CAMILO JOSE CELA y EL PLAGIO: ÍNDICE ARTICULOS
Tabla de contenidos
- 1 El plagio del Siglo
- 2 EL JUICIO DE REPRESALIA CONTRA CARMEN FORMOSO (El plagio del Siglo, del que está prohibido hablar – PARTE 3)
- 3 EPÍLOGO
- 4 Cita tomada del Escrito formulado por Carmen Formoso, oponiéndose al Recurso de Lara Bosch y Editorial Planeta S.A.; Recurso expresamente excluido por la Ley Procesal, y sin embargo, en el caso «Carmen Formoso contra Editorial Planeta», donde la Ley excluye el Recurso, se formularon, admitieron, tramitaron y resolvieron tres Recursos.
- 5 ESCRITO DE ACUSACIÓN DE CARMEN FORMOSO CONTRA JOSÉ MANUEL LARA BOSCH, POR DELITO DE PLAGIO (el Juicio no llegó a celebrarse por el fallecimiento del imputado, Sr. Lara, quien -tras fallecer Camilo José Cela- había quedado como único imputado)
- 6 “Carmen, Carmela, Carmiña (fluorescencia)”, de Carmen Formoso
- 7 RELACIONADOS:
El plagio del Siglo
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CAMILO JOSÉ CELA y EL PLAGIO
El plagio del Siglo, del que está prohibido hablar (y PARTE 7):
Tanto Camilo José Cela como José Manuel LARA Bosch, FALLECIERON ESTANDO IMPUTADOS POR EL PLAGIO A CARMEN FORMOSO. Tras 20 años DE INSTRUCCIÓN JUDICIAL, no quedó nadie vivo para poder juzgarlo.
En este asunto SÓLO HUBO UN JUICIO: EL JUICIO CONTRA CARMEN FORMOSO Y SU HIJO Y ABOGADO, Jesús Díaz Formoso (quien escribe estas líneas), por Calumnias, del que seríamos absueltos en las dos instancias, si bien con la amenaza por parte de la Audiencia Provincial de Barcelona de condenarnos si volvíamos a hablar del asunto.
Meses después, resultaría estimada nuestra Demanda de Amparo Constitucional, que ordenó la reapertura de las actuaciones por delito de Plagio, llevándose a cabo la prueba pericial que nos había sido denegada, y abriendo Juicio Oral contra Lara Bosch, por haber fallecido ya Camilo José Cela. Nunca se celebraría el Juicio, por el fallecimiento de Lara tras casi 2o años de tramitación judicial.
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EL JUICIO DE REPRESALIA CONTRA CARMEN FORMOSO (El plagio del Siglo, del que está prohibido hablar – PARTE 3)
Juicio contra Carmen Formoso: Informes finales
Parte 1
Informes de Editorial Planeta, S.A., José Manuel Lara Bosch, Carmen Formoso y primera parte de Jesús Díaz Formoso
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Parte 2
Juicio contra Carmen Formoso; «alegato final» de Jesús Díaz Formoso
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“Carmen, Carmela, Carmiña (fluorescencia)”
EPÍLOGO
«La Impunidad del Delito de Plagio; la Impunidad, Privilegio del Régimen del 78«.
Por Jesús Díaz Formoso
Punto Crítico Abogados
“A mí me anticiparon mucho dinero, bueno, mucho dinero para mi exhausta bolsa, la verdad es que no llegó a los seiscientos mil dólares, y aunque al principio lo dudé, ahora que ya no me queda más que un año escaso de vida, eso es lo que dicen los médicos a mi marido y a nuestros hijos y nueras, todos crueles y avergonzados, todos ávidos y parásito, acepto la propuesta y empiezo esta crónica desorientada y levemente ortodoxa: todos debemos someternos a las sabias normas dictadas por los comerciantes y los síndicos”.
Camilo José Cela, “La cruz de San Andrés”(pag 14).
Me encargan la redacción del Epílogo de la novela escrita por mi madre, Carmen Formoso. Una obra que fue objeto de plagio por parte de un Premio Nobel de Literatura y de la mayor Editorial de Europa.
Epílogo, o parte final de una obra literaria, que narra el desenlace de una novela inconclusa o comunica sus consecuencias. Y la primera consecuencia, ha sido verme obligado a recordar. Sentir el dolor del recuerdo. Porque hoy, solo queda la tristeza de la pérdida.
Me obligo a volver a pasar por todo aquello. La primera pregunta ha de ser: ¿qué fue lo que robaron con la novela escrita por mi madre?
Lo que defraudaron fue mucho más que una novela; mucho más, incluso, que la semblanza desinteresada de una época, la Dictadura, y de su desenlace, la “transición”, narrada por quien presenció, vivió y sufrió la calamidades de esos años; en primera persona siempre, desde la abuela a la nieta. La narración de vivencias propias de su autora.
Mucho más que una novela, decimos; porque, en su novela, Carmen Formoso, plasma el espíritu Feminista, que fue el espíritu de su propia vida, de su lucha por la igualdad. Pone a nuestro alcance la comprensión del espíritu indómito que animó a las mujeres subyugadas por el “Viejo Orden”, que al sacudirse las cadenas han alumbrado, están alumbrando, un “Nuevo Orden”, aún por definir.
Si como mujer, la Dictadura le causó graves quebrantos a su personalidad, con la “transición” el nudo construido sobre las mujeres pareció aflojar. Pero solo lo pareció. La realidad no cambió sustancialmente.
Si antes, como mujer, le eran negados los Derechos Humanos, ahora, como Ciudadana, habría de comprobar que en realidad, ningún derecho había recobrado. El único cambio real, que descubriría con gran dolor en el seno de las actuaciones judiciales por el plagio de su primera novela, “Carmen, Carmiña, Carmela”, es la apariencia del cambio.
