LA RECUPERACION SELECTIVA («Residuos Sólidos Urbanos: Historia de su Regulación en España», por Jesús Díaz Formoso, 1994), PARTE 5

LA RECUPERACION SELECTIVA (RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS) Parte 5

RSU (RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS), Parte 1

RSU (RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS), Parte 2

RSU (RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS), Parte 3

RSU (RESIDUOS SÓLIDOS URBANOS) Parte 4

 

 

En las anteriores entradas de esta serie, tratamos los sistemas de tratamiento de residuos sólidos urbanos (RSU): VERTIDO CONTROLADO e INCINERACIÓN, el RECICLAJE y el  COMPOSTAJE. 

En esta entrada (Parte 5) abordaremos la RECUPERACION SELECTIVA. 

 

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CAPITULO IV: SISTEMAS DE GESTIÓN (TRATAMIENTO)

Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos (RSU): Sistemas, Desafíos y la Necesidad de la Recuperación Selectiva. 

El tratamiento de residuos sólidos urbanos (RSU) abarca el conjunto de operaciones orientadas tanto a su eliminación como al aprovechamiento de los recursos que contienen.

Los sistemas de gestión más utilizados actualmente son el vertido controlado, la incineración, el reciclado y el compostaje.

Es crucial notar que el vertido incontrolado no debe considerarse un sistema de tratamiento, sino un simple abandono de las basuras, a pesar de ser el método más empleado por los municipios españoles para eliminar residuos.

El gráfico ilustra la distribución porcentual de los diferentes tipos de residuos que componen la basura doméstica. Los datos reflejan que la materia orgánica constituye la fracción más grande, representando un 44,06% del total, lo que subraya su potencial para el compostaje y la reducción del volumen de desechos. El papel es el segundo componente más significativo, con un 21,18% , destacando la importancia de su reciclaje para la conservación de recursos forestales.

Otros materiales reciclables como el plástico (10,59%) , el vidrio (6,93%) y los metales (4,11%) también poseen una presencia considerable, lo que enfatiza la necesidad de una adecuada separación en origen para su recuperación. Categorías como el textil (4,81%) , goma y caucho (1,01%) , madera (0,96%) y, en menor medida, pilas y baterías (0,2%) , completan el panorama junto con una fracción de «Varios» (6,17%). Esta distribución pone de manifiesto las oportunidades para optimizar la gestión de residuos mediante estrategias de reducción, reutilización y reciclaje.

 

LA RECUPERACION SELECTIVA
Manuel Bao Iglesias (Departamentos de Química Técnica e Ingeniería Química), fallecido en noviembre de 2015, cuya labor ingrata, realizada en unas viejas naves industriales, donde analizaba -personalmente- el contenido de la basura de los más de 300 Ayuntamientos gallegos, desde aquél «su» Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Compostelana, a quien dedico este trabajo, que solo se pudo llevar a cabo gracias a los minuciosos datos que recopiló y puso a nuestra disposición. Artífice del Primer Plan de Gestión de Residuos Sólidos Urbanos de Galicia, de 1998. Tras la aprobación de la Ley 10/1997, de 22 de agosto, de residuos sólidos urbanos de Galicia (DOG nº 168, del 2 de septiembre de 1997), los datos de la basura gallega, que él empíricamente demostró, se convertirían en fundamento de la Ley. Descanse en paz.

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 LA RECUPERACION SELECTIVA

 

Pueden completar esta información con las publicaciones de la Revista Punto Crítico Primera etapa (1995-2001), números 3 (1996) y 9 (1997)

 

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LA RECUPERACIÓN SELECTIVA

Sólo existen dos soluciones para las basuras: Destruirlas o Recuperarlas.

Pero la destrucción es algo ficticio, pues se basa en el vertedero controlado o la incineración, y estos sistemas no eliminan, sino que esconden o transforman las basuras en algo inútil y perjudicial para el entorno.

