«UN PENSIONISTA QUE GRITA ¡YA BASTA! TÚ ERES IMPORTANTE», por Juan V. Cosín // «La clase trabajadora puede tomar la iniciativa en la lucha si se organiza» , por MARAT

UN PENSIONISTA QUE GRITA ¡YA BASTA! TÚ ERES IMPORTANTE

Por Juan V. Cosin Tamarit

@Juanv_cosin

No se pretende cargar contra nuestra realidad económica. Hay lo que hay, por ello no se puede pedir peras al olmo. Sin embargo, tampoco se debe de tolerar el expolio que se está realizando a los pensionistas, máxime cuando son los que han mantenido a flote a millones de familias en los momentos (años) en que la severidad de la crisis más acuciaba a la población. Estoy hasta los jardines del Edén de escuchar las frases típicas del inepto «España no se lo puede permitir» «Usted puede prometer pero sería engañar a las personas, no hay dinero». Hagamos un estudio de la situación actual en la que se encuentra la recaudación fiscal sin mediación de ideologías sino con datos y hechos.

Es muy sencillo por parte del gobierno del PP dar como respuesta ante cualquier planteamiento que beneficie a los pensionistas un “No hay dinero” o un “No es viable”.

Veamos si es cierto:

Situación actual.-
La realidad es que hacienda en 2017 recauda lo mismo que en pre-crisis pero con 1,5 millones menos de trabajadores con empleo.

Según datos de AEAT y Ministerio de Hacienda y Función Pública

La recuperación de la actividad económica no hay que negarla, en 2017 el Estado ha recuperado los niveles de recaudación alcanzados poco antes de la crisis. O, más concreto, si en 2007 los ingresos tributarios totales —sin otras partidas que aumentan la recaudación del sector público— representaron 200.676 millones €, en 2017, según Hacienda, se alcanzaron los 200.963 millones. Es decir, un incremento mínimo, +287 millones, pero significativo, se trata de la mayor recaudación obtenida nunca por el Estado en términos corrientes (con inflación).

Lo singular es que este récord se alcanza con un nivel de ocupación muy inferior. En 2007, en media anual, la Encuesta de Población Activa (EPA) observó la existencia de 20,57 millones de ocupados, mientras que en 2017 el empleo se sitúa en torno a los 19 millones de ocupados. Es decir, inferior en 1,5 millones de personas.

Por el contrario, el número de pensionistas, que pagan impuestos ha crecido en 1,24 millones en 10 años, pero hay que tener en cuenta que los tipos impositivos son menores en razón de sus ingresos. No compensan la caída del empleo.

Estos datos aparecen en la Estrategia de Política Fiscal aprobada por el Gobierno y remitida a Bruselas, y revelan que los impuestos indirectos (el IVA) son los que han hecho posible el tirón de la recaudación pese a que el nº de ocupados sea inferior. En concreto, los ingresos por IVA se han incrementado un 21% en una década de crisis (casi 5 años en recesión). La subida de los tipos impositivos (el tipo general subió del 16% al 21% en dos tacadas, supone un aumento del 31,25%) esto explica el incremento, más que un aumento del consumo privado respecto niveles de 2007, aunque factores como la entrada masiva de turistas influyen en los ingresos y, por supuesto, hay que aprovechar dicha coyuntura.

En sentido contrario, la recaudación por impuestos directos (IRPF), lejos de recuperarse, sigue en negativo, por efecto del empleo (menos contribuyentes y salarios más bajos). Hoy, todavía es inferior en un 11% respecto a niveles 2007. Al acabar 2017, según Hacienda, faltaban 13.362 millones, pese a la floración de rentas ocultas producida en los últimos años en la lucha contra el fraude fiscal. Con esta situación pregunto ¿Es cabal haber reducido los tipos de IRPF? No, pero el PP lo ha hecho:

Como vemos, baja en los tramos de más ingresos hasta un 7% ¿Es esto solidaridad, justicia social?

GARANTIZAR EL FUTURO

Hemos demostrado que los ingresos del Estado están por encima de antes de la crisis, sin embargo, las pensiones han perdido poder adquisitivo. Ya no sirven excusas, la población quiere, necesita con urgencia hechos y, sobre todo, garantías serias y efectivas que no dependan del color del partido político que nos gobierne. No queremos parches, ni pan para hoy que sea hambre para mañana. Es por ello que como pensionista con incapacidad permanente total por enfermedad común, a título particular e independiente, pues creo en las personas, no en plataformas de última moda que ni dios sabe de dónde salen ni a donde van o quien las dirige al final. Os comparto mi iniciativa para que de una vez por todas quede asegurado el pago de las pensiones en cada Presupuesto General del Estado (PGE) de por vida, con independencia del color que tenga el gobierno en cuestión. He aquí mi propuesta:
Ante la situación de peligro del sistema público de pensiones es necesario garantizar el pago de las pensiones.

