KOALEMOS, EL DIOS DE LA ESTUPIDEZ. «La revolución religiosa de Koalemos», por Dalmacio Negro (Partes 1 y 2). «Plutocracias Oclocráticas Gravemente Estupidocráticas»

KOALEMOS: El dios de la insensatez, la imprudencia, la ignorancia, la necedad y la estupidez

 

KOALEMOS

El dios de la insensatez, la imprudencia, la ignorancia, la necedad y la estupidez

 

KOALEMOS (Coalemus) era el espíritu personificado (daimon) de la estupidez y la necedad. Su nombre se deriva de las palabras koeô y êleos que significan «escuchartonterías«.

theoi.com

 

En la mitología griega, Coalemo (Κοάλεμος) era el dios que representaba la insensatez, imprudencia, la ignorancia, necedad o estupidez,​ mencionado una vez por Aristófanes,​ y que aparece también en Vidas de Plutarco.​

Coalemus es la ortografía latina del nombre. A veces se le refiere más como un daimon, que como un espíritu y deidad menor. 

Por otro lado, también se utilizaba la palabra κοάλεμος en el sentido de «persona estúpida».

WIKIPEDIA

 

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KOALEMOS: El dios de la estupidez (Plutarco)

«Ven, toma una corona, ofrece una libación a Koalemos (Coalemus), el dios de la estupidez, y ten cuidado de luchar vigorosamente». 

Aristófanes, Caballeros (Comedia griega Siglos V – IV a.C.)

 

PLUTARCO: “Vidas Paralelas”

TOMO IV

CIMÓN – LUCULO – NICIAS – MARCO CRASO SERTORIO – ÉUMENES CIMÓN

 

IV.- El padre de Cimón fue Milcíades, y la madre, Hegesípila, tracia de origen e hija del rey Óloro, como se dice en los poemas de Arquelao y Melantio, compuestos en alabanza del mismo Cimón. Así, Tucídides el historiador, que por linaje era deudo de Cimón, tuvo por padre a otro Óloro, que representaba a su ascendiente en el nombre y poseyó en la Tracia unas minas de oro, diciéndose que murió en Escaptehila, territorio de la Tracia, donde fue asesinado. Su sepulcro, habiéndose traído sus restos al Ática, se muestra entre los de los Cimones, al lado del de Elpinice, hermana de Cimón; mas Tucídides, por razón de su curia, fue Halimusio, y los de la familia de Milcíades eran Lacíadas. Milcíades, como debiese al Erario la multa de cincuenta talentos, para el pago fue puesto en la cárcel, y en ella murió. Quedó Cimón todavía muy niño con su hermana, mocita también y por casar, y al principio no tuvo en la ciudad el mejor concepto, sino que era notado de disipado y bebedor, siendo en su carácter parecido a su abuelo del propio nombre, al que, por ser demasiado bondadoso, se le dio el apellido de Coálemo.

Estesímbroto Tasio, que poco más o menos fue contemporáneo de Cimón, dice que no aprendió ni la música ni ninguna otra de las artes liberales comunes entre los Griegos, ni participó tampoco de la elocuencia y sal ática; de manera que, atendida su franqueza y sencillez, parece que su alma tenía más un temple peloponés, siendo Inculto, franco, y en lo grande, grande. como el Heracles de Eurípides, porque esto es lo que puede añadirse a lo que Estesímbroto nos dejó escrito. De joven todavía, fue infamado de tener trato con su hermana; de Elpinice, por otra parte, no se dice que fuese muy contenida, sino que anduvo extraviada con el pintor Polignoto, y que, por lo mismo, cuando éste pintó las “Troyanas” en el pórtico que antes se llamaba el Plesianiaccio, y ahora el Pécilo, delineó el rostro de Laódica por la imagen de Elpinice. Polignoto no era un menestral ni pintó el pórtico para ganar la vida, sino gratuitamente y para adquirir nombre en la ciudad, como lo refieren los historiadores de aquel tiempo, y lo dice el poeta Melantio con estas palabras: De los Dioses los templos, generoso, ornó a su costa, y la Cecropia plaza, de los héroes pintando los retratos.

 

«Cómo sacar provecho de los enemigos», por Plutarco

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LA DEIDAD KOALEMOS EN LAS CREENCIAS GRIEGAS

 

Koalemos era una deidad menor en la mitología griega, a menudo asociada con la estupidez o la necedad. Aunque no se le adoraba activamente, se creía que Koalemos tenía cierta influencia sobre la capacidad de una persona para pensar y razonar. A menudo se le representaba como un hombre pequeño y torpe, y su nombre se convirtió en sinónimo de estupidez en la lengua griega.

La historia y origen de Koalemos en la mitología griega

La mitología griega es una de las más fascinantes y complejas del mundo antiguo. Sus dioses y diosas, héroes y monstruos han sido objeto de estudio y admiración durante siglos. Uno de los dioses menos conocidos de la mitología griega es Koalemos, una deidad que se ha mantenido en la sombra de los grandes dioses olímpicos.

Koalemos es una deidad menor en la mitología griega, pero su origen y función son interesantes. Se cree que Koalemos era el dios de la estupidez o la necedad, aunque también se le atribuían otros aspectos como la astucia y la habilidad para engañar. Su nombre proviene del término griego «koilos», que significa «hueco» o «vacío», lo que sugiere que su papel en la mitología griega era el de llenar un vacío o espacio en el panteón de los dioses.

Aunque Koalemos no era un dios muy popular en la mitología griega, su origen se remonta a los tiempos más antiguos. Se cree que su culto se originó en la región de Beocia, en el centro de Grecia, donde se le adoraba como un dios protector de los agricultores y los pastores. En esta región, Koalemos era considerado un dios benévolo que protegía a los campesinos de las plagas y las enfermedades.

Sin embargo, con el tiempo, la figura de Koalemos fue evolucionando y adquiriendo nuevos significados. En algunas regiones de Grecia, se le consideraba un dios malévolo que causaba la estupidez y la torpeza en las personas. En otras, se le asociaba con la astucia y la habilidad para engañar, lo que lo convertía en un dios muy temido.

A pesar de su ambigüedad y su papel secundario en la mitología griega, Koalemos ha dejado su huella en la cultura y la literatura griega. En la obra de Aristófanes «Las Aves», Koalemos es mencionado como el dios que inventó el lenguaje de los pájaros, lo que sugiere que su papel en la mitología griega era más complejo de lo que se pensaba.

En la literatura griega, Koalemos también aparece como un personaje secundario en algunas obras. En la «Ilíada» de Homero, se le menciona como uno de los dioses que participaron en la guerra de Troya, aunque su papel es muy limitado. En la obra de Hesíodo «Teogonía», se le describe como uno de los hijos de Eris, la diosa de la discordia, lo que sugiere que su papel en la mitología griega estaba relacionado con el caos y la confusión.

En resumen, Koalemos es una deidad menor en la mitología griega cuyo origen y función son ambiguos. Aunque se le consideraba el dios de la estupidez o la necedad, también se le atribuían otros aspectos como la astucia y la habilidad para engañar. Su culto se originó en la región de Beocia, en el centro de Grecia, donde se le adoraba como un dios protector de los agricultores y los pastores. Aunque su papel en la mitología griega era secundario, Koalemos ha dejado su huella en la cultura y la literatura griega, lo que sugiere que su papel en la mitología griega era más complejo de lo que se pensaba.

