Resulta complicado expresar los sentimientos que causa el hecho de que una brutal agresión por parte de dos policías, de paisano y fuer de servicio (cuya grabación en video no pudieron secuestrar los policías agresores, pese a intentarlo) a un ciudadano y a su hija de 14 años, haya sido calificada por la Audiencia de Jaén de «Riña tumultuaria«, dando lugar a la imputación de los agredidos y a la excarcelación de los sádicos agresores.
Más complejo resulta aún explicarse la desidia judicial ante los sucesos del día siguiente: Los compañeros de los Policías que agredieron el día anterior, brutalmente, a una menor y a su padre, dispararon con fuego real a los manifestantes que protestaban por la agresión policial. Con la más aberrante Impunidad. Impunidad con Garantía Judicial.
Tiempo después siguen deteniendo manifestantes, mientras excarcelan (sin imponerles siquiera fianza) a los infames policías.Al día siguiente los vecinos, indignados por la sádica violencia policial, convocan una manifestación de protesta. Y los policías, compañeros de los sádicos agresores, les tirotean con munición real.Mientras, los jueces «afinan» la acusación, imputando a las víctimas, y a tal fin, califican la brutal agresión de «riña tumultuaria».Estamos en España, donde los policías más condecorados se dedican a trabajar de Sicarios para los más viles delincuentes de cuello blanco, lo que incluye apuñalar mujeres y amenazar niños.No solo eso, desgraciadamente.Hace unos pocos años, Policías de Cartagena (Murcia), para animar su aburrimiento durante el servicio, SECUESTRARON, TORTURARON Y ASESINARON A DIEGO, porque era pobre y estaba indefenso.Probados que resultaron tales bastardos hechos, al igual que su tenencia ilícita de armas, o la presentación de pruebas falsas para incriminar a su víctima, los autores fueron condenados a una ridícula pena de prisión, que además no fue cumplida más que parcialmente.El Sindicato policial JUPOL, convocó «una concentración de apoyo a los dos agentes junto a la Comisaria de Linares», como informaba El País.Y esto ocurre con un Gobierno «Progresista» al mando de la Policía Nacional. Y es jaleado hasta la náusea por los Nacional Católicos que aspiran a Gobernar y ejercer el monopolio estatal de la violencia policial. Falangistas (Progresistas) contra Tecnócratas (Nacional Católicos). ¿En España ha existido «Transición» o sólo ha habido un larguísimo día de la Marmota?*******
[1] Fuerte represión de la policía contra manifestantes que protestaban en Linares por la paliza que dos agentes propinaron a un vecino
Hay violentas agresiones, personas heridas, disparos a bocajarro con balas de goma y detenciones: Recopilación hecha por Tortuga de vídeos y de noticias sobre el «caso Linares».
Grupo Tortuga, 14-2-2021
Otro ángulo del disparo a bocajarro y posterior omisión de socorro de la policía:
En este vídeo publicado por Canal Sur se puede observar la actuación policial desde otro ángulo. Es necesario saber cuál es el estado de salud de la persona tendida en el suelo y si la herida es fruto del impacto de una bala de goma. Las armas que disparan balas de goma pueden llegar a ser letales como en el caso de Íñigo Cabacas en abril de 2012.
Comentarios sobre el pelotazo y la omisión de socorro en Menéame: https://www.meneame.net/story/otro-angulo-disparo-bocajarro-posterior-omision-socorro-policia
Juan Miguel Garrido @Juanmi_News: Veo dos niños pequeños a la izquierda en los primeros segundos de estas imágenes junto a la persona a la que está pegando la @policia en Linares. Qué barbaridad. Hostia el empujón que le mete el @policia a la persona del chaquetón rojo: VIDEO
Herida de arma de fuego confirmada en los disturbios de Linares: Anoche en los disturbios de linares a mi sobrino le dispararon con arma de fuego en una carga: VIDEO:
La dura confesión sobre uno de los policías de Linares: «Me metió la pistola en la boca«:
Tensión en los juzgados de Linares
***Más disturbios en Linares tras la agresión policial a un vecino en la calle Espronceda
***Alta tensión en Linares el día en el que los policías arrestados tomaron declaración en Jaén capital***
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SUMARIO:
[1] Fuerte represión de la policía contra manifestantes que protestaban en Linares por la paliza que dos agentes propinaron a un vecino, Grupo Tortuga
[2] «CASO LINARES»:¿Psicópatas o Policias? Grabación de la agresión a la menor y a su padre (VIDEO)
[3] Así comenzó la agresión de Linares: «¿Qué le pasa al mierda éste?», le dijo al Subinspector de Policía su compañero, Por Ángel Moya
[4] El auto del juez revela que los policías de Linares se encuentran en la cárcel por riesgo de fuga y destrucción de pruebas, Por Ana Sola
[5] «La prisión provisional no es respuesta a una situación de alarma social», reprocha la Sala al juez que encarceló a los policías de Linares, Por Cruz Morcillo
[6] El agredido por dos policías en Linares declara como investigado por lesiones, El Periódico
[7] “Los dos policías se volvieron locos pegando”: hablan la hija y el cuñado del apaleado en Linares, Por Jorge García Badía
[8] Libertad provisional para los dos policías detenidos tras agredir a vecinos de Linares, Por Ginés Donaire
[9] Heridos dos manifestantes por disparos de postas de la Policía en los disturbios tras la paliza en Linares, Por J. López
[10] ENTREVISTA AL AGREDIDO POR ARMA DE FUEGO (VIDEO PUBLICO TV)
[11] Retrato de los dos policías de Linares enviados a la cárcel: Manuel, el ligón, y José Luis, el políglota, Por Jorge García Badía
DISPARÉ AL JUEZ; FUÉ SIN QUERER. CREÍ QUE LA PISTOLA ERA DE CHOCOLATE.
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[2] «CASO LINARES»: ¿PSICÓPATAS O POLICÍAS?
¿Psicópatas que son Policías, protegidos por Psicópatas que son Jueces?
Grabación de la agresión a la menor y a su padre, por parte de los sádicos Policías protegidos por los Jueces más Gordos de Jaén
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DECLARACIÓN DE LA VÍCTIMA
[3] Así comenzó la agresión de Linares: «¿Qué le pasa al mierda éste?», le dijo al Subinspector de Policía su compañero
Por Ángel Moya
La secuencia arrancó en la puerta del bar “La Galería” a la hora del cierre. Carlos salía del bar, los dos policías estaban fuera, sentados en una mesa de la terraza. En ese momento el Subinspector de Policía J.L. se levantó para ir al baño y se cruza con Carlos en la puerta del bar, los dos hombres se rozan o se empujan en la puerta. Carlos le explicó al Juez que sólo le rozó y de inmediato le pidió disculpas.
“Vamos 1-0″, le contestó el subinspector, y Carlos respondió “a ver si vamos a empatar”. El comentario no gustó al Subinspector que contestó “¿me estás vacilando?”. En ese momento, según el testimonio de Carlos, interviene el policía Manuel F.N. que acompañaba al inspector retando a Carlos con un “¿qué le pasa al mierda éste?”. Los insultos a Carlos continuaron mientras la discusión subía de tono hasta que Carlos respondió “para mierda yo, mierda tú”. Esa frase debió de parecerle intolerable a los policías, porque en ese momento el policía Manuel F.N. arremete, en palabras de Carlos, contra la víctima y se enzarzan a puñetazos revolcándose ambos por el suelo.
