AGENDA OCULTA, película de Ken Loach

HIDDEN AGENDA, 1990, Ken Loach. (Agenda oculta)

Agenda oculta (Hidden Agenda) K.Loach 1990)

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AGENDA OCULTA

Dirigida por Ken Loach

 

 

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http://thecinema.blogia.com/2017/070401-hidden-agenda-1990-ken-loach-agenda-oculta.php

HIDDEN AGENDA (1990, Ken Loach) Agenda oculta

Contemplar en nuestros días un título de las características de HIDDEN AGENDA (Agenda oculta, 1990) –generalmente considerado uno de los mejores títulos de Ken Loach-, puede suponer una experiencia casi desoladora para cualquier espectador dotado de una mínima sensibilidad democrática. Y esa desolación no es atribuible al contemplar los hechos que son narrados en la película, denunciando una conspiración para derrumbar el gobierno laborista de mitad de los setenta, y que fructificó en la llegada al poder de Margaret Thatcher. Lo triste de todo ello no viene de la descripción  de aquella poco difundida situación, sino de constatar como más de un cuarto de siglo después, los métodos utilizados en la –supuestamente- modélica democracia británica, son casi totalmente trasplantables al marco de la crispada situación política de la España de los últimos años. En uno de los momentos cruciales del relato, el personaje encarnado por Frances McDormand recuerda en su mirada la dominación militar existente, y la posibilidad de que se convierta en un nuevo Chile. Una sospecha que su marido desestimará con optimismo y convicción, pero que al final recordaremos como un presagio nada infundado.

Hay que señalar asimismo, que HIDDEN AGENDA puede establecerse como un título complementario a otro estrenado en fechas similares, y que gozó de un gran éxito. Me estoy refiriendo a J.F.K. (J.F.K.: caso abierto, 1991. Oliver Stone), que en líneas generales describía una conspiración en altas instancias contra la democracia, mientras que en el film de Loach se plantean rasgos similares, aunque no desarrollados con el objetivo de asesinar a su mandatario. No he sido, pese al paso de los años, un especial seguidor del cine de Ken Loach. Para ello, además de no encontrarse una gran facilidad para acceder a buena parte de sus títulos, reconozco que he atendido advertencias de comentaristas cinematográficos con los que suelo coincidir, que destacan el alcance demagógico, simplista, y de torpe y efectista puesta en escena, practicado en buena parte de su filmografía, Unas definiciones estas, que se fueron acentuando conforme su andadura como realizador se extendió, dividiendo la acogida de su cine, entre un sector que se verá representado por el alcance progresista del conjunto de sus películas, mientras que en su vertiente opuesta, otros lamentaban el escaso calado cinematográfico de las mismas. Entre uno y otro extremo, bien es cierto que algunas de sus obras alcanzarían un determinado consenso en su acogida. Es el caso de HIDDEN AGENDA, que se erige finalmente como un título brillantísimo, al lograr conciliar la lucidez de su aporte discursivo, con una puesta en escena quizá no excesivamente virtuosa, pero si contenida, contundente y adecuada, que sabe servir su implacable material de base, convirtiéndolo en un atrayente thriller, al estilo de los que el cine americano planteó en las décadas de los sesenta y setenta, de la mano de realizadores como John Frankenheimer, Sidney Lumet o Alan J. Pakula, pero con una inconfundible querencia por las tierras irlandesas en donde se ubica su acción.