Comprobó que el poder seguía siendo el mismo poder dictatorial, dulcificado mediante la apariencia de una igualdad que nunca existió.
Ninguna realidad tenía la proclamación constitucional de la Igualdad ante la Ley.
Si hasta entonces había creído que sus padecimientos tenían como explicación el hecho de ser mujer, ahora comprobaría que en realidad, la desigualdad era consecuencia del desigual reparto del Poder entre los ciudadanos de hecho y los ciudadanos de derecho. Entre ricos y pobres.
Comprobó en sus carnes que, en realidad, nada había cambiado; desde luego, no en lo sustancial. Ella seguía siendo discriminada; comprobó que la Corrupción que formó los poderes privados durante la etapa final del franquismo, era la misma Corrupción que dominaba en la Transición. El franquismo, como máquina de enriquecer a una minoría sin escrúpulos, se había conservado intacto en el orden económico y social.
Ella continuaba excluida del Poder. Los que robaron su novela, ilustres próceres del franquismo, eran los mismos; las mismas familias, los mismos canallas. Y, sobre todo, estaban protegidos por los mismos jueces, por los mismos fiscales, por los hijos de los mismos políticos franquistas, ahora encumbrados por el inmenso poder económico y mediático heredado de la Dictadura.
En esta novela, Carmen Formoso quiso dejar escrita su historia, y para ello diseñó un argumento con un esquema temporal inverso al de su propia vida. Ella es “Mamita Carmen”, la sabia, la que conoce el destino y acepta como inevitable la infelicidad de su hija, pero con la certeza de que su nieta habrá de recuperar la dignidad de ser mujer, de ser libre para elegir su propio camino. Ella es “Carmela”, la angustiada mujer que intenta en vano ser libre en un mundo en el que solo a los hombres les está permitido elegir su destino. Y ella es “Carmiña”, la afortunada, la mujer que podrá mirar de igual a igual a los hombres, inteligente y bella, será dueña de su propia existencia.
O eso creyó hasta que el poder descarnado se arrojó sobre ella, despojándole de su obra, que en este caso, fue tanto como despojarla de su vida, pues no otro era el argumento de su novela.
Porque aquí comienza otra novela, de la que es prefacio este Epílogo. Que quizás nunca se escriba, quedando confinada dentro de áridos escritos jurídicos, de difícil lectura.
O quizás, no tan difícil.
Porque el Juicio por Plagio nunca se celebró. Me pregunto: ¿la Historia de las actuaciones judiciales por Delito de Plagio es la misma historia –su continuación- que cuenta Carmen Formoso en su novela?
Dejemos aquí sembrado el campo para futuras cosechas, haciendo una brevísima recensión de lo sucedido en sede judicial, comenzando por dar razón del porque hemos reiniciado, de nuevo, esta empresa editorial.
No es ésta la primera edición de la novela de Carmen Formoso. Hubo una anterior; una autoedición de 3.000 ejemplares, de los que nos robaron 2.000.
La distribuidora, Editorial CIENCIA 3, manifestó que había recibido amenazas para obligarle a destruir los 2.000 ejemplares que le habíamos enviado para su distribución. Y, en efecto, ya habíamos recibido constantes negativas a su distribución, que se excusaban en que Editorial Planeta amenazaba con no servirles pedidos a las librerías que distribuyesen la novela de Carmen Formoso.
Esto nos lo contaría un buen amigo, librero de referencia en La Coruña, que se ofreció a distribuir la novela de Carmen Formoso, en secreto. De inmediato vino a nuestra memoria la distribución de los Libros prohibidos por la Dictadura. De la que evidentemente, nunca nos liberamos.
Cuando fuimos absueltos de los Delitos de calumnias por los que fuimos juzgados (porque en toda esta pesadilla, solo mi madre y yo fuimos juzgados, en un simulacro perverso en el que se nos negaron todas las garantías, aunque finalmente fuimos absueltos: juzgaron a los Denunciantes, pero en los 20 años que transcurrieron hasta la muerte del último imputado, Lara Bosch, nunca se juzgó a los poderosos denunciados), con la Sentencia absolutoria definitiva, la Audiencia Provincial de Barcelona nos amenazó con condenarnos si volvíamos a hablar públicamente del Plagio.
Fue entonces cuando nos enteramos de que ya habían sido destruidos los 2.000 ejemplares. Poco después fallecería el dueño de la distribuidora, Juan Casado, y se cerraría su empresa, dejándonos sin posibilidad de reparación, pues pese a que en privado reconoció que había sido amenazado por la Editorial que llevó a cabo el Plagio, se negó siempre a decirlo públicamente.
La “secuela” judicial de “Carmen, Carmela, Carmiña”, comenzó cuando la prensa se hizo eco de la presentación de la Querella de Carmen Formoso contra Camilo José Cela y la Editorial Planeta (en la persona de su Presidente, Sr. Lara Bosch, pues entonces no era posible querellarse contra sociedades, solo contra su representante legal).
Comenzaron las injurias y calumnias contra Carmen Formoso, la víctima. La prensa corrupta preparaba la defensa de los delincuentes, intentando posicionar a la opinión pública contra ella.
Los mercenarios de la pluma, al servicio de la mayor editorial de Europa y segunda del mundo, Editorial Planeta, se cebaron con ella.
