Economia de mercado sin capitalismo, por Werner Onken
Sistema monetario de Silvio Gesell expuesto por John Maynard Keynes, por Julio C. González
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Tabla de contenidos
El experimento del “dinero gratuito” de Wörgl
Por Bernd Senf, “Der Nebel um das Geld”
Traducido por Marga Vidal; Junio 2004
La voluntad política existió a principios de los años treinta en el pequeño municipio austriaco de Wörgl am Inn, en donde se introdujo oficialmente y dentro de un marco regional limitado una nueva moneda con tasa de garantía de circulación. El trasfondo venía dado por la crisis de la economía mundial con sus terribles consecuencias en forma de desempleo masivo. Este se explicaba por la política de deflación de los bancos centrales de la época, en Austria y en Alemania, es decir, una reducción de la cantidad de dinero, que se adaptaba a las menguantes reservas de oro. (Se había llegado a esas desviaciones masivas de oro a consecuencia de las crisis bancarias en los EE.UU. y la rescisión de los créditos americanos concedidos a Austria y Alemania). Debido a la reducción del dinero el flujo dinerario había empezado a detenerse, y con él el flujo de mercancías, de forma que cada vez eran más las empresas que quebraban. La equivocada política de deflación de los bancos centrales y de los gobiernos a la sazón estranguló la economía en toda regla, precipitándola hacia la crisis.
Era en este contexto que en 1932 el municipio de Wörgl decidió introducir una moneda alternativa con garantía de circulación, para de este modo volver a estimular el flujo de dinero y de mercancías en su región. Este dinero circulante, liberado del interés, por lo cual se le llamó “dinero gratuito”, se pagó a todos los empleados de la administración municipal. Además participaban en el experimento empresas radicadas en la región, y muchas de las tiendas locales aceptaban este dinero como medio de pago. De forma que este dinero en poco tiempo adquirió un elevado grado de aceptación, convirtiéndose en una especie de medio de pago generalizado. La moneda austriaca oficial, que seguía vigente, fue siendo reemplazada más y más por el “dinero gratuito”. Por el dinero gratuito gastado se recogían el importe equivalente de chelines austriacos, y se constituía en depósito. Ya a los pocos meses se observaron efectos asombrosos de este experimento de “dinero gratuito”: mientras el desempleo masivo seguía subiendo dramáticamente en todas partes, en Wörgl disminuyó en el curso de un solo año en un 25%. La vida económica, muy paralizada anteriormente, volvió a florecer, y la miseria social fue reduciéndose de forma visible. La gente volvía a abrigar fundadas esperanzas de que la economía volviera a recuperarse.
La ejecución práctica de la garantía de circulación tomó el siguiente aspecto concreto: En cada billete había 12 casillas, y cada una representaba un mes del año. Una vez transcurrido el mes el billete sólo conservaba su valor de 100 y era aceptado cuando se había pegado un sello por valor del 1% del nominal en la casilla correspondiente. Quien retenía un billete durante 12 meses sólo podía volver a ponerlo en circulación si tenía pegado un sello en cada una de las 12 casillas. El retener 100 chelines durante 12 meses costaba por tanto una tasa de 12 chelines (es decir, un 12%) (v. fig.64)
Cuanto más rápido se volvía a poner en circulación el dinero, más fácil era eludir la tasa. Con la correspondiente publicidad se había conseguido que la población entendiera el principio fundamental, y la mayoría se atuvo a las reglas del juego pactadas. Los sellos se podían comprar en oficina pública y en entidades de emisión autorizadas, y los ingresos iban a parar a las arcas municipales.
El desbloqueo del dinero
La consecuencia de este nuevo ordenamiento fue que el dinero ingresado no se retenía, sino que se entregaba rápidamente. Cabría pensar que por la circulación acelerada del dinero debería producirse una inflación. Pero no es el caso, pues cada cual sólo puede volver a gastar tanto dinero como ha ingresado por medio del trabajo y de la producción, es decir, por la creación de valores reales. Al dinero gastado se le enfrenta en el otro lado de la balanza la mercancía, que no hacen más que esperar a ser vendidas. Lo que sucede con la garantía de circulación es meramente un desbloqueo del dinero, no un desbordamiento ilimitado del flujo dentro del circuito dinerario.
La circulación sí se podría desbordar cuando el dinero, como sucede en los sistemas dinerarios predominantes, se atesora durante largo tiempo y en grandes cantidades, es decir, cuando se acumula cada vez más dinero, y de repente retorna de forma irruptiva al circuito por algún motivo especulativo (como motivado por especulación de divisas). Entonces sí parece como si se hubieran roto todos los diques. Cuando revienta de verdad el agua embalsada, se producen grandes devastaciones. En cambio, si el arroyo no se hubiera embalsado hasta constituir una gran presa, sino que se le hubiera permitido seguir su curso natural, no se habría producido la inundación. De forma similar sucede con el dinero: el atesoramiento especulativo y la repentina inundación del circuito dinerario mediante la liberación del dinero acumulado son quienes crean los problemas y las inestabilidades que con un fluir de carácter continuado nunca podrían producirse.
Wörgl: la destrucción de una utopía concreta
Por cierto, que el experimento del “dinero gratuito” en Wörgl no murió fracasado, sino al revés: murió de éxito. Los increíbles efectos revitalizantes sobre la economía de la región de Wörgl habían despertado un interés creciente hacia este experimento piloto – rebasando incluso las fronteras austriacas. Gentes de todo el mundo acudían para conocer más de cerca las causas del “milagro de Wörgl”. Parece que sólo en Austria hubo más de cien municipios con la intención de introducir un sistema de dinero alternativo con garantía de circulación. Fue esta evolución la que hizo que el banco central austriaco echara el freno de emergencia y entablara un pleito contra el municipio de Wörgl invocando su monopolio en los asuntos de aprovisionamiento monetario – que le fue reconocido por los tribunales.