El vertido controlado es un enterramiento digno, técnicamente preparado para evitar en teoría el máximo de contaminación. Este es un objetivo raramente alcanzado, y en realidad se convierte en un camuflaje del problema.

La incineración no es otra cosa que transformar las basuras mediante un complicado, costoso y, muchas veces peligroso sistema, en escorias y gases, necesitándose de nuevo el vertedero para las primeras y grandes sumas de dinero para eliminar parte de la contaminación y aprovechar energéticamente los segundos.

Vertido e incineración son dos actividades que trasladan el problema de la ciudad al entorno, mantienen bien la apariencia de solución e incluso están siendo presentadas como método de «eliminación» de las basuras. Pero la utilización del lenguaje sirve como cobertura a la mentira, pues la eliminación no existe.

La principal dificultad con que nos encontramos a la hora de recuperar los componentes de los RSU, está en la dificultad de separar algo tan heterogéneo, mezclado y compactado como las basuras que llegan en los grandes camiones compactadores.

Lógicamente, mezclar los componentes de la basura en un mismo recipiente, comprimirlos fuertemente en el camión de recogida mediante complicados mecanismos a costa de elevar el precio del camión, el gasto de energía y la producción de ruidos para luego intentar separarlos hasta llegar al mismo estado en que se hallaban antes de ser recogidos, es algo absurdo y técnicamente dudoso, dada la contaminación de los diversos componentes de los RSU producida tras el mezclado.

Por ello, la recogida selectiva (recogida por separado de determinados componentes de la basura), ha sido y es una alternativa a la que tienden muchas personas e instituciones, dado que en teoría, soluciona casi todos los problemas.

 

Separar los componentes de la basura para su recogida y reciclaje posterior no es más caro ni más complicado, ni más molesto, ni se necesita más espacio para realizarlo. Simplemente es necesaria una educación adecuada de las personas

 

 

Separar los componentes de la basura para su recogida y reciclaje posterior no es más caro ni más complicado, ni más molesto, ni se necesita más espacio para realizarlo. Simplemente es necesaria una educación adecuada de las personas, comenzando por la escuela, y, sobre todo, una voluntad política que desee y apoye de verdad la participación pública en la solución de los problemas, dentro de un mínimo respeto hacia la naturaleza.

Por otra parte, en numerosas ocasiones la instalación de un vertedero u otra instalación de tratamiento de las basuras de una amplia zona en un lugar determinado, resulta inaceptable para los vecinos próximos a dicho lugar, dada su escasa producción de basuras en relación con el total a tratar.

Separar los componentes de la basura en casa significa entonces repartir sobre cada vecino una parte del problema que la generación de sus basuras ocasiona, contribuyendo mediante la suma de todos los esfuerzos separadores a recuperar la mayor parte de los componentes , muchos de los cuales son vendidos directamente , por lo que al final, la cantidad de basura realmente inservible y molesta queda reducida al mínimo.

Un Plan de Recogida Selectiva y Reciclaje de los RSU, implica desarrollar unos programas intensivos de educación ambiental para despertar la conciencia del vecino a la bondad y necesidad de separar. Pero tampoco es suficiente, aunque sea importantísima, la correcta separación y presentación de los materiales inertes de la basura.

Es preciso que de su comercialización se encarguen aquéllos que conocen y dominan su mercado, y que saben quiénes pueden comprarlos al mejor precio y en una determinada presentación.

Estas personas son los recuperadores profesionales, bastantes de ellos agrupados en la asociación de recuperadores y en otras agrupaciones más próximas al ecologismo, que ponen directamente en contacto el material recuperado con la fábrica que lo utiliza como materia prima.

 

 

La clave de la participación popular y su decisiva consolidación y estabilización en el tiempo, dependerá de la coherencia del proceso seguido y de la comprensión y aceptación del mismo. La estrategia a seguir debe ser clara, transparente, flexible, imaginativa y basada en la plena aceptación de la importancia de la participación de unos vecinos sensibilizados y cultos.

