LA CRONOLOGÍA DE NEWTON: «The Chronology of Ancient Kingdoms Amended», Sir Isaac Newton (1728), traducción de María José Carrasco García. CAPITULO VI: «Del Imperio de los persas».

ÍNDICE DE LA OBRA

***

LA CRONOLOGÍA DE LOS REINOS ANTIGUOS, ENMENDADA

Por Isaac Newton

CAPITULO VI. Del Imperio de los persas.

 

Ciro, tras haberle traspasado la monarquía a los persas y reinado durante siete años, fue sucedido por su hijo Cambises, que reinó durante siete años y cinco meses, y en los últimos tres años de su reinado sometió Egipto. Este fue sucedido por Mardos, o Esmerdis, el Mago, que fingió ser Esmerdis, el hermano de Cambises.

Esmerdis reinó durante siete meses, y en el octavo mes fue descubierto y asesinado, con un gran número de los Magi, así que los persas llamaron a sus sacerdotes, y en conmemoración de esto, instituyeron un día de aniversario al que llamaron “La matanza de los Magi”. Después reinaron Marafo y Artafernes unos pocos días, y después de ellos, Darío, el hijo de Histaspes, hijo de Arsames, de la familia de Aquemenes, un persa, que fue elegido rey por el relincho de su caballo. Antes de reinar, su  nombre era Oco. Parece que con ocasión de esto, reformó la constitución de los Magi, e hizo a su padre Histaspes, el maestre de ellos o Archimago, pues Porfirio nos dice que  “los Magi eran ese tipo de hombres tan venerables entre los persas, que Darío, el hijo de Histaspes escribió en el monumento de su padre”, entre otras cosas, “que había sido el maestre de los Magi”. En esta reforma de los Magi, Histaspes fue ayudado por Zoroastro.

Así Agatías: “Los persas, en este día dicen simplemente que Zoroastro vivía bajo Histaspes”, y Apuleyo: “Pythagoram, aiunt, inter cautivos Cambisae Regis (ex Aegypto Babylonem abductos) doctores habuisse Persarum Magos, et praecipue Zoroastrem, omnis divini arcani Antistitem)”.

 

 

Cuando Zoroastro conversaba en Babilonia, parecía que él había aprendido sus habilidades de los caldeos, pues tenía conocimientos de astronomía y usaba el año de ellos. Así Q. Curcio: “Magi proximi patrium carmen canebant: Magos trecenti et sexaginta quinqué iuvenes sequebantur,puniceis amiculis velati, diebus totius anni pares número”, y Anmiano: “Scientiae multa ex Chaldeorum arcanis Bactrianus addidit Zoroastres”. Por estas charlas, se le reconoce en varios lugares como un caldeo, un medo, un persa o un bactriano. Suidas lo llama “perso- medo”, y afirma que era “el más habilidoso de los astrónomos, y el primer autor con el nombre de Magi que fue recibido entre ellos”. Esta habilidad para la astronomía, sin duda, le venía de los caldeos, sin embargo, Histaspes, viajó a la India para ser instruido por los gimnosofistas. Estos dos, al unir sus habilidades y autoridad, instituyeron un nuevo tipo de sacerdotes o Magi, y los instruyeron en la clase de ceremonias y misterios de religión y filosofía que ellos pensaron adecuados para establecer la religión y filosofía de ese imperio, y estos instruyeron a otros, hasta que, partiendo de un pequeño número, se convirtieron en una gran multitud. Así, Suidas nos dice que“Zoroastro le dio comienzo al nombre de los Magi”, y Elmacino, que “ reformó la religión de los persas, que antes estaba dividida en muchas sectas”, y Agatías que: “él introdujo la religión de los Magi entre los persas, cambiando sus antiguos ritos y trayendo varias opiniones”, y Anmianonos dice:

“Magiam esse divinorum incorruptissimum cultum, cujus scientiae seculis priscis multa ex Chaldaeorum arcanis Bactrianus addidit Zoroastres: deinde Hystaspes Rex prudentissimus Darii pater; qui quum superioris Indiae secreta fidentius penetraret, ad nemorosam quamdam venerat solitudinem, cujus tranquillis silentiis praecelsa Brachmanorum ingenia potiuntur; eorumque monitu rationes mundani motus & siderum, purosque sacrorum ritus quantum colligere potuit eruditus, ex his quae didicit, aliqua sensibus Magorum infudit; quae illi cum disciplinis praesentiendi futura, per suam quisque progeniem, posteris aetatibustradunt. Ex eo per saecula multa ad praesens, una eademque prosapia multitudo creata, Deorum cultibus dedicatur. Feruntque, si justum est credi, etiam ignem cœlitus lapsum apud se sempiternis foculis custodiri, cujus portionem exiguam ut faustam praeisse quondam Asiaticis Regibus dicunt: Hujus originis apud veteres numerus erat exilis, ejusque mysteriis Persicae potestates in faciendis rebus divinis solemniter utebantur. Eratque piaculum aras adire, vel hostiam contrectare, antequam Magus conceptis precationibus libamenta diffunderet praecursoria. Verum aucti paullatim, in amplitudinem gentis solidae concesserunt & nomen: villasque inhabitantes nulla murorum firmitudine communitas & legibus suis uti permissi, religionis respectu sunt honorati.”.