Con ello quedaba destruido por las fuerzas contrarias un experimento portador de grandes esperanzas, la utopía concreta de un sistema dinerario exento de interés. Pero tales reveses no alteran para nada el hecho de que es importante seguir manteniendo con vida las visiones alternativas de un futuro que defiende los valores de la vida, desarrollándolas y difundiéndolas, despertando el recuerdo de ejemplos históricos cuando estos vayan a perderse. Por supuesto que dentro del movimiento de la economía libertaria sigue siendo del conocimiento general el experimento del dinero gratuito de Wörgl, pero fuera de ella apenas se comenta en los tiempos actuales. Y eso que los estudios de este ejemplo y de otros modelos experimentales de sistemas dinerarios y de trueque alternativos podrían estimular de forma importante ensayos parecidos, adaptados a los tiempos actuales (33).
¿Dinero electrónico con garantía de circulación?
Para una economía nacional y en los tiempos actuales la configuración técnica de la garantía de circulación ciertamente se vería diferente de la que entonces se empleó en Wörgl. Si se piensa que ya ahora una parte creciente de los pagos se realiza sin transferencias físicas (mediante cheques, transferencias, tarjetas de crédito, de teléfono, etc.), y que dicha proporción va a seguir aumentando, debería pensarse a largo plazo en un adeudo electrónico automático de la tasa de garantía de circulación. En cada registro electrónico en la tarjeta de crédito o de una tarjeta monedero (en grandes almacenes, bancos, teléfonos públicos, transportes públicos, etc.) se podría calcular el importe que correspondiera a cada período de inactividad en el uso del dinero, descontándose. Los ordenadores de los bancos hoy día ya están deduciendo automáticamente los intereses en caso de descubiertos, enviando la liquidación a fin de mes. ¿Por qué no iba a ser posible entonces en relación con el dinero inactivo y retenido en las cuentas? Con la diferencia de que las tasas no irían a los bancos, sino a las arcas públicas. Quien quiera evitar esta tasa de garantía de circulación sólo necesita pasar su dinero desde la cuenta corriente a la cuenta de ahorro, en donde no pagaría tasas, y desde donde podrían fluir como crédito a otros participantes de la economía, necesitados de flujos dinerarios.
Al menos para los pagos sin soporte físico el dinero electrónico podría venir dotado de una tasa de garantía de circulación, si existiera esa voluntad política. Y para el dinero en metálico que aún circula se podrían encontrar vías técnicamente factibles y jurídicamente válidas – aunque fuera para los billetes más grandes. (En los billetes pequeños o en las monedas, no se suelen atesorar las grandes sumas de dinero, y las pequeñas cantidades atesoradas no suponen mayor molestia al circuito económico.
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Economía de mercado sin capitalismo*
Visión de conjunto de las ideas fundamentales, de su procedencia histórica y estado actual de desarrollo, así como de organizaciones y literatura sobre el tema
Por Werner Onken
DINERO: DE DOMINADOR DE LOS MERCADOS…
En 1891 el comerciante germano-argentino Silvio Gesell (*1862 en ST Vith, Eupen/Malmedy, +1930 en el asentamiento cooperativo agrorreformista Eden-Oranienburg) publicó en Buenos Aires su primer folleto «Die Reformation im Münzwesen als Brücke zum sozialen Staat”. Con él sentó la primera piedra de una obra muy amplia en busca de las causas de la cuestión social y de sus posibles soluciones. La experiencia práctica de una crisis económica en la Argentina de entonces lo llevó a una visión que contradice al marxismo aseverando que la explotación del trabajo humano no se debe a la propiedad privada de los bienes de producción, sino a fallas estructurales del sistema monetario. Al igual que el viejo filósofo Aristóteles, Gesell reconoció el contradictorio doble papel del dinero como medio de trueque en el mercado y como medio al mismo tiempo de dominación del mercado.
La pregunta inicial de Gesell fue ¿cómo suprimir la propiedad del dinero como desenfrenado medio de poder sin eliminar su neutral mediación en el trueque? Este poder del dinero sobre los mercados lo condujo a dos causas. Primera: el dinero tradicional como instrumento de la demanda es acumulable, a diferencia del trabajo humano o los bienes y servicios de la oferta. Por razones especulativas al dinero se lo puede retirar temporalmente del mercado sin daños de consideración para su poseedor. Segunda: el dinero presenta la ventaja de que es mucho más fluido y versátil que las mercancías y los servicios. Cual comodín de naipe se lo puede utilizar en cualquier lugar. Estas dos propiedades conceden al dinero, particularmente al propietario de grandes sumas, un privilegio especial, el de poder interrumpir el flujo de venta y compra, de inversión y ahorro, y exigir a productores y consumidores un premio especial, en forma de intereses, si lo pone a su disposición renunciando a esconderlo por ambiciones especulativas.
El poder estructural del dinero le viene no solo por acumulación real, sino que basta la sola posibilidad de interrumpir el ciclo económico para supeditar el metabolismo de la economía en el organismo social al condicionamiento de que ante todo al dinero se lo ha de servir con un interés. Así la rentabilidad recibe la primacía sobre productividad económica, la producción se orienta más en los intereses del dinero que en las necesidades de los consumidores. Permanentes tasas positivas de interés desequilibran la para una autorregulación descentralizada del mercado tan importante balanza de pérdidas y ganancias. Causan, según Gesell, enfermedad al organismo social, con sintomatología bien complicada: el dinero generador de intereses ‑y por lo mismo ya no más neutral‑ origina una repartición de los ingresos injusta y contraventora del rendimiento, repartición que a su vez produce acumulación de capital en dinero y en especie, con el consiguiente monopolio sobre la economía. Puesto que los propietarios del dineros son amos y señores del flujo y parálisis del dinero, éste no puede circular espontáneamente en el organismo social como la sangre en el cuerpo. Por eso mismo no es posible socialmente controlar ni dosificar el flujo monetario, y los altibajos inflacionarios y deflacionarios del nivel de precios devienen inevitables. Cuando en medio de tales sacudidas de la coyuntura económica son retiradas del mercado grandes sumas de dinero a causa de una temporal caída de las ratas de interés a la espera de más jugosas rentabilidades, sobrevienen parálisis de mercado y desempleo.
