gente» y ha animado a los ciudadanos a que llenen las urnas con sus pequeñas verdades cotidianas.
La Policía buscó en OKDiario el móvil de la asesora de IglesiasAgentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional acudieron este viernes a la redacción de OKDiario con una orden judicial para requisar el pendrive en el que habría una copia del móvil de una colaboradora de Iglesias, Dina Bousselham, que le fue sustraído en 2016 y cuyo contenido apareció entre los archivos incautados al comisario Villarejo, han confirmado a Efe fuentes policiales. Pero los responsables del periódico les dijeron que no lo encontraban, según las fuentes, y finalmente entregaron una copia digital del contenido del dispositivo de memoria. Según ha adelantado eldiario.es y han confirmado a Europa Press en fuentes jurídicas, la entrada en OkDiario está motivada por un escrito presentado por Podemos, que ejerce la acusación popular en la causa que investiga al expolicía en el Juzgado Central de Instrucción numero 6 de la Audiencia Nacional, pidiendo que se procediera a requisar el material que pudiera conservar ese medio de comunicación. Tras acordar el juez la medida, los agentes se presentaron en la redacción del medio, solicitaron el material y trasladaron la prohibición de publicar más contenido procedente del teléfono móvil de Bousselham. |
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[13] EL GOBIERNO ALERTÓ A SU PERSONAL DEL RIESGO DEL VIRUS UNA SEMANA ANTES DE AVISAR A TODA LA POBLACIÓN
- Una circular difundió entre los ministerios pautas de distanciamiento, higiene y teletrabajo a principios de marzo.
- Fue justo después de los últimos días de febrero, momento álgido de los contagios.
- Las primeras medidas económicas llegaron el 12 de marzo; el confinamiento, el 15.
En los primeros días de marzo, allá por el día 3 y 4, ministerios y demás departamentos públicos empezaron a recibir una circular con pautas para que sus trabajadores evitaran contagios que todavía en ese momento el Gobierno no recomendaba al público en general.
Entre ese momento y, por ejemplo, el 8 de marzo cuando el Gobierno aún no creyó conveniente desaconsejar la asistencia a manifestaciones por el Día Internacional de la Mujer, eventos deportivos o el multitudinario mitin de Vox, los trabajadores del Gobierno sí empezaron a recibir instrucciones sobre lo que debían y no debían hacer para evitar contagiarse por Covid-19.
Según las instrucciones que preparó Sanidad para los centros de trabajo públicos a las que ha tenido acceso 20minutos, más de diez días antes de que se decretara el estado de alarma y se generalizara el teletrabajo en la empresa privada, el Gobierno ya pidió a sus empleados evitar los desplazamientos o las reuniones presenciales.
A modo de «medidas organizativas», la circular recomienda «evitar el contacto directo con personas que pueden sufrir una infección aguda, intentando mantener una separación de 1-2 metros entre estas personas». La primera vez que aparece esta distancia de separación en un documento para el conjunto de la población es en el decreto del estado de alarma que aprobó el Consejo de Ministros el 14 de marzo. Allí, se fijaba que las bodas, funerales u otras ceremonias religiosas, que entonces aún no se prohibieron totalmente, solo podrían celebrarse si los participantes se separaban a menos un metro unos de otros.
El 11 de marzo, el Gobierno todavía descartaba «cerrar Madrid», pero recomendó no viajar si no era estrictamente necesario. Una semana antes, la circular que rodó por sus ministerios ya recomendaba «evitar el desplazamiento a zonas de riesgo, salvo que sea ineludible». Esta indicación se volvía más perentoria en el caso de «trabajadores con patologías» tales como «cardiaca, pulmonar, inmunocomprometido, etc, así como de embarazadas y cualquier otra que pudiera agravar su estado».
«Se recomienda evitar saludos con contacto físico», prosiguen las recomendaciones a los trabajadores públicos en un documento de los primeros días de marzo, cuando los ciudadanos seguían haciendo vida normal.
De la misma manera, el Gobierno también adelantó en sus instrucciones a empleados otra manera de trabajar– teletrabajo y reunione telemáticas–, que aún tardaría en generalizarse entre la población todavía más de una semana.