Los atributos y características de Koalemos como deidad

En la mitología griega, Koalemos es una deidad poco conocida, pero no por ello menos importante. A menudo se le describe como el dios de la estupidez o la necedad, pero su papel en la religión griega es mucho más complejo que eso. En este artículo, exploraremos los atributos y características de Koalemos como deidad, y veremos cómo su papel en la mitología griega es más profundo de lo que se suele pensar.

En primer lugar, es importante destacar que Koalemos no es un dios olímpico. En lugar de eso, se le considera una deidad menor, a menudo asociada con la diosa Atenea. Aunque su papel en la mitología griega es menos conocido que el de otros dioses, Koalemos tiene una serie de atributos y características que lo hacen único.

En primer lugar, Koalemos se asocia con la estupidez y la necedad. Sin embargo, esta asociación no debe interpretarse como una falta de inteligencia o habilidad. En lugar de eso, Koalemos se considera un dios que desafía las expectativas y las normas. Es el dios de las ideas locas y las soluciones creativas, y a menudo se le representa como un personaje cómico o bufón.

Además de su papel como dios de la estupidez, Koalemos también se asocia con la astucia y la inteligencia. A menudo se le describe como un dios que puede engañar incluso a los dioses más poderosos, y se le atribuyen muchos trucos y estratagemas ingeniosas. En este sentido, Koalemos es un dios que desafía las expectativas y las normas, y que a menudo se utiliza como un símbolo de la creatividad y la innovación.

Otro atributo importante de Koalemos es su papel como dios de la guerra. Aunque no se le considera un dios de la guerra en el sentido tradicional, Koalemos se asocia con la estrategia y la táctica militar. Se le atribuyen muchos trucos y estratagemas ingeniosas que se utilizan en la guerra, y a menudo se le representa como un personaje astuto b.

En general, los atributos y características de Koalemos como deidad son muy variados. Aunque se le asocia con la estupidez y la necedad, también se le considera un dios astuto e inteligente que puede engañar incluso a los dioses más poderosos. Además, su papel como dios de la guerra lo convierte en un símbolo de la estrategia y la táctica militar, y su papel como dios de las ideas locas lo convierte en un símbolo de la creatividad y la innovación.

En conclusión, Koalemos es una deidad fascinante en la mitología griega. Aunque a menudo se le describe como el dios de la estupidez o la necedad, su papel en la religión griega es mucho más complejo que eso. Con sus atributos y características únicas, Koalemos es un dios que desafía las expectativas y las normas, y que a menudo se utiliza como un símbolo de la creatividad y la innovación. En última instancia, es importante recordar que Koalemos es una deidad menor, pero su papel en la mitología griega es igualmente importante y fascinante.

La importancia y relevancia de Koalemos en la cultura y religión griega antigua

La cultura y religión griega antigua es conocida por su rica mitología y creencias en deidades poderosas que gobernaban el mundo. Una de estas deidades es Koalemos, un dios menor que a menudo se pasa por alto en comparación con otros dioses más conocidos como Zeus o Apolo. Sin embargo, la importancia y relevancia de Koalemos en la cultura y religión griega antigua no debe subestimarse.

Koalemos era el dios de la estupidez y la necedad, y se le consideraba el opuesto de Atenea, la diosa de la sabiduría. Aunque puede parecer extraño que los antiguos griegos adoraran a un dios de la estupidez, Koalemos tenía un papel importante en la sociedad griega. Se creía que su presencia era necesaria para equilibrar el mundo y evitar que la sabiduría se convirtiera en arrogancia.

Además, Koalemos también era visto como un dios protector de los tontos y los ignorantes. En una sociedad donde la educación y el conocimiento eran altamente valorados, aquellos que no eran tan inteligentes a menudo eran marginados y ridiculizados. Koalemos ofrecía una especie de consuelo para aquellos que no encajaban en el molde de la sociedad griega.

Aunque Koalemos no era tan popular como otros dioses, su presencia se puede encontrar en varias obras literarias y artísticas de la época. En la obra de Aristófanes «Las Aves», Koalemos es mencionado como un dios menor que vive en el cielo junto con otros dioses. También se le representa en algunas vasijas y esculturas, a menudo como un hombre pequeño y torpe.

La importancia de Koalemos también se puede ver en su papel en la religión griega. Se creía que los dioses eran responsables de todo en el mundo, desde el clima hasta la fertilidad de la tierra. Koalemos era visto como un dios que podía influir en la suerte y el destino de las personas. Se creía que si alguien hacía una ofrenda a Koalemos, podría tener más suerte en la vida.

En resumen, aunque Koalemos no era uno de los dioses más populares en la cultura y religión griega antigua, su importancia y relevancia no deben subestimarse. Como dios de la estupidez y la necedad, Koalemos tenía un papel importante en equilibrar el mundo y proteger a aquellos que no eran tan inteligentes. Su presencia se puede encontrar en varias obras literarias y artísticas de la época, y su papel en la religión griega demuestra su influencia en la sociedad. Aunque puede parecer extraño adorar a un dios de la estupidez, Koalemos es un recordatorio de que incluso los aspectos menos valorados de la sociedad tienen su lugar y su importancia.

Conclusión

La deidad Koalemos era considerada como el dios de la estupidez y la necedad en las creencias griegas. Aunque no era muy conocido y no se le rendía culto, se le atribuía la capacidad de inspirar a los poetas y artistas en sus momentos de creatividad. En general, su papel en la mitología griega era menor y no tenía una gran importancia en comparación con otros dioses y diosas.

 

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LA REVOLUCIÓN RELIGIOSA DE KOALEMOS (I)

Por Dalmacio Negro

Ideas, 12 MAYO 2024

 

El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes llenos de dudas”, decía Bertrand Russell. Es la causa del éxito de la revolución en marcha en Occidente, en realidad una contrarrevolución, para instaurar la religión de Koalemos. Un dios muy importante desde el origen de los tiempos, pero relegado a la oscuridad por otros dioses. Stultorum infinitus est numerus decían ya los sabios en la antigüedad, la población se ha multiplicado desde entonces y con la ayuda de los fieles al dios, cuyos sacerdotes son los políticos, aumenta la estupidez [1]. Si triunfase esta gran revolución contrarrevolucionaria, la humanidad tendría por fin una sola religión, la más adecuada la naturaleza humana pues  reinaría la paz perpetua y sería  feliz.                  

Lo que sigue son elucubraciones muy someras sobre tan interesante tema para intentar entender los grandes cambios que se avecinarían en un mundo donde  las redes sociales difunden universalmente la estupidez según Umberto Eco. La parte  del mundo llamado occidental parece estar ya en trance de devenir una tontosfera asentada además en la corrupción (del latín corrumpere, destruir completamente). Y es que la Historia está llena de sorpresas. Por eso es divertida, decía Ortega.

1.- “Vivimos en tiempos de locura colectiva”, escribe Douglas Murray al comenzar La masa enfurecida. Cómo las políticas llevaron al mundo a la locura [2]. El momento actual es mucho más revolucionario y universal que la Gran Revolución Francesa. Es tan anormal [3], que ha devenido normal hablar del comienzo del reinado del Anticristo —la Jerusalén terrenal—, del Apocalipsis, de la Gran Tribulación o, simplemente, del fin del mundo. Contribuyen a estos pronósticos la pandemia real o supuesta o el mito cientificista del cambio climático en el que cree hasta el singular papa jesuita Francisco, “fascinado, dice Chantal Delsol, por la religión ecologista y el humanitarismo post cristiano”.

