Hoy nos acompaña el profesor Michael Hudson economista de fama mundial y autor de Best Sellers. Bienvenido de nuevo al programa.
Bueno gracias por invitarme de nuevo Glenn.
Recientemente el secretario de Estado, Marco Rubio, explicó que el orden global de posguerra no solo está obsoleto sino que ahora se está utilizando en nuestra contra. Eso es lo que significa obsoleto: está funcionando exactamente como se suponía, pero Estados Unidos ya no es el beneficiario.
Exactamente, y para mí pensé un poco en lo que antes se denominaba el imperio del libre comercio. Si estás en la posición hegemónica a menudo este sistema puede funcionar a tu favor. Si no lo estás, se espera que el libre comercio sea reemplazado por lo que se puede llamar comercio justo.
Pero es interesante en lo que respecta al orden global de posguerra porque hay, supongo, un sentimiento creciente de que el orden económico posterior a la Segunda Guerra Mundial ha llegado efectivamente a su fin y, por lo tanto, Estados Unidos está buscando su propia alternativa.
No está claro en términos más precisos en qué consiste exactamente esto. Por otro lado, también estamos viendo el desarrollo de los BRICS como una alternativa para alejarse del que parece ser un orden económico posterior a la Segunda Guerra Mundial, fallido o ya terminado.
Puede que sea una simplificación excesiva, pero parece que existen al menos estos dos caminos diferentes así que realmente quiero explorar contigo, tanto la visión de Estados Unidos, como la de los BRICS, para reemplazar esta era posterior a la Segunda Guerra Mundial.
De hecho, recientemente me enviaste un capítulo sobre este tema donde te referías a un problema similar como un conflicto civilizacional. Me preguntaba si podrías desarrollar un poco más esta idea.
Bueno por conflicto civilizacional me refiero a la forma en que la sociedad y la economía van a organizarse. Comenzaste tu pregunta con el orden de posguerra de 1944-1945, cuando Estados Unidos, en Bretton Woods, diseñó el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, así como el préstamo británico y la diplomacia británica como un medio para absorber el imperio británico y más tarde el resto de los antiguos imperios europeos en la esfera de influencia de Estados Unidos.
Así que el orden basado en reglas que creó Estados Unidos, eran reglas que favorecían a Estados Unidos.
Los orígenes de esto, para entender realmente la división en el tipo de mundo que tienen las economías industriales occidentales en comparación con la mayoría mundial del 85%, se remonta a dos siglos atrás, al propio despegue del capitalismo industrial en Gran Bretaña, Francia, Alemania, y más tarde EE.UU.
En muchos aspectos se puede decir que el despegue del capitalismo industrial fue revolucionario para los países que se estaban industrializando. Fue revolucionario porque el principio básico del capitalismo industrial era reducir el coste de producción, para que los industriales de Gran Bretaña y otros países pudieran vender a precios más bajos que sus competidores en el extranjero.
¿Cómo lograron vender más barato?
Bueno había tres maneras: la primera era el feudalismo, la aristocracia terrateniente, que controlaba los parlamentos con el objetivo de aumentar sus rentas de la Tierra y con ellas el precio de los alimentos.
Hacia 1815, los industriales liderados por David Ricardo, el banquero bueno Gran Bretaña, no puede competir con otros países si tenemos que pagar a nuestros trabajadores salarios tan altos que cubran las exorbitantes rentas agrícolas de la clase terrateniente, que había impuesto las leyes del maíz, los aranceles agrícolas, en 1815, para bloquear las importaciones extranjeras.
Ricardo dijo que la primera condición para que un país industrial supere y compita con sus rivales, es minimizar el coste de vida de la mano de obra que emplea. Eso significa que necesitamos libre comercio de cereales, alimentos y materias primas, para poder importarlos del extranjero, y eso implica liberar la economía de la renta económica. La renta es el aumento de precio, el exceso del precio sobre el valor real del coste.
Ricardo y toda la escuela de la economía política clásica pretendían mantener los precios de la economía en línea con el coste real de producción, eliminar todos los privilegios especiales.
El primer privilegio era el de la renta de la tierra como mencioné, el segundo privilegio era el de los monopolios.
Desde el siglo XIV hasta el XVI, los reyes de Europa necesitaban aumentar los impuestos para pagar a sus banqueros, quienes les prestaban el dinero necesario para guerrear entre sí.
Los parlamentos de Gran Bretaña y de otros países, evidentemente, se oponían a pagar impuestos, especialmente durante las cruzadas, cuando se oponían a que los reyes de Inglaterra impusieran tributos para pagar a los banqueros con el fin de librar guerras en nombre de Roma, en sus luchas intestinas contra Alemania y otros países que no aceptaban la dominación romana.
Así que los banqueros ayudaron a los reyes en los siglos XIV XV y XV a organizar monopolios comerciales. No se necesita la aprobación parlamentaria para crear un monopolio comercial, y eso generará dinero. Y usted, el rey, como receptor de estos monopolios podrá pagarnos a nosotros los banqueros.
Así que los capitalistas industriales de Inglaterra dijeron «Tenemos que deshacernos de estos monopolios tengamos un mercado libre libre de rentas económicas libre de rentas de la tierra libre de rentas de monopolio.»