Nos cancelaron, cuando ni siquiera se había inventado tal palabra. Y lo hicieron los mismos que luego impondrían la cancelación del disidente; del denunciante de corrupción, como norma general: El Grupo Planeta, dueño de periódicos, televisiones, radios, y de un imperio económico global. El Grupo empresarial que hoy sabemos que nos manipula a todos, de derecha a izquierda, ya que es propietario de importantísimos medios masivos de todo el espectro de colorines políticos, desde “La Sexta” a “Antena 3”, entre otros muchos.
Las cosas pintaban muy mal para nosotros No podíamos distribuir la Novela plagiada, por lo que ni siquiera podíamos comunicar la realidad del Plagio denunciado.
Pero todo ello cambió gracias a un periodista, maestro de periodistas: Don Eduardo Sotillos, que leyó ambas obras, informando de los verdaderos hechos en su programa de Radio Nacional, “El ojo crítico”.
A partir de este momento, todo empeoró.
El absoluto dominio editorial y mediático de Editorial Planeta, iba a quedar demostrado. Son los Imperiales dueños de la opinión publicada, y constructores, por tanto, de la opinión pública.
Si tan brutal diferencia de medios y posibilidades de actuación no hubiese tenido reflejo en sede judicial, nada más tendríamos que añadir a lo expuesto en el Prólogo de esta novela. Pero las cosas, en este mundo perverso de la formación de la opinión pública, son mucho peores.
Así, la verdadera demostración de poder fue la condena al silencio de la Denuncia de un Premio Nobel de Literatura. Silenciada por el denunciado, la mayor editorial de España y la segunda del mundo entonces.
Todo lo demás vino rodado; la opinión publicada se convirtió en pública y nos convertimos en los malos de la película. Hasta el punto de ser juzgados como Calumniadores.
En todo este desviado proceso, la Corrupción fue la única dirección. Comenzó por la Juez de instrucción, Eugenia Canal, quien se posicionó en nuestra contra hasta que la Sentencia del Tribunal Constitucional que ordenó reabrir las actuaciones judiciales por Plagio y practicar las pruebas que se negaba a practicar, momento en que recuperó su imparcialidad, merece ser destacado el papel de la corrupta Fiscal Raquel Amado, de la que ya hemos hablado en el Prólogo de esta novela.
Raquel Amado, la Fiscal perteneciente a la Asociación de Fiscales del PSOE, siempre al servicio del poder, que se negó a aceptar la Sentencia del TC que ordenaba investigar el plagio, y se opuso a todo acto e investigación judicial, pidiendo en todo momento el archivo de las actuaciones judiciales. Fue el inicio de su particular asalto a los cielos de la corrupción judicial. En 2010 es nombrada vocal del Consejo Fiscal, condecorada con la medalla de San Raimundo de Peñafort (que premia el mérito a la Justicia y recompensa hechos distinguidos o servicios relevantes, de carácter civil, en el campo del derecho) al salir del Consejo Fiscal.
La vida siempre sonríe a los corruptos.
-II-
En la serie de artículos publicados en el digital Punto Crítico con el título «CAMILO JOSÉ CELA y EL PLAGIO. EL PRÓLOGO DE LA NOVELA DE CARMEN FORMOSO, CENSURADO Y PERSEGUIDO: El plagio del Siglo, del que está prohibido hablar«, PARTE 4, apartado 3º, titulado «La Cruz de San Andrés”: claves para su comprensión, hacemos referencia a los textos que Cela introduce en La Cruz de San Andrés, carentes por completo de cualquier relación con la trama de la Novela, en los que relata la verdadera Novela: Cuenta crudamente la trama del Plagio.
Así, como se expone en el Prólogo de la Novela de Carmen Formoso, «Carmen, Carmiña, Carmela»:
Editorial Planeta, por su parte, recibe de Cela un texto escrito, desde el principio hasta el fin, sobre papel higiénico, o lo que es igual, Cela les proporciona un libro de Mierda. Mierda que Planeta se ve obligada a premiar con su máximo galardón. Mierda que el mercader paga a precio de oro. Y que se ve obligada a publicar. Y es tras esta publicación cuando Cela consuma su venganza: Con “La Cruz de San Andrés” Planeta hace público su comportamiento delictivo, pone a disposición del público la evidencia que la delata.
Camilo José Cela se muestra implacablemente cruel con el mercader, a quien hace víctima de una genial historia cuya trama y desenlace no consienten ser encerrados entre las páginas de un libro. “La Cruz de San Andrés” es el instrumento con el que Cela nos quiere hacer ver la verdad oculta tras la literatura de nuestros días: La literatura es un negocio manejado por unos mercaderes sin escrúpulos que son incapaces de diferenciar el oro de la mierda. Pero esto no es algo que preocupe a los editores, ya que el público tampoco lo distingue.
“La Cruz de San Andrés” es un estado de ánimo. Es el desprecio con que el genio de Cela nos invita a descubrir nuestra propia estupidez. Pero también es el guiño que nos permite comprender su mensaje. Entre sus páginas vacías se esconde una historia real, sencilla y triste, cuyo desenlace no está escrito.
***
La Corrupción informativa española (de la que el entramado empresarial de PLANETA S.A. es un actor esencial) lo ha silenciado todo; pero en realidad Cela nos abrió la puerta al conocimiento de un mundo interesantísimo; el mundo del plagio y los Premios Literarios. De primerísima mano; contado por un Premio Nobel. Me siento obligado a decirlo. No lo hice porque esta era una «bala» que reservaba para el Juicio. Pero nunca se celebró. Y la «bala» se desactivó.
A mí me «cancelaron» antes de haber sido «inventada» la denominada «Cultura de la Cancelación», y todo quedó olvidado. «Cancelación», decretada por PLANETA y su filial ANTENA 3, quienes años después, desde «La Sexta», extenderían la «Cancelación» a cualesquiera opositores al Globalismo. La muerte civil, la anulación de las personas, como mecanismo censor.