Para conseguir esto debe articularse una delicada gama de personas entusiasmadas con los objetivos que sepan establecer, con arreglo a las peculiaridades de cada lugar, un plan de recogida selectiva y reciclaje de basuras correcto, cuya gestión, por compleja y multidependiente, se convierta en algo perfectamente integrado en el funcionamiento real económico y social de la población concreta.

Los beneficios sociales, ecológicos y económicos son tales que hacen de esta solución la antítesis de las duras, antiecológicas, y pobres soluciones ingenieriles del enterramiento o la incineración, e incluso en la mayoría de los casos, de las plantas de reciclaje existentes.

En la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) se entiende, que aún a sabiendas de las dificultades que aún entrañan experiencias de este tipo, la recogida selectiva debe ser un método que empiece a implantarse en los municipios españoles en la nueva etapa municipal que se abrirá después de las próximas elecciones.

Con objeto que este nuevo modelo de recogida de R.S.U. alcance el éxito necesario propugnamos que éste se sustente en las siguientes premisas:

-Una planificación inicial.

-Una correcta coordinación.

-Una adecuada comprensión ciudadana.

 

Premisas que podrán desarrollarse mediante las etapas que a continuación se expresan:

a) Planificación inicial:

Análisis de la tipología de los residuos.

Definición del tipo de productos a recoger.

Viabilidad de ubicación de varios recipientes.

Examen de las posibilidades de almacenamiento.

Frecuencia de la recogida y efectividad del servicio.

Compromisos de venta de productos a industrias.

Análisis de costes.

b) Coordinación:

Coordinación entre servicios de recogida normal y selectiva.

Integración en la campaña de:

Responsables políticos.

Funcionarios.

Comerciantes.

Asociaciones ciudadanas.

Industriales recicladores.

Establecimiento de un Plan de Acción.

c) Comprensión ciudadana:

Explicación detallada del problema.

Solicitud de cambios de actitudes.

Búsqueda de líderes de opinión.

Creación de sub-comités de barrio.

Establecimiento de premios.

Creación de programas adicionales para Colegios, Industrias, Juventud y Comercios.

 

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EL MÉTODO DE LAS TRES ERRES: (Reducir, reutilizar, y reciclar)

REDUCIR los productos no necesarios, evitar envoltorios, evitar el consumo de productos de usar y tirar, y sobre todo evitar productos tóxicos y contaminantes, así como las bolsas de plástico para la compra.

Es imprescindible una legislación restrictiva de los envases y embalajes en cuanto a productores y comercializadores.

REUTILIZAR comprando los líquidos en botellas de vidrio retornables.

En New York, por ejemplo, es obligatorio dejar un depósito para todas las botellas y latas, tanto de metal, vidrio o plástico. 24 meses después de la entrada en vigor de esta ley se habían ahorrado 50 millones de dólares en costes de limpieza, 19 millones en eliminación de RSU, y entre 50 y 100 millones en energía, además la ley del depósito creó 3.800 puestos de trabajo (según un estudio del New York Public Interest Research Center de 1.986).

RECICLAR, en especial productos de papel, plásticos, vidrios, aceites, …

 

 

Las tendencias actuales que pretenden corregir el derroche de materiales y energías, llevan aparejadas graves dificultades, en un sistema económico y político que se basa en el incremento definido del consumo, que conduce a un proceso indefinido de sustitución en el que la recuperación no tiene lugar.

El sistema de libre formación de precios también es contrario al ahorro, cuando las materias primas vírgenes resultan más baratas por no tenerse en cuenta su escasez futura. Igualmente, muchos modelos productivos dan como resultado productos difícilmente desarticulables, y otros productos son comercializados en envases expresamente pensados para ser desechados.

Lo esencial, y anterior al reciclaje, será el promover un consumo y aprovechamiento racional de los recursos naturales, controlando el empleo de sustancias tóxicas y peligrosas. Este control hoy en día es muy deficiente, por no decir inexistente.

Sin embargo la legislación española actual dispone de instrumentos, a cargo de los ayuntamientos, para controlar a las empresas que utilizan este tipo de productos.

