ES EL GOOGLE O FACEBOOK DE LA "CONCIENCIA SOCIAL": UNA ASPIRADORA DE DATOS
Tabla de contenidos
- 1
- 2 [0] Seis euros por número de móvil, 1,5 por e-mail: el lucrativo negocio de Change.org
- 2.1 Participación "de muy bajo nivel"
- 2.2 Un factor entre muchos
- 2.3 A la caza de beneficios
- 2.4 Activismo de sofá
- 2.5 Polo se sumó al equipo de Pedro Sánchez en 2017 para llevar el área de Emprendimiento, Ciencia e Innovación
- 2.6 Francisco Polo, que trabajó para el PSOE en periodos electorales, promueve la campaña en su web
- 2.7 Colaborador de dirigentes del PSOE y asalariado durante un tiempo de la Secretaría de Organización, ahora trabaja para vulnerar la jornada de reflexión.
- 2.8 (8) Email, íntegro, de Albert Medrán, director de comunicación de Change.org en España:
[0] Seis euros por número de móvil, 1,5 por e-mail: el lucrativo negocio de Change.org
Es un negocio “del orden de decenas de millones de dólares”. La página de peticiones online más popular es pura minería de datos.
Por Mario SaavedraNo es una entidad sin ánimo de lucro ni sólo una red de activismo social. Change.org, la página líder de peticiones en Internet, es una auténtica aspiradora de datos personales que vende a precio de oro. Es el Google o el Facebook del mundo de la conciencia. Sus clientes: las organizaciones benéficas que mueven centenares de miles de millones de euros cada año.“Tú llegas y les dices que tienes por ejemplo 50.000 euros para una campaña. Ellos la difunden, y luego te pasan los datos de los firmantes. A cambio te cobran 1.5 euros por correo electrónico y 6 euros por teléfono. Los precios varían dependiendo del contrato firmado con ellos”, explica a Vozpópuli un alto ejecutivo de una organización global de ayuda al desarrollo que pide mantener el anonimato por la confidencialidad del puesto.
Otras dos fuentes del sector de las ONGs confirman que ese es el funcionamiento de las llamadas peticiones patrocinadas y que ése es el orden de magnitud de los precios. ¿Por qué tan altos? Porque la base de datos que te pasan es buena, pre-definida por los intereses de los usuarios y de gente activista que es más proclive a donar ocasionalmente o incluso subscribirse permanentemente. Si firmas una petición para frenar el cambio climático, eres un potencial donante de Greenpeace; si has querido poner tu nombre en la lucha contra el bombardeo de Israel sobre la franja de Gaza, posiblemente te apetezca aportar a la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos UNRWA.
Tiene delegaciones en 18 países y alrededor de 300 empleados
Un ejemplo práctico: Tras firmar la petición actual para que “los supermercados donen la comida que les sobra a entidades sociales y ONGs”, una de las más populares en España en estos momentos, aparece una petición del Comité español de ACNUR titulada “Urgente: mujeres y niños refugiados necesitan tu ayuda”. En ella aparece pre-seleccionada la opción “Mantenme informado sobre esta campaña y otras de ACNUR Comité Español”. Y esa es una de las claves: si no se quiere que los datos sean vendidos a la asociación en cuestión, hay que hacer lo que en el mundillo se conoce como un “opt-out”, pedir explícitamente que no se aplique lo que “por defecto” la empresa ha preseleccionado.
La compañía, fundada por Ben Rattray, tiene su sede central en San Francisco, California. Pero es una multinacional: tiene delegaciones en 18 países y alrededor de 300 empleados. Su cuartel general en Madrid es una enorme oficina en plena Gran Vía madrileña en la que trabajan ocho personas. Un entorno luminoso, aséptico, dominado por enormes fotografías de lo que denominan “victorias”, peticiones de especial impacto que han conseguido cambiar cosas: que el Consejo General del Poder Judicial haya emitido un informe a favor de que las personas ciegas puedan ser jueces tras la petición de Gabi, un invidente; que Galicia haya aprobado una ley contra el maltrato animal; que País Vasco haya ordenado la presencia de desfibriladores en los centros deportivos tras la muerte del hermano de Enetz; o que Valencia permita el uso compasivo de un medicamento en pruebas para tratar la enfermedad neurodegenerativa de Miguel.
Change.org es una empresa estadounidense privada, y como tal no ha de hacer públicos sus beneficios. “Puedes decir que los ingresos se estiman en el orden de decenas de millones de dólares”, asegura desde Londres el director de comunicación John Coventry. Explica en videoconferencia con Vozpópuli que no hay nada oculto en su modelo de negocio, y que están muy orgullosos de haber creado una compañía sostenible que permita “conectar a las personas con las causas”. “No vamos a pedir disculpas por nuestro éxito. Tenemos 100 millones de usuarios a nivel global y ocho millones en España, y no vamos a parar hasta ser la mayor empresa social del mundo”.