… A SERVIDOR NEUTRAL DE LOS MERCADOS
Como medio de quitar ese poder al dinero Gesell no pensó en volver a la prohibición canónica del interés que establecía la escolástica medieval ni en suprimir los llamados „usureros judíos“. Antes bien, propuso una modificación institucional del dinero de forma que retener dinero costara y quedasen neutralizadas las prerrogativas de la liquidez y el acaparamiento. Tan pronto se grave al dinero atesorado con un impuesto ‑comparable al que deben pagar los vagones inmóviles‑ perderá predominio sobre el mercado y pasará a efectuar solamente las funciones con que debe servir como medio de trueque. Mientras su circulación no sea entorpecida por maniobras especulativas será posible regular de tal manera su flujo frente a la cantidad de bienes que el poder adquisitivo se conserve mucho tiempo tan estable como los pesos y medidas.
En sus primeros escritos Gesell hablaba expresamente de “billetes herrumbrados” como forma de “reforma orgánica del dinero”. Por ella el dinero, hasta entonces cuerpo muerto y extraño tanto en el organismo social como en la naturaleza, sería integrado al eterno surgir y desaparecer de todo ser viviente; se tornaría perecedero y perdería la propiedad de multiplicarse hasta el infinito en fuerza de intereses y de intereses sobre intereses. Semejante reforma sería una especie de terapia reguladora integral que disuelve las parálisis monetarias, ayuda al organismo social enfermo a autorrecuperarse progresivamente de las variadas crisis estructurales y coyunturales de tal modo que logre estabilizar su equilibrio y ajustarse armónicamente en el orden natural.
En su obra principal “Orden económico natural de tierra libre y dinero libre” aparecida en 1916 en Berlín y Berna, Gesell expuso ampliamente cómo mediante la circulación libre y sostenida del dinero se equilibran demanda y oferta de capital, de tal modo que la tasa de interés podía bajar por debajo del límite inferior realmente vigente de tres por ciento. El tributo que la fuerza laboral del hombre debía pagar al poder del dinero desaparece no quedando en el interés más que la parte del premio al riesgo y a la intermediación bancaria. Las variaciones en torno al interés de equilibrio garantizan la regulación descentralizada de los ahorros puestos en inversiones que responden a necesidades, y se neutralizan mutuamente. El “dinero libre” esto es “descargado de intereses tributo” se comporta neutralmente, sin “tomar partido”, frente a la distribución y no ejerce influjo ninguno sobre tipo y amplitud de la producción que puedan ir en contra de los intereses de quienes ofrecen ni de quienes demandan. La percepción de todo el fruto de su trabajo habrá de permitir, conforme a las esperanzas de Gesell, a vastas capas de la población abandonar trabajos dependientes de salarios y remuneraciones y establecerse independientemente en empresas privadas y cooperativas.
LA TIERRA: BASE FIDUCIARIA DE VIDA Y NO MERCANCÍA NI OBJETO DE ESPECULACIÓN
A finales de siglo 19, comienzos del 20 Gesell amplió su idea de la reforma pecuniaria con la aspiración de reforma al derecho sobre el suelo. A ello fue estimulado por la lectura de obras del reformador agrario norteamericano Henry George (1839-1897), cuyas ideas fueron difundidas en Alemania por Michael Flürschein (1844-1912) y Adolf Damaschke (1865-1935). Al contrario de la aspiración de Damaschke, de gravar solamente el incremento de valor de la tierra en beneficio del bien común conservando el actual régimen de propiedad privada, Gesell acoge la propuesta de Flürschein, de quitar la tierra mediante indemnización a sus hasta ahora propietarios privados y pasarla a manos del estado que la daría en alquiler al mejor postor para uso privado. Mientras el suelo sea mercancía privada y objeto de especulación económica queda rota toda relación orgánica del hombre con la tierra. Contrariamente a ideologías de razas a Gesell no importaban relaciones de sangre y suelo. Cosmopolita del mundo, consideraba toda la tierra como órgano de todo hombre. Todos los hombres debían poder recorrerla sin ser estorbados y asentarse donde quisieran independientemente de origen, religión o color de piel.
IGUALDAD ECONÓMICA DEL HOMBRE Y LA MUJER
En un principio Gesell, como otros reformadores agrarios, pensaba que con el alquiler de la tierra el estado alcanzaría a financiar sus gastos sin recurrir a otros impuestos (Simgle – Tax). Pero la cuestión de a quién habían de corresponder esos ingresos en virtud del principio de a quien los causara, lo condujo a reflexionar que el monto de los tales dependía de la densidad de población y, en definitiva, de la voluntad de las mujeres de traer hijos al mundo y educarlos. Por eso decidió que lo recaudado por alquiler de la tierra fuera pagado mensualmente como una retribución por su esfuerzo educador a las madres, de conformidad con el número de hijos menores de edad. Esto incluía las madres de hijos naturales y aun las extranjeras en Alemania. Toda madre debía ser liberada de la dependencia económica de los trabajadores padres. En esta forma las relaciones entre los sexos debían quedar sobre la base de un amor libre de influencias de poder. En su conferencia “El ascenso de occidente” Gesell manifestó su esperanza de que la humanidad enfermada corporal, anímica y espiritualmente por el capitalismo habría de irse recuperando paulatinamente en un orden natural de competencia libre de privilegios y monopolios, y producir una nueva floración de cultura.