¿Hubo atentado a la autoridad? En realidad es difícil que se cumpla ese presupuesto delictivo porque, según Carlos, e incluso según el testimonio de los dos policías que coinciden en este punto con el vecino de Linares, los agentes hasta ese momento no se habían identificado como policías.
Según Carlos, en esa primera escaramuza no hubo provocación alguna por su parte. Él sólo intentaba defenderse del ataque de un desconocido. El revolcón termina con la mediación del subinspector y del cuñado de Carlos, Javier P.. Este último declaró ayer a continuación de Carlos y ratificó que en ese momento el policía de base le dijo “no voy a parar hasta que sangre” refiriéndose a Carlos.
Ambos grupos se separan y mantienen unos metros de distancia en la misma acera del bar. De un lado los dos policías, del otro Carlos y su cuñado. Es el momento en el que llega la hija de Carlos. Su padre le ha contado al Juez que quería abandonar el lugar. “Me parte el alma que mi hija tuviera que ver aquello”, ha relatado Carlos en varias ocasiones. Se refiere a los siguientes minutos que quedaron capturados para siempre en los teléfonos móviles de los testigos y circularon de forma viral por las redes.
Sólo cuando la víctima estaba seminconsciente en el suelo el policía sacó la placa y le dio con ella en la cara. En esos instantes, Carlos habla de denunciar en comisaría a los desconocidos, cuando ve cómo el policía de menor envergadura se lanza a por él de nuevo, le agarra por el cuello y consigue derribarlo entre una lluvia de puñetazos y patadas.
Su hija grita desesperada e intenta librar a su padre de los golpes. “No les conocía, no sabía que eran policías” insistió Carlos ante el juez. Todavía. Carlos estaba seminconsciente en el suelo, agarrado y golpeado por el policía cuando el Subinspector se acerca y le da un botellazo que le deja KO. Así lo han contado los testigos ante el juez.
“Estaba a punto de perder la consciencia, cuando el policía de más edad (el Subinspector) me dio varios puñetazos en la cabeza, se agachó junto a mi cara, sacó la placa y me dio con ella en la cara diciéndome “¡no sabes con quién te has metido!”. Según la víctima fue la primera vez en la que los policías se identificaron.
Su cuñado le secunda en su declaración judicial, no sabían que eran policías. Los propios agentes aseguran que no se identificaron, aunque en Linares todos sabían que eran policías. La hija de Carlos, de 14 años, golpea a los policías en la espalda para que dejen de patear a su padre mientras está semidesvanecido en el suelo y el Subinspector responde derribándola de un puñetazo directo en la cara.
El resto del relato de Carlos se pierde en la seminconsciencia tras recibir varias patadas en la cabeza por parte de uno de los agentes mientras el otro le tenía retenido en el suelo. Su cuñado relató lo mismo ante el juez antes de regresar a casa con Carlos. Los próximos en declarar serán los numerosos testigos que presenciaron los hechos.
Precisamente por esas patadas en cuestión le preguntó la Fiscal del caso a los policías durante el interrogatorio previo antes de enviarles a prisión provisional acusados de lesiones graves con uso de medios peligrosos y ensañamiento, penados con más de cinco años de cárcel. “El ensañamiento es por la tremenda contundencia, la brutalidad con la actuaron”, puntualiza Manuel García, el abogado de Carlos a ElCierreDigital.com.
La acusación del Juez
De momento el Juez acusa a los dos policías de las lesiones graves y del ensañamiento, pero el abogado de Carlos pide que además se les investigue por detención ilegal y torturas. Algo que el Juez no descarta en su auto, y anticipa que podría ocurrir una vez escuchados los testigos en la próxima semana de febrero.
Manuel García Fernández, abogado penalista de Linares, ve muy factible que los testigos respalden su acusación. “Detención ilegal no es sólo que la policía te detenga y te lleve a comisaría sin argumentos o motivaciones falsas, detención ilegal también es prohibir o impedir la libre circulación de otra persona, en los vídeos se ve claramente cómo, sin que medie provocación ni delito, primero le atacan, él se defiende y terminan inmovilizándole en el suelo dándole una paliza terrible e impidiendo que pueda escapar o simplemente regresar a su casa”.
“Si se hubieran identificado como policías desde el primer momento, todavía sería más claro el delito de detención ilegal, pero es cierto que sólo se identificaron como agentes en los últimos minutos de la paliza, los hechos son los que son, pero eso no quita el delito de detención ilegal”, puntualiza Marcos García.
Los policías intentaron requisar los teléfonos de los testigos
Respecto al auto del Juez que envía a los agentes a prisión provisional, una medida calificada por los sindicatos policiales como excesiva, el letrado la ve conforme a derecho. “Los requisitos para la prisión provisional son el riesgo a sustraerse de una pena elevada si esta es de más de dos años y, en este caso, le están acusando de delitos que podrían sumar cinco años de pena. También existe la posibilidad de reincidencia o de que atentaran contra los bienes jurídicos de la víctima, el policía le ataca dos veces, manifiesta según los testigos “que no va a parar hasta que sangre”, ha pegado a su hija de 14 años un golpe brutal… a mi criterio hay indicios de sobra para temer que vuelvan a atentar contra la víctima”.
Tampoco tienen arraigo, ya que viven solos, no están casados y les acaban de abrir un expediente disciplinario, insiste el abogado, “ese es otro de los requisitos de la Ley para enviar a alguien a prisión provisional”. Otro de los requisitos para decretar prisión provisional es el riesgo de destrucción de pruebas, el letrado aclara “en su condición de policías podrían tener acceso al atestado, a las direcciones de los testigos.
No hay que olvidar que esos mismos testigos cuentan que durante los hechos los policías les exigen que les entreguen sus móviles para hacerse con las grabaciones, incluso uno de los policías le dice a un testigo “me he quedado con tu cara”. Todo esto lo impiden, hay que decirlo, los policías que detuvieron a los agentes agresores, con buen criterio” añade el letrado.
Y es cierto que la neutralidad policial, exquisita hasta el momento, queda fuera de toda duda, especialmente cuando la propia policía decide que la investigación la lleve la Comisaría Provincial de Jaén en vez de la comisaría de Linares donde trabajan los presuntos agresores para evitar malentendidos.
La inclusión de un delito de torturas, el letrado de Carlos lo incluye en la acusación, llama la atención desde un principio, pero el letrado aclara que “no se trata de torturas como si fuera una película, además de esa definición, la Ley también se refiere al delito de tortura como al acto de hacer daño a propósito, humillando a la víctima, está conectado con el daño moral a la víctima… algo que en ese caso sucede ya que mientras le golpean con saña, mientras Carlos está inmóvil, le siguen insultando y además lo hacen delante de todos, especialmente ante los ojos de su hija menor de edad”. “Eso todavía le duele más a Carlos que los moratones y el ojo destrozado, aunque esperamos que finalmente no pierda la visión de ese ojo con la ayuda de los médicos que le tratan”, finaliza Manuel García.