Pero, como advertía Polibio (200-118 a. C.), no se deben atribuir a intervención divina acontecimientos de los que cabe descubrir las causas que explican su origen y su fin. Es, pues, más pertinente relacionar el desconcierto existente con el hecho de que las sociedades democráticas que se consideran “liberales”,  están empezando a ser, o son ya, plutocracias oclocráticas gravemente estupidocráticas, debido a la crítica autodestructiva de las costumbres, los usos, la historia, las tradiciones religiosas, morales y políticas por el individualismo hipermoderno heredero de la consigna de los jacobinos franceses que proclamaron 1789 —legalmente en 1792— el Año Cero de la nueva historia del hombre liberado del pasado. La combinación de las políticas “identitarias” del multiculturalismo de moda, que confunden las diferencias naturales con la “diversidad” —la colectivización de la idiotez— puede ser la mejor explicación del suicidio revolucionario de la civilización occidental al devenir multiconflictiva la sociedad multicultural desencadenando guerras intraestatales, de momento culturales.

2.- Voltaire fundó la filosofía de la historia pero no entendió su sentido profundo. Decía, que la estupidez  es «una enfermedad extraordinaria», propia de narcisistas incapaces de percibir su estupidez. Con la particularidad de que, como «no es el enfermo el que sufre por ella, sino los demás», es socialmente más peligrosa que el dominio de los malvados. Porque, la observación es también de  Ortega, “el malvado descansa algunas veces; el necio jamás”. Efectivamente, el tonto, personaje inconfundible con el inculto y el ignorante, [4] no tiene límites. Lo confirmaba Einstein: “La diferencia entre la estupidez y el genio consiste en que el genio tiene límites”. Constatación supercientífica por quien la hace, que excluye a la gente normal, que se guía por el sentido común, el mayor enemigo de la estupidez. Una razón para que intenten los estúpidos extirparlo cuando consiguen el poder, pues el estúpido es un egoísta intelectual intolerante, engreído y fanfarrón. De ahí la quinta regla del manualito de Cipolla —“la persona estúpida es la más peligrosa que existe”— acorde con Moreno Castillo [5].

A los pesimistas Voltaire y Ortega les faltó añadir que los estúpidos, si tienen poder, se convierten fácilmente, sin darse cuenta, en canallas. Corrompen instintivamente la cultura —la peor de las corrupciones— para afirmarse en el poder, como está ocurriendo en este momento, en que los tontos encanallados pervierten a los niños argumentando que “los hijos no son de los padres[6], dándole la razón a Unamuno, para quien “el tonto es avieso, envidioso, mezquino”.  

3.- Se dice que la estupidez humana es una constante matemática. Observando su presencia en todas partes, Flaubert dictaminó en la novela inacabada Bouvard et Pécuchet, que  “la estupidez es el enemigo[7]. Realidad que suelen olvidar los historiadores: un dato importante en la historia es la lucha de Koalemos contra el sentido común como descubrió Hanlon algo tardíamente aunque no faltan antecedentes antiguos. No obstante, hay que distinguir la estupidez normal en la vida corriente, en la que todos hacemos tonterías, de la estupidez, mucho más grave, de las clases dirigentes. La primera, inofensiva colectivamente, puede ser un tema literario, teatral o del cine, que le ha dado rango de arte con ChaplinStan Laurel y Oliver HardyJerry Lewis, etc. La segunda es revolucionaria: convierte la simple estupidez, con la que hay que contar siempre, en una enfermedad sumamente contagiosa y peligrosa que destruye los pueblos que padecen gobiernos estúpidos infectados por la ideología como una forma mentis —las ideas tiranizan al que tiene pocas” (Gómez Dávila)—, o, sencillamente, porque los estúpidos se han hecho con el poder aupados por la masa de necios con la colaboración, no infrecuente, de negociantes que se aprovechan de la estupidez ajena. El hombre-masa de Ortega es el individuo normal contagiado de estupidez dirigido por los avispados que explotan a las masas. “Los que más han favorecido y alimentado la Estupidez del pueblo son los que han sacado mayor provecho”, decía Jean Paul Richter en 1782 [8].

Decía Oliverio Cromwell: «Un hombre nunca va tan lejos como cuando no sabe a dónde va» y el gobierno de los estúpidos es una inversión revolucionaria de las jerarquías naturales. «El que es necio servirá al sabio» (Proverbios 11, 29). La inversión del orden jerárquico en la vida pública constituye la causa de que sea hoy la estupidez colectiva un fenómeno en expansión, descrito como infantilización por los preocupados por la difusión e intensidad del fenómeno en la vida corriente [9].

4.- El mayor peligro de la estupidez (de stupidus, aturdido) consiste en que no es totalmente incompatible con ser “listo”, palabra de origen incierto que podría estar relacionada con la alemana List, astucia. «La probabilidad de que una persona determinada sea estúpida, escribe Carlo M. Cipolla, es independiente de cualquiera otra característica de la misma persona» [10]. “Toda forma de inteligencia tiene su forma de estupidez” decía Robert Musil. El estúpido puede ser inteligente, pero desconectado de la realidad, por ejemplo por la ideología [11] o las redes sociales, tiende a vivir en la irrealidad. Una causa frecuente es la vanidad, pasión frecuente en los políticos observó Thomas Hobbes. La soberbia es “un hada que satisface todos los deseos del idiota”, sentenciaba J. P. Richter. Pero, aunque el político no sea idiota, la vanidad desvía u oscurece con frecuencia la inteligencia y el inteligente vanidoso aspira a ser lo que no es y actúa estúpidamente  causando desastres colectivos. 

Por otra parte, es una ley antropológica, que a los idiotas les gusta la compañía de idiotas. Y debido al gran número de políticos que requieren la democracia —¿existe tal cosa?— y la burocratización en los gobiernos estatistas —prácticamente todos— apoyados o elegidos por la masa de los estúpidos, cabe hablar hoy del predominio del “género idiota” en la vida política. A los carreristas políticos  listos o imbéciles de la demagogia que se presenta como democracia, no les importa promocionar a estúpidos manipulables o hacerse pasar ellos mismos por estúpidos, si les conviene para atraer a los tontos.  El resultado es que casi todos los gobiernos están en manos de demagogos, cuyo “secreto”, decía hace más o menos un siglo  el crítico del periodismo Karl Kraus, «consiste en hacerse tan estúpidos como su público para que se crean que son inteligentes como ellos». Lo que incrementa la estupidez ambiental.

Se suma que, en todo orden político, existe siempre, decía Wilfredo Pareto, una elite política y económica, una oligarquía, la forma real de todo gobierno como mostró Gonzalo Fernández de la Mora en La partitocracia [12]. Y puesto que el idiota (de idiotes, ιδιωτης) es el mejor amigo de sí mismo, la estupidez con poder político y cultural es muy rentable para las oligarquías económicas, sobre todo, si va unida a la falta de escrúpulos y a apelaciones emotivas al humanitarismo. Eso explica, por ejemplo, que los gobernantes herodianos y los innumerables lerdos que pueblan la tierra, promuevan o consientan la vesania del aborto —el mayor, con mucho, de los genocidios— y la eutanasia —otro futuro genocidio— por motivos humanitarios, que benefician sólo a los negociantes. Wer Menscheit sagt, will betrügen!, quien apela a la humanidad quiere engañar, decía Carl Schmitt.

