RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: HISTORIA DE SU REGULACIÓN EN ESPAÑA, por Jesús Díaz Formoso (Parte 1: Introducción)

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS, Parte 1

 

Iniciamos la publicación de un libro que escribí hace más de 30 años. Presentado en 1994, no lo quise publicar con otras editoriales interesadas pues, en aquél momento, además de abogado, era editor (de Punto Crítico, el Boletín de Derecho Ambiental del cual esta web es continuadora).

El año siguiente, 1995, comencé a preparar el asunto del Plagio de la obra que, escrita por mi madre, Carmen Formoso, y enviada al Premio Planeta, edición 1994, acabó siendo utilizada para que el Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela, pudiese presentar un libro al certamen y llevarse, como había pactado con la empresa, Editorial Planeta, el Premio de 1994. Y así fue.

En 1996 comenzamos la vía judicial contra Cela y Editorial Planeta, representada por su Presidente, José Manuel Lara Bosch, hijo del legionario Falangista, José Manuel Lara, el amigo de Franco. De todo ello os he informado en la serie «El plagio del Siglo, del que está prohibido hablar«, por lo que no me extenderé sobre ello.

Programa Qualyman de la UE, 1996-1998. 

Sólo añadiré que, a causa de la criminal persecución a la que (con la colaboración de la estructura de la desinformación, pública y privada, y del mismo Poder Judicial) desde la Editorial Querellada se sometió, no solo a mi madre, sino también a mi, su hijo y abogado, tuve que cerrar la página web «Puntocritico.com» en la que había publicado lo relativo a este asunto del Plagio, y en la que estaba preparando la publicación del libro que ahora, por fin, llevaré a cabo, 30 años después.

Cuando comencé a preparar esta serie de entradas, los recuerdos comenzaron a brotar a borbotones. Y la tristeza, que siempre acompaña estos recuerdos lejanos.

Como resultado de la persecución sufrida, mi vida -personal y profesional- fue destruida, y con ella, todos mis logros en el campo del Derecho, y en especial, del Derecho Ambiental, al que ayudé a nacer a finales del siglo pasado, en materias tan relevantes -y complejas- como la Tributación Ambiental, el Derecho de Aguas o el de la Energía (recuerdo -en una materia a la que por fin tanta importancia se otorga hoy- mi primer asunto en el campo de la producción de energía hidráulica -embalses-; lo gané el siglo pasado).

Proyecto Qualyman (1996-1998)

Todos los que entonces formábamos parte del parto del Derecho Ambiental español, han (hemos) sido cancelados en vida (o han sido borrados tras su fallecimiento).

Algunos se han jubilado, otros han fallecido; todos, de una u otra manera, fuimos Cancelados, o se han dedicado a otra cosa -lo que ha supuesto una gran pérdida para toda la sociedad-, y hoy son Catedráticos, empresarios o Funcionarios de mayor o menor nivel, pero ya no al servicio del Derecho «Ambiental», que ha quedado como instrumento de Manipulación y Control Social (y, finalmente, también como recurso para alimentar políticos malvados y amiguetes incompetentes sin formación).

En estos últimos 15 ó 20 años, se ha producido «La Conversión«: De aquéllos Narcisos a estos Psicópatas.

 

Y fue así, como el Medio Ambiente pasó de ser Ciencia a convertirse en Propaganda.

 

Todos los que en ello participamos teníamos la conciencia de la necesidad de un Desarrollo Sostenible, que habría de ser propiciado por la nueva rama -multidisciplinar- de Derecho que estaba naciendo. Y hoy, convertido en el mayor fraude de la historia, podemos seguir su evolución, que se inicia conforme a la exposición que sigue, entonces, la que se estaba imponiendo por medio de la corrupción política, de la Desinformación y de la -entonces confiada, y confiable- Universidad.

 

Lo primero que tuve que decidir fue si publicar esta «Introducción». Porque demuestra que, más de 30 años después, lo que comenzó como altruismo, colapsó en Servidumbre.

 

Equipo del Proyecto Qualyman (1996-1998)

Lo primero que tuve que decidir fue si publicar esta «Introducción«. Porque demuestra que, más de 30 años después, lo que comenzó como altruismo, colapsó en Servidumbre.

El desarrollo del Derecho del Medio Ambiente no era para proteger a las personas físicas, sino para enriquecer a las personas jurídicas, a las personas ficticias, a las personas de papel, que se nutren con el expolio permanente de lo que debería ser de y para todos. Y con ello, destruyen nuestros Derechos y Libertades, directamente o indirectamente, convirtiéndolos en instrumentos de Desigualdad y de enriquecimiento y corrupción.

Abominan de los Derechos Humanos. Supongo que prefieren ser esclavizados o torturados, que tener derecho a no serlo. O, quizás, es que se ven a sí mismos, no como víctimas, sino como verdugos, como amos, como torturadores. 

Poco después, me retiré de la enseñanza, al ser consciente de que estaba ayudando a tejer -y a ocultar- un enorme engaño.

Seguí trabajando como abogado especializado en Medio Ambiente, Natural, Urbano e industrial, logrando grandes sentencias favorables en muchas materias integrantes del cuerpo material del Derecho Ambiental, como Urbanismo, Derecho Tributario, o Tributación y Depuración de aguas residuales, en especial de las aguas residuales industriales más complicadas, o la gestión de Residuos de todo tipo, desde sanitarios a inertes, incluso radiactivos.

