¿Dónde anida el totalitarismo en el Siglo XXI?
Por AUSAJ
“Estoy en desacuerdo con lo que dices,
pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”
Evelyn Beatrice Hall (*).
La Vergüenza entró de repente, sin avisar. El estereotipo ordena; los náufragos de la Democracia, obedecen. Los Césares oficiantes del Nuevo Totalitarismo han decretado la pena para los disidentes: SON EL ENEMIGO. Es un maldito silogismo, nada aristotélico; mi razón impide la existencia de otras razones. El camino que conduce a la ignorancia no es otro que el sectarismo. En vez de alimentar el pensamiento propio, censura el ajeno.
Hace pocos meses, como informaba «La mar de Onuba«, trabajadoras marroquíes contratadas “en origen” para la recolección de fresas y arándanos, han denunciado ante la Policía Nacional las condiciones de trabajo que aseguran haber vivido desde su llegada a Moguer (Huelva) -hace pocas semanas- en la empresa Las Posadillas, una de las más grandes en el sector de los frutos rojos. La denuncia refiere casos de explotación laboral, no haber cobrado la totalidad de sus salarios, jornadas laborales extenuantes («de sol a sol») sin control de horario ni cómputo de horas extras, condiciones “deplorables” de hacinamiento en los alojamientos (hasta 18 personas en un mismo espacio y sin agua caliente) y ausencia de vehículos para facilitar desplazamientos desde los campos hasta el casco urbano o a centros de asistencia médica. Y lo que es más grave, refieren casos de acoso sexual y “coacciones para ejercer la prostitución”.
Ante las reiteradas llamadas pidiendo auxilio de estas presuntas víctimas de trata, en AUSAJ nos vimos obligados a buscar la manera de ir a recogerlas a Moguer (Huelva) y trasladarlas a dónde fuese posible denunciar estos hechos sin tener que hacerlo ante quienes sabíamos sin duda posible -como se demostró- que nada harían, salvo defender por todos los medios, delictivos también, a los Tratantes de Esclavos, que hasta el pasado año habían venido cometiendo sus terribles crímenes, en silencio y sin oposición, durante al menos 20 años.
Dado que nosotros hemos sido amenazados, incluso de muerte, en varias ocasiones (y hemos denunciado las amenazas ante varios Juzgados, sin que al día de hoy ninguno de ellos haya efectuado investigación alguna – próximamente publicaremos un post al respecto en el que os daremos cuenta de estos hechos), intentamos encontrar a quien pudiese desplazarse hasta Huelva sin riego para sí. Primero lo intentamos con «activistas», pero todos se excusaron, o nos pidieron cantidades astronómicas para ayudar a las Víctimas de Trata (pese a que algunos cobran importantes subvenciones, precisamente, para este tipo de «acciones»). Lo mismo pasó cuando nos dirigimos a la Comunidad marroquí.
Cuando ya estábamos a punto de ir nosotros, arriesgando nuestra integridad en un territorio donde la Corrupción de todo tipo es la Ley, una persona se puso en contacto con nosotros y se ofreció a ir a buscarlas, aunque no se podía permitir pagar los gastos, que le abonamos nosotros, junto con una pequeña gratificación que no quería aceptar.
Poco después le propusimos trabajar con nosotros. Fue entonces cuando nos dijo que había un problema; excusándose, nos explicó que era militante de VOX. No pudimos esconder nuestra vergüenza: Vergüenza de ver avergonzarse a una buena persona por sus ideas políticas. Poco tiempo después decidimos dar voz a la militancia de VOX en Punto Crítico. Este es el Post.
Por la Libertad de Expresión de quienes no piensan como nosotros. Porque «hablando, se entiende la gente».
Hemos tomado las siguientes citas del Post Titulado «PABLO HASEL: LA AUDIENCIA NAZIONAL DEL PP CRIMINALIZA LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN (DE LOS ROJOS)«; pero ahora las víctimas han pasado a ser «azules». Es vergonzoso incurrir con alegría en los mismos vicios que, ferozmente, denunciamos en otros.
«Las leyes que se dictan acerca de las opiniones, no se dirigen contra los malvados sino contra los honrados, y que no se dictan para reprimir a los malintencionados, sino más bien para irritar a los hombres de bien, y que no pueden ser defendidas sin gran peligro para el Estado».