OTROS PIONEROS DEL MERCADO SIN CAPITALISMO
La teoría del dinero y la tierra libres fue una reacción tanto al laissez faire del liberalismo clásico como a las ideas planificadoras del marxismo. No es ninguna tercera vía entre capitalismo y comunismo como habrían de imaginar más tarde teorías de convergencia o las llamadas ‘mixed economies’, es decir, economías de mercado capitalistas manejadas en forma global por el estado. Se trató de una alternativa por encima de los sistemas económicos hasta entonces realizados. Como ordenamiento compete caracterizarla como una ‘economía sin capitalismo’. Por sí mismo desarrolló Gesell el pensamiento del reformador social francés Pierre Joseph Proudhom (1809-1865), quien ya a mediados del siglo diecinueve había culpado a la apropiación privada del suelo y al poder que el dinero extrae del interés, de que tras el fin del feudalismo no hubiese surgido una sociedad libre de dominaciones. Proudhom juzgó robo la renta de la tierra y cáncer (por su maligno crecimiento desenfrenado) los intereses del dinero. Estos explotadores medios de ingresos dieron lugar al surgimiento de la gran burguesía como nueva clase dominante que convirtió tanto al estado como a la iglesia en instrumentos de dominación sobre la pequeña burguesía y sobre la clase trabajadora. Las ideas de Gesell están asociadas con el igualmente inspirado en Proudhom socialismo libertario del filósofo de la cultura Gustav Landauer (1870-1919), que a su vez influyó fuertemente sobre Martin Buber (1878-1965). Paralelos de ideas pueden reconocerse también con el liberalismo social del médico y sociólogo Franz Oppenheimer (1861-1943) y con la terna social del fundador de la antroposofía, Rudolf Steiner (1861-1925).
PRIMERAS ORGANIZACIONES EN ALEMANIA Y EN SUIZA DURANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL
Georg Blumenthal (1879-1929), primer colaborador de Gesell, reunió las ideas de reforma del dinero y el derecho sobre la tierra con las del “orden natural” de la sociedad, aquellas con que François Quesnay (1694-1774) y otros fisiócratas de la ilustración se enfrentaron al absolutismo feudal. En 1909 fundó la Unión Fisiocrática como primera organización de los seguidores de Gesell, que en Berlín y Hamburgo provenían de las filas de los anarquistas individualistas y del sindicalismo. Cuando durante la primera guerra mundial la revista “Der Physiokrat” fue víctima de la censura, Gesell se trasladó a Suiza, donde encontró seguidores en los círculos de los reformadores suizos del suelo, la pedagogía y la vida. Allí constituyeron la unión suiza de dinero y tierra libres. En sus dos conferencias “¿Oro y paz?” y “Suelo libre, la exigencia broncínea de la paz” Gesell destacó la importancia de sus propuestas de reforma como camino hacia la justicia social y la paz de los pueblos.
ENTRE LAS DOS GUERRAS
Luego de la primera guerra mundial y de la revolución alemana de noviembre, Gesell en unión con Landauer actuó como comisionado popular de asuntos financieros en el gobierno bávaro de soviets. Tras la caída fue acusado de traición a la patria, pero absuelto luego. Inmediatamente pasó a cercanías de Berlín, desde donde observó y comentó en numerosos artículos y folletos el desenvolvimiento de la República de Weimar. Mediante cesión escalonada hasta un 75% de la fortuna, Gesell quiso hacer participar a terratenientes y poseedores del gran capital en la liquidación de las consecuencias de la guerra, e iniciar en Alemania mediante sus reformas agraria y del dinero una formación interna de capital que permitiera a la nación satisfacer las exigencias de reparación de las potencias vencedoras. Incansablemente protestó por que en lugar de eso los rápidamente cambiantes gobiernos explotaban cada vez más por medio de una gran inflación las capas medias y bajas de la población en provecho de los adinerados, dilataban el pago de las reparaciones, hacían depender a Alemania del flujo de capitales extranjeros y sustituían la solidez del marco (Rentenmark) por una moneda en oro preñada de crisis.
Oportunamente se distanció Gesell de ideologías racistas o antisemíticas. Aunque fuertemente influido por la evolución darwinista, rechazó las ideas del socialismo darwinista. Oponiéndose al creciente nacionalismo abogó por el entendimiento con los vecinos orientales y occidentales de Alemania. La política expansionista de los estados nacionalistas debía ser substituida por una federación europea libre de dominaciones. Además desarrolló Gesell ideas para un orden monetario internacional poscapitalista. Propendió por un mercado mundial libre, sin monopolios capitalistas ni fronteras, sin proteccionismos económicos ni conquistas coloniales. Al revés de las instituciones que habrían de formase luego, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, que manteniendo injustas estructuras vigentes representan los intereses de los poderosos, y al contrario de la integración monetaria europea en curso, Gesell planteó una “Internationale Valuta-Assoziation” que habría de emitir una moneda mundial neutral por encima de toda moneda nacional, que establecería la balanza del libre intercambio comercial en el mundo.
La gran inflación de los primeros años de posguerra favoreció el rápido incremento de seguidores de Gesell a unas 15.000 personas. En 1924, sin embargo, se dividieron en la asociación de libreeconomistas moderados y en la de fisiócratas anarquistas individualistas, combativos y radicales. A esta división contribuyó la ruda controversia que se inflamó en las ideas de largo alcance de Gesell sobre el “desmonte del estado”. Luchas internas debilitaron el movimiento. Puesto que éste no logró convertirse en un movimiento de masas, durante la República de Weimar intentó innumerables aproximaciones a la social democracia, a los sindicatos, y a los entonces movimientos femeninos, juveniles y de paz. Durante la gran crisis económica mundial el movimiento de la Libre Economía envió memoriales a todos los partidos presentes en el parlamento alemán previniendo contra las devastadoras consecuencias de la política deflacionaria que se practicaba y presentó propuestas para superar la crisis. Ningún eco hallaron sus esfuerzos. Cuando empero la asociación de fisiócratas comenzó a causar admiración pública con sus experimentos prácticos con dinero libre, en 1931 el ministerio de finanzas, basándose en medidas de emergencias del gobierno Brüning, se apresuró a prohibirlos. Tampoco tuvo éxito en las elecciones de 1932 el partido de la Libre Economía. Luego de la toma del poder por los nazis, muchos partidarios de Gesell hicieron a un lado sus opiniones sobre el verdadero carácter de la ideología nazi y se entregaron a la engañosa esperanza de que Hitler y Gottfried Feder podrían tal vez terminar tratando seriamente de “quebrar la esclavitud de los intereses”. Por eso trataron desde el interior de influir con sus ideas económicas sobre altos funcionarios del partido. Pese a su inquietante y arriesgado acomodamiento táctico al régimen, las organizaciones y medios de publicación de la Libre Economía fueron prohibidos en la primavera de 1934 o se desintegraron por sí mismas.
