LA CRONOLOGÍA DE NEWTON: «The Chronology of Ancient Kingdoms Amended», Sir Isaac Newton (1728), traducción de María José Carrasco García. CAPITULO 4: «De los dos imperios contemporáneos, el de los babilonios y el de los medos». Primera Parte

De los dos imperios contemporáneos, el de los babilonios y el de los medos

ÍNDICE DE LA OBRA

***

LA CRONOLOGÍA DE LOS REINOS ANTIGUOS, ENMENDADA

Por Isaac Newton

CAPITULO IV. De los dos imperios contemporáneos, el de los babilonios y el de los medos

PRIMERA PARTE

Traducción de María José Carrasco García

De los dos imperios contemporáneos, el de los babilonios y el de los medos

 

Con la caída del imperio asirio, los reinos de los babilonios y los medos se hicieron grandes y poderosos.

Los reinados de los monarcas de Babilonia son enumerados en el canon de Ptolomeo. Para la comprensión de éste, se debe tener en cuenta que cada reinado de cada monarca de ese canon comenzaba con el último Tot del reinado de su predecesor, como deduzco al comparar los reinados de los emperadores romanos en ese canon, con sus reinados enumerados en años, meses y días por otros autores. Si tenemos esto en cuenta, parece que según ese Canon, Asarhaddón murió en el año 81 de Nabonasar, Saosduchino, su sucesor, en el año 101, Cinaladán, en el año 123, Nabopolasar en el 144 y Nabucodonosor en el 187.

Todos estos reyes y otros mencionados en ese canon, reinaron uno tras otro, sobre Babilonia, y este último rey murió en el año 37 de la cautividad de Jeconías, 2 Reyes XXV. 27, y por tanto, Jeconías fue hecho cautivo en el año 150o de Nabonasar. Este cautiverio comenzó en el año octavo del reinado de Nabucodonosor, 2 Reyes XXIV.12 y en el undécimo del de Joaquín, pues el primer año del reinado de Nabucodonosor era el cuarto de Joaquín, Jer XXV. I, y Joaquín había reinado once años antes de la cautividad, 2 Reyes XXIII. 36 y 2 Crónicas. XXXVI.5 y Jeconías, tres meses, ya que su reinado terminó cuando empezó su cautiverio. Además, el año décimo del cautiverio de Jeconías, era el décimo octavo del reinado de Nabucodonosor, Jer. XXXII. I. Asimismo, el undécimo año de Sedequías, en el que fue tomada Jerusalén, era el décimo noveno de Nabucodonosor, Jer LII. 5, 12. Por tanto, Nabucodonosor comenzó su reinado en el año 142 de Nabonasar, es decir, dos años antes de la muerte de su padre Nabopolasar, y, por ende, fue su padre quien lo hizo rey. Joaquín sucedió a su padre Josías en el año 139 de Nabonasar y Jerusalén fue tomada y el Templo quemado en el año 160 de Nabonasar, unos veinte años después de la destrucción de Nínive.

El reinado de Darío Histaspes sobre Persia, si seguimos el Canon y el acuerdo de todos los cronólogos, y según varios eclipses de luna, comenzó en la primavera del año 227 de Nabonasar: y “en el año cuarto del rey Darío, en el cuarto día

Elí: el sumo sacerdote de Shiló, maestro de Samuel

del noveno mes, que es el mes Kisleu, cuando los judíos se habían dirigido a la casa de Dios diciendo: ¿Deberíamos llorar en el quinto mes como hemos hecho durante tantos años? La palabra del Señor le fue dirigida a Zacarías diciéndole: “Háblale a todo el pueblo de la tierra y a los Sacerdotes y di: “Cuando habéis ayunado y plañido en el quinto y séptimo mes, y esto durante setenta años ¿habéis ayunado de verdad por mí?” Zac VII. Si contamos hacia atrás esos setenta años en los que ellos habían ayunado en el quinto mes por la quema del Templo, y en el séptimo, por la muerte de Gedalías, entonces, la quema del Templo y la muerte de Gedalías caerán en el quinto y séptimo mes judíos del año 160 de Nabonasar, como ya se ha mencionado antes.

