EL MUNDO DE MAÑANA, por Mahatma Gandhi

Un individuo puede adoptar el modo de vida del futuro -el camino no violento- sin tener que esperar a que otros lo hagan. Y si un individuo puede hacerlo, ¿no podrán hacerlo grupos de individuos o naciones enteras? ¿No implica esta idea de la no violencia un cambio en la naturaleza humana? ¿Y no deja la historia constancia en todo momento de ese cambio? Muchos individuos han renunciado a la perspectiva mezquina, personal y codiciosa, para adherirse a otra que ve la sociedad como un todo y trabaja por beneficiarla. Si se ha producido ese cambio en una persona, puede tener lugar en muchas.

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Quizá nunca antes haya habido tanta especulación sobre el futuro como hoy. ¿Será nuestro mundo siempre un mundo de violencia? ¿Habrá siempre pobreza, hambre y miseria? ¿Será nuestra fe en la religión más firme y más amplia, o dejará el mundo de creer en Dios? Si se produce un gran cambio en la sociedad, ¿cómo se realizará: por medio de la guerra y la revolución, o de manera pacífica?

Diferentes personas dan diferentes respuestas a estas preguntas, y cada uno de nosotros traza el plan para el mundo de mañana como esperamos y deseamos que sea. Yo respondo no sólo desde lo que creo, sino también desde mis convicciones. El mundo de mañana será, tiene que ser, una sociedad basada en la no violencia. Ésta es la primera ley. De ahí vendrán todas las demás bendiciones. Puede parecer una meta lejana, una utopía nada práctica. Pero no es en modo alguno imposible de alcanzar, pues podemos trabajar por ella aquí y ahora.

Un individuo puede adoptar el modo de vida del futuro -el camino no violento- sin tener que esperar a que otros lo hagan. Y si un individuo puede hacerlo, ¿no podrán hacerlo grupos de individuos o naciones enteras? Muchas veces, las personas dudan antes de empezar, porque piensan que el objetivo no se puede alcanzar íntegramente. Esta actitud mental es precisamente el mayor obstáculo que ponemos al progreso; y es un obstáculo que todos y cada uno de nosotros, si queremos, podemos vencer.

La distribución equitativa -la segunda gran ley del mundo de mañana, tal como yo lo veo- surge de la no violencia. Implica no que los bienes del mundo sean divididos arbitrariamente, sino que cada persona tenga lo necesario para satisfacer sus necesidades naturales, nada más.

¿No implica esta idea de la no violencia un cambio en la naturaleza humana? ¿Y no deja la historia constancia en todo momento de ese cambio? Por supuesto que sí. Muchos individuos han renunciado a la perspectiva mezquina, personal y codiciosa, para adherirse a otra que ve la sociedad como un todo y trabaja por beneficiarla. Si se ha producido ese cambio en una persona, puede tener lugar en muchas.

En el mundo de mañana no veo pobreza ni guerras ni revoluciones ni derramamientos de sangre. Y en ese mundo habrá una fe en Dios mayor y más profunda que en cualquier otro momento del pasado. La misma existencia del mundo en un sentido amplio depende de la religión. Y todos los intentos de extirpar ésta fracasarán.

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MAHATMA GANDHIMi vida es mi mensaje, Sal Terrae, segunda edición, 2003. [FD, 07/10/2006]


1 Comment

  1. Gandhi profesaba la religión Hinduista.
    El Hinduismo engloba un conjunto de creencias metafísicas, religiosas, cultos, costumbres y rituales que conforman una tradición, en la que no existen ni órdenes sacerdotales que establezcan un dogma único, ni una organización central.

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