Para haber caído en la falsa apreciación inicial sobre el régimen que habría de ser totalitario, debieron influir no solo el rechazo doloroso sufrido ante los partidos de la República de Weimar, sino ante todo la falta de claridad sobre la forma apropiada de efectuar las reformas. En Austria hasta 1938 y en Suiza siguieron subsistiendo no obstante asociaciones de Libre Economía. De las obras de Gesell aparecieron traducciones en inglés, francés y español. Folletos introductorios se publicaron además en holandés, portugués, checo, rumano, serbocroata y esperanto. Grupos pequeños se integraron en Inglaterra, Francia, Holanda, Bélgica, Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia. Tales formaciones fueron promovidas por emigrantes alemanes en América del Sur y del Norte, en Australia y Nueva Zelanda.
DESPUÉS DE 1945: REINICIO, OLVIDO, Y RENACIMIENTO DESDE LOS AÑOS SETENTA
Tan pronto terminó la guerra, en todas las zonas de ocupación de Alemania se iniciaron nuevas organizaciones del movimiento Libre Economía. En la zona soviética fueron disueltas en 1948; allá lo gobernantes consideraban a Gesell o bien como un ‘apologista de la burguesía monopólica’ o bien como a Proudhom, contrario de Marx, como a un ‘socialista pequeño burgués’, cuyos propósitos eran irreconciliables con el ‘socialismo científico’. En Alemania occidental los simpatizantes de Gesell prefirieron, a resultas de su experiencia en la República de Weimar, luchar con partido político propio. Fundaron un partido liberal socialista radical, que en las elecciones de 1949 para parlamento federal apenas alcanzó el 1% de los votos. Cambió entonces a Unión Socioliberal obteniendo en sucesivas elecciones votaciones mínimas. En pie quedó todavía la sede Silvio Gesell entre Wuppertal y Neviges.
Entre los años cincuenta y sesenta el milagro alemán acabó con cualquier interés público por alternativas a sistemas económicos y políticos, bien a pesar de que reputados maestros de la economía política como Irving Fisher y John Maynard Keynes reconocían la importancia de Gesell. Mas desde finales de los años setenta, el desempleo masivo, la destrucción del medio ambiente y la crisis de la deuda internacional provocaron el resurgimiento del interés en el modelo económico alternativo casi totalmente olvidado de Gesell. Lo que también hizo posible un cambio generacional entre sus seguidores.
En el Archivo Suizo de Economía, de Basilea, está la bilioteca suiza de la Libre Economía. En Alemania, la Fundación para la Libertad Personal y la Seguridad Social comenzó en 1983 la biblioteca de la Libre Economía. Base de investigación científica sobre las teorías de Silvio Gesell es la edición completa de sus obras desde 1988 y configurada en 18 volúmenes. Sobre la misma se basa la serie de publicaciones “Estudios sobre el orden económico natural”, que se inició con una visión de conjunto de la historia algo más que centenaria del movimiento Orden Económico Natural (NWO) y una selección de las obras de Karl Walker, discípulo el más importante de Gesell. La fundación auspicia publicaciones relativas a la reforma del suelo y el orden monetario y en colaboración con la Sociedad de Ciencias Sociales edita la revista sobre economía social Zeitschrift für Sozialökonomie. Por lo demás, en 1988 y 1995 concedió el premio Karl-Walker-Preis por trabajos científicos sobre emancipación de mercados financieros de la economía vigente y sobre formas de superar el desempleo. El Seminario para el Orden Libre publica la serie “Cuestiones de libertad”. Paralelamente existe la Iniciativa por el Orden Económico Natural que con asociaciones amigas en Suiza y Austria se esfuerza por popularizar las ideas de Gesell. Una unión de cristianos por un orden económico justo reúne los estímulos de pensamiento que suministran los esfuerzos de reforma del suelo y el dinero con la crítica judeo-cristiana y musulmana a la especulación con el suelo y el cobro de intereses. Margrit Kennedy, Helmut Creutz y otros autores se esfuerzan en actualizar el pensamiento de Gesell. Atienden, entre otras cuestiones, a la correlación entre crecimiento exponencial de las deudas y de las fortunas monetarias con la destrucción del medio ambiente por el crecimiento económico de la economía vigente, atienden igualmente a superar la camisa de fuerza del crecimiento, y a conectar las reformas de suelo y dinero con un sistema ecológico de impuestos. Visión global del estado actual del pensamiento teórico al respecto da el libro Gerechtes Geld – Gerechte Welt (dinero justo – mundo justo). Contiene las colaboraciones al congreso “Cien años de pensamiento acerca del orden económico natural – Salida a la camisa de fuerza del crecimiento y a la catástrofe por endeudamiento” celebrado en Constanza en 1991.
El hundimiento del socialismo en Europa central y oriental aportó un triunfo pasajero al capitalismo en la lucha mundial de los sistemas. Pero mientras continúe la oposición entre pobres y ricos, y la consecuencia sean las crisis y las guerras, mientras el medio ambiente sea destruido por el crecimiento económico exponencial y mientras el sur sea explotado sin contemplaciones por el norte industrializado será ineludible buscar alternativas al sistema económico tradicional actual. Ahí puede haber una perspectiva para el modelo de tierra libre y dinero libre de Silvio Gesell.
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SISTEMA MONETARIO DE SILVIO GESELL EXPUESTO POR JOHN MAYNARD KEYNES *
Por el Dr. Julio C. González
http://www.argentinaoculta.com/Silvio%20Gesell.htm
John M. Keynes (Lord Keynes) en su “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” [1] en la página 312 escribe:
“Es conveniente citar aquí al raro e indebidamente olvidado profeta Silvio Gesell (1862-1930), cuyo trabajo contiene destellos de profunda perspicacia y estuvo al borde de captar la esencia del asunto. En la posguerra [2] sus devotos me bombardearon con copias de sus trabajos… (en ellos ) no logré en absoluto descubrir sus méritos… su importancia no se me aclaró hasta que yo hubiese llegado a formular mis propias conclusiones a mi manera. Entretanto, como otros economistas académicos, juzgué sus esfuerzos profundamente originales…»
Ante esta ponderación del pensamiento de Gesell rescatada por Keynes, se impone desarrollar la vida y la obra de Gesell.