5.- La decadencia de Europa, víctima del consenso político partitocrático entre las oligarquías, lo contrario del consensus omniun de Cicerón, el consenso social determinado por el êthos que unifica los pueblos, es innegable. “No hay nada que adoren más nuestras élites que el consenso: los gobernantes de la Europa institucional creen ciegamente en él, porque piensan que la política es una ciencia«, denuncia inútilmente Chantal Delsol.  El cientificismo del consenso político partidocrático ha conseguido que estén casi todas las naciones europeas en manos de necios, gentes infantiles, incluso por su edad, sin que falten resentidos, malvados, delincuentes, que invocan el humanitarismo descrito por R. H. Benson en 1907 en la novela apocalíptica Señor del mundo [13].

La decadencia europea suele compararse con la del Imperio Romano de Occidente. Se aducen diversas causas. Philippe Fabry sostiene, combinando las interpretaciones de Mijaíl Rostovtzeff Montesquieu, que la causa principal fue la pérdida de la libertad. El principio,  ley o navaja de Hanlon —“no se debe atribuir a la maldad lo que es casi siempre consecuencia de la estupidez”-[14]– podría completar la explicación [15]. La experiencia histórica enseña, que los hombres se vuelven estúpidos cuando decaen sus civilizaciones y la decadencia de la libertad pudo tener que ver con la intensificación de la estupidez colectiva. Ortega lo recordaba utilizando precisamente el ejemplo del Imperio Romano cuyas oligarquías dirigentes degeneraron en castas decadentes. Ocurrió en la URSS y está ocurriendo en la UERSS (Unión Europea de Repúblicas Socialistas Soviéticas).

6.- No es difícil explicar por qué deviene la estupidez un fenómeno colectivo ni su intensificación. La frase mencionada más arriba stultorum infinitus est numerus está escrita nada menos que en el Eclesiastés (1, 15). Su traducción latina en la Vulgata de San Jerónimo es discutida. Pero coincide con la frase del pagano Cicerón stultorum plena sunt omnia, todo está lleno de necios”, en la Epistola ad familiares (9. 22. 4). Asertos corroborados también por Albert Einstein con su autoridad: «Hay dos cosas infinitas: el Universo y la imbecilidad humana, pero yo dudo de la primera».  Lo prueba en este momento la intensidad de la politización impulsada por la ideologización —hasta “lo personal es político”—, que promociona la estupidez para sustituir a la religión, el antídoto por antonomasia contra la estupidez al preservar el sentido común. Pues la excepción que confirma la regla son justamente los fundadores religiosos de las civilizaciones, que, sabedores de lo que decían el Eclesiastés, Cicerón y otros sabios, querían cambiar la condición humana. No es raro que se haya convertido el psiquiatra, sustituto laico del confesor, en el médico de cabecera al migrar la fe en Dios al Estado y al mercado como dice Cavanaugh.

La politización, que sustituye la religión por la política, afecta en primer lugar a las clases dirigentes. Obnubiladas por “los anticuarios de la ideología” (Gregorio Morán) y el humanitarismo maternal de las bioideologías feministas —las mujeres como la clase oprimida según la fe marxista/leninista— empieza a ser tan evidente como la influencia de la propaganda, no menos humanitarista, y, cabría añadir, misericordiosa sin dejar de ser destructiva, de los media, el cuarto poder. Decía Gómez Dávila en uno de sus famosos escolios: «La compasión, en este siglo, es arma ideológica». Arma fácil de manejar hasta por los más estúpidos, la utilizan gobernantes y negociantes para atraer y convencer a las masas —el “ser social” del marxismo— que explotan. La compasión, que es sentimental, está bien, pero no es lo mismo que la caridad.

7.- Uno de los problemas de las “sociedades opulentas” (J. K. Galbraith) actuales consiste, efectivamente, en la alianza entre las élites políticas y económicas en la época en que La rebelión de las masas (Ortega) coincide con La rebelión de las elites y la traición a la democracia (Chr. Lasch) [16]. Alianza que explica, que monopolice la política, no sólo el individuo manqué, que, decía Michael Oakeshott, empezó a tener popularidad y seguidores en la época moderna, cuando se constituyó el nuevo estamento de los políticos al afirmarse el Estado como la forma de lo Político, sino también el eterno estamento de los idiotas. Contra el primero, clamaba ya el jesuita Pedro de Ribadeneyra en su «Tratado de la religión y virtudes que debe tener el príncipe cristiano para gobernar y conservar sus Estados. Contra lo que Nicolás Machiavelo y los políticos de este tiempo enseñan» (1595). Contra el segundo, mucho más numeroso, atestiguaba Richter en el ensayo citado en que se hace pasar por portavoz de la Estupidez como “el remedio universal largo tiempo buscado contra todas las enfermedades[17]. “Los engendros han jugado un papel en nuestras revoluciones”, observó Chateaubriand

 

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Notas

[1] Coalemo, (en griego Κοάλεμος, en latín ​ Coalemus) era el dios griego de la estupidez. Hijo de la diosa Nyx (Nox en Roma), la diosa de la oscuridad, hija del Káos y muy temida por Zeus, protegía a los   imbéciles y los  tontos. Sus rivales decían que era mentiroso, astuto y malévolo.

[2] Barcelona, Península 2020. La primera frase del libro.

[3] Vid. G. Steingart, Das Ende der Normalität: Nachruf auf unser Leben, wie es bisher war. Munich, Piper Verlag 2011..

[4]El famoso sabio conde de Keyserling gustaba conversar con los pastores de Gredos y el Baztán, que consideraba entre los hombres más cultos del mundo.

[5]C. M. Cipolla,Las reglas fundamentales de la estupidez humana. Barcelona, Planeta 2013. R. Moreno Castillo, Breve tratado sobre la estupidez. Madrid, Fórcola 2018.

[6] ¿Son res nullius o bienes del Estado? Si son del Estado, ¿copula el Estado?

[7] Vid. P. de Tena, “Lugares comunes de la estupidez humana para reírse amargamente con Flaubert”. libertaddigital.com (27. XII. 2021). Estudios sobre la estupidez: Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam (1466-1536) es un clásico. R. Musil, Sobre la estupidezErdmann. Prólogos de F. Duque y R. Breeur. Madrid, Abada Ediciones 2018. H. L. Mencken, Prontuario de la estupidez humana. Barcelona, Martínez Roca 1992. A. Glucksmann, La estupidez. Ideologías del postmodernismo. Barcelona, 3ª ed. Península 1997. P. Tabori, Historia de la estupidez humana (1999). En Internet. G. Livraghi, El poder de la estupidez (1985). Barcelona, Crítica 2010. L. Jerphagnon, ¿La estupidez?  Veintiocho siglos de opiniones sobre la estupidez. Barcelona, Paidós 2011. J. P. Richter, Elogio de la estupidez (1782). Madrid, Sequitur 2012. R. Schack, Zeitalter der Idiotie. Wie Europa seine Zukunft verspielt. Berlín, Das Neue Berlin 2023. Peter Hahne, sin duda un nazi, incita a rebelarse contra la idiotez, de la que culpa a la ideología, en su librillo Ist das euer Ernst?!Aufstand gegen Idiotie und Ideologie. Colonia, Quadriga Verlag 2024. Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam

[8] Op. cit. P. 102.