El número de teléfono se puede vender a seis euros
Ninguna de las fuentes ejecutivas del mundo de la solidaridad y el desarrollo consultadas critica el hecho de que haya un lucro detrás de la empresa. Sí consideran debatible dos aspectos: el primero, el hecho de que su posición dominante produzca que los precios de los llamados leads, los datos de los usuarios que ellos compran y Change vende, sean muy elevados, lo que achacan a una situación de dominación del mercado. El otro es la confusión sobre la imagen de la compañía. Algunos de los usuarios consultados por este redactor creían que la página era más bien del estilo de Wikipedia, enmarcada en las organizaciones activistas que viven en base a donativos, y desconocían que en esencia es una empresa, tal vez con impacto social, que vende sus datos del mismo modo que lo hacen Google o Facebook.
Lo que no hay es publicidad encubierta. Las peticiones de pago incluyen explícitamente un “patrocinada” en la parte superior izquierda. En unas se pide que explícitamente se introduzca el número de teléfono para recibir más información, por lo que no hay ocultación alguna al usuario. En otras, sin embargo, se vende el dato al apretar el botón de “firmar” salvo que se quite la marca de la casilla “mantenme informado de esta petición”.
Data mining
La recolección de datos para fines comerciales, conocida como “minería de datos” o data mining es un negocio con un crecimiento exponencial en los últimos años. Sólo en Estados Unidos, el márketing digital, del que la minería de datos es parte, supuso en 2012 algo más de 62.000 millones de dólares (56.000 millones de euros), según un estudio de la Asociación de Márketing Directo del país. Por comparación, el márketing “no online” supuso ese año 93.000 millones de dólares (84.000 millones de euros).
El estudio ha incluido el valor del mercado de datos en base a los ingresos generados por los anuncios online, los e-mails enviados directamente en función del perfil creado con la minería de datos, y lo que los “brokers”, como Change.org, entregan al vender sus bases de datos a otras compañías. Empresas como Google escanean el contenido de los correos electrónicos para buscar palabras clave a través de las cuales colocar anuncios más eficaces (si se menciona que se va a ir a la playa en Alicante, pueden aparecer anuncios de hoteles en esa ciudad; si se busca por cámaras de fotos aparecerán anuncios relacionados). Uno de los factores más importantes, por ejemplo, es el código postal (un dato también solicitado por Change.org) porque da buena cuenta del potencial poder adquisitivo del usuario.
La clave está en la segmentación
Change.org asegura que hay “más de 100.000 organizaciones promoviendo sus causas y conectando con nuevos seguidores”. Entre las más destacadas están Unicef, Amnistía Internacional, Save the Children, Cruz Roja, Oxfam o WWF.
El llamado Tercer Sector, al que va dirigido Change.org, representa en España el 1% del PIB, alrededor de 10.000 millones de euros, según un estudio de PwC. En Estados Unidos ronda los 600.000 millones de dólares, de los cuales el fundraising, la recaudación de dinero entre simpatizantes, es de 316.000 millones, según Giving USA. De ellos 228.000 millones provienen de donantes particulares. Ese es el negocio al que las ONGs y organizaciones de desarrollo tratan de acceder a través de Change.org.
Por cada clic, por cada petición firmada, Change.org mejora el perfil de cada usuario, lo acerca más a su visión política de la vida y su posible activismo. “Encuentra simpatizantes adecuados. Encuentra a la gente más implicada en tu causa. Segmenta por geografía. Nos aseguramos que no haya duplicados con tu base de datos de email actual”, aseguran en la página para anunciantes de su sitio web. “Los simpatizantes de Change.org son 2 veces más propensos a abrir un email y 5 veces más propensos a realizar una acción”. Para ello ofrecen: “conectar con tus nuevos simpatizantes a través de email o teléfono, creando campañas multicanal de fundraising y advocacy. Y recibir nuevos simpatizantes entregados diariamente a CRMs compatibles para conectar rápidamente”.
La lista de la información que se puede recopilar del usuario está especificada en la cláusula de privacidad, e incluye o puede incluir: nombre, dirección postal, número de teléfono, dirección de correo electrónico, el número de identificación único del dispositivo móvil, la identificación de la cuenta de redes sociales, las peticiones iniciadas o firmadas, información inferida sobre los temas que interesan al usuario en función de sus actividades en la plataforma (por ejemplo, derechos de los animales o cambio climático), información de terceros proveedores de datos…
¿Y qué hacen con esta información? “Únicamente podemos compartir [vender] su información con nuestros anunciantes, incluidas su dirección de correo electrónico, dirección postal y la petición que firmó si usted así lo decide y autoriza específicamente. También podemos compartir su número de teléfono, pero únicamente si usted da su consentimiento por separado. El anunciante podrá entonces utilizar esta información para comunicarse con usted y enviarle materiales promocionales que puedan ser de interés para usted”.
Nada de lo que hace Change.org es ilegal. Su publicidad es explícita, no encubierta. Sus causas son en, muchos casos, nobles. Pero, a pesar de lo que pueda parecer, no es una red de activistas, sino un lucrativo negocio de extracción de datos.