I
Silvio Gesell nació el 17 de marzo de 1862 en St. Vith, región de Malmedy, ubicada en la convergencia de Bélgica, Luxemburgo y Prusia. Hablaba correctamente francés y alemán. A los 20 años se trasladó a España donde permaneció dos años. Hablaba, leía y escribía correctamente también en español. Tres idiomas, tres vertientes de pensamiento. Su proveniencia espiritual y lingüística estaba dada: por el catolicismo francés materno y por el rigor alemán protestante de su padre. Sus estudios: primer año de colegio secundario en Alemania. Tres años de empleado público en el Correo del Estado y luego empleado de comercio en negocios de artículos odontológicos. En 1882 se radica en Málaga (España), aprende castellano y se sumerge en la cultura española. Actúa en los ramos comerciales de bodegas y orfebrería. En 1884 vuelve a Alemania. Cumple el servicio militar y actúa en los negocios familiares de artículos odontológicos en Berlín y se desempeña luego en las áreas de fábrica de máquinas de coser y de transportes marítimos. En 1885 emprende su radicación al Río de la Plata para actuar en el negocio propio. Su actividad: artículos para odontología. Su capital: un crédito que un ex empleador suyo en Hamburgo, Alemania, le abre para hacer frente a cualquier riesgo en Buenos Aires.
Se aloja en una pieza alquilada con el capital físico que trae consigo: material odontológico para vender a dentistas.
La competencia es inexistente. Visita a los dentistas y les vende sus productos. Coloca enseguida todas las mercaderías dentales que trae consigo. Debe requerir a Alemania nuevos y sucesivos pedidos. Precios muy satisfactorios. Ha descubierto un mercado que no estaba explotado. Son artículos de demanda elástica. Esos elementos no hacen a la subsistencia diaria, sino a preservar la integridad física de las personas. Vuelve a Alemania y se asegura una remisión –por parte de las empresas fabricantes- de “un flujo regular de importaciones” para vender en el mercado de Buenos Aires. Instala aquí su propia empresa “Casa Silvio Gesell.” Austeridad. Trabajo y ahorro. Se casa, nacen cuatro hijos y amplía su negocio “Silvio Gesell, casa introductora de artículos de farmacia.” Anexa a los artículos odontológicos importados otros artículos para médicos y artículos para bebés. Crece su actividad. Incorpora a sus negocios una fábrica de cajas de cartón para uso del comercio local. La empresa de artículos medicinales y artículos para bebés continúa hasta la actualidad.
La aguda observación del mercado consumidor y sus necesidades es lo que determina su éxito. El comportamiento del consumidor, en razón de sus disponibilidades dinerarias, es lo que determinará que conciba una nueva estructura monetaria. En 1911 vuelve a Europa. Habrá de residir sucesivamente en Alemania y Suiza. Hará viajes continuos y regresará muchas veces a Argentina, donde vive afincada de manera permanente su familia.
En Les Hauts Geneveys, Suiza, y en Berlín, Alemania, entre 1906, 1911 y 1916 aparecen sus primeras obras que, traducidas al inglés por su originalidad importante, se publican con el título de “The Natural Economic Order”, traducidas por Philip Pye. [3] La traducción de la 7ª edición alemana se conoció en Buenos Aires en 1936, después de la muerte de Gesell, ocurrida en Berlín en 1930. Son dos volúmenes titulados “El orden económico natural” “Literatura y libre moneda.” Tomo Primero: “El dinero tal cual es”, y Tomo Segundo: “El dinero como debe y puede ser” “La teoría libre monetaria del interés.”
II
Suspendemos la metodología económica y las conclusiones de la vida, observaciones y obra monetaria de Gesell para sintetizar el valor que Keynes en la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” le asigna a su obra y a su tesis monetaria.
Dice Keynes:
1.- “En abril de 1919 Gesell formó parte del efímero gabinete soviético de Baviera como Ministro de Hacienda, habiendo sido juzgado posteriormente por un Consejo de Guerra.” (Op. cit. pág. 313)
Ubicamos la época. En el año 1919 se firma el Tratado de Versailles que despedazó territorial y económicamente a la Alemania vencida en la primera guerra. Eso marca el inicio de la crisis total del Estado de Derecho liberal burgués. La consecuencia es que proliferan en toda Europa Oriental movimientos socialistas de distinto tipo que procuraron una solución a la miseria y al desempleo masivo. Cunde la desesperación por la falta de moneda y el cierre masivo de las industrias. Deuda externa imposible de pagar a los usureros dominantes. Manifestaciones masivas pidiendo pan y trabajo. Algo similar a la Argentina de diciembre de 2001 posterior al menemato de una década.