«Añádase a ello que tales leyes son inútiles del todo. Quienes creen, en efecto, que las opiniones condenadas por las leyes son sanas, no podrán obedecer a las leyes; y, al revés, quienes las rechazan como falsas reciben como privilegios las leyes que las condenan».
«Leyes semejantes, con las que se impone qué debe creer cada uno y se prohíbe decir o escribir algo contra tal o cual opinión, han sido con frecuencia dictadas para condescender o más bien ceder ante la ira de aquellos que no pueden soportar a los caracteres libres, y que, por una especie de torva autoridad, pueden cambiar fácilmente la devoción de la masa sediciosa en rabia e instigarla contra quienes ellos quisieran».
«Porque ¿puede concebirse mal mayor para el Estado que enviar como réprobos al exilio a varones honestos, porque tienen otras ideas y no saben disimularlas?».
«Quienes tienen conciencia de su honradez no temen la muerte, como los malvados,ni suplican el indulto del suplicio; lejos de estar angustiados por el remordimiento de una mala obra,consideran honroso,que no un suplicio, morir por una buena causa y glorioso morir por la libertad».
«¿Qué puede haber, insisto, más pernicioso que tener por enemigos y llevar a la muerte a hombres que no han cometido ningún crimen ni fechoría, simplemente porque son de talante liberal; y que el cadalso, horror para los malos, se convierta en el teatro más hermoso, donde se expone, ante el oprobio más bochornoso de la majestad, el mejor ejemplo de tolerancia y de virtud?».
«Pues quienes tienen conciencia de su honradez no temen a la muerte, como los malvados, ni suplican el indulto del suplicio; lejos de estar angustiados por el remordimiento de una mala obra, consideran honroso, que no un suplicio, morir por una buena causa y glorioso morir por la libertad».
«¿Qué se busca, entonces, al decretar la muerte de tales hombres, si las personas indolentes y pusilánimes ignoran el motivo, las sediciosas lo odian y las honradas lo aman?».
«Quien pretende determinarlo todo con leyes, provocará más bien los vicios, que los corregirá. Lo que no puede ser prohibido, es necesario permitirlo, aunque muchas veces se siga de ahí algún daño. ¿Cuántos males, en efecto, no provienen del lujo, la envidia, la avaricia, la embriaguez y actos similares? Y se los soporta, sin embargo, porque no pueden ser evitados por la prohibición de las leyes, aunque sean realmente vicios».
«Es necesario, pues, conceder a los hombres la libertad de juicio y gobernarlos de tal suerte que, aunque piensen abiertamente cosas distintas y opuestas, vivan en paz. No cabe duda de que esta forma de gobernar es la mejor y la que trae menos inconvenientes, ya que está más acorde con la naturaleza humana».
«Efectivamente, en el Estado democrático (el que más se aproxima al estado natural), todos han hecho el pacto de actuar de común acuerdo, pero no de juzgar y razonar. Es decir, como todos los hombres no pueden pensar exactamente igual, han convenido en que tuviera fuerza de decreto aquello que recibiera más votos, reservándose siempre la autoridad de abrogarlos, tan pronto descubrieran algo mejor».
«De ahí que cuanto menos libertad se concede a los hombres, más se aleja uno del estado más natural y con más violencia, por tanto, se gobierna”.
BARUCH DE SPINOZA, Tratado teológico-político, cap. XX (2ª parte).
https://puntocritico.com/2017/01/09/la-libertad-de-pensamiento-y-de-expresion-por-baruch-de-spinoza/
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(*) Frase, atribuida erróneamente a Voltaire (es de Evelyn Beatrice Hall, conocida como Stephen G Tallentyre), bajo la que germinaron las libertades que traería la Revolución Francesa
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España: ¿Rebelión de las masas o corrupción de las élites?
Por Diego J. Romero Salado
Militante de VOX
“La ley propiamente dicha tiene por objeto primero y principal el orden al bien común. Pero ordenar algo al bien común corresponde, ya sea a todo el pueblo, ya a alguien que haga sus veces. Por tanto la institución de la ley pertenece bien a todo el pueblo, bien a la persona pública que tiene el cuidado del mismo. Porque también en cualquier otro ámbito de cosas el ordenar a un fin compete a aquel de quien es propio este fin”.