«Siempre que sea posible,realizar las reuniones utilizando tecnologías audiovisuales para evitar desplazamiento innecearios», se lee en una circular que empezó a difundirse un par de días antes de que el 5 de marzo el Ministerio de Trabajo publicara su guía sobre cómo actuar en los centros de trabajo ante un caso de coronavirus. Allí ya se recomendaba que las empresas migraran al teletrabajo. La historia del último mes muestra que al día siguiente la Secretaría de Estado de Comunicación desacreditó estas instrucciones. Sobre el teletrabajo, solo se convirtieron en recomendación firme en el segundo decreto de medidas económicas que aprobó el Consejo de Ministros el 17 de marzo.
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El PP urge a Sánchez a explicar si alertó del riesgo a su personal una semana antes que a la población
El PP ha emplazado este lunes a Pedro Sánchez a explicar cuánto antes si el Gobierno alertó a su personal de los riesgos del coronavirus una semana antes de avisar a toda la población, ya que, a su entender, sería de «una gravedad extrema» que hubiera tomado «precauciones» dentro del Ejecutivo mientras decía al resto de españoles que hiciera vida normal. En los primeros días de marzo, ministerios y demás departamentos públicos empezaron a recibir una circular con pautas de distanciamiento … |
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[14] El juez rechaza el recurso de Fiscalía General del Estado contra la orden que obliga a proteger frente al Covid-19
El Juzgado de lo Social número 13 de Madrid reafirma la medida cautelar por la que debe proveer de equipos de protección al personal en servicios esenciales
Por Isabel Vega
8/4/2020
El Juzgado de lo Social número 13 de Madrid ha desestimado los recursos presentados por la Fiscalía General del Estado y el Ministerio de Justicia contra el auto por el que impuso a ambos como medida cautelar la obligación de proveer de equipos individuales de protección frente al coronavirus a su personal en servicios esenciales.
La resolución, firmada por la juez sustituta María Sánchez Rivero y contra la que no cabe recurso, ratifica así en sus términos aquella decisión adoptada el pasado 25 de marzo e instada por la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF), que reclamaba mascarillas, guantes y geles entre otras medidas de protección, para el colectivo apelando a la ley de prevención de riesgos laborales.
Fiscalía General del Estado recurrió la decisión alegando la «absoluta y patente falta de competencia objetiva» del Juzgado de lo Social para dictar medidas cautelares sobre un organismo que es de carácter constitucional y habida cuenta de que la repercusión de las mismas tendría carácter general. Consideraba que la competencia en todo caso sería de la Sala de lo Social de la Audiencia Nacional y pedía la nulidad del auto de modo que quedasen sin efecto las medidas acordadas -suministrar la protección en 24 horas-.
Cita además que, en todo caso, «si el tribunal se considerara territorialmente incompetente, podrá, no obstante, cuando las circunstancias del caso lo aconsejaren, ordenar en prevención aquellas medidas cautelares que resulten más urgentes«, por lo que además de ser su jurisdicción, tendría competencia para ejercerla.
La juez explica que no obstante, el conflicto competencial habrá de resolverse en el procedimiento sobre el fondo del asunto, en resolución aparte, y no en esta fase separada que se refiere exclusivamente a las medidas cautelares.
«Se obliga a las partes a estar y pasar por la presente resolución con todas las obligaciones y derechos inherentes a la misma. Esta resolución es firme y contra la misma no cabe recurso alguno«, concluye la instructora, tras formar pieza separada y enviar lo actuado al procedimiento principal para analizar la competencia territorial.
El auto del 25 de marzo, cuya vigencia se ratifica, estimaba parcialmente la solicitud de la APIF y ordena «que se provea de forma inmediata, en el término de 24 horas, en todas las sedes judiciales, a los Fiscales, incluyendo al concreto demandante y funcionarios de las Oficinas Fiscales que deban realizar funciones presenciales durante la vigencia de la pandemia del COVID-19 de mascarillas, guantes, gel desinfectante, y gafas, si fuera posible».