Y la tercera cosa que necesitaban era tomar a la clase financiera en general, e integrarla en el orden capitalista industrial. Pero en Inglaterra no han estado prestando para financiar la formación de capital industrial, no prestaron dinero a los inventores de la máquina de vapor –James Watt tuvo que hipotecar tierras para pedir dinero prestado e invertir en sus innovaciones.
Así que estas tres formas renta, de la tierra, renta de monopolio e intereses, que son una forma de renta de monopolio, debían ser eliminadas. Esa fue realmente la tarea de la economía clásica en el siglo XIX, crear un mercado simplificado libre de todos los costes que, en realidad, no eran costes de producción, sino costes de privilegios heredados del periodo medieval.
Bueno, las cosas eran muy diferentes en el resto del mundo. Inglaterra tardó 30 años en deshacerse de las leyes del maíz lo que hizo en 1846 y eso comprometió a Gran Bretaña con el libre comercio con otros países y los estrategas y diplomáticos británicos fueron a otros países y dijeron «Os daremos acceso al mercado británico, podéis comprar manufacturas de Gran Bretaña mucho más baratas de lo que podéis producirlas vosotros mismos, nosotros compraremos vuestras materias primas, vuestros alimentos, vuestros minerales y otros productos, y será un intercambio beneficioso para todos.»
Pues bien, convencieron a Estados Unidos, al menos a los estados del sur, no a los del norte. Y convencieron a la mayor parte del mundo para aceptar esta especialización de la producción entre, por un lado los países capitalistas industriales y por otro las economías anfitrionas productoras de materias primas.
Bueno lo que ocurrió fue que los países industriales acordaron que cuando los superávits comerciales aumentaban mucho, compraban materias primas a bajo precio, las transformaban en productos manufacturados y las vendían, obteniendo beneficios juntos los países europeos, y más tarde Estados Unidos.
Tenían el monopolio de los productos industriales. El problema es que el resto del mundo productor de materias primas acumulaba déficits comerciales.
Para empeorar aún más las cosas, a partir de la década de 1820, las antiguas colonias recién independizadas -desde Haití y el Caribe, México, Brasil y luego las colonias otomanas, Grecia, Egipto y Tunez- todas lograron su independencia, pero tuvieron que endeudarse con acreedores para reconstruir sus economías y empezar a desarrollar su propia industria y autosuficiencia.
Bueno, casi de inmediato todos los países que pidieron préstamos incurrieron en impagos, y para finales del siglo XIX las deudas habían crecido y los impagos se habían acumulado tanto que los países acreedores pudieron nombrar bancos centrales o comisiones monetarias nacionales para gestionar la política fiscal de estos países que habían conseguido su independencia.
Y, por supuesto, en las colonias eran Gran Bretaña, Alemania y Francia las potencias colonizadoras, quienes dirigían todo. Y los países industriales utilizaban sus superávits comerciales para invertir en los países productores de materias primas.
Invertían en ferrocarriles y comunicaciones, compra monopolios de infraestructuras públicas especialmente compraban tierras plantaciones y derechos sobre recursos naturales, bosques, minerales …, para sí mismos.
Y el resultado es que todos estos recursos generadores de rentas, que los economistas clásicos decían que debían ser la base natural de los impuestos, no lo eran. Eran el equivalente al feudalismo, como una carga para los exportadores de materias primas, en el sentido de que aquí los gobiernos y la economía nacional tenían que pagar fuertes rentas o impuestos sobre la renta de la tierra, renta de recursos naturales, que es un tipo de renta de la tierra, renta de monopolio y servicio de la deuda financiera.
Todo ello, a los países acreedores. Así que la lucha, que había sido contra el feudalismo en Gran Bretaña, Francia y Alemania, para el resto del mundo, para la mayoría global, era una lucha contra los intereses rentistas extranjeros, no solo contra sus propios intereses rentistas.
Y esto creó una especie de economía dual, como llegó a llamarse. Por ejemplo, en la década de 1950, América Latina, África y gran parte de Asia, eran denominadas países en desarrollo. Pero no se estaban desarrollando de la misma manera que lo habían hecho las naciones industriales europeas.
No se estaban desarrollando libres de rentas económicas, sino que estaban sujetas a ellas, y sus gobiernos no contaban con suficientes ingresos fiscales internos para poder realizar el gasto en infraestructuras públicas y las subvenciones a la industria que lo hicieran posible.
Eso fue absolutamente fundamental para Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos, que tenían economías mixtas, porque en estos países industriales, el capitalismo industrial estaba evolucionando hacia el socialismo industrial, era una economía mixta en todos estos países, porque la clase industrial decía «Bueno además de alimentar a nuestros asalariados con alimentos importados a precios más bajos vamos a minimizar su coste de vida proporcionando necesidades básicas servicios básicos educación sanidad transporte y monopolios naturales a precios mínimos o a precios subvencionados o incluso gratuitamente«.
En el caso de la educación, vamos a hacer que nuestras economías europeas, y más tarde la economía estadounidense, sean las economías de menor coste del mundo, para poder superar a cualquier posible competencia de Norteamérica, Sudamérica, el sur global básicamente.
