Tabla de contenidos
- 1 INDICE PANDEMIA CORONAVIRUS
- 2 ♦♦♦♦♦
- 3 [1] Candidato a dirigir la OMS acusado de encubrir epidemias (NYT, 2017)
- 4 ♦♦♦♦♦
- 5 [2] ¿Podemos Confiar en la OMS? ¿Quién es el Dr Tedros?
- 6 Por Pablo Heraklio
- 7 10/04/2020
- 8
- 9 ♦♦♦♦♦
- 10 ♦♦♦♦♦
- 11 [3] Día a día: cómo fue el manejo de la OMS en la pandemia del coronavirus y por qué despierta tantas sospechas
- 12 INFOBAE – 16/04/2020
- 13 ♦♦♦♦♦
- 14 ♦♦♦♦♦
- 15 [4] ¿Organización China de la Salud? Así cautivó Pekín a la OMS mientras no estabas mirando
- 16 Por Enrique Andrés Petrel y Carlos Barragán – 09/04/2020
- 17
- 18 ♦♦♦♦♦
- 19 ♦♦♦♦♦
- 20
- 21 [5] ¿Qué pasa entre la OMS y China? Una relación que levanta sospechas
- 22 ♦♦♦♦♦
- 23 [6] El apoyo de la OMS a la política china en el coronavirus desata la ira de Donald Trump
- 24 [7] Trump acusa a la OMS de “encubrir” la propagación del coronavirus y anuncia la congelación de los fondos
- 25 [8] El segundo mayor donante de la OMS anuncia más dinero para el coronavirus tras el portazo de Trump
- 26 ♦♦♦♦♦
- 27 [9] La OMS queda en manos del altruismo de Bill Gates y otros benefactores
- 28 ♦♦♦♦♦
- 29 ♦♦♦♦♦
- 30 [10] Apareció el correo con el cual Taiwán alertó del coronavirus a la OMS
- 31 ♦♦♦♦♦
- 32 ♦♦♦♦♦
- 33 [11] La OMS reprocha a los países que cierren fronteras con China
INDICE PANDEMIA CORONAVIRUS
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El 23 de enero de 2020, Tedros Adhanom declinó declarar el brote de virus en China como una emergencia global de salud. Una semana después, el día 30 de enero, la emergencia internacional se declaró. En esos días, la OMS negaba que hubiera razones para considerar que existía una pandemia; un mes después, se hizo la declaración de alerta. Como sabemos, no está a disposición de la generalidad de los enfermos ningún tratamiento contra el Coronavirus. Los números de infectados y muertos crecen y crecen ante nuestra atónita mirada. Al margen de responsabilidades nacionales, que existen, la dubitativa e incoherente postura de la OMS y de sus representantes, ha influido sobremanera en la terrorífica escalada que venimos presenciando. Tedros Adhanom nos dejó inermes ante el coronavirus. El problema ha sido que al mismo tiempo que se intentaba llamar la atención sobre el impacto del virus, se daban mensajes contradictorios, oponiéndose al cierre de fronteras e intentando minimizar la situación; mensajes como el que pudimos escuchar a la Directora de Salud Pública de la OMS, María Neira, en intervenciones televisivas de mediados de febrero, en las que expresaba, entre otras consideraciones, que «no hay una transmisión sostenida fuera de China, y las personas que han entrado en contacto con el virus parece que no están desarrollando una sintomatología severa», o que «Sabemos que el virus está causando miedo, angustia, ansiedad; gente que está preocupada innecesariamente día a día».
¿Cuál es realmente es criterio que preside la actuación de la OMS? ¿Qué prima, la Salud o el interés económico? ¿Está actuando con neutralidad? ¿Puede mantener su posición ascendente en el panorama mundial si su financiación es privada en su mayor parte? A estas y otras preguntas intentamos responder con esta entrada, con la que ya les dejamos, no sin antes hacer una última reflexión: ¿Cabe tranquilizarnos cuando los «expertos» de esta Organización Internacional, esos mismos expertos que parece están conduciendo los designios del Mundo, carecen de la formación adecuada?
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[1] Candidato a dirigir la OMS acusado de encubrir epidemias (NYT, 2017)
Un destacado candidato para encabezar la Organización Mundial de la Salud fue acusado esta semana de encubrir tres epidemias de cólera en su país de origen, Etiopía, cuando era ministro de salud, un cargo que podría socavar seriamente su campaña para dirigir la agencia.
La acusación contra Tedros Adhanom Ghebreyesus fue formulada por un destacado experto en salud mundial que también es asesor informal del Dr. David Nabarro, un candidato rival en la carrera por el director general de la OMS.
El Dr. Tedros, que usa su primer nombre en su campaña, negó la acusación encubierta y dijo que «no estaba sorprendido en absoluto, sino bastante decepcionado» de que los promotores de la campaña del Dr. Nabarro, que según él incluía funcionarios de salud británicos de alto rango, hubiese pasado a ejecutar lo que llamó una «campaña de desprestigio de último minuto».
La votación para el próximo director general de la OMS tendrá lugar en una reunión de ministros de salud del mundo en Ginebra, que comenzará el 22 de mayo.
El Dr. Nabarro, contactado por teléfono el sábado en China, dijo que sabía de las acusaciones, especialmente porque los funcionarios de salud mundial creen que Etiopía está sufriendo un brote de cólera incluso ahora, mientras lo niega, pero insistió en que no había autorizado su liberación.
«Absolutamente no lo sabía», dijo.
Su asesor, Lawrence O. Gostin, director del Instituto O’Neill para la Ley de Salud Nacional y Global de la Universidad de Georgetown, llamó la atención sobre la larga historia de Etiopía de negar los brotes de cólera, incluso cuando las agencias de ayuda se esfuerzan por contenerlos. Algunos de esos brotes ocurrieron mientras ejercía el cargo etíope el Dr. Tedros.
El Sr. Gostin dijo que actuó sin consultar al Dr. Nabarro, y lo hizo porque creía que la OMS «podría perder su legitimidad» si está a cargo de un representante de un país que encubre las epidemias.
«El Dr. Tedros es un funcionario de salud pública compasivo y altamente competente”, dijo. «Pero tenía el deber de decir la verdad e identificar honestamente e informar sobre los brotes de cólera verificados durante un período prolongado».
En una entrevista, el Dr. Tedros, quien fue ministro de salud de Etiopía entre 2005 y 2012 y sigue siendo muy respetado por sus logros, negó haber encubierto el cólera.
Los brotes que ocurrieron en 2006, 2009 y 2011, dijo, fueron solo «diarrea acuosa aguda» en áreas remotas donde las pruebas de laboratorio «son difíciles». Eso es lo que dijo el gobierno etíope entonces y está diciendo ahora sobre un brote que comenzó en enero.
Los funcionarios de la OMS se han quejado en privado de que los funcionarios etíopes no están diciendo la verdad sobre estos brotes. La prueba para detectar la bacteria Vibrio cholerae, que causa el cólera, es simple y lleva menos de dos días.
Durante brotes anteriores, varios medios de comunicación, incluyendo The Guardian y The Washington Post, informaron que funcionarios etíopes no identificados estaban presionando a las agencias de ayuda para evitar el uso de la palabra «cólera» y no informar la cantidad de personas afectadas.
Pero la bacteria del cólera se encontró en muestras de heces comprobadas por expertos externos. Tan pronto como la diarrea severa comenzó a aparecer en los países vecinos, la causa fue identificada como cólera.
Funcionarios de las Naciones Unidas dijeron que podría haberse entregado más ayuda a Etiopía si se hubiera dicho la verdad.
Somalia, que limita con Etiopía, actualmente está luchando contra un gran brote de cólera, y se está desplegando una nueva vacuna allí. Los funcionarios de ayuda creen que el cólera también está circulando en las regiones vecinas de Etiopía, pero sin confirmación no pueden liberar la vacuna. El ministerio de salud de Etiopía todavía lo llama «diarrea acuosa aguda», y le dijo a VOA News el mes pasado que no cambiaría ese informe sin la confirmación del laboratorio, que dijo que no tenía.
Según el Reglamento Sanitario Internacional, que se aplica a todos los miembros de la OMS, los países deben informar con precisión los brotes de enfermedades. Pero la OMS solo puede informar oficialmente lo que dicen los países. Históricamente, algunos países han intentado encubrir o minimizar brotes de enfermedades humanas o animales por temor a que se impongan restricciones de viaje, el turismo se vea afectado o se reduzcan las exportaciones de alimentos, o simplemente por orgullo nacional.
Las regulaciones se fortalecieron después de que China negó durante meses en 2003 que tenía un brote grave de enfermedad respiratoria letal en sus ciudades del sur. Ese brote finalmente se conoció como SARS, por síndrome respiratorio agudo severo, y se extendió a otros países, incluido Canadá.