Así que este imperio estaba al principio compuesto de muchas naciones, cada una de las cuales tenía su propia religión, pero entonces, Histaspes y Zoroastro escogieron la que ellos concebían que era la mejor, la establecieron por ley, y se la enseñaron a los otros, y esos a otros, hasta que sus discípulos fueron lo bastante numerosos para el sacerdocio de todo el imperio. Así pues, en vez de todas esas diversas religiones antiguas, crearon sus propias instituciones en todo el imperio de una forma muy parecida a la que usó Numa cuando ideó e instituyó la religión de los romanos. Esta religión del imperio persa estaba compuesta en parte por las instituciones de los caldeos, en las que Zoroastro estaba bien adiestrado, y en parte por las instituciones de los antiguos Brahmanes, cuyo nombre se suponía que estaba derivado incluso de los Abrahamanes, o hijos de Abraham, nacidos de su segunda esposa, Cetura, instruida por su padre en el culto de UN DIOS, sin imágenes, y enviada al este, donde Histaspes fue instruido por los sucesores de aquellos.

 

 

Hacia la misma época que Histaspes y Zoroastro, vivió también Ostanes, otro eminente Magus: Plinio lo sitúa bajo Darío Histaspes, y Suidas lo hace seguidor de Zoroastro: Llegó a Grecia con Jerjes, parece ser el Otanes de Heródoto, el que descubrió a Esmerdis y formó la conspiración contra él, y quien, por ese servicio, fue honrado por los conspiradores, y se le eximió de ser súbdito de Darío.

En el comentario sagrado de los ritos persas, estas palabras son atribuidas a Zoroastro:  

“ὉΘεὸς ἔστι κεφαλὴν ἔχων ἵερακος. ὁυτὸς ἐστιν ὁπρωτος, ἄφθαρτος, ἀίδιος, ἀγὲνητος, ἀμερὴς, ἀνομοιότατος, ἡνίοχος παντὸς καλου, ἀδωροδόκητος, ἀγαθων ἀγαθώτατος, φρονίμων φρονιμώτατος· ἔστι δὲ καὶ πατὴρ ἐυνομίας καὶ δικαιοσύνης, ἀυτοδίδακτος, φυσικὸς, καὶ τέλειος, καὶ σοφὸς, καὶἱερου φυσικου μόνος ἑυρετής”.

“Deus est accipitris capite: hic est primus, incorruptibilis, aeternus, ingenitus, sine partibus, omnibus aliis dissimillimus, moderator omnis boni, donis non capiendus, bonorum optimus, prudentium prudentissimus, legum aequitatis ac justitiae parens, ipse sui doctor, physicus & perfectus & sapiens & sacri physici unicus inventor”: , y lo mismo fue enseñado por Ostanes, en su libro llamado Octateuco.

Este era el antiguo dios de los Magi persas, y ellos lo adoraban manteniendo un fuego perpetuo para los sacrificios en un altar, en el centro de una zona redonda, rodeada por un foso, sin ningún templo en el lugar y sin adorar a los muertos o a imágenes. Pero en poco tiempo, decayeron, y en vez de adorar a este dios eterno e invisible, adoraron al sol, al fuego, a los muertos y a las imágenes, tal como los egipcios, fenicios y caldeos habían hecho antes, y por estas supersticiones y pretensiones de poder hacer pronósticos, las palabras “Magi” y “Magia”, que significan sacerdotes y religión de los persas, se empezaron a tomar en un sentido negativo.

 

Darío el Grande

 

Darío, o Darab, comenzó su reinado en primavera en el décimo sexto año del imperio de los persas, Anno Nabonass. 227, y reinó durante 36 años según el acuerdo unánime de todos los cronólogos. Durante el segundo año de su reinado, los judíos comenzaron a construir el templo, según la profecía de Hageo y Zacarías, y lo terminaron en el sexto. Además, Darío luchó contra los griegos en Maratón en octubre, anno Nabonass 258, diez años antes de la batalla de Salamis, y murió en el quinto año siguiente, a final del invierno o principio de la primavera, Anno Nabonass 263. Es más, los años de Cambises y Darío están determinados por tres eclipses de luna documentados por Ptolomeo, así que no pueden ser puestos en duda. Así pues, siguiendo esos eclipses y las profecías de Hageo y Zacarías y comparándolos unos con otras, se pone de manifiesto que los años de Darío comenzaron después del día 24 del undécimo mes judío y antes del día 25 de abril, en consecuencia, en marzo o abril.

Jerjes, Axashverosh o Asuerou Ojiares, sucedió a su padre, Darío, y pasó los primero cinco años de su reinado y algo más, haciendo preparativos para su expedición contra los griegos. Esta expedición fue en tiempos de los juegos olímpicos, a comienzos del primer año de la 75o olimpiada, cuando era Calías arcón de Atenas, como coinciden todos los cronólogos. El gran número de personas que él sacó de Susa para invadir Grecia, le hizo decir al poeta Esquilo:

Το δ' αστυ Σουσων εξεκεινωσεν πεσον.

Esto dejó desierta la vencida ciudad de Susa.

 

Jerjes

 

El paso de su ejército por el Helesponto comenzó al final del cuarto año de la 74o olimpiada, o sea, en junio, Anno Nabonass 268, y llevó un mes. En otoño, después de tres meses más, el día 16 del mes de Munichión, con la luna llena, fue la batalla de Salamis y un poco después de eso hubo un eclipse de luna, que por cálculo, cayó en 2 de octubre. Su primer año, por tanto, comenzó en primavera, Anno Nabonass 263, como se ha mencionado antes. Darío reinó durante casi veintiún años según el consenso de todos los escritores, y fue asesinado por Artabano, el capitán de su guardia, hacia finales del invierno, Anno Nabonass 284.