[9] Vid. J. Benegas, La ideología invisible: Claves del totalitarismo que infecta a las sociedades occidentales. Independently Publiished 2020.

[10] Las reglas fundamentales de la estupidez humana. Barcelona, Planeta 2013. 1, p. 22.  

[11] La Asociación de matemáticos norteamericanos ha declarado racistas las matemáticas. Dreuz.Info.com (10. X. 2020).

[12] Reed.  Fuenlabrada, NSD Editores 2024:

[13] Madrid, Palabra, 3º ed. 2015. Es curioso que el papa Francisco recomiende este libro, publicado en 1907, que recuerda la religión de la Humanidad de Comte, una religión del sentimiento. Por ejemplo, el himno de la Nueva Fraternidad  —“Señor que habitas tierra y mares”…— combina sentimientos y emociones que exaltan el humanitarismo.

[14] Ph. Fabry, Rome. Du libéralisme au socialisme. Leçon antique pour notre temps. Paris, Jean-Cyrille Godefroy 2014. Rostovtzeff, Historia social y económica del Imperio Romano (1926). Madrid, Espasa Calpe 1981. 

[15] R. Moreno Castillo apostilla con razón, que es más dañina la estupidez: «la estupidez es más dañina que la maldad porque es más fácil luchar contra la segunda (porque actúa con una cierta lógica), que contra la primera (que carece de ella). Con un malvado se puede dialogar e incluso convencerle de que podría ser mucho más feliz convirtiéndose en una buena persona. Un estúpido, en cambio, es invulnerable a los razonamientos. Si pudiéramos suprimir la maldad en el mundo sería un poco mejor. Pero si pudiéramos suprimir la estupidez, el mundo sería muchísimo mejor». Intr. p.18. La estupidez es como un pecado. Vid. H. Conrad Zander, “La estupidez es pecado”. 

[16] Vid. W. T. Cavanaugh, Migraciones de lo sagrado. Dios, Estado y el significado político de la Iglesia. Granada, Nuevo Inicio 2021.

[17] Op. cit. P. 19. 

 
 
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LA REVOLUCIÓN RELIGIOSA DE KOALEMOS (II)

Desde hace aproximadamente un siglo, «la conjura de los imbéciles» se dedica a instaurar «el predominio del cretino»
Por Dalmacio Negro

Ideas, 19 de mayo de 2024

KOALEMOS

 

8.- Los estúpidos fungen, en efecto, como sabios. Observó Heine durante el Vormärz alemán: “Los sabios emiten ideas nuevas y los necios las expanden”. Una explicación puede ser, que, según el gran filósofo Alfred North Whitehead, “casi todas las ideas nuevas tienen cierto aspecto de estupidez (o insensatez, foolishness), cuando se producen por primera vez”. Ocurrió por ejemplo, con la teoría de la relatividad de Einstein, que, dice Paul Johnson popularizó la idea de que todo es relativo, la causa de aceptación del relativismo moral, de la postverdad, las bioideologías, de un sinfín de aberraciones y del imperio del cientificismo. Influye en la crisis religiosa, de la política, etc., y en el auge de la necedad (negación de scire, saber; nescius, de ne scio, “no sé” es el que no sabe, el ignorante,).  

Tocqueville captó en Norteamérica hace casi dos siglos que la necedad constituía seguramente el peligro mayor que acecha a la democracia igualitaria, que no se lleva muy bien con la excelencia y la meritocracia [1]. Y Nietzsche, crítico de la antijerárquica democracia de masas, prevenía en 1872 contra la pedagogía superficial, divulgativa y reductivista. Y desde hace aproximadamente un siglo, “la conjura de los imbéciles” se dedica a instaurar “el predominio del cretino[2]. Las continuas reformas pedagógicas para “democratizar” la enseñanza, sobre todo desde mayo del 1968, cuando apareció en la escena el homo festivus et stupidus, fomentan la idiocia colectiva. “La educación -avisaba el sesentayochista arrepentido Jean-Pierre Le Goff-, se ha convertido en una nueva ideología[3]. Y Gabriele Kuby escribe que la democracia  es hoy un mito con el que las clases dominantes —las oligarquías— seducen a los dominados [4]. Además, la burocratización excesiva, típica del estatismo, idiotiza a los administrados. Las mismas Universidades burocratizadas  cultivan la estupidez. Y los nuevos media —la radio, el cine, la televisión, internet, el móvil, la tablet—, “the priesthood of the ruling class”, el sacerdocio de las clases dirigentes (Z. Janowski), que multiplican infinitamente la capacidad de influir de la prensa de los tiempos de Heine y Nietzsche la difunden como una enfermedad contagiosa. Este último escribió en 1882: Noch ein Jahrhundert Zeitungen und alle Worte stinken, un siglo más de periódicos y todas las palabras apestarán. Chesterton, menos radical, afirmaba hacia 1910, que “la prensa existe para ocultar los hechos”. Pero fabrica también el pensamiento [5].

Entonces, el gran número de analfabetos protegía a los pueblos del cretinismo cultural. Nicolás Gómez Dávila (1913-1994), quien tenía siempre presente die schrechtliche Simplifikateure (los horrorosos simplificadores) que tanto temía Jacobo Burckhardt, uno de sus dos “santos patronos» (el otro era el escéptico Montaigne), decía ya: hoy, «fomentar la cultura es coronar a mediocres». Los simplificadores, muchos de ellos bobos solemnes, fascinan a los necios con un poco de propaganda o “comunicación”.

9.- La propaganda, dice Noam Chomsky, es en la democracia lo que la violencia en las dictaduras. Pío XII advirtió en el radiomensaje de Navidad de 1944: «La propaganda modela todas las almas según un mismo patrón, las peculiaridades y casi la vida propia. Hasta las diferencias de psicología y de actitud entre los sexos tienden a menguar lo más posible. Por todo esto, desaparece el pueblo, que es esencialmente una gran familia de almas diversas pero armónicas, reunidas alrededor de lo que les es común. Y surge la masa, con su gran alma vacía, colectiva, esclava».  Masa compuesta por súbditos —en Europa, los únicos ciudadanos son los políticos que mandan en los partidos—, que vive en la irrealidad más o menos virtual —la tontosfera—, como está ocurriendo con las nuevas generaciones, cada vez más infantilizadas. No sólo por la educación convertida en adoctrinamiento, sino porque los nuevos media no crean solamente lo que bautizó Heimito von Doderer diezweite Realität, la segunda realidad  en que habita  “el idiota digital”, sino que han aumentado exponencialmente, como decía Umberto Eco, la posibilidad de propagar teorías y doctrinas cuya idiotez no tiene límites pero infunden el miedo a la realidad, que es lo mismo que la verdad. Miedo que alientan los gobiernos, por ejemplo el fisco y la plandemia Covid, por razones obvias.