Si bien, lo que se debe se tiene que pagar, como quedó constancia en la Constitución Española respecto al pago de Deuda Pública, no menos cierto es, que el Estado adquiere una deuda con aquell@s que durante muchos años han pagado sus cotizaciones a la Seguridad Social, con independencia del partido que haya gobernado. Es indispensable que el pago de las pensiones conste en nuestra constitución como DEBER DEL ESTADO, con igual forma jurídica que el pago de la Deuda Pública. La negativa de nuestros partidos políticos a esta demanda social podría interpretarse como una estafa anunciada y l@s pensionistas no estamos para estafas.

El Estado tiene el deber inexcusable de pagar a est@s ciudadan@s las pensiones que, por sus cotizaciones, correspondan, debidamente actualizadas según el IPC, igual que actualizaba las bases de cotización, con independencia del partido que gobierne.

Ninguna organización de pensionistas ni partido, a día de hoy, reivindica este matiz. Hablan de derecho fundamental, etc. También tenemos el derecho a la vivienda y así nos va, si no te la pagas tú, vas apañado. Aprendamos de los poderosos, la UE lo es, y que sea Deber de Estado el pago a quien ha cotizado. Nunca olvides compañer@, Tú eres importante. Esta reivindicación no tiene color político, es para todas y todos, porque lo que importa son las personas del presente y del futuro. La recogida de firmas para alcanzar este objetivo común constituye mi lucha ¿Me acompañáis?

Os paso el enlace para firmar online, quien lo desee. Bajo os dejo otros para quien quiera colaborar en la recogida de firmas de amig@s, familiares, compañer@s de trabajo o universidad, etc.

POR LA SEGURIDAD DE LAS PENSIONES DEBEMOS FIRMAR AQUI, PASALO A TUS CONTACTOS. RETWITEALO (LO TIENES EN MI TWITTER FIJADO). POR FAVOR, ESTO ES DE… Y PARA TOD@S

Haz click en el siguiente:
https://www.change.org/p/congreso-de-los-diputados-las-pensiones-contributivas-undeber-constitucional-del-estado-revaloriz%C3%A1ndose-seg%C3%BAn-ipc?recruiter=852812069&utm_source=share_petition&utm_medium=copylink&utm_campaign=share_petition&utm_term=share_twitter_responsive

Toda firma importa, amig@s, familia, vecin@s, llenar entre ell@s 10 firmas apenas cuesta y es un gran avance, si quieres colaborar haz click en los enlaces de bajo, descarga e imprime, haz las copias que necesites, una vez rellenadas la envías al apartado de correos nº 10105 46015 Valencia.

Manifiesto:

https://drive.google.com/open?id=1ormfuTUNdr9cDs94zCcrWxbrikDtQYRP

Hoja Firmas:

https://drive.google.com/file/d/1IBqnHhEuEE2mtHIkMN4EGzNsN4ec8aij/view?usp=sharing

Gracias Compañer@s. Juan Vicente Cosin

 

 

 

 

LA CLASE TRABAJADORA PUEDE TOMAR LA INCIATIVA EN LA LUCHA SI SE ORGANIZA

Por Marat

Artículo publicado el 18 de mayo de 2018 en
 
Tras un período de larga sequía en la que los conflictos eran particulares, específicos de empresas concretas y circunscritos a colectivos limitados en su número, hemos ido viendo cómo ha ido multiplicándose su número, aumentando el número de sus afectados y participantes y generalizándose de un modo amplio.
 
Mucho antes hubimos de pasar por el sarampión ciudadanista, inclusivo y desclasado de los sectores menos concienciados en la lucha de clases. Acabamos de pasar el séptimo aniversario de un 15M que se ha ido convirtiendo en huérfano de padres y defensores.
 
Luego habría de llegar su subproducto, Podemos, que de prometer asaltar los cielos acabó por convertirse en una nueva alternativa, junto con Ciudadanos, de intercesores para el mantenimiento del status quo político legitimador del sistema capitalista.
 
