
Atilano Domínguez
En dos meses -el próximo día 19 de diciembre- «Punto Crítico, Derechos Humanos» cumple 10 años.
Habéis leído 60.000.000 de posts.
Tenemos menos de 200 suscriptores (además de nuestros asociados y colaboradores).
Porque mientras os aprovechabais de nuestro trabajo (a menudo, para robarlo) nos habéis mantenido cancelados (a menudo, para encubrir la apropiación de nuestras ideas y contenidos).
Lo habéis hecho porque nos sabéis indefensos, porque hemos sido víctimas de injustas y aberrantes persecuciones judiciales.
Y lo hemos sido porque quisimos plantar cara a la Corrupción, que, en última instancia, siempre, siempre, siempre es Judicial:
Jueces que permiten la impunidad de los Corruptos Poderosos.
Porque en este país, formado por una mayoría de Estúpidos, Cobardes y Malvados, la solidaridad consiste en apoyar a los poderosos delincuentes y destruir a las víctimas.
Pronto te pasará a ti. Porque te pasará.
Y cuando suceda, has de saber que estarás solo.
Por justa que sea tu defensa, los cobardes, los estúpidos y los malvados aprovecharán tu injusta desgracia para hacer caja.
Porque la forma de gobierno de este estado es la corrupción.
Corrupción que comenzó siendo el modo de vida de las élites franquistas trasmutadas en demócratas de toda la vida, gracias a la mentira constante que llamáis información, y ha acabado como tenía que acabar: con la Corrupción de los ciudadanos, convertidos en Siervos de la Partitocracia.
Y es que, para los ciudadanos honestos, en España, ya no existe un futuro.
Por eso, los Cancelados, nos vamos.
Pero no venderemos Punto Crítico, pese a las importantes ofertas que hemos recibido.
Morirá de honestidad, ese virus mortal que estamos a punto de erradicar de las sociedades partitocráticas.
Conservaremos accesibles para todos las publicaciones de Punto Crítico. Mientras nos sea posible.
Por vosotros, los casi 200 amigos, que nos habéis acompañado en esta larga y amarga travesía.
Hay muchísima información que habríamos querido hacer pública. Pero nos habéis dejado solos. Y la soledad es desamparo ante el enorme poder de la Corrupción.
La información de la que disponemos la utilizaremos, no para publicarla, sino para desarrollar nuestra labor en el campo de la abogacía. Para el beneficio de nuestros asociados.
Porque nosotros nos volveremos a centrar en AUSAJ.
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PERSEVERANCIA Y REGULARIDAD
Selección de Aldous Huxley (La Filosofía Perenne)
El que interrumpe el curso de su oración y ejercicios espirituales es como el que soltó el ave de la mano, que no la volverá a cobrar.
San Juan de la Cruz
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Si volimus non redire, currendum est. (Si no queremos retroceder, debemos correr.)
Pelagio
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Si dijeses: «Ya basta; alcancé la perfección«, todo está perdido. Pues es función de la perfección hacer que uno conozca su propia imperfección.
San Agustín
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Los budistas tienen una expresión parecida al decir que, si un arhat piensa para sí que es un arhat, ello prueba que no es un arhat. Dígote que nadie puede experimentar este nacimiento (de Dios advertido en el alma) sin un poderoso esfuerzo. Nadie puede lograr este nacimiento, de no ser capaz de retirar su mente enteramente de las cosas.
Eckhart
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Si me hubieran impuesto una dura penitencia, no sé de ninguna que no hubiese a menudo de buen grado cumplido, antes que prepararme para la oración por el recogimiento.
Y en verdad la violencia con que Satanás me asaltaba era tan irresistible, o mis malos hábitos tan fuertes, que no acudía a la oración, y la tristeza que sentía al entrar en el oratorio era tan grande, que necesitaba todo mi valor para forzarme a entrar.
Dicen de mí que mi valor no es poco, y se sabe que Dios me lo otorgó superior al de una mujer, pero hice mal uso de él.
Finalmente Nuestro Señor vino en mi ayuda y, después de hacerme yo esta fuerza, halle mayor paz y gozo que no tenía a veces al sentir deseos de orar.
Santa Teresa
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A uno de sus hijos espirituales, díjole nuestro amado padre (San Francisco de Sales): «Sé paciente con todos, pero sobre todo contigo mismo. Quiero decir que no te desalientes por tus imperfecciones, sino levántate siempre con nuevo valor. Me alegro de que comiences de nuevo cada día; no hay mejor medio de alcanzar la vida espiritual que el de recomenzar constantemente y no pensar que ya se hizo bastante. ¿Cómo seremos pacientes con las faltas del prójimo, si somos impacientes con las nuestras? Aquel que se irritare con sus flaquezas no las corregirá; toda corrección fructífera procede de una mente serena y tranquila«.