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SUMARIO:
(0) Seis euros por número de móvil, 1,5 por e-mail: el lucrativo negocio de Change.org
(1) Change.org: así funciona el gran negocio del activismo 'online'
(2) Francisco Polo, exjefe de Change.org, nuevo secretario de Estado de Agenda Digital
(3) Un antiguo asesor de Valenciano y Pajín instiga las protestas callejeras
(4) Francisco Polo, el hombre digital de Sánchez, pasó años con un agujero de seguridad en Change.org
(5) Análisis e infografía de #NoLesVotes y el movimiento #DemocraciaRealYa
(6) Selección de Comentarios en Analizando #nolesvotes y #DemocraciaRealYA
(7) Un colaborador de Pajín, tras la web que recoge firmas para los ‘indignados’
(8) Email, íntegro, de Albert Medrán, director de comunicación de Change.org en España.
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(1) Change.org: así funciona el gran negocio del activismo 'online'
Por Sergio Ferrer
Change nació en 2007 como una “red social sin ánimo de lucro” centrada en el activismo. Hoy es una empresa con más de 200 millones de usuarios (14 de ellos en España), oficinas en 18 países y más de 150 empleados, según datos extraídos de su web. Por el camino ha recibido críticas por su modelo de negocio y su manera de gestionar la participación ciudadana.
La investigadora de la Universidad de Valladolid Dafne Calvo es una de las pocas en España que ha estudiado el funcionamiento de la empresa desde un punto de vista académico. Hasta 2016, “Change se financiaba mediante el coste por adquisición”, explica a Xataka por teléfono. Esto quiere decir que ONG como Aministía Internacional pagaban un porcentaje a la plataforma por cada suscriptor que obtenían a través de las campañas patrocinadas.
En un artículo publicado en Voz Populi en 2015, se desvelaba más sobre cómo Change hacía caja con los datos de sus usuarios. "Cobran [a las ONG] por cada correo electrónico y teléfono [compartido]", aseguraba el texto. En el mismo, un portavoz de la compañía decía que los ingresos eran de "decenas de millones de dólares", aunque la plataforma aseguraba que todos se reinvertían en su "misión".
La forma de participación que propone Change es “de muy bajo nivel”, pues busca “una viralización de sus peticiones”
Este sistema cambió en 2016. "Hasta ahora, cuando firmabas una petición podías ver un anuncio de alguna ONG. [...] A partir de ahora ya no verás este tipo de anuncios. Lo que verás son tres opciones para poder elegir cómo ayudar a que las peticiones lleguen más lejos y puedan conseguir victorias", explicaba la compañía en su blog.
Desde entonces, los usuarios pueden unirse a un programa de socios mediante el pago de entre 5 y 20 euros al mes. Se convierten así en changers con "acceso a ventajas exclusivas". La plataforma advierte que, al no ser una ONG, la cuota no es fiscalmente deducible.
La segunda vía de ingresos consiste en peticiones patrocinadas por los propios usuarios. Tras firmar una campaña es posible aportar dos o más euros para contribuir a su difusión y que más gente la apoye. A Calvo le preocupa "el poder que adquieren quienes más pagan por ello", al dejar a los internautas con menos recursos "en desventaja", algo "cuestionable cuando hablamos de participación política".
El director de Change en España, José Antonio Ritoré, discrepa con Calvo. "El nivel socioeconómico es irrelevante, lo que importa es la historia que hay detrás y el cambio que quiere conseguir", explica por mail. Cuando esto se cumple, llega "el apoyo masivo y la repercusión en los medios".
La última opción, todavía no disponible en nuestro país, es el crowdfunding con fines sociales. En España ya existen ejemplos como Goteo. Ritoré lo considera una herramienta "muy útil", que ayudaría a sostener los costes asociados a la tecnología y la plataforma con "un 5% de lo recaudado".
Participación "de muy bajo nivel"
En España existen dos formas de participación: el derecho de petición y la iniciativa legislativa popular (ILP). Es este último sistema el más “efectivo” según Calvo, ya que exige que la firma esté acreditada —mediante DNIe, por ejemplo— y puede llegar a debatirse en el Congreso si alcanza las 500.000 firmas, como sucedió en 2013 con la dación en pago de las hipotecas, que recogió casi 1,5 millones de firmas.
Ritoré considera que Change es "el origen del movimiento" para casos como el de Mou
Calvo considera que el impacto de las campañas de Change es muy limitado. “No se intenta canalizar por ninguna [de las dos formas de participación]”, comenta. "No es posible" que una de sus peticiones llegue por sí misma al Congreso, aunque en su condición de “termómetro social” de lo que piensa la ciudadanía pueda llegar a ser mencionada. De hecho, en alguna ocasión se han entregado firmas recogidas de este modo.
Por eso, la investigadora asegura que la forma de participación que propone Change es “de muy bajo nivel”, pues lo que busca es “una viralización de sus peticiones”. Cuantas más personas compartan sus datos, mayor será el beneficio de la plataforma.