Calidad de las Aguas (Marítimas y Continentales), Producción de energía por cogeneración (electricidad y calor), producción de energía hidráulica, gestión de residuos de todo tipo, gravísimos problemas que hoy, tras décadas de desinformación y olvido oficial, resurgen con inaplazable necesidad. 

 

 

Todo cambió de nuevo cuando comenzó lo más duro de mi Cancelación. Había ofendido a poderosos corruptos. Había llamado ladrones a los ladrones. La Cancelación, como resulta hoy evidente, no es temporal para los herejes al franquismo y al dios de los Transactos. La Cancelación es, tendencialmente, eterna. Y su Instrumento es el Poder Judicial.

La Cancelación supone la negación de la Justicia, en todas sus formas, que redunda en la destrucción total, en la muerte civil (social) del Cancelado.

Finalmente, decidí publicarla, pues muestra como, desde las más altas instancias, y en las más relevantes Instituciones Internacionales, Europeas y Nacionales, se fabricó la estafa de la protección del Mundo contra las unidades de carbono (los anteriormente conocidos como seres humanos). Os dejamos con ella. Así comenzó a implantarse la semilla de destrucción en nuestras sociedades.

 

1992, Cumbre de Río. Discurso de Fidel Castro. Aquí, en Río de Janeiro, en 1992, tuvo lugar, tras la Cumbre de Estocolmo de 1972, el pistoletazo de salida de la gran estafa ambiental programada para el siglo XXI que, con el disfraz de una falsa solidaridad, ha destruido nuestros derechos y libertades.

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RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: HISTORIA DE SU REGULACIÓN EN ESPAÑA

PARTE 1

El problema es amplio, y lo podemos definir a grandes rasgos, como la contradicción entre la limitación de los recursos naturales (tanto los renovables como, especialmente, los no renovables), y el despilfarro que supone el desechar ingentes cantidades de ellos como inservibles, o su utilización innecesaria.

Junto a esto, tenemos el problema añadido de la forma de eliminación de estos deshechos, de los Residuos, mediante procedimientos agresores para el medio, que sobrepasan en mucho su capacidad regenerativa, y acaban comprometiendo la salud de todos los seres vivos, generando lo que se ha denominado «contaminación».

Por Jesús Díaz Formoso, 1994

Punto Crítico Abogados

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS
La mañana del 10 de septiembre de 1996 está marcada en la memoria colectiva de la ciudad de A Coruña como el día en que se produjo una de las mayores catástrofes ecológicas de Galicia. El vertedero de Bens se vino abajo y 200.000 toneladas de basura rodaron por la falda del monte. El alud sepultó todo cuanto encontró a su paso: vehículos, embarcaciones, incluso un puente y se cobró la vida de un vecino del barrio de O Portiño cuyo cuerpo nunca apareció.

 

CAPITULO I: METODOLOGÍA (Resumen)

Evidentemente, la primera dificultad, está en poder disponer de una ajustada estimación de las cantidades y composición de los R.S.U. generados, aunque se ha salvado en lo posible, según la explicación que en su momento se proporciona. Sin embargo, debido al uso de diversas fuentes, los datos se refieren a distintos años, con lo que no coinciden las estimaciones de población y cantidades referidas a distintos años.

Esto se ha tenido en cuenta y se indica, al lado de las estimaciones, cual es el año al que se refieren (Nota del autor: El estudio tiene dos partes, una parte general, que es la que publicaremos en esta serie de entregas, y una Parte práctica, referida a la Comunidad Autónoma de Galicia, que no incluiremos en la seri, más que tangencialmente). 

La tradicional dispersión de la población gallega en pequeños núcleos, es un problema añadido que incide especialmente en el coste del proyecto. La necesidad de una previa Campaña de concienciación ciudadana es otro condicionante, que también será tenido en cuenta en su momento. 

Finalmente, avanzaremos cómo el problema más grave es la actitud contraria de la Administración pública gallega, que ha ideado un Plan de gestión de R.S.U., ya aprobado, y en trámite de ejecución (que será dilatado, y, espero que contestado), que contempla la «solución» de la incineración

Este Plan está arropado por grandes intereses económicos, como las grandes constructoras, y especialmente, Unión Fenosa, beneficiaria de los «kilovatios«. Podría bastar con un «dejar hacer» anterior a la ejecución de las obras necesarias, para consolidar la Recuperación Selectiva como la mejor alternativa, pero ha de hacerse frente a gastos de infraestructura (mínimos en relación al presupuesto de Plan oficial -30.000. Millones), y de una campaña de Concienciación ciudadana. 

Lo más grave es que la enorme inversión presupuestada para el plan oficial, dejará mermados los recursos para proyectos alternativos.

 

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS
Desastre Ambiental en el Vertedero de Bens; La Coruña, 1996

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CAPITULO II: INTRODUCCION

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS

 

La aparición del hombre sobre la Tierra supuso un importante cambio en la organización de la Biosfera. Hasta su aparición el flujo de materia y de energía era algo dominado por la propia naturaleza, por parámetros organizativos a escala evolutiva, de miles de años, produciéndose los cambios por medio de la evolución adaptativa, genéticamente.