10.- Peter Sloterdijk no cree se esté perdiendo la capacidad de pensar. Lo que ocurre según él, es que la vida actual no invita a pensar:  se vive tan de prisa, que las noticias se atropellan sin dar tiempo a digerirlas. Tiene bastante razón [6],  pero es un hecho, que, debido en parte a los avances tecnológicos y a la humanitarista pedagogía sentimental —pero sin poesía, “la voz de lo inefable” que decía Juan Ramón Jiménez—, se está generalizando la estupidez colectiva alentada y guiada por los gobiernos de los Estados Hippies ayudados por las nuevas tecnologías. Estados en los que abundan los analfabetos, indocumentados e idiotas en los puestos de mando. Destaca quizá el Estado español enemigo de la Nación, pero los revolucionarios estúpidos son generosos. Empeñados en la nobilísima tarea de igualar a todo el mundo, decretan que los niños pertenecen al Estado y les someten a sus leyes educativas para ponerles a su nivel. Los escépticos, que aún existen, y parece que aumentan, dicen que muchos gobernantes actuales podrán alegar como atenuante o eximente, si se les incrimina por sus desmanes, que son unos pobres estúpidos. 

Subsisten Estados o Gobiernos totalitarios violentos, hoy cabe decir varoniles o machistas —en el new speak feminista políticamente correcto, Maquiavelo es un “machista”—, mientras en Europa y en el ámbito de la exangüe Cristiandad [7], la mayoría de los Estados y Gobiernos son sovietizantes (Vladimir Bukowski y otros) o “liberales” totalitarios (Robert Spaemann y otros). Autoproclamados demócratas, promueven y financian la necedad  colectiva —no siempre intencionadamente, también por estupidez, algo tienen que hacer los Ministerios de Cultura— mediante la infinita Legislación, ahora crecientemente maternal, que condiciona la conducta idiotizando la manera de actuar y hasta el habla. Que debe ser inclusiva y no ser odiosa según las pautas vigentes. Legislación que no es inocente:  es el totalitarismo legislativocuyo principio rector podría ser la frase de Juan Domingo Perón “dentro de la ley todo; fuera de ella nada”.

11.- La estupidez o entontecimiento colectivo es inconfundible con el “pensamiento débil” descrito por el “catocomunista” Giovanni Vattimo. Se trata de un fenómeno observado frecuentemente desde que escribiera Robert Musil“la libertad y la razón… no han gozado ya de buena salud desde mediados del siglo XIX o un poco después[8]. Momento en que comenzó, según Whitehead, la destrucción del sentido común [9]. A lo que contribuyó eficazmente la manipulación del lenguaje político por el agit-prop soviético, cuyo objetivo principal era destruir la cultura tradicional  como mostró el disidente Yuri Bezmenov desertor del KGB en 1970, que se dedicó a denunciar la infiltración soviética para desmoralizar a Occidente [10]. Convertido el lenguaje político en lenguaje común por la propaganda, se castiga ya legalmente el lenguaje estimado inconveniente o incorrecto con los novísimos y antijurídicos “delitos de odio”. Uno de los primeros en advertir un gran retroceso en el nivel intelectual de Occidente fue otro disidente, Aleksandr Zinóviev (1922-2006), reconvertido al comunismo al implosionar la URSS, porque le parecía que la Europa “libre” era demasiado sovietizante [11].

12.- El auge de la cretinocracia, revolucionaria por lo que destruye, no es atribuible empero únicamente a la burocratización de la política por el modo de pensamiento ideológico, típica de los Estados maternales que tratan a los súbditos como niños. Cuenta también la sectarización. “Las ideologías prestan a quienes carecen de ideas el mismo servicio que las pelucas a los calvos” (R. Castillo) y crean sectarios y gentes unilaterales que “sólo tienen certezas” (Bertrand Russell). El sectario es una persona normal fanatizada por resentimiento —Lenin, por ejemplo— o estúpida de nacimiento fanatizada por lo que oye o lee. Personas con las que aconsejaba Mark Twain no discutir, para no tener que ponerse a su nivel.

La burocracia —“el gobierno de nadie” (H. Arendt)— es consustancial al Estado. Pero en la política no está nada decidido de antemano y el Estado deseoso de “proteger a las personas de sí mismas” (G. Myrdal) y establecer el “Imperio del Bien” (Ph. Muray), se personifica en su inmensa burocracia. Ironiza Sloterdijk: “tanto funcionario no deje ver al Estado”. Para conseguir esos nobles fines, la burocracia se preocupa así mismo por la cultura  cuya dirección encomienda a nomenklaturas directas e indirectas en las que  pululan simples estúpidos más o menos fatuos, dementes [12], intelectuales no venales que creen todavía, no ya en la bondad del socialismo, sino en la del comunismo promocionado en parte por la ONU, “expertos”, asesores, especialistas convencidos de su superioridad moral —el Mal, que es irracional, se encarna en la derecha —en la “fachosfera” dice el ilustre Dr. Sánchez—, el Bien en la izquierda- [13], arribistas y ganapanes, truhanes, delincuentes y mafias financieras internacionales, que explotan las emociones. Es generalizable lo que dice Alfonso Ussía del comunismo español hodierno: “Es un comunismo disfrazado de socialismo cuyo único fin —o el principal— es el enriquecimiento de los golfos que nos gobiernan[14].

13.- Merece la pena comentar de pasada en el caso del Reino de España, donde es difícil distinguir la realidad de la parodia y la mayoría de los súbditos tiene que defenderse de las agresiones políticamente estúpidas de los distintos gobiernos, destacando los del licenciado Zapatero y el doctor Sánchez, ansiosos de integrarse en el bloque del socialismo del siglo XXI hispanoamericano añorante de la difunta Unión Soviética víctima del capitalismo satánico[15]. Desgobernado el Reino por los sucesivos gobiernos de la Monarquía, en los que ha ido aumentando progresivamente la presencia de estúpidos, incompetentes, corruptos y psicópatas en cargos de poder, que son incapaces de ejercer, constituye un ejemplo excelente de cómo la idiocia es capaz de mover montañas [16].

13,1.- Liquidada la ciudadanía al decretar el partido socialista del Sr. González la muerte de Montesquieu [17],  el objetivo de los sucesivos gobiernos monárquicos parece haber sido un Kulturkampf dirigido finalmente por bioideologías enemigas de la antigualla del sentido común como ideologías de Estado: la de género, que, stricto sensu, se limita a defender el legítimo derecho humano de las mujeres a ser idiotas, la ecologista, defensora de los derechos humanos de la Tierra contra la perversidad humana, la maternal higienista o de la salud, muy fortalecida por la tiránica  dictadura sanitaria para combatir la gripe del coronavirus. Las tres con diversas variedades; por ejemplo, la LGTBIQ (la «familia” que se elige), la animalista que reivindica los derechos humanos de los animales, por lo que entusiasma a  muchos políticos o la apocalíptica del cambio climático. Todo apunta a instalar definitivamente la estupidez colectiva como la forma ideal de realizar el deseo del preámbulo de la Carta constitucional de 1978 —bautizada por Aquilino Duque la Nicolasa, porque se aprobó el día de San Nicolás, emparejándola con la de 1812, conocida como la Pepa, proclamada el día de San José— de marchar hacia la “democracia avanzada”. Objetivo perseguido también por la ley de la Memoria histórica, conocida popularmente como ley de la Venganza histérica, que el gobierno sanchista ha precisado como Ley de la Memoria democrática para que se ajusten debidamente a la marcha correcta de la historia hacia la estupidez universal los que no son todavía idiotas y las nuevas generaciones; si las hay a pesar de la caída de la natalidad. Con palabras de Richter, aplicando esa Ley, “el idiota prohíbe a la razón ir más allá de la memoria[18].