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[4] El auto del juez revela que los policías de Linares se encuentran en la cárcel por riesgo de fuga y destrucción de pruebas
Las denuncias de los dos jóvenes heridos por disparos de la policía con munición real en las protestas se encuentran ya ante el juez
Por Ana Sola
Los dos policías que agredieron en Linares (Jaén) a un hombre y su hija de 14 años, fueron enviados a la cárcel al considerar el juez que había riesgo de fuga y de que destruyeran u ocultasen pruebas, además de para proteger a la víctima, ya que demostraron, según se puede ver en los vídeos, «sentimiento de impunidad» por «su condición de policías».
A todo ello se añade la gravedad de los delitos: lesiones graves, con los agravantes de ensañamiento y abuso de superioridad, por los que podrían enfrentarse a cinco años de cárcel. Incluso apunta el juez que podría ser una pena «aún mucho mayor, si de la instrucción resultase que, en efecto, los detenidos han podido cometer tortura o una tentativa de detención ilegal».
El titular del Juzgado de Instrucción 3 de Linares, encargado del caso, por estar de guardia el día de los hechos, redactó la madrugada del sábado al domingo un auto al que ha podido tener acceso este medio en el que justifica así su decisión de dictar la prisión provisional comunicada y sin fianza, teniendo, sobre todo, en cuenta la declaración de los acusados y el atestado realizado por la Policía donde se incluyeron los vídeos grabados por los testigos.
Tabla de contenidos
- 0.0.1 «Actuaron desproporcionadamente»
- 0.0.2 Riesgo de ocultación
- 0.0.3 Disparos de la policía
- 0.0.4 Pegaron a la hija
- 0.0.5 Expediente disciplinario
- 0.0.6 Protesta ciudadana
- 0.0.7 Ausencia de ensañamiento
- 0.0.8 ‘Mmmm…esa lengua’
- 0.0.9 La mujer en Comisaría
- 0.0.10 Pelea en el pub
- 0.0.11 El ‘agente Jason Derulo’
- 0.0.12 El subinspector de las embajadas
- 0.0.13 Moteros y karatecas
- 1 Historia de la España contemporánea: del 25-S al 25-A
«Actuaron desproporcionadamente»
El juez, que reconoce que en ese momento sólo ha «oído» el testimonio de los dos policías acusados, ya señala que «es evidente que los detenidos actuaron desproporcionadamente«. Y les reprocha que si «lo esperable» es que cualquier ciudadano se comporte de acuerdo a las normas y leyes y que respete los derechos de los demás, «aún más» que lo hagan dos miembros de la Policía Nacional, puesto que entre sus funciones se encuentra precisamente garantizar esa convivencia pacífica y los derechos de los ciudadanos.
Además, cree que «los investigados, a través de sus actos, han puesto de manifiesto que son incapaces de dar cumplimiento a los mandatos legales y constitucionales, pues en caso contrario no estarían» en esa situación.
Los dos policías declararon, según el auto, que fue la víctima quien comenzó la pelea y que éste era sospechoso de haber cometido un delito de atentado contra ellos. Justificando así el haber salido corriendo detrás de él para que no dejase el lugar hasta la llegada de otros agentes que lo identificaron.
En este sentido, el juez dice que «puede ser» que la víctima comenzase la pelea y que quisiesen retenerlo para su identificación, pero que, «aun partiendo» de que eso sea cierto, «no justifica en absoluto la despreciable agresión perpetrada por los detenidos«.
«Es más», cree que «debieron haber considerado el criterio de oportunidad y proporcionalidad» puesto que «la pelea ya se encontraba disuelta, y la policía ya estaba avisada», por lo que no había «ninguna necesidad» de impedir que se marchase.
En cuanto al riesgo de fuga el juez ha tenido en cuenta que el arraigo familiar de los dos policías que estaban destinados en la Comisaría de Linares es escaso, ya que no tienen pareja ni descendencia, según declararon; y su arraigo laboral previsiblemente haya desaparecido, puesto que se les ha abierto un expediente disciplinario por la Policía Nacional, «siendo probable que estén cautelarmente suspendidos de su empleo, ya que se les ha retirado el arma reglamentaria».
Riesgo de ocultación
El juez justifica el riesgo de ocultación, alteración o destrucción de prueba, porque uno de los dos policías detenidos aparece en una grabación de vídeo persiguiendo a una persona que con su móvil se acerca para captar la secuencia de lo que está ocurriendo mientras que el otro está sobre la víctima y lo tiene inmovilizado.
También se le puede ver en frente de un camarero que está barriendo lo que podrían ser los restos de vidrio de una botella empleada en la agresión, sin impedir que esto ocurra, cuando ello claramente es un vestigio del delito que se habría cometido y que, debe ser conservado hasta que aparezcan los agentes de Policía Judicial.
Además tiene en cuenta la condición de policías de ambos, que considera puede darle más facilidades que a un ciudadano medio, «para averiguar datos que les permitan influir indebida e ilegítimamente en las fuentes de prueba, principalmente, testigos».
Por último, se refiere al hecho de que un testigo viera a uno de los agresores «bailando mientras se practicaban» las primeras diligencias, en «el mismísimo lugar de los hechos y ante varias personas», algo que ha negado el detenido, pero que se puede apreciar en los vídeos.
Este hecho, cree el juez, puede ser una demostración de impunidad, que si «no es destruido contundentemente, es más que probable presagiar que los investigados podrían tratar de atentar contra los intereses, los bienes o los derechos» de la víctima y sus allegados.
Disparos de la policía
Por otro lado, continúa la investigación del disparo o los disparos con munición real realizados por parte de la Policía durante los disturbios que se produjeron el sábado por la noche, y por los que resultaron heridos una chica y un joven en las piernas con una decena de perdigones, al utilizarse un arma cargada con postas en lugar de salvas.
Los hechos y los datos recabados por la Policía Judicial ya los tiene el juez, junto con las declaraciones de los dos heridos. En este caso, según fuentes de la Policía, no ha sido necesario que presentasen físicamente denuncia, ya que al tomársele declaración se les leyeron sus derechos como denunciantes y así consta.
También presentó una denuncia la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía ante la Fiscalía de Jaén por la actuación policial durante las protestas y un uso desproporcionado de la fuerza. Asegurando que «se tiene constancia de al menos tres intervenciones en las que se evidencia un desmedido e innecesario uso de la fuerza». Como un «uso injustificado del bastón policial extensible, el empleo de la defensa de dotación, la conocida como porra, cerca de menores y el arrastre de una persona sobre el suelo».
Al parecer, la Fiscalía se habría inhibido en favor del juzgado, al estar este investigando los hechos, a raíz de las denuncias y el atestado de la Policía.
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[5] «La prisión provisional no es respuesta a una situación de alarma social», reprocha la Sala al juez que encarceló a los policías de Linares
La Audiencia de Jaén no ve riesgo de fuga ni destrucción de pruebas e impone 200 metros de alejamiento de la víctima
Por Cruz Morcillo
La Audiencia de Jaén ha acordado la puesta en libertad de los dos agentes de Linares encarcelados hace un mes tras propinar una paliza a un vecino de esa ciudad, Carlos Mendoza, y a su hija. La Sección Segunda ha atendido el recurso de su defensa y no ha fijado ninguna fianza. Impone a los policías una orden de alejamiento de la víctima de 200 metros y comparecencias quincenales en el juzgado. Contra la decisión no cabe recurso por lo que los agentes ingresados en la prisión de Sevilla quedarán libres en las próximas horas. La Fiscalía y la acusación particular se habían opuesto a la libertad.