Con el hombre, va a aparecer un nuevo motor de cambio, el cultural, y con el, un nuevo tipo de crisis, la crisis ambiental. El hombre ha cambiado las reglas del juego por las que se regía la biosfera, al interaccionar con los ecosistemas naturales, de manera cambiante a lo largo de la historia, de acuerdo al crecimiento demográfico, y el nivel tecnológico.

Para entender el concepto de crisis, acudiremos a la literatura de ciencia ficción, en concreto al profesor Stephen Boyden (protagonista de «La Fundación«, de Isaac Asimov), quien habría acuñado el término «Psicohistoria» (Biohistoria), con referencia a la historia ecológica de la humanidad. Nos dice que, para entender los hechos humanos tenemos que situarlos en el contexto de la historia de la vida en la Tierra.

El principal problema con el que nos encontramos en la actualidad, se podría cifrar en la disparidad de tiempo con el que tienen lugar los dos tipos de evolución en los que está inmerso el ser humano: por un lado la evolución genética, con plazos extremadamente largos, y por otro lado la evolución cultural, que si en un principio corrió temporalmente casi pareja a la genética, posteriormente se fue contrayendo, hasta llegar a la etapa actual, en la que sus progresos se pueden contar por horas.

 

Por un lado la evolución genética, con plazos extremadamente largos, y por otro lado la evolución cultural, que si en un principio corrió temporalmente casi pareja a la genética, posteriormente se fue contrayendo, hasta llegar a la etapa actual, en la que sus progresos se pueden contar por horas.

 

Nikolái Dmítrievich Kondrátiev

 

Desde la aparición de la vida en la Tierra, han ocurrido numerosas crisis o catástrofes. La aparición de oxígeno en elevadas proporciones, ya debió de resultar catastrófica para los organismos existentes con anterioridad.

La teoría de los ciclos, que respecto a la economía expresó Kondratieff, es una generalización de la misma historia de la vida, en la que los episodios críticos se producen como parte integrante de la misma. Los sistemas estables se desestabilizan, entran en crisis y surge algo nuevo.

 

 

La naturaleza humana incluye algo que no existe en otros seres, su capacidad para la cultura (conjunto de información y artefactos que se transmite de unas poblaciones a otras y de unas generaciones a otras, por vía no genética).

Boyden (Asimov) construye un modelo de la historia ecológica de la civilización basado en sus fases ecológicas sucesivas, en los modos de adaptación dominantes en grandes períodos de tiempo. 

Podemos distinguir tres: la de los cazadores – recolectores, la agrícola, y la industrial o sociedad de alta energía (o de alta «entropía», según J. Rifkin). Las divisiones se producen por adaptación a circunstancias cambiantes, y no fueron vistas en su momento como innovaciones ventajosas, sino que se debieron a la necesidad de adaptarse a las crisis que se estaban produciendo.

Así, por ejemplo, al ser la población demasiado densa para sostener a una sociedad basada en la caza y la recolección, no quedó otro remedio que trabajar, haciendo producir a la tierra mediante el esfuerzo humano.

Una de las crisis de la biosfera ha sido la propia aparición de nuestra especie, debido a nuestra capacidad para la cultura. El ser humano aparece en un margen temporal amplio, cinco millones de años para nuestra familia biológica, los homínidos, dos o tres millones de años para el género Homo, y cien mil al menos, para la aparición del Homo Sapiens Sapiens, capaz de transformar los ecosistemas en una escala sin precedentes.

 

 

Hace más de un millón y medio de años aparece el Homo Erectus, el cual parece que pudo haber usado por primera vez el fuego, y esta capacidad marca un hito respecto a los impactos causados por los homínidos en la biosfera. Mucho después, al cruzar el estrecho de Bering, y extenderse por todo el mundo, produjo impactos que pudieron haber sido relativamente elevados en los nichos ecológicos originales.

Nuestro nicho ecológico original, como primera etapa del hombre actual, fue el de los cazadores-recolectores, y nuestra anatomía, fisiología y comportamiento, supone la capacidad, no para vivir en sociedades urbanas de avanzada tecnología, sino para salir adelante en pequeñas bandas nómadas de cazadores- recolectores.

Tenían acceso únicamente a la energía del fuego, y ha sido la única cultura de la humanidad que ha sido sostenible, y se pudo prolongar durante un período de tiempo importante. Sin embargo los impactos sobre la biosfera fueron importantes, en cuanto a la transformación de formaciones vegetales, por el uso continuado del fuego, y por la alteración de faunas como resultado de la caza intensiva y la transformación de hábitats.

Esta forma de vida, sin embargo, no estaba en total equilibrio con su ambiente y de ahí su continua expansión. Cuando se llegó a ocupar la mayoría del planeta, se entró en crisis.

Parece que podría haber sitio en la tierra para unos diez millones de cazadores-recolectores, y al producirse un desequilibrio entre la población y la capacidad de un sostenimiento del medio, se produjo una transición de fase ecológica, iniciándose la domesticación de animales y la agricultura, debido a la necesidad de usar los bienes naturales de forma más intensiva.

La fase ecológica agrícola trajo consigo muchos otros fenómenos:

sedentarización, surgimiento de ciudades, tecnologías nuevas, escritura, instituciones sociales, uso de metales, regadíos artificiales, especialización laboral, desigualdad en la distribución de la riqueza, educación formal, guerras masivas, grandes epidemias, mercados de bienes y servicios, grandes rutas comerciales, el esclavismo, la democracia, la ciencia, las religiones, etc…

 

 

La energía fue la de la biomasa y el fuego, y también se usaron el viento y la energía hidráulica.