Ritoré, defiende el papel de Change como "plataforma de presión ciudadana" y asegura que es "mucho más efectiva" que una ILP, ya que algunas peticiones "solo requieren unos cientos de firmas para ganarse". Pone como ejemplo la reciente campaña destinada a cambiar la palabra "disminuido" de la Constitución, que ha ayudado a que el Gobierno se muestre abierto a la modificación con apenas 4.000 firmas.
Un factor entre muchos
“¡No me echen de España! Es urgente”. Así iniciaba su petición el maliense Moumine Kone, aficando en Cáceres desde hace una década, que recogió más 175.000 firmas de apoyo para evitar su expulsión de España.
La expulsión nunca tuvo lugar y Change muestra el caso como un ejemplo de “victoria” en su página principal. Sin embargo, la recogida de firmas no fue determinante: “En la resolución positiva ha tenido mucho que ver la inscripción en septiembre junto con su novia como pareja de hecho”, explicaba El Diario.
Ritoré considera que Change es "el origen del movimiento" para casos como el de Mou. "Su expulsión se evitó porque se inscribió como pareja de hecho, esa fue la solución más viable que le pusieron sobre la mesa cuando su petición empezó a tener repercusión. La petición desencadenó todo", explica.
“Estas plataformas tienen un alcance limitado a la hora de lograr objetivos políticos y no hay que ser tecnodeterministas y pensar que la tecnología va a provocar el cambio social”, advierte Calvo. En su opinión, que muchas personas firmen una petición supone “el 1%”, al que hay que añadir otros factores a tener en cuenta para “no idealizar la herramienta”.
“Si algo se debate en el Congreso será por unas circunstancias mayores que Change, no hay una causalidad. Una petición por el 8 de marzo no llena las plazas, las llenan unas circunstancias políticas y un contexto social”, añade.
A la caza de beneficios
“Por muy adalides de la participación que parezcan, al final es una empresa privada de EEUU que va a depender de los beneficios que obtenga”, dice Calvo, que considera este el principal problema de la plataforma. “¿Qué tipo de entidad queremos que canalice la participación ciudadana en España?”, se pregunta.
“Si se debate en el Congreso será por unas circunstancias mayores que Change, no hay una causalidad"
No es la única. Desde sus inicios, Change recibió críticas en este sentido empezando por el .org de su dominio. La empresa tiene el certificado B-corporation, otorgado por otra organización privada a aquellas compañías que llevan a cabo una labor social. Como explica La Marea, este se obtiene pagando y no tiene "base legal alguna".
Países como Alemania y Escocia cuentan con plataformas de peticiones electrónicas estatales. Calvo cree que es un modelo a imitar: “Estaría bien que el Estado se responsabilizara de que la ciudadanía tuviera capacidad de participar”. Como contrapartida, cuando la administración pública se convierte en gestora de la participación, puede hacer desaparecer otras plataformas, tal y como sucedió con tuderechoasaber y la ley de transparencia.
En cualquier caso, Change no tiene demasiada competencia en España desde que en 2011 comprara Actuable, la principal plataforma en el mundo hispano. Esta fue fundada por Francisco Polo, hoy exdirector de Change y actual secretario de Estado para la Sociedad de la Información y la Agenda Digital. Calvo asegura que las alternativas a Change tienen un poder de convocatoria “mínimo” en comparación. Algunas, como Oiga.me, han desaparecido.
Activismo de sofá
En 2015, Calvo analizó 224 peticiones de Change y vio que 93 (41,5%) incumplían los criterios que deberían seguir este tipo de solicitudes, como no ser similares a otras, ofensivas, mostrar interés personal o sin jurisdicción pública. En el caso de España, no se aceptan peticiones sobre procesos judiciales en activo (sub judice).
“Son formas de satisfacción muy pequeñas unidas a un esfuerzo político también muy pequeño”
Calvo explica que la falta de filtros, debida al interés de Change por tener un mayor número de usuarios, hace que puedan llegar a discutirse todo tipo de asuntos. Pena de muerte, derecho al aborto, racismo… La investigadora considera que algunas cuestiones no se deberían debatir, o hacerlo de una forma “más responsable” que mediante una plataforma “sin muchos requerimientos legales”.
En este sentido, Ritoré explica que la plataforma es un "espejo" de la sociedad española y que un equipo se encarga de vigilar que se cumplen las normas y no se sobrepasan líneas rojas.
La autenticidad de las firmas también ha sido objeto de críticas. Mientras que Change asegura que cuenta con formas de gestionar los bots, Calvo no considera demasiado relevante que se firme varias veces: "En una petición de cientos de miles de firmas no es lo más preocupante".
El éxito de Change reside en el llamado activismo de sofá y el postureo en redes sociales. “Son formas de satisfacción muy pequeñas unidas a un esfuerzo político también muy pequeño”, dice Calvo. Manifestarse en Facebook en favor de los derechos humanos es fácil, pero una manifestación presencial es una acción política que requiere más esfuerzo. También provoca más respuestas.