La Dra. Margaret Chan, actual directora general de la OMS, es China, pero nunca fue acusada de participar en el encubrimiento de China. Ella era la directora de salud en Hong Kong en ese momento y lideró respuestas efectivas a la gripe aviar y al SARS.
Desde entonces, China ha cambiado su política y ahora a menudo se la elogia por reconocer los brotes de inmediato, combatirlos agresivamente y cooperar con otras agencias de salud.
Hay muchas causas de diarrea acuosa aguda, y el tratamiento es básicamente el mismo que para el cólera: rehidratación intravenosa y oral, acompañada de un antibiótico si la causa es bacteriana.
Pero el cólera es especialmente virulento y mata a algunas víctimas en menos de 24 horas. Desde que emergió del delta del río Ganges en 1817 , ha matado a decenas de millones en todo el mundo.
Los brotes de cólera tienden a aumentar y disminuir y se ven afectados por muchos factores, incluidas las inundaciones, el desplazamiento de la población, la inmunidad de las víctimas y un virus de fago que ataca a la bacteria Vibrio.
El Dr. Tedros, que cuenta con el respaldo de la Unión Africana y ha sido elogiado por funcionarios de ayuda internacional y el ex presidente George W. Bush , es ampliamente respetado por su mandato como ministro de salud de Etiopía.
Entrenó a 40,000 trabajadoras de la salud, mejoró laboratorios, creó flotas de ambulancias y multiplicó por diez a los graduados de la facultad de medicina. Las muertes por SIDA, tuberculosis y malaria, así como las muertes de niños pequeños y mujeres en el parto, disminuyeron en más del 50 por ciento.
Fue ministro de Asuntos Exteriores de Etiopía de 2012 a 2016 y fue elogiado por sus habilidades diplomáticas , luego dejó el cargo para postularse para el trabajo de la OMS.
Durante la campaña del Dr. Tedros, fue puesto a la defensiva por trabajar para un gobierno represivo. Human Rights Watch e incluso el Departamento de Estado han acusado al partido gobernante de Etiopía de desplazar a miles de ciudadanos, matar a tiros a cientos de manifestantes y encarcelar o torturar a opositores políticos y periodistas.
Él ha respondido que algunas violaciones de los derechos humanos fueron errores graves, pero sostiene que Etiopía es una «democracia naciente» con los crecientes dolores comunes a los nuevos gobiernos.
El Dr. Nabarro es un especialista británico en salud pública que ha dirigido las respuestas de las Naciones Unidas al Ébola, la gripe aviar, el hambre y otras crisis de salud.
El tercer candidato para el puesto superior de la OMS es la Dra. Sania Nishtar, cardióloga paquistaní y experta en enfermedades no transmisibles.
El Dr. Nabarro reconoció ocasionalmente recibir consejos del Sr. Gostin, pero expresó sorpresa y cierta consternación porque el problema había surgido tan tarde en la carrera «electoral».
«Estoy muy interesado en ser súper cuidadoso para no realizar ninguna actividad que pueda considerarse inapropiada», dijo el Dr. Nabarro.
El Dr. Tedros compartió la acusación con James B. Comey, entonces director del FBI, y anunció una reapertura de la investigación sobre el servidor de correo electrónico privado de Hillary Clinton el año pasado, justo antes del Día de las Elecciones en los Estados Unidos.
El Dr. Nabarro realmente no lo sabía, «él no tiene el control de su equipo», dijo el Dr. Tedros. Dijo que los patrocinadores del Dr. Nabarro tienen una «mentalidad colonial típica destinada a ganar a cualquier costo y desacreditar a un candidato de un país en desarrollo».
***Una versión de este artículo aparece impresa en , Sección A , página 10 de la edición de Nueva York con el titular: Candidato a líder de la OMS acusado de encubrir brotes de cólera en Etiopía .
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El presupuesto por programas de la OMS se financia mediante una combinación de contribuciones señaladas y contribuciones voluntarias. Las contribuciones señaladas son las cuotas que los países pagan para ser miembros de la Organización. El monto que debe pagar cada Estado Miembro se calcula en función de la riqueza y la población del país.
La proporción general que las contribuciones señaladas representan en el presupuesto por programas se ha reducido, ya que, desde hace varios años, es menos de una cuarta parte de la financiación de la Organización. El equilibrio se obtiene a través de las contribuciones voluntarias. No obstante, las contribuciones señaladas siguen siendo una fuente fundamental de financiación para la Organización, pues ofrecen un cierto grado de previsibilidad, ayudan a reducir la dependencia de un grupo exiguo de donantes y permiten armonizar los recursos con el presupuesto por programas. https://www.who.int/about/finances-accountability/funding/assessed-contributions/es/ |
[1] Candidato a dirigir la OMS acusado de encubrir epidemias, por Donald G. McNeil Jr.
[2] ¿Podemos Confiar en la OMS? ¿Quién es el Dr Tedros?, por Pablo Heraklio
[3] Día a día: cómo fue el manejo de la OMS en la pandemia del coronavirus y por qué despierta tantas sospechas, INFOBAE
[4] ¿Organización China de la Salud? Así cautivó Pekín a la OMS mientras no estabas mirando, por Enrique Andrés Petrel y Carlos Barragán
[5] ¿Qué pasa entre la OMS y China? Una relación que levanta sospechas, El Confidencial (VIDEO).
[6] El apoyo de la OMS a la política china en el coronavirus desata la ira de Donald Trump, por PABLO PARDO
[7] Trump acusa a la OMS de “encubrir” la propagación del coronavirus y anuncia la congelación de los fondos, por Amanda Mars
[8] El segundo mayor donante de la OMS anuncia más dinero para el coronavirus tras el portazo de Trump, por Patricia Peiró
[9] La OMS queda en manos del altruismo de Bill Gates y otros benefactores, por Anje Ribera
[10] Apareció el correo con el cual Taiwán alertó del coronavirus a la OMS, Unidad Investigativa El Tiempo.
[11] La OMS reprocha a los países que cierren fronteras con China, por Oriol Güell
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[2] ¿Podemos Confiar en la OMS? ¿Quién es el Dr Tedros?
Por Pablo Heraklio
10/04/2020
Traducción TARCOTECA – Can We Trust the WHO? – Global Research 3.6.2020 por F. William Engdahl
La organización más influyente del mundo con responsabilidad nominal en temas de salud global y epidemias es la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas, OMS [WHO en inglés], con sede en Ginebra. Lo que pocos saben son los mecanismos reales de su control político, los chocantes conflictos de intereses, la corrupción y la falta de transparencia que impregnan a la agencia que se supone que es la guía imparcial que nos llevará a superar la actual pandemia de COVID-19. Lo siguiente es solo una parte de lo que ha salido a la luz pública.
¿Declaración de pandemia?
27 diciembre
Los primeros tres casos en Wuhan se informaron, oficialmente, el 27 de diciembre de 2019, un mes completo antes de la fecha. Todos los casos fueron diagnosticados con neumonía por una «novel» o nueva forma de coronavirus del SARS [Síndrome Respiratorio Agudo Grave ]. Es importante tener en cuenta que los mayores movimientos de personas anual en china, el Año Nuevo Lunar y el Festival de Primavera, durante el cual unos 400 millones de ciudadanos se mueven por toda la tierra para reunirse con sus las familias, fueron del 17 de enero al 8 de febrero.
23 enero
El 23 de enero, a las 2 de la madrugada, dos días antes del inicio de las festividades de Año Nuevo, las autoridades de Wuhan declararon un bloqueo sin precedentes de toda la ciudad de 11 millones de personas a partir de las 10 de la mañana de ese día. Para entonces, cientos de miles, si no varios millones de residentes habían huido presas del pánico para evitar la cuarentena.
30 enero
El 30 de enero, Tedros Adhanom, Director General de la Organización Mundial de la Salud de la ONU, declaró una Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional o PHEIC [Public Heald Emergency of International Concern, en español su pronunciación similar a fake]. Esto ocurrió dos días después de que Tedros se reuniera con el presidente de China, Xi Jinping, en Beijing para discutir el dramático aumento de casos severos de un nuevo coronavirus en Wuhan y áreas circundantes que habían alcanzado proporciones dramáticas. Al anunciar su declaración de emergencia de PHEIC, Tedros elogió las medidas de cuarentena chinas, medidas muy controvertidas en salud pública y nunca antes vistas en tiempos modernos aplicadas sobre ciudades enteras, y mucho menos a países. Al mismo tiempo, Tedros, curiosamente, criticó a otros países que se estaban moviendo para bloquear vuelos con China para contener la extraña nueva enfermedad, llevando a acusarles de defender indebidamente a China.
Cuando la OMS declaró la emergencia de salud pública de preocupación internacional el 30 de enero, ya se habían perdido semanas preciosas para contener la enfermedad. Sin embargo, Tedros elogió efusivamente las medidas chinas «sin precedentes» y criticó a otros países por poner un «estigma» a los chinos al reducir los viajes con esta nación.