Artabano reinó durante siete meses, y al ser sospechoso de traición contra Jerjes, fue asesinado por Artajerjes Longimano, el hijo de Jerjes.

Artajerjes comenzó su reinado en el medio año otoñal, entre el 4o y 9o mes judío, Nehemías. I.1 y II. 1 y V. 14 y Esdras VII. 7, 8, 9; Su año 20o cayó en el año cuarto de la 83a olimpiada, como nos informa Escipión el africano , y, por tanto, su primer año comenzó al mes o dos del equinoccio otoñal, Ano Nabonass 284.

 

Artajerjes

 

Tucídides nos relata que la noticia de su muerte llegó a Atenas en invierno, el año séptimo de la guerra del Peloponeso, o sea An. 4, Olimp 88, y según el canon, Artajerjes reinó durante cuarenta años, incluido el reinado de su predecesor Artabano, y murió más o menos a la mitad del invierno, Anno Nabonass 325 ineunte. Los persas lo llaman ahora Ardašīr y Bahaman, los cristianos orientales, Artahascht.

Después reinó Jerjes durante dos meses, Sogdiano durante siete, y Darío Noto, el hijo bastardo de Artajerjes, diecinueve años menos cuatro o cinco meses. Darío murió en verano, un poco después del fin de la guerra del Peloponeso, en el mismo año olímpico, y en consecuencia, en mayo o junio, Anno Nabonass 344. Es más, el año 13o de su reinado, coincidió en el invierno con el 20o de la guerra del Peloponeso, y los años de esa guerra son relatados por personajes indisputables y con el consenso de todos los cronólogos: La guerra comenzó en la primavera, Ann. I, olimp.87, duró 27 años y terminó el 14 de abril, An.4, olimp.93.

El siguiente rey fue Artajerjes Mnemos, el hijo de b, que reinó durante cuarenta y seis años, y murió Anno Nabonass 390. Después reinó Artajerjes Oco durante veintiún años, Arses o Arogo, durante dos años y Darío Codomano, durante cuatro años, hasta la batalla de Arbela, por la cual la monarquía persa fue traspasada a los griegos, el 2 de octubre, Anno Nabonass.417, aunque Darío no fue asesinado hasta un año y algunos meses después.

 

Artajerjes Mnemos (Artajerjes II)

 

Hasta ahora, he indicado las fechas de esta monarquía, a partir de los escritores griegos o latinos, pues los judíos no saben nada más de los imperios babilonio y medo- persa que los datos que tienen de los libros sagrados del Antiguo Testamento y, por tanto, no poseen más reyes, ni años de los reyes que los que pueden encontrar en esos libros. Los reyes que ellos reconocen son sólo Nabucodonosor, Evilmerodac, Belsasar, Darío el medo, Ciro, Asuero y Darío el persa. A este último Darío lo consideran el Artajerjes en cuyo reinado vinieron a Jerusalén Esdras y Nehemías, considerando Artajerjes un nombre común de los reyes persas. Nabucodonosor, dicen ellos, reinó durante cuarenta y cinco años, 2 Reyes. XXV.27. Belsasar, durante tres años, Dan. VIII. 1. Por tanto, Evilmerodac tuvo que reinar veintitrés años, para completar los setenta años de cautividad, excluyendo el primer año de Nabucodonosor durante el cual, dicen ellos, fue hecha la profecía de los setenta años.

A Darío el medo, ellos le asignan un año, o a lo sumo dos, Dan. IX.1. Otros tres años incompletos, a Ciro, Dan. X. 1. Asimismo, a Asuero le asignan doce años hasta que realizó el sorteo o el “Pur”, Ester. III.7. Un año más, hasta que los judíos aplastaron a sus enemigos, Ester IX. 1, y un año y medio más, hasta que Ester y Mardoqueo escribieron la segunda carta para que se guardaran los “Purim”, Ester IX.29. Es decir, un total de catorce años.

A Darío el persa, le asignan treinta y dos o más bien, treinta y seis años, Nehem. XIII.6, asi que el imperio persa desde la construcción del templo durante el segundo año de Darío Histaspes, floreció sólo durante treinta y cuatro años, hasta que Alejandro Magno lo derrocó. Así lo reconocen los judíos en en su gran crónica, “Seder Olam Rabá”. Josefo, siguiendo los libros sagrados y otros, reconoce sólo a estos reyes de Persia: Ciro, Cambises, Darío Histaspes, Jerjes, Artajerjes y Darío. Además, a este Darío, que era Darío Noto, lo toma como si fuera el mismo rey que el último Darío al que Alejandro Magno venció. Por medio de este cálculo, considera que Sambalat y Jadúa estaban vivos cuando Alejandro Magno derrocó al imperio el imperio persa con Artajerjes Longimano y Darío Noto, sin admitir ningún otro rey de Persia que los que habían encontrado en los libros de Esdras y Nehemías, y atribuyen a los reinados de este Artajerjes, y de este Darío, a cualquiera que se encontraron en la historia profana relacionado con los siguientes reyes que tuvieran los mismos nombres. Así tomaban a Artajerjes Longimano, Artajerjes Mnemos y Artajerjes Oco como si fueran todos el mismo y sólo uno. También tomaban a Artajerjes, a Darío Noto y Darío Codomano, por un único Darío, y de igual manera, tomaban a Simón, Jadúa y a Simón el Justo, por un único Sumo Sacerdote. Esos judíos que tomaron a Herodes por el Mesías, y que eran por eso llamados herodianos, parece que basaban su opinión en las setenta semanas de cada año que encontraron entre el reinado de Ciro y el de Herodes. No obstante, después, al aplicar la profecía a Teudas, a Judas de Galilea, y por último, a Barcochab, parece que acortaron la duración del reino de Persia. Como estas descripciones eran muy imperfectas, era necesario recurrir a los archivos de los griegos y latinos, y al canon enumerado por Ptolomeo, para establecer las fechas de este imperio. Al haberlo hecho nosotros, tenemos una mejor base para entender la historia de los judíos expuesta en los libros de Esdras y Nehemías, así como para ajustarla, ya que esta historia, al haberse deteriorado por el tiempo, necesita un poco de aclaración.