La generalización de los cultivos intensivos, y la reducción de la masa forestal así como el constante incremento demográfico, dieron lugar a una nueva crisis, sustituyéndose la madera, escasa, por un nuevo paradigma energético, y se inició la era de la alta energía, de los combustibles fósiles

La máquina de vapor fue la pionera. La siguieron toda la pléyade de invenciones y mecanismos que conocemos actualmente, el uso de las energías no renovables, en forma de muy alto consumo, y muy alto coste en cuanto a energía neta se refiere, y sobre todo, rebasando ampliamente la capacidad de la Biosfera para regenerarse.

El crecimiento demográfico en este período es de carácter exponencial, al igual que el volumen de materias primas que consumimos – de manera superflua la mayoría-, o la energía que utilizamos, y otros factores amenazantes dentro de un sistema limitado como es la tierra, produciéndose un desarrollo insostenible que hace inviable el mantenimiento de la actual etapa ecológica.

A esto es a lo que llamamos crisis ambiental, con la posibilidad de afectar a la vida sobre la tierra por medio de los usos bélicos de la energía nuclear. La pérdida de especies y hábitats, está destruyendo la biodiversidad, la memoria genética de la biosfera.

También estamos afectando a sistemas clave, soportes de la vida, como la atmósfera, el agua o el mar, por medio de ataques que producen efectos como la disminución de la capa de ozono o el efecto invernadero. Pudiera ocurrir que más allá de un punto imposible de precisar (el «Punto Crítico», que da nombre a nuestro Despacho, así como a nuestro Boletín), nuestros impactos sobre la biosfera asuman proporciones catastróficas, a través de fenómenos no lineales, de variaciones exponenciales.

Este tercer período coincide con la Revolución Industrial, en la segunda mitad del siglo XVIII. Se caracterizará por un rápido aumento de la población. La capacidad de transporte juega un papel principal, que permite extender la influencia humana a zonas cada vez mayores, así como unificar sus núcleos de población.

La biosfera va a verse como una unidad, y de esa forma va a ser explotada. Los resultados de esa explotación serán universales, y el destino de la humanidad, común a toda ella.

 

 

La especie humana realiza un alto, pero ineficaz consumo de productividad primaria, desperdiciando enormes cantidades de energía. Además produce lo que Margalef  llama «metabolismo externo«, es decir energía obtenida del ecosistema para explotar los recursos y elevar su nivel de vida.

También van a aparecer elementos distorsionadores como la polución, que implica la acumulación local de materiales que perturba el funcionamiento de los ecosistemas, y es resultado de un transporte desequilibrado.

Pero su sobreacumulación va a producir un efecto perturbador en toda la biosfera, al pretender que el medio natural absorba una carga contaminante mucho mayor que la que puede soportar sin que se produzcan cambios muy acusados.

Las enfermedades sufren un importante cambio. Por un lado, su disminución y mayor control, por otro lado su propagación a escala mundial, y sobre todo, el hecho de que, cada vez más no provengan de causas naturales, sino de hábitos de comportamiento y de la forma de vida.

Además la función del dinero, que va a actuar como un factor organizativo externo al sistema natural, fuera de la regulación biológica del metabolismo del ecosistema, produciendo grandes desequilibrios entre individuos, grupos de población y países.

El hombre explota al resto de la naturaleza y produce su regresión, extrayendo recursos que en otro caso serían utilizados por el ecosistema en su proceso de autoorganización, contraponiéndose a la sucesión, y sin sus caracteres de autoorganización, dada la imposibilidad de que la naturaleza intervenga con poder de respuesta en el consumo de energía externo o en el flujo del dinero, con lo que no interviene en la reasignación de energía.

Se produce el desequilibrio en puntos críticos del ciclo de los elementos

En cuanto a la explotación de los recursos naturales, a raíz de la Revolución Industrial, la capacidad del hombre para influir y modificar el medio en el que nos desenvolvemos – biosfera -, no tiene precedentes. Antes, especies y ecosistemas evolucionaban juntos, pero los cambios sociales y tecnológicos actuales son más rápidos que la evolución.

 

Antes, especies y ecosistemas evolucionaban juntos, pero los cambios sociales y tecnológicos actuales son más rápidos que la evolución.

 

Las nuevas formas de energías, de materiales, técnicas y en especial de transporte, ha extendido la explotación a la práctica totalidad del globo terrestre, y esto, a su vez, ha provocado un intenso desarrollo demográfico.

 

Orígenes de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. En el refugio de Igaratza (Aralar). Pedro y Jesús Elósegui, Pilar Sansinenea, Reyes Corcostegui, José María Thomas, Francisco Español, Ramón Margalef, Joaquín Mateu, Estefanía Elizalde y Manuel Laborde.

 

Somos la primera especie que ha sido capaz de crear un ecosistema adecuado a sus requerimientos, controlando el biotopo, y suprimiendo la biocenosis «indeseable«. El mantenimiento de ese ecosistema exige el consumo de cuantiosos recursos naturales, y la tecnología ha hecho posible una explotación superintensa de los ecosistemas.

Sin embargo, la explotación de recursos produce efectos directos, fácilmente predecibles, de consumo o agotamiento de los recursos. Pero también produce efectos indirectos, no fácilmente predecibles y de consecuencias inciertas. 