También es importante fomentar la investigación, el desarrollo, y la implantación de las llamadas tecnologías limpias, de bajo consumo energético, y con procesos no contaminantes. En especial, el problema de los envases y embalajes, del que trataremos más adelante, y el problema de la poca durabilidad de los bienes de consumo, exigen una especial dedicación por parte de las administraciones públicas.

 

 

La gestión del reciclaje

La SEPARACIÓN SELECTIVA EN ORIGEN es el punto de partida, y como hemos visto se basa en la participación ciudadana. El siguiente aspecto, una vez separados los componentes susceptibles de ser reciclados, consiste en la fabricación de COMPOST, a partir de la materia orgánica remanente. Es aquí donde el problema del contenido de productos tóxicos y peligrosos de los RSU, se presenta con mayor importancia.

El Decreto 2414/1.961, de 30 de Noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas, establece un procedimiento para la concesión de licencias a las empresas obligadas, y en su Disposición Adicional primera se ordena a los Ayuntamientos la llevanza de un Libro Registro de estas actividades, precepto que de cumplirse escrupulosamente supondría disponer de un efectivo y verdadero instrumento de control sobre los residuos tóxicos y peligrosos.

La siguiente fase, a la que ya hemos hecho referencia, es la correcta comercialización de los materiales recuperados.

En España, la experiencia pionera, tanto en la recogida selectiva como en el tratamiento, fue desarrollada por el Equipo Lorea, en 1.983, detallada por uno de sus integrantes, D. Alfonso del Val, en «El libro del reciclaje«. A esta experiencia siguieron otras varias, a las que en un capítulo posterior haremos referencia.

 

El Libro del reciclaje, de Alfonso del Val, 1997

 

LOS OBJETIVOS DE GESTIÓN DEL PROYECTO QUE SE LLEVA A CABO EN PAMPLONA SON:

Reducción de la producción de residuos.

Recogida selectiva de los residuos producidos.

Reciclado y recuperación de los recursos existentes en los residuos.

Depositar los rechazos y residuos no recuperables sin afecciones al medio ni a las personas.

Aprovechar energéticamente los gases generados en el área de vertido.

 

«Naturaleza, Basuras y Reciclaje En La Escuela Sugerencias para los maestros», por Equipo Lorea. Gobierno de Navarra, 1985

 

El Centro de Recuperación cuya distribución dependerá de la adopción de una gestión centralizada o bien distribuida en diversos núcleos consta de las siguientes instalaciones:

Muelle de descarga.

Contenedores de camión, de caja abierta para depositar los residuos, uno por cada producto, de unos 15 metros cúbicos para maderas, podas y restos de jardinería, vidrio, incluido el plano, metales, papel y cartón, plásticos, escombros; otro de 1 metro cúbico para medicamentos y otro igual para pilas.

Depósito para aceite usado.

Caseta para oficina y servicios.

Señalización adecuada y jardinería.

Cerca del perímetro.

Superficie suficiente para las maniobras de carga y descarga de los contenedores.

 

Líneas de Tratamiento de la Planta de Reciclaje de Pamplona

Papel: Sale de la nave en fardos empacados automáticamente.

Vidrio: Sale seleccionado por colores.

Metal: Se selecciona manualmente el no magnético, y el magnético mediante imán.

Plástico: Selección manual (Polietileno, PVC, PET,…).

Brik: Selección manual y empacado.

Otros sistemas de recogida selectiva: Recogida domiciliaria de voluminosos, Contenedores de vidrio y recogida puerta a puerta en establecimientos de hostelería.

 

 

El papel se recoge directamente en establecimientos comerciales y grandes consumidores. Hay una red de contenedores situados en la periferia urbana para los escombros de pequeñas obras. Hay una recogida directa de trapos y textiles. También hay puntos de recogidas para las pilas junto a los contenedores de vidrio y en los establecimientos expendedores de pilas nuevas.