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Su nombre ha revolucionado las redes y las búsquedas en Google desde este jueves cuando se convirtió en ‘trending topic’ en Twitter
Por Bea Tellez Meneses
27/03/2020
El nombre de Miguel Lacambra se convirtió en ‘trending topic’ en Twitter este jueves. El «periodista especializado en economía y política» que «persigue datos y los interpreta», según su perfil, pasó de ser un completo desconocido al hombre más buscado del momento.
Sus análisis eran muy compartidos por tuiteros vinculados a la izquierda. Sin embargo, que se hicieran tan virales, hizo levantar las sospechas. Esto sumado a que su cuenta fue creada en Twitter el 14 de marzo. A pesar de su corta vida en la red social, y tener solo un artículo publicado, ya cuenta con más de 19.000 seguidores a pesar de que solo sigue a 267 usuarios.
¿Quién es Miguel Lacambra?
Los internautas pronto se dieron cuenta de que se trataba de una persona que no existía: «Una cuenta fake pro-Gobierno». Algunos de los tuits que se puden leer sobre esto son: «Cuántos Miguel Lacambra habrán salido de la factoría de Iván Redondo», «¿Cuántos Miguel Lacambra nos hemos comido en 20 años?» o «La izquierda buscando validación». Incluso alguno había encontrado que también tenía un perfil falso en LinkedIn: «Que os habéis inventado hasta el LinkedIn, colega. A llorar a la llorería».
Después de varios minutos de rastreo y búsqueda, la conclusión era que su nombre es falso, su foto está sacada de un banco de imágenes y la mayoría de sus seguidores son bots.
«Este perfil es un heterónimo, Miguel Lacambra no existe. Soy una persona normal que quiere conservar su privacidad»
Después del revuelo, la cuenta de Lacambra desapareció. A su vez, ‘La Marea’ publicaba un comunicado explicando que se trataba de «un pseudónimo». «Aclaración ante el revuelo suscitado en RRSS por la identidad del autor del artículo ‘¿Ha influido el 8-M en el incremento de los casos de Covid-19?'».
Unas horas después, el perfil de Lacambra volvía a reaparecer, defendiéndose de los ataques con este mensaje: “Estoy absolutamente abrumado por lo que está pasando. Este perfil es un heterónimo, Miguel Lacambra no existe, soy una persona normal que quiere conservar su privacidad como tantos otros en Twitter”.
Y prosigue: “Siempre he utilizado datos públicos y aportado una visión de optimismo con la idea de mantener el ánimo ante el esfuerzo que estamos realizando todos para parar esta pandemia. No hay nada más. Datos públicos, palabras y una persona normal que ahora mismo lo está pasando muy mal”.
Estoy absolumento abrumado por lo que está pasando. Este perfil es un heterónimo, Miguel Lacambra no existe, soy una persona normal que quiere conservar su privacidad como tantos otros en Twitter. Hace unas semanas empecé a representar los datos públicos del coronavirus (+)
— Miguel Lacambra (@mglacambra) March 26, 2020
Maestre defiende a Lacambra e insulta a sus detractores
Una respuesta no ha convencido a los usuarios de las redes sociales que además se preguntan como alguien que no existe ha podido llegar a firmar un artículo con su nombre.
Por su parte, Antonio Maestre, colaborador de ‘La Marea’, respondía en Twitter a los ataques insultando a los detractores con este mensaje que luego eliminó: «Sois gentuza. Hijos de puta de la peor condición. No todos pueden dar la cara como hacemos otros sin que les perjudique laboralmente. La campaña de acoso a un tipo anónimo que ha publicado un análisis sobre el 8M muestra el tipo de malnacidos que hay por aquí».