De la misma manera que los astrónomos caldeos contaban los reinados de sus monarcas siguiendo los años de Nabonasar, que comenzaban con el mes de Tot, los judíos, como nos relatan sus autores, contaban los reinados de los suyos, siguiendo los años de Moisés, que comenzaban el año con el mes de Nisan.

Así pues, si algún rey comenzaba su reinado unos pocos días antes de que empezara este mes, se le calculaba como un año entero y el comienzo de ese mes era contado como el principio del segundo año de su reinado. Según este cálculo, el primer año del gobierno de Joaquín comenzó en el mes de Nisan, Anno Nabonass. 139, aunque es probable que este reinado no empezara hasta cinco o seis meses después. Del mismo modo, el cuarto año del reinado de Joaquín, y el primero de Nabucodonosor, según el cálculo de los judíos, comenzó en el mes de Nisan, Anno Nabonass.142, igual que el primer año de Sedequías, el de la cautividad de Jeconías, y noveno año de Nabucodonosor, que comenzó con el mes de Nisan en el año 150 de Nabonesar. También el año décimo de Sedequías y 18 de Nabucodonosor comenzó en el mes de Nisan en el año 159 de Nabonasar.

 

Sello de Gedalías

 

Pues bien, en el noveno año de Sedequías, Nabucodonosor invadió Judea y sus ciudades, y en el décimo mes de ese año, el décimo día del mes, él y sus huestes sitiaron Jerusalén, 2 Reyes XXV, 1. Jer XXXIV,1, XXXIX. 1 y LII, 4.

Desde este momento hasta el décimo mes del segundo año de Darío hay sólo setenta años. Así: “el día 24 del mes undécimo, el año segundo de Darío, fue dirigida la palabra del Señor a Zacarías… y el ángel del Señor dijo: “Oh, Señor de las huestes, ¿Hasta cuándo seguirás sin apiadarte de Jerusalén y de las ciudades de Judá, contra las cuales estás irritado desde hace setenta años?” Zac. I.7-12. Por tanto, el noveno año de Sedequías, en el que esta indignación contra Jerusalén y las ciudades de Judá empezaron, se inició en el mes de Nisan en el año 158 de Nabonasar. Asimismo el año undécimo de Sedequías y décimo noveno de Nabucodonosor, en el cual la ciudad fue tomada y el Templo incendiado, se inició en el mes de Nisan en el año 160 de Nabonasar, como hemos mencionado antes.

Si seguimos a todos estos personajes, los años de Joaquín, Sedequías y Nabucodonosor, parecen estar determinados con suficientes datos. Por tanto, la cronología de los judíos en el Antiguo Testamento está conectada con la de tiempos posteriores, ya que entre la muerte de Salomón y el noveno año de Sedequías, en el que Nabucodonosor invadió Judea y comenzó el asedio de Jerusalén, había 390 años como se pone de manifiesto tanto por la profecía de Ezequiel, cap IV, como sumando los años de los reyes de Judá. Además, desde el año noveno de Sedequías hasta la que se conoce como “Era de Cristo”, había 590 años. Estos dos números, con la mitad del reinado del rey Salomón, ascienden a mil años.