Incluso se «Cancela» la obra literaria de un Premio Nobel. Tal es el Poder del dinero en este mundo global, en el que ya no son los Estados los actores principales, sino los Poderes Privados de gigantescas Corporaciones Trasnacionales.
Sin embargo, desde este punto de vista, la lectura de «La Cruz de San Andrés», a partir del Prólogo de la Novela de Carmen Formoso, «Carmen, Carmiña, Carmela», resulta bien distinta; enriquecedora y más que digna de atención. No solo por lo que dice el Premio Nobel, sino por cómo lo va a decir al mundo: Utilizando como plataforma un importante certamen literario, ejemplo vivo de cuanto nos muestra Cela en «La cruz de San Andrés»: El Premio Planeta 1994. Tampoco carece de interés conocer la estrategia por medio de la cual esa potente voz pudo ser desactivada globalmente.
Tantos años después, tengo que reconocer que Cela, en La Cruz de San Andrés, nos regaló algo importante; nos dio los mimbres para conocer la realidad del Premio Planeta; el negocio a costa de los escritores desconocidos, un expolio silenciado, que nos empobrece a todos.
«El Gladiador que va a morir saluda al Cesar con un corte de mangas porque también él juega y juzga y se ríe a carcajadas del César y de quienes van a escupir sobre su cadáver, sería espantoso imaginarnos a la humanidad demasiado sumisa, suenan los clarines porque ya empieza la misa negra de la confusión, el solemne acto académico de la más turbia de todas las confusiones» – (Camilo José Cela, “La Cruz de San Andrés”, página 9)
Porque es lo que hace. En La Cruz nos proporciona pasajes ajenos por completo a la trama. «A mi me ofrecieron mucho dinero«. Es una de ellos. Cuenta la historia del Plagio dentro de la obra plagiaria, lo que he referido en el Prólogo de “Carmen, Carmiña, Carmela”. Así, en el tan citado Prólogo a la Novela de Carmen Formoso se expone:
El libro es escrito por Cela de manera que, en primera instancia, aparenta ser una sucesión de elementos inconexos. Con ello intenta aparentar un primer sentido de la novela: una innovación de estilo pretendidamente original. Oculto tras este disfraz, se esconde una nueva confusión, esta vez dirigida a Planeta. Cela sabe que Planeta comprenderá este trasfondo. Gráficamente se puede apreciar que el corte de mangas que el Gladiador Cela dirige a Planeta, en una primera lectura, parece consistir en la pública confesión que se esconde tras la metafórica afirmación, reiterada desde el principio hasta el final de “La Cruz de San Andrés”: la novela merece ser escrita en el más humilde de los soportes, en un papel al cual, por definición, va pegada la mierda (así, entre otras, en la página 9: “Aquí, en estos rollos de papel de retrete marca La Condesita … se va a narrar la crónica de un derrumbamiento”, o en la página 237: “Aquí termina esta crónica de un derrumbamiento, también se me acabó el último rollo de papel de retrete” –respectivamente, primera y última página de la novela “La Cruz de San Andrés”-, otras páginas inciden en ello: página 124: “Guillermina me regaló tres rollos de papel de retrete marca La Condesita, es el mejor sin duda, pero ahora anda muy escaso, es más fácil escribir la crónica de un derrumbamiento en un papel de retrete bueno que en uno malo”, o en la página 146: “Aquí, en estos rollos de papel de retrete marca El Gaiteiro Bucólico, voy narrando por regurgitación, también algo pasmada, la crónica …”).
Claramente, Cela hace ver a Planeta cual es su contribución al premio del Editor: una novela de mierda.
Pero no acaba aquí la confusión urdida por el Nobel. Recordemos que se trata de «la más turbia de todas las confusiones«. Camilo José Cela oculta a Planeta el verdadero significado que esconde «La Cruz de San Andrés«. Y es precisamente aquí donde reside la verdadera genialidad de la novela. Cela consigue que Planeta imprima y distribuya miles de ejemplares de una obra en la que se relata la comisión de la mayor de las infamias.
El final de la concatenación de confusiones desvela la realidad que se esconde tras el negocio de la literatura, la verdadera actividad que constituye el negocio de las grandes editoriales. Cela denuncia cual es la mercancía que estos Césares de la literatura distribuyen: textos desprovistos de valor artístico. Productos cuya única justificación reside en su capacidad para generar beneficios económicos, amparados por la acción publicitaria y mediática de las editoriales, quienes dirigen la atención de los consumidores de libros a su entera voluntad, y en su exclusivo beneficio. Cela considera espantosa la imagen de una humanidad sumisa, de unos lectores idiotizados por la acción editorial. Y se revela contra quienes para él son los culpables de la pérdida del compromiso artístico de la literatura actual.
«La Cruz de San Andrés» se describe por el mismo Cela como «El solemne acto académico de la más turbia de todas las confusiones«. Y efectivamente, la novela utiliza una enrevesada maniobra, en la cual se esconden, una tras otra, la serie de revelaciones que finalmente permitirán al lector avezado comprender que, tras la denuncia del delito cometido por Planeta, al apropiarse de la obra de una autora novel, y utilizar su enorme poder para asegurarse la impunidad, se esconde el verdadero fraude: el terrible daño que ha sufrido la literatura al haber caído en manos de unos mercaderes desprovistos de sensibilidad, que han convertido el arte en el mero objeto de un negocio dirigido a una única meta: el beneficio económico, el aumento de sus ventas.