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«…Acato las órdenes del Ejecutivo al que pertenece, pero en modo alguno comparto ni puedo digerir, sin amargo sabor, que el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo con su disposición adicional tercera sumiera en una hibernación y letargo mortal a nuestro sistema judicial. La paralización ha sido una decisión torpe y precipitada consecuencia de la falta de previsión de las consecuencias de una pandemia que ya se conocía desde mediados de enero que llegaría a España….» |
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[16] Desestimados los recursos de la Abogacía del Estado y de la Fiscalía contra el auto de medidas cautelares de protección a fiscales
LA JUEZ SEÑALA QUE LOS PROCEDIMIENTOS EN MATERIA DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES, AUNQUE AFECTEN A FUNCIONARIOS PÚBLICOS, SON COMPETENCIA DE LA JURISDICCIÓN SOCIAL
El Juzgado de lo Social número 13 de Madrid ha desestimado los recursos de reposición de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado contra el auto que daba 24 horas al Ministerio de Justicia y a la Fiscalía General del Estado para dotar de medios de protección a fiscales y a funcionarios de la oficina fiscal.
Aquel auto fue dictado el pasado 25 de marzo por la magistrada-juez sustituta María Sánchez Rivero del Juzgado de lo Social número 13 de Madrid tras estimar “parcialmente” la medida cautelar solicitada por la Asociación Profesional e Independiente de Fiscales (APIF), y por su presidente, Juan Antonio Frago Amada, fiscal de la Fiscalía Provincial de La Coruña.
La abogada Verónica Suárez García, del bufete SF Compliance, de La Coruña, presentó el 25 de marzo, en representación de APIF y de Frago, esta demanda contra el Ministerio de Justicia y la Fiscalía General del Estado por presunta vulneración de derechos fundamentales en la que solicitaron esta medida cautelarísima inaudita.
La Abogacía del Estado presentó dos recursos contra la resolución de la magistrada. El primero el 27 de marzo en representación de la Fiscalía General del Estado, y otro el 30 de marzo en representación del Ministerio de Justicia.
Ambos fueron impugnados por APIF el 6 de abril.
La Fiscalía también recurrió el auto alegando “absoluta y patente falta de competencia objetiva de este Juzgado de lo Social para conocer del presente procedimiento”.
En un auto con fecha de ayer, que es firme, la magistrada señala que los procedimientos en materia de prevención de riesgos laborales, aunque afecten a funcionarios públicos, son competencia de la jurisdicción social.
Recuerda que el artículo 2 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, Reguladora de la Jurisdicción Social, al respecto del ámbito del orden jurisdiccional social, dispone que “los órganos jurisdiccionales del orden social, por aplicación de lo establecido en el artículo anterior, conocerán de las cuestiones litigiosas que se promuevan “para garantizar el cumplimiento de las obligaciones legales y convencionales en materia de prevención de riesgos laborales, tanto frente al empresario como frente a otros sujetos obligados legal o convencionalmente, así como para conocer de la impugnación de las actuaciones de las Administraciones públicas en dicha materia respecto de todos sus empleados (..:) “y siempre sin perjuicio de las competencias plenas de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en el ejercicio de sus funciones”, de acuerdo a lo establecido en el punto e de dicha Ley.
La juez explica que por tanto la alegación al respecto de la falta de jurisdicción formulada por la Abogacía del Estado no puede ser estimada.
Respecto de la falta de competencia alegada por el Abogado del Estado, invocando el artículo 725.1 de la Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil, la juez manifiesta que “sorprende que obvie lo prevenido en el párrafo siguiente, artículo 725.2 que resulta de aplicación y dispone en el punto 2 que “en los casos a que se refiere el apartado anterior, si el tribunal se considerara territorialmente incompetente, podrá, no obstante, cuando las circunstancias del caso lo aconsejaren, ordenar en prevención aquellas medidas cautelares que resulten más urgentes”.
Además, recuerda, como ya hizo en el auto recurrido, la publicación del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo, por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID- 19, y la incidencia que tiene en la prevención de aquellas conforme al mandato legal.
“Es de nuevo por imperativo legal, por lo que la alegada subsidiaria falta de competencia para conocer de las presentes medidas cautelares que invoca la Abogacía del Estado, no es tal, y por tanto debe decaer”, explica.
En tercer lugar, respecto del resto de alegaciones efectuadas por la Abogacía del Estado, competenciales de la denuncia presentada, litispendencia, falta de legitimación activa, falta de litisconsorcio pasivo necesario, infracción del Real Decreto 600/2002, la magistrada señala que “se realizan inexplicablemente en el presente recurso, cuando se refieren al proceso principal y no a esta pieza separada de medidas cautelares”.