Sedequías de Judá

Al final del reinado de Josías, Anno Nabonass. 139, el faraón Necao, sucesor de Psamético, salió de Egipto con un gran ejército para atacar al rey de Asiria, y al serle denegado el paso a través de Judea, venció a los judíos en Mejido o Magdolus, antes de Egipto, mató a Josías, el rey de aquellos. Después marchó a Carquemís o Circutium, una ciudad de Mesopotamia junto al Eúfrates, y la tomó. Asimismo, se apoderó de las ciudades de Siria, mandó a buscar a Joacaz, el nuevo rey de Judá, a Ribla o Antioquía, lo depuso allí, puso como rey a Joaquín en el lugar de Josías e hizo que el reino de Judá le pagara tributos. No obstante, mientras tanto, el rey de Asiria había sido sitiado y sometido, y Nínive había sido destruida por Asuero rey de los medos y por Nabucodonosor rey de Babilonia. Además, como los conquistadores tenían derecho, por tanto, a los países que le pertenecían al rey de Asiria, condujeron a sus ejércitos victoriosos contra el rey de Egipto, que había tomado parte de ellas. Así pues, Nabucodonosor, auxiliado por Astibares, es decir, por Astivares, Asuero, Acksweres, Ajeres, o Ci-Ajeres, rey de los medos, en el tercer año de Joaquín, llegó con un ejército de babilonios, medos, sirios, moabitas y amonitas, que incluían un número de 10.000 carros de combates, 180.000 de soldados de infantería y 120.000 de caballería. Este ejército arrasó Samaría, Galilea, Escitópolis y a los judíos en Galaad, sitiaron Jerusalén y cogieron vivo al rey Joaquín. A este lo encadenaron durante un tiempo y se llevaron a Babilonia a Daniel y a otros de su pueblo, así como parte del oro, plata y bronce que se encontraron en el Templo. Asimismo, en el cuarto año de Joaquín, que era el vigésimo de Nabopolasar, ahuyentaron al ejército del faraón Necao en Carquemís, y continuando con la guerra, le quitaron al rey de Egipto todo lo que le pertenecía desde el río de Egipto hasta el río Eúfrates. A este rey de Egipto lo llama Berosoel Sátrapa de Egipto, de Coele-Siria y de Fenicia”. Además, esta victoria le puso fin al reinado que tenía sobre Coele-Siria y Fenicia, que él acababa de invadir y dio

Joaquín-de-Judá

comienzo al reinado de Nabucodonosor desde ese momento. Asimismo, con estas conquistas sobre Asiria y Siria, el pequeño reino de Babilonia se erigió en un potente imperio.

Mientras que Nabucodonosor actuaba en Siria, murió su padre Nabopolasar después de haber reinado 21 años. Nabucodonosor, al recibir la noticia y tras ordenar sus asuntos en Siria, retornó a Babilonia, dejando a los cautivos y a su ejército con sus sirvientes para que lo siguieran. De ahí en adelante se dedicó unas veces a la guerra, conquistando Sitacene, Susiana, Arabia, Edom, Egipto y algunos otros países, y otras veces a la paz, adornando el templo de Belo con el botín que había tomado, y la ciudad de Babilonia, con grandiosas murallas y puertas, palacios y jardines colgantes, como nos relata Beroso. De igual forma, hizo cauces para dos nuevos ríos, el Narsares y el Palacopas, por encima de Babilonia, y construyó la ciudad de Teredón.

Judea estaba entonces bajo la servidumbre del rey de Babilonia, ya que había sido invadida y sometida durante el tercer y cuarto año del reinado de Joaquín, y “Joaquín le sirvió durante tres años y después se revolvió y se rebeló contra él”, 2 Reyes XXIV.1. Mientras que Nabucodonosor y el ejército de los caldeos continuaban en Siria, Joaquín estaba sometido por la fuerza. Después de que volvieran a Babilonia, Joaquín continuó fiel durante tres años, es decir, durante los años 7o,8o y 9o de su reinado pero en el décimo, se rebeló. Después de esto, es decir, en el retorno o en el final del año, o sea en primavera, Nabucodonosor mandó  sitiar Jerusalén, cautivó a Jeconías, el hijo y sucesor de Joaquín, saqueó el Templo y se llevó a Babilonia a los príncipes, artesanos, herreros y a todos los que servía para la guerra. Además, cuando ya no quedaban nada más que los más pobres, hizo a Sedequías su rey y lo obligó mediante un juramento a servir al rey de Babilonia. Esto fue en primavera, a finales del undécimo año de Joaquín y comienzos del año 150 de Nabonasar.