Un centro de Gestión del Sistema Integral de Reciclado debe constar de las siguientes áreas de trabajo:

Comunicación social, con todo tipo de informaciones dirigidas a los vecinos (normativa, recogida, encuestas, campañas, …).

Recogida y transporte.

Tratamiento e investigación.

Control, puesta a punto, corrección de sistemas de tratamiento, reparaciones, ahorros energéticos, etc…

Coordinación y optimización del servicio.

Comercialización, importante sobre todo para evitar el colapso de los almacenes.

 

 

SITUACIÓN GENERAL: El tratamiento de las basuras.

La falta de una política global sobre los residuos, repercute negativamente en la gestión local de los mismos. Reciclar las basuras hoy implica iniciar experiencias previas para su recogida selectiva, y ello en los primeros años puede resultar más caro que su vertido controlado, y este, cuando nadie protesta por ello, suele ser el remedio más socorrido.

Según las únicas cifras existentes para todo el país, elaboradas por el MOPU en base a una encuesta a ayuntamientos, en 1.986 un tercio de las basuras fueron arrojadas sin más a diversos barrancos, vaguadas, charcas y otros espacios inapropiados, sin tomar medida alguna para reducir el impacto, lo que se califica vertido «incontrolado«.

El 45% fueron objeto de «vertido controlado» y podríamos pensar que la mayor parte de nuestras basuras domésticas son, al menos en lo referente a la contaminación, correctamente tratadas, pero si nos atenemos a lo que en la CEE se entiende por tal, desgraciadamente esto no es así, porque gran parte de esos vertederos autocalificados de controlados por los propios ayuntamientos, no lo son.

Simplemente son considerados así, en muchos casos, cuando se efectúa algún tipo de cubrición de las basuras, se ha construido una valla en todo o parte del perímetro, o se ha cambiado de emplazamiento y el lugar de vertido es ahora algo más «adecuado» que antes (cantera abandonada, existencia de carretera de acceso, señalización, etc).

 

La garantía de impermeabilidad del suelo, alejamiento corrientes subterráneas de agua, recogida de líquidos contaminantes (lixiviados) y su tratamiento antes de ser vertidos a los cauces naturales, el enterramiento y cubrición regular y adecuada de las basuras, los sistemas de extracción de gases producidos por las fermentaciones anaerobias de la basura, etc., que son algunos de los rasgos que definen internacionalmente los llamados «vertederos controlados» no existen en la mayoría de los catalogados como tales.

 

 

Sin embargo, la garantía de impermeabilidad del suelo, alejamiento de corrientes subterráneas de agua, recogida de líquidos contaminantes (lixiviados) y su tratamiento antes de ser vertidos a los cauces naturales, el enterramiento y cubrición regular y adecuada de las basuras, los sistemas de extracción de gases (metano) producido por las fermentaciones anaerobias de la basura, etc., que son algunos de los rasgos que definen internacionalmente los llamados «vertederos controlados» no existen en la mayoría de los catalogados como tales.

Por estas razones podemos manifestar que más de la mitad de nuestras basuras domésticas son incorrectamente vertidas al medio con grave peligro de contaminación. Debido a la producción de lixiviados se contaminan cauces de agua, y si el suelo no es impermeable, la contaminación puede extenderse a las aguas subterráneas, que muchas veces forman parte de los sistemas de abastecimiento de agua potable a las poblaciones próximas.

 

Debido a la producción de lixiviados se contaminan cauces de agua, y si el suelo no es impermeable, la contaminación puede extenderse a las aguas subterráneas, que muchas veces forman parte de los sistemas de abastecimiento de agua potable a las poblaciones próximas.

 

 

Del resto de las basuras, o sea de aquellas que son objeto de tratamiento en instalaciones industriales, el 19,3% según fuentes del MOPU, son objeto de algún tipo de recuperación y fermentación controlada , y el 5,1% restante son llevadas a incineradoras, careciéndose de datos sobre las cantidades que estas instalaciones industriales producen de elementos inservibles (rechazo, cenizas, etc.) que son vertidos posteriormente y que habría que sumar a las cantidades anteriores depositadas en vertederos.