Jean Pierre Camus
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Pocas almas hay, de las que se entregan a la oración interior, que no se hallen alguna vez en gran indisposición para ella, teniendo grandes oscuridades en la mente y gran insensibilidad en sus afectos, de modo que las almas imperfectas, de no estar bien instruidas y preparadas, se hallarán en peligro, si tales contradicciones de la naturaleza inferior continúan por mucho tiempo, de verse abatidas, sí, y quizá disuadidas de proseguir en la oración, pues se inclinarán a pensar que su recogimiento no sirve para nada, puesto que, a su parecer, todos sus pensamientos o mociones para con Dios son una mera pérdida de tiempo y sin valor alguno; y, por tanto, que les sería de más provecho emplear su tiempo de algún otro modo.
Sí, existen almas que Dios Todopoderoso no conduce por otro camino que el de una oración plena de aridez, que no encuentran contentamiento sensible en su recogimiento, sino, por el contrario, continuo dolor y contradicción y, con todo, por una particular gracia y bravura impresa profundamente en el espíritu, no cesan por ello, antes resueltamente irrumpen por todas las dificultades y continúan, lo mejor que pueden, sus internos ejercicios con gran adelanto de su espíritu.
Augustine Baker
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«Spinoza repite en diversas ocasiones que “sólo conocemos parcialmente las cosas e ignoramos, en su mayor parte, el orden y la coherencia de toda la naturaleza”; y ésta en absoluto de halla reducida a las leyes de la naturaleza humana que tan sólo buscan la utilidad y la auto-conservación, “sino que implica infinitas otras, que abarcan el orden eterno de toda la naturaleza, de la que el hombre es una partícula”
(TTP, XVI; G. III, 190s)» (De la Introducción de Luciano Espinosa)
Atilano Domínguez, el amigo de Spinoza

Esta breve nota quiere rendir homenaje a Atilano Domínguez y su gran labor a la hora de acercar y difundir la obra de Baruch Spinoza en castellano, hasta el punto de que ambos nombres están ya indisolublemente asociados en nuestra lengua. Haya un mayor o menor acuerdo con su interpretación general del autor holandés, lo que importa es agradecer la ingente aportación de materiales de toda índole –como se verá luego– que facilitan enormemente su conocimiento en muy diversos registros.
Se puede decir incluso que supone una labor excepcional, si no única, en la medida en que muy pocos de entre los grandes pensadores han recibido un tratamiento semejante y con tales resultados prácticos por parte de un estudioso.

En absoluto resulta exagerado afirmar que el profesor Atilano Domínguez ha consagrado una vida profesional –y en parte personal– de cincuenta años a la tarea de arrojar luz sobre esa filosofía, mediante las traducciones de todas sus obras –excepto la peculiar Gramática de la lengua hebrea–, decenas de estudios de diferente extensión, análisis sistemáticos de temas, amplios compendios bibliográficos, un detallado acercamiento biográfico junto a la contextualización histórica, cronologías, índices cruzados de toda clase, catálogos y noticias, organización de congresos y otras actividades académicas y de divulgación.
En resumen, su trabajo ha facilitado extraordinariamente el acceso a Spinoza desde casi todos los ángulos posibles, poniendo a disposición de los interesados los medios y recursos necesarios para la reflexión sobre un autor que no ha dejado de ganar presencia con el paso del tiempo.
Ese quehacer se inició con su tesis doctoral titulada Conocimiento de salvación. La filosofía de Spinoza (1973), donde ya se perfilaba una visión global del caso. El enfoque consistía desde el comienzo en mostrar el carácter sistemático de un pensamiento que no disocia la teoría metafísica y epistemológica de la praxis ética y política, dada la trabazón –acaso más lograda que en otros filósofos– de un proyecto de emancipación personal y colectiva ciertamente innovador y aun revolucionario en pleno siglo XVIII.
El judío de Ámsterdam es, como todos, hijo de su tiempo, pero atesora un estilo de pensar y un núcleo de ideas harto singulares que tienen algo de perenne o sapiencial, de ahí que sea útil seguir pensando desde Spinoza en nuestra época. No se trata solo de que los clásicos nunca se agoten, sino de que este se presta particularmente a ello, como bien sabe nuestro profesor, por eso añadiré algo al respecto más adelante.