A pesar de todo esto, las campañas de Change alcanzan gran relevancia en los medios. “Es el famoso estallan las redes. En muchos casos no buscamos qué está siendo relevante para generar contenidos sino qué se está viralizando”. Sirva de algo o no, cualquier petición puede conseguir titulares.
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(2) Francisco Polo, exjefe de Change.org, nuevo secretario de Estado de Agenda Digital
Polo se sumó al equipo de Pedro Sánchez en 2017 para llevar el área de Emprendimiento, Ciencia e Innovación
El Confidencial
Francisco Polo, exdirector de la plataforma online Change.org, nombrado como nuevo secretario de Estado de Agenda Digital y estará a las órdenes de la ministra de Economía Nadia Calviño. Polo, llega a esta secretaría después de que en 2017 se sumase a la Ejecutiva de Pedro Sánchez para llevar el área de Ciencia, Emprendimiento e Innovación.
Nacido en 1981 en Valencia, Polo empezó su relación con el PSOE en 2009, momento en el que entró a trabajar en el partido como asesor de la Secretaría de Política Internacional. Un puesto que posteriormente desempeñó para la Secretaría de Organización hasta que, a finales de 2010, dejó el partido por su desencanto con las políticas de Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero su hito más conocido empezó justo ese mismo año cuando montó la plataforma Actuable, un 'site' que en 2011 se unió con su homólogo estadounidense Change.org. Durante años este valenciano experto en nuevas tecnologías fue una de las caras más visibles del activismo online y, en concreto, de la lucha LGTBI.
En 2017, y tras dejar el proyecto que él mismo había fundado, decidió sumarse al equipo de Sánchez para recuperar el Gobierno y ahora, un año después, se convierte en uno de los hombres fuertes de la poderosa ministra de Economía Nadia Calviño.
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(3) Un antiguo asesor de Valenciano y Pajín instiga las protestas callejeras
Francisco Polo, que trabajó para el PSOE en periodos electorales, promueve la campaña en su web
A. Caparrós, 2012
Francisco Polo, un antiguo colaborador de la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, es el principal promotor de la campaña abierta en internet para reclamar la dimisión de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Paula Sánchez de León, por la actuación de la Policía Nacional durante las protestas estudiantiles registradas durante las últimas dos semanas.
Polo —que también canaliza las solicitudes para que el Defensor del Pueblo autonómico «depure las responsabilidades por si se produjeron abusos policiales»— creó en septiembre de 2010 la plataforma por internet bautizada como Actuable. Antes había trabajado para el PSOE en la campaña de las elecciones europeas celebradas un año antes. Su llegada a la filas socialistas se produjo de la mano de la actual «número dos» de Alfredo Pérez Rubalcaba. Polo relata en su blog personal que «aprendí de Elena Valenciano los entresijos de la política. Es una tía estupenda y siempre le estaré agradecido por todo lo que me ha enseñado». Polo, cuyo objetivo es ser «la pesadilla de los malos», trabajó junto a Leire Pajín en la Secretaría de Organización del PSOE hasta noviembre de 2010.
Ahora, centra sus esfuerzos en el «activismo social», mientras las fuerzas de la oposición, con los socialistas a la cabeza de las manifestaciones, intentan rentabilizar en términos políticos las protestas de los estudiantes. Polo, que ha logrado que el Defensor del Pueblo valenciano inicie una investigación tras recibir más de 40.000 firmas por internet, también fue el promotor de una campaña para que la Junta Electoral permitiera a los miembros del colectivo del 15-M manifestarse en la jornada de reflexión y el día de las votaciones de los comicios municipales celebrados en mayo de 2011.
Polo hace ahora bandera de la reivindicación de la oposición respecto a la petición de que la delegada del Gobierno sea destituida por «tolerar la brutal represión contra manifestaciones pacíficas y por justificarla».
Argumentos falsos
El que fuera asesor de Valenciano ha elaborado un formulario, que al cierre de esta edición ya habían suscrito más de 66.000 personas, dirigido al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en el que incluye argumentos falsos como el de que se «no se haya iniciado ningún tipo de investigación acerca de los hechos». Sánchez de León anunció el martes la apertura de un expediente.
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(4) Francisco Polo, el hombre digital de Sánchez, pasó años con un agujero de seguridad en Change.org
El secretario de Estado para el Avance Digital, que dirigió Change.org entre 2011 y 2017, permitió introducir comentarios y firmas falsas.
Facua ha denunciado a la compañía, que ha aceptado reforzar la seguridad pero no notificar del fallo a los usuarios.
La organización de consumidores Facua ha solicitado a la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) que evalúe un fallo de seguridad en la plataforma Change.org que permitía suplantar identidades para firmar y comentar peticiones, y que se mantuvo durante todo el tiempo en el que el director general para España de la compañía era Francisco Polo, secretario de Estado para Avance Digital del Gobierno de Pedro Sánchez.
