¿Hacia una «primavera latina»? /
El Pentágono tiene a Venezuela en la mira, por Thierry Meyssan

Venezuela resiste, Eneas De Troya en Flickr

¿Hacia una «primavera latina»? por Thierry Meyssan

Va en ascenso la inquietud en Latinoamérica, donde Estados Unidos y el Reino Unido están implementando una «primavera» al estilo de las «primaveras árabes». Por supuesto, como prácticamente todos los latinoamericanos son cristianos, no se tratará en este caso de sembrar la guerra enemistando a los pueblos con argumentos religiosos. Se buscará más bien la manera de recurrir a ciertos aspectos de las identidades locales. Pero el objetivo seguirá siendo el mismo: no se trata de reemplazar un gobierno por otro sino de destruir los Estados para eliminar así toda posibilidad de resistencia nacional frente al imperialismo.

| CARACAS (VENEZUELA)

Con el tiempo, numerosos líderes políticos del mundo entero han reinterpretado las «primaveras árabes». Lo que al principio parecía ser una serie de revoluciones espontáneas contra gobiernos autoritarios se ve hoy en día como lo que realmente es: un plan anglosajón de desestabilización de toda una región del mundo para poner en el poder a la Hermandad Musulmana. El recuerdo de la «revuelta árabe de 1916», durante la cual Lawrence de Arabia sublevó la región en contra del Imperio Otomano haciendo que los pueblos soñaran con la libertad para acabar sometiéndolos al Imperio Británico, está ahí para demostrarnos que Londres dispone de la experiencia necesaria para ello.

Los anglosajones están preparando al parecer una nueva ola de seudo revoluciones en Latinoamérica. Todo comenzó con un decreto del entonces presidente Barack Obama, emitido el 9 de marzo de 2015, que declaraba un estado de emergencia ante la extraordinaria amenaza que la situación en Venezuela supuestamente representaba para Estados Unidos. Ese documento suscitó en todo el continente una ola de indignación que obligó al presidente estadounidense a presentar excusas durante una cumbre regional. Obama se excusó… pero no anuló el decreto y los preparativos para una nueva guerra siguieron adelante.

Es importante observar que el texto de Obama sobre Venezuela no es una ley, como la Syrian Accountabilty Act adoptada bajo la administración de George W. Bush, en 2003, sino un decreto presidencial. Eso implica que el poder ejecutivo no está obligado a rendir cuentas al legislativo sobre los preparativos que lleva a cabo al respecto.

En el mundo árabe en general, y en el caso de Siria en particular, los anglosajones necesitaron 8 años para iniciar las acciones. Pero numerosos elementos hacen pensar que necesitarán menos tiempo para emprender un programa de destrucción en Latinoamérica.

En Brasil, justo antes de los Juegos Olímpicos, estalló una serie de desórdenes contra el gobierno de la presidente Dilma Rousseff. Esta última fue destituida como resultado de un procedimiento parlamentario, legal pero totalmente en contradicción con el espíritu de la Constitución.

El golpe parlamentario contra Dilma Rousseff fue implementado, bajo el control del Banco Central –cuyo segundo al mando tiene doble nacionalidad brasileña e israelí–, por un grupo de diputados hoy metidos hasta el cuello en graves escándalos de corrupción. Los servicios de seguridad brasileños se mantuvieron extrañamente pasivos durante el golpe. ¿Cómo se explica eso? Con vista a los Juegos Olímpicos, se hallaban bajo la supervisión de expertos israelíes. Actualmente, el nuevo presidente, Michel Temer –quien tiene doble nacionalidad brasileña y libanesa–, es objeto del más amplio rechazo popular.

La situación no es mucho mejor en México, país ya de hecho dividido en cuatro. El norte exhibe un fuerte crecimiento mientras que el sur está en plena recesión. Los dirigentes políticos mexicanos han vendido Pemex, la empresa petrolera nacional, y todas sus reservas a Estados Unidos, que por consiguiente ya no necesita el petróleo del Medio Oriente. Sólo el ejército parece creer aún en el concepto de patria.

En Venezuela, la oposición ha logrado capitalizar algunos errores económicos del gobierno para realizar unas pocas grandes manifestaciones pacíficas. Pero también organiza simultáneamente minúsculas concentraciones extremadamente violentas durante las cuales han sido asesinados tanto policías como manifestantes. Creando la confusión, las agencias de prensa internacionales dan la impresión de que ha comenzado una revolución contra los chavistas, lo cual no tiene absolutamente nada que ver con la realidad.

O sea, los tres principales Estados latinoamericanos están siendo desestabilizados al mismo tiempo. Tal parece como si los neoconservadores estadounidenses, previendo un posible restablecimiento de la paz en Siria, estuviesen acelerando la aplicación de sus planes en Latinoamérica.

El viernes, en una alocución transmitida por televisión, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, puso en guardia al pueblo sobre el proyecto anglosajón de «primavera latina». El presidente Maduro citó amplia y repetidamente los precedentes de Libia y Siria ante una audiencia de intelectuales latinoamericanos, a quienes tuve la oportunidad de unirme, como sirio de corazón.

Thierry Meyssan
 
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El Pentágono tiene a Venezuela en la mira

Recientes actos de violencia perpetrados en Venezuela por sectores de la derecha dieron lugar a la apertura de una discusión entre sociólogos, politólogos, periodistas e intelectuales nacionales y extranjeros.
El periodista, investigador y experto en geopolítica, Thierry Meyssan, advirtió que esos actos son parte de una estrategia diseñada por Estados Unidos para justificar una intervención militar, como las que han ocurrido en países del Medio Oriente y del norte de África, producto de las campañas para enfrentar pueblo contra pueblo y pueblo contra gobierno, en lo que ha dado en llamarse la «primavera árabe».

| CARACAS (VENEZUELA)  
Thierry Meyssan

¿Qué es lo que busca en concreto Estados Unidos en nuestro país?