Estos efectos indirectos consisten en general, en el consumo de unos recursos para procesar otros, y la degradación de otros terceros que no son explotados ni consumidos.

Los efectos indirectos sobre los ecosistemas corresponden a uno de estos grupos principales:

Predación, contaminación, eutrofización, desorganización e irrupción y transporte.

 

La predación produce una reducción en la población del organismo o una disminución en el depósito del material.

La ocupación de un terreno elimina el ecosistema existente. Si el papel de ese ecosistema es importante para otros sistemas, los efectos pueden multiplicarse, desapareciendo especies, aumentando la erosión, impidiendo la recarga del acuífero, … 

La contaminación incorpora al sistema moléculas ajenas y perturbadoras a las que, en muchos casos, la vida no ha tenido tiempo de adaptarse. Además inicia una cadena de efectos cuyo final no siempre está claro, como por ejemplo transferencias a través de las redes tróficas.

La eutrofización implica el aumento de nutrientes en un medio habitualmente pobre en ellos. Los organismos desarrollan adaptaciones a la escasez de algunos elementos importantes, y reaccionan vigorosamente a su abundancia.

 

Fosfoyesos

 

En las aguas el efecto es espectacular. El incremento de las algas planctónicas, entre otros efectos en cascada, acaba produciendo anoxia, es decir carencia de oxígeno, con la consiguiente mortandad, y disminución de la biodiversidad. 

La desorganización equivale a una disminución de la productividad y una peor regulación. Así los efectos distorsionadores de los embalses, o la construcción de carreteras, afectan al flujo de organismos y materiales del ecosistema, de forma que pueden suponer una desorganización insuperable para éste.

Mediante el transporte, el hombre ha superado la actuación local, y puede disponer de recursos producidos lejos del lugar de consumo. A la vez ha permitido la entrada – voluntaria o involuntaria – de especies que han alterado gravemente el equilibrio de los ecosistemas originales, que no pueden ejercer ningún tipo de control sobre la especie invasora, que pueden eliminar por competencia a las especies autóctonas.

Otro importante aspecto, quizá motivado por el hecho de que cada etapa ecológica lleva consigo un mayor consumo de energía, es el de sus duraciones. La primera fase, ha sido de al menos 50.000 generaciones humanas. En la fase agrícola hemos estado durante unas 400 generaciones.

Sin embargo en la actual fase de alta energía llevamos apenas 8 generaciones, y no parece que la divisoria esté lejos. Las nuevas tecnologías de la información, como los ordenadores, y las telecomunicaciones, pueden ser los que den lugar a la cuarta etapa ecológica (aunque el deterioro de las condiciones de vida de la mayor parte de la humanidad y la crisis ambiental sin precedentes suponen grave riesgo para la continuidad de la especie).

Recientemente, Jacques Attali, y otros personajes reafirman la apuesta por la tecnología, con la sustitución de los costes educativos y sanitarios por programas informáticos, a la vez que otros como Martín Mateo apuestan por la biotecnología y la energía de fusión nuclear.

 

Ramón Martín Mateo, padre del derecho ambiental español (y mi recordado y querido maestro, a quien tantos debemos tanto, que parece haber quedado en el olvido para el Derecho Ambiental que, sin él, nunca habría llegado a nacer como disciplina autónoma y multidisciplinar).

 

Cualquiera que sea la apuesta, no puede desconocer la necesidad de un cambio, que refuerce la precaria idea actual de solidaridad. Una nueva ética ecológica, capaz de enfocar el hecho cultural como facilitador de unas nuevas relaciones sociales, que puedan sustituir a la genética en la adaptación a la cultura tecnológica.

La educación aparece aquí como un esencial factor del cambio. Ha de volverse a la didáctica y la ética de la naturaleza para lograr cambios en las actitudes de los ciudadanos que modifiquen los comportamientos de la colectividad. La educación como proceso social tiene un importante lugar en la consecución del futuro, pues el primer requisito para la solución de un problema es el reconocimiento de que el problema existe.

Una Educación Ambiental supone lograr mediante la consecución de una conciencia más realista de la situación del planeta, la formación de personas capaces de interpretar el mundo, que de más importancia a los derechos de otros seres humanos y de la naturaleza para cambiar políticas basadas en intereses económicos a corto plazo.

Sin embargo, la educación se ha creado y se mantiene como un instrumento de transmisión de los valores y técnicas de la sociedad. Así, muchas veces los gobiernos intentan una culpabilización de los ciudadanos, respecto al consumo de agua o al reciclaje, pero estas actuaciones individuales, sin una actuación de la administración poco pueden cambiar

La educación, hoy concebida como una forma propagandística y seguidista, ha de plantearse como un instrumento creativo y crítico, ajeno a las modas, y superadora de la competencia agresiva del mercado.

Sin embargo, hoy en día, los medios de comunicación han adquirido una extraordinaria importancia como instrumento de mediación social, superior a la de la educación formal, funcionando como un sistema educativo orientado al consumo innecesario, orientados no a la satisfacción del individuo, sino a la perpetuación del sistema.

La salida a la crisis ambiental global por la que atraviesa la sociedad moderna no puede producirse con el desarrollo y la aplicación de nuevos avances tecnológicos, pese a que puedan aliviarla temporalmente.