Las plantas de reciclaje en nuestro país han resultado ser hasta ahora, en general y salvo excepciones como ADARO y alguna privada reciente, más un fracaso económico y en cierto modo técnico, que un paso adelante en la recuperación de las basuras.

En general los costes de mantenimiento (mano de obra, energía, etc.) y las inversiones han crecido por encima de los precios de los productos obtenidos, los cuales muchas veces, por deficiencias en la comercialización, proporcionan por la venta menos ingresos de lo que correspondería.

Por otro lado, la falta de una tecnología -la existente está sacada de la minería, como la propia ley de Residuos Sólidos Urbanos- adecuada a los diferentes tipos de basuras en base a una experimentación previa, ha contribuido decisivamente a que toda una generación de plantas acabaran cerrando por la falta de calidad del abono orgánico, el principal producto obtenido (la planta de Valdemingómez, primera y única creada para investigar, data de fecha muy reciente de 1.982 y desgraciadamente hoy está semiparada).

 

Imagen satélite del vertedero de Valdemingómez, con su nube de metano (ESA)

 

Además de las plantas de tratamiento de tecnología relativamente complicada y elevada inversión como las de Valdemingómez (ADARO), Consorcio Bahía de Cádiz, Tarragona, Alicante, etc., existen toda una gama de plantas, la mayoría situadas, dotadas de escasa maquinaria y con huerta y frutales próximos, sin un abono producido, aunque barato, es francamente impresentable en muchos casos, y el aspecto general de las instalaciones (olores, suciedad, etc.) es muchas veces deplorable.

Sin embargo funcionan con una inversión y coste reducidos; sin ayudas oficiales para su construcción y mantenimiento y muchas veces con rendimientos en la separación de ciertos materiales (plásticos, papel y cartón, chatarras y vidrio) casi similares a los obtenidos en las costosas y tecnológicamente más avanzadas instalaciones antes citadas.

La simple instalación magnética de recuperación de chatarra en el vertedero de Valdemingómez, consiguió recuperar más de 10.000 Tm de chatarra en 1.984, lo que significa el 1,4% del total de las basuras arrojadas en dicho vertedero. Esto porcentaje de chatarra recuperada se elevaba hasta el 1,7% en la rudimentaria y ya cerrada planta de reciclaje del vertedero de los Toriles, también en Madrid, hoy desaparecida.

Pues bien, ambas eran sólo ligeramente superadas por la planta de ADARO en Valdemingómez, con un porcentaje del 1,95%.

 

Valdemingómez, Parque Tecnológico

 

El caso más sorprendente a este respecto lo aportó Córdoba, con un porcentaje de plásticos, papel y cartón, y vidrios recuperados bastante aceptable sin instalación de ningún tipo.

Volvemos a comprobar que el «cuello de botella» de todas estas instalaciones está en la dificultad de tratar un producto tan heterogéneo y cambiante como es la basura, en la que no solo vienen compactados y entremezclados íntimamente sus componentes, lo que hace dificilísima su separación, sino que variando un día a otro y de un mes de verano a otro de invierno.

Evidentemente, una basura seleccionada en origen requiere un tipo de instalaciones sensiblemente más sencillas y menos costosas para completar el proceso de reciclaje, que las complicadas plantas de tratamiento.

Los vertederos controlados de alta densidad se sitúan entre el reciclaje con planta de separación y fabricación de compost, y el simple vertedero controlado, pero costoso sí es realmente controlado. En ellos el proceso consiste en la extensión de la basura en capas poco profundas, de un metro como máximo, y la rotura de bolsas de forma mecánica (paso de un rodillo rompebolsas) lo que permite la recuperación manual de botellas, plásticos, cartones, etc..