 

Zerubabel

 

Primero estableceré la historia de los judíos bajo el gobierno de Zerubabel, durante los reinados de Ciro, Cambises y Darío Histaspes:

Esta historia está contenida, en parte, en los tres primeros capítulos del libro de Esdras y en los primeros cinco versos del cuarto, y en parte, en el libro de Nehemías, desde el 5o verso del séptimo capítulo al 9o verso del duodécimo. Nehemías copió todos estos de las Crónicas de los judíos. Estas Crónicas habían sido escritas antes de su tiempo, como puede verse al leerlas y comprobar que los sacerdotes y levitas que sellaron el Pacto el día 24 del mes séptimo, Nehem. X, fueron en verdad los mismos que los que retornaron del cautiverio el primer año de Ciro (Nehem. XII), y que los que retornaron, lo sellaron. Esto puede apreciarse por la siguiente comparación de sus nombres:

Los sacerdotes que retornaron

Nehemías. EsdrasII.2

Seraías.

*

Jeremías.

Esdras.

*

Amarías.

Maluc o Melicu, NehXII.2,14.

Hatús

Secarnías o Sebanías. Neh. XII. 3,14.

*

Rehum or Harim, Idem3, 15.

Meremot.

Iddo.

*

Gineto o Gineton, Neh 4, 16.

*

*

Abías

Miamín.

Maadías.

Bilga

Semaías.

Jesúa.

Binúi.

Cadmiel.

Serebías. .שבניה

Judá o Hodavías, EsdrasII, 40 y III,9Ωδουια; Septuag

Los sacerdotes que sellaron el pacto.

Nehemías.

Seraías.

Azarías

Jeremías

Esdras. Nehem 8.

Pasur.

Amarías.

Malquías.

Hatús.

Sebanías.

Maluc.

Harim.

Meremot.

Obadías or Obdía.

Daniel

Ginetón.

Baruc

Mesulam

Abías

Miniamín.

Maazías

Bilgai

Semaías

Jesúa.

Binúi.

Cadmiel.

Sebanías.שבניה

Hodías.

 

 

Los levitas, Josué, Cadmiel y Hodavías o Judá, aquí mencionados, son considerados los padres principales entre las personas que retornaron con Zerubabel, Esdras II. 40, y estos ayudaron también a poner los cimientos del Templo, Esdras III. 9, a interpretar la ley, así como a hacer y sellar el pacto, Nehm. VIII. 7 y IX, 5, y X. 9,10. Por tanto, comparando los libros de Esdras y Nehemías entre ellos, la historia de los judíos bajo el gobierno de Ciro, Cambises y Darío Histaspes, es que durante el primer año del gobierno de Ciro, retornaron de la cautividad bajo el mando de Zerubabel, con las naves sagradas y una comisión para construir el Templo, y que fueron a Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, y habitaron sus ciudades hasta el séptimo mes. Asimismo, después fueron a Jerusalén y construyeron lo primero, el altar, y el día uno del mes séptimo comenzaron a ofrecer sacrificios diarios, a leer el libro de la Ley y a mantener un ayuno solemne. Además, sellaron el Pacto. Desde entonces, los gobernantes del pueblo habitaron en Jerusalén, y el resto de los habitantes sorteaban donde iban a vivir. Uno de cada diez, en Jerusalén, y el resto, en las ciudades de Judá. De igual modo, durante el segundo año de su llegada, en el segundo mes, es decir, seis años antes de la muerte de Ciro, pusieron los cimientos del Templo, pero “los adversarios de Judá los incordiaban en la construcción y contrataban consejeros contra ellos durante todos los días de Ciro, y aún más, incluso hasta el reinado de Darío, rey de Persia”, pero en el segundo año de su reinado, según las profecías de Hageo y Zacarías, volvieron a su trabajo, y con la ayuda de un nuevo decreto de Darío, lo terminaron el tercer día del mes de Adar, en el sexto año de su reinado, y mantuvieron la conmemoración con regocijo, y la Pascua y la fiesta del Pan Ácimo.