Y esa fue una situación que existió durante toda la Segunda Guerra Mundial; durante la Segunda Guerra Mundial muchos de estos exportadores de materias primas, en realidad acumularon grandes cantidades de sus propias reservas extranjeras vendiendo minerales petróleo y otros insumos a los combatientes de la guerra.
Salieron de 1945 en una posición muy fuerte. En ese momento, Estados Unidos impuso sus normas del FMI y del Banco Mundial, que decían tener una doctrina de desarrollo económico que ayudaría a estos países a desarrollarse.
En realidad, les impidió desarrollarse. Así que, en lugar de ser países en desarrollo, se convirtieron en países dependientes. No países en desarrollo, sino economías anfitrionas, en el sentido de ser anfitrionas de lo que se podría incluso llamar un parásito.
El Banco Mundial, por ejemplo, concedía préstamos a los países del sur global, no para su propia producción de alimentos para que pudieran abastecerse a sí mismos y no tuvieran que importar, sino únicamente para exportar cultivos de plantación y cubrir todos los costes de infraestructura, los costes portuarios y el transporte necesario para exportar sus materias primas.
Se opusieron a la reforma agraria y a cualquier intento de producir alimentos que pudieran competir en el mercado y desplazar a los agricultores y exportaciones agrícolas estadounidenses.
Lo mismo ocurrió después de la formación del mercado común con su política agrícola común, que también contaba con fuertes apoyos gubernamentales a los precios y la suspensión del libre comercio para fomentar la inversión agrícola, lo que incrementó enormemente la productividad agrícola europea, al igual que la ley de ajuste agrícola del presidente Roosevelt en Estados Unidos, en la década de 1930, aumentó la productividad agrícola estadounidense siendo muy proteccionista.
Nada de esto ocurrió en los países que eran clientes del Banco Mundial, pues muy pronto estos países volvieron a la situación en la que habían estado desde el siglo XIX: Tenían déficits comerciales, tenían que pedir dinero prestado.
Eso significaba que se endeudaban, y en ese momento el Fondo Monetario Internacional intervino y dijo que la única manera de hacerse rico era empobreciéndose. Esta es una teoría que David Ricardo, el portavoz de los banqueros, había desarrollado en el comité del bullionismo, en 18o9 y 1810.
En Gran Bretaña decían «¿Por qué no os enriquecéis de la misma manera que Gran Bretaña y Europa se enriquecieron reduciendo los costes salariales?«. Pero no redujeron el coste salarial bajando el coste de la vida; lo redujeron impidiendo la formación de sindicatos, simplemente bajando los salarios y no proporcionando ninguno de los apoyos sociales a los salarios que tenía Europa.
Básicamente imponiendo programas de austeridad que tenían un solo propósito: evitar que los gobiernos tuvieran el dinero para invertir en subvencionar su industria y agricultura, para ser independientes de los países europeos, así que básicamente estas eran instituciones antidesarrollo.
El Banco Mundial publicó un informe, bajo la dirección de Macnamara, llamado socios en el desarrollo. Pero en realidad eran socios en la dependencia, socios en el subdesarrollo, porque todo se basaba en principios diametralmente opuestos a los de la economía clásica y a la forma en que se habían desarrollado los países europeos, elevando los niveles de vida-
El Banco Mundial y el FMI pretendían reducir los niveles de vida, alegando que esto los haría más competitivos. Pero esto ignoraba el hecho de que los economistas estadounidenses señalaban que la mano de obra bien remunerada era mucho más productiva que la mano de obra paupérrima y mal pagada, hasta el punto de que se autofinanciaba.
Así que tenías a la mano de obra de Europa occidental y Norteamérica de alta productividad, respaldada por fuertes subsidios estatales y provisión de necesidades básicas, y a la mano de obra poco productiva, que no contaba con ningún apoyo gubernamental o social en los países del sur global.
Y ese es el problema que ha llevado a la crisis actual, que este año ha llegado a su punto álgido. Y esto ha llegado a un punto crítico por dos razones: la razón más obvia es la política arancelaria impuesta por Donald Trump. Esta política impide que otros países, especialmente los países del sur global, obtengan el dinero, los dólares, para pagar sus deudas, exportando al mercado estadounidense.
Ahora bien, si sus deudas están denominadas en dólares, y la única manera de conseguir dólares es exportando a Estados Unidos o Europa, y se les impide hacerlo, ¿cómo pueden pagar?
La única forma en que han podido pagar durante los últimos 50 años, ha sido viéndose obligados a vender y privatizar aún más sus recursos naturales, sus derechos mineros, vender sus monopolios, básicamente aplicar una política de thatcherización a su economía. Y la thatcherización de su economía ha sido tan devastadora para los países del sur global, como lo fue para el Reino Unido. Esa es la crisis.
La segunda crisis, es el hecho de que por primera vez los países del sur global Asia y los países BRICS en su conjunto, tienen una alternativa para evitar la trampa de dependencia en la que han estado atrapados desde 1945, y eso se debe en gran parte a China.