Indica que la primera de las cuestiones, competencia del proceso principal, se tramitará en resolución aparte, y que el resto, “que son excepciones procesales habrán de hacerse valer en el curso del proceso correspondiente, y en el momento procesal oportuno”.
“Téngase en cuenta que nos hemos referido al artículo 725.2 Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil que obvia el asunto de la competencia territorial para acordar la medida cautelar”, apunta.
Respecto a la alegación séptima del escrito de recurso presentado por la Abogacía del Estado, recuerda y advierte que la mera lectura de la parte dispositiva del auto recurrido determina conforme a su tenor literal, que la estimación de las medidas cautelares es parcial, acordando la misma “si es posible”, en atención precisamente a la publicación del Real Decreto por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, como explicitó en auto recurrido y que reitera.
En consecuencia, dice que no concurren las infracciones normativas alegadas.
En relación con lo alegado en el escrito de impugnación de los recursos interpuestos, de que contra el auto del pasado 25 de marzo no cabe reposición, señala que al no haberse dado audiencia al demandado y tener facultad de oposición, se ha acudido a la normativa laboral y concretamente al artículo 186 de la Ley 36/2011, de 10 de octubre, Reguladora de la Jurisdicción Social a efectos de que por esta vía procesal pueda efectuar los oportunos motivos de oposición.
Añade que respecto a la inadecuación de procedimiento (conflicto colectivo) y litispendencia son excepciones procesales que deberán alegarse en su caso, en el acto de la vista, del tribunal que resulte competente.
HACEN UN DOBLE LLAMAMIENTO: A LOS CIUDADANOS PARA QUE DENUNCIEN LOS ABUSOS COMETIDOS, Y A LAS AUTORIDADES E INSTITUCIONES PÚBLICAS PARA PROTEGERLES
Han suscrito un manifiesto titulado ‘Coalición para alertar de forma segura durante el Covid-19 y más allá’, impulsado por la Fundación Internacional Baltasar Garzón (FIBGAR).
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El Gobierno impidió a las empresas fabricantes y distribuidoras de mascarillas vender sus productos a las comunidades autónomas, los hospitales y las farmacias. Ocurrió el pasado 2 de marzo, en una reunión organizada por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, según la documentación del Ministerio de Sanidad y de las empresas
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EN CLM NO SE HACE LA PRUEBA A LOS FALLECIDOS
Atención al baile de cifras en CLM y en España
España, según los últimos datos oficiales, ya tiene más de 110.000 contagiados por el nuevo coronavirus COVID-19, una pandemia que ha costado la vida al menos a 10.000 españoles.
3/04/2020
Sin embargo, la sombra de la duda planea sobre los recuentos institucionales, debido a la falta de test rápidos para detectar la enfermedad a todos los pacientes con síntomas (algunos estudios internacionales aseguran que podría haber 7 millones de infectados en el país) y porque cada región tiene una manera distinta de contabilizar el número de fallecidos. De hecho, muchos ayuntamientos ya han asegurado que sus cementerios están funcionando durante estos días a un ritmo muy superior al que recogen las estadísticas.
La mortalidad por todas las causas se ha disparado en España en un 40 por ciento entre el 17 y el 31 de marzo, en comparación con los valores previstos para estas fechas, según el último informe elaborado por el Sistema de Monitorización de la Mortalidad diaria (MoMo) y publicado por el Instituto de Salud Carlos III. En Castilla-La Mancha fueron 2.654 los fallecidos, 1.652 más de lo previsto, cuando la cifra oficial de defunciones confirmadas a final de mes por coronavirus era de 774.
En concreto, en el periodo analizado se han muerto en España 23.714 personas, lo que supone 6.754 más de lo previsto y que podría explicarse por las muertes que está provocando el nuevo coronavirus en España, las cuales han ascendido este jueves a las 10.003 personas, si bien en el documento no se alude a ninguna causa en concreto.
Los gobiernos autonómicos enfrentan el recuento de fallecidos por coronavirus con diferentes parámetros. La controversia latente de que la cifra real es más alta que la oficial, como ha admitido Cataluña, ha llevado a comunidades como Galicia a decidirse por modificar la forma de cálculo.