 

Darío Histaspes

 

Pues bien, este Darío no era Darío Noto, sino Darío Histaspes, como deduzco al considerar varios hechos: Que el segundo año de este Darío era el décimo séptimo de la indignación contra Jerusalén y contra las ciudades de Judá, esa indignación que había comenzado cuando Nabucodonosor invadió Jerusalén y las ciudades de Judá en el noveno año del reinado de Sedequías, Zac. I.12 Jer. XXXIV.1, 7,22 y XXXIX.1. Que el cuarto año de este Darío, era el décimo séptimo desde la quema del Templo en el undécimo año de Sedequías, Zac. VII.5 y Jer. LII.12.y además ambos años son exactos y ciertos de Darío Histaspes. El último hecho a considerar es que en el segundo año de este Darío, había hombres que habían visto el primer Templo, Hageo. II.3, mientras que el segundo año de Darío Noto fue 166 años después de la desolación del Templo y la ciudad. Más aún, si la terminación del Templo fuera retrasada al sexto año de Darío Noto, entonces Josué y Zerubabel tendrían que haber sido, uno, sumo sacerdote, el otro, capitán del pueblo, durante ciento dieciocho años en total, además de su edad anterior, lo que es con seguridad, demasiado tiempo. Así pues en el primer año de Ciro, los sacerdotes principales eran Seraías, Jeremías, Esdras, Amarías, Maluc, Secanías, Rehum, Meremot, Iddo, Gineto, Abías, Miamín, Maadías, Bilga, Semaías, Joiarib, Jedaías, Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Estos eran sacerdotes en los días de Josué, y los hijos mayores de todos ellos: Meraías, el hijo de Seraías, Hananías, el hijo de Jeremías, Mesulam, el hijo de Esdras, etc... eran los sacerdotes principales en los tiempos de Joiacim, el hijo de Jesúa (Nehem. XII), y por tanto, el sumo sacerdocio de Jesúa tuvo una duración ordinaria.

Ya he expuesto la historia de los judíos durante los reinados de Ciro, Cambises y Darío Histaspes, ahora me queda por exponer su historia durante los reinados de Jerjes y Artajerjes Longimano. Pues bien, yo sitúo la historia de Esdras y Nehemías, en el reinado de Artajerjes Mnemón, ya que durante toda la monarquía persa hasta el último Darío mencionado en las Escrituras, al que yo considero Darío Noto, no hubo más que seis sumos sacerdotes en sucesión continua de padre a hijo, que son, a saber: Josué, Joiacim, Eliasib, Joiada, Jonatán, Jadúa. El séptimo sumo sacerdote fue Onías, el hijo de Jadúa, el octavo fue Simón el Justo, el hijo de Onías, y el noveno fue Eleazar, el hermano menor de Simón. Ahora bien, haciendo la media, deberíamos contar sólo unos 27 o 28 años por generación, contadas a partir de los primogénitos de una familia, una generación después de la otra, como hemos establecido antes. No obstante, si en este caso, contamos 30 años en una generación y, más aún, suponemos que Josué, a la vuelta de la cautividad, durante el primer año del imperio de los persas, tenía unos 30 o 40 años, Joiacim tendría más o menos esa edad en el año 16o de Darío Histaspes; Eliasib, en el décimo año de Jerjes; Joiada, en el 19o año de Artajerjes Longimano; Jonatán, en el 8o año de Darío Noto; Jaddua, en el 19o año de Artajerjes Longimano; Onías en el 3o año de Artajerjes Oco, y Simón el Justo, dos años antes de la muerte de Alejandro Magno. Este cálculo, al ser hecho según la naturaleza, concuerda a la perfección con la historia, pues así Eliasib pudo ser sumo sacerdote y tener nietos antes del séptimo año de Artajerjes Longimano, EsdrasX.6, y sin exceder la edad que alcanzan muchos hombres pudo continuar siendo sumo sacerdote hasta después del año 32o de ese rey (Nehem. XIII.6, 7). Asimismo, su nieto Johanán o Jonatán, pudo haber tenido una cámara en el Templo durante el año séptimo de ese rey (Esdras X.6) y ser sumo sacerdote antes de que Esdras enumerara a los hijos de Leví en el libro de las Crónicas (Nehem. XII. 23). Durante su sumo sacerdocio, pudo haber matado en el Templo a su hermano menor, Jesús, antes del fin del reinado de Artajerjes Mnemón (Josefo. Antiq. L. XI.c.7) y Jadúa pudo ser sumo sacerdote antes de la muerte de Sambalat, (Josefo, Ídem.), y antes de la muerte de Nehemías, Nehem. XII: 22, y también antes del final del reinado de Darío Noto. Por esto puede ser que Josefo, y más tarde los judíos, hayan tomado a este rey Darío por el Darío posterior, y que se hayan formado la opinión de que Sambalat, Jadúa y Manasés, el hermano pequeño de Jadúa, vivieron hasta el final del reinado del último Darío (Josefo. Antiq. L. 11. c. 7,8,). Puede también que por lo mismo creyeran que el mencionado Manasés se casó con Nicaso, la hija de Sambalat, y que por esa ofensa fue perseguida por Nehemías antes del final del reinado de Artajerjes Longimano (Nehem. XIII. 28. Josefo. Antq. L.11.c 7,8 ). Puede también que creyeran que Sambalat era en ese tiempo sátrapa de Samaría, y que durante el reinado de Darío Noto o poco después, construyó el templo de los samaritanos en el monte Garizim, pues su yerno Manasés fue el primer sumo sacerdote de ese templo (Josefo. Id), y Simón el Justo pudo ser el sumo sacerdote cuando el imperio persa fue invadido por Alejandro Magno, como representan los judíos (Joma, fol 69. I. Liber Juchasis. R. Gedalías, etc) ... Por la misma razón, puede que algunos judíos tomaran a este Simón el Justo por el mismo sumo sacerdote que Jadúa y pensaran que murió un tiempo antes de que el libro del Eclesiástico fuese escrito en hebreo en Jerusalén, por un abuelo suyo que se encontró una copia en Egipto en el año 38o de la egipcia de Dioniso, o sea en el año 77 después de la muerte de Alejandro Magno, y allí la tradujo al griego (Eclesiast. Cap.50,e in Prolog). Además, Eleazar, el hermano menor y sucesor de Simón podía ser el causante de que las leyes se tradujeran al griego al principio del reino de Ptolomeo Filadelfo (Josefo. Antiq. L. XII.c.2) y Onías, el hijo de Simón el Justo, que era un niño a la muerte de su padre, y, en consecuencia, nació cuando su padre era viejo. Este podía ser tan viejo durante el reinado de Ptolomeo Evérgetes como para que excusasen sus necedades hacia ese rey argumentando que hacía tonterías a causa de la mucha edad (José. Antiq. L. XX.c.4). De esta forma, las acciones de todos estos sumos sacerdotes casan con los reinos de los reyes sin apartarse del curso de la naturaleza. Asimismo, según este cálculo, los días de Esdras y Nehemías coinciden con el reinado del primer Artajerjes, ya que Esdras y Nehemías florecieron durante el período en que Eliasib era sumo sacerdote, (Esdras X.6. Nehem. III.I y XIII. 4,28).

