SÉ UNA BRISA, NO UN HURACÁN, por Ralph Waldo Emerson

“Sólo la gente ordinaria piensa que la no violencia consiste en no dañar físicamente a ninguna criatura viva. El voto de Ahimsa (no violencia) se rompe, simplemente, por mostrar desprecio hacia otro hombre, por tener antipatía o prejuicio irracionales hacia alguien, por mostrarse malencarado con los demás, por odiar a cualquier persona, por abusar de alguien, por hablar mal de otros, por murmurar o difamar, por cobijar pensamientos de odio, por proferir mentiras o por arruinar a otra persona de forma alguna. Toda palabra dura implica violencia o Himsa. Herir los pensamientos de los demás por medio de gestos, expresiones, el tono de voz y palabras duras es también Himsa. Menospreciar o mostrar una descortesía deliberada hacia una persona es un daño imperdonable. Aprobar los actos desagradables de alguna otra persona es un daño indirecto. No tener éxito en aliviar el dolor de alguien, o incluso negarse en acudir a la persona que sufre, es una manera de dañar. Es el pecado de omisión. Evita estrictamente toda forma de dureza, directa o indirecta, positiva o negativa, inmediata o retrasada. Ahimsa es la cumbre de la valentía”.

Swami Sivananda, «Senda Divina»

 

 

 

 

SÉ UNA BRISA, NO UN HURACÁN

Por Ralph Waldo Emerson

 

«Dicen que a los locos les gusta tener un maestro; y lo mismo le sucede al corazón humano, siempre hambriento de un líder, de un maestro que lo guíe hacia la verdad. Feliz aquel que para saber si logrará el éxito sólo tiene en cuenta su propio trabajo, y nunca la época y la opinión pública; feliz aquel que escribe por el deseo de comunicar ciertos pensamientos y no por la necesidad de vender, aquel que escribe siempre para el amigo desconocido. La crítica no debe ser quejumbrosa y arrasadora como un cuchillo que arranca las raíces de cuajo, sino que debe ser guiadora, instructiva e inspiradora; una brisa, no un huracán. La cultura es una cosa y el barniz otra. No puede haber una cultura elevada sin pureza moral. Con el hombre verdaderamente cultivado, la doncella, el huérfano, el pobre y el esclavo perseguido se sienten seguros.»

 

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Me percato de que las palabras están tan gobernadas por la moda como la vestimenta, tanto en el lenguaje hablado como en el escrito.

Nuestra manera de demostrar sabiduría es ser capaces de predecir las grandes tendencias y corrientes del universo mediante nuestro conocimiento de las briznas de paja que nuestros ojos son capaces de ver. Vivimos entre huevos, embriones y principios seminales, y los más sabios de entre nosotros son aquellos que poseen un ojo  más profético.

El sol brilla y nos calienta e ilumina, y no tenemos la curiosidad de saber por qué es así; pero sí nos preguntamos acerca de las razones de la existencia del mal, el dolor, el hambre, los mosquitos y los idiotas.

Dios no puede ser percibido intelectualmente.

La religión es la relación del alma con Dios, y, por consiguiente, el aumento del sectarismo pone de manifiesto su decadencia.

La religión que teme a la ciencia deshonra a Dios y comete suicidio.

Una secta o un partido político son organizaciones que proporcionan un exquisito anonimato, creadas para salvaguardar al hombre de la molestia de tener que pensar.

En este mundo, si un hombre se sienta a pensar, inmediatamente le preguntan si tiene dolor de cabeza.

Existe una lectura creativa del mismo modo que existe una escritura creativa.

Es muy difícil ser lo suficientemente humilde para ser buena persona.

Dicen que a los locos les gusta tener un maestro; y lo mismo le sucede al corazón humano, siempre hambriento de un líder, de un maestro que lo guíe hacia la verdad.

No me gusta ver una espada colgada del costado de un hombre. Si amenaza a una persona, me amenaza a mí. Un batallón de soldados es un espectáculo ofensivo.

Lo llaman cristianismo, yo lo llamo conciencia.