Desde la conferencia de Bandung en 1955, en Indonesia, los países no alineados se reunieron. Tenemos que tener una alternativa al orden económico diseñado por Estados Unidos y Europa, que no responde a nuestros intereses, pero no podían hacerlo solos.
Eran solo individuos, y Estados Unidos, Gran Bretaña y Europa pudieron dividirlos y conquistarlos llevando a cabo cambios de régimen. Básicamente derrocando gobiernos que no eran afines a Estados Unidos. Y el resultado fue esta estructura de economía dual que se generó.
Pues bien, se quedaron atrapados con economías tacherizadas, incapaces de contar con los recursos fiscales con los que Europa se desarrolló. No tienen la soberanía para imponer su propio impuesto sobre la renta de la tierra y los recursos naturales, ni para crear sus propios sistemas monetarios que financiarían su propia industria.
China lo hizo, pero fue necesaria una revolución en 1949, bajo Mao. Al igual que en Rusia hizo falta una revolución, que eliminara a la clase terrateniente y a la clase financiera. Y la pregunta es ¿cómo van a emular los países BRICS el modelo capitalista industrial chino, o el modelo socialista industrial con características chinas.
Básicamente, las características chinas son las de Adam Smith, John Stuart Mill, Marx, toda la escuela económica clásica, que desarrolló la idea de liberar a las economías industriales de la renta económica, de los privilegios especiales, y convertirlas en economías industriales eficientes.
Esa es la crisis. Y el hecho de que estos países ahora puedan tener un modelo alternativo, es lo que los estadounidenses afirman que es un choque de civilizaciones. Y en realidad no es un choque de civilizaciones; es una lucha contra el intento del sur global, los BRICS y la mayoría global, de seguir el mismo camino de civilización que el capitalismo industrial comenzó a desarrollar en el siglo XIX, y sobre el que se basaba toda la ideología económica clásica.
Si relacionamos esto con la declaración de Marco Rubio de que el orden global de posguerra, ahora se utiliza en nuestra contra, se refiere entonces al sistema rentista. La idea de que la moneda, las tecnologías, el sistema bancario, todos estos instrumentos financieros ofrecidos por Estados Unidos, de los cuales extrae rentas, es decir dinero, sin contribuir al proceso productivo, se está eliminando a Estados Unidos de este papel.
¿Es esto a lo que Rubio se refiere, cuando dice que el sistema se está utilizando en nuestra contra, o se trata simplemente de las reglas generales del comercio?
¿Cómo podemos interpretar la declaración de Rubio?
Bueno, no es el sistema el que ha cambiado. Son los Estados Unidos y las economías europeas las que han cambiado.
Lo que comenzó como capitalismo industrial, bajo la economía clásica de liberar las economías de las rentas, realmente no ganó la batalla.
En el siglo XX, los intereses rentistas contraatacaron y se produjo una sustitución de la teoría clásica del valor, el precio y la renta, por la idea de que el precio es igual al valor. No existe tal cosa como la renta económica.
Todo el mundo gana lo que puede, ya sean los propietarios cobrando toda la renta que puedan obtener, los bancos cobrando lo que quieran, incluidas las comisiones por demora. Todo esto se cuenta hoy en el PIB.
Si miras el PIB de Estados Unidos y Europa, la mayor parte son cargos rentistas, rentas de monopolio; pero especialmente cargos por intereses, cargos financieros, bienes raíces y renta del suelo.
Los bancos han concedido cada vez más crédito en relación al precio que los compradores pueden pagar en las hipotecas; cada vez más los costes de la vivienda en Estados Unidos y Europa se pagan a los bancos.
Así que sigue habiendo renta económica en las economías de Estados Unidos y Europa, pero los beneficiarios ya no son la clase terrateniente feudal, sino la clase bancaria. La clase bancaria se ha convertido en el principal rentista, no los terratenientes ni los monopolistas.
De hecho la clase bancaria ha sido la madre del monopolio, la madre de los trusts, organizándolos y luego prestando dinero a compradores y organizadores de trusts y adquisiciones corporativas para crear monopolios y pagar las rentas de monopolio como intereses.
Lo que comenzó como capitalismo industrial, que hizo a Estados Unidos y a las economías europeas tan ricas y productivas, ha acabdo siendo parasitado, al convertirse en Financiero.
Esa es la tesis central de casi todos los libros y artículos que he leído, así que es Estados Unidos quien ha perdido su poder industrial al decidir desindustrializarse.
Básicamente, la lucha de clases volvió a activarse bajo la presidencia de Clinton en los años 90, al trasladar la producción industrial fuera de Estados Unidos, hacia las filiales extranjeras de las corporaciones multinacionales, se permitió que la mano de obra extranjera realizara el trabajo, lo que impidió que los trabajadores estadounidenses se sindicalizaran y aumentaran sus salarios, porque estaban siendo reemplazados por mano de obra inmigrante o, al principio, por mano de obra mexicana y canadiense y luego por mano de obra china y de otros países extranjeros.
Así que Estados Unidos tomó la decisión de desindustrializarse, literalmente. Y esta desindustrialización se ha convertido también en una financiarización, así que se ha reemplazado una economía industrial por una economía financiera centrada en los bancos y en Wall Street, cuya planificación central ha pasado de los gobiernos a los centros financieros de Nueva York, Londres, París, Frankfort y Tokio.