Posteriormente las labores se reducen a vigilar la humedad (óptima en 40%) y el fomento de la aireación. Estas labores implican conocer la permeabilidad de la basura al agua y al aire, disponer de elementos de riego y drenaje para reutilizar los líquidos lixiviados en forma de lluvias sobre la basura para humidificarla, así como métodos para medir la humedad y corregirla (tubos de ventilación, volteo, etc.). Por ello se debe contar con un suelo impermeable.

Y en su mayor parte la materia orgánica fermenta aeróbicamente y de este modo la materia se convierte en un abono de calidad a la vez que reduce considerablemente su volumen y cambia de textura, haciéndose más fácilmente separable de los inertes.

Una vez finalizado el proceso de fermentación, del producto resultante se separa el abono del resto de los componentes. Esto puede realizarse por medios mecánicos sencillos (Burgos) o por lombrices (Córdoba).

 

Vermicompostaje

 

En el vertedero de Córdoba se ha llevado a cabo un interesante sistema de tratamiento que puede dar resultados muy positivos en lo que a recuperación se refiere, sin necesidad de grandes inversiones. Con la gestión, netamente municipal, se combinaba el vertedero con la recuperación sin planta de tratamiento. La basura se extiende en capas poco profundas, lo que permite recuperar a mano vidrio, plástico y papel y cartón.

Lo ha realizado un grupo de jóvenes constituido en Cooperativa y que no recibió otra remuneración por su trabajo que lo obtenido por la venta de los productos; en ese mismo lugar se dejaba algunos días hasta que una vez iniciadas las primeras fermentaciones se apilaba en otra parte del vertedero hasta completar el proceso.

El plástico recuperado en Córdoba alcanza el 0,4% en peso, sin instalación mecánica alguna, mientras que en la planta de ADARO sube al 0,56%. Por este sistema en Córdoba se recuperaron en un solo mes (diciembre de 1.984) 19.835 kg. de cartón, 23.600 kg. de plástico y 19.450 kg. de vidrio, obteniéndose por ello en el mercado cerca de 800.000 ptas.

La experiencia de Córdoba se completaba con una investigación sobre las posibilidades del tratamiento por medio de la lombriculturaLa basura se entregaba a las lombrices para posteriormente y una vez digerida, separarlas del abono creado, como también del resto inerte sin descomponer, por medios mecánicos. Desgraciadamente esta interesante experiencia cordobesa ha sido abandonada.

Para que reciclar no resulte la solución más cara para los ayuntamientos, a pesar de las ventajas de todo tipo que conlleva, las administraciones central y autonómica deberían abordar el tema a escala de todo el país.

Pero con recursos limitados, les resulta difícil en muchas ocasiones abordar por sí solos la complejidad de un programa global de recogida selectiva y reciclaje (educación cívica, escuela, técnicas, nuevo modelo de gestión y comercialización de los productos, etc.) y aun conscientes de sus ventajas, se inclinan por soluciones más baratas.

 

 

Lo que nos cuestan las basuras

El coste de recogida y tratamiento de estas elevadas cantidades de residuos resulta fabuloso. Aunque no existen cifras globales, se sitúa en torno a los cien mil millones de pesetas al año, cifra que aumenta del 8 al 10% anual.

Según la Dirección General del Medio Ambiente del MOPU, en 1.988, los costes de instalación en millones de ptas/Tm y día de capacidad de tratamiento fueron:

Vertedero controlado: 0,5 a 0,9

Compostaje: 1,0 a 3,5

Incineración: 2,5 a 5,0

Estación de transferencia: 0,5 a 0,8

 

Y los costes de explotación en ptas/Tm:

Recogida: 2.000 a 6.000

Vertedero controlado: 200 a 800

Compostaje: 1.200 a 1.700

Incineración: 2.400 a 3.000

Estación de transferencia: 100 a 250

 

 

Madrid gastó en 1.985 casi 10.000 millones de pesetas en la gestión de sus basuras, habiendo sido el presupuesto total del Ayuntamiento en 1.986, 110.166 millones de pesetas.