2.- Las ideas económicas de Gesell se difunden velozmente en ese ámbito de la posguerra europea de 1914-18, “atrayendo (hacia Gesell) el fervor semirreligioso que antes había rodeado (en Estados Unidos) a Henry George… [4] y vino (Gesell) a ser el profeta reverenciado de un culto con muchos miles de discípulos en todo el mundo.” (Op. cit. pág. 313 )
3.- Keynes recuerda que el primer congreso internacional del movimiento doctrinario de Gesell, se realizó en Basilea en 1923, al que concurrieron suizos, alemanes y representantes de las ideas y programas monetarios de varios países del mundo. Agrega Keynes que en Texas (Estados Unidos) el profesor Irving Fisher, fue el único economista académico que reconoció en esa época la “importancia”del pensamiento de Silvio Gesell. (Op. cit. pág. 313)
4.- Continúa diciendo Keynes que el libro más importante de Gesell “The Natural Economic Order” (“El orden económico natural por libre tierra y libre moneda”) [5] fue escrito en “lenguaje sereno y científico” aunque “está teñido por él (autor) por una devoción más pasional y emotiva hacia la justicia social de la que algunos encuentran que cuadra a un científico.” (Op. cit. pág. 314)
5.- Ideológicamente Keynes califica al pensamiento de Gesell como “el establecimiento de un socialismo antimarxista, una reacción contra el laissez faire, edificada sobre bases teóricas totalmente distintas a las de Marx.” Keynes remarca de seguido la trascendencia futura de las ideas económicas y monetarias de Gesell, con estas palabras:
“Creo que el porvenir aprenderá más de Gesell que de Marx.” (Op. cit. pág. 314 )
6.- Desarrollando el pensamiento de Silvio Gesell, Keynes continúa:
“…Gesell… distingue claramente entre tasa de interés y eficiencia marginal del capital.” (Op. cit. pág. 314)
7.- “Luego indica, dice Keynes, que la tasa de interés es un fenómeno puramente monetario y que la peculiaridad del dinero, del cual emana la importancia de la tasa monetaria de interés, reside en el hecho de que su propiedad como medio de atesorar riqueza, impone a quien lo tiene gastos de conservación despreciables…” “…y que formas de riqueza tales como la existencia de bienes… no tienen dichos gastos de conservación.” (Op. cit. pág. 314 )
8.- «La estabilidad de la tasa de interés a través de los tiempos… es prueba de que la tasa de interés no depende de caracteres puramente físicos como el capital… sino que depende de caracteres psicológicos constantes…” “…en tanto que… la curva de la eficiencia marginal del capital no ha fijado la tasa de interés y… ha acrecentado las existencias de capital real (cosas).” (Op. cit. pág. 314)
9.- Keynes dice a continuación que Gesell en su “diálogo entre Robinson Crusoe y un extranjero… demuestra que la tasa de interés puede resultar negativa… dado el costo que el prestatario debe realizar para conservarle el capital intacto al prestamista.”
Pero Keynes aclara enseguida que él no comparte este concepto de Gesell y cuestiona a Gesell no haber tenido en cuenta la “preferencia por la liquidez.” Es decir, las cosas físicas convertidas en dinero, que es una masa monetaria (Op. cit. pág. 315)
Nota: con este criterio Keynes justifica la usura. De ahí la promoción de las ideas de Keynes y la no publicidad o difusión de los sólidos conceptos de Gesell.
10.- Expresa de seguido Keynes que “el crecimiento del capital real (físico no monetario) está refrenado por la tasa de interés.” “Si se eliminara este freno el crecimiento del capital real (físico no monetario) sería en el mundo moderno tan rápido que probablemente se justificaría una tasa igual a cero.” (Op. cit. pág. 315)
Nota: con este criterio Keynes demuestra la exactitud matemática de los conceptos de Gesell.
11.- Destaca Keynes el concepto central de Silvio Gesell:
“La necesidad primaria consiste en reducir la tasa monetaria de interés, lo que puede lograrse, según indicó Gesell, haciendo que el dinero incurra en costos de conservación, del mismo modo que las otras existencias de bienes infecundos.” (Tal como una máquina o herramienta que se presta)
12.- Lo predicho, continúa Keynes, lleva a la proscripción de Gesell del “dinero sellado” que ha “recibido la aprobación del profesor Irving Fisher, que hemos citado en el punto 3) de este estudio. “De acuerdo con esta proposición (de Gesell) los billetes circulantes (lo mismo que otras formas de dinero bancario) solamente retendrían su valor siempre que fuesen sellados mensualmente, como una tarjeta de seguro social, con estampillas compradas en una oficina de correos.” “El costo de estas estampillas podría fijarse… en función al excedente de la tasa monetaria de interés (fuera de las estampillas) sobre la eficiencia marginal del capital… en una ocupación plena.”
Nota: es decir que el capital que no se convierte en cosas, sino que se mantiene como dinero líquido, debe depreciarse por su no uso productivo. Por lo tanto, con el sistema monetario de Gesell, toda especulación usuraria sobre la moneda líquida queda descartada y prohibida. Esto se complementa perfectamente con el concepto de Mariano Fragueiro del “servicio público de crédito público” para todos sin interés y a larguísimos plazos “para que sean las cosas las que respaldan el dinero” y no las monedas metálicas o con valor intrínseco de otros países. Esto está establecido en el Estatuto de Hacienda y Crédito de la Confederación Argentina sancionado por la Asamblea General Constituyente el 9 de diciembre de 1853, y que sigue en vigencia porque no ha sido derogado.
13.- Continúa Keynes con otros aspectos de la doctrina monetaria de Silvio Gesell y dice:
“El gravamen sugerido por Gesell (a la moneda inactiva) era de 1 por mil semanario, equivalente al 5,2 por ciento anual.” (Op. cit. pág. 316)
14.- Concluye Keynes:
“La idea (de Gesell) del dinero sellado es sólida.” (Op. cit. pág. 316)
Empero, agrega Keynes, “la preferencia de la liquidez” provocaría que gran cantidad de sucedáneos de la moneda sellada y con fecha de vencimiento, como ser “dinero bancario, deudas a la vista (o facturas a cobrar), dinero extranjero, alhajas y metales preciosos en general y así sucesivamente.” “Ha habido épocas en que la sed insaciable de posesión de la tierra –con independencia de su rendimiento- fue lo que sirvió para sostener la tasa de interés, y en el sistema de Gesell esa posibilidad habría sido eliminada por la nacionalización de la tierra.”
III
Hasta aquí la síntesis y la valoración futura del sistema de Silvio Gesell elaborada por John M. Keynes en el capítulo VI de “Notas sobre el mercantilismo, las leyes sobre la usura, el dinero sellado y del subconsumo” que integran el libro VI de la “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” de John Maynard Keynes (Lord Keynes).