El desarrollo económico del 15% del jardín global y sus aliados, básicamente ha dejado de desarrollarse y ha caído en el mismo tipo de economía rentista contra la que se luchó durante el siglo XIX para crear el poder industrial.
Bueno, eso ha llevado a que Estados Unidos, de repente, se dé cuenta de que ya no puede permitirse crear su propia autosuficiencia industrial.
Entonces ¿cómo vamos a competir? Pues bien el presidente Trump dice que hay dos formas en las que podemos competir, o bien obligamos a otros países a pagarnos tributo creando un imperio, o bien obtenemos rentas de monopolio y rentas financieras.
Podemos obtener rentas de monopolio monopolizando la nueva tecnología de la información y, especialmente, militar. Le diremos a Europa: aumenten su gasto militar del 1,5% del PIB al 5%, pero tienen que comprar todos sus productos militares a Estados Unidos, y eso nos ayudará a equilibrar nuestro comercio internacional y financiar nuestro déficit presupuestario.
Al mismo tiempo, además también tienen que permanecer en el sistema del dólar, de modo que cualquier superávit que los países extranjeros consigan ahorrar de su superávit comercial, superávit de inversión, o ingresos internos, todos sus ahorros monetarios tengan que invertirse en valores del tesoro estadounidense u otros valores estadounidenses en el área del dólar.
Así, la riqueza y la acumulación de todo el mundo se enviarán a EE.UU. Y Trump dice que va a imponer aranceles del 100% e incluso del 500% a los países que intenten utilizar sus ingresos sus superávits comerciales y sus superávits fiscales para desarrollar sus propias economías en lugar de subvencionar la economía de Estados Unidos.
Así que esto es una guerra por parte de Estados Unidos, no solo contra la mayoría global, sino especialmente contra sus propios aliados en Europa y también en Japón y Corea del Sur.
Como acabas de ver, las medidas de Estados Unidos contra Japón y su capacidad para vender automóviles en el país -lo mismo ocurre con Corea-, la imposibilidad de vender aquí sus productos industriales es una declaración de guerra económica contra estos otros países, y la diplomacia estadounidense ha manipulado en cierto modo el resultado mediante su interferencia política y la presión para un cambio de régimen, así como a través de organizaciones no gubernamentales, que han proporcionado una enorme fuente de financiación para promover a oportunistas individuales como políticos o líderes industriales favorables a Estados Unidos y que realmente deben su lealtad a Estados Unidos o a empresas estadounidenses como supongo que se podría decir Merz en Alemania.
Así que tienes a líderes políticos europeos apoyando políticas que refuerzan la dominación de Estados Unidos sobre Europa, mientras que los votantes de estos países europeos no apoyan esto.
Los votantes de Alemania, Francia y otros países, están votando en contra de gastar su dinero en la guerra de Ucrania, en contra de luchar contra Rusia. Quieren poder comprar en el mercado más barato, igual que Inglaterra quería comprar en el mercado más barato en 1815, pero están bloqueados.
En lugar de comprar petróleo y gas ruso a bajo precio, se supone que deben comprar gas natural licuado estadounidense a un precio cuatro o cinco veces mayor. Así que Europa se ha convertido en una dependencia y Estados Unidos está intentando lograr esa misma hegemonía sobre los países BRICS y del sur global.
El problema es que los propios países BRICS y del sur global, no solo tienen gobiernos que en gran medida cuentan con el apoyo de Estados Unidos -por ejemplo los representantes africanos ante el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial son completamente neoliberales-, así que su clase directiva ha sido educada en Estados Unidos o en Reino Unido bajo leyes neoliberales tacheristas o similares de Estados Unidos.
Ni siquiera están familiarizados con los debates políticos que dieron origen al capitalismo industrial, que hizo que Europa fuera tan exitosa en un principio, así que no tienen un modelo. El único modelo que tienen es el de China, que de manera independiente ha reinventado la rueda, la misma rueda que Adam Smith, John Stuart Mill.
Los economistas clásicos británicos desarrollaron de una economía mixta, donde el gobierna la creación de su propio dinero y la asignación de fondos. Así que tienes, por ejemplo, a China haciendo lo que cualquier país que intenta desarrollarse y ser competitivo debería hacer: se crea dinero y crédito para financiar la formación de capital tangible, no solo la formación de capital privado e innovación, sino también infraestructuras básicas, como ferrocarriles de alta velocidad, desarrollo portuario o la iniciativa de la franja y la ruta que China está intentando implementar para crear una estructura de comercio e inversión internacional que haga Asia independiente de Estados Unidos.
Y el presidente de Rusia, Putin, ha dicho que de esto trata realmente la lucha: la lucha consiste en convertir a otros países en naciones soberanas, que controlen su propia política fiscal, política de inversión y política gubernamental.
Pero no pueden ser independientes a menos que graben con impuestos la renta de los recursos provenientes de sus propios recursos que ahora están en manos de empresas extranjeras. Son producidos por el petróleo, la producción de materias primas, la producción minera, los bosques.