13,2.- Los escasos monárquicos influyentes postulaban la conveniencia de una “pasada por la izquierda” para consolidar la Reinstauración por tercera vez —a la verdad, a redropelo del Zeitgeist, republicano y sedicentemente democrático— en algo menos de 175 años[19]. Y el consenso oligárquico entre los dos partidos principales se organizó como  socialdemócrata, con un ala derecha y otra izquierda que incluía a separatistas resucitados y comunistas reciclados. El rey fungió como “motor del cambio”, pero la reinstauración de la  Monarquía fue sólo “simbólica”  según Fernández de la Mora [20]. El consenso troceó constitucionalmente la Nación y se empezó a fomentar  con gran éxito la estupidez colectiva. Los súbditos están, por ejemplo,  encantados con pagar impuestos y los más entusiastas votan complacidos a quienes creen que los aumentarán.

13,3.- La política de la interminable transición (“transacción”, precisaba Jesús Fueyo) a la Monarquía partitocrática —en la que Iglesia “se volvió muda”, como decía Tocqueville de la francesa en El antiguo Régimen y la Revolución—, ha devenido un pifostio. Se reduce de hecho a las disputas entre la izquierda tradicionalmente antinacional o antihispánica y la izquierda socialdemócrata que funge como “derecha”. La democracia, reducida al antifranquismo pasado de fecha, espera su turno, pero el cultivo de la estupidez ha dado resultado y todo el mundo habla de la democracia española.

Una característica del consenso socialdemócrata entre la izquierda y la derecha es que, como percibiera Nicolás Gómez Dávila (1913–1994), “tienen firmado contra el reaccionario [en el sentido del que reacciona] un pacto secreto de agresión perpetua”. Los oligarcas hispanos consensuados tildan, en efecto, a las personas, grupos o partidos no entontecidos, es decir retrógrados —no aceptan la división de España  en varias naciones, se oponen a  conquistas sociales tan sensatas como la legalización del aborto y la eutanasia, etc.—, no sólo de ser franquistas, sino de extrema derecha y fascistas, “fachas”. Gente ignorante o maliciosa que pasa por alto que el fascismo es una derivación perversa del socialismo, que sustituye la liberadora lucha de clases por el culto a la Nación como una gran familia. Para Giovanni Gentile, el gran teórico del fascismo italiano, es la forma más realista del socialismo y la verdadera democracia. En la que son idénticos el interés público y el privado, que está por ende al servicio  de la sociedadEl Estado es el administrador de la Nación. Justo como en España.

El apotegma del fascismo, como decía Amando de Miguel, beneficia paradójicamente la antipolítica del desgobierno, que bordea con frecuencia lo delictivo. Más por estupidez que por la mala fe  de los gobernantes, acólitos y enchufados y la verdadera extrema derecha,  los nacionalistas identitarios que juegan al separatismo y al independentismo lucrativos. Pero los fachas son. para el consenso partitocrático, todos los demás [21]. Las expresiones facha, fascista, extrema derecha suenan ya como cumplidos debido a su uso y abuso propagandístico.

Si no hay hombres completamente inteligentes, sí los hay completamente tontos”, escribe Moreno Castillo. Y como la mayoría de los completamente tontos se ha integrado en el socialismo sanchista, España marcha a la cabeza del progreso [22]. El Reino de España se parece cada vez más al Reino de Peronia instaurado en Argentina, al que intenta poner fin el impío Javier Milei, enemigo acérrimo de Koalemos.

14.- Según la tercera regla de Cipolla, «una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona sin obtener al mismo tiempo un provecho para sí, o, incluso, obteniendo un perjuicio». Y como la estupidez es ya una patología contagiosa tan extendida que puede hablarse de una pandemia, se empieza a hablar de la urgencia de un movimiento para sobrevivir a lo que puede considerarse la religión patológica de la estupidez. Rémi Brague achaca el fenómeno al fracaso del proyecto moderno [23].  Descriptible como la planificación del futuro imitando la Creación, implícita en el pelagiano “Nuevo Cristianismo” del conde de Saint-Simon, “el padre de los planificadores” (W. Röpke), acreedor de Marx, LeninHitlerMao y otros ateiólogos. El principio renovador del cristianismo tecnocientífico saintsimoniano reza: «La religión debe dirigir la sociedad hacia la gran meta, que consiste en obtener lo más rápidamente posible una mejora en la suerte de la clase más pobre» [24]. Como esa religión progresista [25] tiende a igualar, se explica su éxito entre los partidarios de la justicia social, pese a que hay también grados de estupidez entre los iguales.

15.- Rémi Brague  padece la enfermedad reaccionaria de conservar el sentido común. Se pregunta, si tiene algún sentido la existencia del ser humano en el contexto de la cultura planificada por lo que llaman los escépticos la “internacional de la estulticia”. Muy bien representada por la biodictadura de la estúpida “contracultura” de la ideología, más bien bioideología, progresista woke. El ala pseudomarxista más radical de la “robolución”, como dicen en Cuba, de los tontos para explotar a los listos[26].Robolucionismo que aspira a destruir la cultura imponiendo su particular concepción nihilista de la moralidad.

La moral colectiva, el êthos, depende de las creencias religiosas que la concretan fijando los usos, el Derecho, la estética, etc., y las costumbres. Pero la moral que invade todo en nuestros días, advierte Alain de Benoist en Los demonios del bien. Del nuevo orden moral a la ideología de género[27], no es la misma que conocíamosLa nueva moralidad podría sintetizarse en la moda de «el yo como medida de todas las cosas» de la ideología narcisista woke difundida  desde California. En principio, un puritanismo antihedonista que pretende liberar de la sexualidad al ser humano —¡hay que ser idiotas!— devaluando el cuerpoIdeología que prospera, dice J. M. de Prada, en el ambiente de la era de la demencia digital[28].

  Producto del puritanismo “antifascista” de la corrección política imperante en la inmadura “República imperial” (R. Aron), exportadora de rentables tonterías patológicas como la de igualar a los necios con los listos mediante la political Correctnes —la suplantación de la realidad por la mentira–, lo ha hecho suyo el neomarxismo cultural, que, de Marx, un pensador serio, tiene sólo el nombre.

Ese neomarxismo ficticio reconoce por boca de Th. Pikettyentusiasta de la fiscocracia, que “los pobres no votan ya a la izquierda”, que suele ser la opción preferida por los idiotas fascinados por el mito de la justicia social que legitima y alienta a los robolucionarios. En USA, donde adaptó Saul David Alinsky el marxismo-leninismo, revive con los Black Lives Matter en su versión leninista-nazi, que sustituye la clase por la raza. Subvencionado —como ocurrió en la URSS y en la Alemania nacionalsocialista— por grandes empresarios, financieros y multinacionales atraídos por la rentable estupidez de moda del vacío hiperindividualismo woke carente de principios. Es una manera de arruinar las odiadas clases medias, controlar la economía y establecer un Nuevo Orden Mundial. Escribe Cavanaugh: “La ideología de ‘un solo mundo’ sólo beneficia realmente a quienes poseen el capital, que puede moverse libremente a través de las fronteras”. Con motivo de la pandemia del coronavirus se habló, y se sigue hablando, de un contubernio político-mediático-farmacéutico para hacer negocios multimillonarios aprovechando la estolidez ambiental. Por eso se empieza a decir plandemia en vez de pandemia.

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¿Remediará la IA, inteligencia artificial, la revolución permanente de la religión de Koalemos que lleva a la humanidad hacia el entontecimiento y la servidumbre universal, o será el remedio universal para que todo el mundo sea definitivamente un idiota incurable? La historia magister vitae tradicional dejaría de ser una obra de arte (Ranke) y la nueva historia sería por fin el relato de las peripecias de los koalemitas.