Sedequías, sin respetar su juramento  se rebeló e hizo una alianza con el rey de Egipto, y, por tanto, Nabucodonosor, durante el noveno año de Sedequías invadió Judea y sus ciudades, y en el décimo mes judío de ese año, sitió Jerusalén otra vez. Asimismo, en el undécimo año de Sedequías, en el cuarto y quinto mes, después de un asedio de año y medio, tomó y quemó la ciudad y el Templo.

Nabucodonosor, tras haber sido nombrado rey por su padre, reinó en Fenicia y Coele- Siria durante 45 años, y después de la muerte de su padre, durante 43 años, y después del cautiverio de Jeconías, 37. Después, fue sucedido por su hijo Evilmerodac, llamado Lluarodamo en el canon de Ptolomeo.

 

Fenicia y Coele- Siria

 

Jeromeo nos dice que en vida del padre de Evilmerodac, este reinó durante siete años mientras que su padre comía hierba con los bueyes, y que después de la restauración de su padre, fue enviado a prisión con Jeconías rey de Judá, hasta la muerte de su padre, cuando lo sucedió en el trono.

En el quinto año de la cautividad de Jeconías, Belsasar era el siguiente en dignidad a su padre Nabucodonosor y fue designado su sucesor, Baruc I. 2, 10, 11, 12,14, y, por tanto, Evilmerodac estaba todavía entonces en desgracia. Cuando llegó al trono, sacó a su amigo y compañero Jeconías de prisión el día 27 del mes doce, así que Nabucodonosor murió a final del invierno, Anno Nabonass. 187.

Evilmerodac reinó durante dos años después de la muerte de su padre, y por su lujuria y malas maneras fue asesinado por el marido de su hermana Neriglisar o Negalasar, año 189 de Nabonasar, según el canon.

Neriglisar, en nombre de su hijo pequeño Labosordaco o Laboaserdak, el nieto de Nabucodonosor por parte de su hija, reinó durante nueve meses después de la muerte de su padre, y después, a causa de sus malas maneras, fue asesinado en un banquete ya que sus amigos, para conspirar contra él, se había aliado con Nabonido, un babilonio, a quien, por acuerdo, le dieron el reino. No obstante, en el canon, estos nueve meses no son calculados aparte.

Nabonido o Nabonadio, según el canon, empezó su reinado en el año 193 de Nabonasar. Reinó durante diecisiete años y terminó su reinado en el año 210 de Nabonasar, año en que fue vencido y Babilonia fue tomada por Ciro.

 

«Ciro el Grande»

 

Heródoto llama a este último rey de Babilonia, Labinito, y dice que era hijo de un Labinito anterior y de Nitocris, una eminente reina de Babilonia. Por su padre, Heródoto parece entender ese Labinito que, como nos dice, fue rey de Babilonia cuando el gran eclipse de sol predicho por Tales puso fin a la guerra de los cinco años entre los medos y los lidios, y este era el gran Nabucodonosor.

Daniel llama al último rey de Babilonia, Belsasar, y afirma que Nabucodonosor era su padre. Asimismo Josefo nos dice que el último rey de Babilonia era llamado Naboandel por los babilonios y que reinó durante diecisiete años. Por tanto, este es el mismo rey de Babilonia que Nabonido o Labinito, y esto concuerda más con las Sagradas Escrituras que el hacer a Nabonido un extraño a la familia real: “Pues todas las naciones servirán a Nabucodonosor y a sus descendientes hasta que le llegue la hora a su tierra también, y muchas naciones serán servidas por él”. Jer. XXVII.7

Belsasar nació y vivió con honor antes del quinto año de la cautividad de Jeconías, que fue el año undécimo del reinado de Nabucodonosor, y, por tanto, tenía más de 34 años a la muerte de Evilmerodac así que no podía ser otro rey que Nabonido, ya que Laboaserdak, el nieto de Nabucodonosor era un niño cuando él reinó.