Grabar, esencialmente nacionalizar los monopolios y convertirlos en monopolios públicos, no en monopolios rentistas de propiedad extranjera, tienen que desrentabilizar su economía.
Esa es su política. Bueno, en realidad no tienen que nacionalizar estas empresas extranjeras de petróleo y minerales. Simplemente tienen que grabar la renta económica, y como países soberanos, deberían poder grabar la renta económica.
Pero esto se trata como un conflicto civilizacional, como un ataque a la civilización occidental y a la propia democracia. En realidad es una expresión de la democracia, una expresión de su propia soberanía nacional interna, así que esta es la lucha que tienen.
Pero su propia clase dirigente, su propia clase política y la clase más adinerada, que poseen, son en sí mismas rentistas y forman parte de la economía rentista. Una gran parte de la deuda externa de Argentina y Brasil está en manos de argentinos y brasileños, porque saben que son las clases altas, y saben que el gobierno va a pagar la deuda en dólares a ellos mismos y no va a incumplirla.
Así que existe un conflicto de clases dentro de los propios países BRICS, muy similar pero con diferencias clave respecto al conflicto de clases entre trabajo y capital en Occidente. Ese es un factor que complica todo esto y la pregunta es ¿cómo vas a conseguir que los países Bricks y otros países lleven a cabo el mismo tipo de reforma económica que China ha realizado de manera tan eficiente sin que haya una revolución real?
Porque Estados Unidos ha dicho «Si intentáis hacer una reforma os haremos lo mismo que hicimos a Venezuela a Irán a Libia a Chile os derrocaremos no queremos una reforma queremos mantener el poder occidental bajo control.» Y el presidente Putin dio otro discurso, hace apenas una semana, diciendo que en realidad siempre pensamos, desde los años 90, que el sentimiento antiruso que tenían Europa y Estados Unidos era realmente ideológico.
Fue una lucha entre el capitalismo y la ideología soviética y resulta que, ciertamente, ese era un elemento, pero en realidad solo eran antirusos. Querían conquistarnos, querían dividirnos en cinco o seis países diferentes y aplicar la táctica de dividir y vencer, convirtiéndonos en sus colonias.
En realidad todo se reduce a un intento de Estados Unidos y Europa de controlar el mundo, igual que bajo el capitalismo industrial intentaron controlar el mundo mediante el poder industrial y la productividad y controlando los excedentes rentistas, excedentes financieros y rentas de los exportadores de materias primas.
Resulta ser, simplemente, una lucha por el poder en estado puro. Y en eso se ha convertido hoy en día. Entonces, tienes la división entre las economías más financiarizadas de Occidente y las economías capitalistas industriales, al menos aspirantes de los BRICS, así que supongo que lo que más me frustra de Europa es la reticencia a aceptar que han pasado de ser el sujeto a ser el objeto; que de alguna manera, sí hay una resistencia a ver que ahora los europeos son los que están siendo canibalizados por sus socios estadounidenses.
Creo que el liderazgo político ve el futuro de Europa, su grandeza o relevancia, como algo ligado a esta asociación transatlántica, aunque al mismo tiempo hay cierto reconocimiento de que están siendo canibalizados por los estadounidenses.
Así que acabas teniendo políticos como Macron en Francia, que oscila constantemente entre» no podemos permitirnos ser vasallos de Estados Unidos» y al día siguiente «tenemos que mostrar solidaridad con Estados Unidos, para preservar Occidente«.
Así que quieren formar parte de Occidente políticamente, pero se sienten muy incómodos con, o rechazan el, reconocimiento de que ahora están convirtiéndose en efecto en un objeto.
¿Qué pueden hacer los BRICS entonces, en términos de ofrecer una alternativa? Porque el sistema monopolístico, que presentas como la opción de Estados Unidos, no parece una opción muy estable, ni siquiera sostenible. Parece muy extractivo, disruptivo, caótico y condenado al fracaso a largo plazo. Entonces, ¿qué deberían estar buscando los BRICS?
Bueno, déjame hablar primero de Europa. Personas como Macron y sus homólogos en Inglaterra, Starmer, y en Alemania, Merz, son demagogos: por un lado ven que la población de Europa quiere prosperidad, no quieren que el presupuesto esté limitado en la creación de dinero, ni en el déficit.
Quieren que el gobierno tenga déficits para gastar en programas sociales, especialmente para apoyar el nivel de vida o, al menos, para evitar el desastre en el nivel de vida, que ha sido causado por romper el comercio energético con Rusia.
Así que lo que quieren los votantes es una cosa, pero los líderes no responden a los votantes. Son igual que Donald Trump aquí. Básicamente, están sirviendo a sus patrocinadores estadounidenses, y el problema supongo que para Europa, es que toda la forma en que está estructurada la Unión Europea garantiza el fracaso.
La Unión Europea está dirigida por la OTAN, sus responsables de política exterior son halcones militares, cuyo único interés es básicamente estar dispuestos a empobrecer las economías europeas para luchar contra Rusia e intentar agotarla, con la esperanza mítica de que si logran agotar lo suficiente a Rusia, esta será incapaz de continuar la guerra en Ucrania con Europa y Estados Unidos, y habrá un cambio de régimen.