14 febrero
China cambia su sistema de clasificación de casos de COVID 19, que junto con drásticas medidas da comienzo a una recuperación estadística de la pandemia.]
23 febrero
En referencia a la propagación del COVID-19 en Wuhan y por qué la OMS no lo calificó de pandemia, el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, declaró el 24 de Febrero: «No hay una categoría oficial (para una pandemia) … La OMS no utiliza el antiguo sistema de 6 fases – que clasifica desde la fase 1 (sin informes de influenza animal que cause infecciones humanas) hasta la fase 6 (una pandemia) – , con la que algunas personas pudieran estar familiarizadas con la gripe H1N1 en 2009».
11 marzo
Más tarde, el 11 de marzo, Tedros Adhanom anunció por primera vez que la OMS estaba llamando a la nueva enfermedad por coronavirus, ahora rebautizada como COVID-19, «pandemia global». En ese momento, la OMS dijo que había más de 118.000 casos de COVID-19 en 114 países, con 4,291 muertes.
Falsa Pandemia de la gripe porcina H1N1 de la OMS en 2009
Desde el fiasco y escándalo anterior de la OMS en 2009 en su declaración de una pandemia mundial en torno a la «gripe porcina» o H1N1, como se denominó, la OMS decidió abandonar el uso del término pandemia. La razón es indicativa de la corrupción endémica de la institución de la OMS.
Apenas unas semanas antes de los primeros informes en 2009 de un niño mexicano que estaba infectado con un nuevo virus de la «gripe porcina» H1N1 en Veracruz, la OMS había cambiado silenciosamente la definición tradicional de pandemia. Ya no era necesario que una enfermedad reportada fuera extremadamente extendida en muchos países Y extremadamente mortal o debilitante. SOLO debía ser generalizada, como la gripe estacional, si los «expertos» de la OMS quisieran declarar una pandemia. Los síntomas de la H1N1 de la OMS fueron lo mismo que un resfriado fuerte.
Cuando la entonces directora general de la OMS, Dra. Margaret Chan, declaró oficialmente una emergencia pandémica global de fase 6, desencadenó programas nacionales de emergencia que incluyeron miles de millones de dólares en compras gubernamentales de presuntas vacunas contra la gripe H1N1. Al final de la temporada de gripe de 2009, las muertes por H1N1 fueron muy pocas en relación con la gripe estacional normal.
El Dr. Wolfgang Wodarg, médico alemán especializado en neumología, era entonces presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa. En 2009, solicitó una investigación sobre presuntos conflictos de intereses en torno a la respuesta de la UE a la pandemia de gripe porcina.
El Parlamento de los Países Bajos también descubrió que el profesor Albert Osterhaus de la Universidad Erasmus de Rotterdam, la persona en el centro de la gripe porcina mundial H1N1 Influenza A 2009 como el asesor clave de la OMS sobre la gripe, estaba interesadamente posicionado para beneficiarse personalmente de los miles de millones de euros en vacunas presuntamente destinados a la gripe H1N1.
Muchos de los otros expertos científicos de la OMS que aconsejaron al Dr. Chan que declarara una pandemia estaban recibiendo dinero directa o indirectamente de los Big Pharma, incluidos GlaxoSmithKline, Novartis y otros fabricantes importantes de vacunas [Cinco expertos de la OMS vinculados con productores de vacunas 13 agosto 2010].
La declaración de la OMS de la pandemia de gripe porcina fue falsa. 2009-10 vio la gripe más leve en el mundo desde que la medicina comenzó a registrarla. Los gigantes farmacéuticos se llevaron miles de millones en el proceso.
Fue después del escándalo de la pandemia de 2009 la OMS dejó de usar la declaración de pandemia de 6 fases y se inclinó por la declaración de una «Emergencia de salud pública de preocupación internacional» totalmente vaga y confusa. Pero ahora, Tedros y la OMS decidieron arbitrariamente reintroducir el término pandemia, admitiendo sin embargo que todavía están en medio de crear una nueva definición del término. Una»pandemia» provoca más miedo que una»emergencia de salud pública de preocupación internacional».
La SAGE de la OMS todavía en conflicto
A pesar de los grandes escándalos de conflicto de intereses de 2009-10 que vinculan a los Big Pharma con la OMS, hoy la OMS bajo Tedros ha hecho poco para eliminar la corrupción y los conflictos de intereses.
El actual Grupo de Expertos en Asesoramiento Científico de la OMS (SAGE, [Sabios!?]) está plagado de miembros que reciben fondos «financieramente significativos» de los principales fabricantes de vacunas o de la Fundación Bill y Melinda Gates (BGMF) o Wellcome Trust.
En la última actualización de la declaración AQUI de conflictos de intereses de miembros de la SAGE de la la OMS del 30 de marzo de 2020, de los 15 miembros científicos de SAGE, no menos de 8 habían declarado interés, por ley, en posibles conflictos. En casi todos los casos, el importante financiador financiero de estos 8 miembros de SAGE incluyó la Fundación Bill y Melinda Gates, Merck & Co. (MSD), Gavi, la Alianza de Vacunas (un grupo de vacunas financiado por Gates), el Comité Asesor Científico de Salud Global de BMGF, Pfizer, Novovax, GSK, Novartis, Gilead y otros líderes en la comercialización de vacunas farmacéuticas. Esto en cuanto a la objetividad científica independiente en la OMS.
Gates y la financiación de la OMS
El hecho de que muchos de los miembros de SAGE de la OMS tengan vínculos financieros con la Fundación Gates es muy revelador, aunque no sorprendente. Hoy, la OMS está financiada principalmente no por los gobiernos miembros de la ONU, sino por lo que se llama una «asociación público-privada» en la que dominan las compañías privadas de vacunas y el grupo de entidades patrocinadas por Bill Gates.
En el último informe financiero disponible de la OMS, para el 31 de diciembre de 2017, un poco más de la mitad del presupuesto del Fondo General de la OMS de $ 2.000 millones provenían de donantes privados o agencias externas como el Banco Mundial o la UE. Muchos de los mayores donantes privados o no gubernamentales de la OMS son la Fundación Bill y Melinda Gates junto con la Alianza de Vacunas GAVI, financiada por Gates, el Fondo Global para la Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria (GFATM). Esos tres aportaron más de $ 474 millones a la OMS. Solo la Fundación Bill y Melinda Gates dio la friolera de $ 324,654,317 a la OMS. En comparación, el mayor donante estatal de la OMS, el Gobierno de los Estados Unidos, dio $ 401 millones a la OMS.
Entre otros donantes privados en abril de 2018 encontramos a los principales fabricantes de vacunas y medicamentos del mundo, incluyendo Gilead Science (actualmente presiona para que su medicamento sea el tratamiento electivo para el COVID-19), GlaxoSmithKline, Hoffmann-LaRoche, Sanofi Pasteur, Merck Sharp y Dohme, Chibret y Bayer AG. Los fabricantes de medicamentos donaron decenas de millones de dólares a la OMS en 2017.
Este apoyo privado de la industria pro-vacuna para la agenda de la OMS de la Fundación Gates y Big Pharma es más que un simple conflicto de intereses. Es un control de facto de la agencia de la ONU responsable de coordinar las respuestas mundiales a las epidemias y enfermedades. Además, la Fundación Gates, la más grande del mundo con unos $ 50.000 millones, invierte sus dólares exentos de impuestos en los mismos fabricantes de vacunas, incluidos Merck, Novartis, Pfizer, GlaxoSmithKline.
Tedros Adhanom, doctor en filosofía, no medicina!
En este contexto, no debería sorprender que el político etíope, Tedros Adhanom, se convirtiera en jefe de la OMS en 2017.
Tedros es el primer director de la OMS que no es médico a pesar de su insistencia en usar al Dr como título. Es doctor en filosofía de la salud comunitaria por «investigaciones sobre los efectos de las presas en la transmisión de la malaria en la región de Tigray en Etiopía» en el año 2000.
[Se convirtió en Ministro de Salud de 2005 a 2012 bajo el Primer Ministro Meles Zenawi. Allí conoció al ex presidente Bill Clinton y comenzó una estrecha colaboración con Clinton y la Fundación Clinton y su Iniciativa Clinton VIH / SIDA (CHAI). Who Is WHO’s Tedros Adhanom? The Wuhan Lockdown is Unprecedented – Global Research 20.2.2020]
Tedros, como también Ministro de Asuntos Exteriores de Etiopía hasta 2016, se reunió con Bill Gates cuando era Ministro de Salud de Etiopía y se convirtió en Presidente de la Junta del Fondo Mundial contra el VIH / SIDA, la tuberculosis y la malaria vinculado a Gates.