Entre los más precisos está el Gobierno vasco que contabiliza como fallecidos por coronavirus a todas las personas que se les ha hecho la prueba y después muere, aunque tengan otras patologías. En concreto, en Euskadi se han efectuado más de 8.300 test por millón de habitante, una cifra equiparable a países como Italia y Corea del Sur, señalan fuentes del Ejecutivo autonómico.
La polémica sobre el número «real» de muertos saltó ayer cuando el presidente del PP de Extremadura, José Antonio Monago, aseguró que había «una orden» para ocultar la auténtica cifra de óbitos. Extremo que fue absolutamente descartado por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que ha tildado las declaraciones del líder autonómico del PP de «gravedad» manifiesta.
No obstante el baile de cifras es patente y, para evitar el decalaje, la Xunta de Galicia ha decidido cambiar la forma de recuento. Hasta el momento, la consejería de Sanidad se encargaba del cómputo global pero, a partir de ahora, contabilizará sólo los fallecidos por coronavirus en hospitales mientras que la consejería de Política Social se hará cargo de datar los que mueran en residencias de ancianos.
Sin embargo este método de cálculo ha planteado ya alguna reserva dado que el dato de residentes en geriátricos que sean trasladados a hospitales y fallezcan en el centro hospitalario podría quedar «parcialmente oculto», han comentado a Efe fuentes de la administración autonómica. Precisamente en Galicia se constata un avance de la expansión del coronavirus en geriátricos y en centros de discapacitados.
Respecto al desfase de datos, el Gobierno de Aragón cuenta los fallecidos la jornada anterior, no los producidos efectivamente ese día, y por eso se acumulan más en martes (cuando se suman al lunes los del fin de semana). Este jueves, el director general de Salud Pública del Gobierno de Aragón, Francisco Javier Falo, ha informado de que la prueba en los hospitales se hace a todas las personas que tienen una afección respiratoria, de acuerdo a lo que marca el protocolo. Mientras que en las residencias, ha explicado, sólo se hace en determinados casos y se contabiliza como fallecimiento por COVID-19 cuando el médico en su certificado de defunción estima que esa puede ser la causa.
A diferencia de Castilla-La Mancha, en Canarias sí se hace la prueba tanto a personas vivas con sospecha de coronavirus como a fallecidos y los datos se trasladan a diario a las 20:00 horas al Ministerio de Sanidad. Y son los mismos datos, aseguran fuentes de este Gobierno, que al día siguiente Sanidad traslada a la prensa, con el detalle de hospitalizaciones y Unidades de Cuidados Intensivos (UCI).
En la misma línea, la Comunidad Valenciana, que pasa diariamente a las 20:00 horas los datos al Ministerio, ha asegurado que la cifra que se da de fallecidos es porque se les ha hecho la prueba y dieron positivo.
En Murcia, el Servicio de Epidemiología recoge cada día los fallecidos por COVID-19, datos que se trasladan a Sanidad. Actualmente, en la Región de Murcia sólo se hacen las pruebas de coronavirus a las personas fallecidas que manifestaban síntomas de la enfermedad.
El Gobierno de Navarra contabiliza como fallecidos por COVID-19 a los que han muerto en hospitales con ese diagnóstico y en residencias, donde su certificado de defunción apunte esta circunstancia. En cuanto a los test, en Navarra cuando se trata de un «caso posible» no se le practica la prueba post morten y en el certificado de defunción se limitan a informar de que se trata de un caso no confirmado por supuesta infección de coronavirus, que finalmente no computa en el recuento final.
En Ceuta, con un solo fallecido, la notificación se produjo al momento con un comunicado conjunto de la consejería de Sanidad de Ceuta y el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), organismo que gestiona la sanidad de Ceuta.
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A la OMS le preocupa su escasez, y que su uso generalizado deje sin protección a enfermos y sanitarios, pero el hecho de que los asintomáticos contagien reivindica a las mascarillas como una medida más de control de la epidemia
Por Esther Samper
6/04/2020
Hasta hace tan solo una semana, instituciones sanitarias como el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Sanidad y los gobiernos de la mayoría de los países occidentales desaconsejaban la utilización de mascarillas (especialmente las caseras) en la población general sana para frenar la pandemia de COVID-19.