— Estados Unidos quiere generar aquí una especie de guerra civil similar a la que se inició a principios de esta década en algunos países del norte de África y del Medio Oriente, que se llamó la «primavera árabe», donde pusieron a pelear hermanos contra hermanos para debilitar los gobiernos de la región mediante el financiamiento de los grupos terroristas y extremadamente radicales que estamos viendo ahora sembrando el terror.

¿Cómo cree usted que va a funcionar esa estrategia?

— Aunque aún no está claro en qué grupos de aquí se apoyará Estados Unidos para alcanzar su objetivo, al observar que tiene varias bases militares en un país vecino es obvio que el peligro está latente. Para empezar, van a dividir a la población tratando de radicalizarla.

¿Cómo cree usted que va a lograr esta división?

— En primer lugar, tratará de convencer a los venezolanos de que este gobierno va a ser desplazado y reemplazado por otro gobierno. La idea es que el pueblo pierda la confianza en el gobierno y en las instituciones públicas. Con esa percepción se espera convencer a las personas de que la historia ya está escrita y de que ya no se puede hacer nada, algo parecido a lo que ocurrió en los países árabes.

Por supuesto, los únicos pueblos que han sobrevivido a este tipo de amenazas son precisamente los que han permanecido unidos. En el caso de Venezuela, es bueno destacar que el Comandante Hugo Chávez diseminó por todo el país el nacionalismo y eso es importante para enfrentar una situación como esta.

¿Para qué quiere eso la nación del norte?

— Hay que recordar que en el año 2001, luego del derribo de las Torres Gemelas y el ataque al Pentágono, Estados Unidos no tuvo ningún reparo en pasarle por encima a todos los derechos fundamentales y fue entonces cuando empezó a atacar cada uno de los Estados del Oriente Próximo. La próxima etapa será América Latina.

Estados Unidos se planteó desde principios de la década de los 90 erigirse como la potencia indiscutible del mundo con la disolución de la Unión Soviética. Para ese momento ya estaba consciente de que para lograr eso, si era necesario, tenía que perder muchas cosas. Lo harían aunque eso les costara dos brazos.

¿Cuál sería el papel de los grandes medios de comunicación en este plan y cómo comparar su política informativa con la que han empleado en los conflictos de los países árabes?

— Para nosotros estas manifestaciones que han ocurrido en Venezuela han sido evidentemente divulgadas por los medios internacionales presentando una imagen distinta de lo que realmente ocurre. En el caso de lo que ocurrió ayer (lunes) en la autopista (Francisco Fajardo), el hecho fue magnificado para hacer creer que en Venezuela hay una guerra y que la oposición es muy grande. Lo cierto es que yo vi esa manifestación y había muy poca gente.

También la impresión que han querido dar los medios ante el mundo occidental es de que en Venezuela la gente se está muriendo de hambre porque sencillamente el gobierno no les da de comer.

¿Qué opinión tiene sobre la cobertura de la prensa sobre el acoso y agresiones que han sufrido en el exterior, principalmente en Estados Unidos y algunos países de Europa personas que de una u otra forma apoyan la Revolución Bolivariana y al Presidente?

— La pregunta que hay que hacerse es por qué mienten los medios de prensa. Es ilógico, no tiene sentido. La respuesta es que estos medios son parte de la política militar de Estados Unidos para imponer la guerra.

En la sala de mando del Pentágono hay grupos militares que no están precisamente para ver lo que sucede sino para planificar en conjunto, por ejemplo con la gente de la agencia Reuters y, por supuesto, cuentan con la participación de un pool o grupo coordinado de medios internacionales. Con todos estos elementos se pretende crear una imagen negativa de algunos funcionarios del gobierno a los que acusan de narcotraficantes, de estar implicados en delitos de corrupción o de estar asesinando a su propio pueblo.

Para llevar a cabo este plan es necesario financiar y formar grupos de capaces de cometer acciones terroristas para atacar las instituciones públicas y provocar un efecto de respuesta. La única excepción en la presentación real de los hechos, igual que lo que ocurre en el Medio Oriente es el canal de televisión TeleSur.

Por supuesto, para lograr este propósito también se ha diseñado un plan para entorpecer las comunicaciones entre Venezuela y el resto del mundo. Yo llevo 4 días en Venezuela y me ha sido muy difícil comunicarme por vía telefónica. He tenido que recurrir a aplicaciones como Whatsapp, por ejemplo, que son controladas por Estados Unidos.

¿Qué va a pasar con los países que son calificados como aliados de Estados Unidos, pero que también nos son afines por su condición de latinoamericanos?

— Aún no está claro si ese ataque será solo contra los países del noroeste de Suramérica, Venezuela, Bolivia, Ecuador, o si será en toda América Latina, pero, de acuerdo con documentos desclasificados en 2004 por el Pentágono, no se tiene previsto tocar a Argentina, México y Brasil. Hay que tomar en cuenta que de 2004 al presente han pasado muchas cosas en Brasil y en México, por lo que la estrategia estadounidense pudiera haber cambiado.

¿Qué percepción se lleva usted de Venezuela luego de su estadía de 4 días?

— Creo que el pueblo está muy motivado para preservar lo que se ha alcanzado. En la medida en que el pueblo gane confianza en el país, por supuesto Venezuela va a estar bien. También es muy importante que los venezolanos busquen medios de prensa alternativos, distintos a los medios aliados de Estados Unidos, para enterarse de lo que ocurre. Pueden hacerlo en la Red Voltaire, por ejemplo.

Fuente
Ciudad Caracas (Venezuela)


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