Entonces, los europeos y estadounidenses podrán entrar y repartirse Rusia, como empezaron a hacer bajo Yeltsin en los años 90. Los votantes europeos no tienen un papel que desempeñar en la política europea, bajo la condición de que Europa forme parte de la OTAN y de que sus países estén impedidos de hacer lo que cualquier país soberano debería hacer: crear su propio dinero para financiar su propio gasto, subvencionar su industria y elevar el nivel de vida.
La política monetaria de la Unión Europea se creó para impedir que se incurriera en un déficit presupuestario mediante un estímulo económico de tipo keinesiano, es lo que Europa es, y seguirá siendo, mientras la política europea se siga dirigiendo desde una oficina en el sótano del Pentágono diciendo que hay que arruinar la industria, dejando de importar energía rusa, puedes trasladar tus empresas industriales a Estados Unidos, quizá traer aquí también a tu mano de obra cualificada, pero tendrás que sacrificarte para defender la democracia, una democracia como la que Zelensky ha impuesto en Ucrania, el modelo estadounidense de democracia.
Quiero decir, esto es una farsa, y esto impide que Europa diga «Bueno no vamos a ser parte de una isla frente a la costa de Rhode Island vamos a ser parte de Asia esa es nuestra posición natural socio comercial«.
Toda la prosperidad alemana provino de una integración del comercio y la inversión con Rusia tendrán que volver a unirse con el resto de Asia y ser simplemente otro país entre iguales, pero dicen «No queremos ser iguales queremos dominar; si no podemos controlar otra economía con la que comerciamos, nos sentimos inseguros, nos sentimos amenazados, y si Estados Unidos no puede controlar estas economías, sentimos la amenaza, porque dependemos de Estados Unidos«.
Europa tendrá que darse cuenta de que su enemigo económico no es Rusia ni China; de hecho China y el resto de Asia son el grupo de economías que más rápido crece en el mundo.
Entonces, ¿a quién debería mirar Europa para su desarrollo comercial y de inversiones a largo plazo?, ¿a una economía en declive, como la de Estados Unidos, o a una economía en crecimiento como la de Asia Oriental?
Sin embargo, los líderes europeos dicen «Estamos con la economía en declive vamos a reducir nuestro nivel de vida tan rápidamente como se está reduciendo el nivel de vida estadounidense e impondremos austeridad porque ahí es donde reside nuestra lealtad«.
¿Qué pueden hacer los votantes europeos ante esto, dado el modo en que está organizada la política de la Unión Europea?
Bueno, el mismo problema ocurre en los países BRICS. Estoy seguro de que los votantes de los BRICS querrían decir ¿por qué nuestro país en África o en el sur de Asia o en América Latina no puede seguir la misma política que China?, ¿por qué no podemos deshacernos de lo que para nosotros es el equivalente al feudalismo europeo?
Tenemos que decir que estos dos siglos de desarrollo distorsionado, que nos han convertido en dependencias subsidiarias de las naciones acreedoras industriales, no han funcionado.
Nuestra soberanía consiste en colaborar entre nosotros. Tenemos que empezar de cero. Las deudas no se pueden pagar, a menos que renunciemos a toda nuestra inversión en crecimiento. ¿A quién vamos a poner en primer lugar, vamos a poner a los tenedores de bonos extranjeros en primer lugar, como una reclamación sobre nuestros ingresos fiscales, o vamos a priorizar propio crecimiento económico y nuestra inversión interna para lograr la autosuficiencia económica y el aumento del nivel de vida?
Bueno, unánimemente, los países BRICS dicen «Olvidad el nivel de vida, vamos a seguir al FMI, vamos a imponer austeridad, porque nosotros, en la clase dirigente, la oligarquía clientelar, nos va muy bien, en realidad somos una extensión de la economía capitalista financiera de Estados Unidos«.
Así que esta es la clase dirigente de Argentina, gran parte de Brasil bajo Bolsonaro, de eso trata toda la lucha en Brasil. Este es todo el problema.
No solo se necesita una revolución por parte de los países BRICS y de la mayoría global, en cuanto a su filosofía de desarrollo económico, para adoptar la economía clásica y su liberación de las economías de las rentas, sino que también se necesita una revolución política contra sus propias oligarquías clientelares, que han sido instauradas por este sistema de dependencia impuesto durante los dos últimos siglos, a menudo por la fuerza y la violencia.
Temo que es casi una ley de la naturaleza: podemos decir que una élite política que ya no responde a los deseos de su público, siempre se enfrentará a una agitación política.
Hasta ahora la clase política simplemente ha descartado todas las reacciones a su fracaso en la defensa de los intereses nacionales básicos, calificándolas de populismo, y afirma que los populistas son ilegítimos y deben ser contrarrestados casi por cualquier medio posible.
Ahora bien, esto solo funciona durante un tiempo, porque si no responden al interés nacional, se avecinará una gran inestabilidad o agitación política.
Pero responder al interés nacional, depende de cómo esté organizada la distribución del poder. Y en un sistema multipolar, la realidad actual es que la distribución del poder ya no está concentrada en Estados Unidos.