 

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Notas

[1] Los temores de Tocqueville se han cumplido. Vid. el diagnóstico de Th. Molnar. El Modelo Desfigurado. Los Estados Unidos desde Tocqueville a nuestros días. México, Fondo de Cultura 1980.

[2]J-P. Brighelli,”Pédagogisme: comment l’école est devenue une fabrique à crétins”. Marianne.com (25. XII. 2021). La moda pedagógica consiste en fomentar lo emocional e investigaciones absurdas en vez de enseñar y formar a los alumnos. En Grecia y Roma, se llamaba imbécil a quien caminaba vacilando por carecer de báculo.

[3] Vid. Mes années folles. Révolte et nihilisme du peuple adolescent après Mai 68. Un buen resumen en eldebate.com (23. IX. 2023). 

[4] Propaganda oder der Mythos der Demokratie. Bad Schussenried, Hess Verlag 2022.

[5] El teórico de propaganda moderna. Edward Bernays (1891-1995), sobrino de Freud, hizo de las relaciones públicas un método para “fabricar el pensamiento”.

[6] Karl Steinbuch publicó en 1966 Die Gesellschaft informierte. Geschichte und Zukunft der Nachrichtentechnik (La sociedad informada. Historia y futuro de la técnica de las noticias. Stuttgart, Deutsche Verlagsanstallt) sobre la necesidad de que la sociedad esté suficientemente informada. En 1989, publicó Die Gesellschaft desinformierte (La sociedad desinformada, Stuttgart, Deutsche Verlagsanstallt) advirtiendo que la abundancia de noticias destruía la educación, cuyo desastre predijo, y desconcertaba a la opinión. En 1992, publicó Kollektive_Dummheit. Streitschrift gegen den Zeitgeist (El entontecimiento colectivo. Escrito polémico contra el espíritu del tiempo). Munich, Herbig Verlag 1992.

[7] Vid. Chantal Delsol, La fin de la chrétienté, París,  Éditions le Cerf 2021.

[8]   Sobre la estupidez (1937). Erdmann. Prólogos de F. Duque y R. Breeur. Madrid, Abada Ediciones 2018.  P. 74..

[9] Vid. Aventuras de las ideas. Barcelona, José Janés 1947. 

[10] Vid.  Pedro de Tena, “La ‘batalla cultural’ vista por un ex agente secreto soviético, ahora en un videojuego”. Libertad digital.com (8 IX.2020).

[11] Sobre la decadencia del pensamiento, quizá exagerada, salvo en el bastante sovietizado pensamiento político,  M. F. Sciacca, L’oscuramento dell’intelligenza. 2ª ed. Milán, Marzorati 1971. A. Finkielkraut, La derrota del pensamiento. Barcelona, Anagrama 1987. C. Castoriades, El ascenso de la insignificancia. Universitat de València, 1998. A. Glucksman hacía responsable al postmodernismo en El poder de la estupidez (1985). Barcelona, Crítica 2010. Giancarlo Livraghi La estupidez. Ideologías del postmodernismo. Barcelona, 3ª ed. Península 1997. Sobre la relación del postmodernismo con el giro del socialismo hacia ideologías típicas de la cretinocracia que Sloterdijk llama modales, St. R. C. Hicks, Explicando el postmodernismo, la crisis del socialismo. Buenos Aires, Barbarroja 2014. Lo postmoderno aparece, se burlaba Ernst Jünger, cuando una mujer se pone un sombrero nuevo. La moda, que es con frecuencia una falsificación de las costumbres, es también muchas veces la cuna de la estupidez, pues se prefiere la estupidez de moda a la sabiduría pasada de moda.  

[12] Koalemos era también el dios de los locos y  no escasean los dementes. Alain de Benoist generaliza y considera dementes a los estúpidos en “Los locos se han hecho con el poder”. ElManfiesto.com (11. VIII. 2021).

[13] Vid. Y. Couceiro, “La superioridad moral de los necios”. Latribunadelpaisvasco (13. IX. 2018).  

[14] “La internacional”. Eldebate.com (19. III. 2024). Una nación en que se vota al comunismo en el siglo XXI es una nación de idiotas de los que se aprovechan los listillos.

[15] Vid. F. Jiménez Losantos, “De la América Latina a la América Soviética”. Libertaddigital.com (26. XII. 2021). La América Soviética venera como santos a Fidel Castro y Hugo Chávez, redentores definitivos de la humanidad. Santo significa perfecto.

[16] “Cuando en España desapareció la dictadura por fallecimiento de su titular, se hicieron patentes las distintas especies de tontos”. R. Moreno Castillo, op. cit. II, p. 38.                                                                                    

[17] Pereció también la regla fundamental de Montesquieu: «El impuesto sobre los bienes es el impuesto de la libertad. El impuesto sobre las personas es el impuesto de la servidumbre».

[18] Op. cit. P. 83. Ley inutilizada recientemente por la obra de Miguel Platón, La represión de la posguerra. Madrid, Actas 2023

[19] Reinstaurar no es restaurar. La primera Reinstauración fue la de Fernando VII, la segunda la de Alfonso XII y la tercera la de Juan Carlos. A la verdad, hubo una cuarta fugaz, la de Amadeo de Saboya, que implicaba un cambio de dinastía.

[20] Los errores del cambio. Barcelona, Plaza & Janés 1986. V, 8, pp. 94ss.

[21] J. Laguna, “Fachas… son los demás”. El Mentor. Observatorio político, social y cultural español (12. III. 2024).

[22] Vid. la parodia de Sertorio, del gobierno de los imbéciles “Habla Radio Moscú”. ElManifiesto.com (30. XII.  2021).

[23] Vid. Manicomio de verdades Remedios medievales para la era moderna. Madrid, Encuentro 2021. Una causa principal es la pedagogía progresista, que prima la emotividad. Las pasiones en marcha que decía Bertrand de Jouvenel: la envidia, la igualdad, el resentimiento, …

[24]   Sobre el saintsimonismo, L. Picon, Les saint-simoniens. Raison, imaginaire et utopie. París, Belin 2002.

[25] «Si no se pareciera tanto la estupidez al progreso, el talento, la esperanza o la mejora, nadie querría ser estúpido». R. Musil, op. cit. P 53.

[26] J. Heat y A. Potter, Rebelarse vende. El negocio de la contracultura. Madrid, Taurus 2005. 6.

[27]  Alicante, Editorial Eas 2021. Cf. J. Revés, “Los demonios del bien”. Centinela. La Revista de la nueva contracultura.com (29. XII. 2021).

[28] Vid. el diagnóstico de B. Sinclair,  “Siete signos del virus woke”. El Manifiesto.com (23. XII. 2021). Sobre su origen, J. Bilbao, “El verdadero origen de la ideología «woke»”. lagacetadelaiberosfera.com (1. X. 2023).A. Wendt, Verachtung nach unten.Wie eine Moralelite die Bürgergesellschaft bedroht und wie wir sie verteidigen. Munich, Olzog 2024.

 

LA ESTUPIDEZ INDUCIDA: UN ARMA HÍBRIDA PARA LA GUERRA .CONTRA EL MUNDO

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La ESTUPIDEZ, una de las más poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento del bienestar y de la felicidad humana.