El 8M del feminismo de la sororidad de todas las mujeres, independientemente de la clase social a la que unas y otras perteneciesen, logró un éxito mediático y solo parcialmente ideológico pero de escasa repercusión en su capacidad de convertir su pretendida huelga en una paralización del país. Su resultado final es la conversión del feminismo burgués en un intento fallido de enfrentamiento de sustituir la lucha de clases por la de géneros -la lucha de clases está volviendo a llenar las calles y a parar centros de producción- y a generar un enfrentamiento interno del todas contra todas: trans contra sectores feministas y viceversa, partidarias de legalizar la prostitución contra partidarias de abolirla, partidarias de la gestación subrogada contra enfrentadas a la venta de sus úteros,...Desde la realidad del caos actual de un feminismo que no es capaz de resolver sus propias contradicciones, la afirmación de que “la revolución será feminista o no será” empieza a ser tan cierta como la esperanza de que la revolución sea televisada, salvo que no sea revolución sino involución y que, no esté protagonizada por la clase trabajadora sino por su vieja enemiga, la burguesía.
 
En otro plano identitario, el de las patrias, el procés catalán va llegando hasta sus últimas consecuencias, las de su regresión ideológica hacia la xenofobia, el supremacismo y el ridículo de ver cómo los pretendidos procesistas de izquierda son solo nacionalistas que ponen toda cuestión de clase al servicio de un bien superior: el de la burguesía que dirige el proyecto hacia la supervivencia de los miembros de la misma instalados en las instituciones que les han permitido acumular capital por la vía de la acumulación por desposesión y de la autosubvención institucional.
 
Por mucho que intenten los defensores del independentismo catalán lanzar balones fuera sobre el agotamiento de su procés en base al nacionalismo español centralista y reaccionario lo cierto es que los intereses de clase de unos y otros se acercan mucho más de lo que se separan cuando votan juntos PdeCat, PP, Ciudadanos y PNV para defender el sagrado derecho a la propiedad de la vivienda o cuando PP y PdeCat lo hacen para evitar una legislación que incremente el control sobre los partidos (la corrupción no se toca. Cada territorio es un cortijo de quien lo controla) o cuando lo hacen directamente para proteger al corrupto . No tiene sentido continuar señalando casos que demuestran hasta qué punto una cosa es la bandera, tras la que hacer formar a sus mesnadas, y otra muy distinta la cartera.
 
Pero la realidad se impone.
Los expertos y gurús económicos del capital ya no discuten sobre la llegada de la próxima crisis. Su s únicas divergencias son las de cuándo llegará y si su efecto será mayor, igual o menor que la fase actual de la que dicen los gobernantes que estamos saliendo y que no es sino una fase más de la que se inició con la crisis de acumulación del pasado siglo, en 1973 y que no ha hecho otra cosa que replicarse en fases sucesivas como una gran matrioska que crece exponencialmente.
 
A pesar del optimismo que vende el gobierno del PP y de los últimos 4 años de fabricación mediática de ilusión, solo comprada por los sectores con capacidad de recuperar ciertos niveles de consumo, lo cierto es que la crisis capitalista ha dejado un coeficiente de Gini relativo a los índices de desigualdad económica realmente calamitoso en comparación a las fases de recuperación de los distintos momentos de esta crisis sistémica que se acerca a los 50 años de existencia.
 
No es de extrañar que esto suceda cuando el precio de la vivienda nueva se ha disparado ya por encima de 2007, año clave en la conformación de la burbuja especulativa, cuando las viviendas de alquiler han subido una media de un 7,8% según cifras del mes de abril, en ciudades como Madrid, cuando los sueldos (lo que los marxistas llamamos salario directo) continúan congelados, salvo en algunas grandes empresas y para los empleos de cualificaciones medias-altas, cuando la capacidad adquisitiva de las pensiones (el salario diferido) ha caído, como mínimo, cuatro puntos desde 2010, cuando siguen los recortes en Sanidad y Educación (salario indirecto). Estas son las previsiones de recortes de “los presupuestos más sociales de la historia”
 
Renace la conciencia de lucha pero aún desarticulada
Quienes pensaban que la clase trabajadora y su capacidad de intervención en medio del escenario general había desaparecido para siempre -progres posmodernos y liberales- deberán hacer un cierto acopio de paciencia y esperar un poco más, del mismo modo que los partidarios de mil identidades contrapuestas entre sí y los de las patrias. Aún queda aire dentro recinto que tantos sueñan cerrado para enterrar la lucha de clases. Ésta ni siquiera nace de la conciencia política sino de la necesidad de supervivencia física de una clase social que, como en tantos momentos de la historia, debe pasar su propio Rubicón para conocerse a sí misma.
 