La Sala recuerda que «la medida de prisión provisional no puede ser utilizada como pena anticipada, ni como respuesta a una situación de alarma social como la generada en el caso de autos en donde se produjo incluso un asedio a la sede judicial por una multitud de personas» (además de graves disturbios en la ciudad en las siguientes horas).
Los magistrados hablan de una riña mutua dado que quienes participaron precisaron tratamiento médico. El titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Linares imputó al policía Manuel F. N. y al subinspector José Luis P. C. un delito de lesiones agravadas por la utilización de medios o formas peligrosas, así como la concurrencia de ensañamiento.
La Sala no ve ninguno de los dos agravantes. «No se aprecia indiciariamente la utilización de ningún tipo de instrumento peligroso», señala el auto y recuerda que la doctrina considera que la utilización del puño desnudo como medio de acometimiento no permite la aplicación del subtipo agravado ni tampoco se infiere de la gravedad de las lesiones que no precisaron la hospitalización de la víctima.
Respecto al ensañamiento que el juez definió como una «violencia atroz», recuerdan que se trata de un concepto jurídico que «no coincide necesariamente con una conceptuación coloquial o, incluso gramatical de la expresión». La mera reiteración de golpes, dicen, no equivale a la apreciación de ensañamiento ni se da el elemento subjetivo, la finalidad de aumentar el dolor de la víctima.
El auto entra a valorar el auto del juez de instrucción en el que avanzaba la posibilidad de imputarles a los dos policías un delito contra la integridad moral y otro de detención ilegal, como pedía la acusación particular. Los jueces son contundentes: ni siquiera indiciariamente se aprecia ninguno de los dos delitos.
La detención ilegal, según detalla el fallo, es decir, la privación de libertad ambulatoria de Carlos Mendoza se limitó al momento de la paliza y no duró más allá de ese tiempo de las lesiones. Tampoco cometieron un delito contra la integridad moral, sostienen, porque para ello habría que partir de la existencia de «actos autónomos tendentes a vilipendiar, humillar o denigrar a la víctima».
La Audiencia considera que no existe riesgo de fuga como para justificar la medida de prisión, teniendo en cuenta las circunstancias personales de los policías (arraigo social y laboral y sin antecedentes penales). Tampoco ven que vayan a alterar o destruir pruebas por ser funcionarios policiales, como señalaba el juez. Hay multitud de grabaciones aportadas a la causa, los testigos ya han declarado y por ser policías no se puede presumir que influirán en los testigos o pruebas.
En último lugar rechazan que haya riesgo para la víctima, puesto que no constan enfrentamientos previos entre las partes que hagan presumir «animadversión» o «deseo de venganza» y en cualquier caso, dicen, hay otras medidas como la impuesta, una orden de alejamiento.
El auto de la Audiencia constituye un varapalo a las tesis mantenidas por el juez instructor quien señaló que era bastante probable que sientan «impulsos de huir de la Justicia» y a esa sospecha contribuye su escaso arraigo familiar (no tienen pareja ni hijos) y su previsible desaparición de arraigo laboral (se les ha abierto expediente disciplinario y pueden ser suspendidos cautelarmente).
No descartaba que pudieran ocultar o destruir fuentes de prueba e incluso que intentaran «atentar contra los intereses, los bienes o los derechos del Sr. Mendoza o sus allegados».
La respuesta que dé la ciudad de Linares a esta decisión judicial es una incógnita.
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MÁS VERGUENZA (SINVERGÚENZAS Y JUECES)
[6] El agredido por dos policías en Linares declara como investigado por lesiones
Los dos agentes declararon ante el juez que la víctima había comenzado la pelea y justificaron la agresión posterior
El hombre que fue agredido junto a su hija de 14 años en la terraza de un bar de Linares (Jaén) por dos policías fuera de servicio ha declarado en calidad de investigado tras una denuncia de los agentes por lesiones y atentado contra la autoridad, según ha informado su abogado.
Según el abogado de Carlos M., la víctima de la agresión, su declaración es un trámite normal cuando se producen denuncias cruzadas. Y ha negado que haya ningún auto que lo acuse de nada, solo una declaración en su doble condición de investigado y afectado, tras la denuncia de ambos policías por lesiones y atentado contra la autoridad.
Los hechos tuvieron lugar el 12 de febrero sobre las siete de la tarde en la terraza de un bar de Linares cuando los dos policías fuera de servicio, tras un encontronazo a la salida del bar, agredieron al hombre y su hija de 14 años, mientras eran grabados por varios testigos que difundieron los vídeos a través de las redes sociales.
Ambos policías culparon, en su declaración ante el juez, a la víctima de haber comenzado la pelea, y justificaron la agresión posterior asegurando que intentaban que no se fuera del lugar para que fuera detenido por sus compañeros por atentado a la autoridad.
Uno de los dos policías, según los partes de lesiones que figuran en el atestado, apenas presentaba lesiones, mientras que el otro habría sufrido la pérdida de una pieza dentaria, contusiones en la cabeza y la cara, erosiones en rodillas, y cervicalgia y lumbalgia.
Por su parte, Carlos M. presentaba, entre otras lesiones, hematomas en la cabeza, contusiones en los pómulos y la zona frontal, fractura de los huesos propios de la nariz, erosiones en los miembros inferiores, y fractura de pared interna de la órbita izquierda con herniación parcial de grasa extraconal y tercio medio del músculo recto medial.
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Linares, en funciones de guardia, ordenó en la madrugada del 13 al 14 de febrero, el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de los dos agentes por un presunto delito de lesiones agravadas por el empleo de métodos o formas peligrosas en el que medió ensañamiento.
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[7] “Los dos policías se volvieron locos pegando”: hablan la hija y el cuñado del apaleado en Linares
“Podían haberlo matado”, dicen los familiares sobre el incidente en la ciudad jienense, por el que se ha celebrado este sábado una protesta.
Por Jorge García Badía
De los 66.700 policías nacionales que prestan un servicio impagable a lo largo de toda España, hoy por hoy, en el Cuerpo Nacional tienen claro dónde tienen dos garbanzos negros: en la Comisaría de Linares. Uno es Manuel, agente de la escala básica, y el otro, José Luis, un subinspector coordinador de servicios.
Estos funcionarios se encuentran en prisión incondicional tras ser detenidos por propinar este viernes una brutal paliza a un vecino de la ciudad, Carlos, además de agredir a su hija, de 14 años y a su cuñado, Francisco Javier, cuando trataron de auxiliar a su familiar. “Le podían haber quitado la vida”, reflexiona Francisco Javier en conversación con EL ESPAÑOL. “Fue increíble el ensañamiento”.
Francisco Javier no termina de dar crédito a cómo terminó la quedada con su cuñado Carlos en la cafetería La Galería, situada en la céntrica calle Espronceda de Linares. “Nos tomamos un café cortado y yo una copa”. Era un plan distinto para romper este viernes con la dichosa rutina de la pandemia de coronavirus.