Toda la trama habría de quedar desvelada desde la cita inicial de La Cruz de San Andrés (what is this quintessence of dust? Man delights not me; no, nor woman neither – SHAKESPEARE, HAMLET, ACTO II, escena ii, 316: «¿qué es esta quintaesencia de polvo? El hombre no me deleita; no, ni mujer tampoco».
Esta cita conduce directa inmediatamente a la obra de Teatro que Shakespeare ubicó dentro de su obra de Teatro HAMLET: «El asesinato de Gonzaga». Teatro dentro de teatro.
-III-
LA SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL (STC 190/2006) QUE ORDENA LA REAPERTURA DE LAS ACTUACIONES POR DELITO DE PLAGIO
Tanto Camilo José Cela como José Manuel Lara Bosch, FALLECIERON ESTANDO IMPUTADOS POR EL PLAGIO A CARMEN FORMOSO. Tras 20 años DE INSTRUCCIÓN JUDICIAL, no quedó nadie vivo para poder juzgarlo.
En este asunto SÓLO HUBO UN JUICIO: EL JUICIO CONTRA CARMEN FORMOSO Y SU HIJO Y ABOGADO, quien redacta estas líneas, Jesús Díaz Formoso, por Calumnias, del que seríamos absueltos en las dos instancias, si bien con la amenaza por parte de la Audiencia Provincial de Barcelona de condenarnos si volvíamos a hablar del asunto.
Meses después, resultaría estimada nuestra Demanda de Amparo Constitucional, que ordenó la reapertura de las actuaciones por delito de Plagio, llevándose a cabo la prueba pericial que nos había sido denegada, y abriendo Juicio Oral contra Lara Bosch, por haber fallecido ya Camilo José Cela. Nunca se celebraría el Juicio, por el fallecimiento de Lara tras 20 años de tramitación judicial.
Así, el Auto de la Sección Décima de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 28 de julio de 2003 confirmó el Sobreseimiento Libre y Archivo decretado por la Juez de Instrucción.
Contra dicho Auto, previo Incidente de Nulidad de Actuaciones (desestimado por Auto de la Sección Décima de la Audiencia Provincial de Barcelona, de 16 de octubre de 2003), Carmen Formoso interpone ante el Tribunal Constitucional, la procedente Demanda de Amparo, que se tramitaría ante la Sección Segunda de la Sala Primera del Tribunal Constitucional, como Recurso de Amparo nº 7364/03, que resultaría estimado por la STC 190/2006, de 19 de junio de 2006, que daría lugar a la reapertura de las Diligencias Previas nº 1050/2001, del Juzgado de Instrucción nº 2 de Barcelona.
-IV-
Una vez reabiertas las actuaciones judiciales, se practica la Prueba Pericial de don Luís Izquierdo, quien concluye señalando: “Con todo, la acumulación de detalles a los que me he referido como curiosos y la cuestión de fechas y plazos, resulta excesiva. De modo que casos de transformaciones en la contemplación reflexiva de ambos textos, sí se producen a juicio de quien esto escribe. Y no siempre la mera casualidad ofrece una explicación satisfactoria”.
Se dicta Auto de Apertura de Juicio Oral contra Lara Bosch, el dueño del Grupo Planeta, Auto que, por mandato legal, resulta irrecurrible. Y sin embargo se admitieron todos los Recursos formulados por los presuntos plagiarios, y su tramitación duró más años; hasta que todos los imputados fallecieron y no se pudo celebrar el juicio contra ellos, archivándose lo actuado; dejando impunes a los poderosos hijos del franquismo, que hoy se presentan como “demócratas de toda la vida”, dispuestos a destruir a quien insinúe lo contrario.
Mi despacho, durante todos esos años, recibió decenas de consultas por parte de escritores que habían sido plagiados, quienes en un principio se mostraron dispuestos a reclamar por sus derechos vulnerados, pero que, al ver lo que a nosotros nos estaba sucediendo, prefirieron, todos y cada uno de ellos, conformarse con lo que ya habían perdido, su Propiedad Intelectual, y no arriesgarse a perder todo lo que nosotros perdimos -que fue mucho, muchísimo- por pretender encontrar Justicia dónde sólo hay Corrupción.
Acabo estas líneas con tristeza; con el recuerdo de mi madre, Carmen Formoso, que escribió una novela y que, por tal pecado, fue destruida, junto con todos los que la apoyaron, incluido su hijo, autor de estas líneas, quien todavía hoy se sigue enfrentando a la venganza de los Jueces Corruptos, que reinan sobre los restos de una sociedad que un día se creyó libre.
«Es la pérdida la que nos enseña el valor de las cosas«
Schopenhauer
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Cita tomada del Escrito formulado por Carmen Formoso, oponiéndose al Recurso de Lara Bosch y Editorial Planeta S.A.; Recurso expresamente excluido por la Ley Procesal, y sin embargo, en el caso «Carmen Formoso contra Editorial Planeta», donde la Ley excluye el Recurso, se formularon, admitieron, tramitaron y resolvieron tres Recursos.
Los tres fueron tramitados contra el Auto que acordó la Apertura del Juicio Oral contra Lara Boch y Editorial Planeta, estas formularon Recurso, que les fue admitido a trámite -indebidamente- y finalmente estimado (parcialmente, dejando al margen de las actuaciones el Delito de Apropiación Indebida), de manera igualmente irregular.
El artículo 783.3 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal establece que no cabe recurso alguno contra el Auto que acuerda la apertura del juicio (excepto en lo relativo a la situación personal del acusado, lo que no era el caso)
Mediante el escrito al que se refiere la Providencia de 14 de julio de 2008, la representación de Editorial Planeta S.A. solicita el Sobreseimiento Libre y Archivo Definitivo de la presente causa criminal. Trascribiremos su párrafo inicial:
“En el presente procedimiento estamos sufriendo una especie de síndrome de SÍSIFO, llevando una y otra vez con esfuerzo la piedra hasta arriba de la montaña, para una vez en la cima, caer aquélla indeflectiblemente ladera abajo”.