Sin embargo, esta postura está cambiando drásticamente. El CDC ya recomienda las mascarillas caseras para la población general e incluso ha elaborado un tutorial donde se detalla su utilidad y cómo fabricarlas, usarlas y desinfectarlas. El Ministerio de Sanidad ha sugerido que podría recomendar próximamente el uso de mascarillas a los ciudadanos (como ya lo han hecho otros países como Estados Unidos, República Checa y Austria), mientras el Ministerio de Industria ha compartido una guía para orientar sobre los mejores materiales y fabricación de mascarillas higiénicas. Por otra parte, la OMS está debatiendo en estos momentos si mantener o no su actual directriz sobre estos elementos de protección.
Argumentos en contra
Básicamente, las principales razones que llevaron a las instituciones sanitarias a no recomendar estos elementos de protección fueron, por un lado, la incertidumbre científica, causada por los escasos estudios que existen sobre el papel beneficioso o perjudicial de las mascarillas en la población general para frenar los contagios durante epidemias. Por otro, el temor de las autoridades a que el respaldo a favor de las mascarillas entre sus ciudadanos agravase aún más la situación de desabastecimiento.
En su rueda de prensa de este lunes el director general de la OMS, Tedros Adhanom, se ha referido específicamente al tema, indicando que les preocupa que «el uso masivo de mascarillas médicas por parte de la población en general pueda agudizar la escasez» de este material para los sanitarios.
Hay un consenso unánime en que son los profesionales sanitarios, los enfermos (por COVID-19 o enfermedades de riesgo) y las personas en contacto estrecho con los infectados por coronavirus los que deberían contar siempre con mascarillas médicas (ya sean quirúrgicas o FFP2-3) para limitar los contagios.
Adanhom ha defendido que la organización mantiene esta recomendación, pero no se cierran a ampliar esos usos. No obstante, ha reiterado que las mascarillas solo serían una parte de un paquete de medidas: «No hay una bala de plata. Las mascarillas por sí solas no pueden detener la pandemia».
Los contagios asintomáticos
A comienzos de febrero, la OMS explicaba que la infección sin síntomas por el virus SARS-CoV-2 podría ser rara y que la transmisión desde una persona asintomática era muy poco frecuente con los coronavirus, como se había visto con el MERS. En aquel entonces esta organización explicaba que el contagio por casos asintomáticos parecía no tener peso en la epidemia. Sin embargo, ahora sabemos que los infectados asintomáticos (ya sea porque no tienen síntomas en ninguna fase de la infección o porque están en la fase de incubación) están contribuyendo a la expansión de la pandemia.
Estas personas infectadas sin síntomas pueden hacer vida normal (con la cuarentena masiva ya no) y transmitir el virus sin ser conscientes de ello. Aún se desconoce el peso que esta forma de contagio está teniendo en la epidemia, pero sí hay diversos estudios que nos van aclarando detalles. Datos procedentes de Singapur sugieren que el 6% de los casos confirmados de COVID-19 se infectó a través de personas asintomáticas. En China, el 78% de las personas estaban asintomáticas en el momento de su detección. En Islandia, donde se ha realizado una extensa realización de pruebas de laboratorio, se ha detectado que el 50% de las personas habían pasado la infección no recordaba haber tenido síntomas. Ahora sabemos que un gran porcentaje de las personas que se han infectado por coronavirus no muestra síntomas y alguna de ellas pueden transmitirlo a los demás sin la menor sospecha.
El coronavirus tiene la capacidad para replicarse considerablemente en las vías respiratorias altas antes de que las personas muestren síntomas o cuando estos son aún muy leves. Un estudio publicado hace unos días en Nature ha observado que la carga viral de las mucosas respiratorias de estas personas es muy elevada en estas etapas, lo que favorece muchísimo el contagio cuando se liberan secreciones respiratorias en gotitas al hablar, estornudar, toser, etc.