[En mayo de 2017 fue acusado de encubrir un brote de cólera en Etiopía, NYT. En enero de 2019 Tedros fue acusado de de usar dinero para el Ébola en pagar el vuelos a su novia, lo cuál sirvió para pedir su destitución. The Guardian]
Bajo Tedros, la notoria corrupción y los conflictos de intereses en la OMS han continuado, incluso aumentado. Según un informe reciente de la auditora Australian Broadcasting Corporation, en 2018 y 2019 ya bajo el mandato de Tedros, el «Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS», la sección responsable de la respuesta global al COVID-19, fue citado con la calificación de riesgo más alta, lo que señala que la «falta de financiación adecuada del programa y operaciones de emergencia [riesgo] proporcionar inadecuados resultados a nivel de país «. El informe de ABC del 16 de febrero de 2020 descubrió además que también ha habido un «aumento en las denuncias de corrupción interna en toda la organización, con la detección de múltiples redes destinadas a estafar grandes sumas de dinero del organismo internacional». No muy tranquilizador.
A principios de marzo de 2020, la Universidad de Oxford dejó de utilizar los datos de la OMS en el seguimiento del COVID-19 debido a errores repetidos e inconsistencias que la OMS se negó a corregir. Los protocolos de prueba de la OMS para las pruebas de coronavirus han sido repetidamente citados por varios países, incluyendo Finlandia, por sus fallas, falsos positivos y otros defectos.
Esta es la OMS en la que ahora confiamos para guiarnos a través de la peor crisis de salud del siglo pasado.
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En los primeros días del brote de COVID-19, que luego se convertiría en pandemia, el organismo internacional tardó demasiado tiempo en declarar la emergencia, contribuyó en minimizar el problema y nunca dudó de las cifras oficiales chinas, hoy muy cuestionadas. Al mismo tiempo, dedicó numerosos y prematuros elogios a Beijing, sus líderes y su sistema político mientras la enfermedad se propagaba en todo el planeta
INFOBAE – 16/04/2020
La pandemia del nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19, se ha convertido en una de las peores en los últimos 100 años. Desde el primer reporte realizado por China ante la Organización Mundial de la Salud (OMS) en diciembre de 2019 hasta la fecha se han reportado más de dos millones de casos confirmados y cerca de 130.000 muertos en 185 países, sin que haya señales de que la situación esté menguando.
Presuntamente originado en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, el foco se trasladó luego a Europa y ahora está golpeando con más fuerzas a los Estados Unidos. América Latina y África, aunque son las últimas regiones en ser afectadas, se enfrentan también a un escenario de incertidumbre total.
Pero además del amplio sufrimiento causado en las personas y el daño incomensurable que está generando en la economía global debido a la caída de la demanda de bienes y servicios y la paralización de la actividad, la pandemia ha profundizado la desconfianza tanto en los organismos internacionales, por momentos desamparados ante la crisis, como en China, la superpotencia y dictadura comunista que ha expandido sus intereses en todo el planeta y exportado una imagen de progreso basado en la tecnología y el control social.
(…)
Las relaciones cercanas entre la OMS y China se han convertido en el punto en el que ambas preocupaciones se juntan, tan es así que han llevado al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a anunciar la suspensión de los aportes financieros de su país al organismo internacional (unos 400 millones de dólares), tras acusarlo de complicidad con Beijing en el encubrimiento de información vital sobre el COVID-19 en sus inicios.
¿Pero de dónde surge esta acusación?
En los primeros días del coronavirus, cuando no se hablaba de pandemia y ni siquiera de epidemia, la OMS actuó con una cautela que ahora, tres meses y millones de contagiados después, parece muy difícil de justificar.
El director general del organismo, Tedros Adhanom, tardó demasiado tiempo en declarar una emergencia global, mucho más en catalogar al brote de pandemia y en los primeros días insistió en que el virus no podía ser transmitido entre personas, a pesar de la creciente evidencia y de las advertencias de Taiwán, un detalle que contribuyó a la minimización del problema por parte de gobiernos y organismos en los primeros días.
Tampoco cuestionó las cifras reportadas por Beijing y las tomó por ciertas, a pesar de que crecen cada día las acusaciones de ocultamiento y minimización, y desaconsejó en los comienzos medidas estrictas, como bloquear vuelos desde China o aislar comunidades, que podrían haber contenido la propagación y que hoy son la norma gran parte del mundo.
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[4] ¿Organización China de la Salud? Así cautivó Pekín a la OMS mientras no estabas mirando
En circunstancias normales, la OMS suele aparecer de perfil en los medios. Pero estas no son circunstancias normales y la prueba es que estás leyendo esto confinado en casa
Por Enrique Andrés Petrel y Carlos Barragán – 09/04/2020
“La Organización Mundial de la Salud debería cambiar su nombre de OMS a OCS: ‘Organización China de la Salud’. Ese nombre sería más apropiado”. El viceprimer ministro japonés, Aso Taro, estallaba así durante una reciente sesión parlamentaria en la que denunció, indignado, la descarada influencia de Pekín en el organismo al que estamos encomendados para derrotar la pandemia del coronavirus.
Su ocurrencia encontraba un insólito eco al otro lado del Pacífico cuando, días después, Donald Trump Jr. retuiteaba la intervención del político asiático difundida por el canal de televisión taiwanés Formosa News: “Estoy con él (Aso Taro)”. Lejos de ser dos exabruptos aislados a 10.000 kilómetros de distancia, estas declaraciones son el síntoma más visible de una creciente furia contra la OMS y su controvertida gestión de la crisis sanitaria del Covid-19.
En circunstancias normales, la OMS suele aparecer de perfil en los medios. La opinión pública no reconoce a sus jefes ni tampoco sus funciones al detalle. Sus luchas de poder apenas interesan a los burócratas nacionales pendientes de un salario libre de impuestos en Suiza y pocos han escuchado los avisos de la comunidad sanitaria internacional ante la creciente politización de un organismo pensado para regirse por criterios científicos. Pero estas no son circunstancias normales. La prueba es que estás leyendo esto confinado en casa quizás pensando que, tarde o temprano, alguien tendrá que pagar los platos rotos de la que se nos viene encima.
A día de hoy, con un millón y medio de infectados, 83.000 muertos y más de la mitad de la población del planeta en cuarentena, cada vez más voces piden la cabeza del actual director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus. Si antes le recriminaban una excesiva complacencia con Pekín, ahora lo acusan directamente de ser un peón chino más en el sistema. Pero la respuesta no es tan sencilla.
Durante los últimos años, Occidente ha ido descuidando la OMS. Los países han apostado por otros centros de poder más relevantes -como el FMI, la OMC o la OTAN-, dejando a la organización al borde de la irrelevancia operativa y con un menguante presupuesto. Nada más básico en la geopolítica que ocupar los vacíos que dejan tus rivales sin oponer resistencia. Y eso hizo China. Tras el brote del SARS en 2003, el país asiático comprendió el verdadero potencial de este mamut administrativo en casos de crisis sanitaria. Una poderosa influencia a la que la opinión pública global parece estar despertando de golpe.
Cómo se cuenta una pandemia
El 22-23 de enero, la OMS convocó un comité de urgencia en su sede central de Ginebra. China acababa de poner en cuarentena a los 11 millones de habitantes de Wuhan y la organización debía decidir si declaraba el nuevo coronavirus “emergencia de salud pública global”. Con los consejeros y expertos divididos, Tedros tuvo la palabra final. En vez de dar la voz de alarma, decidió esperar.
Pocos días después, el director general viajaba a Pekín para reunirse personalmente con el presidente Xi Jinping. Mientras el mundo todavía observaba con el escepticismo de la distancia la evolución de la incipiente epidemia, el mensaje que llegaba del líder de la OMS era tranquilizador. Había riesgo, sí; pero estábamos en buenas manos.
“Apreciamos la seriedad con que China se está tomando este brote, especialmente el compromiso del alto liderazgo chino y la transparencia que han demostrado”, aseguró. Tedros Adhanom Ghebreyesus mostraba así un respaldo sin fisuras a la gestión del Partido Comunista, pese a las crecientes denuncias de descontrol, represión y opacidad en los primeros compases de la crisis.
La alerta global llegaría una semana más tarde —el 30 de enero— en otra reunión extraordinaria en la que Tedros aseguró que China estaba “fijando un nuevo estándar” en el control de epidemias. “Y no es una exageración”. Sin embargo, el primer equipo de la OMS al que se permitió acceder al terreno en Wuhan —y con limitaciones— tendría que esperar hasta el 13 de febrero.
Tedros mantuvo inamovible su discurso. “China ha comprado tiempo al mundo”, sentenció en la Conferencia de Seguridad de Múnich el 15 de febrero, una línea básica en la narrativa de Pekín repetida hasta la saciedad por los organismos de propaganda del gobierno comunista. Mientras, el secretario general se quejaba de la «alarmante inacción» del resto de países. Pero la declaración de pandemia no llegó hasta el 11 de marzo, cuando ya sumaba más de 120.000 contagios, 4.500 muertes y 114 países afectados.