Cuando faltaban diez minutos para las seis de la tarde, hora del toque de queda para el cierre de la hostelería, Francisco Javier y Carlos se dispusieron a salir del local charlando animadamente. En la terraza, justo a esa hora, estaban sentados los referidos policías nacionales —de paisano— tomando algo en una mesa en compañía de otras dos personas.
— Francisco Javier: ¿Qué fue lo que desencadenó semejante paliza?
— Nos disponíamos a salir del local cuando mi cuñado chocó con uno de los policías, el más alto de los dos (el subinspector José Luis). Ese policía le dijo, en plan coña: ‘Ya hemos chocado, ya vas perdiendo 1-0’. Y mi cuñado le respondió de broma: Bueno, ya desempataremos otro día’. Parecía que la cosa iba a quedar ahí por el tono. Entonces, el otro policía que estaba sentado en la terraza (el agente Manuel), le dijo a mi cuñado: ¿Qué pasa es que tienes un problema? ¡Gilipollas!’ Mi cuñado le miró y le dijo: ‘Yo no tengo ningún problema, pero el gilipollas eres tú’. En ese momento, el tal ‘Manu’ se levantó y se lió a puñetazos. Sólo por eso. Fue un desastre por culpa de cómo iban.
— ¿En qué estado se encontraban los policías que atacaron a su cuñado?
— Iban borrachos y, además de borrachos, iban más de otras cosas.
Los vídeos que un testigo realizó de la brutal agresión —publicados en exclusiva este viernes por EL ESPAÑOL— evidencian que los funcionarios se encontraban bajo la influencia del alcohol. “Al principio, el policía más alto (el subinspector José Luis) intentó separar y se puso delante de su compañero: lo estaba haciendo bien”, subraya insistentemente Francisco, de 43 años. Es incapaz de procesar cómo acabaron apaleando a su cuñado Carlos, un currante de una fábrica de cepillos recogedores para máquinas de basura y limpieza viaria.
“Mi cuñado tiene una fractura en la nariz, se le acumulan coágulos de sangre y se ahoga al respirar, tiene puntos en la ceja…”, enumera sobre el parte de lesiones que sufre su familiar.
En una de las diversas grabaciones realizadas por los testigos, de seis minutos y siete segundos, se recoge el violento ataque que sufrió Carlos a manos de dos policías nacionales de paisano que salieron de farra porque son muy amigos al compartir mismo turno de trabajo. “Ese ensañamiento no es normal por ir con dos copas de más, ese ensañamiento no es normal por unas copas”.
De hecho, hay un momento de la grabación donde parece que las aguas se han calmado hasta que los dos funcionarios comienzan a agredir a Carlos con una ira desmedida. “Yo me puse a hablar con Manuel, a decirle que se calmara, pero él decía que hasta que mi cuñado no echase sangre no iba a parar. Yo le insistí: ‘¿De verdad que nos vamos a pelear por esto?’ Y Manu me cogía de las manos, trataba de troncharme los dedos hacia atrás, y me decía que me iba a ir detenido”.
— ¿Usted asegura que un policía nacional fuera de servicio y bebido le amenazó con arrestarle por tratar de apaciguar una pelea?
— Me dijo que me iba a ir detenido y que también me iba a pegar a mí. Eso se escucha claramente en los vídeos.
Algunos testigos de la agresión llamaron al 112 reclamando la presencia de patrullas policiales en la calle Espronceda y en ese momento los funcionarios volvieron a arremeter contra Carlos. “Ellos se volvieron locos al escuchar llegar las sirenas y comenzaron a pegarle sin parar a mi cuñado: le dieron puñetazos, patadas y le pisaron la cabeza después de reducirlo como en una intervención policial. Estaba tirado en el suelo, tenía la mirada perdida y le seguían pegando a una persona totalmente indefensa. Viví momentos de mucha impotencia porque no podía hacer nada”.
No habla en vano. En la grabación de seis minutos se observa cómo Francisco Javier trata de auxiliar a su cuñado porque está recibiendo una tunda de golpes, por parte de ambos policías nacionales. «Uno de ellos, el agente ‘Manu’ hizo varias veces el amago instintivo de llevarse el brazo al costado como si fuese a coger su arma reglamentaria: ¿Si llega a llevarla qué habría pasado?
Pegaron a la hija
En ese momento, en uno de los vídeos, aparece en escena la hija de Carlos, una menor, de 14 años, que había acudido a entregar un paquete por esa zona y que evidentemente al percatarse de la pelea trató de ayudar a su padre.
“A mi sobrina, el subinspector (José Luis) primero la tiró contra la pared, causándole una fisura en el antebrazo y luego le dio un manotazo y un puñetazo en la cara”. Los testigos comenzaron a increpar a los funcionarios, a pedirles que dejasen de pegar a Carlos, incluso algunos se acercaron a la acera donde se estaba produciendo la agresión y empezaron a filmar a los policías con la intención de recoger su identidad que estaba parcialmente oculta tras las máscaras del coronavirus.
“El subinspector de Policía Nacional le tiró un tercio de cerveza a una mujer de un supermercado que estaba grabando lo que pasaba y después de darle en el pecho la muchacha salió corriendo: iba llorando”, denuncia Francisco Javier. “Hasta uno de los que estaban en la terraza con los policías, le dijo al subinspector que estaba loco por haberle hecho eso a la mujer y se fue a por su amigo y le pegó un galletón: si no les llegan a grabar acabamos mi cuñado y yo en el calabozo”.
Expediente disciplinario
El agente de la escala básica, Manuel, y el subinspector coordinador de servicios, José Luis, acabaron la noche del viernes en los calabozos de la Comisaría de Linares. Este sábado han sido trasladados a los juzgados donde les esperaba una muchedumbre iracunda. «Había mucha gente protestando en la puerta hasta que han llegado los antidisturbios con escopetas y han vaciado la calle», detalla a este diario un testigo.
«La mayoría de la gente se ha quedado en la parte peatonal de la calle del juzgado y otros se han ido a un solar del que iban cogiendo cascotes y escombros para tirarlos a la Policía Nacional, mientras les insultaban, les gritaban y no paraban de gritar reclamando que se haga Justicia».
Desde la Policía Nacional avanzan a EL ESPAÑOL que se ha abierto un expediente disciplinario a los dos funcionarios. “La Dirección General de Policía lamenta y muestra su más enérgica condena por los hechos ocurridos y por la actitud de estos dos policías, que no representan el trabajo diario de servicio público de la Policía Nacional”, tal y como ha indicado un portavoz policial.
“La Comisaría Local de Linares y la Comisaría Provincial de Jaén están elaborando el atestado que se enviará al juez y colaborarán al máximo con éste en todas las diligencias que se practiquen para depurar las responsabilidades”. Este viernes por la noche, Francisco Javier, cuñado de la víctima, acudió a la Comisaría de Policía a presentar declaración. “Cuando fuimos a declarar nos trataron de lujo”.
Carlos no ha podido ir todavía a dependencias policiales a formalizar su denuncia porque este sábado tuvo que regresar al Hospital San Agustín.
“Mi cuñado tiene una fisura en la córnea del ojo izquierdo y le han tenido que bajar otra vez a urgencias para hacerle una valoración: esperemos que no pierda visión”, explica apesadumbrado Francisco Javier.