De esa falta de conciencia para llegar a ser parte su debilidad. De la explosión de mil necesidades perentorias de supervivencia y del fin de la rabia contenida nace su potencialidad. Como clase, aúnen sí, necesita comprender que bajo el capitalismo, y de un modo agudo, en su fase senil actual, basada en la rapiña de lo que en el pasado conquistaron los trabajadores, ya no hay posibilidad de componendas. El futuro de capital y de trabajo está en saber qué clase aniquilará a la otra pero eso es parte de un largo camino por recorrer.
 
 
En ese año aparecieron, en medio de múltiples luchas laborales, algunos protagonistas:
  • Los portuarios como sector histórico y muy organizado pero encapsulado en su capacidad de generar emulación en sectores de la clase trabajadora.
  • Las camareras de piso en hoteles, las Kellys, trabajadoras con gran capacidad de irradiación en sus luchas respecto a la idea del “orgullo de clase” y a la realidad de muchas otras mujeres trabajadoras precarias (obreras manuales, limpiadoras de hogar, cuidadoras de niños, ancianos y dependientes, la mayoría no regularizadas).
  • Los trabajadores de algunos sectores ligados a la los niveles menos cualificados de las TIC (Tecnologías de la Comunicación y la Información) que en las plataformas externalizadas de servicios de bancos, seguros, proveedores de servicios de telecomunicaciones, exigían una mejora de sus condiciones laborales y salariales.
  • Algunos sectores amenazados con la desregularización, como el del taxi, en el que cabe distinguir asalariados de empresas y pequeños autónomos por un lado y flotistas por el otro, atacados todos, pero de distinto modo, por los tiburones de Cabify y de Uber, entre otros.
Entre el final de 2017 y el momento actual de 2018 surgen nuevos conflictos, no todos situados en el marco de trabajadores activos y ocupados (la lucha de los pensionistas es clave por su relevancia, su capacidad de enfrentamiento al gobierno actual del capital y su resistencia) pero en el que su aparición en escena señala el fin del antiguo Estado welfarista (del Bienestar) y de su voluntad/capacidad de regulación del marco laboral:
  • Los anteriores protagonistas de los conflictos del pasado año que, por tiempo, seguirán entre nosotros batallando por sus derechos.
  • La ya citada pelea de los jubilados, nacida del agotamiento del sistema de financiación de las pensiones del Pacto de Toledo. La característica de este conflicto es que sus dirigentes se sitúan al margen del sindicalismo de concertación, que son la generación que protagonizó la lucha por la democracia durante la transición y que conforman un colectivo dirigente bien cohesionado y con capacidad de iniciativa y resistencia. Su riesgo está en agotarse si no doblegan a medio plazo al goberno.
  • Los trabajadores de plataformas de servicio y desregulación de las relaciones laborales: Amazon, Glovo o Deliveroo. Comprenden bien la pérdida de derechos que significa trabajar para esas nuevas formas de esclavitud y están dispuestos a la lucha. Falta en ellos la resolución y la capacidad de resistir un conflicto en el que puedan resistir vitalmente. Requieren una caja de resistencia especialmente fuerte y una conciencia del derecho a relaciones laborales establecidas que no les tienten al permanente nomadismo en la búsqueda de empleo. Ello debilitaría su lucha.
  • La lucha aún no reconocida públicamente de los empleados de la administración ante el mayor ERE de la historia. Entre 700.000 y 900.000 de ellos pueden perder sus empleos. Su potencialidad de conflicto requiere de componentes de experiencia y compromiso. Necesitan autoorganizarse y llegar a ser auténtica fuerza de presión, más allá de sí misma. Su riesgo es ser divididos por las competencias autonómicas o la relevancia numérica de lo que cada colectivo afectado representa a la hora de negociar.
  • Pero estén atentos porque su propia necesidad de supervivencia y su número pueden llevarles a hacer historia, si saben sortear las trampas que pronto les llegarán, entre ellas las de los sindicatos que nunca les defendieron pero que, escarmentados de su derrota en la batalla de las pensiones, están tomando posiciones
  • De momento, así fue el jueves 17 de Mayo ante la Asamblea de Madrid (parlamento regional)
 
Necesidad de organizar la lucha como respuesta frente al capital y su gobierno de turno:
Si algo define al conjunto de los colectivos de trabajadores emergentes o en fase de perdida de conquistas sociales es la precarización creciente de sus condiciones laborales y la desconexión de sus luchas que en gran medida se producen frente al viejo modelo de estabilidad, ya rechazado por el capital ,de los sindicatos del pacto social.
 
