KHALIL GIBRAN, «Dichos espirituales».

KHALIL GIBRAN, «Dichos espirituales».

 

LECCIONES DE VIDA

KHALIL GIBRAN

 

“El egoísmo, amigo mío, origina ciegas disputas, y las disputas engendran guerras, y las guerras traen consigo la autoridad y la fuerza, que son la causa de los enfrentamientos y la opresión”.

“No busques al amigo para matar las horas, sino búscale con horas para vivir”.

“Solo la semilla que rompe su cáscara es capaz de atreverse a la aventura de la vida”.

“No se puede llegar al alba sino por el sendero de la noche”.

“Y hay quienes tienen poco pero lo dan todo. Estos últimos creen en la vida y en la generosidad de la vida, es por lo que sus cofres jamás están vacíos”.

“Mi enemigo me dijo: “Ama a tu enemigo”. Y yo le obedecí y me amé a mí mismo”.

“El silencio del envidioso está lleno de ruidos”.

“Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes. Los caracteres más fuertes se forjan a base de cicatrices”.

“Vuestra alegría es vuestra tristeza sin máscara. El mismo pozo que da nacimiento a vuestra risa se ha llenado infinitas veces con vuestras lágrimas. ¿Y cómo podría ser sino así? Cuanto más profundamente clave la tristeza su garra en vuestro ser, tanto más alegría podréis contener”.

“La vida sin amor es como un árbol sin flores ni frutos”.

“Amad con devoción, pero no hagáis del amor una atadura. Haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas.”

“El que usa su moralidad como su más bella vestidura mejor andará desnudo.”

“Porque cuando trabajáis con amor estáis en armonía con vosotros mismos, y con los otros, y con Dios. ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer la tela con hilos sacados de vuestro corazón, es como si vuestro ser más amado tuviera que vestirse con esa tela. Construir una casa con cariño, como si vuestro ser más amado hubiese de morar en ella. Es sembrar con ternura y cosechar con gozo, como si vuestro ser más amado hubiera de comer su fruto.”

«Atención al sol que se alza en la oscuridad».

«Cuando estéis alegres, mirad en el fondo de vuestros corazones y hallaréis que lo mismo que os da hoy alegría fue aquello que os llenó ayer de tristeza. Y cuando estéis tristes, mirad de nuevo y descubriréis que estáis llorando por aquello que fue ayer vuestro deleite».

«Si amas a alguien, déjalo libre porque si regresa siempre fue tuyo. Y si no lo hace, nunca lo fue».

«Si revelas tus secretos al viento, no debes culpar al viento por haberlos revelado a los árboles».

«Del sufrimiento han emergido las almas más fuertes. Los caracteres más fuertes se forjan a base de cicatrices».

«Un día me preguntarás que es más importante, si mi vida o la tuya. Yo diré que la mía y tú te irás sin saber que tú eres mi vida».

«No digas, ‘He encontrado la verdad’, sino más bien, ‘He encontrado una verdad’.»

«Todos somos prisioneros, pero algunos de nosotros estamos en celdas con ventanas y otros no».

«Y no olvides que la tierra se deleita al sentir tus pies descalzos y los vientos anhelan jugar con tu cabello».

«Porque el pensamiento es un ave del espacio, que en una jaula de palabras podría desplegar sus alas, pero no volar».

«Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser».

«Aprendí el silencio con los habladores, la tolerancia con los intolerantes y la gentileza con los groseros. Aún por extraño que pueda parecer, soy ingrato para con esos profesores».

«La apariencia de las cosas cambia según nuestras emociones; y así vemos la magia y la belleza en ellas, mientras que la magia y la belleza están realmente en nosotros mismos».

«Nosotros, los que erramos buscando siempre el camino más solitario, no empezamos un día donde el otro concluyó, y ningún amanecer nos sorprende donde el ocaso nos dejó. Viajamos aun cuando la tierra duerme. Somos las semillas de una planta tenaz y es en nuestra madurez y plenitud de corazón cuando nos entregamos al viento para ser diseminadas».

«Siempre se ha sabido que el amor no conoce su propia profundidad hasta la hora de la separación».

«¿Qué es el mal sino el bien torturado por su propia hambre y sed?»

«Si de verdad debes ser sincero, sé sincero y hermoso».