En esta cantidad no está incluida la correspondiente a conceptos difíciles de evaluar, como las amortizaciones de otras dependencias municipales, gastos del personal que recauda tasas de recogida, sanciones de incumplimiento, notificación de cambios, perturbaciones en las depuradoras por parte de la basura viaria que acaba en las alcantarillas, etc. Los 10.000 millones bien podrían ser, según ser, según cálculos de un alto responsable municipal madrileño, de 15.000 millones de pesetas en dicho año. Son consideraciones válidas para todos los municipios españoles.

Tomando los 10.000 millones y dado que la cantidad destinada a la reciente gestión de los escombros y tierras es mínima, resulta que el coste por Kg de basuras producido en la ciudad (956.056 Tm/año) se sitúa en las 10 ptas. Curiosamente, tan solo algo más de 500 millones se dedican al tratamiento, de los cuales 18,7 iban a la planta de reciclaje de Valdemingómez (equivalente a la «tasa de vertido»), esto es, a lo que le costaría al Ayuntamiento verter las basuras y 55,1 al vertedero de los Toriles, por el mismo concepto.

De esto se deduce que el presupuesto de basuras se gasta casi en presentación (cubos, contenedores, etc.) y recogida (carga, transporte, limpieza viaria, etc.). Muchos Ayuntamientos aceptan estas cifras como algo normal y sin embargo, cuando se propone recuperar los componentes de las basuras, paran inmediatamente a interesarse sobre la rentabilidad del proceso, aspecto que nunca se plantean a la hora de establecer el transporte o el vertido por medios costosos y sofisticados.

Sin embargo la creciente tendencia a implantar contenedores para la recogida selectiva de basura debería aprovecharse para introducir la recogida selectiva.

Una de las razones para la implantación de la recogida por contenedores estandarizados, es evitar al máximo la suciedad viaria (cuya limpieza cuesta de 10 a 14 veces más que la recogida de basuras), que además, en caso de suficiente generación de basura, ahorra tiempo y esfuerzo. Sin embargo presenta el inconveniente de su limpieza, y de que no retira los residuos voluminosos y de que los vecinos los van llenando durante el día, (estorbo, malos olores, etc.).

 

 

Su empleo en las grandes ciudades puede ser positivo, sin embargo la tendencia creciente a su implantación en pequeños pueblos, dada la política oficial en numerosas Comunidades Autónomas de promover mancomunidades para la gestión de basuras, puede llevar a un gasto excesivo en recogida y transporte en detrimento de su tratamiento (recuperación), porque en muchos de estos pueblos mancomunados se han encontrado repentinamente con unos costosos contenedores y un potente camión de recogida, lo que se traduce en unos miles de pesetas por vecino y año de tasa de basuras, no habiendo sido resuelto el problema de su tratamiento y recuperación sino simplemente desplazado al vertedero comarcal.

Según nuestras propias comprobaciones, en varios de estos pueblos la realidad ha sido que la generación de basuras ha aumentado considerablemente porque se ha dejado de reciclar en casa «ya que ahora hay y nos cobran la recogida«. Se ha conseguido el desentendimiento del problema de las basuras por parte de la población.

En muchos lugares es más conveniente, económico y práctico invertir en mejorar el pequeño vertedero local y concentrar basura en un vertedero -casi siempre es falsamente controlado- y sin recuperación alguna.

 

En muchos pueblos, la realidad ha sido que la generación de basuras ha aumentado considerablemente porque se ha dejado de reciclar en casa, «ya que ahora hay y nos cobran la recogida«.

Se ha conseguido el desentendimiento del problema de las basuras por parte de la población.

 

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VERTIDO CONTROLADO E INCINERACIÓN («Residuos Sólidos Urbanos: Historia de su Regulación en España», por Jesús Díaz Formoso, 1994), PARTE 3

LA RECUPERACION Y EL RECICLAJE («Residuos Sólidos Urbanos: Historia de su Regulación en España», por Jesús Díaz Formoso, 1994) PARTE 4