Las políticas tienen que reflejar esto de alguna manera, parece. Como dices, las élites políticas en Europa están esencialmente cumpliendo las órdenes de Estados Unidos, mientras se ignoran sus propios intereses nacionales.
Me pregunto cuánto tiempo puede continuar realmente esta situación, y si habrá algún intento de, si no unirse a los BRICS, al menos buscar alguna alternativa similar, porque creo que los europeos, aunque los estadounidenses -digas lo que digas de Trump y sus terribles soluciones- a esto al menos intentan buscar un nuevo sistema.
Al menos reconoce que la era posterior a la Segunda Guerra Mundial ha terminado; creo que los europeos siguen en la negación si solo pueden hacer suficiente autosacrificio. Suficiente guerra, suficiente servilismo hacia Trump, entonces de alguna manera pueden recuperar o restaurar esa era.
Creo que esto es lo que tienen en común los estadounidenses, los chinos y los rusos. Creo que se dan cuenta de que esa era ha terminado, y ahora por supuesto hay intereses divididos.
¿Tienes algún comentario final sobre este diría yo tema tan importante? Parece que la era de los últimos 80 años, el sistema económico, está llegando a su fin y no hay un verdadero consenso, e incluso entre las diferentes alternativas no parece haber la claridad conceptual que uno desearía. Me gustaría ver, por ejemplo, que los BRICS tuvieran una alternativa sostenible. Y mucho menos con la administración Trump.
Bueno lo que has descrito Glenn, es el enfoque materialista de la historia. Y ese enfoque sostiene que los países van a hacer, en última instancia, lo que esté en su interés nacional. Hay una especie de supervivencia del más apto, y los más aptos, al final, son los que prevalecen.
Pero eso no es lo que ha ocurrido en gran parte de la historia. No siempre han sobrevivido los más aptos, y el enfoque materialista de la historia ha dejado de lado las razones por las que la carrera no siempre es para el más rápido, como dice la Biblia. Así que realmente no sabemos qué va a pasar hoy. Para Alemania, por ejemplo, no es solo que la era de posguerra haya terminado. La Segunda Guerra Mundial no ha terminado, sigue en marcha.
Merz dice «Queremos hacer del ejército alemán el ejército dominante como lo fue antes«. El ejército dominante al que se refiere es la Wermach, el ejército nazi.
Lo que está ocurriendo en Alemania, es realmente un resurgimiento del nazismo. Es como si, de repente, volviéramos al periodo de la Segunda Guerra Mundial.
En Francia estamos viviendo una dictadura en la que, a pesar de todos los chalecos amarillos y las manifestaciones por todo el país, no han conseguido deshacerse de Macron.
Hay toda una obsolescencia de las constituciones políticas y de la política que ha llevado a que Starmer, en el Reino Unido, simplemente siga a Tony Blair, como parte del desarrollo super thatcherista.
Nada de esto responde al interés nacional de estos países. No es lo que quieren los votantes, pero el sistema político se ha desvinculado de la voluntad de los ciudadanos.
Puede que el único catalizador para esto no se encuentre en Europa, sino en otros países especialmente antiguos, o actuales aliados de Estados Unidos, como Japón y Corea del Sur, que decidan, bueno ahora que ya no podemos tener superávits comerciales con Estados Unidos, ahora que está haciendo con nosotros en Japón lo que hizo con los acuerdos Plaza y Lver en los años 80, quizá tengamos que buscar un acercamiento con China.
Creo que, a medida que Europa occidental vea como otros países asiáticos se unen a China uno tras otro a través del Plan General de Desarrollo chino, la iniciativa de la franja y la ruta y su área general de comercio e inversión, Europa va a darse cuenta de que ellos nos están sacando cada vez más ventaja, nos han dejado atrás.
¿Cuánto tiempo podemos aceptar quedarnos atrás y qué podemos hacer para cambiarlo bien? La pregunta es, ¿se puede lograr esto sin una revolución? No lo sé. ¿Será una revolución pacífica?
¿Cómo se cambia una Constitución que ha dejado a Europa y a las oligarquías clientelares en esta posición?, es una cuestión tanto política como económica. Así que, mientras hablamos en términos de autodeterminación económica, ¿cómo afrontamos el hecho de que existe esta distorsión política de lo que tú y yo consideraríamos la lógica materialista natural de la historia?
Bueno con esas grandes palabras finales, podemos concluir aquí. Al menos me gusta esa posibilidad, porque veo algunas señales optimistas que vienen de Asia oriental. Tanto de Corea del Sur como de Japón. Parece que ellos también se han dado cuenta de que a medida que la era o el sistema posterior a la Segunda Guerra Mundial llega a su fin, el papel de Estados Unidos cambiará fundamentalmente, incluso llegando a canibalizar a sus aliados.
Algo que, por cierto, también es evidente en la retórica hacia Taiwán, así que mientras esto ocurre, si ellos hacen el cambio, queda por ver si los europeos seguirán sacrificándose de esta manera.
Pero no lo sé. En este momento, estoy muy desilusionado con los europeos, así que sigo siendo pesimista. Pero, al menos, eso es una fuente de optimismo.
Bueno profesor Hudson gracias como siempre. Siempre es fascinante hablar con usted, así que gracias de nuevo.
Gracias Glen.