Nos encontramos en la década de los ochenta en Irlanda.. Es en su capital, Belfast, donde finaliza la investigación realizada por un equipo de activistas, que denuncian una serie de abusos gubernamentales británicos, amparados en su lucha contra el terrorismo del IRA. Paul Sullivan (Brad Dourif) accede a acudir a la cita con un miembro del IRA, siendo ambos asesinados por fuerzas paramilitares. El insólito crimen –en la medida que se trataba de un prestigioso abogado norteamericano-, forzará la apertura de una investigación, que se encargará al prestigioso Paul Kerrigan (Brian Cox), quien en sus pesquisas pronto contará con los obstáculos de las fuerzas policiales al mando en la localidad donde se produjeron los crímenes. Sin embargo, sí logrará la colaboración de la viuda de Sullivan -Ingrid Jessner (McDormand)-, para lograr llevar la investigación hasta sus últimas consecuencias. Será una premisa, sin duda, muy difícil de poder cumplir. Pronto Kerrigan comprenderá que estos dos asesinatos, no supondrán más que la punta del iceberg de una conspiración de amplio alcance, potenciada por conocidos personajes de diferentes estamentos británicos, que en su momento y con prácticas ilegales, forzaron la caída del gobierno laborista de los años setenta.

El acierto de HIDDEN AGENDA reside en la aterradora cotidianeidad con la que se describe el proceso de esta investigación, en medio de un territorio que en todo momento “respira” ese conflicto por una Irlanda libre, sojuzgada por fuerzas militares inglesas. Toda esta crónica es descrita con una magnífica precisión psicológica, una notable capacidad descriptiva de ambientes, y una realización quizá ausente de estilismos cinematográficos, pero que se adentras con convicción tanto en secuencias llenas de tensión, con otras de tinte intimista. Afortunadamente, en esta ocasión, la previsible demagogia que aparecería en posteriores títulos de Loach, aquí se encuentra ausente. Y ello además propicia secuencias de una terrible lucidez, como la que marca la visita de Kerrigan a sir Robert y Alun. Allí, bajo las amables y educadas maneras de estos, se expondrán al investigador las razones reales que llevaron al asesinato de Sullivan –el mcguffin de unas cintas comprometedoras-, y las veleidades que en ocasiones los poderes fácticos han de ejecutar para –bajo su punto de vista- salvaguardar las garantías del estado y la democracia. En realidad será la clásica confabulación de poderosos y manipuladores, que llegan hasta nuestros días corregidos y aumentados, y que en los últimos años han tenido numerosas ocasiones de hacer valer su fuerza oculta.

Film valiente, sincero, con una planteamiento casi de vértigo, y sobrio y convincente en su sencilla composición formal, HIDDEN AGENDA es un ejemplo muy válido de un cine comprometido, que sirvió como crítica contundente a los estragos de la era Thatcher, pero que en sí mismo se revela como una magnífica película.

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https://misteriosoobjetoalmediodia.wordpress.com/2007/10/05/5/

Agenda oculta (Hidden Agenda) K.Loach (1990)

Durante los años sesenta y principios de los setenta tuvo lugar -al hilo de los cambios políticos y sociales que se produjeron durante aquellos años en las sociedades occidentales- la eclosión y aceptación en el mainstream del cine más evidentemente político y de denuncia. Y esto ocurrió tanto en Europa como en los EEUU (p.e. Tempestad sobre Washington (1962, Preminger), El mensajero del miedo y Siete días de mayo (1962 y 1964, Frankenheimer), Punto límite (1964, Lumet), El último testigo (1974, Pakula), Los tres días del Cóndor (1975, Pollack)). Este fenómeno se explica, por razones políticas, sociales y económicas, y en el ámbito cinematográfico, coincide con el agotamiento (o la crisis) de un determinado modelo de cine, la ruptura con la concepción “moderna” del cine, la existencia de un nuevo público y, por ende, por la necesidad de reflejar nuevas realidades.

Sin embargo, el desencanto que supuso el fracaso en la consecución de un nuevo marco político y social, la mutación de la utopía política en terrorismo, la prolongación de la guerra fría y la crisis del petróleo, entre otras razones, condujeron, como reacción, a un nuevo período de conservadurismo político; en el cine corrió parejo con la consolidación del asfixiante modelo de evasión apoyado en gigantescas campañas mundiales de marketing y estrenos simultáneos masivos que aún hoy padecemos. En este contexto de limitación en el acceso a la distribución y exhibición se desenvuelve hoy, como todo cine marginal, el cine “político”, si bien últimamente se puede apreciar un renovado interés por él, motivado quizás por la época de turbulencia, guerras y desconcierto que soportamos tras el 11-S (p.e. SyrianaBuenas noches, buena suerteEl jardinero fielMunich).