Heródoto nos dice que hubo dos famosas reinas de Babilonia: Semíramis y Nitocris, y que esta última tenía más habilidad, ya que, al observar que como el reino de los medos había sometido ya a muchas ciudades, entre otras Nínive, e iba a hacerse grande y poderoso, interceptó y fortificó los pasos de Media hacia Babilonia y desvió el río, que antes era recto, con grandes curvas para que fuera más tranquilo y menos propenso a desbordarse. Asimismo, en la ladera del río, por encima de Babilonia, en imitación del lago Moeris en Egipto, ella hizo cavar un lago de cuarenta millas de ancho para recibir el agua del río y guardarla para regar la tierra. También construyó un puente sobre el río en el centro de Babilonia y desvió el arroyo hacia el lago hasta que se construyó el puente. Además, Filóstrato dice que ella hizo un puente de dos brazas de ancho, o sea, una bóveda arqueada por encima de la cual corriera el río y bajo la cual se pudiera cruzar este. Filóstrato la llama Μηδεια, una meda.

 

Semíramis, reina de Asiria

 

Beroso nos dice que Nabucodonosor construyó unos jardines colgantes sobre arcos porque su esposa era meda y se deleitaba con los terrenos montañosos como los que abundaban en Media pero que eran escasos en Babilonia. Ella era Amitis, la hija de Astiages y hermana de Ciáxares, reyes de los medos. Nabucodonosor se casó con ella por una unión entre las dos familias contra el rey de Asiria, pero puede que Nitocris fuera otra mujer que, durante el reinado de su hijo Labinito, rey voluptuoso y malvado, se ocupara de los asuntos de este, y para asegurarse su reino contra los medos hizo los trabajos antes mencionados. Esta es la reina mencionada en Daniel, cap. V. ver. 10.

Josefo nos relata siguiendo los archivos tirios que durante el reino de Itobalo, rey de Tiro, esa ciudad fue sitiada por Nabucodonosor durante trece años en total. Al final de ese asedio, Itobalo, su rey, fue asesinado, Ezeq. XXVIII. 8, 9,10, y

Puerta de Babilonia (Excavación)

después de él, según los archivos tirios, comenzó en Babilonia el reinado de Ciro. Por tanto, el asedio de Tiro comenzó cuarenta y ocho años y algunos meses antes del reinado de Ciro en Babilonia. Comenzó cuando Jerusalén acababa de ser tomada y quemada, junto con el Templo, Ezeq. XXVI y, en consecuencia, después del undécimo año del cautiverio de Jeconías, o en el 160o año de Nabonasar. Así pues, el reinado de Ciro en Babilonia comenzó después del año 208 de Nabonasar y terminó antes del 28o año del cautiverio de Jeconías, o en el 176o año de Nabonasar, Ezeq. XXIX.17. Por tanto, el reinado de Ciro en Babilonia comenzó antes del año 211 de Nabonasar y según esta argumentación, el primer año de Ciro en Babilonia fue uno de los dos años intermedios: o el 209 ó el 210.

Ciro invadió Babilonia en el año 209 de Nabonasar. Babilonia se resistió y al año siguiente fue tomada (Jer. LI.39,57) cambiando el curso del río Eúfrates y entrando en la ciudad a través de los canales vaciados y, en consecuencia, después de la mitad del verano, ya que el río, al derretirse la nieve en Armenia, se desborda cada año al principio del verano, pero con el calor del verano baja:  “Y esa noche fue asesinado el rey de Babilonia, y Darío el Medo, o rey de los medos, tomó el reino cuando tenía unos sesenta y dos años de edad”. Así pues, Babilonia fue tomada un mes o dos después del solsticio de verano, en el año 210 de Nabonasar, como se representa en el canon también.