 

 

Sin embargo, si Eliahib, Esdras y Nehemías fueran situados durante el reinado del segundo Artajerjes, como vivieron más tiempo del año 32o de Artajerjes (Nehe. XIII.28), se tendrían que asignar al menos 160 años a los tres primeros sumos sacerdotes, y sólo 42, a los cuatro o cinco últimos, una división demasiado desigual, pues los períodos de los sumos sacerdocios de Jesúa, Joiacim y Eliasib, fueron de una duración ordinaria. El de Josué concordaba con una generación de sacerdotes principales, el de Joiacim, con el de la generación siguiente, como hemos mostrado ya, y el de Eliasib concordaba con la tercera generación, pues en la dedicación de la muralla, Zacarías, el hijo de Jonatán, hijo de Semaías, era uno de los sacerdotes (Nehem. XII.35), y Jonatán y su padre Semaías eran contemporáneos de Joiacim y del padre de este, Josué (Nehem. XII.6, 18).

Yo observo aún algo más, que durante el primer año de Ciro, Josué y Bani o Binúi, fueron los padres principales de los levitas (Nehem. VII.7.15 y EsdrasII.2.10 y III.9), y que Jozabad, el hijo de Josué y Noadías, el hijo de Binúi, eran los principales levitas durante el séptimo año del reinado de Artajerjes, cuando Esdras llegó a Jerusalén (EsdrasVIII.33). Por tanto, este Artajerjes comenzó su reinado antes del final de la segunda generación. Además, reinó en la época de la tercera generación, lo cual se confirma por otros dos hechos: Que tanto Mesulam, el hijo de Berequías, hijo de Mesezabeel, como Azarías, el hijo de Amazías, hijo de Ananías, eran los padres de sus estirpes cuando se reparó la muralla (Nehe. III.4,23), y que sus abuelos, Mesezabeel y Hananías suscribieron el pacto durante el reinado de Ciro (Nehem. X.21,23). De hecho, Nehemías, este mismo Nehemías, hijo de Hacalías, era el Tirshata, y lo suscribió también (Nehem. X. 1 y VIII. 9, y EsdrasII.2, 63) y por tanto, en el año 32o de Artajerjes Mnemón, tendría más de 180 años, una edad con toda seguridad demasiado avanzada. Lo mismo se puede decir de Esdras, si él era el sacerdote y escriba que interpretaba la ley (Nehe. VIII), pues era hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, hijo de Salum, etc... (Esdras VII.1), ya que este Seraías fue al cautiverio cuando la quema del Templo, fue asesinado allí (1 Cró. VI.14.2 y Reyes. XXV.18), y desde su muerte hasta el 20o año de Artajerjes Mnemón, van más de 200 años, una edad demasiado avanzada para Esdras.

Es más, yo considero que Esdras en el cap. IV nombra a Ciro,*, Asuero y Artajerjes en un orden continuo como sucesores el uno del otro, y que estos nombres concuerdan con Ciro, *, Darío Histaspes, Jerjes, Artajerjes Longimano, y no con ningún otro rey de Persia. No obstante, algunos toman a este Artajerjes, no como su sucesor, sino como el antecesor de Darío Histaspes, sin considerar que durante su reinado, los judíos estaban ocupados en construir la ciudad y las murallas (Esdras IV.12) y, en consecuencia, habían terminado el Templo antes. Esdras describe, primero, cómo la gente de la tierra obstaculizaban la construcción del Templo durante todos los días del reinado de Ciro e incluso en el reinado de Darío. Asimismo, describe cómo tras la construcción del Templo obstaculizaban la construcción de la ciudad durante el reinado de Asuero y Artajerjes, y después retrocede a la historia del Templo durante el reinado de Ciro y Darío. Esto se confirma al comparar el libro de Ezra con el de Esdras, ya que si en el libro de Ezra se omite la historia de Asuero y Artajerjes, y en el de Esdras, se omite la misma historia de Artajerjes y la de los tres sabios, los dos libros coinciden. Por tanto, el libro de Esdras, si exceptuamos la historia de los tres sabios, fue copiado en un principio, de los escritos auténticos de la sagrada autoridad.