Enseñas a tu hijo a caminar, pero es él quien aprende por sí solo a correr.

No malgastes tus energías en el rechazo; no brames contra lo malo, loa la belleza de lo bueno.

Soy derrotado continuamente, y sin embargo he nacido para la victoria.

Gracias a mis propios vicios soy capaz de entender los tuyos.

No esperamos que un árbol dé frutos más de una vez al año, pero de un hombre esperamos que genere inteligencia y acción a diario.

Resulta fácil leer a Platón y difícil leer a sus exégetas.

La poesía debe ser nueva como la espuma y vieja como la roca.

En el más grande de los hombres subyace la naturaleza humana. La ola más enorme desaparece rápidamente en el océano. Ningún individualismo puede enfrentarse a la devoradora universalidad.

Estamos hechos de contradicciones: nuestra libertad es necesaria.

Cuando después de mucho tiempo me encuentro con un amigo, la primera pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Has logrado tener alguna cosa clara?

 

 

La crítica no debe ser quejumbrosa y arrasadora como un cuchillo que arranca las raíces de cuajo, sino que debe ser guiadora, instructiva e inspiradora; una brisa, no un huracán.

Ningún disidente conduce su carro durante tres generaciones; indefectiblemente cae en las garras del poder.

Cuando me topo con personas de una religiosidad estrecha, descubro a personas con escasas lecturas.

Feliz aquel que para saber si logrará el éxito sólo tiene en cuenta su propio trabajo, y nunca la época y la opinión pública; feliz aquel que escribe por el deseo de comunicar ciertos pensamientos y no por la necesidad de vender, aquel que escribe siempre para el amigo desconocido.

Inmortalidad. Me percato de que en cuanto los escritores mencionan este tema empiezan a citar. Detesto las citas. Dime lo que tú sabes.

El purista que se niega a votar porque el gobierno no le satisface en todos los puntos, debería negarse a alimentar a un mendigo hambriento, porque de hacerlo alimentará también sus vicios.

Poca gente sabe verdaderamente cómo leer. Las mujeres leen para encontrar a un héroe al que puedan amar. Los hombres para pasar el rato. Los editores para encontrar algo que puedan copiar. Los autores para dar con algo que sostenga sus puntos de vista; y apenas hay alguna persona que lea de forma completa e inteligente.

¡Para qué utilizamos este maravilloso intelecto que poseemos! Para pasarnos el día leyendo noticias sobre asesinatos y accidentes ferroviarios, para elegir modelos de chalecos y bufandas.

Sin duda opto por la cultura y no por las multitudes.

Es curioso que el cristianismo, que es idealismo, sea enérgicamente defendido por los corredores de bolsa e incesantemente atacado por los idealistas.

Afirmamos y afirmamos, pero ni tú ni yo conocemos el valor de lo que decimos.

Los insultos son una prueba de que lo que haces cala. Si te alaban, tu trabajo no provocará revolución alguna.

Me entristece comprobar que el Gobierno está regido por los hurras de los soldados y los ciudadanos. No lidera la opinión, sino que la sigue.

Astuto egotismo. Si no puedo alardear de conocer algo, entonces alardeo de no conocerlo. Al menos alardea.

Te quejas de que los negros son abyectos. ¿Quién convierte en abyectos y mantiene en esa situación a los judíos y los negros sino tú, que los excluyes de los derechos de que disfrutan las demás personas?

La cultura es una cosa y el barniz otra. No puede haber una cultura elevada sin pureza moral. Con el hombre verdaderamente cultivado, la doncella, el huérfano, el pobre y el esclavo perseguido se sienten seguros.

Una cosa es segura: las religiones están obsoletas cuando las reformas no proceden de ellas.

Aquel a quien no le ha sido mostrada la casa del dolor, sólo ha visto la mitad del universo.

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RALPH WALDO EMERSONPensamientos para el futuro. Ediciones Península, 2002. Traducción de Mauricio Bach Juncadella. Filosofía Digital, 20008.

 

 

 

 


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