Polo fue el fundador de Actuable, la compañía que se fusionó después con Change.org y que dirigió en España entre 2011 y 2017. Desde junio de 2017, Polo pasó a ocupar la Secretaría de Emprendimiento, Ciencia e Innovación del PSOE. Nada más conocerse la información de Facua, su página en Wikipedia ya le acusa de haberse permitido "campañas falsas y suplantación de identidad de los usuarios por un sistema de verificación ineficaz". Consultado al respecto, Polo no ha querido hacer comentarios.
Ricardo Galli, fundador de Menéame, ya había denunciado esta situación en 2013, encontrándose con la indiferencia de Change.org y de Polo, que no realizaron los cambios necesarios.
Facua cree que se ha producido una vulneración del Reglamento general de protección de datos de la UE y que la empresa debe comunicar el problema a todos los usuarios que tienen una cuenta en Change.
"Con sólo introducir un nombre, un apellido y una dirección de correo electrónico en cualquiera de sus peticiones y pulsar el botón para firmarla, Change.org identificaba si el mail pertenecía a una de las millones de personas dadas de alta en la plataforma y daba por válida la firma. Así, aunque el nombre y apellido introducidos fueran falsos, la supuesta adhesión a la petición por parte del titular de la cuenta pasaba a ser pública sin solicitarle antes que la validase", explica la organización.
Además, la plataforma revelaba al suplantador el nombre y apellidos del usuario vinculado a la dirección de correo electrónico que había introducido, su localidad, profesión y fotografía de perfil. A partir de esa primera firma, la suplantación podía continuar desarrollándose firmando un número ilimitado de peticiones y publicando comentarios en ellas. De esta manera, cualquier usuario de Change podía aparecer viculado a peticiones relacionadas con reivindicaciones que resultasen incluso contrarias a sus creencias u opiniones políticas.
El problema de seguridad también permitía que cualquier persona crease o firmase una petición desde una cuenta de correo propia o ajena que no estuviera dada de alta en Change.org sin que hubiese que validarla. Es decir, no era necesario que el titular del mail aceptase el alta mediante la recepción de un correo con un enlace para aceptarla.
El pasado 21 de noviembre, FACUA puso estos fallos de seguridad en conocimiento de los responsables de Change.org, que se comprometieron de manera inmediata a tratarlos con la dirección de la empresa en EEUU. El pasado viernes, el director de Change en España, José Antonio Ritoré, comunicó a la asociación que discrepaban con que hubiesen incurrido en una vulneración de la normativa de protección de datos pero que aceptaban parte de sus demandas para evitar que las suplantaciones de identidad puedan seguir produciéndose.
Así, Ritoré indicó que han "introducido medidas para que cualquier usuario existente que firme una petición no pueda registrar su firma sin una verificación" y que también "deba verificar su cuenta para iniciar una petición". También han modificado el sistema para que cualquier persona que se dé de alta en Change "no pueda registrar su firma sin una verificación". Además, están introduciendo medidas "para que cualquier petición iniciada por un nuevo usuario requiera verificación".
Sin embargo, Change no ha aceptado, como le reclama FACUA, proceder al envío de una comunicación a todos sus usuarios para informarles del problema de seguridad que venía produciéndose en la plataforma, tal y como establece el artículo 34 del Reglamento general de protección de datos. La empresa tampoco ha accedido a eliminar todas las firmas y comentarios de peticiones que se hubiesen producido por parte de usuarios que no estuvieran correctamente logueados (con su correo y contraseña).
Ante esto, FACUA ha puesto los hechos en conocimiento de la AEPD. La asociación considera que Change.org ha vulnerado los artículos 6 y 32 del Reglamento general de protección de datos al haber facilitado la publicación de firmas y comentarios de usuarios sin recabar su consentimiento y no haber establecido los sistemas de protección necesarios para impedir que terceras personas pudieran suplantar sus identidades y tener acceso a sus datos.
También entiende que ha incumplido el artículo 9 del Reglamento al haber tratado datos especialmente protegidos, relativos a opiniones y creencias políticas, sindicales o religiosas sin las medidas de protección adecuadas.
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(5) Análisis e infografía de #NoLesVotes y el movimiento #DemocraciaRealYa
Está claro que las redes sociales juegan un papel fundamental en esta campaña electoral. Pero en la red los políticos están teniendo que enfrentarse a una movilización de personas que se han puesto en pie contra los partidos mayoritarios al grito de #nolesvotes o #democraciarealya que han derivado en manifestaciones como la del #15m este domingo.
Desde Concepto 05 nos hemos preguntado qué repercusión ha tenido el hashtag #nolesvotes y en qué se ha convertido con el paso de los días: ¿Qué aspectos critica? ¿Qué propone? Con estos objetivos hemos analizamos los tweets que se han publicado a lo largo del mes de abril en Twitter y los resultados son muy interesantes.
En primer lugar comentar que #nolesvotes ha superado los 100.000 tweets, llegando a 66.784 en el mes de abril, publicados por 13.559 usuarios.