La crisis es fundamentalmente cultural, por lo que se hace necesario desarrollar programas y actuaciones educativas que provoquen un cambio profundo en las escalas de valores dominantes, transmitiendo un nuevo estilo de vida individual y colectivo, más integrado y respetuoso con los procesos naturales, que recoja una paradigma ético-ambiental alternativo.

Han de tomarse medidas restrictivas respecto al crecimiento de la población, a la explotación de los bienes naturales, al consumo abusivo y a los planes de desarrollo basados en el crecimiento del PIB. También ha de lograrse que las actividades humanas en el medio asuman una postura más respetuosa con las leyes de estabilidad y equilibrio que rigen los sistemas ecológicos naturales.

 

Ramón Martín Mateo, Catedrático de Derecho Administrativo, autor del primer manual universitario de derecho ambiental, área que empezó a desarrollarse en Estados Unidos, posteriormente en Alemania y que Ramón Martín Mateo introdujo en España. Eran otros tiempos.

 

Se ha detectado una cada vez mayor sensibilización hacia la conservación y mejora del entorno, que depende del proceso educativo de los individuos. Por ello la educación ambiental puede desempeñar un importante papel en la solución de la crisis global, a través de la concienciación y sensibilización social.

Para ello se deben transmitir a los individuos los conceptos y vivencias que les permitan desarrollar y adquirir unas actitudes más responsables sobre las implicaciones de los distintos comportamientos humanos frente al entorno, capacitándoles para la toma de decisiones relacionadas con la calidad ambiental, así como en la planificación de su medio próximo.

La redistribución mundial de los recursos está íntimamente ligado al concepto de desarrollo sostenible, puesto que la convivencia en la Tierra resultaría inviable si se concentra la riqueza en un sector de países.

 

Resulta altamente improbable que los desposeídos de la Tierra se resignen indefinidamente a su situación. Oleadas de inmigrantes clandestinos gravitarán poco a poco sobre los graneros de Occidente

 

Resulta altamente improbable que los desposeídos de la Tierra se resignen indefinidamente a su situación. Oleadas de inmigrantes clandestinos gravitarán poco a poco sobre los graneros de Occidente, y es probable que la irritación generada sea canalizada por peligrosas ideologías y fanatismos religiosos, desatando una violencia imposible de dominar por los aparatos represivos de los estados del Norte.

 

“Gloriosa Victoria”, el polémico mural de Diego Rivera para Guatemala

 

Por otra parte, el Sur está fatalmente condenado a arrasar a corto plazo su enflaquecido entorno, si quiere poder subsistir. El mercado, como mecanismo idóneo de optimización de las decisiones económicas, produce consecuencias devastadoras a escala de convivencia planetaria, determinando el enriquecimiento del Norte y el empobrecimiento del Sur, además de impulsar un saqueo indefinido de los recursos naturales.

Ni los mayores partidarios de liberalismo se oponen a que se ayude a los 600 millones de personas que padecen hambre y malnutrición, y todo el mundo ve con preocupación cómo se agranda progresivamente la brecha entre los países prósperos y los míseros.

La diferencia de ingresos entre el 20% de personas más ricas y el 20% de personas más pobres es de 140 a 1, y esta diferencia tiende a aumentar, ya que el crecimiento económico la sigue ensanchando. Entre 1.960 y 1.989 los países con el 20% más rico de la población mundial crecieron a un ritmo 2,7 veces superior a los del 20% más pobre.

 

 

Mientras los primeros disponen del 82,7% del PIB mundial, los segundos sólo disponen del 1,4% (además, la insolidaridad se demuestra puertas adentro, dado que en el Norte más de 100 millones de personas se encuentran por debajo del umbral de la pobreza).

El montante que la O.N.U. consideró necesario aportar por parte de las naciones industrializadas, cifrado en el 0,7% del PNB, se ha quedado en el 0,35% en los países de la OCDE, en el año 1.992. Con todo, este no es el mayor problema, dado el consenso general sobre su necesidad. Mayores dificultades se suscitan en cuanto al tratamiento del grupo financiador.

 

 

Ha de diferenciarse la responsabilidad de cada país o grupo de países desarrollados, a la vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente mundial, y de los recursos y tecnologías de que dispongan. Esto resulta incompatible con los criterios porcentuales de tendencias igualizadoras del sacrificio.

Sobre todo el problema está en la confianza en los métodos reguladores del mercado, pues éste funciona en una dirección que fortalece cada vez más a los grandes centros de poder científico, tecnológico y comercial (EE.UU., Japón y la C.E.E.), así como a los nuevos países industrializados. A la vez, margina y sumerge en el caos a países enteros e incluso a algunas zonas de países desarrollados.

En especial, hay que tener una gran prevención ante el hecho de que el desarrollo que se exporta a los países pobres, suele tener como base y como fin el mal desarrollo y el despilfarro de las naciones del Norte, ocurriendo que el verdadero origen de la crisis actual está en el modelo económico no sostenible adoptado por el Norte.

Han de transformarse los modelos de desarrollo del Sur, buscando una mayor protección del medio ambiente, pero lo que verdaderamente ha de modificarse es el modelo económico actual del Norte, donde un 20% de la población consume más del 80% de los recursos mundiales, que además es mayoritariamente empleado en bienes superfluos, y son los responsables del agotamiento de los recursos y de la contaminación.