«Las flores de los campos son las hijas del cariño del sol y del amor de la naturaleza. Y los hijos de los hombres son flores del amor y de la compasión».

“El amor no da nada más que a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo. No posee ni es poseído. Porque el amor es suficiente para el amor».

«La perplejidad es el comienzo del conocimiento».

«Cuanto más profundo es el dolor que esculpe su ser, más es la alegría que podrá contener».

«Me consideran loco porque no quiero vender mis días por oro. Y yo los considero locos porque creen que mis días tienen precio».

«La verdadera fuerza que impide que el corazón sea herido es la que le evita crecerse con su grandeza interna. El canto de la voz es melodioso, pero el canto del corazón es la voz pura del cielo».

«En una gota de agua se encuentran todos los secretos de todos los océanos, en un aspecto de ti se encuentran todos los aspectos de toda la existencia».

«Muchos de nosotros pasamos toda nuestra vida huyendo de los sentimientos con la creencia errónea de que no puedes soportar el dolor. Pero ya has soportado el dolor. Lo que no has hecho es sentir todo lo que eres más allá de ese dolor».

«El progreso no consiste en mejorar lo que es, sino en avanzar hacia lo que será».

«La luz de las estrellas que se han extinguido hace años todavía nos alcanza. Igual que los hombres ilustres que han muerto hace siglos, que nos alcanzan con las radiaciones de su personalidad».

«La generosidad está en dar más de lo que puede, y el orgullo está en tomar menos de lo que necesitas».

«En la dulzura de la amistad debe flotar la risa y los placeres compartidos. Porque en el rocío de las cosas pequeñas, el corazón encuentra su alborada, su mañana y se refresca».

«Un hombre que no puede tolerar los pequeños defectos de una mujer, jamás podrá disfrutar de sus grandes virtudes.

«La tristeza no es más que una pared entre dos jardines».

«Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa».

«El ruiseñor se niega anidar en la jaula para que la esclavitud no sea el destino de su cría».

«Amigo mío… yo no soy lo que parezco. Mi aspecto exterior no es sino un traje que llevo puesto; un traje hecho cuidadosamente, que me protege de tus preguntas, y a ti, de mi negligencia. El ‘yo’ que hay en mí, amigo mío, mora en la casa del silencio, y allí permanecerá para siempre, inadvertido, secreto».

«Es nuestro yo interno el que sufre cuando desobedecemos y el que nos mata cuando lo traicionamos».

«El Infierno no está en el remordimiento, está en el corazón vacío».

«Si tu corazón es un volcán, ¿cómo esperas que broten las flores?»

«La amistad es siempre una dulce responsabilidad, nunca una oportunidad».

«Las cosas materiales matan al hombre sin sufrimiento, el amor lo reanima con vivificantes dolores».

«Las lágrimas son fuego que purifica el amor, haciéndolos nítidos y hermosos por una eternidad».

«Tu vida está determinada no por lo que la vida te trae, sino por la actitud que tú traes a la vida. No es lo que te sucede, sino la forma en que tu mente mira lo que sucede».

«De los dos premios principales de la vida, la belleza y la verdad, encontré el primero dentro de un corazón cariñoso y el segundo en la mano de un trabajador».

«Das poco cuando das tus posesiones. Es cuando das de ti mismo cuando realmente das».

«No progresas mejorando lo que ya está hecho, sino esforzándote por lograr lo que aún queda por hacer».

«Los dones que provienen de la justicia son superiores a los que se originan en la caridad».

«Que no haya ningún propósito en la amistad sino en la profundización del espíritu».

«La sabiduría deja de ser sabiduría cuando se vuelve demasiado orgullosa para llorar, demasiado grave para reír, y demasiado egoísta para buscar otra que no sea ella misma.»

«Porque la vida y la muerte son una, así como el río y el mar son uno también».

«Solo la semilla que rompe su cáscara es capaz de atreverse a la aventura de la vida».

«El egoísmo, amigo mío, origina ciegas disputas, y las disputas engendran guerras».

«Aléjame de la sabiduría que no llora, la filosofía que no ríe y la grandeza que no se inclina ante los niños».

«El cariño y la bondad no son signos de debilidad y desesperación, sino manifestaciones de fuerza y resolución».