La correlación de fuerzas actual, la desorientación de las organizaciones que dicen ser de clase, no permiten proyectar pasos demasiado avanzados respecto a éxitos o siquiera estabilidades de lo conquistado en el pasado. Ese tren ya partió hace mucho tiempo, aunque muchos, por pereza intelectual o la profesionalización institucionalizada del conflicto -o en su condición de apagafuegos-, pretendan hacer creer que puede lograrse otras cosas.
 
Incluso los pasos modestos, si son sólidos, pueden significar grandes avances frente a los límites con los que se encuentra actualmente la lucha de clases desde el lado de los trabajadores.
 
Avanzar en una solidaridad de cada grupo de trabajadores con los de otros en combate es una necesidad imperiosa. Hay que superar el nivel de las declaraciones públicas para acoger en la pelea de cada sector obrero las de otros compañeros de clase implicados en parecidas circunstancias frente al capital. Es necesario superar los recelos y temores a que el aliento a una lucha ajena le dé tal protagonismo que oscurezca la propia. Si la acción del apoyo mutuo implica a todos, no desdibuja el protagonismo de cada reivindicación sino que lo fortalece al hacerle aparecer ante nuestros enemigos de clase reforzado por un frente común.
 
Es necesario desencapsular cada lucha parcial y particular de un entorno que le es limitado. Salvo el caso de los pensionistas, porque son muchos años y, sobre todo, porque todos aspiramos a alcanzar esa condición, el resto de las luchas carecen de los conflictos laborales y, de forma más general, planteados desde la clase trabajadora y sus necesidades, carecen de la capacidad para generalizarse. Por sí mismos no pueden hacerlo, requieren superar su inmediatez y la reivindicación propia del grupo afectado para convertirse en un bandera bajo la cuál puedan reconocerse otros muchos miembros de nuestra clase. Se trata de hacer ver qué hay más allá de una reivindicación concreta que permita que muchos más se reconozcan en ella.
 
Es necesario construir argumentarios que muestren que lo que en cada momento afecta a cada sector de trabajadores pronto lo hará a otros (desregulación laboral), que la situación de bajos salarios la sufre la gran mayoría de los empleados y no solo los que en cada momento reivindican su mejora, que las batallas ganadas en cada empresa son un acicate para otros que pronto se verán empujados a la pelea,....
 
La clase trabajadora necesita un rearme ideológico que pasa, inevitablemente, por percibirse a sí misma como un conjunto desde su condición de asalariada, de agredida por el capital y sus gobiernos y de necesitada de reivindicar sus derechos para no quedarse en un mero agregado estadístico (clase en sí) y ser dueña de su futuro. Y en el inmediato, antes de alzar el vuelo hacia otras conquistas superiores, la clase trabajadora necesita no solo pan sino respeto. No logrará éste último sin creer merecerlo.
 
Pero las ideas no viven sin organización. Entre los burócratas vendeobreros y la sospecha permanente y agresiva contra toda forma articulación de los trabajadores hay enormes posibilidades de coordinarnos y de dotarnos de formas organizativas flexibles pero eficaces, democráticas pero útiles para nuestros objetivos.
 
Pero ello exige compromiso, trabajo de quienes se impliquen en las tareas que en cada ocasión surjan. La democracia obrera en las relaciones entre compañeros exige la corresponsabilidad con lo que en cada momento se apruebe y el sacrificio personal antes que el medre particular.
 
Hay una contradicción esencial en cada combate de clase que no debe ser olvidado: si ante cada agresión del capital debe responderse de modo proporcional y, al menos tan contundente, como la amenaza potencial, es necesario el realismo que tiene en cuenta el nivel de enfrentamiento que en cada momento están dispuestos a asumir los afectados por dicha agresión.
 
En la tensión dialéctica de ambas cuestiones se encontrará el camino de la lucha en cada ocasión, siempre que se sea capaz de superar los obstáculos y no de convertirlos en imponderable para la claudicación.
 
Nada me queda por decir, salvo aquella alusión de Lenin a la célebre frase de Gohete:«la teoría es gris amigo mío, pero el árbol de la vida es eternamente verde».
 
 
 
 

 


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