Según la opinión prevaleciente, el desarrollismo, cuanto más se desarrollen las economías industriales, más se beneficiará el resto del mundo, pues cuanto más deprisa podamos convertir las materias primas en bienes económicos, más riqueza o valor permanente estamos creando para ser distribuido entre los habitantes del planeta.

Sin embargo, lo que ocurre, es que cuanto más deprisa las naciones industrializadas convierten los recursos naturales en bienes económicos, menos recursos quedan en la naturaleza para los demás países y para las generaciones venideras.

Además los adelantos tecnológicos, generalmente sirven para acelerar la conversión de más recursos en menos tiempo, consumiendo las reservas naturales y creando una mayor cantidad de residuos y disfunciones. Pero las reservas de recursos no renovables, se hallan principalmente en manos de países no desarrollados.

 

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: El Libro del reciclaje, de Alfonso del Val, 1991

 

Es difícil hacerse a la idea de lo que ocurre en el Tercer Mundo, comprender lo que es la pobreza absoluta, la muerte por desnutrición, la carencia total de todo. Los países del tercer mundo ven las preocupaciones ecológicas de los ricos como un esfuerzo dirigido a que países como EE.UU. puedan seguir conservando su riqueza a costa de obstaculizar el crecimiento económico de los pobres.

 

Los países del tercer mundo ven las preocupaciones ecológicas de los ricos como un esfuerzo dirigido a que países como EE.UU. puedan seguir conservando su riqueza a costa de obstaculizar el crecimiento económico de los pobres.

 

Mientras sigamos devorando una parte desproporcionada de los recursos mundiales, y despilfarrando la mayoría de ellos en trivialidades, cuando el resto del mundo lucha por encontrar la forma de subsistir, no tenemos ningún derecho a dar lecciones a los demás acerca de cómo deben orientar su desarrollo económico.

Por tanto lo primero sería empezar desde ya a limitar drásticamente nuestra riqueza material. EE.UU. representa un 6% de la población mundial, sin embargo consume una tercera parte de la producción mundial de recursos minerales para mantener el nivel de vida al que se supone espira el resto del mundo.

Esto es absolutamente inviable. La escasez de recursos imposibilita que ni siquiera EE.UU. pueda seguir manteniendo tal consumo.

 

Cuando el progreso de estilo Occidental llega al un país del Tercer Mundo el resultado suele ser un «subdesarrollo instantáneo«: las masas populares se vuelven más pobres que antes, y se da preferencia a las ciudades sobre las zonas rurales.

 

Una de las icónicas imágenes de la cumbre de 1972: el ministro español Laureano López Rodó acude a la conferencia en una de las 750 bicicletas facilitadas a los participantes «para dar ejemplo» EFE

 

Cuando el progreso de estilo Occidental llega al un país del Tercer Mundo el resultado suele ser un «subdesarrollo instantáneo«: las masas populares se vuelven más pobres que antes, y se da preferencia a las ciudades sobre las zonas rurales.

Al automatizarse la producción disminuyen los puestos de trabajo, lo que en especial ocurre con la agricultura mecanizada impuesta por la Revolución Verde. Los campesinos desarraigados deben desplazarse a las ciudades, apareciendo lo que se ha dado en llamar el «Cuarto Mundo« es decir enormes bolsas de pobreza situadas en las zonas marginales de la grandes ciudades.

Por desgracia, los países del Tercer Mundo utilizan el producto económico de la venta de sus recursos para industrializar su economía en el sentido antes expuesto.

Esto supone un fantástico incremento del consumo de recursos no renovables, y también de la contaminación generada, además de la creciente utilización de recursos energéticos no renovables (combustibles fósiles), lo que a la vez acentúa el efecto invernadero, con todo lo que ello conlleva.

 

Cuando un elemento de un ecosistema crece desproporcionadamente, está robando a las demás partes de éste los medios para su supervivencia, poniendo en peligro la existencia de todo el ecosistema.

 

El ejemplo de esta crisis nos lo da la propia naturaleza, en la que, cuando un elemento de un ecosistema crece desproporcionadamente, está robando a las demás partes de éste los medios para su supervivencia, poniendo en peligro la existencia de todo el ecosistema.

Así cuando la riqueza de una sociedad se concentra en manos de unos pocos, hasta el punto de que los demás sufren una escasez tan grave como para poner en peligro su propia supervivencia, la sociedad se derrumba, o se inicia una revolución.

 

Así cuando la riqueza de una sociedad se concentra en manos de unos pocos, hasta el punto de que los demás sufren una escasez tan grave como para poner en peligro su propia supervivencia, la sociedad se derrumba, o se inicia una revolución.

 

 

Universidad de Alicante, HOMENAJE AL PROFESOR DON RAMÓN MARTÍN MATEO, autor del primer manual universitario de derecho ambiental. Ramón Martín Mateo, también un especialista destacado en derecho local, ha sido rector de la Universidad del País Vasco y de la Universidad de Alicante, y ha ocupado cargos de responsabilidad en la administración universitaria estatal. 

Experto de las Naciones Unidas en diferentes proyectos durante los años setenta, así como fundamental integrante de la Delegación española en la Cumbre de Río (ONU) de 1992. También ha sido vocal electivo del Consejo de Estado (1990-2003) y vocal del Consejo Estatal del Agua (1991).