“Agenda oculta”, ambientada a principios de los ochenta, es un thriller político que retrata con eficacia y concisión un completo fresco sobre la situación política en el Ulster. Por un lado denuncia el estado de excepción y de violencia policial-militar que se vivía en Irlanda del Norte, (comparándola incluso con la dictadura chilena), y por otro, muestra la existencia de una conspiración institucional dirigida, primero a cambiar el liderazgo del partido conservador, sustituyendo a E. Heath por un miembro del ala derechista de su partido, y luego, encaminada a desestabilizar el gobierno laborista de H. Wilson y conseguir así la elección de M. Thatcher.

Precisamente, esta película fue realizada en las postrimerías del mandato de M. Thatcher, (fue defenestrada por su partido en 1990), pero sitúa la acción al comienzo del mismo, y levantó una enorme polémica no sólo por exponer la existencia de la conspiración referida, sino por denunciar las torturas y la política antiterrorista de “disparar a matar” que se llevaba a cabo en Irlanda del Norte, por la terrible imagen de la policía del Ulster, y por mostrar la vida cotidiana de los barrios republicanos sometida a una verdadera ocupación militar y a las arbitrariedades de las fuerzas del orden. Para colmo, y mientras por entonces las restrictivas leyes británicas prohibían el acceso de declaraciones de políticos republicanos a los medios de comunicación, (incluso sus voces debían ser dobladas), Loach escogió para interpretar el papel de un líder local del Sinn Fein a un verdadero político de este partido que, por otra parte, en su breve intervención, justifica al IRA trayendo a colación a G. Washington, J. Kenyatta y al arzobispo Makario. Un parlamentario conservador ante su presentación en Cannes, (la película ganó el premio del jurado), denunció: “el IRA entra en Cannes”.

El film se alinea claramente con las tesis republicanas, y representa con un trazo excesivamente grueso el bando británico, (no se salva nadie en él), pero su verdadero punto débil es que en este fresco no hay espacio para las víctimas del IRA, ni se atisba la menor crítica para una organización que por aquellos años ya nada tenía que ver con los freedom fighters originales y sí más bien con un grupo mafioso.

 La película es directa, tras introducirnos en el contexto pasa inmediatamente a la acción; concisa, no hay apenas escenas transición, o de relleno, salvo las posteriores al asesinato; está realizada sin floritura alguna, el estilo es funcional, lo que importa es el qué y no el cómo; de un realismo desabrido, se aprecia en las localizaciones: oficinas desangeladas, hoteles, pubs, calles; en las tomas de exteriores, en la iluminación naturalista, en el reparto de actores desconocidos e incluso no profesionales; no obstante debemos resaltar al excelente trabajo de B. Cox.

“Agenda oculta” supuso la fulgurante incorporación de Ken Loach al estrellato cinematográfico europeo tras unos inicios dedicado (y censurado) al documental, así como abrió la puerta a otras películas que trataron el problema del Ulster: “En el nombre del padre” o “Juego de lágrimas” e incluso “Michael Collins”, hasta “Bloody Sunday” y la película del propio Loach, “El viento que agita la cebada”. En definitiva, un golpe para el adocenado stablishment británico que sirvió tanto para airear las cloacas y las miserias del sistema político como para consolidar una carrera cinematográfica discutida por algunos, pero esencial.

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R.U., 1990, 104 min. Título original: Hidden Agenda. Director: Ken Loach.Guión: Jim Allen. Productores: John Daly, Eric Fellner, Derek Gibson, Rebecca O’Brien. Música: Stewart Copeland. Fotografía: Clive Tickner. Montaje: Jonathan Morris. Intérpretes: Frances McDormand, Brian Cox, Brad Dourif, Mai Zetterling, Bernard Archard, Bernard Bloch, Maurice Roeves , John Benfield.

 

 

 

 

 

 


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