Expertos matizan que algunas de estas intervenciones pueden ser interpretadas en clave diplomática, pequeños gestos para lograr la colaboración de un régimen hermético y autoritario en un momento tan delicado. Pero en su estrategia, la OMS acabó mezclando lo político con lo sanitario. Tedros se ha erigido en uno de los defensores a ultranza de la draconiana vía china para controlar los brotes, aceptando de forma acrítica sus cifras e informes. Y ningún ejemplo más sangrante para ilustrar esta peligrosa confusión que Taiwán.
El ‘factor Taiwán’
Este tuit de la OMS pasará a la historia. Es del 14 de enero y asegura que “las investigaciones preliminares de las autoridades chinas no han hallado evidencia clara de transmisión humano-humano del nuevo coronavirus identificado en Wuhan, China”.
Puede que en ese momento no hubiera “evidencia clara”, pero sí había indicios de lo contrario. Dos semanas antes, las autoridades sanitarias de Taiwán sospechaban que el virus se transmitía entre personas. Así lo notificaron a la OMS a través de la agencia internacional de regulación sanitaria de la ONU. La nación asiática -de 23 millones de habitantes- debe recurrir a ese mecanismo para compartir este tipo de información con el mundo, ya que está excluida de la propia OMS por presiones de Pekín, que reclama la soberanía de la isla de Formosa.
“Intentamos obtener más información de la OMS sobre qué estaba pasando en Wuhan, pero la respuesta fue: ‘Ok, nosotros nos encargamos desde aquí”, dijo el ministro de Exteriores taiwanés a la agencia Bloomberg. Para muestra, solo hay que ver cómo un representante de la organización ni siquiera se atrevía a pronunciar la palabra ‘Taiwán’ en una entrevista con un canal hongkonés.
Al final, la OMS acabó ignorando y silenciando a una de las pocas democracias que han podido lidiar de forma efectiva con el virus —con 379 casos confirmados y cinco víctimas, hasta la fecha—, desafiando la narrativa china de ‘manu militari’ en tiempos de pandemia. Taipei utilizó la previsión, la tecnología y la transparencia para frenar los casos con medidas como la cancelación temprana de los vuelos procedentes de zonas afectadas en China, mientras Tedros abogaba por no limitar viajes o comercio en el inicio de la epidemia y reprendía a los países que lo hacían.
La OMS tampoco ha expresado ningún tipo de recelo sobre las cifras que provee China a la comunidad internacional, cuestionadas por Estados Unidos y otros países —incluyendo España, según fuentes cercanas a la Moncloa—. Ni las crecientes divergencias entre China y el resto de naciones afectadas por el coronavirus —el país asiático ya no está en el ‘top 5’ de infectados ni fallecidos, pese a ser el origen de la pandemia—, ni los informes de cómo los primeros infectados pueden remontarse hasta noviembre del año pasado, ni siquiera las múltiples declaraciones de ciudadanos en medios y redes han hecho dudar a Tedros.
«Ayer, Wuhan no informó de nuevos casos por primera vez desde el comienzo del brote”, celebró el director general en una conferencia de prensa virtual el pasado 21 de marzo. “Wuhan da esperanzas al resto del mundo”.
A estas alturas, probablemente te estarás preguntando, ¿y de dónde ha salido el señor Tedros?
‘The Manchurian Candidate’
Biólogo especializado en inmunología y salud comunitaria, Tedros comenzó como militante del Frente de Liberación Popular de Tigray —partido de inspiración marxista— y acabó ocupando las carteras de Salud (2005-2012) y de Exteriores (2012-2016) en Etiopía. En su desempeño, se ganó aplausos por mejorar la cobertura sanitaria en el segundo país más poblado de África, pero también serias acusaciones de encubrir varios brotes de cólera —algo que siempre ha negado—.
Su meteórica carrera para ganar la jefatura de la OMS en mayo de 2017 tiene mucho que ver con el cambio en el sistema de elección del secretario general del organismo y con las débiles finanzas de la organización. Criticado como un puesto que se repartían los países poderosos —a veces, con acusaciones de sobornos de por medio—, se pasó a una votación directa y secreta de una terna de candidatos en la que todos tendrían el mismo peso de decisión.
Tedros ganó claramente con 133 de los 186 votos, un margen que va más allá de cualquier influencia particular. Pero el visto bueno de China y una sólida base de 55 votos de la Unión Africana, elevaron su estatus al de representante del ‘sur global’ ante otras potencias emergentes.
El cargo venía de ser ocupado durante 10 años por Margaret Chan, una pediatra chino-canadiense criticada por su respuesta al SARS en Hong Kong. En su elección se implicó personalmente el entonces presidente chino, Hu Jintao. Era la primera gran apuesta de Pekín por colocar a uno de los suyos al frente de una gran agencia internacional, símbolo de su pujanza económica, diplomática y cultural. Pero su paso por el ente estuvo marcado por el fracaso en gestionar la epidemia de ébola que azotó a varios países de África en 2015 y las acusaciones de ocultar brotes de polio en Siria (2013) y de MERS en Arabia Saudí (2014)
“Durante los mandatos de Chan en la OMS, China comenzó a tejer una red clientelar de influencia. Eso explica cómo Tedros ha llegado a director general, pese a tener una reputación muy tocada”, explica Shiany Pérez-Cheng, investigadora asociada del Institute for Statecraft, en una entrevista con El Confidencial.
Así se coloniza una institución global
Para valorar el incierto alcance de la influencia china en la OMS —objeto de disputa entre analistas—, es fundamental entender cómo se financia la organización. Para empezar, no depende económicamente de China, cuyas contribuciones apenas rondan 90 millones de dólares, menos del 10% de lo que pone EEUU.
De hecho, las aportaciones estatutarias de los 194 países miembros de Naciones Unidas tan solo cubren un quinto de los gastos del ente multilateral, cuyo presupuesto operativo para 2020-2021 ronda los 5.000 millones de dólares. El resto se financia a través de organismos privados, fundaciones filantrópicas y ONG. Las cuentas están tan descalabradas que en el ejercicio 2012-2013 la fundación Bill & Melinda Gates fue su principal donante —por encima de EEUU—.
Esto deja al organismo —que cuenta con más de 7.000 empleados en 150 países— muy vulnerable ante los grupos de presión de farmacéticas y a los vaivenes de los posibles donantes. Con Estados Unidos en plena retirada del frente global bajo el Gobierno de Donald Trump y la Unión Europea enfrascada en sus dramas internos con el Brexit, la imagen de China como posible pilar de la OMS se fortaleció en la organización.
“Las crecientes contribuciones de China se producen justo cuando su influencia en el entorno de Naciones Unidas está en auge y el liderazgo de EEUU, en declive. Mirando al futuro, China podría aparecer un socio más fiable para las organizaciones que dependen más del apoyo financiero voluntario de los países miembro como la OMS”, escribió Michael Collin, analista del Council on Foreign Relations.
¿El fin de la OMS?
La situación está escalando rápidamente y amenaza la existencia misma de la OMS. “La pifió de veras. Está financiada principalmente por EEUU, pero, por algún motivo, es muy ‘chinocéntrica’. Lo vamos a analizar bien. Afortunadamente, rechacé su consejo de mantener nuestras fronteras abiertas a China. ¿Por qué nos hicieron una recomendación tan equivocada?”, amenazó Trump desde Twitter. .
Muchos expertos confían en que el abandono de la OMS no sea más que un farol de Trump. «No estoy diciendo que lo vaya a hacer, pero lo vamos a considerar», reconoció el mandatario horas después en su comparecencia diaria en la Casa Blanca para sobre del coronavirus. «Pero no sé, parece que se han puesto [la OMS] del lado de China», insistió.
Pero, para evitar futuros errores, los analistas piden que se aumente la financiación de la organización internacional y se sanee su liderazgo. Algunos, como el director del Instituto de Política Pública Global, Thorsten Benner, también ponen nombres a los culpables: “Necesitamos un liderazgo de la OMS que no actúe como portavoz de la propaganda de Pekín. Desafortunadamente, ese es el rol que Ghebreyesus y Aylward han decidido seguir”, escribió en Twitter.
Otros, como Rafael Bengoa, médico y experto en salud pública que pasó 14 años en la OMS, creen que hay que revitalizar la toma de decisiones en el organismo. «La organización está limitada por los miembros, que le permiten una cosa u otra. Casi nunca le permiten tener suficiente poder y es difícl actuar sobre un brote local rápidamente. Luego, en Naciones Unidas, por excesos de diplomacia, no se acaba nunca de evaluar exactamente cómo fueron las cosas», avisa el exconsejero de Sanidad vasco en una entrevista con El Confidencial.