Demos un salto para mencionar la convocatoria y organización por parte de Domínguez y sus ayudantes de dos grandes congresos internacionales en Almagro, cuyas actas fueron publicadas con los siguientes títulos: La ética de Spinoza. Fundamentos y significado (1992) y Spinoza y España (1994).
La intención de estas reuniones científicas, con asistencia de bastantes de los mejores especialistas mundiales del momento y también de estudiosos noveles como el que esto escribe, era promover la investigación sobre el autor en nuestro país, y nada mejor que ocuparse de esos dos grandes temas, que a su vez resumen los que quizá sean sus principales intereses como erudito.
Además de ello, el otro gran resultado de aquella primera cita en Almagro fue la creación del Seminario Spinoza de España, del que Atilano Domínguez fue impulsor y primer presidente, poniendo en marcha una asociación dedicada a continuar con reuniones y publicaciones periódicas el análisis y la difusión de la filosofía spinozista, y cuya actividad ha llegado hasta hoy.
Una de las cosas más destacables es que ha revisado de manera incansable sus tareas de traducción, edición y aportación de materiales que veían la luz a lo largo de los años, sin conformarse nunca con los resultados.
Fuera para corregir, matizar o añadir nuevos elementos, los frutos de los últimos años son concluyentes y hablan por sí solos: en 2019 lanzó el monográfico Spinoza. Vida, escritos y sistema de filosofía moral (528 páginas), un estudio que ofrece en treinta capítulos un retrato global de Spinoza, tanto en lo personal como en lo filosófico, y en 2021 apareció la edición más completa de las suyas, Spinoza. Obras completas y biografías (1512 páginas), con una introducción general de unas 150 páginas, que incluye una abundante bibliografía ordenada por temas, más un índice analítico integrado de unas noventa páginas y otras 250 páginas de notas, por dar una muestra del aparato crítico complementario.
Se trata, pues, de una presentación exhaustiva del holandés, puesta al servicio de la traducción de sus obras en un solo volumen, todo lo cual reúne y filtra una inmensa información para el lector.
Conviene añadir que esta labor que culmina y recoge los frutos de su trayectoria fue realizada por un hombre octogenario (hoy al pie de los noventa años) con una capacidad de trabajo admirable, pero más grande aún es el respeto que expresa por el pensamiento de Spinoza.
Voluntad de excelencia en este servicio intelectual llevado hasta las últimas consecuencias, por tanto, y que sirve además de acicate para la investigación y la edición llevadas a cabo por otros. En definitiva, ahí están los materiales esenciales para seguir indagando en una filosofía que parece inagotable, por mucho que deba respetarse la distancia histórica que nos separa de ella.
En este sentido, pueden mencionarse algunos de los rasgos que todavía parecen harto sugerentes, toda vez que escapa a bastantes etiquetas y propone formas lúcidas de abordar la reflexión y la acción, pues teoría y praxis van de la mano como en todo gran pensador.
Me parece que el naturalismo complejo de Spinoza muestra la confianza de pertenecer a lo absoluto (Deus sive natura), sin que pueda ser adscrito al materialismo ni al idealismo, como tampoco al ateísmo o al espiritualismo convencionales, y acaso en esa fuga de la oposición dualista estribe su profunda heterodoxia.
Hay en él una mirada neutra que ataca la superstición al desantropomorfizar lo real, en la medida en que no lo moraliza ni busca algún Sentido o designio dados, pues no hay diseño finalista, a la par que remite las decisiones morales y políticas al ámbito cultural que es el propio del ser humano.
Así, por ejemplo, propone una “ética de potencias en lugar de una moral de deberes” (Deleuze dixit), donde la alegría es el índice genuino de la sabiduría; o se sitúa en la tradición republicana del realismo político basado en la defensa de la libertad colectiva, pero sin olvidar la autonomía del individuo, siempre desde el reparto equilibrado del poder y con respeto escrupuloso a los procedimientos que regulan la elección y el funcionamiento de las instituciones.
Por otro lado, defiende la búsqueda de la utilidad en todos los planos, lejos por igual del utopismo y de la voluntad de poder que define a la modernidad, y precisamente por ello suma fuerzas en la empresa cognoscitiva (los tres géneros de conocimiento aportan recursos), y cuenta con la mayoría iletrada de los ciudadanos en cierto proyecto democratizante. Spinoza, en fin, equipara potencia, saber y gozo bajo la guía de la razón y quiere compartir ese deseo ilustrado con todos, a lo que contribuye Atilano Domínguez como valiosísimo mediador.