Tomás de Aquino («Suma Teológica”)
“Análisis desde una perspectiva “políticamente incorrecta” sobre la situación actual de crisis en nuestra Patria”
Del “sujeto tirano” -que en antaño dio lugar al nacimiento de los primeros derechos laborales y sociales, como ocurrió en la primera mitad del siglo XX- “mutatis mutandis“, hemos pasado al “sujeto- tirano – Estado hipertrófico “devorador de todo lo ajeno a los intereses de un “NOM”, con más poder que los propios estados, cediendo en parte la soberanía más allá de las fronteras geográficas de un territorio como elemento esencial de un Estado conforme al Derecho Internacional. Al respecto es necesario recordar el artículo 1 de la Convención de los Derechos y Deberes de los Estados, Montevideo, diciembre de 1933:
“El Estado como persona de Derecho Internacional, debe reunir las condiciones siguientes: 1) población permanente; 2) territorio determinado; 3) gobierno; 4) capacidad de entrar en relaciones con otros Estados.”
Estaríamos, por tanto, ante una comunidad, fijada permanentemente en un territorio, y que se rige a si misma por un poder coactivo con total independencia de cualquier otra comunidad. Un claro incumplimiento del Artículo 1.2 de la Constitución Española: “La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.”
Así, el hecho de que fuera el poder político –por muy legítimo que fuere, compuesto por miembros elegidos por el pueblo español- quien decidiera la mayor cesión de soberanía que puede llevar a cabo un estado soberano, cual es la cesión de la moneda y con ello de la soberanía sobre la política económica de un país, sin previamente consultar a través de referéndum “sí estábamos o no de acuerdo con la cesión de la nuestra moneda” <peseta>, con lo implícitamente inherente, refleja una carencia de democracia directa en un tema fundamental. Pero es que resulta “vox populi” el malestar generalizado de la gente de la calle como consecuencia de las políticas impuestas por la UE, tras la cesión de nuestra moneda -y así de nuestra autonomía en orden a establecer la política monetaria para España que resultará más beneficiosa para la ciudadanía-.
“El ejercicio legítimo del poder no implica una facultad ilimitada a modo “cheque en blanco”, máxime en materias que afectan a la soberanía de un estado soberano como el nuestro”
En mi humilde opinión el ejercicio legítimo del poder no implica una facultad ilimitada a modo “cheque en blanco”, máxime en materias que afectan a la soberanía de un estado soberano como el nuestro.
Existen países en nuestra Europa que conservan su soberanía sobre la “moneda”, elemento esencial de un país, que han desarrollado políticas económicas muy atractivas de cara al crecimiento económico, generador de riqueza, como el caso de Hungría, la cual rebajó el IRPF y Sociedades al 9%, cuyas empresas se benefician de la fiscalidad más baja de la UE y la OCDE. En el caso de Hungría la tasa actual de paro es del 3,7 %, frente al 15,2 % de España. Tampoco cedieron su moneda: Bulgaria, Dinamarca, Suecia, Suiza… y Reino Unido, dando lugar en este último caso a un divorcio de los dictados del BCE: “Brexit”. Sin ánimo de detenerme en este punto al no ser el objeto del análisis, ni ser exhaustivo, si hoy en día pudiéramos regresar al pasado, efectuando una consulta al pueblo español, estoy casi seguro que ganaría la “peseta”. Con preguntar a las madres y padres que se levantan todos los días a buscar el pan para sus hijos, creo que bastaría como prueba suficiente.
“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado.” (art. 1.2 de la Constitución Española de 1978).
“Los nuevos oligarcas y élites han expoliado a las “clases medias” –verdadero sostén económico de un país-, su propiedad y capacidad de ahorro”
Los nuevos oligarcas han expoliado a las “clases medias” –verdadero sostén económico de un país- no sólo la pequeña propiedad, sino más allá: su capacidad de ahorro familiar. Además “ultra vires”, con las leyes ideológicas -asumidas por todos los partidos políticos del arco parlamentario- se ha “usurpado” el derecho de los padres, titulares de la patria potestad de sus hijos, a educarlos y formarlos conforme a sus propios principios y valores, en gran parte “heredados” de nuestras raíces cristianas; que, junto con el derecho y la filosofía greco-romana, son las bases sobre las que se asienta nuestra cultura. Por ello -a mi humilde juicio- y tras estos lustros, hemos retrocedido a los peores tiempos de nuestra historia, mutando el “animus” del noble ejercicio de la política -en sentido aristotélico: ¿rebelión de las masas o corrupción de las élites?- al servicio a la comunidad -en sentido tomista-, al “enriquecimiento a costa de los nuevos súbditos”, anteponiendo los intereses de partido a los de la ciudadanía: nada más lejos del “estado del bienestar” e incluso del propio espíritu de libertad en que se inspiró la propia revolución francesa.