 

Tumba de Darío II

 

Pues bien, la historia de Artajerjes, que, junto con la de Asuero, en el libro de Ezra interrumpe la historia de Darío, no la interrumpe en el libro de Esdras, sino que está allí insertada dentro de la historia de Ciro, entre el primer y segundo capítulo de Esdras. De igual manera, todo el resto de la historia de Ciro, y de la de Darío es contada en el libro de Esdras en orden continuo, sin interrupción. Por ello, el Darío que en el libro de Ezra precede a Asuero y a Artajerjes, y el Darío que en el mismo libro, los sigue, es, según el libro de Esdras, un único y mismo Darío. Además, yo considero que el libro de Esdras es el mejor intérprete para el libro de Ezra, ya que el Darío que se mencionaba entre Ciro y Asuero, es Darío Histaspes, y, por tanto, el Asuero y el Artajerjes, que lo sucedieron, son Jerjes y Artajerjes Longimano. Asimismo, los judíos que dejaron a Artajerjes para irse Jerusalén y comenzaron a construir la ciudad y la muralla (Ezra IV.13), son Ezra y sus compañeros.

Una vez que se ha comprendido todo esto, la historia de los judíos durante el reinado de estos reyes será como sigue:

Después de que se construyera el Templo y Darío Histaspes hubiera muerto, los enemigos de los judíos le escribieron a Asuero o Jerjes, el sucesor de Darío, una acusación contra dichos judíos a comienzos del reinado ( EsdrasIV.6). No obstante, durante el séptimo año del sucesor de Jerjes, es decir, Artajerjes, Esdras y sus compañeros subieron desde Babilonia con ofrendas y vasijas, y con poder para otorgar cualquier requisito que se necesitara para el Templo del tesoro del rey (Esdras VII). Desde ese momento se dice que estaba terminado “según el mandato de Ciro, de Darío y de Artajerjes, rey de Persia”. (Esdras VI.14). La misión de estos hombres era también nombrar magistrados y jueces por todo el territorio. Además, como se convirtieron en un nuevo cuerpo político, nombraron un gran consejo o Sanedrín para que separara al pueblo de esposas extranjeras. Asimismo, fueron animados a intentar la construcción de Jerusalén con su muralla. Es por ello que Esdras afirma en su oración: “Dios había extendido su misericordia sobre ellos a través de los ojos de los reyes de Persia y les había dado ánimos para levantar la casa de su Dios, restaurar sus ruinas, y darles una muralla en Judá e incluso en Jerusalén” (Esdras IX.9). Sin embargo, cuando habían comenzado a reparar la muralla, sus enemigos le escribieron a Artajerjes en contra de ellos: “Que sea informado el rey”, dicen ellos ”de que los judíos que vinieron hasta nosotros desde vuestra tierra, han llegado a Jerusalén y han construido una ciudad malvada y rebelde, y le han construido una muralla y reparado sus cimientos”, etc.... Entonces, el rey les mandó una respuesta escrita diciendo que los judíos se detuvieran y que no se construyera la ciudad hasta que no él no diera una nueva orden: “En ese momento sus enemigos subieron a Jerusalén y los hicieron detenerse con fuerza y poder” (Esdras IV). No obstante, en el año 20o del rey Atarjerjes, Nehemías, al oír que los judíos estaban tan afligidos y apesadumbrados, y que la muralla de Jerusalén, la que acababa de reparar Esdras, “estaba destruida y sus puertas quemadas por el fuego”, obtuvo permiso del rey para ir a construir la ciudad y la casa del gobernador (Nehem. I.3 y II. 6, 8,17). Así pues, llegó a Jerusalén el mismo año, continuó de gobernador durante doce años y construyó la muralla. Asimismo, cuando se le enfrentaron Sanbalat, Tobías y Gesem, persistió en el trabajo con gran resolución y paciencia hasta que se repararon las brechas. Es más, Sanbalat y Gesem le enviaron mensajeros cinco veces para obstaculizar que pusiera puertas en las entradas, pero sin hacer caso, persistió en su trabajo hasta que las puertas estaban también puestas. Así, la muralla estuvo terminada en el vigésimo octavo año del rey (Josefo. Antiq. L. XI. C.5), en el día veinticinco del mes Elul, o sexto mes, es decir, cincuenta y dos días después de que se hicieran las brechas y hubieran comenzado los trabajos en las puertas.

Así pues, mientras se preparaba y se curaba la madera para las puertas, se repararon las brechas de la muralla, tareas ambas que requerían su tiempo y que juntas no podían haberse llevado a cabo en los 52 días. Esta duración se refiere más bien a la del último trabajo de la muralla, el de colocar las puertas después de que la madera hubiera sido ya tratada y las brechas reparadas.

Asimismo, cuando Nehemías había colocado las puertas, dedicó la muralla con gran solemnidad y colocó oficiales “en las cámaras del tesoro, en las de las ofrendas, en las de los primeros frutos y las de los diezmos, para que se recolectaran dentro de ellas, fuera de los campos de las ciudades, las porciones asignadas por ley para los sacerdotes y levitas. Los cantores y los porteros guardaban la fortaleza de su Dios”, Nehem. XII “pero los habitantes de la ciudad eran muy pocos y las casas estaban sin construir” (Nehem. VII.1,4). Así pues, en estas condiciones, se fue de Jerusalén en el año 32o del rey, y tras algún tiempo volvió otra vez desde donde estaba el rey y corrigió los abusos que se habían cometido durante su ausencia. (Nehe. XIII).