La comprobación exacta del sistema monetario de Silvio Gesell, se acreditó en Argentina en el transcurso de los años 2001-2002 y 2003. La ley 23.928 del 28 de marzo de 1991 (Menem-Cavallo) había impuesto el disparate de sobrevaluar el peso haciéndolo equivalente al dólar norteamericano. Argentina carecía de dólares billete permanentes para convertir en dólares su base monetaria o dinero de pesos en circulación y el art. 4° de la ley 23.928 establecía que las reservas de la convertibilidad estarían dadas por títulos públicos nacionales o extranjeros pagaderos en oro, dólares u otras divisas se similar solvencia. De esta manera, los dólares en efectivo de las reservas eran unos pocos provenientes del precio vil de las “privatizaciones” del patrimonio nacional y por títulos que se emitían a cuenta de permanentes y usurarios empréstitos. Así la situación, la convertibilidad no podía mantenerse. Por eso ante el vaciamiento doloso de los bancos que remitieron sus disponibilidades en dólares a sus casas matrices en el exterior a fines del año 2001, se produjo una corrida y se suspendió de hecho la convertibilidad de un peso (sobrevaluado) igual a un dólar norteamericano. El paso siguiente fue la devaluación que se instrumentó con las siguientes normas:
♦ Ley 25.561 de Emergencia Pública y Reforma del Régimen Cambiario del 6 de enero del año 2002: derogó la ley de convertibilidad 23.928 dejando solamente en vigencia el art. 11, que es el que dispone que las obligaciones de dar moneda extranjera, son obligaciones de dar sumas de dinero y sólo se cancelan dando la especie de moneda prometida. Con este artículo 11, todas las monedas extranjeras adeudadas (por acuerdo de partes) pasaron a tener curso legal y ser exigibles.
♦ Decreto 214 del 3 de febrero de 2001:
• Por su artículo 2° estableció que los depósitos bancarios en dólares fuesen devueltos por los bancos a razón de $ 1,40 por cada dólar estadounidense.
• Por su artículo 3° dispuso que todas las deudas en dólares norteamericanos con el sistema financiero (cualquiera fuese su monto o naturaleza) serán convertidas a pesos a razón de un peso por cada dólar norteamericano que adeude.
La situación descripta generó una escasez de circulante en pesos en todo el ámbito del país. Para que no se produjese un caos por la recesión que sobrevino, dieciséis gobiernos provinciales emitieron bonos de cancelación con los que se pagaron los sueldos y jubilaciones. Fueron tales los patacones de la provincia de Buenos Aires y otras cuasi monedas de cambio que instrumentaron como circulante otras provincias.
¿Qué ocurrió entonces?
Sencillamente que esos bonos llamados “patacones” en la provincia de Buenos Aires y otros similares en las demás provincias al tener fecha de vencimiento no podían darse en préstamo a interés ni depositarse como ahorros. Había que gastarlos para comprar cosas (bienes y servicios) con toda premura. Entonces la velocidad de circulación aumentó las transacciones y la economía física tuvo un auge productivo poniendo fin a la recesión.
De esta manera la teoría de Gesell sobre los efectos multiplicadores de la economía física (cosas) por tener fecha de vencimiento los billetes circulantes, se demostró en Argentina con toda exactitud: más transacciones motivaron mayor reactivación de todo el aparato productivo. Se detuvo la especulación con el dinero.
Otro caso análogo se había dado entre 1932 y 1933 en la ciudad austríaca de Wörgl. Allí se dispuso aplicar la moneda concebida por Gesell que estaba gravada con una tasa de utilización del 1% mensual (12% anual).
¿Y qué ocurrió?
Que los 32.000 chelines libres que se emitieron con fecha de vencimiento y con gravamen del 1% mensual por su no uso, circularon en un año 463 veces creando bienes y servicios físicos por valor de 14.816.000 chelines. En cambio, el chelín común circuló tan sólo 21 veces. La existencia de un dinero, de simple intermediación en los cambios sin inflación ni tasa de interés posible es por consiguiente la moneda no especulativa usuraria que posibilitará otra humanidad para el siglo XXI y el tercer milenio de la historia. Todo es cuestión de comenzar y convencer. Es lo que estamos haciendo con este estudio.
***
Nota: una monografía – tesis sobre un nuevo sistema monetario para multiplicar las transacciones económicas de bienes y servicios sin inflación y sin interés, que ponga fin inmediato a la recesión y al desempleo, es lo que hemos realizado en el segundo cuatrimestre del año 2003 con los alumnos de la cátedra de Estructura Económica Argentina a nuestro cargo, en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.
Profundizando en estos estudios, el 17 de noviembre de 2003 se realizó una reunión conjunta de las cátedras de Macroeconomía a cargo del Dr. Juan Latrichano, Microeconomía a cargo del Dr. Jorge Putica y los alumnos de nuestra cátedra de Estructura Económica Argentina. La misma tuvo por objeto escuchar al Dr. Carlos Louge, quien fue becario durante dos meses en Alemania para estudiar el sistema monetario de Silvio Gesell. Esto indica el renacer del pensamiento de Silvio Gesell en las universidades europeas frente a la actual crisis terminal del sistema monetario y financiero del Fondo Monetario Internacional.
Notas:
[1] “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero” – Edición del Fondo de Cultura Económica – México 1974.
[2] Se refiere al período posterior a la Primera Guerra Mundial de 1914-1918.
[3] Confr. Keynes:“Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, op. cit. pág. 313.
[4] Henry George (economista norteamericano, muerto en 1897) autor de “La cuestión de la tierra”, que propugna el establecimiento de un impuesto único y progresivo sobre la tierra. Fue la reactualización en el siglo XIX del programa agrario de la fisiocracia. Procuraba una reforma agraria mediante medidas fiscales.
[5] “El Orden Económico Natural por Libretierra y Libremoneda” – Tomo I “El dinero tal cual es” y Tomo II “El dinero como debe y puede y ser” – “La teoría libremonetaria de interés”, traducción castellana de la 7ª edición alemana, editados por Ernesto Fridolim Gesell (hijo de Silvio Gesell) en Buenos Aires, 1936
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