Los datos que nos aportan estos estudios científicos en conjunto es que hay multitud de personas con coronavirus asintomáticos o que son potencialmente contagiosas antes de que los síntomas se muestren o sean evidentes y que están contribuyendo a la expansión de la pandemia. Si estas personas no usan mascarillas en su vida normal, pueden difundir gotitas respiratorias con coronavirus a las personas de alrededor, a superficie y a objetos. Estas gotitas no solo se dispersan al estornudar o al toser, actividades tan simples como hablar o respirar también pueden liberarlas. Estos virus pueden sobrevivir de horas a días según las condiciones de temperatura y humedad y el tipo de material, tiempo durante el cual otros individuos pueden contagiarse al tocar las superficies contaminadas con las manos.
Cuidar a los demás
La utilidad principal de las mascarillas caseras en la población general es, precisamente, limitar la difusión de gotitas con virus por parte de las personas infectadas asintomáticas. En otras palabras, el uso de una mascarilla casera no es tanto para protegerse a uno mismo (ya que no protege los ojos, y es una barrera limitada frente a gotitas más pequeñas como aerosoles), sino para proteger a los demás. Aunque las mascarillas caseras son, en general, menos efectivas que las quirúrgicas en bloquear estas gotitas, sí que pueden retener gran parte de estas, sobre todo si se fabrican correctamente y con los materiales adecuados. La solución ideal, si no hubiera desabastecimiento, sería mascarillas quirúrgicas para todos, pero dado que esto no es posible con las actuales circunstancias, las mascarillas caseras son la mejor opción para que las personas que necesitan mascarillas médicas en entornos con mucho riesgo de contagio no se queden sin ellas.
En conclusión, las autoridades occidentales están progresivamente recomendando las mascarillas caseras a la población general porque, ante tantas personas asintomáticas con coronavirus, lo más prudente es asumir que todos estamos «infectados». Usar mascarilla casera, manteniendo medidas como la higiene de manos, la etiqueta respiratoria, la cuarentena en casa o la distancia de seguridad, es una medida adicional para evitar que gotitas con virus se dispersen por lugares públicos y así proteger a los demás. Conforme la cuarentena se vaya levantando escalonadamente y la población vaya haciendo poco a poco vida normal, las mascarillas podrían ser una ayuda extra para limitar los contagios en lugares públicos como el metro, el bus o el trabajo.
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«La verdadera sabiduría consiste en conocer el alcance de nuestra ignorancia»
Confucio
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Estados Unidos pone a Sánchez como ejemplo de lo que no hay que hacerEl fiasco de la compra de test a China genera desconfianza en la Casa Blanca(….) En el punto álgido de la crisis, cuando más se necesitaban los tests de diagnóstico, Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias admitió la mala calidad de un buen número de lotes de test comprados a China, algo de lo que antes habían advertido algunos laboratorios de microbiología. De 640.000 pruebas, el Gobierno tuvo que devolver 8.000 y no distribuyó otras 50.000 adquiridas al mismo fabricante. La escasez de pruebas ha sido un gran lastre para los gobiernos en esta pandemia del coronvirus. Una detección temprana y el aislamiento de los infectados previene el contagio. Desde el inicio de la crisis, el Centro de Control de Enfermedades de EE.UU. trató de desarrollar su propio diagnóstico rápido, pero también ha adquirido muchos tests en el mercado privado, y en China. La prioridad de la Casa Blanca ha sido que no le sucediera lo que a España. Después, la embajada china en España aclaró que el proveedor de los tests, el laboratorio Shenzhen Bioeasy Biotechnology «no ha conseguido todavía la licencia oficial de la Administración Nacional de Productos Médicos». Este miércoles el consejero del director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Bruce Aylward, tras una visita a España, afirmó estar «impresionado de la manera en que el gobierno y las autoridades sanitarias se han enfrentado con esta crisis, adaptando y transformando las facilidades sanitarias en un tiempo récord, de manera muy innovadora». Horas antes, Trump amenazó con cortar la financiación de EE.UU. a la OMS por sus «graves errores» al inicio de la pandemia y ser demasiado «chinocéntrica». |
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