Mientras tanto, las genealogías de los sacerdotes y levitas fueron recogidas en el libro de las Crónicas durante los días de Eliasib, Joiada, Jonatán y Jadúa, hasta el reinado del siguiente rey, Darío Noto, a quien Nehemías llama Darío el persa (Nehem. XII.11, 22, 23). De esto se deduce que Nehemías fue gobernador de los judíos hasta el reinado de Darío Noto. Y aquí termina la historia sagrada de los judíos.

Las historias de los persas que todavía existen escritas en el este, nos cuentan que las dinastías más antiguas de los reyes de Persia, eran las que ellos llamaban pischdadianos y cayanidas y que la dinastía de los cayanidas sucedió justo después, a la de los pischdadianos. Ellos piensan que el nombre “cayanidas” deriva de la palabra Kai, que, dicen, en la lengua persa antigua significaba “gigante” o “rey grande”. Asimismo, llaman a los primeros de los cuatro reyes de esta dinastía Kai-Cohad, Kai-Caus, Kai-Cosroes y Lohorasp”, y cuando dicen Lohorasp, quieren decir Kai-Ajeres o Ciáxares, ya que ellos dicen que Lohorasp fue el primero de sus reyes que impuso a sus ejércitos disciplina y orden. Esto mismo afirma Heródoto sobre Ciáxares. Y añaden que Lohorasp se fue hacia el este y conquistó muchas provincias de Persia, y que uno de sus generales, a quien los hebreos llaman Nabucodonosor, los árabes, Bocktanasar, y otros, Raham y Gudars, se fue hacia el oeste, conquistó toda Siria y Judea, y tomó la ciudad de Jerusalén y la destruyó. Parece que ellos llamaban a Nabucodonosorel general de Lohorasp”, porque ayudó a este en algunas de sus guerras.

 

 

Al quinto rey de esta dinastía, lo llaman Kischtasp, y cuando dicen este nombre, unas veces se refieren a Darío el medo, y otras a Darío Histaspes, pues ellos dicen que este era contemporáneo de Ozair o Esdras, y de Zaradust o Zoroastro, el legislador de los Ghebers o los adoradores del fuego, y que estableció su doctrina por toda Persia. De ahí deducen ellos que era Darío Histaspes. También dicen que era contemporáneo de Jeremías y Daniel, y que era hijo y sucesor de Lohorasp, y de ahí deducen que era Darío el medo. Al sexto rey de los kaianidas, lo llaman Bahaman, y nos dicen que Bahaman era Ardschir Diraz, que es Artajerjes Longimano, llamado así por la gran amplitud de su poder. Sin embargo, dicenque Bahaman fue hacia el oeste hasta Mesopotamia y Siria, y conquistó a Belsasar, el hijo de Nabucodonosor. También le dio el reino a Ciro, su teniente general en Media, y, por esto, confunden a Bahaman con Darío el medo. Poco después de Ardschir Diraz, sitúan a Homai, una reina, madre de Darío Noto, aunque ella en realidad no reinó. Asimismo, a los dos siguientes y últimos reyes de los kaianidas, los llaman “Darab”. Darab- el hijo bastardo de Ardschir Diraz y “Darab”- el que fue conquistado por Ascander Roumi-. Es decir, Darío Noto, y Darío, el que fue conquistado por Alejandro Magno. A los reyes entre estos dos Daríos los omiten, al igual que lo hacen con Ciro, Cambises y Jerjes.

La dinastía de los kaianidas fue, por tanto, la de los medos y los persas, comenzando cuando los medos desertaron a los asirios al final del reinado de Senaquerib, y terminando con la conquista de Persia por Alejandro Magno.

No obstante, su descripción de esta dinastía es muy imperfecta, pues se omiten algunos reyes, y a otros se les confunden unos con otros. Su cronología de esta dinastía es aún peor, pues asignan 120 años a un reinado, 150 años, al segundo reinado, 60 años, al tercer reinado, 120 años, al cuarto reinado, igual cantidad, al quinto, y 112 años, al sexto reinado.

Al ser esta dinastía, la monarquía de los medos y los persas, la dinastía de los pischdadianos, que la precedió justo antes, tiene que ser la de los asirios. Según los historiadores orientales, este fue el reino más antiguo del mundo y algunos de sus reyes vivieron mil años cada, y uno de ellos reinó durante quinientos años, otro, setencientos años y otro, mil años.

No tenemos que sorprendernos, pues, de que los egipcios hayan convertido a los reyes de la primera dinastía de su monarquía, la que tenía sede en Tebas durante los tiempos de David, Salomón y Roboam, en tan antiguos y tan longevos, ya que los persas habían hecho lo mismo con sus reyes que comenzaron a reinar en Asiria doscientos años después de la muerte de Salomón. Lo mismo habían hecho los sirios de Damasco con sus reyes Adar y Hazaer, que reinaron cien años después de la muerte de Salomónadorándolos como a dioses y jactándose de su antigüedad, sin saber”, afirma Josefo, “que eran modernos”.

Y como todas estas naciones han magnificado su historia antigua de forma tan exagerada, que no tenemos que sorprendernos de que los griegos y los latinos hayan hecho a sus primeros reyes un poco más antiguos de lo que son en realidad.

 

FINIS

 


Sé el primero en comentar

Deja tu opinión

Tu dirección de correo no será publicada.


*