 

Excavaciones en Babilonia

 

Los reyes de los medos antes de Ciro eran Dejotes, Fraortes, Astiages, Ciáxares o Ciaxeres y Darío. Los tres primeros reinaron antes de que el reino se hiciera grande, los dos últimos fueron grandes conquistadores y erigieron un imperio, ya que Esquilo, que floreció durante los reinados de Darío Histaspes y de Jerjes, y murió en la 76o olimpiada, presenta a Darío quejándose de los que persuadieron a su hijo Jerjes para que invadiera Grecia:

Τοιγάρ σφιν ἔργον ἐστὶν ἐξειργασμένον Μέγιστον, ἀιείμνηστον ὁιον ὀυδέπω,
Τὸ δ ̓ἄστυ Σούσων ἐξεκείνωσεν πεσόν·
Ἐξ ὅυτε τιμὴν Ζεὺς ἄναξ τὴνδ ̓ὤπασεν

Ἐν ̓ἄνδρα πάσης Ἀσιάδος μηλοτρόφου Ταγειν, ἔχοντα σκηπτρον ἐυθυντήριον
Μηδος γὰρ ἠν ὁ πρωτος ἡγεμὼν στρατου· Ἄλλος δ ̓ἐκείνου παις τόδ ̓ἔργον ἤνυσε· Φρένες γὰρ ἀυτου θυμὸν ὀιακοστρόφουν. Τρίτος δ ̓ἀπ ̓ἀυτου Κυρος, ἐυδαίμων ἀνὴρ, &c.

Ellos han hecho un trabajo el más grande y memorable que nunca haya ocurrido pues con él han dejado desierta la vencida Susa. Desde el momento en que el rey Júpiter le concedió este honor ese hombre debería haber reinado sobre la fructífera Asia, y poseer el cetro imperial. Puesto que el primero en liderar el ejército fue un medo el siguiente, que era su hijo, concluyó el trabajo pues la prudencia guió su alma, el tercero fue Ciro, un hombre feliz, etc.

El poeta aquí atribuye la fundación del imperio Medo- persa a los dos predecesores inmediatos de Ciro, el primero de los cuales era un medo, y el segundo era su hijo. El segundo fue Darío el medo, inmediato predecesor de Ciro, según Daniel. Por tanto, el primero fue el padre de Darío, o sea, Aksuero, Asuero, Ojiares, Ajeres o el príncipe Ajeres o Cy- Ajeres (pues la palabra Cy significa “príncipe”), ya que Daniel nos dice que Darío era el hijo de Asuero, o Ahasuero, como los Masoretes lo llaman por error, o de la estirpe de los medos, es decir, de la estirpe real. Este es el Asuero que junto con Nabucodonosor tomó y destruyó Nínive, según Tobías. Esta acción fue atribuida por los griegos a Ciáxares y, por Eupolemo, a Astibares, nombre que es quizás la corrupción escrita de Asuero.

 

Imperio Persa

 

Con esta victoria sobre los asirios, con la subversión de su imperio con sede en Nínive y con las subsiguientes conquistas de Armenia, Capadocia y Persia, él comenzó a extender el reino de un hombre sobre toda Asia. Asimismo, su hijo Darío el Medo, al conquistar los reinos de Lidia y Babilonia, concluyó el trabajo. El tercer rey fue Ciro, un hombre feliz por sus grandes éxitos, bajo y contra Darío, y por su gran y pacífico dominio en su propio reino.

Ciro vivió setenta años según Cicerón y reinó durante nueve sobre Babilonia, según el canon de Ptolomeo, por tanto, tenía 61 años de edad cuando la toma de Babilonia. En este momento, Darío el Medo, tenía 62 años, según Daniel, por tanto, Darío, era dos generaciones más joven que Astiages, el abuelo de Ciro, ya que Astiages, según, tanto Heródoto como Jenofonte, le dio a su hija Mandane a Cambises, un príncipde de Persia, y a través de ellos, se convirtió en abuelo de Ciro. Asimismo, según Jenofonte, Ciáxares era hijo de Astiages y le dio su hija a Ciro.

Esta hija, afirma Jenofonte, tenía fama de ser muy guapa, solía jugar con Ciro cuando ambos eran niños y solía decir que ella se casaría con él. Por tanto, ambos eran de la misma edad.