De hecho, tal es la gravedad de las lesiones que el Juzgado de Instrucción número 3 de Linares cuando reciba el atestado que está elaborando la Policía Judicial de Jaén podría elevar la calificación del delito que se investiga, de una agresión grave, a una tentativa de homicidio. Todo ello sin olvidar los golpes que se llevó la hija de la víctima que es menor de edad.
“Estoy mal: mi padre tiene un derrame y le han sacado una fisura interna en el ojo izquierdo, tiene la nariz partida y le han dado cinco puntos en la ceja”, tal y como corroboraba la joven, de 14 años, a la que EL ESPAÑOL entrevistó la pasada madrugada horas después de la paliza que recibió el hombre de su vida. “Yo venía de entregar un paquete, conforme giré la esquina, vi a dos hombres que se estaban pegando, entonces me di cuenta de que uno de ellos era mi padre, lo cogí y traté de llevármelo a casa y uno de los policías fue otra vez a por él”.
Carlos recientemente sufrió un accidente de tráfico que le provocó una lesión en el menisco, de forma que no pudo volver a levantarse del suelo cuando fue reducido por el agente de la escala básica, Manuel, y el subinspector, José Luis. “Se metieron los dos y empezaron a liarse a puñetazos con mi padre en el suelo: yo sólo traté de defenderle cuando vi que se metieron esos hombres. Iban drogados”.
Protesta ciudadana
Una fuente del Ayuntamiento de Linares ha indicado que están «siguiendo el caso y los concejales velarán para que se haga Justicia. El Cuerpo Nacional de Policía no merece ser manchado por salvajes dentro de sus filas que tienen este tipo de comportamientos”.
De hecho, Francisco Javier, el cuñado de la víctima resalta a este diario que cuando acudió a declarar a la Comisaría recibió “el apoyo del jefe provincial. Me dijo que nadie quiere en su trabajo garbanzos negros y por culpa de dos no van a pagar todos los demás agentes”.
En la página Change.org se ha iniciado una campaña que pide la inhabilitación de los policías nacionales implicados en la brutal agresión a un ciudadano de Linares. “Es por esto que pedimos que cesen del cuerpo nacional de policía a estos dos individuos ya que no refleja el ideal de servir proteger y velar por el cumplimiento de la ley y de la ciudadanía”, tal y como reza la iniciativa que en pocas horas suma más de 2.300 firmas.
Esta tarde se celebra una protesta ciudadana frente a la Comisaría de Linares, a partir 20 de las horas. La familia de Carlos ha lanzado este mensaje: “Pedimos a la gente que se manifieste sin violencia”.
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[8] Libertad provisional para los dos policías detenidos tras agredir a vecinos de Linares
La Audiencia de Jaén descarta el riesgo de fuga de los agentes y que estos actuaran con ensañamiento
Por Ginés Donaire
La Sección Segunda de la Audiencia de Jaén ha decretado la libertad provisional de los dos policías nacionales que se encontraban en la prisión de Sevilla I desde el pasado 15 de febrero por su presunta implicación en una agresión a un vecino de Linares (Jaén) y a su hija de 14 años durante una pelea en la terraza de un bar cuando los agentes se encontraban fuera de servicio. Esta agresión fue el detonante de los graves disturbios producidos en la localidad jiennense en protesta por la actuación policial y que acabaron con 14 detenidos y una veintena de policías heridos de carácter leve, además de otros dos vecinos que denunciaron lesiones tras recibir disparos con escopetas de postas de los antidisturbios.
La Audiencia ha justificado el auto de libertad para los dos policías, un subinspector y un agente de la comisaría de Linares, al considerar que no existe riesgo de fuga. También se rechaza el riesgo de ocultación, alteración o destrucción de las fuentes de prueba relevantes con base en la condición de funcionarios policiales de los dos agentes investigados. En cuanto al posible riesgo para la víctima derivada de una posible reiteración delictiva de los investigados contra su persona, el tribunal apunta que “no consta la existencia de enfrentamientos previos entre las partes que hagan presumir una especial animadversión o deseo de venganza entre ellas”.
El tribunal ha impuesto a los dos policías la obligación de comparecer en el juzgado de guardia los días 1 y 15 de cada mes, y también les prohíbe comunicarse por cualquier medio o acercarse a la víctima principal —el hombre, que sufrió contusiones en los pómulos y fractura nasal—, con quien deberán guardar una distancia mínima de 200 metros.
Ausencia de ensañamiento
Los dos agentes ingresaron en prisión acusados por el Juzgado de Instrucción número 3 de Linares de un presunto delito de lesiones agravadas por el empleo de métodos o formas peligrosas para la salud física de la víctima y en la que había mediado ensañamiento, castigado en el artículo 148 del Código Penal. Sin embargo, la Audiencia Provincial descarta ahora la existencia de ensañamiento. Lo hace apelando a una sentencia del Tribunal Supremo que estipula que “la mera reiteración de golpes no equivale a la apreciación de ensañamiento”.
Además, en contra de lo conocido hasta ahora, la Audiencia de Jaén asegura que fue el vecino linarense C. M. A. quien inició la agresión que originó la actuación posterior de los dos policías. “En un primer momento puede observarse cómo C. M. A. golpea fuertemente con los puños a M. F. N. [uno de los policías], y posteriormente, cuando C. M. A. se marcha del lugar, es seguido por M. F. N. enzarzándose nuevamente, golpeando fuertemente con los puños Manuel a Carlos, estando este en el suelo, siendo golpeado igualmente por J. L. P. [el otro agente]”, se indica en el auto de la Audiencia Provincial de Jaén, conocido apenas tres horas después de celebrada la vista donde se ha visto el recurso de apelación de los dos policías.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Linares también señaló como investigados tanto a C. M. A. como a su cuñado, J. L., por la presunta comisión de un delito de lesiones a los policías, y no descartó en su día imputarles también el delito de atentado a la autoridad. Los dos ya han prestado declaración en el Juzgado que instruye la causa.
Mientras tanto, desde el TSJA se ha informado de que la instrucción de la causa que implica a los dos policías se encuentra ya avanzada, a falta de tomar declaración a un testigo ocular de los hechos propuesto por la defensa de los agentes. Asimismo, se está a la espera del informe del Servicio de Atención a las Víctimas de Andalucía (SAVA) sobre la conveniencia de tomar declaración a la hija menor de edad de la presunta víctima. Finalmente, aseguran que también está pendiente el informe definitivo de Sanidad sobre el hombre agredido supuestamente por los policías, C. M. A.
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[9] Heridos dos manifestantes por disparos de postas de la Policía en los disturbios tras la paliza en Linares
La investigación abierta pretende esclarecer unos hechos que las fuentes consultadas aclaran que se derivan de un «lamentable error»
Por J. López
La Policía Nacional investiga los disparos realizados con una escopeta de postas cargada durante los enfrentamientos con los grupos radicales durante los disturbios generados en Linares por la paliza de agentes a un vecino.
Dos personas, una mujer y un hombre, que participaban en la manifestación han sido víctimas de los disparos fueron ingresados en el hospital San Agustín para que se les extrajeran los perdigones.