Como indica la infografía, el hashtag #nolesvotes aglutina una gran cantidad de críticas a los partidos mayoritarios y la corrupción. Si la Ley Sinde fue el leitmotiv de su creación, parece que ha superado esta motivación y ha adquirido una perspectiva mucho más global.
Análisis avanzado
Siguiendo nuestra metodología IDI (Intensidad, Dispersión e Influencia) podemos ver mejor las características de la comunidad y su repercusión.
Intensidad alta (79,7 sobre 100): Indica que cada usuario tiende a tuitear varias veces con el hashtag. La intensidad alta se produce cuando los publicadores están muy implicados o se mantienen debates que hacen que los usuarios hablen muchas veces sobre el tema.
Dispersión media-baja (31,6 sobre 100): La comunidad que recibe este mensaje no es tan amplia como cabe esperar por el volumen de las publicaciones. Cuando la dispersión es baja cada usuario suele recibir más de un tweet con el hashtag porque los publicadores comparten muchos seguidores.
Influencia alta (70,5 sobre 100): Los usuarios que emiten este tweet tiene una fuerte repercusión en Twitter y son muy activos en el medio. Para esta medida utilizamos una corrección del Klout medio de los usuarios, que en este caso es de 41,7.
Conclusiones
En función de todos estos datos hay que destacar, en primer lugar, el alto volumen de publicaciones (más de 100.000) que convierte a #nolesvotes en uno de los trending topics con más recorrido en España. Seguro que el carácter abierto y ser capaz de dar acogida a críticas tan diversas ha sido clave para su éxito.
Por las características de la comunidad, es un movimiento en el que participan usuarios con gran presencia y actividad en la red y esto también parece determinante para que el hashtag arrancase con tanta fuerza y se haya mantenido en el tiempo.
Después de las manifestaciones del 15 de mayo hashtags como #democraciarealya y #15m parece que están cobrando más fuerza y es posible que releven en el futuro a #nolesvotes.
Hasta el día ayer (lunes 16 de mayo) este movimiento no había tenido demasiada presencia en medios de comunicación. En base a lo que ha ocurrido con otros trending topics es muy probable que la dispersión de estos hashtags aumente significativamente y, en cierto modo, se masifique si los medios tradicionales le dan la repercusión que merece.
Esperamos que este análisis te resulte interesante y, por supuesto, agradecemos que comentes tus impresiones sobre estos datos para conocer más puntos de vista y experiencias 😉
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(6) SELECCIÓN DE COMENTARIOS EN https://www.enriquedans.com/2011/05/analizando-nolesvotes-y-democraciarealya.html
1.-
¿SOMOS INCRÉDULOS? ------------------------------------- Y continúa el tal encargado de «asuntos de la campaña en Internet»: «Debió salir bien porque de ahí pasé a trabar (sic) con el estupendo equipo de personas que ha reunido Leire Pajín», indica. |
2.-
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Creo que mucha de la gente que deja comentarios echando la culpa de todo esto a un bando y a otro ni estuvo en la manifestación ni se ha pasado por las sentadas. Todos los comunicados y todas las conversaciones que allí se producen son extremadamente críticas con ambos bandos, porque se está protestando en contra de todo un sistema que no beneficia nada más que a los que llevan turnándose en el poder 30 años. Unos intentando ganarse la protesta, como si el movimiento fuese «en contra de los otros» (como Tomás Gómez diciendo que todo lo que se pide está en su programa, o Esperanza Aguirre afirmando que la culpa de la tasa de paro entre los jóvenes tiene «un culpable claro»). Otros, diciendo que el movimiento está manejado en la sombra por el «equipo contrario» (conspiranoias desde «se busca fragmentar el voto, lo que beneficia al PP» hasta «se busca que el PSOE no caiga sólo»), o que incluso afirman que detrás del movimiento está ETA (espero que estemos todos de acuerdo en que esto ha sido una pasada…) Yo he estado allí con mis amigos. Unos votamos para un lado, otros votamos para otro, y sin embargo estamos de acuerdo en que ha llegado el momento de cambiar las cosas. Estamos hablando de miles de personas en todo el país y fuera de él… si fuese un movimiento de un partido ¿no bastaría con votar a ese partido en vez de organizar todo esto? Espero que se respete un poco más a la gente que está durmiendo en la calle para defender la democracia, y que se dejen de poner etiquetas de una vez. |
4.-
Psicología de las revoluciones, todo está inventado: En 1.917 de Kerensky, que quería regeneración de Rusia, a Lenin, que fue el que al final venció. Y eso que lo soviets eran minoría (al principio). Las revoluciones se sabe como empiezan, pero… |
5.-
ESTRATEGIA CHINA Nº 20. PESCAR EN AGUAS TURBIAS. Hay que utilizar la confusión general en provecho propio. Los tiempos de crisis proporcionan oportunidades excepcionales. No hay que confundirlo con “saquear una casa en llamas”, que significa aprovecharse de las adversidades concretas del enemigo, mientras que “pescar en aguas turbias”, consiste en aprovecharse de una situación general de confusión y de caos. El ideograma chino “crisis” está compuesto de dos caracteres: “peligro” y oportunidad”. http://www. |
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(7) Un colaborador de Pajín, tras la web que recoge firmas para los 'indignados'
Colaborador de dirigentes del PSOE y asalariado durante un tiempo de la Secretaría de Organización, ahora trabaja para vulnerar la jornada de reflexión.