Casi al mismo tiempo que EEUU valora la idea de abandonar la OMS, China también acaricia la idea de crear una organización a su imagen y semejanza, según publicó ‘Axios’ hace un par de semanas. Un ‘think tank’ asociado al Partido Comunista ha estado recabando opiniones sobre cómo recibiría la comunidad internacional la noticia de la creación de una alternativa a la OMS liderada por Pekín. “La situación del coronavirus por todo el mundo es tan urgente que consideramos que quizás el mundo necesite el liderazgo de un país/organización que coordine todos los países afectados por la lucha contra el coronavirus, al igual que el rol de liderazgo de EEUU en la OMS”, rezaba el informe.
En este tira y afloja multilateral, un eventual debilitamiento de la OMS podría acarrear graves consecuencias para todos. “Llega un momento cuando la confianza en las instituciones internacionales es minada debido a las crecientes presiones internas de los países. Y esto podría impactar en la capacidad de proveer una respuesta efectiva ante una próxima crisis sanitaria global», valoró Janka Oertel, experta en Asia del European Council on Foreign Relations (ECFR), en comentarios a El Confidencial.
No siempre fue así. En 2003, la OMS recriminara abiertamente a Pekín los errores cometidos en la gestión del SARS (Severe Acute Respiratory Syndrome). Bajo el liderazgo de Gro Harlem Brundtland, la organización activó por primera vez en sus casi 70 años de historia una recomendación de no viajar a una zona determinada por una enfermedad infecciosa. La entonces directora general (1998-2003) criticó la opacidad, secretismo y la falta de cooperación de China. Un mensaje en una botella que hemos abierto 17 años después.
«Definitivamente, habría sido de mucha ayuda que los expertos internacionales y la OMS hubieran sido capaces de ayudar antes”, se lamentaba entonces la doctora y ex primera ministra noruega. “La próxima vez que algo nuevo y extraño aparezca en cualquier lugar del mundo, déjennos entrar lo antes posible”.
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[5] ¿Qué pasa entre la OMS y China? Una relación que levanta sospechas
18/04/2020
REPORTAJE GRÁFICO DE «EL CONFIDENCIAL» (canal youtube)
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La Organización Mundial de la Salud se convierte en campo de batalla de la nueva guerra fría entre las dos superpotencias y su director general pide no politizar el virus tras meses repitiendo las consignas del Gobierno chino
EEUU cerca de 2.000 muertos y Trump estudia congelar los fondos de Estados Unidos a la OMS
La nueva guerra fría entre Estados Unidos y China, exacerbada por el coronavirus -o, como lo califica el Gobierno de Donald Trump, «el virus chino» o «el virus de Wuhan»- tiene un nuevo campo de batalla: la Organización Mundial de la Salud (OMS). El presidente de Estados Unidos, que es de lejos el mayor contribuyente al presupuesto de la OMS, ha amenazado con cerrar el grifo de la financiación tras acusar a la institución de «chinocéntrica» y de «haberse equivocado en un montón de cosas». EEUU, que hoy ha superado los 12.000 muertos y los 400.000 infectados por el virus, aporta aproximadamente el 26,6% del presupuesto de la OMS.
El director general del organismo, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha respondido a las declaraciones de Trump: «No politice el virus». En tonos dramáticos, Tedros ha afirmado que la politización de la respuesta a la pandemia «solo hará que el número de bolsas de cadáveres aumente».
Los hechos, sin embargo, revelan que el director general de la OMS lleva tres meses y medio repitiendo sistemáticamente las consignas que el Gobierno chino emite, calificando de «histeria» la reacción de gran parte del mundo, celebrando la presunta eficacia de Pekín en la lucha contra el coronavirus, retrasando la declaración de alarma internacional, y ocultando información que no procedía de China y, por tanto, no coincidía con la versión oficial de ese país.
La OMS es solo un frente más en la guerra entre las dos potencias por el control de los organismos internacionales, donde China ha logrado avances considerables ante la pasividad o la indiferencia de EEUU, Europa y Japón, y, también, es un reflejo de la enorme influencia que Pekín ha conseguido en África tras dos décadas de masivas inversiones en ese continente sin hacer preguntas sobre derechos humanos, democratización, o protección del medio ambiente, como suele hacer Occidente. El resultado es que la OMS se ha convertido, según sus críticos, en un portavoz de Pekín en esta crisis. E, incluso, en un instrumento de la política de la segunda mayor economía mundial y origen de la pandemia.
Claro que, más allá de las críticas, Trump no ha articulado una respuesta clara ante la actitud de la Organización. En la misma rueda de prensa en la que la atacó, afirmó que «estamos suspendiendo la entrega de dinero» a la OMS, para, minutos más tarde, negar esa opción. «Yo no he dicho eso», dijo, cuando la prensa le pidió confirmación sobre la congelación de fondos. «Vamos a investigar», a la OMS, «vamos a evaluar acabar con su financiación [por parte de EEUU]». La razón es que «si se mira a lo que ha hecho a lo largo de varios años, todo parece muy sesgado en favor de China». Trump también ha personalizado sus críticas a la OMS, a la que ha acusado de «criticar y estar en desacuerdo con mi prohibición de viajes [desde China]».
LOS ARGUMENTOS DE TRUMP
Las críticas de Estados Unidos a la OMS se sustentan en muchos argumentos y, en particular, en la gestión del coronavirus realizada por Tedros, un microbiólogo y experto en malaria etíope que, tal y como recordaba en febrero el experto en Asia del think tank Consejo de Relaciones Exteriores de EEUU, Michael Collins, ya se reunió el 28 de enero con el presidente chino, Xi Jinping, en Pekín, y celebró que China había «fijado un ejemplo en el control de los brotes de enfermedades».
No consta si Tedros consideraba que meter a la gente en la cárcel y obligarla a realizar actos de contrición pública por alertar acerca del peligro del coronavirus era parte de esa «ejemplaridad». Tres semanas más tarde, el 20 de febrero, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, Tedros volvió a repetir sus alabanzas a Pekín, al asegurar que la política de ese país «ha permitido al mundo ganar tiempo».
Pero la actuación de la OMS va más allá de las alabanzas y del uso de su autoridad moral para frenar la respuesta a la pandemia. Como declaró el propio vicepresidente de Taiwán, Chien Chien-jen, al diario ‘Financial Times’ el 19 de marzo, la OMS no puso en su página web la información que las autoridades de Taipei le habían suministrado el 31 de diciembre sobre la transmisión del coronavirus entre seres humanos. De hecho, la OMS no reconoció que el coronavirus se transmite de persona a persona hasta el 14 de enero, cuando China le informó de ello.
La razón del desprecio a Taiwán es obvia: China no reconoce la soberanía de ese país, al que Pekín se limita a calificar como «la isla rebelde», de modo que la OMS ignoró olímpicamente el mensaje. Taiwán, sin embargo, ha sido la nación con más éxito del mundo en la lucha contra el coronavirus, pese a su cercanía a geográfica, económica y cultural a China, con solo 379 contagiados y 5 muertos en una población de 24 millones de personas.
Tedros no solo ha dedicado sus alabanzas a China, sino que, también, ha paralizado activamente la respuesta de la OMS a la pandemia. La clave está en la reunión que el Comité de Emergencias de la Organización celebró el 23 de enero para tratar el coronavirus. Ante la falta de consenso, Tedros optó por no declarar la emergencia. Tuvo que pasar una semana para que la OMS diera marcha atrás y accediera a admitir la gravedad de los hechos. Y una semana en esta pandemia es, como desgraciadamente hemos aprendido, demasiado tiempo.
El 3 de febrero, cuando Estados Unidos, Australia, Singapur y otros países habían impuesto limitaciones a los viajes procedentes de China, el máximo responsable de la OMS proclamó que «no hay necesidad de interferir innecesariamente con el comercio y los viajes internacionales». Teros declaró incluso que esas decisiones no estaban basadas «en las evidencias».
Diecisiete días más tarde, en Múnich, el director gerente de la OMS fue más lejos, al hacer un llamamiento «a todos los Gobiernos, empresas y organizaciones a trabajar con nosotros para emitir el nivel de alarma apropiado, sin animar las llamas de la histeria». Las declaraciones de Tedros fueron recogidas de manera destacada por el ‘Global Times’, la versión en inglés del ‘Diario del Pueblo’, el órgano oficial del Partido Comunista de China.
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El presidente de Estados Unidos afirma que evaluará el papel del organismo, al que acusa de haber obrado en interés de China
Donald Trump ha anunciado este martes que congelará la entrega de fondos a la Organización Mundial de la Salud (OMS), en plena emergencia sanitaria mundial, mientras su Administración evalúa el papel que ha desempeñado este organismo multilateral, al que el presidente de Estados Unidos acusa de “gestionar mal y encubrir” la propagación del coronavirus. El republicano ya llevaba días criticando a la OMS y había amenazado con suspender la financiación denunciando un supuesto trato de favor a China. Esta tarde, tras días de críticas recibidas en sus propias carnes por su lenta reacción a la gravedad de la crisis, Trump ha dado un paso más contra esta agencia con sede en Ginebra y perteneciente a Naciones Unidas, otra institución a la que ha atacado en numerosas ocasiones.