El comisario jefe provincial y el comisario de Linares se desplazaron hasta el hospital para entrevistarse con la mujer herida. Posteriormente, de madrugada, los comisarios reciben otra notificación del hospital que les informa de que ha sido ingresado un hombre herido con postas.
La investigación abierta pretende esclarecer unos hechos que las fuentes consultadas aclaran que se derivan de un «lamentable error».
Por su parte la subdelegada del Gobierno de España en Jaén, Catalina Madueño (PSOE), ha manifestado este domingo que la agresión grabada en vídeo el viernes de dos policías cuando estaban fuera de servicio a un varón en la calle «no justifica en absoluto reacciones violentas contra un cuerpo que siempre ha mostrado un desempeño ejemplar y comprometido con la ciudadanía» y los disturbios de este sábado «son inadmisibles, no tienen justificación ni representan el respeto que la labor de la policía nacional merece entre la inmensa mayoría de la ciudadanía».
En un audio remitido a los medios de comunicado, la subdelegada señala que estos dos agentes protagonizan «unos hechos lamentables», ante los cuales muestra «la más absoluta repulsa y condena», pero tiene la convicción de que dichas imágenes «no son en absoluto representativas de la labor de servicio público que desempeña la Policía Nacional, basada en garantizar el imperio de la ley y el ejercicio de las libertades y los derechos de toda la ciudadanía en nuestra provincia».
Ha recordado que estas dos personas han sido detenidas y puestas a disposición judicial, que dictado su ingreso en prisión preventiva, y que la Dirección General de Policía en Madrid ha abierto un expediente para depurar las responsabilidades administrativas que correspondan.
Por ello, y dado que «la indignación legítima que estas imágenes puede haber causado en la población no justifica en absoluto reacciones violentas», ha manifestado su «máximo apoyo y respaldo» a la labor del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en la provincia, así como a todas las mujeres y hombres de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado «por su labor callada para velar por la seguridad y la libertad de la ciudadanía».
«Desde el convencimiento de que nuestro estado de derecho y las instancias judiciales y administrativas competentes sabrán dar la respuesta justa ante unas imágenes lamentables que no representan al CNP», ha concluido.
La hipótesis que maneja la Policía es que la gravedad de los hechos obligó a los agentes a echar mano de todo el material antidisturbios del que disponía, dada la extremada violencia de tres grupos, que motivó que de disolverlos se encargaran agentes de Andújar, Úbeda, Jaén y Linares, que utilizaron escopetas para disparar pelotas de goma.
La mayoría de los disparos realizados por la Policía fueron con salvas (cartuchos sin munición), pero al parecer un agente cogió una escopeta de un coche patrulla sin caer en la cuenta de que estas armas están cargadas con munición real con postas. Los investigadores tratan ahora de determinar qué policía utilizó la escopeta.
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[10] ENTREVISTA AL AGREDIDO POR ARMA DE FUEGO (VIDEO PUBLICO TV)
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A Manu le gustaba conducir el ‘zeta’ con la ventanilla bajada y el codo apoyado para levantar la mano y saludar a las chicas guapas con las que se cruzaba por las calles de Linares. “Siempre iba masticando chicle en plan chulo: te miraba desde el coche patrulla y te hacía la ‘autopsia’ de arriba a abajo”, cuenta una adolescente a la que este policía nacional duplica la edad, pero que no le supuso impedimento para buscarla por redes sociales y contactar con ella. “A mí me empezó a hablar con 18 años, no le conocía de nada, pero es que le hablaba a todas las niñas por Instagram y eso lo sabe todo Linares: no es normal siendo un agente de la autoridad”.
“Era un baboso”, denuncia la adolescente. “Ese policía reaccionaba a las fotos que colgaba en mi perfil de Instagram y se ponía a decirme piropos”. Una noche de farra, esta chica se encontró a Manu tomándose una copa en un conocido local de Linares. “Estaba en el Tomate con una amiga, yo a él no lo conocía en persona, pero como me tenía fichada por mi cuenta en redes sociales se acercó a hablar conmigo”. Esta es la conversación que se produjo, siempre según el relato de esta joven:
Policía Nacional fuera de servicio: ¿Te gusta la fiesta?
Adolescente: Hombre, pues como a todo el mundo
Policía Nacional fuera de servicio: ¿Quieres que te la alegre con esto?
Adolescente: No, no, yo no consumo…
La Policía Nacional ha abierto una investigación a raíz del aluvión de publicaciones que circulan en redes sociales sobre supuestas conductas inapropiadas como la anteriormente relatada, por parte de Manuel: el agente de la escala básica que ha sido encarcelado junto al subinspector, José Luis, por la brutal agresión contra Carlos. Y todo ello, a raíz de un tropezón accidental en la puerta de la cafetería La Galería.
Un portavoz policial subraya que “la Comisaría está abierta para que los padres y las menores presenten denuncia si lo estiman conveniente: se está investigando todo lo que ha circulado en redes sociales sobre este agente”. De manera que el aluvión de información difundido que afecta a Manu, desde que trascendió su implicación en la paliza a un vecino de Linares, se esta escudriñando al milímetro.
Puede haber consecuencias legales en dos direcciones: bien para Manuel o bien para los que han publicado esos mensajes si se demuestra que su contenido es falso. “En cuanto se detecte un delito, como solicitar a una menor una foto en bikini, se comunicará a la autoridad judicial”, ejemplifica el citado portavoz.
La mujer en Comisaría
De momento, este diario ha confirmado que un abogado estudia presentar una demanda contra este agente de Seguridad Ciudadana por un incidente publicado en redes. El resto de las jóvenes entrevistadas no tiene previsto denunciar y todas coinciden en argumentar que airearon esos episodios porque se indignaron al ver que el agente que las rondaba por redes sociales era uno de los que apaleó a Carlos.
“El tío le tira a todo lo que puede”, insiste el mencionado policía nacional. De hecho, como botón de muestra expone dos situaciones rocambolescas que protagonizó Manu, tal y como le conocen sus compañeros. El primer episodio tuvo lugar cuando se echó una novia a la que casi doblaba la edad y con la que tuvo un matrimonio fugaz. “A veces se la llevaba a Comisaría cuando tenía turno nocturno y la metía en la garita de seguridad: allí se pusieron a ver la tele juntos, dos o tres noches”.
A Manu aquel matrimonio le duró dos meses: “La tía era muy joven y él siempre estaba pendiente de lo que hacía”. El segundo incidente, lo protagonizó este agente con la atractiva novia de un futbolista del Linares. “La chica vivía cerca de la casa de Manuel, cada vez que la veía, se iba detrás de ella, la seguía al supermercado y le tiraba los tratos”. El deportista sabedor de que era policía nacional no sabía qué hacer y por pura desesperación le pidió ayuda a este agente: “Me dijo que mediase”.
Al final, el futbolista y su pareja optaron por vengarse del funcionario porque estaban hartos: “Un día se encontraron a la que por aquel entonces era la novia de Manu y le contaron que su pareja se dedicaba a seguir a su vecina”.
Pelea en el pub
Ni su peculiar forma de cortejar a las mujeres ni la noche le han traído nada bueno al agente. En 2019, estando fuera de servicio, como ya le ocurrió este viernes con la paliza a Carlos, este mismo policía nacional se vio implicado en un pelea en un local de copas de la calle Bailén. “Tuvo una pelea con una chica porque le derramó un cubata, se metió el hermano de ella y al final se pelearon, como el bar estaba cerca de la Comisaría, Manuel fue a denunciar al chico y por el camino salió detrás de él y se volvieron a pelear”.