Es autor de una cuarentena de libros y ha dirigido 33 tesis doctorales, ha recibido numerosas distinciones honoríficas y es doctor honres causa por diferentes universidades. que son sus memorias. En «Memorias de un ingeniero social bienhumorado» (Ed. Península, 2005), califica a los juristas de ingenieros sociales, que trabajan para que se haga justicia con las personas, defendiéndolas del mismo poder judicial.

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En la Cumbre de Río, en su apartado institucional, se elaboró un programa de actuación global a nivel internacional, denominado Agenda 21.

En su Capítulo 36 propone una reorientación de la educación hacia el desarrollo sostenible. Reconoce que la educación, incluidas la enseñanza escolar, la sensibilización del público y la capacitación de técnicos, es un proceso primordial que permite que los seres humanos y las sociedades incrementen su capacidad para promover el desarrollo sostenible utilizando como base las cuestiones ambientales y de desarrollo.

De forma simultánea a la Cumbre de Río, las ONGs, reunidas en el Foro Global Ciudadano llegaron a gran número de acuerdos y declaraciones de principios, y entre ellos, alguno se centra específicamente en el papel a desempeñar por la educación ambiental en una nueva sociedad que busca el desarrollo equilibrado y sostenible. Rechaza el modelo de civilización dominante basado en la sobreproducción y el sobreconsumo.

 

Foto de grupo de los líderes mundiales reunidos en la ‘Cumbre para la Tierra’ en Río de Janeiro, Brasil, 13 de junio de 1992. Foto ONU/Michos Tzovaras

 

El V Programa de Acción Medioambiental adoptado por el Consejo de ministros de la Comunidad Económica Europea, en Diciembre de 1.992, enfoca los problemas ambientales desde la óptica del Desarrollo Sostenible, con un enfoque que no solo abarca a las autoridades, sino también a todos los operadores económicos, y en primer lugar, a los ciudadanos, mediante la corresponsabilidad en materia medioambiental.

El V Programa se basa en los principios de Desarrollo Sostenible, Acción Preventiva y Precautoria, y en la Corresponsabilidad, principios que ya habían sido expuestos en el Tratado de la Unión Europea, firmado en Maastricht en Febrero de 1.992.

 

El Principio de Precaución en el V Programa de Acción Medioambiental de la UE: De la primacía al olvido.

 

Como objetivo, está el proporcionar una estructura de aplicación a la Agenda 21 suscrita por la CEE y los Estados miembros de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro en Junio de 1.992.

Estos dos –Quinto Programa de acción medioambiental CEE, y Cumbre de Río-, aparecen como «penúltimos» actos de la «Biohistoria» humana, y enlazan con la idea de que la próxima revolución habrá de ser la de la Sostenibilidad. La pregunta, sin embargo, es si será posible vencer la inercia de la actual estructura económica internacional, y si lo fuese, ¿llegará a tiempo?

 

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS
RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: Vertedero de Bens (A Coruña, 1996)

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Fuentes de información (sinopsis)

Para los Capítulos II y III, dedicados a la visión general del problema, las fuentes de información han sido tanto obras que tratan de la problemática Ambiental de carácter general, como libros, dossiers y revistas especializados en RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS y Recuperación Selectiva, así como también el material de estudio del Master en Gestión Ambiental elaborado por el Instituto de Investigaciones Ecológicas (UIICN).

También ha sido de utilizada información recopilada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Navarra, perteneciente a la asignatura «Mesología«.

En los Capítulos IV y V, dedicados a la legislación española y de la CEE, en materia de Medio Ambiente, han sido utilizados manuales de Derecho Administrativo, de Derecho Comunitario y de Derecho Ambiental, así como los textos legales pertinentes. Destacaré las obras de Fernando Fuentes Bodelón en Derecho de Aguas y el Tratado de Derecho Ambiental (tres volúmenes) de Ramón Martín Mateo.

En el Capítulo VI, que es la parte «práctica» del estudio, la primera fuente ha sido mi propia experiencia personal en una empresas del sector de la recuperación de papel y cartón. En cuanto a los datos de población, los datos se han tomado de la comparación del Censo de 1.981 y el padrón de 1.986, que son los datos actualmente más fiables.

En cuanto a los R.S.U. generados y su composición, me he basado en encuestas realizadas por la Xunta de Galicia a distintos Ayuntamientos Gallegos y a empresas concesionarias del servicio de recogida de basuras, así como en datos suministrados por el MOPU, y por la Asociación Nacional de Recuperadores de papel y cartón, y especialmente, en los datos proporcionados en el Plan de Gestión de RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS de la Xunta de Galicia.

En lo relativo a las posibilidades de organización, se han consultado manuales de Derecho Mercantil, así como de Derecho del Trabajo y Guías Laborales del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Por último, en el Capítulo VII, dedicado a experiencias y propuestas alternativas, la información ha venido de la labor del equipo Lorea y otras recogidas por Alfonso del Val en el «Libro del reciclaje«, así como en Dossiers y campañas en materia de RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS llevadas a cabo en Madrid por Carpa, S.A. y por diversas asociaciones, que obran en mi poder.

También en informes facilitados por Geenpeace y otras publicaciones, propias y ajenas, en revistas especializadas.

 

RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS
RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: Vertedero de Bens (A Coruña, 1996)

 

ÍNDICE: RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS: HISTORIA DE SU REGULACIÓN EN ESPAÑA