Pese a la inicial indignación que nos produjo la referencia al Mito de Sísifo, efectuada por la representación de Editorial Planeta S.A., hemos de agradecer a dicha representación el que –con seguridad, muy a su pesar- con ello hubiere desvelado la verdadera naturaleza de la personalidad psicopática, perversa y antisocial que ha llevado a cabo los hechos aquí enjuiciados, de los que está imputado el Administrador y Representante Legal de dicha Editorial, José Manuel Lara Bosch.
Si, citando a Hegel, “la Historia es el progreso de la conciencia de la Libertad”, para Editorial Planeta S.A. parece que todavía nos encontramos en plena Edad Media, donde prevalecía la razón de la fuerza frente a la fuerza de la razón, donde la sociedad se construía en base a la Desigualdad, al absoluto dominio de los Señores Feudales sobre sus Siervos, en la que no existía, ni como mero concepto, el Estado de Derecho.
En efecto, la comparación que realiza entre la tortuosa instrucción desarrollada en las presentes actuaciones y el Mito de Sísifo, resulta verdaderamente ilustrativa acerca de la actuación desarrollada por Editorial Planeta S.A. en torno a los hechos aquí investigados, pero también, y muy especialmente, viene a exteriorizar el componente psicológico que guía dicha actuación, presuntamente delictiva.
Sísifo, dentro de la mitología griega, como Prometeo, hizo enfadar a los dioses por su extraordinaria astucia. Como castigo, fue condenado a perder la vista y empujar perpetuamente un peñasco gigante montaña arriba hasta la cima, sólo para que volviese a caer rodando hasta el valle, y así indefinidamente.
Más allá de la narración mítica, hemos de rechazar toda comparación con Sísifo, personaje marcado por la avaricia y el engaño, absolutamente opuesto a la personalidad de mi mandante, más cercana a la de Prometeo, “quien no tenía miedo alguno a los dioses, y ridiculizó a Zeus y su poca perspicacia”.
…………………………………..
Evidentemente, para Editorial Planeta, S.A., mi mandante encarnaría el personaje de Sísifo, mientras que la propia Editorial se atribuye el rol del Dios que, enfadado por la osadía de la aquí Querellante, ha decidido que mi mandante –al igual que Sísifo- habrá de sufrir los castigos de la Divinidad a la que –con su denuncia, que daría lugar a la incoación de las presentes Diligencias Penales- osó contrariar.
Y, en efecto –a consecuencia del “enfado” de Editorial Planeta tras la presentación de la Querella que dio lugar a estas actuaciones-, mi mandante (así como su hijo, el letrado que suscribe) se ha visto públicamente vejada por conocidos periodistas y desde relevantes medios de comunicación (es de suponer que, de algún modo, todos ellos tributarios de Editorial Planeta), que durante años la han tachado de demente, de oportunismo, de actuar guiada por un afán de notoriedad, refiriéndose a ella siempre despectivamente, incluso en cuanto a su profesión (“maestrilla de provincias”).
Sin embargo, “los Dioses”, no satisfechos con tales castigos, decidieron la imposición de ulteriores penitencias a mi mandante (así como a su hijo, el letrado que suscribe), instrumentalizando a tal fin a la misma Administración de Justicia, por medio de la presentación de Querella Criminal en la que se acusaba, tanto a mi mandante como a su hijo y Letrado, de los Delitos de Injurias y Calumnias contra particulares, así como del Delito de Calumnias contra la Autoridad (si bien la Denuncia por este último no sería admitida a trámite), en base a la que el Juzgado de Instrucción Nº 21 de Barcelona, incoaría contra ambos las Diligencias Previas nº 1723/ 01, por los supuestos delitos de injurias y calumnias (que habrían sido cometidos con ocasión de la información transmitida en relación con los hechos investigados en las presentes Diligencias Previas nº 1050/2001, de este Digno Juzgado de Instrucción).
Previos los trámites de rigor, tuvo lugar el correspondiente Juicio Oral (en el que, al margen de las sanciones penales y accesorias, se solicitaba como Responsabilidad Civil la cantidad de 300.000 Euros), siendo dictada la Sentencia de 26 de abril de 2005, (Procedimiento Abreviado 424/03 tramitados ante el Juzgado de lo Penal nº 4 de Barcelona), cuyo Fallo dispuso la absolución de los allí imputados (mi mandante y este Letrado); Sentencia absolutoria luego confirmada en Apelación (Sentencia de 21 de Marzo de 2006, dictada en los autos de Recurso de Apelación 238/05 – Sección 10ª de la Audiencia Provincial de Barcelona).
Pocos meses después, sería dictada la STC 190/2006, de 19 de junio de 2006, a la que luego nos referiremos, que daría lugar a la reapertura de las presentes Diligencias Previas nº 1050/2001, de este Digno Juzgado de Instrucción nº 2 de Barcelona, siendonos así –finalmente- concedida la Ampliación y Aclaración del Informe Pericial emitido en estos autos por el Catedrático, Sr. Izquierdo Salvador, a cuyo resultado luego nos referiremos, dejando ahora apuntado que ha supuesto un cambio radical en el criterio de dicho Perito, quien ahora concluye que “Con todo, la acumulación de detalles a los que me he referido como curiosos y la cuestión de fechas y plazos, resulta excesiva. De modo que casos de transformaciones en la contemplación reflexiva de ambos textos, sí se producen a juicio de quien esto escribe. Y no siempre la mera casualidad ofrece una explicación satisfactoria”.