Este martes, nada más tomar la palabra, ha anunciado la medida contra la OMS en un discurso cargado de dinamita, en el que básicamente ha acusado a la organización de haber actuado en función de los intereses del régimen chino y de haber respondido tarde y mal a la amenaza que se cernía sobre el mundo. “El silencio de la OMS ante la desaparición de investigadores y doctores y las nuevas restricciones a la información sobre la investigación de los orígenes de la Covid-19 [por parte de China] es profundamente preocupante”, ha señalado el republicano. “Se perdió un tiempo muy valioso”, añadió.
No está claro el efecto inmediato de la medida, cuánto durará la investigación por parte de Washington -Trump habló de 60 a 90 días-ni cuándo debe actualizarse la aportación. Estados Unidos contribuyó con cerca de 900 millones de dólares en el presupuesto de 2018-2019, lo que supone aproximadamente una quinta parte del total de 4.400 millones de dólares de presupuestos para esos años, según los datos recogidos por AP. En los datos de la OMS, EE UU figura como principal contribuyente (14,6%), seguido de la Fundación Bill y Melinda Gates (9,7%). Este martes, el fundador de Microsoft reprochó a Trump que ″detener la financiación de la #OMS durante una crisis mundial es tan peligroso como suena». Varios Gobiernos criticaron también la decisión. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, advirtió de que “no es el momento de culpar” y un portavoz del régimen chino instó a Washington a cumplir sus obligaciones con la organización internacional. El secretario general de la ONU, António Guterres, resaltó que la OMS “es crítica para los esfuerzos del mundo en la lucha contra la Covid-19″ y llamó a apoyarla.
Los errores de la OMS
Cuando la Administración aprobó las limitaciones a los viajes, en efecto, la organización lo criticó alegando que “la restricción de entrada de los pasajeros procedentes de áreas afectadas no son efectivas habitualmente en la prevención de la llegada de casos, pero pueden causar un impacto económico y social significativo”. Además, apuntó la OMS, estas políticas pueden restar recursos a “otras intervenciones”. Incluso el 29 de febrero la organización seguía advirtiendo contra las restricciones. A mediados de marzo, los vetos se extendieron por medio mundo, cuando la pandemia -recién declarada- ya era muy grave. Trump actuó antes que los Gobiernos europeos en ese terreno, pero cometió errores semejantes en la preparación de las pruebas y los equipamientos, y se pasó más de dos meses restando gravedad a la crisis.
También la OMS se demoró hasta el 30 de enero para declarar el brote una emergencia pública y una preocupación internacional, en un comunicado en el que, además, aplaudía a China por “identificar rápidamente el virus y compartir sus consecuencias de modo que otros países pudiesen diagnosticarlas rápidamente y protegerse”. Y el régimen de Xi Jinping acabó desatando la ira de sus ciudadanos cuando el 6 de febrero anunció la muerte por Covid-19 del médico Li Wenliang, quien había intentado advertir sobre el peligro de la epidemia cuando comenzaron los primeros casos y fue amonestado por ello por la Policía.
Tanto el papel de la OMS como el de Pekín en esta crisis son susceptibles de críticas, pero lo que Trump no ha mencionado este martes en su diatriba es que él mismo elogió a China en aquellas semanas en las que el republicano veía la Covid-19 como un peligro lejano. El 24 de enero escribió en su cuenta de Twitter: “China ha estado trabajando muy duro para contener el coronavirus. Estados Unidos agradece enormemente sus esfuerzos y transparencia. Todo saldrá bien. De parte del pueblo estadounidense quiero darle las gracias, en particular, al presidente Xi Jinping”. E incluso después de ese 6 de febrero en el que murió el médico que dio la voz de alarma, el neoyorquino tuiteó que el dirigente chino era “fuerte, agudo y muy centrado en liderar el contraataque al coronavirus”. “Se está adoptando una gran disciplina”, añadió.
En los últimos días, sin embargo, el republicano ha dirigido sus naves contra la OMS y su supuesta connivencia con China. “Es chinocéntrica”, llegó a decir la semana pasada. La institución representa, además, una de estas organizaciones multilaterales que ha denostado a lo largo de toda su presidencia. Semanas atrás, dirigió su discurso contra Pekín refiriéndose constantemente al virus como “virus chino”, por su origen en la ciudad de Wuhan, pese a la estigmatización que puede suponer contra los ciudadanos asiáticos. Trump, que se enfrenta a la reelección en las presidenciales de noviembre, es consciente de que buena parte del resultado depende de su gestión de este desastre global, de si sale de ella como un héroe que salva al país de su peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial o como un villano que no supo ver llegar el problema a tiempo.
La Fundación Bill y Melinda Gates comunica que destinará 250 millones de dólares para el desarrollo de diagnósticos, terapias y vacunas con un foco en África y Asia
Cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Estados Unidos, el mayor financiador de la Organización Mundial de la Salud (OMS), anunció este martes que retiraba sus aportaciones presupuestarias a la entidad que está al frente de la lucha contra el coronavirus. Un día después, el segundo mayor donante mundial de la organización, la Fundación Bill y Melinda Gates, informó de que va a aumentar su contribución a la batalla contra la pandemia, hasta los 250 millones de dólares. Esta contribución se dividirá entre diferentes iniciativas y entidades, entre ellas la propia OMS.
En una convocatoria telefónica con varios periodistas desde Seattle, donde la fundación tiene su sede, Mark Suzman, director ejecutivo de la organización filantrópica, aseguró: «Es lícito que se cuiden los intereses y necesidades nacionales y que los Gobiernos no descuiden a sus propios ciudadanos; pero ahora todos necesitamos poner en común los esfuerzos globales y unirnos para afrontar esta crisis». En unas declaraciones posteriores a Reuters, Melinda Gates fue más allá: «Dejar de financiar a la OMS no tiene absolutamente ningún sentido durante una pandemia. Necesitamos una respuesta coordinada global. Cuando estás en una crisis como esta, todo está en juego. Es un gesto muy peligroso».
Tal y como explica la OMS en su página, su financiación proviene de los aportes presupuestarios de Gobiernos, entidades privadas y fundaciones donantes. Estas cantidades se dividen en cuotas fijas y en aportaciones voluntarias. Estados Unidos contribuyó con cerca de 900 millones de dólares en el presupuesto de 2018-2019, lo que supone aproximadamente una quinta parte del total de 4.400 millones de dólares para esos dos años. Es el principal contribuyente con un 14,6% de sus fondos. La Fundación Gates aporta el 9,8% (530 millones). España aporta 26 millones.
Dejar de financiar a la OMS no tiene absolutamente ningún sentido durante una pandemia. Necesitamos una respuesta coordinada global
Uno de los objetivos de estos esfuerzos conjuntos es que en esta crisis, las soluciones lleguen también a los pobres. Suzman insistió en que los retos a los que se enfrenta el planeta con esta emergencia sanitaria son inéditos. Por ejemplo, en lo que se refiere a las vacunas: «No piensen en una escala normal, porque normalmente la industria está preparada para una fabricación solo para bebés. Aquí estamos hablando de cientos de millones de dosis. Hay 7.000 millones de personas y hará falta inmunizar prácticamente a todo el mundo. Ahora no hay capacidad de fabricación para llegar a tanto».
Son muchas las voces que recuerdan que un virus no va a respetar las fronteras entre el norte y el sur y que, si Europa o Estados Unidos logran controlarlo, de nada servirá si la pandemia sigue desatada en África o el Sudeste asiático. «Hay desafíos enormes, por ejemplo, las ciudades que están rodeadas de barrios marginales densamente poblados, en los que es muy difícil establecer un distanciamiento social estricto, con poco saneamiento y escaso acceso a agua corriente».
Una coalición de personalidades científicas reclamó la semana pasada que los ensayos clínicos se desarrollen también en los países más vulnerables. «Dónde se realicen los ensayos no debería depender de Gobiernos individuales o empresas privadas o quien sea que esté haciendo el trabajo. Aquí es exactamente donde necesitamos establecer las pautas globales acordadas». El director de la Gates apuesta por la creación de un «grupo de asesoría técnica» que ayude a establecer algunas de estas normas.
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[9] La OMS queda en manos del altruismo de Bill Gates y otros benefactores
Tras la salida de EE. UU., las cuotas de los países solo cubren los gastos de personal
Por Anje Ribera
19/04/2020
La decisión de Donald Trump de retirar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la aportación económica estadounidense, fuente principal de sus ingresos, abre serias incógnitas sobre su viabilidad en uno de los tiempos sanitarios más críticos de la historia de la humanidad. Aunque también es cierto que esta ha recibido numerosos apoyos políticos después del órdago del presidente norteamericano. El sábado, el Gobierno alemán propuso ampliar la OMS y convertirla en un centro mundial contra las pandemias, convencido de que la actual «no será la última».