“Ley es la ordenación de la razón humana dirigida al bien común, debidamente promulgada por quien tiene el gobierno de la comunidad.” (Santo Tomás de Aquino)”
Quien sea capaz de devolver el bienestar sustraído a las clases mayoritarias -que en modo alguno pueden estar representadas por el interés de unos pocos que viven a costa de la mayoría- y, así, a la célula básica de toda comunidad: la Familia, derrocará al nuevo “tirano” que metafóricamente representa el afán desmedido del poder y a la opulencia; será capaz de aglutinar la mayoría suficiente para poner en marcha políticas justas que devuelvan a los ciudadanía el bienestar y la paz social que garantice la prosperidad de las generaciones venideras.
Está claro que la sociedad demanda necesidades y derechos básicos que hoy se han convertido en un “lujo” –como el derecho a la vivienda, los costes de la luz, agua, combustibles, etc.- que hace que el descontento social se palpe y, peligrosamente, pueda llegar a un “punto de no retorno”, al igual que en la aeronáutica. Cierto que hemos tenido políticos con visión de estado, máxime durante la transición; pero no menos cierto, también, que desde los gobiernos de Zapatero hasta nuestros días la situación ha empeorado hasta límites inimaginables, que comprometen a las futuras generaciones, hipotecándolas durante no se sabe cuántos lustros.
No obstante, desde octubre del año pasado, la única persona que me ha demostrado esa visión de estado ha sido S.M. el Rey Felipe VI, Rey de España, quien tuvo la valentía en el ejercicio de su función como Jefe de Estado -que le otorga nuestra Constitución Española de 1978, fruto del consenso y del olvido de tiempos que nunca deberían volver a repetirse en la historia de España, pues todos unidos seremos más fuertes y viviremos mejor- de interpelar a la unidad del pueblo Español frente aquellos que persiguen su destrucción.
No olvidemos que edificar lo que hicieron nuestros padres -para muchos que lean este breve análisis- costó mucho sacrificio; sin embargo, “dinamitarlo” es muy fácil. Y concluyo: lo peor es que lo están consiguiendo.
“Quienes hoy desde posiciones revolucionarias prometen “fórmulas mágicas” a la ciudadanía española, esconden el hacer una revolución destructiva del edificio”
Mi análisis dista mucho de una lectura populista, pues quienes hoy desde posiciones revolucionarias prometen “fórmulas mágicas” a la ciudadanía española, esconden el hacer una revolución destructiva del “edificio” construido gracias a políticos con gran visión de estado. En realidad, pretenden la destrucción de lo edificado con esfuerzo y méritos de muchos de nuestros padres. No se caiga en la tentación que a partir de mi análisis el fin justifica los medios.
Entiéndase más como una especie de “reflexión”, que muchos hemos podido imaginar como “ideal” del noble ejercicio de la política, destinado al servicio de la colectividad, en aras mantener la paz y la justicia social dentro de un marco de derechos y libertades. Qué mejor marco de convivencia que nuestra Carta Magna de 1978, la cual fue refrendada por la inmensa mayoría del pueblo español, tanto en el conjunto del territorio como en el resto, incluida Cataluña como parte de España.
Sobre la base de lo conseguido, esforcémonos por intentar solucionar lo que está perjudica a los intereses de la comunidad, buscando siempre el bien común que caracteriza la escolástica, sobre la base de lo edificado durante más de cinco siglos.
Si con esta reflexión, consigo que sirva de “llamada” a modo de “reflexión”, me sentiré satisfecho. El grosso de la ciudadanía demanda gestos y hechos que hagan recuperar la ilusión y políticas que propicien el marco ideal que devuelva los “ratios” de bienestar de muchas familias, empobrecidas e incluso algunas desahuciadas, como consecuencia de la brutal crisis económica, pero nunca y más lejos una “revolución”, sino una “regeneración” de la crisis subyacente a la económica: la crisis de valores.
Esta será la mejor herencia que le dejemos a nuestros hijos y generaciones futuras de españoles.
https://lapaseata.net/2019/07/14/corrupcion-de-las-elites/
Diego J. Romero Salado
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