……………………………………………..
Como luego veremos, tras el acto de Ratificación de la Ampliación y Aclaración del meritado Informe Pericial (practicado el día 3 de marzo de 2008), ha quedado desvirtuada la estrategia de los aquí Querellados, en esencia consistente en negar los hechos denunciados por esta parte, desacreditando a mi mandante ante las instituciones (entre ellas, los órganos del Poder Judicial) y ante la opinión pública, aprovechando no solo su capacidad mediática, económica y financiera, sino en especial la singular credibilidad de las manifestaciones de los Querellados, un Premio Nóbel de Literatura y una de las mayores multinacionales editoriales a escala planetaria.
Y es desde esta nueva perspectiva que hemos de valorar la actuación desarrollada por Editorial Planeta, S.A., así como por su Representante Legal, el aquí imputado, Sr. Lara Bosch, en las referidas Diligencias Previas nº 1723/ 01, incoadas contra mi mandante por los supuestos delitos de injurias y calumnias.
Y ello, como ha quedado expuesto, teniendo presente el hecho de haber sido ambos absueltos de tales supuestas Injurias y Calumnias, pese a que la referida la STC 190/2006, de 19 de junio de 2006 (y por tanto, también la práctica de la Ampliación y Aclaración del Informe Pericial emitido en estos autos por el Catedrático, Sr. Izquierdo Salvador) fue dictada con posterioridad a la Sentencia de Apelación que confirmó la absolución de mi mandante y su hijo (el Letrado que suscribe).
En definitiva, siendo ahora clara la realidad de la utilización de la obra literaria nodivulgada, que mi mandante presentó a la convocatoria del Premio Planeta 1994 (la novela “Carmen, Carmela, Carmiña” –CCC-, que consigna en su última página la fecha en que fue finalizada: el día 10/4/1994), para la elaboración de la novela ganadora del mismo Premio Planeta 1994 (La Cruz de San Andrés – LCSA-, presentada por el fallecido Premio Nóbel, D. Camilo José Cela, que en la primera página de su manuscrito consigna como fecha en que comenzó su redacción el día 11/4/1994), y ante la evidencia de la imposibilidad de que Cela hubiere dispuesto de la Novela de mi mandante sin que le hubiera sido proporcionada –directa o indirectamente- por la propia Editorial Planeta, S.A., resplandece, aberrante y brutal, la infamia que se esconde tras la presentación de la citada Querella contra mi mandante y su hijo y Letrado, la absoluta ausencia de cualquier escrúpulo en sus autores, que en su afán de garantizarse la impunidad de su participación en los hechos objeto de la presente Causa Criminal, no dudaron en organizar y llevar a la práctica, abusando a tal fin de su superioridad mediática y financiera, tales hechos que, deliberada e inhumanamente, aumentaron extraordinariamente el sufrimiento de mi mandante, y ello pese a su carácter innecesario a tales efectos, dado que cuando solicitaron la apertura de Juicio Oral contra mi mandante, las presentes actuaciones habían sido Sobreseídas Libremente por Resolución Judicial Firme (luego anulada por el Tribunal Constitucional).
Tal ha de ser la consideración que merece el hecho de que quien, abusando de su superioridad y con incuestionable ánimo de lucro, se había apropiado de una obra literaria ajena y que, tras haber desacreditado públicamente a la autora a la que habían desposeído de su Propiedad Intelectual, había ya logrado la impunidad de tales actos, proceda a ejercitar acciones penales contra quien fue su víctima, acusándola -junto a su hijo- como autores de diversos Delitos de Injurias y Calumnias, afirmando haber sido vulnerado su Derecho al Honor con la denuncia pública de los Hechos que ahora, de nuevo, vuelven a ser investigados en estos autos.
No solo nos referimos a la mera imputación de la comisión de hechos delictivos de que fueron objeto mi mandante y su hijo y Letrado en dichas Diligencias Previas nº 1723/ 01 por los supuestos delitos de injurias y calumnias, sino también a las circunstancias en que tuvieron lugar tales acusaciones, que obligaron a mi mandante (y a este Letrado) a defenderse en dos instancias ante los Órganos Judiciales de Barcelona, a 1.000 kilómetros de distancia de sus domicilios, y muy especialmente, a la cuantía de las Indemnizaciones que se exigieron a mi mandante y a este Letrado, que cifraron en la cantidad de 300.000 Euros, incrementada en costas y gastos, así como por el coste de la publicación de la sentencia condenatoria en los diarios Nacionales “El Mundo” y “El País” (que habría resultado singularmente afrentosa, dado que habría significado una nueva y más grave humillación: verse obligada a pedir públicamente disculpas a quienes la habían desposeído de sus Derechos de autor, por el hecho de haber denunciado los hechos de los que fue víctima, y que la Justicia se había negado a investigar y sancionar), solicitudes que, de haber sido estimadas, habrían arruinado de por vida a mi mandante, maestra jubilada, de muy escasos medios económicos.
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Por otra parte, como consta en las presentes actuaciones, los ejemplares de la obra de Dª María del Carmen Formoso Lapido, “Carmen, Carmela, Carmiña – Fluorescencia”, que el día 20 de abril de 1994 remitió a la entidad Editorial Planeta, S.A., con el fin de tomar parte en la convocatoria de los “Premios Planeta” de 1994 fueron recibidos en dicha editorial en fecha 22 de abril de 1994 (albarán de entrega de SEUR), pero no sería hasta el día 2 de mayo de 1994, que la Editorial expide el recibo.