Esta institución fue fundada en 1948 para «promover la salud, mantener el mundo seguro y servir a los vulnerables». Su presupuesto aproximado para el bienio 2020-21 es de 4.500 millones de euros. Washington ha sido el principal contribuyente, con casi 500 millones de euros anuales, lo que constituye entre el 14 % y el 22 % de sus ingresos. En contraposición, la última derrama de China apenas llegó a 6 millones de euros (0,21 % de los fondos). Tras los norteamericanos están Reino Unido (7,79 %), Alemania (6,4 %), Francia (4,8 %) o España (2,4 %), por hablar de territorios fuertemente golpeados por la COVID-19.
Pero este dinero apenas sirve para sufragar los salarios de empleados y gastos administrativos. Por ello, sus programas sanitarios se alimentan de aportaciones voluntarias de donantes estatales y privados. Son estos ingresos los que posibilitan acometer campañas como, por ejemplo, las destinadas a la vacunación contra la polio, el cuidado de la salud de las mujeres o la erradicación del tabaquismo. Asimismo, con este dinero se sufragan la lucha contra el VIH, la hepatitis y las enfermedades tropicales, y la protección a la salud reproductiva o el acceso a medicamentos.
En el apartado de donaciones privadas destaca la Fundación Bill y Melinda Gates, que aporta casi un 10 % a este organismo y dedica la mayor parte de sus fondos a África, el continente que más sufrirá la decisión de Trump. El propietario de Microsoft criticó la decisión del presidente de EE. UU. y anunció que ampliará sus montantes, al tiempo que tratará de atraer a otros filántropos. Por tanto, no parece demasiado arriesgado afirmar que la OMS queda a expensas de la generosidad de algunos millonarios con mayor sensibilidad que la que atesora quien dirige Estados Unidos. En cualquier caso, nadie duda de que el impacto de la retirada del dinero estadounidense será alto y tendrá consecuencias de largo alcance.
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Fue enviado en diciembre pero no se difundió. Se une a las acusaciones de Trump contra el organismo.
Unidad Investigativa EL TIEMPO.COM
15/04/2020
Las cosas parecen complicarse para la Organización Mundial para la Salud (OMS).
A los señalamientos del presidente Donald Trump sobre el supuesto mal manejo que le ha dado a la pandemia del coronavirus -lo que desencadenó la suspensión de fondos por parte de Estados Unidos-., se une ahora un correo que probaría que Taiwán sí había alertado sobre lo que estaba ocurriendo en China sin que la OMS hiciera algo.
Aunque la OMS negó el pasado viernes haber recibido alguna alerta de Taiwán, las autoridades de ese país decidieron revelar su contenido, paralelo al anuncio de Trump.
El Centro para el Control de Enfermedades de Taiwán emitió un comunicado en el que revela que la información se envió el 31 de diciembre de 2019 y da otros detalles sobre su contenido.
“Los Centros para el Control de Enfermedades de Taiwán se enteraron de fuentes en línea de que había habido al menos siete casos de neumonía atípica en Wuhan, China. En China, el término ‘neumonía atípica’ se usa comúnmente para referirse al SARS, una enfermedad transmitida entre humanos causada por el coronavirus”, señala el comunicado
Y agrega: «El 31 de diciembre de 2019, Taiwán envió un correo electrónico al punto focal del Reglamento Sanitario Internacional (RSI) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), informando a la OMS sobre su comprensión de la enfermedad y también solicitando más información de la OMS”.
¿Qué pasó?
Pero la alerta fue aún más allá y podría complicar la situación de la OMS.
“Los CDC de Taiwán también se comunicaron con el Centro Chino para el Control y la Prevención de Enfermedades en un intento por obtener más información. Sin embargo, en respuesta a nuestras preguntas, el coordinador del RSI de la OMS solo respondió con un breve mensaje que decía que la información de Taiwán había sido enviada a colegas expertos; China solo proporcionó un comunicado de prensa”.
Y el final es más contundente: “Aunque Taiwán sospechaba firmemente que la transmisión de la enfermedad de persona a persona ya estaba ocurriendo en ese momento, no pudimos obtener la confirmación a través de los canales existentes. Por lo tanto, el día en que se envió el correo electrónico mencionado a la OMS, el gobierno de Taiwán activó el control fronterizo mejorado y las medidas de cuarentena basadas en el supuesto de que la transmisión de persona a persona estuviera ocurriendo. Estas medidas incluyeron la detección de pasajeros en vuelos desde Wuhan antes del desembarque”.
Taiwán también señala que a mediados de enero enviaron expertos a Wuhan para indagar sobre la epidemia y las medidas de control que se estaban adoptando. Y confirmaron que la forma de neumonía podría propagarse a través de la transmisión de persona a persona.
Hasta el momento la OMS no se ha pronunciado sobre los señalamientos de Taiwán.
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[11] La OMS reprocha a los países que cierren fronteras con China
El organismo urge a los países con «altos recursos» a compartir la información sobre los casos en su territorio
Por Oriol Güell
05/02/2020
En la primera reunión de su Consejo Ejecutivo tras declarar la emergencia internacional por el coronavirus de Wuhan, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha lanzado este martes duros reproches contra algunos países por “estigmatizar” a China con restricciones al movimiento de personas y no compartir la información sobre los casos diagnosticados en su territorio.
“Recomendamos no imponer restricciones a los viajes y al comercio. Y 27 estados miembros han tomado medidas de este tipo”, ha criticado en Ginebra el director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El dardo va dirigido especialmente a países que por su peso internacional pueden arrastrar a otros. Uno es Rusia, que ha cerrado los 4.300 kilómetros de su frontera con China. Otro, Estados Unidos, que ha vetado la entrada al país a los extranjeros que hayan visitado China en los últimos 14 días.
Para el director de la OMS, son medidas con “un alto impacto internacional” que no aportan beneficios de salud pública.
En España, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, se ha reunido con las comunidades para coordinar la respuesta frente al coronavirus e insistió en seguir los protocolos internacionales, informa Pablo Linde. Esto supone que no va a restringirse el tráfico de ciudadanos ni mercancías con ningún país. “Seguimos haciendo lo que recomiendan los expertos”, dijo.
Ghebreyesus también apuntó a los países más desarrollados por su poca disposición a compartir información. “De los 176 casos registrados hasta ahora fuera de China, la OMS ha recibido declaraciones completas solo del 38%. Algunos países de altos ingresos están muy atrasados al comunicar unos datos que son vitales para la OMS. No pienso que esto sea por la falta de medios”, comentó sarcásticamente.
El director del organismo ha escrito a todos los ministros de Sanidad para exigir más agilidad en un punto clave en la lucha contra el virus: la creación de una plataforma informativa sistematizada que ponga en común todos los datos epidemiológicos, clínicos y de investigación.
La delegación China tomó la palabra para subir el tono. “Es necesaria más solidaridad, pero algunos países han sobreactuado en contra de las recomendaciones de la OMS. Hay que terminar con unas acciones discriminatorias”, denunció.
El turno de preguntas abierto a las delegaciones evidenció que la posibilidad de que pacientes asintomáticos transmitan la enfermedad es una de las mayores preocupaciones de los gobiernos. “Tenemos informes de que estos casos pueden haberse producido, pero son necesarias más investigaciones para confirmarlo”, contestó Maria Van Kerkhove, responsable de enfermedades emergentes y zoonosis de la OMS. “A veces los pacientes primero no refieren síntomas, pero sí lo hacen al ser entrevistados, aunque sean leves”, añadió.
Los responsables de la OMS también aportaron nuevos datos sobre los síntomas e incidencia de la enfermedad, como que el curso de la enfermedad acaba con la vida de los casos más graves en un plazo de 7 a 10 días. También se precisó el periodo de incubación, de 1 a 12,5 días, aunque la OMS sigue recomendando 14 días para las cuarentenas. Y la transmisibilidad del virus —a cuántas personas sanas contagia una infectada— se sitúa en entre 1,4 y 4,9 en China.
La OMS cuantificó por primera vez los fondos que serán necesarios hasta final de abril para hacer frente al brote: 610 millones de euros. En esta primera fase, la mayor parte (580 millones) irán destinados a desarrollar medidas para que todos los países puedan identificar, diagnosticar, atender y cortar las cadenas de transmisión local del virus que puedan producirse.
Como ejemplo del trabajo en marcha, la OMS avanzó que el próximo viernes la práctica totalidad de los estados africanos dispondrán de los medios y conocimientos necesarios para hacerlo. A principios de esta semana solo Senegal y Sudáfrica estaban preparados. La llegada y propagación del virus en países con sistemas sanitarios precarios ha sido desde el principio una de las mayores preocupaciones del organismo.
El ejemplo lo ha puesto la delegación de Sudán, que mostró su preocupación por los agotados recursos en un país que ya lucha “contra otras cinco epidemias”.
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