Este policía nacional y el hermano se denunciaron mutuamente, pero la cosa se saldó en un juicio de faltas donde Manu resultó absuelto. Tal incidente no le hizo cambiar su costumbre de frecuentar el Tomate y el Kaipos. “Era habitual verle de fiesta a altas horas de la madrugada y estuvo envuelto en amagos de pelea”, recuerda un abogado sobre este policía que tenía dos caras: una era la del cuarentón fiestero y la otra la de un agente dispuesto a jugarse el pellejo aunque le costase la vida.
A Manuel F. le concedieron la cruz al Mérito Policial con distintivo rojo por una intervención en la Estación de Linares-Baeza con ‘El Pechuga’: miembro destacado de un peligroso clan de la localidad. Manu y su compañero participaban con otros agentes en un control de seguridad cuando un coche, a gran velocidad, se saltó un ceda el paso y casi embiste su vehículo policial. La pareja de funcionarios trató de detener a ‘El Pechuga’ y fueron atacados por decenas de personas.
El ‘agente Jason Derulo’
“A Manu le rompieron la clavícula”. Ahora, esa meritoria intervención que le valió una condecoración en octubre de 2018, junto a su compañero, se ha visto empañada para siempre por su encarcelamiento tras participar en una paliza a un linarense. De poco le sirve también la Medalla de la Ciudad que en febrero de 2019 recibió Manu, después de que el Ayuntamiento de Linares premiase a los 81 miembros de la plantilla de la Comisaría por su lucha contra la droga.
Ahora Manu no para de materse en líos. El último: la Policía Nacional investiga todo lo que está circulando en redes sociales sobre su persona y ha trascendido un vídeo de su cuenta de TikTok donde sale uniformado para marcarse un baile con el tema Savage Love, de Jason Derulo. Todo ello, dentro del vestuario de la Comisaría de Linares.
En esa cuenta de TikTok también difundió un vídeo surrealista, donde simula ser un niño, luciendo una gorra al estilo rapero, y aparece con churretes de Nutella por toda la boca, mientras se escucha el montaje de la voz de un crío diciendo que no ha comido chocolate. La guinda a la grabación es la pregunta que formula a los jóvenes usuarios de esta red: ‘¿Cómo dejáis ser policía a esta gente?’
El subinspector de las embajadas
En sus diez años destinado en su localidad natal, Linares, a Manuel nunca se le había abierto un expediente. Tambien presentaba una hoja impoluta de servicios el subinspector José Luis. “Llegó hace un año aproximadamente a la Comisaría linarense tras lograr un ascenso”. Allí se encargaba de organizar los turnos de trabajo de las unidades de Seguridad Ciudadana y dio muestras de su dilatado bagaje profesional porque ha tenido destinos en el extranjero.
“Estuvo de oficial de policía en la Embajada de Afganistán desempeñando tareas de seguridad y también prestó servicio en la Embajada de Haití cuando fueron los cascos azules después del terremoto”. El primer destino de este funcionario cincuentón fue Málaga y posteriormente Granada: provincia de la que es oriundo.
“Tuve la oportunidad de coincidir con José Luis en Granada y era un magnífico profesional”, resalta un policía nacional de la ciudad granadina. “Estuvo en la Jefatura durante una década, en tareas de Seguridad Ciudadana y con la Unidad de Protección y Seguridad (UPS): era una persona muy metódica”. También se mostraba reivindicativo porque participó en varios actos para reclamar la equiparación salarial de Policía Nacional y Guardia Civil con las policías autonómicas.
Moteros y karatecas
Hace un año aproximadamente, tras pasar un duro proceso selectivo, José Luis ascendió a subinspector. Su nuevo destino era la Comisaría de Linares. En las dependencias linarenses organizaba los turnos y conoció al agente Manuel.
Cuando este mando salía de la oficina para patrullar las calles se iba -en ocasiones- en el ‘zeta’ con Manu. A partir de ahí trabaron amistad: “Los dos eran moteros y quedaban para hacer rutas por carretera”.
También les unía su relación con la artes marciales: “El subinspector José Luis es cinturón negro de karate y el agente Manuel es cinturón negro de kenpo”. Más afinidades: “Eran solteros”. Y la guinda: “Ellos son fiesteros”. Era habitual verlos juntos tapeando en los bares de la calle Nueva y al final cada vez fueron compenetrándose más tanto dentro como fuera del trabajo: “Llevaban un año juntos y han hecho buenas intervenciones como pareja”.
José Luis siempre era el que demostraba más inteligencia. Es políglota: domina el francés y el inglés. “Iba a marcharse a la Embajada de Malí a formar a policías de aquel país: creo que era a través de Europol, tenía muchas posibilidades de irse porque solo le faltaba una prueba y tenía muy buen nivel de idiomas”.
Este viernes se fueron a comer juntos y luego a tomar unos cubatas a La Galería de la calle Espronceda: una cafetería que solían frecuentar. Ellos se sentaron en la terraza con sus dos acompañantes, mientras que en el interior del local había otros dos clientes: Carlos, se estaba tomando un café con su cuñado, Francisco Javier. Ese local se convirtió en el escenario de una paliza a un ciudadano, que les ha costado a estos dos funcionarios el primer expediente disciplinario de sus carreras.
“Están suspendidos de empleo y sueldo”, confirma un portavoz policial. También les ha costado su libertad: ingresaron en prisión investigados por lesiones agravadas con formas peligrosas y ensañamiento. Manu y José Luis, compañeros de trabajo y de juergas, ahora están en un módulo especial del Centro Penitenciario Sevilla 1: sólo alberga a presos pertenecientes a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Ahora habrá que ver si su paso por el penal rompe la unión que demostraron justificando ante el juez su violenta agresión contra Carlos.
Fuentes judiciales indican que el agente y el subinspector defendieron que «aplicaron la fuerza mínima indispensable» contra ese ciudadano: patadas en la cabeza y puñetazos. Todo ello, según subrayaron ambos, porque Carlos puso en riesgo la integridad física de un agente de la autoridad y fue quien inició la pelea en la terraza de La Galería. «Actuamos correctamente en todo momento», defendieron Manuel y José Luis.
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Historia de la España contemporánea: del 25-S al 25-A
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Es increíble que con la gravedad de estos hechos hayan dejado a esta gentuza en libertad, varios meses después de estos hechos. Y con pruebas en su contra para colmo. Me los cruzo yo por la calle y les rebano el pescuezo a cada uno con la opinel de 30 cm. Y acto seguido los dejo desangrándose en el suelo.
Llega un momento en que el nudo que ata nuestras vidas ha de ser resuelto. Y llegará otro momento en que, no sintiendo que haya nada más que perder, solo querramos conservar -recuperar- la Libertad.
Para muchos, la vida tiene una única misión: Proteger la Libertad.
Sin ella, la vida carece de sentido, de interés. Y, cuando lo ha perdido para una parte significativa de nosotros, entonces no habrá ni miedo ni esperanza que temple el ánimo.
Salud y Libertad