¿Qué ocurrió con los ejemplares de la novela remitidos por mi mandante a Editorial Planeta S.A. durante ese lapso de diez días, en que estuvieron a disposición de la Editorial, pero no fueron utilizados para sus legítimos fines, es decir, para su inscripción y participación en el certamen literario? Ninguna respuesta se ha ofrecido al respecto en los 10 años trascurridos desde que, en el año 1998, mi mandante presentó su Querella en los Juzgados de La Coruña.
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No nos extenderemos más acerca de los “castigos” que nos han sido impuestos, aunque, evidentemente, los que hemos citado son solo una fracción de ellos, si bien, dada la expresa referencia que a este asunto se ha efectuado de adverso, hemos de añadir como, mediante escrito de 22 de diciembre de 2006, formulado por la representación de Editorial Planeta, SA, en los autos de Recurso de Queja nº 342/2001, tramitado ante la Sección 10ª de la Ilma. Audiencia Provincial de Barcelona (procedente del Juzgado de Instrucción nº 2 de Barcelona – Diligencias Previas nº 1050/2001), dicha representación expuso a dicha Sala “que el contenido de la alegación previa del escrito presentado el 27 de noviembre de 2006 por la representación procesal de María del Carmen Formoso Lapido pudiere contener manifestaciones susceptibles de integrar el delito de calumnias artículo 215 del Código Penal por quienes lo suscriben Jesús Díaz Formoso, abogado, e Ivo Ranera Cahís, procurador”, por lo que solicitó que por dicho Tribunal fuese “deducido testimonio de dicho escrito junto con la copia del presentado por Editorial Planeta el 22 de diciembre de 2006, y remítase al Ministerio Fiscal”, lo que fue acordado. Pese a ello, el Ministerio Fiscal no estimó tales manifestaciones como constitutivas de Delito alguno.
* Adjuntamos copia del Recurso de Súplica interpuesto por esta representación contra la Providencia de 22 de enero de 2007, dictada por dicho Tribunal, en base a la que el Ministerio Fiscal determinó la inexistencia de dichos delitos.
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“El Mito de Sísifo” es el título de un ensayo de Albert Camus (publicado en 1942), en el que enfrenta la cuestión del valor de la vida, presentando el mito griego de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre moderno, que consume su vida en fábricas y oficinas sórdidas y deshumanizadas. De esta forma, Camus plantea la Filosofía del Absurdo, que mantiene que nuestras vidas son insignificantes y no tienen más valor que el de lo que creamos.
Y así, la creación literaria de Carmen Formoso –“Carmen Carmiña Carmela”-, más allá de cualquier valoración subjetiva acerca de su calidad artística, representa el fruto de su esfuerzo vital, como elemento esencial de su lucha contra la insignificancia del valor de la vida, como creación que da sentido a su trayectoria vital, más aún dado su carácter autobiográfico, como la obra en que se plasman sus propias vivencias, sentimientos, convicciones y creencias; en definitiva, expresa sus propias Ideas, en cuanto reflejo de la misma personalidad de su autora.
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ESCRITO DE ACUSACIÓN DE CARMEN FORMOSO CONTRA JOSÉ MANUEL LARA BOSCH, POR DELITO DE PLAGIO (el Juicio no llegó a celebrarse por el fallecimiento del imputado, Sr. Lara, quien -tras fallecer Camilo José Cela- había quedado como único imputado)
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“Carmen, Carmela, Carmiña (fluorescencia)”, de Carmen Formoso
Por iniciativa del Frente de Afirmación Hispanista (http://www.hispanista.org/), institución promotora y benefactora de la cultura hispánica a nivel mundial, dirigida por Fredo Arias de la Canal, se ha editado una obra literaria que consideramos de gran valor y que puede ser de vuestro máximo interés. Se trata de un libro que fue víctima de lo que algunos consideran como uno de los más sonados plagios literarios ocurridos en el siglo XX.Este libro es la novela Carmen, Carmela, Carmiña, publicada recientemente por la editorial Verbum y por el mismo Frente Hispanista, después de mantenerse desconocida durante muchos años, obra original de la gallega Carmen Formoso (1940-2020), quien demandó legalmente al escritor Camilo José Cela (premio Nobel de Literatura) por plagio.Con esta edición que intenta hacer justicia sobre la memoria histórica, el abogado e hijo de la autora, Jesús Díaz Formoso, presenta un texto introductorio que contextualiza y describe los sucesos, incluido el proceso legal.María del Carmen Formoso Lapido (A Coruña, 1940-2020), escritora, poeta y pintora. Licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación, diplomada en Bellas Artes. Alternó su trabajo como maestra Nacional (por Oposición), con la obra pictórica que había iniciado en la adolescencia, y con la escritura. Tenía catorce años cuando La Voz de Galicia publicó tres de sus poemas. Autora de numerosos cuentos infantiles, narraciones y novelas. En 1990 obtuvo un primer premio autonómico en cuentos infantiles ilustrados. Presentó el original de Carmen Carmela Carmiña al premio Planeta en 1994, donde resultara premiado Camilo José Cela con La Cruz de San Andrés. Alarmada, al encontrar allí nada menos que la historia de su propia vida, interpuso una demanda contra el premio Nobel por plagio, juicio que provocaría una tormenta en la escena literaria española.Cierta vez, preguntado por tal asunto, según declaraciones de Marisa Pascual, bibliotecaria de la Fundación Cela, este le confesó: «Todos cometemos errores en esta vida».Página de venta del libro en Verbum (en papel o PDF)Editorial Verbum: https://editorialverbum.es/producto/ carmen-carmela-carmina- fluorescencia/) Frente de Afirmación Hispanista, A. C., México.
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