Jenofonte dice que Ciro se casó con ella tras la toma de Babilonia, pero ella era entonces un vieja. Es más probable que él se casara con ella mientras que era joven y guapa, y él también un hombre joven, y que, como era el cuñado de Darío, el rey, condujera los ejércitos del reino hasta que se rebeló.

Así pues, Astiages, Ciáxares y Darío reinaron uno tras otro, sobre los medos. Ciro era nieto de Astiages, se casó con la hermana de Darío, y sucedió a este en el trono.

 

Estela-de-Behistun (Darío el Grande)

 

Heródoto, por lo tanto, se ha inventado el orden de los reyes Astiages y Ciáxares, al hacer a Ciáxares, hijo y sucesor de Fraortes, al hacer al padre y predecesor de Astiages, el padre de Mandane y abuelo de Ciro y al decirnos que este Astiages se casó con Arienis, la hija de Aliates, rey de Lidia, y que al final, fue hecho prisionero y privado de su dominio por Ciro. Asimismo Pausanias se ha copiado de Heródoto en decir que Astiages, el hijo de Ciáxares reinaba en Media durante los días de Aliates, rey de Lidia. Ciáxares tenía un hijo que se casó con Arienis, la hija de Aliates, pero este hijo no era el padre de Mandane y abuelo de Ciro, sino que tenía la misma edad que Ciro, y su verdadero nombre se ha conservado en el nombre de dáricos”. Asimismo, este hijo fue el que a la conquista de Creso bajo la dirección de su general Ciro, acuñó monedas de oro y plata usando materiales de los conquistados lidios. Su nombre, era, por tanto, Darío, como lo llama Daniel, pues Daniel nos dice que este Darío era un medo, y que su padre se llamaba Asuero, o sea, Ajeres o Ciáxares, como se ha mencionado antes.

Considerando, por tanto, que Ciáxares reinó durante mucho tiempo y que ningún autor menciona más reyes de Media que a uno llamado Astiages, y que Esquilo, que vivió en esos días, conocía sólo dos grandes monarcas de Media y Persia, padre e hijo, más viejos que Ciro, me parece a mí que Astiages, el padre de Mandane y abuelo de Ciro, era el padre y predecesor de Ciáxares, y que el hijo y sucesor de Ciáxares se llamaba Darío.

Ciáxares, según Heródoto, reinó durante 40 años. Su sucesor reinó 35, y Ciro, según Jenofonte, siete. Ciro murió Anno Nabonasar.219 según el canon, y, por tanto, Ciáxares murió en Anno Nabonass. 177 y comenzó su reinado Anno Nabonass. 137. Su padre Astiages reinó durante 26 años ya que su reinado comenzó con la muerte de Fraortes, que fue asesinado por los asirios, Anno Nabonass.111, como se ha mencionado antes.

De todos los reyes de los medos, Ciáxares fue el mejor guerrero. Heródoto nos dice que era mucho más valiente que sus antepasados y que fue el primero que dividió el reino en provincias y convirtió las fuerzas armadas irregulares e indisciplinadas de los medos en disciplina y orden. Por tanto, siguiendo el testimonio de Heródoto, Ciáxares fue ese rey de los medos al que Esquilo hace el primer conquistador y fundador del imperio, ya que Heródoto los representa a él y a su hijo como los dos predecesores inmediatos de Ciro, equivocándose sólo en el nombre del hijo.

Astiages no hizo nada glorioso. Al principio de su reinado una gran cantidad de escitas, capitaneados por Madies, invadieron Media y Partia, como se ha mencionado antes, y reinó allí durante unos 28 años. No obstante, al final, su hijo Ciáxares le tendió una trampa, lo mató en un banquete e hizo que el resto huyera para reunirse con sus paisanos en Partia. Justo después, junto con Nabucodonosor, invadió y sometió el reino de Asiria y destruyó Nínive.

 

Jeroboam I

 

 


Sé el primero en comentar

Deja tu opinión

Tu dirección de correo no será publicada.


*