Tras conocerse que un dirigente de una escisión de IU estaba tras el dominio 'democraciarealya.es', germen de la protesta, ahora se ha conocido que tras la web que está recogiendo firmas para revocar la decisión de la Junta Electoral Central de prohibir las manifestaciones de mañana y pasado está el que fuera colaborador de dirigentes del Partido Socialista y trabajador de la Secretaría de Organización.
La web Actuable "exige a la Junta Electoral Central que revoque su decisión" y para ello ha preparado un formulario para enviarlo a la JCE con el objetivo de que los indignados puedan seguir protestando durante la jornada de reflexión y la jornada electoral.
Ene este sentido, una vez que se investiga quien está detrás del dominio de esta página aparece un nombre: Francisco Polo Llavata. ¿Quién es este hombre?
Según cuenta él mismo en su blog, Francisco Polo se define como un "emprendedor social". Fundador de un grupo de Amnistía Internacional en Barcelona. Posteriormente, afirma, le acabó llamado la Secretaría de Política Internacional y Cooperación del PSOE. "Allí aprendí de Elena Valenciano los entresijos de la política", asegura él mismo, y añade que "es una tía estupenda y siempre le estaré agradecido por todo lo que me ha enseñado".
Su relación con el PSOE continuó en 2009 cuando esta formación le fichó para la campaña electoral al Parlamento Europeo de 2009 para llevar los asuntos de la campaña en Internet. "Debió salir bien porque de ahí pasé a trabar (sic) con el estupendo equipo de personas que ha reunido Leire Pajín", indicó.
De hecho, Polo pasó a estar en el equipo de Pajín "con el que trabajé hasta noviembre de 2010 en la Secretaría de Organización". Y ya fue en septiembre de 2010 cuando creó Actuable, la web que recoge estas firmas. Con esta página asegura que puede hacer lo que más quiere: "Cambiar las cosas".
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(8) Email, íntegro, de Albert Medrán, director de comunicación de Change.org en España:
Change.org es una plataforma abierta y gratuita para que las personas puedan generar cambios. Nuestra misión es esa: la de empoderamiento. Empoderar a las personas a generar los cambios que quieren ver. Eso es lo que hacemos, nada más.
Y sí, somos una empresa. Una empresa social. (...) Siempre lo hemos explicado, en todas las entrevistas que nos han hecho en los últimos 4 años. Siempre ha estado en la web. La información siempre ha sido publica y transparente.
¿Y qué es eso de una empresa social? Muy sencillo: para poder mantener una plataforma gratuita que da servicio a más de 100 millones de personas y que ayuda a generar grandes cambios positivos en el mundo, necesitamos un modelo de sostenibilidad.
Un modelo basado en publicidad. Y todos los ingresos que se obtienen se reinvierten en la plataforma para que pueda ser cada vez mejor, más abierta y sobretodo siga siendo gratis para todo.
Entiendo el revuelo causado por el artículo, especialmente si se omite la parte que nos hace diferentes al resto de compañías. No somos una empresa en bolsa como Facebook, Google o Twitter. Nuestro modelo es distinto. Es el de una empresa social que reinvierte todo en su misión y cuya misión guía el trabajo de todos.
Entiendo que es algo muy nuevo, que apenas la gente puede concebir que existan empresas así, pero estamos muy orgullosos de tener un modelo que nos permite dar servicio a los que más lo necesitan y menos poder tienen y poder mantener la plataforma abierta y gratuita a todos.
Te agradecería que hicieras constar nuestra visión en tu artículo y que vuestros lectores puedan ver la imagen completa de lo que ocurre. No solo una parte.
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Yo también felicito el trabajo de investigación del Sr. Piñeiro, pero mucho me temo que esa infografía no va a salir en los telediarios que es al fin de al cabo lo que cuenta; lo que prueba dicha infografía es que la mayor parte de la gente que salió a la calle el domingo lo hizo para pedir algo similar a esto:
http://principios15m. wordpress.com/
Lo que no sabemos ahora es si la gente que siguen en Sol, o los que se están uniendo, lo hacen por esos principios o lo hacen por estos otros:
http://democraciarealya.es/? page_id=234
que son principios que en su gran parte nada tienen que ver con los anteriores y están teñidos por una ideología y una visión político-económica que se puede, o no, compartir pero no forma parte del anhelo común de la ciudadanía.
Siento ser reiterativo en mis mensajes pero yo también estoy “indignado” con el modo en que se ha llevado a cabo este movimiento, ya que algo que podía haber sido patrimonio de todos al final se va a quedar en manos de los de costumbre.