«Del hablador he aprendido a callar; del intolerante, a ser indulgente, y del malévolo a tratar a los demás con amabilidad. Y por curioso que parezca, no siento ninguna gratitud hacia esos maestros».

«Bueno es dar cuando nos piden; pero mejor es dar sin que nos pidan, como buenos entendedores».

«El pesar y la pobreza purifican el corazón del hombre, aunque nuestras mentes débiles no ven nada de valor en el universo, salvo la comodidad y la felicidad».

«El tirano reclama vino dulce de las uvas ácidas».

«Cuando el amor te llame, síguele, aunque sus caminos sean difíciles y escarpados. Y cuando sus alas te envuelvan, cede a él, aunque la espada oculta entre sus plumas pueda herirte».

«Algunos oyen con las orejas, algunos con el estómago, algunos con el bolsillo y algunos no oyen en absoluto».

 

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KHALIL GIBRANDichos espirituales

Dichos espirituales

 

Ayer -¡y cuán próximo y cuán distante está el ayer!- mi alma y yo fuimos al gran mar para lavar de nuestros cuerpos el tenaz cieno de la tierra.

Al llegar a la playa, buscamos un lugar apartado para escapar a los ojos de la gente. Y mientras caminábamos vimos a un hombre sentado sobra una parda roca polvorienta; sus manos asían una bolsa de la cual extraía, de tanto en tanto, un puñado de sal que luego esparcía en el mar.

Y mi alma me dijo: Este es un pesimista que nada ve en la vida salvo oscuridad. No es digno de contemplar nuestros cuerpos desnudos. 

Busquemos otro sitio.

Continuamos nuestra búsqueda hasta que llegamos a una caleta. Allí vimos a un hombre próximo a una roca blanca, que asía una pequeña caja tachonada de piedras preciosas. Cada tanto extraía un terrón de azúcar de la caja y lo arrojaba al mar.

Y mi alma me dijo: Este es el optimista que busca lo imposible. Tampoco un hombre así es digno de contemplar nuestros cuerpos desnudos. 

Y continuamos nuestra búsqueda hasta que nos encontramos con un hombre que, de pie en la playa, recogía pequeños peces muertos y los devolvía al mar.

Y mi alma me dijo: Este es el tonto compasivo, que intenta devolver la vida a los muertos. Mantengámonos alejados de él.

Y caminamos hasta que vimos a un cuarto hombre que delineaba el contorno de su sombra sobre la arena. Y las olas borraban su dibujo.

Y mi alma me dijo: Este es el místico que erige en su imaginación un ídolo al cual adorar. Dejémoslo.

Encontramos luego a un quinto hombre en una laguna calma y poco profunda, colando la espuma de la superficie del agua y vertiéndola luego en un vaso de alabastro.

Y mi alma me dijo: Este es el idealista que hila sus prendas con la tela de araña. No tiene el privilegio de ver nuestros cuerpos desnudos.

reanudamos nuestro camino hasta que oímos una estentórea voz que decía: ¡Este es el profundo mar; este es el horrible gran mar!

Buscando el origen de la voz descubrimos a un hombre parado de espaldas al agua. Había acercado a su oído un caracol marino y escuchaba el sonido del mar.

Y mi alma me dijo: Partamos, pues este hombre es un escéptico que da la espalda a la totalidad que es incapaz de abarcar, y deja que lo guíe una minucia.

Y seguimos caminando hasta que vimos a un séptimo hombre que permanecía entre dos rocas con la cabeza enterrada en la arena.

Y me dije a mí mismo: Oh, alma, bañémonos aquí, pues este hombre no nos puede ver.

Y mi alma sacudió la cabeza y me dijo: No, y mil veces no. El hombre que ahora ves es el peor de todos. Es el hombre temeroso de Dios que se oculta de la tragedia de la vida, mientras que la vida oculta para él sus alegrías.

Entonces un profundo pesar surcó el rostro de mi alma, y me dijo con plañidera voz: Dejemos estas playas, no hay intimidad aquí. No dejaré que el viento juegue con mis largos cabellos dorados, ni descubriré aquí mi blanco pecho. No me desvestiré ni permaneceré desnuda bajo la luz.

Y mi alma y yo dejamos ese gran mar, y caminamos juntos en busca de un mar más grande.

 

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KHALIL GIBRANDichos espirituales

 

 

 


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